lunes, 21 de marzo de 2011

-EL hijo de otra--cap-14

Miley sintió que se le aceleraba el corazón.
-¡No, nick! -protestó intentando evitarlo inevitable-. No es una buena idea.
-Sí, miley, claro que lo es -contestó él inclinándose sobre ella.
Ya la había besado antes. Incluso habían hecho el amor aquella noche, pero nada podía haber preparado a miley para las sensaciones que se apoderaron de ella cuando sintió los labios de nick en sus labios.
Aquel beso fue como volver al hogar, un reconocimiento y aceptación de adónde pertenecía. miley sintió su sabor y su olor, y aquellas fuertes manos deslizándose por su cuerpo y suspiró encantada.
Sintió cómo nick se tensaba cuando le pasó los brazos por el cuello. El aroma de su loción de afeitado mezclado con su olor corporal la estaba excitando sobremanera.
Cuando nick levantó la cabeza, ambos tenían la respiración entrecortada.
-No es la primera vez que me seduces ante las mismísimas narices de Maddox -comentó-. La primera vez respondiste como sólo una mujer sabe responder ante un hombre y ahora has vuelto hacer lo mismo -añadió besándola en el cuello.
miley disfrutó del silencio de sus besos mientras se daba cuenta de que tenía razón. Aquella noche que había pasado con nick se suponía que estaba enamorada de lucas Maddox, pero tras pasar por los brazos de nick cualquier otro hombre no tenía comparación.
-Aunque sigas enamorada de él, me deseas a mí, ¿verdad? -le preguntó nick con voz ronca-.Quieres que encienda tus pasiones más secretas, quieres acostarte conmigo.
-No -protestó miley ridículamente.
Lo cierto era que estaba aterrorizada y avergonzada por la fuerza de su propia atracción hacia él, por el hecho de que ningún otro hombre fuera capaz de convertirla en víctima de su propio deseo.
-¿No?-sonrió nick
A continuación, y para demostrarle que estaba completamente equivocada, siguió el camino natural entre sus pechos con la lengua.
miley gimió.
Bajo la tela de la camisa, sus pechos se morían por sentir las caricias de sus manos.
-¿No? -insistió nick mirándola a los ojos-. ¿A quién pretendes engañar, miley? A no ser que estés tan desesperada por Maddox que cualquier hombre te sirva para dar rienda suelta a tu frustración.
-¿Realmente lo crees así?
nick no contestó, pero la besó con tanta fuerza que miley se dio cuenta que era una forma de castigo.
-Creo que ya va siendo hora de que te olvides de él -le aconsejó al cabo de un rato-. Creo que necesitas que te enseñe lo que es bueno de verdad para que, así, te olvides de ese hombre, que no es más que un oportunista y un trepador social.
 «¿Y quién me ayudará a olvidarme de ti cuando te hayas hartado de mí?», se preguntó miley excitándose al imaginarse desnuda bajo aquel hombre.
-Por cierto, las admiradoras de las que hablas -dijo nick volviendo a su asiento y poniendo el coche en marcha- son las parejas de dos de mis socios. Nada más.
«Menos mal», pensó miley sintiéndose abochornada y absurdamente aliviada mientras nick volvía a la carretera principal.
Mientras él conducía, miley se dijo que tener una relación con aquel hombre era realmente arriesgado y que sólo complicaría las cosas.
Además, se había prometido a sí misma que no dejaría jamás que un hombre le volviera a hacer daño.
Se había recuperado de la traición de lucas hacía mucho tiempo, pero mantener una relación con nick... bueno, eso sería completamente diferente.
Sólo había compartido con él una noche, pero era suficiente para tener muy claro que, si se embarcaba en algo más duradero, debía tener muy claro que cuando la abandonara lo iba a pasar mal e iba a tener que ser muy fuerte.
Lo cierto era que, a pesar que sólo habían compartido una noche, jamás había podido olvidar a nicolas Cadman.

Se oían voces en el vestíbulo.
Cuando la lavadora terminó el programa, miley oyó claramente la conversación.
-...y ya sabes que no tengo mil camisas de vestir, mamá. ¡No soy modelo! Ya sabes que tengo la ropa justa.
Mabel suspiró.
-Sí, cariño, pero no te pongas así delante del servicio. No está bien.
-¡Tampoco está bien que me pierdan la ropa cada dos por tres! -exclamó nick-No es cada dos por tres, nick -intentó tranquilizarlo su madre-. Sólo es la segunda vez que ocurre y la chica te ha pedido perdón.
Mientras vaciaba su colada seca en una cesta de ropa, miley oyó una tercera voz, joven y compungida.
nick estaba de mal humor y miley sintió pena de la persona con la que se hubiera enfadado, pero, por otra parte, era normal que se enfadara si el servicio era ineficaz y no paraba de perderle las camisas de vestir.
En ese momento, vio a una doncella que corría escaleras arriba y se dio cuenta de que iba llorando.

1 comentario:

Esormed dijo...

muy bueno el cap.. un beso..:D