-EL hijo de otra--cap-12

Unas horas después, mientras las burbujas del jacuzzi la envolvían, miley se dijo que tendría que haberse negado a que nick le organizara la vida una vez más.
Sin embargo, la verdad era que le había apetecido aceptar su invitación. No todos los días tenía una la oportunidad de estar en un Cadman Hotel & Leisure Complex, dejar que la mimaran en un spa, engalanarse, conocer gente y disfrutar de la compañía de otros adultos.
Entonces, se dio cuenta avergonzada que, en realidad, era sobre todo la compañía de nick la que buscaba.
¿Por qué la había invitado a salir? Le había dicho que no quería ninguna complicación, así que lo más probable era que ninguna de sus amigas estuviera libre aquel día o, tal vez, al tenerla viviendo bajo su techo, se había sentido obligado.
Tras el largo y relajante baño de burbujas, se sintió mucho mejor. Fresca, perfumada y arreglada fue al encuentro de nick, con quien había quedado en el vestíbulo del hotel.
-Estás increíble -le dijo al verla.
Aquel cumplido hizo que miley se sintiera todavía mucho mejor.
¿Por qué un simple cumplido de aquel hombre hacía que se le acelerara el pulso? Lo cierto era que había puesto mucho mimo en arreglarse para aquella fiesta.
nick también estaba impresionante, lo que no hizo sino ponerla más nerviosa.
-Vamos, te quiero presentar a mis socios -le dijo ofreciéndole el brazo.

 Cuando entraron en un salón lleno de velas, miley supo lo que era ser el centro de atención. Todas las cabezas se giraron hacia ellos. Tanto hombres como mujeres se sentían atraídos por el hombre qué estaba a su lado.
-Tranquila -le dijo nick-. No tienes nada que temer. Imagínatelos a todos desnudos y con narices rojas de payaso.
Funcionó. miley se rió contenidamente y se sintió mejor.
-Muy bien -le dijo nick
La velada resultó menos apabullante de lo que miley había previsto. Nadie le preguntó quién era, y se encontró disfrutando de la desternillante historia de una bola de golf perdida que le narró un socio de nick mientras se tomaba algo en el bufé.
El tiempo fue pasando hasta que miley se dio cuenta de pronto que estaba sola.
-Vaya, vaya, pero si es mi pequeña miley. No nos encontramos en la ciudad y mira tú por dónde nos encontramos aquí.
miley se giró horrorizada y se encontró con aquellos ojos color avellana que conocía tan bien.
-Ya no soy tu pequeña miley, lucas -le dijo.
-Pero sigues siendo igual de guapa -sonrió él-. ¿Quién tiene la suerte de compartir la velada contigo? Supongo que no será Cadman -comentó mirando a nick, que estaba hablando con dos atractivas mujeres.
-Hemos venido por motivos de trabajo -contestó miley.
-¿Qué tipo de negocios tienes tú con el señor Cadman? ¿Eres su ayudante personal o tienes tareas mucho más personales como mantenerle la cama caliente?
-¡No digas tonterías! -exclamó miley sonrojándose.
-Sólo estoy diciendo lo que es obvio. Hay que ser una empleada muy importante para acudir a una fiesta del brazo del jefe.
miley supuso que lucas tenía razón y que muchos de los presentes habrían pensado lo mismo, pero lo cierto era que nick y ella no habían pasado mucho tiempo juntos. De hecho, habían pasado casi toda la velada hablando con diferentes personas por separado.
-¿Qué tal te va la vida? ¿Y taylor? –le preguntó a lucas ignorando su última frase-. Se llamaba así, ¿no?
lucas se encogió de hombros.
-Ya sólo somos amigos.
-O sea que no funcionó.
lucas pareció dudar.
-Ella se quería casar y yo no -contestó por fin.
-¡Eso me suena! -exclamó miley con acritud. 
-Lo siento.
-¿Lo sientes? -serió burlona ley-. ¿Por qué lo sientes?
-No estaba preparado. Me asusté.
-Fuiste un canalla y punto.
-Sí, supongo que tienes razón. Me equivoqué, lo admito, pero me gustaría rectificar si me dejas.
-¡Ni por asomo! -exclamó miley viéndolo palidecer.
-Ya te he dicho que lo sentía.
-Sí, ya te he oído, pero, ¿qué pretendes, que me ponga de rodillas y te muestre mi gratitud? Pues no lo pienso hacer, lucas. ¡Te vas a tener que buscar a otra tonta que gaste su energía en ti porque yo no pienso hacerlo!