Invirtiendo roles
Jadeaba y se quitaba de su frente el sudor. Había
desatado su furia, y su oponente estaba prácticamente fuera de combate… pero
aun necesitaba sacarlo de circulación. Sentía la necesidad de hacer algo para
que ese imbécil dejara en paz a los suyos. Pero el recuerdo de Miley, el futuro
que le esperaba junto a ella, unido al pensamiento de su hijo, y su maldita
compasión lo hicieron retroceder. No podía matar a sangre fría. Aún con la
varita en la mano caminó los pasos necesarios para ver en el estado en que se
encontraba. Estaba semiinconsciente. Dean miraba a Nick con el estupor plantado
en sus ojos. Nick tuvo ganas de patearle la cabeza hasta partírsela, pero el
impulso sólo duró un minuto. Se agachó para ver si las heridas eran de
gravedad.
- Debería dejar que te pudrieras… asqueroso hijo de
p… - se detuvo – no, tu madre no tiene la culpa de la mierda en que te
convertiste… - Dean sollozó – ¿acaso tienes miedo?
- Adelante… termina el trabajo desgraciado.
- Oh, no… dejaré que se encarguen de ti los aurores
– Un patronus en forma de perro apareció frente a él y se escuchó en la sala la
voz grave y pausada de Joe, "ya están en el lugar convenido" y desapareció. Nick
suspiró aliviado. Dean lo miró con rabia.
- ¿Por qué tuviste que aparecer? - dijo Dean
escupiendo sangre – ella era mía… y estábamos bien juntos. – lo miró – pero
tuviste que aparecer… y solo tu podías arruinar mi futuro con ella.
- No… no digas estupideces… no fui yo el que
arruinó tu relación con Miley… fuiste tu, maldito cobarde, tu que quisiste
coartar su libertad, alejarla de todos, obligarla a golpes a que sintiera por
ti algo que no siente… Ese error lo cometiste tú.
- Ella era mi vida… sin ella no soy nadie…
- No eres nadie Dean Thomas – le escupió – mira en
la mierda que te has convertido… Merlín, agradece que no te rompa todos los
huesos… - Se levantó – pero ya tendrás tiempo de sobra para reflexionar en
Azkaban…
- ¡No me mandes allí! – chilló desesperado,
queriendo incorporarse pero los golpes lo debilitaban. Nick se alejó un poco.
En ese momento se escuchó el sonido de varias pisadas alrededor de la casa. –
¡Por qué tengo que ser yo el que pague, cuando la culpa de todo es de esa perra
de Miley!!
- ¡Cállate bastardo! – rugió Nick, dándole una
patada en las costillas que hizo chillar a Dean – ¿no te das cuenta? ¡Quiero
con todas mis fuerzas matarte con mis propias manos!! Te atreviste a tocar a la
mujer que amo. No me provoques, mi resistencia pende de un hilo, así que yo que
tu me callaría la boca… y ruega, ruega que ella no tenga ninguna herida de
gravedad, porque te aseguro que si ella o mi hijo, tienen algún problema,
rogarás que en Azkaban aún tengan a los dementores... porque yo mismo, con mis
manos no solo te sacaré el alma, sino también el corazón… basura…
- ¡Estás mintiéndome!! – dijo desesperado – ¡Ella
no pudo hacerme esto!! ¡Ella no puede tener un hijo contigo!!
- A ver si se te mete en esa cabeza llena de estiércol
que tienes... Miley y yo vamos a tener un hijo y te juro que si alguna vez
vuelves a amenazar su seguridad, te mato, ¿entendiste?
- Mátame ahora entonces… - dijo – ya no quiero
vivir sin mi Miley…
- No voy a ensuciarme las manos contigo… - dijo –
No podría tocar a mi hijo con las manos llenas de sangre… y menos manchadas con
tu sangre, bestia asquerosa… ¿te gusta golpear a las mujeres, verdad? Espero
que en Azkaban te den de tu propia medicina. - el ruido de botas subiendo los
escalones del frente alertó a Nick. Al llegar a la desvencijada puerta, se
encontró con casi la totalidad de los Cyrus varones, que irrumpían en la sala,
con cara de pocos amigos.
- ¿Que hacen aquí? – dijo sorprendido.
- Quiero matar a ese asqueroso gusano con mis manos
– dijo la voz seria de Charlie, haciendo crujir su mandíbula de lo tenso que
estaba – pero también quiero ver como Bill le destroza la garganta con sus
nuevos colmillos… y tu mocoso no vas a impedírnoslo. – lo miró desafiante. Nick
no se amedrentó – aun no tienes derecho de defender a mi hermana.
- Es mi mujer… y al parecer la madre de mi hijo… -
lo miró – y me importa una mierda tu complejo de hermano protector.
- Vamos Nick – dijo Bill en tono conciliador – no
nos quites la diversión.
- Te aseguro que pasara por cada uno de nosotros –
dijo Fred – para que aprenda que con un Cyrus nadie se mete…
- Ya no es necesario… - dijo Nick – ya me ocupe de
él – miró hacia la sala y vio a Dean levantándose con dificultad.
- Diablos… - dijo George resoplando – no nos
dejaste nada, Jonas…
- ¿Por que no te haces el machito con uno de
nosotros bastardo inmundo? – Dijo Arthur y Nick se sorprendió de verlo tan
desencajado – te atreviste a tocas a mi princesa… pero no sabes que nadie se
mete con la niña de mis ojos… ¡te voy a matar! – Nick tuvo que hacer un
esfuerzo enorme para detener al señor Cyrus.
- Por Favor – dijo jadeando y mirando a los demás –
¡ayúdenme a detenerlo!
- Déjalo que se lo coma vivo… - dijo Bill.
- ¡No! – Apoyó al señor Cyrus contra la pared – no,
señor Cyrus… ese imbécil no vale la pena – Arthur lo miró – ya no podrá hacerle
daño… yo no se lo permitiré – Arthur dejó de forcejear y suspiró.
- Nick… - dijo George. – parece que el bastardo aun
no se resigna… - miró hacia la chimenea y vio a Dean que con la mirada
enloquecida blandía un enorme cuchillo.
- Suelta ese cuchillo, Thomas…
- ¡NO! – chilló – no te das cuenta… sin Miley no
soy nada…
- No podrás escapar… – dijo serenamente, mientras
se acercaba a Dean – tienes a ocho magos dispuestos a evitarlo… - Dean rió a
carcajadas, mientras de su boca salían hilos de saliva.
- Idiota… - rugió – siempre fuiste un maldito
conciliador… "el bueno de Jonas," "el elegido." ¡Un maldito
hijo de puta, eso eres tu! – movió el cuchillo de una mano a otra- ¿Crees que
quiero escapar? No… no voy a hacerlo… - Se cortó el antebrazo a la altura de
las muñecas.
