martes, 29 de marzo de 2011

perfect lover-cap-28

— Aquí se puede sentar —dijo mientras rozaba ligeramente el brazo de nick—, y yo me encargo de que su comida no tarde mucho.
— ¿Y nosotras somos invisibles? —preguntó miley cuando la chica se alejó.
— Empiezo a creer que sí —respondió selena, sentándose en el banco situado cara a la pared.
miley se sentó enfrente, con el muro a su espalda. Como era de esperar, nick ocupó un sitio a su lado.
Ella le ofreció el menú.
— No puedo leer esto —le dijo antes de devolvérselo.
— ¡Ah! —exclamó miley, avergonzada por no haberlo pensando antes—. Supongo que no enseñaban a leer a los soldados de la antigüedad.
nick se pasó una mano por la barbilla y pareció adoptar una actitud malhumorada ante el comentario.
— En realidad sí lo hacían. El problema es que me enseñaron a leer griego clásico, latín, sánscrito, jeroglíficos egipcios y otras lenguas que hace mucho que desaparecieron. Usando tus propias palabras, este menú está en griego para mí.
miley se encogió.
— No vas a dejar de recordarme que escuchaste todo lo que dije antes de que aparecieras, ¿verdad?
— Me temo que no.
Apoyó el brazo en la mesa y, en ese momento, selena apartó la vista del menú y le miró la mano. Entonces jadeó.
— ¿Eso es lo que yo creo? —preguntó mientras le alzaba la mano.
Para sorpresa de miley, él permitió que le agarrara la mano y que mirara el anillo.

— miley, ¿has visto esto?
Ella se incorporó en el asiento para poder verlo más de cerca.
— No, la verdad. He estado un tanto distraída.
Un tanto distraída, sí, claro. Eso es como decir que el Everest es un adoquín.
Aún bajo la tenue luz del local, el oro emitía luminosos destellos. La parte superior era plana y tenía grabada una espada rodeada de hojas de laurel, e incrustadas entre las hojas, había unas piedras preciosas que parecían ser diamantes y esmeraldas.
— Es hermoso —dijo miley.
— Es un jodido anillo de general, ¿cierto? —preguntó selena—. No eras un simple soldado de a pie. ¡Eras un general!
nick asintió sobriamente.
— El término es equivalente.
selena soltó el aire totalmente anonadada.
— miley, ¡no tienes ni idea! nick tuvo que ser alguien realmente relevante en su tiempo para tener este anillo. No se lo daban a cualquiera —y movió la cabeza—. Estoy muy impresionada.
— No lo estés —le contestó nick.
Por primera vez en años, miley envidió la licenciatura en Historia Antigua de su amiga. sele sabía mucho más acerca de nick y de su mundo de lo que ella jamás podría averiguar.
Pero no parecía necesitar ese grado de conocimiento para entender lo doloroso que debía haber sido para él pasar de ser un general que ordenaba a un ejército, a un esclavo gobernado por las mujeres.
— Apuesto a que eras un magnífico general —dijo miley.
nick la miró, captando la sinceridad con la que había pronunciado sus palabras. Por alguna inescrutable razón, su cumplido le reconfortó.
— Hice lo que pude.
— Apuesto a que les diste una patada en bueno tu ya sabes a unos cuantos ejércitos —continuó ella.
Él sonrió. No había pensado en sus victorias desde hacía siglos.
— Pateé a unos cuantos romanos, sí.
miley se rió ante el uso del vocabulario.
— Aprendes rápido.
— ¡Oye! —exclamó selena, interrumpiéndolos—. ¿Puedo echarle un vistazo al arco de Cupido?
— ¡Sí! —exclamó miley—. ¿Podemos?
nick lo sacó de su bolsillo y lo dejó sobre la mesa.
— Con cuidado —advirtió a selena mientras alargaba el brazo—. La flecha dorada está cargada. Un pinchacito y te enamorarás de la primera persona que veas.
Ella retiró la mano.
miley cogió el tenedor y con él arrastró el arco hasta tenerlo cerca.
— ¿Se supone que debe ser tan pequeño?

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este va DEDICADO PARA KATTI

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