-EL hijo de otra--cap-18

Mabel había vuelto al salón con Lola y otras dos chicas cargadas con barreños y detergentes.
-Mamá, ¿le vas a dar tú en el trasero o me la dejas a mí? -dijo nick mirando divertido a su madre.
Miley se sonrojó de pies a cabeza. ¿Cómo se atrevía a hablar de ella en ese tono y delante de tanta gente?
Las doncellas se rieron y Lola miró a su jefe como si quisiera que se lo hiciera a ella.
-miley, ven conmigo.
nick la tomó del codo y se la llevó del salón. Miley se sintió como una alumna que el tutor lleva al despacho del director.
Tragó saliva al ver que allí era exactamente donde la había llevado, a su despacho. Cuando oyó que cerraba la puerta, sintió que el corazón le daba un vuelco.
-¿Qué hago? –le espetó zafándose de su garra-. ¿Quieres que me apoye en la mesa?
-Bueno... -contestó nick divertido-. Sería una buena forma de empezar.
Miley se dio cuenta de que había quedado como una boba... ¡de nuevo!
nick se había cruzado de brazos y la estaba mirando fijamente. ¿Qué quería? ¿Qué significaba aquello?
miley decidió ponerle las cosas fáciles.
-Esta casa... no estoy a gusto -le dijo.
-Ya me he dado cuenta -contestó nick
-No paro de meter la pata.
 -Tienes toda la razón.
miley frunció el ceño. No hacía falta que se lo dijera tan claramente, ¿no?
-Lo estamos rompiendo todo -continuó. 
-Eso es decir poco.
-Te lo pagaré.
¿Ah, sí? Bonita, para que lo sepas, el sofá que acabas de estropear cuesta una fortuna.
-No hace falta que me lo digas, ya suponía que costaba un riñón. Supongo que estarías dispuesto a cobrármelo en carne -dijo miley en tono sarcástico.
Cuando vio que nick enarcaba una ceja y sonreía encantado, se dio cuenta de lo que había dicho.
-Tendría que estar loco para rechazar esa oferta -dijo yendo hacia ella. 
¿Qué hacía? ¿No se habría creído que...?
-¡No lo he dicho en serio! -intentó tranquilizarlo-. ¡Me he acostado contigo una vez, pero eso no quiere decir que esté dispuesta a repetir! Quieres que me vaya, ¿no? Para eso me has traído aquí, para decírmelo, ¿verdad? Está bien, me voy ahora mismo. Voy a recoger las cosas de Sean y mías y estaremos fuera de tu preciosa mansión en menos de una hora.
-¡Ni se te ocurra! -exclamó nick cortándole el paso.
-¿Qué pasa?
-No pienses que te vas a llevar a Sean a ninguna parte.
-Es mi hijo. 
-No, no lo es.
miley sintió que el miedo se apoderaba de ella. 
-Lo he criado yo. Es mío. ¡Estoy dispuesta a luchar por él en los juzgados si es necesario! 
-miley...
-¡El juez jamás te lo daría a ti! 
-miley.
-Si se enteraran de que me has engañado para...
-¡miley! ¡miley!
Miley se calló, temblorosa y pálida.
-Hay una solución mucho mejor que pelearnos en un juzgado y ver nuestra historia y la de nuestras hijos en los periódicos.
-¿Qué se te ha ocurrido? -nick tomó aire.
-Creo que deberíamos casarnos.