- Está chiflado – susurró Fred. – debemos llevarlo
a San Mungo…
- ¿San Mungo? Sería como mandarlo a un spá – bufó Charlie
– Chiflado o no, no va a escapar de su destino en Azkaban…
- ¡NO! ¡No, NO!!!!! – y sin que Nick pudiera
detenerlo se clavó el cuchillo profundamente a la altura del corazón.- No voy a
ir a Azkaban… prefiero la muerte- El chorro de sangre comenzó a teñir el piso
de la sala, cuando el mismo Dean, caído y jadeando, lo sacó de su pecho y
dirigió a Nick una mirada perdida.
- Idiota… - dijo Nick cuando se agachó para ver si
podía ayudarlo.
- Dile a Miley que me perdone… - Nick no iba a
hacerlo, pero al mirar a su antiguo compañero, lo invadió la compasión, y sin
decir nada, asintió. Dean dio unos cuantos suspiros… instantes después yacía
inerte en el sucio salón de la casa. Nadie fue capaz de emitir palabra alguna.
***
La señora Cyrus permanecía en la sala de espera,
tratando de serenarse. A su lado una adormilada Demi apoyaba su cabeza sobre el
hombro de un impaciente Joe, que deseaba estar en aquella cabaña al lado de su
padre y sus hermanos. En su mente había una pregunta que lo carcomía. ¿Habría
sido capaz Nick de matar a Dean? La cabeza de Demi dejó de pesarle en el hombro
haciéndolo salir de sus cavilaciones, y dándose cuenta que el sanador de su
hermana estaba frente a ellos. Se levantó rápidamente y se unió al grupo. Tras
unas breves palabras confortantes, los dejó para poder ver a la paciente.
Afortunadamente y a palabras del médico, el estado de Miley no revestía
gravedad alguna. Ni ella ni el bebé habían sufrido daños graves, pero que Miley
aún estaba conmocionada. La señora Cyrus se secó las lágrimas que surcaban su
rostro y abrazando a una chillona Demi, que trataba infructuosamente de
serenarse. Joe las dejó y se encaminó hacia la habitación. Al abrir la puerta,
la mirada sonriente de su hermana le brindó alivio.
- Aunque te cayera el mundo encima, tu aun
seguirías sonriendo – fue lo único que se le ocurrió decir. Miley sonrió aun
más.
- También me alegro de verte hermanito – Joe se
acercó y la abrazó, notando la dureza de la pierna.
- ¿Y esto?
- Es algo muggle… un yeso.
- Pero…
- Bien... no pueden darme la poción crecehuesos – se tocó
lévemente el estómago – tu sabes… efectos colaterales que ponen en peligro…
- A mi sobrino.
- A tu ahijado… - Joe sonrió complacido.
- Ya lo sabia… - Miley arqueó una ceja.
- ¿Tan creído estabas de que te elegiría? – dijo
ella golpeándole el brazo.
- No… - la miró – una promesa mutua de hace años,
entre su padre y yo. – A Miley se le humedecieron los ojos.
- Joe… - no pudo decir nada más porque la señora Cyrus
y Demi, que no tuvo suerte en parecer calmada entraron a la habitación. Su
madre sonrió apenas y la abrazó, pero Demi, comenzó a chillar como una
histérica, cuando Miley la miró sonriente
- ¡Perdóname!! – dijo y se lanzó a sus brazos –
¡estaba tan atemorizada que le dije a todos lo del bebé!! ¡Pero te juro que se
me salió sin que pudiera evitarlo!
- Demi… - dijo algo sofocada, mirando a Joe y
pidiéndole ayuda. – Demi, por favor… tengo un yeso en la pierna… - ella se
incorporó y secándose las lágrimas se disculpó.
- ¿Estás bien, hijita? – dijo su madre acariciando
su cabellera.
- Si mamá.
- Y mi nieto… - dijo Molly, mirándola con reproche.
- ¿Tendré que escuchar que todos me recriminen
sobre eso?
- No, por mi nieto no, – dijo su madre – pero si
nos pasaremos tu existencia reprendiéndote el que no nos dijeras nada sobre ese
joven… - Miley se puso seria.
- Lo siento.
- No debiste dejarnos de lado Miley – dijo su mamá
severa – tu sabes que estamos juntos, en las buenas y en las malas.
- Lo siento mamá – dijo y una lágrima bajó por su
mejilla.
- Ya no lo sientas… - dijo abrazándola – no
volverás a pasar por esto sola… - sonrió – además, ahora tienes a Nick para que
te proteja.
- Nick no va a estar conmigo…
- ¿Que dices? – dijo Demi.
- La verdad… Nick y Selena volvieron a verse… -
sollozó – tienen un hijo… y de seguro…
- De seguro algún golpe te afectó el cerebro – dijo
Joe – estás diciendo pavadas…
- No es así… yo escuché cuando Selena se lo decía…
- ¡Estás loca!
- Papá también lo sabía… nunca pudieron decírselo a
Nick porque cuando la atraparon, él se había marchado…
- Pero… - Los demás estaban aturdidos y confundidos
con la revelación de Miley.
- Es la verdad… - suspiró – y yo no voy a esperar
que me lo diga en la cara…- miro a todos – mi historia con Nick terminó.
- Aunque esa historia de Selena y un supuesto hijo
con Nick sea cierta, sabes que Nick no se quedara tan sereno, con respecto a
este hijo Miley. – dijo Demi.
- El no va a tener problemas… va a estar con la
mujer que siempre amó…y ni mi hijo ni yo, formamos parte en esa ecuación,
amiga, así que no tendrá que decir nada al respecto.
- Yo que tu…
- No quiero hablar mas el tema… estoy cansada. -
entendiendo la indirecta, Joe le dio un beso y junto a Demi salieron de la
habitación dejándola con su madre. Una vez en el pasillo, Demi se separó
levemente y miró a su esposo.
- Tu crees que Nick…
- Nick no la va a dejar tranquila tan fácil Demi –
dijo Joe – y no sé que es esa absurda historia del hijo de Selena. – la abrazó-
pero ya habrá tiempo para que esos dos arreglen lo que deben arreglar entre
ellos…
***
Nick maldijo en silencio mil veces a todos los del
cuartel de aurores, por el tiempo que le estaban haciendo perder… Todos los Cyrus
también rezongaban pero en voz alta, la enorme cantidad de declaraciones que
tenían que firmar. El no tenía que estar ahí. El debía estar con su mujer y su
hijo. No esperando que un brujo enclenque le tomara una estúpida declaración,
que se alargaba aun mas cuando el viejo no podía dominar la pluma para escribir
correctamente los pergaminos, mientras tenía que aguantar la mirada profunda
que Kinsley Shacklebolt, le clavaba su mirada sentado en su enorme escritorio,
en el ministerio de magia. Sabía lo que esa mente brillante estaba pensando.
