martes, 29 de marzo de 2011

perfect lover-cap-31

— ¿Crees que esta gente se come esta mier…?
nick chasqueó los dedos delante de los ojos de su hermano.
— ¿Qué hago para romper la maldición?
Cupido se arrellanó en el asiento.
— Ya sabes que todo en el universo es cíclico. Todo lo que comienza tiene un final. Puesto que fue Alexandria la que originó la maldición, debes ser convocado por otra mujer dedicada a Alejandro. Una que también necesite algo de ti. Debes hacer un sacrificio por ella y… —entonces, estalló en carcajadas.
Hasta que nick se estiró por encima de la mesa y le agarró por la camiseta.
— ¿Y…?
Él le dio un empellón para que le soltara y adoptó una actitud seria.
— Bueno… —continuó mirando a miley y a selena—. ¿Nos disculpáis un momento?
— Soy una sexóloga —le dijo miley—. Nada de lo que digas podrá sorprenderme.
— Y yo no pienso levantarme de esta mesa hasta que escuche los jugosos cotilleos —confesó Selena.
— De acuerdo entonces —convino Cupido, mientras miraba de nuevo a nick—. Cuando la mujer consagrada a Alejandro te invoque, no podrás meter tu cucharita en su jarrita de mermelada hasta el último día. Será entonces cuando debáis uniros carnalmente antes de la medianoche, y te encargarás de no separar vuestros cuerpos hasta el amanecer. Si sales de ella en cualquier momento, por cualquier motivo, regresarás de inmediato al libro y la maldición seguirá vigente.
nick maldijo y miró hacia otro lado.
— Exactamente —le contestó su hermano—. Sabes lo fuerte que es la maldición de Príapo. No hay una puñetera forma de que aguantes treinta días sin tirarte a tu invocadora.
— Ése no es el problema —dijo nick entre dientes—. El problema radica en encontrar a una mujer consagrada a Alejandro que me invoque.
Con el corazón latiendo desenfrenado a causa de los nervios, miley se incorporó en el asiento.
— ¿Qué significa lo de «una mujer consagrada a Alejandro»?
Cupido encogió los hombros.
— Que tiene que llevar el nombre de Alejandro.
— ¿Como apellido? —preguntó ella.
— Sí.
miley alzó los ojos y buscó la mirada apesadumbrada de nick.
— nick, mi nombre completo es miley Alexander.



nick miró fijamente a miley; su mente no paraba de darle vueltas a lo que acababa de decir.
¿Sería cierto? ¿Podría atreverse a creerlo? ¿A tener esperanza después de tanto tiempo…?
— ¿Tu apellido es Alexander? —repitió, incrédulo.
— Sí —le respondió ella, con una sonrisa alentadora en el rostro.
Cupido observó a su hermano con una mirada severa.
— ¿Ya habéis intimado vosotros dos?
— No —contestó nick—. Aún no —y pensar que había estado enfadado por eso…
miley había evitado que cometiera el tercer error más grande de su vida. En ese momento la besaría. Una sonrisa iluminó el rostro de Cupido.
— Bueno, maldita sea mi suerte… En fin, mejor no nombrar la cuerda en casa del ahorcado… Nunca he conocido a una mujer que pudiese estar cerca de ti más de diez minutos sin arrojarse a…
— Cupido —le cortó nick, antes de que soltara un largo discurso acerca del número de mujeres con las que se había acostado—. ¿Tienes algo más que decir que nos sea útil?
— Una cosa más. La fórmula de mami sólo tendrá éxito si Príapo no lo descubre. Si lo hace, podría evitar que te liberaras con su característica mala sombra.
nick apretó los puños ante el recuerdo de algunas de las acciones más repugnantes de su hermano.
Por alguna razón que no alcanzaba a comprender, Príapo le había odiado desde que nació. Y con el paso de los años, su hermano había dado un nuevo significado a la expresión «rivalidad fraternal».
nick dio un sorbo a su bebida.
— No lo descubrirá a menos que tú se lo digas.
— A mí no me mires —replicó Cupido—. No soy de los suyos. Me confundes con el primo Dion. Y ahora que lo recuerdo, tengo que reunirme con mis chicos. Planeamos hacer un gran tributo al viejo Baco esta noche —alargó el brazo y dejó la mano con la palma hacia arriba—. Mi arco, si eres tan amable.
Con mucho cuidado, para no pincharse, nick lo sacó del bolsillo y se lo devolvió.
En ese momento percibió la extraña mirada de su hermano mayor; una mirada de afecto sincero.

No hay comentarios: