miley intentó concentrarse en lo que estaba pintando, pero le resultaba imposible. nick iba a ir a recogerla a las doce para llevarla a su casa a que conociera al niño que, según el hospital, era su hijo.
Estaba muy nerviosa. ¿Cómo iba a reaccionar cuando lo viera? ¿Sentiría algún instinto materno hacia él? ¿Sentiría el niño algo hacia ella? ¿Y qué iban a hacer?
Lo que tenía muy claro era que no iba a separarse de Sean.
Su padre le había dicho que, si nick era un hombre razonable, no le haría daño intentando quitárselo, pero miley no lo tenía tan claro.
Había acordado con nick que tenía que conocer a Jack antes que nadie más del entorno de nick conociera a Sean.
Era sábado y demi se había llevado al pequeño al parque. miley le había contado todo a su amiga, que le había aconsejado que tuviera cuidado.
miley se duchó temblando y, cuarenta minutos después, oyó el coche de nick y bajó a abrir la puerta.
-¿Preparada? -le preguntó mirándola a los ojos.
miley asintió y nick frunció el ceño.
-¿Te encuentras mal? -le preguntó al ver que estaba pálida.
-Estoy aterrorizada -confesó miley.
-¿Te doy yo miedo también?
-No -mintió miley-. Vamos.
Estaba muy nerviosa. ¿Cómo iba a reaccionar cuando lo viera? ¿Sentiría algún instinto materno hacia él? ¿Sentiría el niño algo hacia ella? ¿Y qué iban a hacer?
Lo que tenía muy claro era que no iba a separarse de Sean.
Su padre le había dicho que, si nick era un hombre razonable, no le haría daño intentando quitárselo, pero miley no lo tenía tan claro.
Había acordado con nick que tenía que conocer a Jack antes que nadie más del entorno de nick conociera a Sean.
Era sábado y demi se había llevado al pequeño al parque. miley le había contado todo a su amiga, que le había aconsejado que tuviera cuidado.
miley se duchó temblando y, cuarenta minutos después, oyó el coche de nick y bajó a abrir la puerta.
-¿Preparada? -le preguntó mirándola a los ojos.
miley asintió y nick frunció el ceño.
-¿Te encuentras mal? -le preguntó al ver que estaba pálida.
-Estoy aterrorizada -confesó miley.
-¿Te doy yo miedo también?
-No -mintió miley-. Vamos.
La casa de nick era un enorme edificio georgiano situado en uno de los mejores barrios de la ciudad.
-Mi madre vive conmigo porque, desde el principio, insistió en ayudarme con Jack, pero también contamos con Lola -le dijo nick abriendo la puerta.
Al entrar en el elegante vestíbulo, una mujer menuda y rubia salió a su encuentro y la miró de arriba abajo.
-Ahora entiendo lo que me decías -le comentó a su hijo.
nick asintió y miley se preguntó qué le habría dicho a su madre sobre ella.
-Lo siento -dijo su anfitriona, sonriéndole y extendiéndole la mano-. Soy Mabel Cadman y tú eres miley, ¿verdad? La otra persona involucrada en este asunto tan espinoso. No sé tú, pero nosotros todavía estamos que no nos lo podemos creer, sobre todo, yo.
-Yo también estoy confundida -murmuró miley compadeciéndose de la madre de nick-. Supongo que Jack estará en su habitación.
-Por aquí -le indicó nick.
miley lo siguió en silencio por un pasillo, pero sonó el teléfono y nick tuvo que hacerse cargo de un asunto urgente.
miley se quedó mirando ensimismada un florero y, al sentir la mirada de Mabel Cadman en ella, se giró.
-Es muy bonito -observó sonriendo.
-Sí -contestó la madre de nick tomando aire-. Lo eligió mi... nuera.
miley asintió muy tensa al darse cuenta de que la pérdida de Maite todavía le debía de doler. No pudo evitar preguntarse si Maite habría elegido el resto de la decoración y del mobiliario o lo habrían hecho juntos, como cualquier pareja enamorada.
-No ha sido fácil para mi hijo... primero... perdió a la madre de Jack y ahora... esto.
«¿Y se creen que para mí sí lo es?», se preguntó miley.
-Vas a tener en cuenta las necesidades de Jack, ¿verdad? Nosotros somos la única familia que conoce y no creo que fuera bueno para él arrancarlo de esta casa -dijo Mabel angustiada-. Supongo que a ti te pasará lo mismo con Sean. No creo que sea bueno para ninguno de ellos que los intercambiemos.
-No se preocupe, no tengo ningún interés en hacerlo -la tranquilizó miley En aquel momento, volvió nick y los tres subieron a la segunda planta de la casa. Cuando nick abrió la puerta a la que se dirigían, miley notó que el corazón le latía con tanta fuerza que parecía que se le fuera a salir del pecho.
En aquel momento, una chica rubia, salio a su encuentro -Señor Cadman –saludó-. Jack acaba de terminar de comer y se ha lavado la cara él solito. Ya está hecho todo un hombre.
nick sonrió y asintió.
-¿Quiere que me quede, monsieur?
-No, ya la llamaré cuando la necesite, Lola -contestó nick La chica miró a su jefe con una intensidad que daba pena y se alejó por el pasillo. miley se preguntó si nick se daría cuenta del deseo que despertaba en aquella joven, pero en aquellos momentos tenía otras cosas más importantes en la cabeza.
Al oír la voz de su padre, el pequeño, ataviado con una camiseta roja y unos pantaloncitos de deporte, había salido a su encuentro y se había agarrado a su pierna.
-Hola, Jack -lo saludó nick tomándolo en brazos y haciéndolo reír-. Mira, ésta es miley -le dijo a continuación.
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