Conocía esa mirada sagaz… el ministro estaba a punto de hacerle una propuesta. Nick
le devolvió la mirada, y un segundo después sonrió.
- Ya está bien, Nolan – dijo el ministro con esa
voz calmada…
- Pero señor ministro – dijo el viejito mesándose
la poca melena que le quedaba – no se olvide que ha ocurrido una muerte
dudosa...
- De qué duda me habla… - dijo Nick – le he dicho
ya veinte veces que el tipo se mató, y hay siete magos más, que testifican lo
mismo…
- Suficiente Nolan… - dijo Kinsley – Lleva la
declaración del señor Jonas para que sea archivada – El viejito asintió de mala
gana, tomó los pergaminos, saludó cortésmente a Nick y salió del despacho
cerrando la puerta lentamente. Nick lo siguió con la mirada, para luego dar la
vuelta y encontrarse con la del ministro.
- Tanto tiempo Jonas… - dijo Kinsley Shacklebolt,
con esa voz gruesa y pausada, serena y relajante, que daba la sensación de que
nada malo pasaba en el mundo. Pero a Nick ni siquiera eso podía calmarlo.
Quería marcharse, ya.
- Si me disculpa, tengo cosas que atender – se iba
a levantar.
- No te disculpo… siéntate. – Nick bufó, pero
obedeció.
- ¿Qué quiere ahora? – dijo ya exasperado – estoy
tratando de estar tranquilo… pero mi paciencia tiene un limite.
- Oí por ahí el rumor de que vas a tener un hijo…
¿Es cierto?
- Las noticias vuelan – dijo serio.
- Sabes que si hay algo de lo que puede estar
orgulloso Arthur, es de sus hijos – sonrió – o sus nietos. – Nick sonrió a
medias.- Y bien… ¿el rumor es cierto, o no?
- Aun no he hablado con la supuesta madre de mi
supuesto hijo… pero podría decirse que el rumor es verdad – sonrió - Y usted me
pregunta sobre ese rumor porque…
- Vuelvo a ofrecerte lo mismo que te ofrecí hace
ocho años…
- Ya no soy el mismo.
- No lo parece – más sonrisas.
- Solo fue un encuentro… nada del otro mundo.
- Siempre supe que tenías madera de auror, Jonas…
- Hace años que no uso mi varita… ¿que le hace
pensar que soy idóneo para un puesto?
- Las cosas que se aprenden rara vez se olvidan…
- Kinsley… - dijo ya cansado.
- Está bien… - suspiró el ministro – veo que estas
empeñado en no regresar.
- No he dicho eso – Kinsley lo miró y vio que Nick
sonreía.
- Como dije, la oferta sigue en pie…
- Quisiera uno días para darle mi respuesta.
- Tómate el tiempo que sea – se levantó y le dio la
mano. Nick devolvió el gesto – pero trata de que la respuesta sea afirmativa.
***
Llegar al hospital no fue difícil, teniendo en
cuenta que desde el Ministerio una chimenea te llevaba directo a la que se
encontraba en el hall centra de San Mungo. La gente aun tenía la misma reacción
al verlo. Recorrían con una mirada de incredulidad su rostro y se detenían en
su cicatriz, para que los ojos curiosos se abrieran de para en par, unidos a
una expresión de sorpresa en sus bocas, y un jadeo. Si, había olvidado la
sensación de fastidio que lo embargaba cada vez que la gente reaccionaba así en
su presencia. Pero a pesar de todo, no quiso detenerse mucho tiempo. La
habitación de Miley estaba en el segundo piso, así que sin decir nada, y solo
bajando la cabeza en señal de saludo, subió las escaleras, y se encaminó por el
silencioso pasillo hacia el encuentro con su mujer. Estaba un poco molesto por
no tener tiempo de comprarle un ramo de flores… o algo más romántico, pero las
prisas por verla, no permitieron que se explayara en sus dotes de enamorado. Al
llegar al final del pasillo dobló hacia la derecha y a lo lejos vio la sala de
espera, donde estaba sentado Joe. Ver tan serio a su amigo, le hizo pensar
miles de conjeturas no tan buenas con respecto a la salud de Miley. De pronto
recordó el mensaje de texto que ella le enviara, y la duda comenzó a boicotear
esa sensación de confianza en si mismo. Miley había terminado con él tan
fríamente… "la novia de mayo dice adiós"… y el temor de
perderla para siempre lo hizo temblar cuando llegó al lado de su antiguo
compañero de aventuras.
- Nick… - dijo Joe, algo tenso – ¿Cómo fue todo?
- Bien – dijo parco – ¿Miley?
- ¿Qué pasó con Dean?
- No quiero hablar de eso Joe… ya te enterarás por
tus hermanos - suspiró y se acomodó el cabello – Ella…
- Está mejor… - dijo su amigo – tiene la pierna
lastimada, y tendrá que usar yeso un tiempo – Nick lo miró sin comprender… - no
pueden darle la poción crecehuesos, debido a su estado.
- Entonces…
- Es un hecho – sonrió – vamos a ser compadres…
Pero… - Joe se puso serio otra vez.
- ¿Hay problemas, verdad?
- Ella no quiere verte…
- Y tu eres el mensajero… - dijo cansado.
- Escucha… ella, no sé, está algo alterada… quizás
si le dieras tiempo… - Nick no esperó a que terminara la frase, y caminó hacia
la habitación – maldición Nick… Miley no quiere verte…
- Si quiere terminar conmigo, que tenga la
amabilidad de decírmelo en la cara… - sin darle tiempo a que Joe reaccionara,
entró rápidamente y la vio. Miley estaba hablando tranquilamente con Demi
cuando escuchó la puerta abrirse y vio a Nick, que con el rostro tenso, entraba
en la habitación. Súbitamente, el corazón comenzó a latirle furiosamente, y la
necesidad de abrazarlo pero a la vez rechazarlo, peleaban fieramente dentro de
su ser. La presencia de Nick también le decía que el problema de Dean se había
solucionado, y agradeció en silencio que el padre de su hijo, al parecer no
tuviera heridas visibles. Respiró profundamente y consiguió mantener una
apariencia serena, aunque por dentro se sentía en el propio infierno.
- ¡Nick! – dijo Demi acercándose a su amigo y
dándole un pequeño abrazo – Me alegro que no te haya pasado nada… ¿cómo ha ido
todo?
- Bien – dijo él secamente, sin apartar la mirada
de Miley.
- ¿Atraparon a Dean Thomas? – preguntó algo
nerviosa Demi, al ver la mirada fija de su amigo en su cuñada.
- Está bien muerto… – Miley jadeó y Demi ahogó un
gritito.
- Tu… - dijo Miley. El sacudió la cabeza.
