sábado, 8 de octubre de 2011

Amor de dioses-niley-capi-6


miley gimió, como si en verdad disfrutara de lo que le estaban haciendo. La visión de nick se tiñó de rojo. Como-Se-Atrevía. Con los dientes apretados la agarró por el cuello de la túnica y de un tirón la acercó contra las duras líneas de su cuerpo, lejos de Erebos. 
miley soltó un jadeo. A diferencia de cuando la rubia lo había hecho, nick no permaneció indiferente. Quería tragarse el sonido y hacer algo, cualquier cosa, para que jadeara de nuevo.
¿Qué ocurre conmigo?
─Hey ─dijo bruscamente Erebos, tratando tontamente de alcanzarla para terminar lo que habían comenzado─. Estamos ocupados.
Frunciendo el ceño, nick lo pateó en el pecho. El hombre más pequeño voló hacia atrás, aterrizando sobre sus colegas prisioneros. Enderezándose de un salto, listo para atacar, vio quien le había asestado el golpe y se detuvo, inflando las fosas nasales.
─Tócala otra vez ─dijo─  y te sacaré el collar, junto con la cabeza.
El dios palideció, tal vez incluso gimoteó.
─No lo valía, de todas maneras.
Por esas palabras, nick también podría matarlo.
─¿Qué diablos crees que haces? ─exigió miley, volviendo a la vida de repente y atrayendo su atención. Se giró hacia él, fulminándolo con la mirada─. Puedo acostarme con quién quiera. Y oye, incluso podría elegir a uno de tus amigos.
A pesar de sus palabras airadas, no estaba sin aliento como hubiera estado de ser nick quien la hubiera besado y sus mejillas no estaban sonrojadas. Sus pezones ni siquiera estaban endurecidos. Finalmente, algo enfrío las llamas más ardientes de su furia.
─Sólo cierra la boca. ─Aferrándola por la parte superior del brazo la arrastró fuera de la celda. Los barrotes se cerraron automáticamente tras él.
─¿Qué diablos crees que haces? ─preguntó de nuevo, resistiéndose a su agarre. Nunca había sido obediente con él.
─¿Qué diablos crees tú que estabas haciendo? ─rebatió nick. Cuando llegó al pie de las escaleras se detuvo. La rubia, quien justamente resultaba ser la diosa de la memoria, (maldición, ¿cuál era su nombre? ¿Mini? No, pero cerca. ¿M & M? ¿Minisong? Más cerca. Mnemosyne. Sí, eso era), Mnemosyne al igual que los otros tres guerreros designados para cuidar Tartarus hoy, lo miraban con la boca abierta.
─¿Qué? ─soltó con rudeza. Al menos miley había dejado de resistirse. Quieta a su lado, intercambiaba su atención de él a los otros y de los otros a él.
─No puedes simplemente sacar a un prisionero ─le dijo Hyperion, dios de la luz. Era un hombre apuesto, aunque tan pálido como su nombre lo sugería y más valía que miley no lo estuviera viendo como posible compañero de cama.
─No la estoy sacando ─contestó con frialdad─. La estoy trasladando. ─A una celda propia, donde ninguno pueda poner sus sucios, asquerosos labios sobre ella. Donde nadie pueda poner sus manos errantes sobre ella. Tampoco había nada sexual acerca de su decisión.. Simplemente no quería que experimentara ninguna clase de placer. No se lo merecía.
─¿Por qué? ─Mnemosyne lo miraba con curiosidad, sin una sola pizca de malestar o celos en su expresión.
¿Por qué? Se preguntaba él. La diosa había estado deseosa de tener algo con él desde hacía meses, invocándolo constantemente. La noche anterior, incluso había aparecido en su casa, desnuda.
Era hermosa, sí, y él casi había cedido y dormido con ella. Su cuerpo había quedado excitado después de lo ocurrido con miley, y estaba desesperado por encontrar alivio. Pero antes de cerrar el trato, había enviado a la decidida diosa de vuelta a casa. Se había sentido demasiado culpable para continuar. Como si estuviera engañando a miley. Lo cual era ridículo. La única relación que había entre ellos era una de odio.
Además, ¿quién quería pasar el tiempo con una mujer que nunca olvidaría tus errores? ¿Una mujer que recordaría todas tus transgresiones? Él no. Sin embargo, se había transportado a la casa de Mnemosyne esta mañana y le había propuesto pasar el día con él, solo para poder traerla a la prisión. Había estado extrañamente exultante ante la idea de hacer alarde de ella frente a miley.        
Así que de nuevo se preguntaba por qué la diosa de la memoria no sentía que miley era una amenaza. Aunque la mayoría de las mujeres no lo hacían, lo sabía. Las había oído hablar. miley era demasiado alta, demasiados pechos , decían. Demasiado ruda y demasiado tosca. Pero esas eran las cosas que habían despertado su interés en ella. miley podía manejar su fuerza. Ella daba tanto como recibía. Nunca se achicaría ante su mirada. Nunca huiría de su cólera. Siempre lo enfrentaría. Y eso le gustaba. Mucho. Nunca antes se había topado con una mujer que tuviera esa clase de coraje.
Y era bonita, pensó. Sí, tan solo ayer habría pensado que apenas lo era, pero ahora esa idea parecía errada en todo nivel. Hacía solo un momento, cuando había  entrado a la prisión, sintió su mirada sobre él y miró hacia ella. Por un segundo, tan solo un segundo, la atrapó con las defensas bajas. No sabía que él la estaba mirando, así que no había resguardado su expresión. Una expresión suave, soñadora, con los ojos luminosos. Esa visión de ella había calentado su sangre como si hubiera estado en llamas.
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dedikado a mi noviiaa jeniiiss espero q les guste mini maratonn 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanto el capitulo, genial sdfghjhgddfghjhgfd; por favor seguila!

Anónimo dijo...

me encanto el capitulo, genial sdfghjhgddfghjhgfd; por favor seguila!