-EL hijo de otra--cap-26

Claro que aquél no era su hijo en realidad sino, ironías de la vida, el del hombre con el que había pasado una noche de pasión y cuya mujer había dado a luz el mismo día que ella.
-No puedo separarme de él, miley -dijo nick de repente como si le hubiera leído el pensamiento-. Ha sido mío desde el principio, me ha ayudado a soportar las noches de desvelo y de culpa...
¿De culpa?
-No fue culpa tuya -le aseguró miley comprendiendo que se refería a la muerte de Maite.
-No -suspiró nick-, pero los demonios me acechan. Tú no tienes que respetar la memoria de alguien... En cualquier caso, miley, tú no eres la única que tiene sentimientos. ¿No sé te ha ocurrido pensar que esto es igual de difícil para mí que para ti? No te puedes imaginar lo que es perder a tu esposa y que luego te digan que tu hijo, su hijo, al que ella jamás podrá abrazar, no es tuyo... -dijo angustiado-. Sé que a ti te pasa lo mismo con Sean –sonrió-. Jamás podría separarme de Jack... conozco su risa, su llanto, su estado de ánimo con sólo verlo. ¿Crees que podría desprenderme de él después de dos años creyendo que es mi hijo?
-Es tu hijo -le aseguró miley con voz trémula al cabo de unos segundos.

El silencio que se hizo entre ellos pareció durar una eternidad.
-¿Qué me estás diciendo? -dijo nick.
-Jack es tuyo y no de lucas.
-Pero... ¿Cómo es posible? Tomamos precauciones, me dijiste que estabas tomando la píldora -objetó nick con el ceño fruncido-. Y los niños nacieron el mismo día. Maite tuvo un embarazo difícil y Sean nació después de lo esperado, pero fue concebido por lo menos... -hizo cálculos cinco semanas antes de la noche que... A no ser que Jack naciera de manera prematura... -se interrumpió al ver que miley negaba con la cabeza.
-Nació tres semanas antes de lo previsto, pero no fue prematuro -le dijo.
Su médico le había dicho que un niño nacido después de entre treinta y siete y cuarenta y dos semanas de gestación era perfectamente normal.
Obviamente, ella había dado a luz en la treinta y siete y Maite, en la cuarenta y dos.
¿Cómo estaba nick tan seguro de que había habido cinco semanas de diferencia en la concepción de ambos bebés?
-¿Me estás diciendo que no sólo falló el preservativo sino la píldora también? -le preguntó como si no la creyera.
No era para menos.
-Es increíble, ¿verdad? Sí, ya lo sé.
¿Había sonado ácida y herida? No había sido su intención, pero, a juzgar por cómo la estaba mirando nick sí, había sido así.
-Había estado tomando antibióticos y el médico me explicó que podían atenuar los efectos anticonceptivos de la píldora. En cuanto al preservativo, no sé, tal vez estuviera roto. En cualquier caso, jamás me acosté con lucas. Estaba obsesionado con no tener hijos en aquel momento de su carrera profesional y me insistió mucho para que tomara la píldora. No sé si es que yo no lo deseaba como tendría que haberlo deseado o qué, pero lo cierto es que, como teníamos previsto casarnos en poco tiempo, decidí esperar y no acostarme con él hasta estar casados. Una boda de cuento, supongo, o eso creía yo en aquellos tiempos. A él le pareció bien cuando se lo propuse.
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este va dedicado para juntos por siempre