- Se mató al verse acorralado. El pobre imbécil
prefirió la muerte a una vida de mierda en Azkaban – dijo indolente - Ya no
tendrás que preocuparte por ese infeliz. – Miley sintió lastima por el destino
de Dean, a pesar de todo lo que el joven la había lastimado, no le deseaba ese
trágico final.
- Yo… pobre Dean – Nick, sin nada que agregar, miró
a su amiga.
- Demi, ¿podrías dejarnos solos? - Demi miró a su
cuñada, y esta le suplicó con la mirada que no la dejara con Nick.
- Yo… no sé – respondió.
- Necesito tener unas palabras con Miley… y me
gustaría que fuera a solas, si no te importa, amiga… - dijo haciendo hincapié
en la ultima palabra, y haciéndola sentir mortificada. Afortunadamente para Demi,
Miley fue la que zanjó la situación.
- Demi puede escuchar lo que tienes que decirme… -
dijo Miley serena. El asintió y comenzó a moverse a un lado y al otro de la
sala. Demi se sentó al lado de su amiga.
- ¿Es verdad? – dijo deteniéndose y mirándola
fijamente – digo… mientras estabas desaparecida, Demi dijo que…
- Si, es verdad… - respondió Miley – voy a tener un
bebé – Nick sonrió- voy a tener a mi bebe sola… - Nick borró inmediatamente su
sonrisa al sentir su sangre fluir hacia la cara, y un acceso de rabia le inundó
el cerebro.
- ¿Qué estás diciendo? – se acercó hasta los pies
de la cama y se aferró al hierro de la misma.
- Lo que oíste…
- Pero… yo soy el padre…
- Si… pero no hay necesidad…
- ¿No hay necesidad de que me inmiscuya en la
crianza de mi hijo? – dijo serio – ¿eso es lo que quieres decir? – Ella
asintió, temerosa.
- Al fin y al cabo no tendrás tiempo para
atenderlo… me imagino que a partir de ahora, tendrás asuntos mucho mas
placenteros…
- Estás loca… cómo se te ocurre…
- Vamos Nick, – dijo sonriendo – aunque te duela
reconocerlo, tu y yo sabíamos que esto tenía fecha de vencimiento.
- Si, es cierto… pero eso no implica que pueda
cambiar de opinión- la miró - La llegada de mi hijo cambia todo – dijo serio.
- No, la llegada de este, mi hijo, no cambia nada…
- Nick se puso rojo de furia, pero trató de serenarse.
- Mira, entiendo que estés algo confundida…
- Estoy perfectamente en mis cabales… no voy a
seguir una relación contigo sólo porque no haya sido cuidadosa a la hora del
sexo… - La expresión de Nick era parecida a la de un hombre al que acaban de
darle un gran golpe en la cabeza con un martillo.
- ¿Pero… acaso no me dijiste que me amabas?
- ¿Y eso que importa? – Nick no sabía que contestar
a eso.- Mira, sé que las cosas han cambiado…
- Estoy dispuesto a asumir mis responsabilidades…
- No lo dudaría un segundo – dijo Miley sonriendo –
pero sé que muy pronto tu vida va a cambiar… y no quiero que mi hijo, ni mucho
menos yo seamos un obstáculo para las desiciones que tomes… - Nick tenía ganas
de romper todo el lugar pero entendió. Sacó su celular y se lo mostró.
- Quiero que me digas una sola cosa más, y te
aseguro que no voy a volver a molestarte – Miley tragó en seco mientras un
cúmulo de lagrimas pugnaban por salir. – ¿todo lo que dijiste en este mensaje
de texto es verdad? ¿Eso es lo que quieres? ¿Que nuestra relación termine? – Miley
bajó la mirada, y dos segundos después lo miró a los ojos y asintió. – Bien –
guardó su teléfono – Es tu decisión… avísame si necesitas algo para mi hijo… no
volveré a molestarte – y sin si quiera volver la mirada hacia atrás, salió de
la habitación. Demi estaba estupefacta. Miley no aguantando más la situación
comenzó a llorar en silencio, sin dejar de mirar la puerta por la que Nick
había desaparecido.
- Es mejor así – dijo al fin secándose las lágrimas
con la punta de la sábana.
- ¿Por qué lo dejaste ir? – preguntó Demi – al
menos te hubieras sacado la duda…
- No hay duda que aclarar… lo que tenía que saber,
ya me he enterado… solo espero que Selena lo haga feliz
- No creo que Selena esté en los planes de Nick, Miley
– Demi sentenció – Creo que has cometido el peor error de tu vida – Miley la
miró sin comprender – Nick te ama, no me preguntes como lo sé, solo lo sé… y tu
vas a lamentar no haber hablado claro respecto a tus dudas… espero que cuando
te des cuenta de tu error, no sea demasiado tarde. – Miley trató de no escuchar
las últimas palabras de su amiga. A estas alturas no sabía que pensar… solo
estaba segura de una cosa, Nick no la amaba, y él por nada del mundo dejaría a
su adorada Selena, por una vida miserable a su lado.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-
La mirada de Nick estaba perdida, en la cajita de
terciopelo que sostenía entre sus dedos. Con tanta ilusión había comprado aquel
presente en Estados Unidos para ella. Estaba totalmente convencido que ella iba
a aceptarlo apenas se lo propusiera. Pero todo había salido mal. Abrió la
cajita para posar su mirada en el brillante objeto. Debería tirarlo en el lago.
Levantó la mirada para ver el verde césped de Hydepark. Allí iba a declararse…
Allí había empezado todo, y que ironía… allí Miley Cyrus iba a terminar con
todo… solo que no tuvo tiempo… apenas un frío mensaje, impersonal, y que lo
había dejado lleno de dolor. Habían pasado dos semanas desde que la viera por
última vez, en aquella fría habitación de hospital... y así como el lugar había
sido frío, de la misma manera había sido la despedida… insensible, desolada, y
le congelaba las entrañas. Sólo dos semanas sin su presencia, y ya estaba
completamente desesperado… la extrañaba horrores.
- No te conocía tan adepto a los parques… - la voz
de Joe se perdió entre sus pensamientos. No le contestó. Su amigo se sentó a su
lado en el largo banco de plaza.- Es un día fantástico…
- Quiero estar solo.
- ¿Vas a perderte otra vez? – dijo serio – avísame,
para no buscarte.
- Parece que has agudizado tu aptitud de auror… -
lo miró - ¿acabas de encontrarme, no?
- Nick – dijo Joe resoplando.
- Créeme Joe, si hubiera querido desaparecer no me
encontraría ni el mismísimo demonio…
- ¿Y eso?- Preguntó Joe, señalando el objeto que
tenía su amigo entre sus manos.
