sábado, 27 de octubre de 2012

The Beautiful Between - Capitulo 16

Capítulo 14

—Está bien.
—Hasta luego, Sternin. —Y Nick se inclina para besarme en la
mejilla. Frente a todos. En el comedor.
Presiono mis pantorrillas contra las patas de metal de la silla, haciendo
que me quede quieta, como si el beso no fuera nada en absoluto. 


Después de la escuela me pongo mi pijama y trago tres Advil
 sin agua,
esperando que cure mi nuevo dolor de cabeza, esperando que se vaya
antes de que Nick llegue aquí. Me quedo tendida encima de las
mantas en mi cama. Ellos nunca lucharon con la complejidad
emocional en cuentos de hadas. Al igual que, ¿cómo Cenicienta perdonó
a su padre, no por morir, sino por no ponerla en primer lugar cuando
escogió a la mujer con la que se casaría? ¿Cómo Blancanieves lidió con
saber que su belleza llevó a otra mujer a tal locura? ¿Cómo Rapunzel
sobrevivió a ser encerrada en una torre, no sólo confinada, sino sin ser
capaz de poner sus pies en el suelo, algo que volvería a la mayoría de
las personas locas? ¿Alguna vez pasó sus manos por el suelo de piedra,
preguntándose cómo sería? ¿Alguna vez consideró saltar por la
ventana? ¿Quiso cortarse su propio cabello, una versión de cuento de
hadas de cortar tu nariz para arruinar su rostro? Y lo más intrigante y
perjudicial de todo, ¿qué pasó con su relación con la bruja malvada?
¿Cómo siquiera sabía que era malvada? La bruja la alimentó y puso un
techo sobre su cabeza, aunque alto y solitario debió ser. 
Me apoyo en mis almohadas y giro mi cuello para ver por la ventana.
Estamos a doce pisos de altura y mi habitación da hacia Madison
Avenue. Algunas veces, desde esta ventana, puedo ver a mi madre
viniendo a casa de uno de sus almuerzos, una caminata o desde el
supermercado. Algunas veces vamos al supermercado juntas, pero
cuando no estoy, todavía elige la comida exacta que quiero; nunca tengo
que decírselo. Supo cuando cambié de Coca Cola normal a dietética, y
comenzó a comprar para mí. Nota cuando se nos está acabando el
cereal, aunque no lo coma, y siempre se asegura de que haya una caja
de leche fresca y sin caducar. Tal vez la bruja pensó que estaba
protegiendo a Rapunzel, no castigándola. Tal vez pensó que si Rapunzel
estaba encerrada, nadie podría herirla. Tal vez la bruja se quedó con
Rapunzel porque la amaba, porque tenía miedo de que, si otras
personas alcanzaban a Rapunzel, la herirían. Y tal vez Rapunzel no
entendió a la bruja; tal vez estaba enojada con ella, pero tal vez,
también la amaba.
 
                                                
Advil: medicamento que ofrece alivio temporal por los dolores asociados con: Dolor de
Cabeza, Gripe Común, Dolor de Dientes, Dolores Musculares, Calambres Menstruales,
Artritis, y fiebre.





Nick tocó el timbre exactamente a las ocho. Él es, en general,
mucho más rápido de lo que esperaba que fuera.
—Oye, el portero no te detuvo.
—No, ahora me reconocen.
—Sí, supongo. —Por supuesto, con todos esos cigarrillos.
Nick saca su libro de física tan pronto como entra a mi habitación,
así que no es cuestión de hablar primero. Me siento aliviada… De hecho
realmente hice lo mismo: alisté todas mis cosas de física para que
supiera qué esperar cuando llegara aquí. Aún estoy avergonzada por lo
que sucedió en el almuerzo, cuando intenté hablar sobre Kate y mi
padre.
—¿Dónde está tu madre? —pregunta después de una hora o así de
trabajo. Estamos sentados en el suelo junto a mi cama, y Nick está
recostado contra esta.
Me encojo de hombros.
—No estoy segura. No estaba en casa cuando llegué después de la
escuela.
—¿No te lo preguntas?
—En realidad no. Quiero decir, es su vida privada, ¿verdad? Tiene
derecho a eso.
Nick me mira raro.
—¿Quieres decir qué tiene una cita?
—No lo sé. Podría ser.
—¿Pero no le preguntas?
Nunca se lo preguntaría. Me encojo de hombros como si nada.
—Supongo que no.
—Tal vez no quiere que sepas que está saliendo con alguien. Quiero
decir, como si estuviera preocupada porque te sintieras mal por eso.

—No creo que lo haga. Nunca ha salido en serio con alguien, que yo
sepa.
Nick inclina su cuello, por lo que la parte trasera de su cabeza se
apoya en la parte superior de la cama, mirando al techo. Pienso en
todas las veces que me recosté ahí, mirando el techo desde mi cama, y
me pregunto si Nick nota las mismas cosas que yo… los lugares
donde la pintura se está pelando, la marca de agua en forma de cola de
perro.
—Pero, ¿no sabes lo raro que suena que no lo sepas? Es tu madre.
Esto se está volviendo frustrante, atacando nuestra convivencia
cuidadosamente coreografiada. Sé que algunas madres e hijas están
más unidas. Y sí, eso me hace sentir celosa, incluso a mi edad, cuando
las veo juntas, agarradas de la mano. Pero sé que no puede ser así, no
desde que era un bebé, no desde el primer día del tercer grado. Tal vez
hay demasiados secretos entre nosotras: ella no me puede decir la
verdad sobre mi padre, y yo no puedo decirle cómo he estado
mintiéndome acerca de él, acerca de ella también, y sobre mí, desde que
tenía ocho años. 

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