sábado, 27 de octubre de 2012

Why I had to love - Capitulo 13


Capitulo 13
Confrontaciones.
Fue como si en vez de aparecer, hubiera surgido del propio infierno. O quizás haya sido la impresión que Nick causaba a su amigo, cuando lo miró salir hecho un demonio hacia la casa. El lugar estaba rodeado de árboles, y desde allí, se escuchaba el sonido del mar golpeando en los acantilados. Las casas colindantes estaban un tanto alejadas, por lo que el terreno, estaba despejado, por si el recuperar a Miley se tornaba ruidoso.
Nick echó un vistazo al lugar, tratando de encontrar una estrategia. Siempre le era de ayuda, observar el entorno antes de decidirse por un movimiento. Sabía que Joe, estaría pendiente de sus movimientos. Conocía esa mirada cautelosa que su amigo le hizo cuando aparecieron. El temor brilló un segundo en sus ojos negros… pero Nick sabía que no era el temor a encontrar a su hermana en peligro. El temor reflejado era por su reacción al verla apenas lastimada. Dean Thomas ardería en el infierno, si tan solo Miley tuviera un solo rasguño. Frunció el ceño… Ella o su bebé. La noticia lo había tomado por sorpresa. Pero también lo había determinado a acabar con ese infeliz de una vez y para siempre. Dean Thomas no iba a tener nuevamente la oportunidad de lastimar a sus seres amados. Suspiró. Podía sentir en sus labios el aire salado. Y su sangre bullir en sus venas, clamando justicia. La cabaña no era muy grande. Nick observó desde donde estaba que había gran cantidad de luces en la planta baja, y en el piso superior, solo una de las habitaciones se encontraba tenuemente iluminada. Joe se acercó y se detuvo a su lado. Nick podía sentir la respiración jadeante de su amigo. Al parecer, habían recorrido bastante desde el lugar de aparición. El apenas respiraba. Estaba calmo… era la calma antes de la tempestad. Sabía que cuando tuviera en frente a ese bastardo, se desataría el infierno en la tierra… y sería peor que con Voldemort… porque Dean estaba tocando algo más que su vida.
- Nick… - dijo Joe. El solo miraba los alrededores de la casa, y no le respondió – mira… de seguro Miley esta en el piso de arriba.
- Lo sé – dijo y comenzó a caminar – Y el "conejo" al parecer está solo… y a punto de ser devorado por "el lobo feroz"
- Está solo… - suspiró Joe– Nick… Dean está completamente desquiciado – lo tomó del brazo e hizo a Nick trastabillar y maldecir – no es necesario…
- Mira… no te dije que vinieras para que me des lecciones de moral… ni de misericordia.
- Nick…
- Escúchame bien, porque una vez que entre a esa casa, no volverás a escucharme – lo tomó del brazo – una vez que entremos, irás a buscar a Miley…
- Pero…
- Sin peros – rugió – Yo estaré bastante ocupado con Dean.
- No lo mates…
- No tengo en mente varias opciones sobre qué hacer con Dean cuando lo encuentre, Joe– dijo con frialdad – pero te diré solo una cosa – empuñó su varita – ese desgraciado no volverá a acercarse a mi mujer de ninguna manera posible.
- No estarás pensando…
- No voy a pensar… voy a actuar… - se detuvo un instante y se dio vuelta para mirarlo – quiero que una vez la encuentres, te desaparezcas inmediatamente y la lleves a San Mungo.
- Piensas que…
- No voy a pensar que ella está lastimada, porque si lo hiciera esta parte de Inglaterra desaparecería del mapa… - dijo apretando los dientes. – ¿Vas a hacer lo que te pido? – Joe lo miró. Veía determinación en los ojos de Nick.
- ¿No tendrás remordimientos si lo matas, verdad? – quiso saber – ¿no te pesará matar a un ser humano?
- Joe– dijo haciendo una mueca de sonrisa – no voy a hacer un horrocrux. No voy a cometer un asesinato. – Apuró el paso y casi al llegar a la entrada lo miró – solo haré un acto de justicia… - sonrió – algo así como… hacer la limpieza general de primavera.
- Me das miedo – dijo Joe, preparándose para entrar.
- No tengas miedo de mi, Joe… - susurró – El miedo va a tenerlo Dean, porque cuando lo tenga frente a mi, deseará que su maldito padre se haya puesto un jodido condón antes de concebirlo…