- Nada importante… - cerró la caja – Un
recordatorio – sonrió desganadamente – Esto me hace recordar que soy el mismo
idiota de siempre…
- Es para Miley… - adivinó Joe.
- Lo era – masculló de mala gana mientras guardaba
la cajita en el bolsillo de su chaqueta.
- Mira Nick…
- No quiero hablar… si viniste a hacer de
psicoanalista, pierdes el tiempo.
- No tengo idea a qué te refieres – Nick sonrió de
mala gana
- Olvídalo… no tengo ganas de hablar, Joe.
- Ella cree que volverás con Selena – dijo mirando
hacia unos niños que jugaban al críquet.
- ¿Que? – Joe rió de un niño que se dio con el bate
en la cabeza- ¿De dónde sacó esa idea estúpida?
- De ti y de Selena…
- ¿De mi y… de Selena?- abrió la boca sin entender
- ¿Cuándo…?
- Cuando escuchó tu conversación con ella en el
parque…- Nick lo miró aún perdido - antes de encontrarse contigo aquí en el
parque, ella llegó, escuchó sin que la vieran una tontería sobre un supuesto
hijo tuyo con Selena, y creyó que tu… - Joe refunfuñó – bueno, las embarazadas
tienden a hacerse un drama de una tontería…
- ¿Que yo iba a volver con Selena? – Rió – Tu
hermana es de no creer…
- ¿Qué hubieras pensado tú?
- Primero, no hubiera escuchado a hurtadillas una
conversación privada – dijo – pero en el supuesto caso de que no pudiera
evitarlo y la escuchara… ¡hubiera escuchado toda la conversación, y no sacado
conclusiones estúpidas!!! – agregó colérico.
- ¿No hay un hijo con Selena?
- ¡Por supuesto que no!!! El niño es de Malfoy…
- ¿Por que te encontraste con Selena, entonces, si
sabías que Miley iba a estar aquí también?
- ¡No me cité con Selena! Solo fue una extraña
coincidencia… ella estaba tratando de evangelizar a cualquiera que vagara por
aquí – Joe abrió la boca incrédulo – si, yo también me sorprendí de verla en
ese plan de oradora… charlamos, aclaramos muchas cosas Joe, y nos dimos cuenta
de las estupideces que comentemos siendo tan jóvenes… ella me pidió perdón por
haberme lastimado, y dejamos el pasado atrás… - bufó – ella se va a Estados
Unidos con su familia, y yo le deseé buena suerte…
- ¿Nada más?
- Bueno, después que ella se marchó, y mientras
esperaba a tu hermana, me dije que la vida de Selena no había sido buena así
que voy a hablar con mis socios de Nueva York, para que le den un empleo.
- Que buen samaritano – dijo irónicamente.
- ¡Vete a la mierda! – se levantó – ¿así que tu
hermana terminó conmigo porque escuchó una conversación, seguramente a medias,
ató cabos erróneamente y sacó la estúpida conclusión de que yo quería revivir
mi historia con Selena, y con un supuesto hijo mío?
- Así es el resumen…
- Bien… si eso piensa, que se la aguante.
- ¿No vas a hacerle ver…?
- No – se iba – ¡No voy a ser el idiota que corra a
pedirle perdón, por algo que sucedió en mi pasado y que no tiene un mínimo de
incidencia en mi futuro! Si ella quiere hacer una tragedia griega de esto allá
ella, yo no voy a ser el idiota que suplique…
- ¿Pero no la amas?
- Claro que si, pero a mí fue al que le patearon el
culo, amigo…
- Estás equivocándote Nick – dijo siguiéndolo – no
puedes hacer que esto termine y quede en la nada solo porque no quieres
aclararle a mi hermana la confusión que ella misma hizo – dijo serio – no te lo
pido solo porque sea mi hermana…
- Joe...
- No, espera – lo asió del brazo – no es solo por
la felicidad de mi hermana que te lo pido… - Nick resopló – ¿acaso te olvidas
que hay un bebé?
- No juegues sucio Joe.
- No juego sucio… Todo esto es un desgraciado
malentendido, ¡y te empeñas en hacer un drama tú también!
- ¿No entiendes verdad? – dijo mirándolo a los ojos
y Joe vio dolor - tu hermana no confía en mi… dice que me ama, pero está
temerosa de que alguien del pasado se cruce en el presente, me haga dudar de lo
que siento y la deje… ¡y sin siquiera ponerse a pensar, me deja, solo por las
dudas, para no sufrir!
- Eso sucede porque no le dices que la amas… y por
tu maldita regla de una chica cada mes, la has vuelto temerosa y que dude todo
el tiempo.
- Aunque le diga que venero el piso que camina,
seguirá así Joe… ella no confía en mí. – suspiró – mira, hoy es Selena, mañana,
será cualquiera con las que he tenido contacto… y si ella no tiene confianza,
no hay relación que pueda existir…
- Sería cuestión de que probaras…
- No – se desasió de su mano – Así como ella tuvo
la decisión de terminar con lo nuestro… ella va a ser la que tenga que dar el
paso. – y sin mas desapareció
- Tercos como mulas – dijo bufando y también
desapareció.
Dos meses sin Nick. Miley resopló mientras el
sanador le indicaba como tomar las pociones vitamínicas que la iban a acompañar
durante todo el embarazo. Ya había sido doloroso que el anciano que estaba en
frente le preguntara por el padre de la criatura. ¿Cómo explicarle que el padre
de su hijo no había dado señales de vida desde que saliera de su habitación en
el hospital hace… cuánto… Dos meses? Si, Dos largos y agobiantes meses donde
los síntomas del embarazo se habían presentado, y ahora que Demi andaba tan
campante devorándose todo cuanto podía, gorda como una ballena encallada en su
enorme sillon, ella tenía que correr al sanitario para vomitar todo aquello que
no comía porque no toleraba. Y peor aun, soportar los mareos en su casa, sola,
sin un hombre al lado que la aliviara aunque sea con unas tontas palabras
reconfortantes. Afortunadamente el sanador había dicho que con algunas pociones
eso acabaría pronto… lo que no acabaría era ese hondo pesar por no tener a Nick
a su lado. Pero sabía que debía reponerse, y lo más doloroso resignarse. Aunque
esto ultimo era lo que mas le costaba. Y mas aun cuando se enteró por el
desbocado de su hermano, que Nick había aceptado un puesto de auror… ¿Para que
había aceptado? ¿Acaso Selena, habría podido lograr lo que ella no pudo en
pocos meses, es decir hacerlo volver? "Claro, el niño de oro decide volver gracias a
los ruegos de su adorada Selena…" y eso implicaba que la vida de Miley se volvería un
infierno, porque tendría que toparse con el no solo cuando fuera a ver a su
hijito, sino casi todo el tiempo en el ministerio… Trabajaba menos debido a su
estado, y el tiempo que tenía libre, lo había dedicado a comprar una casa,
cerca del mar, con los ahorros que tenía, la venta de su departamento y con el
dinero que el invento del GPS mágico que ideara con Demi le deparara. El
ministerio había implementado el dispositivo, y eso suponía un dinero extra
mensual que con los gastos del bebé, le venía de parabienes. Pero una vez que
naciera el bebé, volvería a su rutina, y esa rutina dolorosamente implicaba
estar en contacto con el cuartel de aurores, e indefectiblemente con él… y lo
vería sonreír, feliz, con una felicidad de la que ella no seria responsable… ni
ella, ni su hijito. El sanador volvió a aparecer frente a ella, cuando la miro
frunciendo las cejas.
- no has escuchado nada de lo que dije. – le
reprochó.
- Lo siento… - dijo con la voz quebrada – estaba
pensando en que debo terminar de pintar el cuarto del bebé…
- Ginevra… - dijo, suspirando – te decía que
próximamente realizaremos una eco…
- Ecografía… si – dijo sonriente y tratando que las
ganas de llorar no le apretaran la garganta.
- Y quiero saber si el padre del bebé vendrá a la…
- No – dijo secamente – no está implicado en esto,
señor.
- Bien… - escribió en un pequeño pergamino y se lo
entregó – dáselo a la secretaria y te dará la fecha para realizar el estudio. –
se levantó y ella hizo lo mismo – va todo muy bien y sin inconvenientes… eres
una muchacha joven y sana y si sigues las indicaciones al pie de la letra no
habrá complicaciones… y como hemos visto, está creciendo normalmente el
vientre… no uses ropa muy ajustada en la cintura… - ella sonrió mientras se
acaricia la pequeña ondulación en su cuerpo.
- Gracias señor.
- Eso si, - dijo al abrir la puerta… - evita estar
tanto tiempo trabajando… no pienses tanto en preparar la casa para el bebé…
todavía tienes tiempo. – y le sonrió.
- Gracias… lo veré en la próxima cita. – salió apresuradamente,
y después de agendar la próxima cita con la secretaria, se dio vuelta sin mirar
que detrás de ella había una persona, y sin quererlo la atropelló. Toda su
agenda voló al suelo y los papeles se desparramaron por el suelo. – ¡diablos! –
rezongó – lo lamento terriblemente – dijo sin mirar, y tratando de levantar sus
cosas lo mas rápido posible.
- No hay cuidado – dijo una voz alegre y dulce – a
veces creemos que estamos tan apuradas, que no nos detenemos a ver las cosas
hermosas de la vida – Miley frunció las cejas y cuando se levantó para observar
a su interlocutora, se le cayó el mundo a los pies.
- ¿Selena Gomez? – la mujer le sonrió – yo… lo
siento… - miró a todos lados esperando que la persona que menos quería ver se
apareciera por allí. No iba soportar verlos juntos.
- No, no hay cuidado… - sonrió – no volví a verte
desde esa tarde en Holanda – Miley visiblemente pálida, trató de salir de allí,
pero la mano suave de Selena, la detenía.
- Eh… si no teníamos que volver a vernos – dijo un
tanto cortada
- Si, pero siempre quise encontrarme contigo… -
dijo sonriente – porque tenía algo que decirte.
- ¿Si? – dijo ya cansada – mira yo…
- Gracias – Miley torció los ojos sin comprender –
solo quería agradecerte ese simple gesto que tuviste esa tarde… cambió mi vida
por completo - Miley la miró de arriba abajo. Selena estaba un tanto
desaliñada, y no era ni el recuerdo de la joven presumida de la escuela… ni que
hablar de aquella mujer, ajada y deslucida que estaba tras la vidriera en
Holanda. Pero aun así, había un brillo en esos ojos rasgados. Era el mismo
brillo que la misma Miley tenía en sus ojos cada vez que se miraba al espejo
después del amor… con Nick. Sintió ganas de patalear, de insultarla, pero sabía
que no tenía derecho. Ella no tenía la culpa de las desiciones que la misma Miley
había tomado en su vida… Selena no tenía la culpa que ella se hubiera
encontrado con Nick en esa calle, y enredado su existencia de la manera en que
lo hizo. Suspiró.
- No hay que agradecer…nada.
- Aun así, gracias… después de nuestro encuentro no
he parado de ser feliz… - dijo Selena más sonriente que nunca. Miley no pudo
evitar tenerle envidia… su felicidad, era a costa de su desgracia.
- Yo… tengo que irme
- ¿Sabes algo de Nick? – la pregunta la descolocó.
– No lo he visto desde que nos encontramos hace un tiempo… y quería agradecerle
todo lo que ha hecho por nosotros…
- ¿Por nosotros? – El grito de un pequeño se
escuchó por las escaleras.
- Ah, ese debe ser Deneb, mi hijo… - Miley estaba a
punto de perder la cordura… estaba a punto de conocer al niño que seguramente
sería igual a su padre… igual a Nick. Un mareo la hizo mecerse y sentarse en
uno de las bancas de espera.
- ¿Te sientes bien?
- No… - dijo – solo es un mareo…
- Estás embarazada- ella asintió aturdida. Estar al
lado de esta mujer era algo surrealista.
- Selena… - la voz gruesa de un hombre que se
acercaba la hizo salir del estupor y mirar hacia las escaleras. Tuvo que mirar
detenidamente para darse cuenta que ese hombre era…
- ¿Draco Malfoy? – dijo, cuando el joven con su
semblante algo fantasmagórico se paró frente a las mujeres. A su lado la imagen
viva de Draco cuando era niño la miraba sonriente. – ¿tu hijo? – si, el niño
era el vivo reflejo del padre. Solo que no del padre que ella suponía.
- Hola Cyrus – dijo sonriendo apenas – ¿Estás bien?
- Yo, no… soy una idiota… - susurró, pero los demás
no la escucharon.
- ¿Quieres que llamemos al sanador? – ella negó.
Como decirles que en ese momento ella quería cavar un pozo y enterrarse por
estúpida.
- Es solo un mareo... –dijo Selena sonriente y
acariciando el brazo de Draco – está embarazada… y me imagino que su padre es Nick.
- Lo lamento por el niño.
- ¡Draco! – dijo Selena, y Miley sonrió, al mirar
la cara de Draco. Algunas cosas, por más que el tiempo pasara, no cambiaban.
- Lo siento… si estas lista Selena, quiero que
vayamos a casa… dentro de dos días partimos a Estados unidos y necesitas
descansar…
- No hay problemas… ya tengo la derivación del
sanador para vigilar mi embarazo allá.
- Tú también estás…
- ¿No te lo dijo Nick?
- Yo… - las lágrimas salieron, y Selena le hizo
señas a su marido para que las dejara a solas.