Ojala hubiera aprendido a rezar. Pero en el mundo mágico, la religión no se llevaba bien con la magia. En el mundo mágico no había lugar para dogmas de la iglesia… pero como le hubiera gustado aprender a rezar. Quizás, en estos momentos hubiera rogado porque algún dios cuidara de su bebé. Lloró en silencio, mientras peleaba con sus ataduras, aunque sabía que esa batalla la tenía perdida. Dean había apretado demasiado las cuerdas. Trataba de no hacer ningún ruido, para así adivinar que podía estar haciendo su captor en ese momento. No era que el maldito estaba siendo meticuloso. Trataba de ponerla histérica, mientras hacía ruidos en la planta baja, y le prometía miles de torturas. Minutos después no hubo movimiento alguno. Miley tembló. Comenzó a moverse frenéticamente, pero las ataduras se lo impedían… El contínuo tironeo, hizo que sus muñecas comenzaran a sangrar. "Querido Merlín", pensó, "esta no es la idea de muerte que siempre había tenido para mi". Al menos había esperado morir de vieja y alrededor de sus seres queridos. No de esa manera… atada y amordazada, en manos de un maniático. "Nick"… se detuvo un segundo y sollozó, pensando que a estas alturas, nadie estaría enterado de su triste destino, y que su adorado Nick se encontraría en brazos de Selena, tratando de olvidar el pasado para construir un futuro... Ellos y su hijo. Trató de imaginarse a ese niño, pero no tuvo tiempo. Una explosión en el piso de abajo la hizo sobresaltar, y lamentar no haber aprendido al menos una simple plegaria. Luego comenzó un pandemonio. Instantes después, los pasos pesados de alguien subiendo las escaleras. Trató de soltarse desesperada. Los pasos de Dean sonaban como el ángel de la muerte… y venía a por ella. Que Merlín se apiade de su alma, fue lo último que pensó cuando cerró los ojos, al oír como se abría lentamente la puerta.
Al llegar a la escalera de entrada. Nick se detuvo un segundo. Se acercó a uno de los ventanales tapados por cortinas, y observó que una persona iba de un lado al otro de la estancia. La casa no era grande. La sala, el comedor y la cocina, estaban en una misma estancia. Trató de ver si había alguien más, pero el ruido de la cubertería siendo arrojada al piso, lo hizo actuar… no lo pensó dos veces. Y sin darle si quiera una mirada de aviso, Se paró frente a la puerta y con un potente hechizo, la hizo volar en pedazos. Al entrar en la casa, tuvo que esquivar unos cuantos cubiertos que le arrojara Dean, al ser sorprendido. Joe, alcanzó a agazaparse detrás de un sillón. Una vez que Dean alcanzara su varita, rió estridentemente. Nick sonrió, y le lanzó un hechizo que Dean esquivó apenas. Esto le dio la oportunidad a Nick para lanzarle tres hechizos consecutivos que hizo a Dean, escudarse, detrás de una mesa. Nick miró a Joe, y este sin esperas directivas, corrió para perderse escaleras arriba. Dean comenzó a arrojar objetos punzantes a Nick, mientras reía desquiciado.
- ¡Ey, Dean! – dijo Nick al parecer disfrutando. Se había ausentado tanto tiempo… sin usar su varita por tantos años y ahora, que la tenía en sus manos y a punto de enzarzarse en un duelo, hizo que su corazón saltara de ansiedad. Comenzar su vuelta al mundo mágico con un duelo a muerte, lo reconfortaba, le daba bríos, lo hacía sentirse vivo "Como en los viejos tiempos", pensó con una sonrisa de nostalgia.
- No puedo creerlo… - dijo Dean, abriendo sus ojos – No puedo creer lo que ven mis ojos… - hizo una reverencia y Nick salió de su escondite – El mismísimo Nick Jonas.
- Has estado haciendo cosas, Dean… cosas que no tengo intenciones de permitir…
- Tu qué crees… - dijo irónico – no he estado haciendo nada malo…
- ¿Ah, no? - dijo posicionándose – creo que tienes algo que me pertenece – Dean se puso serio…
- No sé de qué hablas… - y lanzó un hechizo de petrificación.
- Vamos Dean, no estamos en la escuela… no somos unos críos estúpidos a punto de batirse a duelo en un corredor, porque a uno le robaron su cromo de brujas - rió – no voy a perder mi tiempo con hechizos escolares… - le lanzó un sectunsempra, que le dió a Dean en el brazo y lo hizo sangrar. Nick sonrió – eso, es un hechizo de hombres… - lo miró con asco – aunque mirándote desde aquí, acabo de darme cuenta… tu, no eres un hombre – le escupió y le lanzó otro hechizo que Dean apenas esquivó – ¡tu sólo eres un maldito bastardo que tiene algo que es mío!