- Pásala bien Cyrus… y dales mis recuerdos a tu
familia…. Y mi agradecimiento a Jonas - dijo secamente y se marchó con el
pequeño Deneb de la mano. Selena se sentó a su lado y le tomó la mano con
suavidad.
- Una vez tu me ayudaste… ¿recuerdas? – Miley
asintió – ¿puedo ayudarte a ti ahora? – ella negó.
- No… lo que he hecho… solo puedo arreglarlo yo…
- Nick estaba muy feliz con su relación… - sonrió Selena,
mientras le daba un pañuelo descartable- y me imagino que ese bebé lo tendrá en
las nubes…
- Te vas a Estados Unidos – dijo ella para desviar la
conversación. Selena le sonrió, entendiéndola.
- Si – suspiro – aquí no tenemos futuro. En
Inglaterra, Draco siempre será el mortífago, yo la zorra oportunista, y no
quiero eso para nuestros hijos…
- Entiendo.
- Nick nos ayudó a instalarnos allí. Nos rentó una
casa, que iremos pagándole hasta que sea nuestra, ¡y Draco y yo tenemos
empleo!! – sonrió – Nick es un hombre increíble – Miley sollozó.
- Tengo que irme… - Se levantó – espero que todo te
vaya bien en la vida Selena – la mujer la abrazó y Miley le devolvió el abrazo.
- Adiós Miley – dijo ella sonriente – espero que a
ti también te vaya bien… - la miró a los ojos – y recuerda, que aunque a veces
pensemos que está todo perdido… siempre hay una ventana abierta cuando se
cierra una puerta.
- Gracias… - caminó lentamente hacia las escaleras.
Lamentablemente para ella no había puertas, ni ventanas abiertas… porque ella
misma se había encargado de cerrarlas por completo. Tomó polvos Flu en la
recepción del hospital y decidió pasar por la oficina. Afortunadamente no se
encontró con nadie que pudiera hacerla sentir miserable. Aunque en el estado
miserable que se encontraba, dudaba que alguien pudiera hacerla sentir peor.
Llegó a la oficina, donde una alegre Demi, estaba acomodando carpetas para que
uno de los aprendices las archivara. Su amiga la vio algo pálida y le sonrió. Miley
no podía hacer una mueca de lo tensa que estaba.
- ¿Todo bien en el sanador?
- Si – dijo escuetamente.
- ¿Sabes que esta mañana, descolgué un cartelito
que habían pegado en la puerta? – no escuchó respuesta de Miley, que pensativa
se quitaba la chaqueta y se sentaba en su escritorio. Demi hizo un movimiento
de hombros y siguió la conversación – y los muy desgraciados habían puesto en
él "Oficina en cuarentena… si entra a esta oficina corre el riesgo de
quedar embarazada… dos severos casos lo confirman." – rió – ¡si
utilizaran el cerebro para idear propuestas de trabajo, el departamento
funcionaria como relojito suizo! – miró a su amiga, que tenía los ojos acuosos
– Miley, va todo bien con el bebé…
- Vi a Selena… - dijo, y comenzó a llorar.
- Miley – Demi se acercó y la abrazó – lo siento…
- Y vi a su hijo… - Miró a su amiga – es igual a
Draco… - Demi abrió los ojos sorprendida - a propósito estaba con ellos… - su
amiga se mordía por decirle algo – adelante… repróchame mi falta de confianza.
- No se qué decirte… he tratado de explicártelo
desde que saliste del hospital… pero tu no querías ni oír de Nick.
- ¿Y él tampoco quiere saber de mí, verdad?
- No es eso… - le acarició el cabello – pregunta
por ti, pero… no cree que pueda haber algo entre ustedes con tu falta de
confianza.
- Soy una diota…
- Miley… cabría la posibilidad…
- Tengo miedo Demi…
- Por qué no te tomas unos días… Nick y Joe fueron
a una misión a Rumania, y de paso visitarán a Charlie… piensa bien que es lo
que quieres hacer.
***
Estaba parada en medio de la habitación que estaría
destinada para su hijo. Miraba, el dibujo que había tratado de hacer con
nubecitas, pero desde allí, parecía una masa informe de color blanco. Bufó
cansada. La panza había súbitamente salido de la noche a la mañana, y eso le
originaba un dolor de espalda con el que no contaba. Se pasó la mano por la
cara, tratando de quitarse el cansancio, y un poco de pintura blanca le pintó
un mechón de cabello. Las cosas no resultaban como quería. Nick hacía una
semana que había llegado de su viaje a Rumania y no había llegado a verla.
Sabía que Demi le había pasado su mensaje, pero al parecer Nick no tenía tiempo
o lo que era peor imaginar, ganas de encontrarse con ella. No, las cosas no
funcionaban nunca como quería… Su proyecto hacerse cargo ella misma del cuarto
del bebé también había resultado un absoluto fiasco. "Tendría
que haber gastado dinero en un decorador, como me aconsejó Demi," pensó, "pero no
Ginevra, tu creyendo que lo sabes todo y que puedes con todo… mira donde te han
llevado tus conclusiones…" Sacudió su cabeza furiosa, y decidió que esa
maldita pared no iba a desanimarla. Tomando con seguridad la brocha, la hundió
en la pintura celeste que tenía el recipiente, y comenzó a pasarla con rabia,
haciendo de a poco desaparecer los nubarrones de la pared… si al menos tuviera
una brocha mágica para hacer desaparecer los nubarrones de su vida… sería todo
tan fácil… pensaba mientras pasaba de un lado al otro y de arriba abajo
tratando de hacer un trabajo parejo. Se detuvo un instante. Lo peor era que
pensaba que la falta de confianza en Nick era ridícula... pero existía… Quizás
no fuera Selena la que pusiera en peligro una futura remota convivencia, en el
caso que Nick quisiera vivir con ella y formar una familia. Pero podría
aparecer la chica de abril… el movimiento brusco de la brocha al acordarse de
esa mujer, hizo que varias gotas gruesas de pintura celeste mancharan
horrorosamente el piso de madera. Miley lanzó un par de epítetos. Si, se
acordaba de esa tipa con cara de modelo y cuerpo escultural. Miro con pesar su
cuerpo redondeado ahora envuelto en un enterito de Jean; ella dentro de dos
meses seria un tonel. Gimió, pero siguió pasando la brocha, esta vez teniendo
mas cuidado de no causar mas desastres, y concentrándose en la tarea. Quizás la
de abril no sería el problema, pero había una horda de mujeres que no tenían
rostro pero que podrían aparecer… y era ese temor el que la hacía retroceder
cada vez que se convencía de estar con Nick. Y se preguntó por qué diablos esas
dudas no aparecieron cuando todo era mas fácil… cuando era la chica de mayo.