- ¡MILEY ES MIA!!! – dijo Dean encolerizado – era mía, y no voy a dejar que tú, ni tu maldita sombra arruine mi felicidad a su lado…
- Vamos, a estas alturas deberías saber que Miley es mía… siempre lo fue – rió – ¿acaso no miraste su tatuaje? - Dean le lanzó un hechizo que dió en una estantería, logrando que todos los adornos se hicieran añicos. La risa de Nick tronó en la estancia.
- Miley se ha portado mal conmigo… - jadeó- ¡y tu maldito recuerdo siempre fue un obstáculo para nuestra felicidad! – rugió desesperado.
- Infeliz…
- ¡Ella me ama! – dijo seguro – y solo ha estado tratando de olvidarme…
- Si, claro y yo soy la reencarnación de Dumbledore… - dijo con sarcasmo.
- ¡Ella me adora!! – balbuceó – ella sólo está confundida… pero ya verás cuando le dé unos cuantos correctivos mas… Espero que lo que le hice la haga cambiar de parecer… – Nick, se puso serio de repente.- Al menos no irá a ningún lado… no, si yo no lo permito… - rió.
- ¿Qué le hiciste? – rugió furioso – no, no me lo digas… te lo haré escupir junto con tus dientes… - y sin decir una sola palabra mas, comenzó a lanzarle los peores hechizos que nunca hubiera querido utilizar.
Al llegar al final de la escalera, la risa desquiciada de Dean, hizo que a Joe se le erizaran los pelos de la nuca, pero la contestación, pausada y fría de Nick lo hizo sentirse peor. Ahora no dudaba… Nick iba a Matar a Dean… pero a pesar de que tenía ese temor, su propósito era encontrar a su hermana. Contó las puertas, hasta llegar a la que estaba iluminada. Trató de hacerse una idea mental de que su hermana estaba bien… viva y bien. Los ruidos que llegaban desde la sala, no eran halagüeños. Nick clamaba por el corazón de Dean, e iba a tenerlo. No le importó. Lo importante para Joe era ayudar a su hermana. La puerta hizo un chirrido exasperante, y adaptando los ojos a esa media penumbra, vio hacia la cama. Miley estaba quieta, y atada de pies y manos. Los jeans a la altura de una de sus rodillas, estaba ensangrentado. Trató de serenarse. Se acercó lentamente con la varita en la mano y suplicando que Nick se hiciera cargo de Dean, porque si él tuviera que batallar con Dean por lo que estaba viendo, el muy bastardo estaría ya a varios metros bajo tierra.
Miley escuchaba los ruidos y gritos que venían desde la planta alta, y también escuchaba unos pasos que sigilosamente se acercaban a su cama.
- Miley… - El susurro de la inconfundible voz de su hermano, hizo que su equilibrio emocional se fuera al diablo. Alivio, terror, miedo, dolor, angustia, se acumularon en la garganta y le prohibían hablar. – Por Merlín, qué te hizo ese desgraciado… Miley – sintió con cierto alivio que las cuerdas de las manos y los pies se rompían liberándola… y allí el dolor se adueñó de su cuerpo. Y sollozó – Miley dime que estás…
- Joe–carraspeó. Tenía la garganta seca del terror – Joe… viniste…
- Enana – la abrazó pero un quejido lo hizo soltarla rápidamente – ¿qué te hizo?
- Tengo una rodilla rota, y los tobillos… él saltó encima de mis tobillos…
- Maldito…
- Y me duele el golpe en la cabeza…
- Vámonos de aquí…
- El vendrá Joe… - dijo aterrada.
- No – trató de alzarla pero el dolor de la pierna lo hizo retroceder. Rápidamente apuntó su varita – férula – y la pierna fue mágicamente entablillada. – esto servirá hasta que lleguemos a San Mungo…
- Joe, él vendrá y si no…
- No te preocupes por Thomas… de él se está encargando Nick.
- ¿Nick?
- ¿Creíste que iba a dejarte sola?
- En verdad, yo pensé que…
- Miley no es tiempo de pensar… - la miró – debemos ir al hospital… tenemos que curarte... y también saber como está mi nuevo sobrino – Miley gimió.
- Lo sabes…
- No te enojes con Demi… se le escapó… - la levantó, y Miley pasó sus brazos heridos alrededor de su cuello.
- Lo siento Joe… - apoyó la cabeza en el pecho de su hermano – Siempre te estoy dando problemas…
- No seas tonta… para eso estamos los hermanos. Si no tuviera una hermana tan problemática, mi vida sería muy aburrida – y antes de ver la tibia sonrisa que le brindó su hermana, desaparecieron.

2 comentarios:

Maryorit Emily dijo...

peri periquitaaaaaaaaa!!
amiga me encanto el cap!! :D
a seguir leyendo !

Anónimo dijo...

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