Una mano firme tomó con suavidad la brocha y se la quitó de las manos. Ella se
quedó quieta un segundo, como adormecida, y cerro los ojos… el perfume
masculino tan característico le inundó los sentidos y la hizo sentir plena. Nick
había acudido a su cita. Pero no debía hacerse tantas ilusiones. Dio un paso al
costado y abrió los ojos y lo que vio la sorprendió. Nick con la parsimonia que
lo caracterizaba metía con cuidado la brocha en la cubeta y con una asombrosa
prolijidad comenzaba a pintar la pared. Los ojos se le nublaron y si no hacia
cualquier cosa, iba a ponerse a chillar como una banshee. El había acudido a su
llamado. Tarde, pero había venido. Se alejó un segundo, tratando de serenar sus
nervios. Nick tenía puesto un jean desgastado y zapatillas que habían tenido
una buena vida. La remera, mas vieja no podía ser… ya hasta tenía unos pequeños
agujeros en la espalda. Aun así cuando se agachaba, ella podía tener una
espectacular vista de su trasero. Carraspeó. No podía estar pensando en eso…
suspiró resignada... en algunas ocasiones, no tenía cura.
- Es un bonito color – dijo Nick después de
arreglar aquel estropicio – imagino que acabo de tapar lo que podría
catalogarse como una nube.
- Parecía fácil en la revista – Nick Sonrió.- pero…
aun no agarro la técnica.
- Bueno… - Nick movió la varita e hizo aparecer una
esponja vegetal – algunos muggles lo hacen con esto – colocó un poco de pintura
blanca en la esponja, descargó el sobrante de pintura y la miró – tu dirás…
- ¿Qué? – dijo ella perdida en Nick.
- Donde quieres las nubes… - dijo sereno. Pero por
dentro quería abrazarla y besarla y…
- Creo por allí arriba… – él se subió a la escalera
y Miley agradeció la vista, más cuando se tensaba el pantalón. Nick comenzó a
aplicar la esponja en la pared, y minutos después una hermosa nubecita bien
esponjadita, apareció, junto a otras más pequeñas alrededor.
- No es lo que se dice una "cumulus
nimbus" pero al menos parece una nube – la miró.
- Es hermosa… - Nick bajó la escalera y se acercó.
Le tomó las manos y las besó.
- ¿Cómo estas?
- Bien...
- Demi me dijo que querías hablar conmigo… - ella
lo miró a los ojos – aquí estoy – le devolvió la mirada de un color verde tan
intenso que hizo a Miley jadear – tu dirás…
- Que… - dijo, a punto de babear.
- Para que querías verme…
- Yo… - no pudo soportar mas esa tensión, y sin si
quiera proponérselo lo abrazó – solo quería que supieras, que no quería decirte
eso que escribí en el mensaje de texto.
- Miley… - dijo rodeando su cintura y posando sus
manos en la suave espalda femenina.
- Se que no quieres volver a verme… y que he sido
una idiota al pensar que tu… y Selena… pero es que, lo siento… no podía dejar
de pensar que tarde o temprano tu ibas a dejarme… y por eso al verlos, me
convencí que sería mejor que fuera yo quien terminara nuestro trato, así
evitarte la tortura de verme destrozada por tu decisión y…
- Te amo – le dijo el parando la verborrea de Miley
y tomándola del mentón, para mirarla a los ojos. – Estuve todas la noches en
Estados unidos buscando la manera de decírtelo…
- ¿Me amas? – dijo sin poder creerlo. El asintió –
oh… Y yo lo arruiné todo… - dijo abatida - por mi falta de confianza.
- Estaba dispuesto a pedirte matrimonio Miley… en
verdad, pero no puedo pelear con tus fantasmas… demasiado tengo con los míos.
- Nick…
- Aun así, no puedo evitar pensar que voy a tener
un hijo contigo – la abrazó- y deseó con todas mis fuerzas que… Te amo, me mata
que no estés segura de lo que siento por ti. – la miro a los ojos - pero, a
pesar de todo quiero que esto funcione… quiero volver contigo. – la besó –
quiero volver a tenerte a mi lado… volver a tener la misma relación que
teníamos antes de que esto pasara… Sentirte a mi lado por las noches…
conversar, reír… y esperar con ansiedad la llegada de nuestro hijo… - la miró –
pero sé que tu…
- Nick… - emitió un sollozo – te he extrañado
tanto… he deseado retroceder el tiempo… pero aun así, no puedo evitar sentirme
amenazada…
- ¿Por quien?
- No lo sé… - dijo rompiendo el abrazo y alejándose
hacia la ventana, donde el sol tibio del otoño no alcanzaba a calentar el
ambiente. Las olas acariciaban la playa a lo lejos… antes esa vista la calmaba.
Pero ahora estando con Nick en el mismo ambiente, no podía serenarse. Pero si
habían llegado hasta aquí no podía quedarse callada… si quería a Nick a su lado
debía ser sincera. – por cualquiera… - Nick la abrazó lentamente por la espalda
y apoyó su mentón en el hombro de Miley, ella instintivamente alzó su brazo y
le acarició el cabello – Se que tu conociste a una Miley que era segura y
decidida en la escuela, que casi nunca lloraba… pero después de todo lo que me
ha pasado, siento que ella ha desaparecido. Tengo miedo… tu has tenido una vida
muy diferente a lo que yo quiero en la mía Nick… y tengo miedo que una vez que
acepte, tu te canses y…
- Entiendo tu punto de vista Miley… pero tampoco
quiero alejarme de ti, ni de mi hijo… y si tú quieres, te propongo algo. – ella
se dio vuelta al tiempo que él la tomaba por la cintura y la acercaba a su
cuerpo.
- ¿Una propuesta? – el sonrió.- no entiendo
- Mira… tú has sido mi chica de mayo… y con el
tiempo te has convertido en mi chica de junio, y parte de julio…
- ¿Cuál es el punto?
- Te propongo seguir como estábamos antes de esa
fatídica cita en el parque… - Miley frunció las cejas sin entender.
- ¿Nick… tú propones que siga siendo tu chica
mensual?
- Sería una manera muy comercial de extender el
contrato – sonrió mas – Pero no, en realidad estoy proponiéndote que invirtamos
nuestros roles.
- ¿Estás loco? – dijo ella riendo.
- No – la besó, un beso suave invitador, cálido,
que hizo a Miley suspirar y añorar las noches de pasión. La apretó mas a su
cuerpo, sintiendo el ya pronunciado abultamiento en el vientre de Miley. La
soltó un instante y acarició esa zona, sin dejar de mirarla a los ojos. – Te
amo… y así como tu aceptaste ser mi chica de mayo, porque me amabas, quiero que
aceptes que sea tu chico de… octubre…
- Casi noviembre. – lo corrigió.
- Bueno, mes más, mes menos… - la miró expectante –
que dices…
- Quieres que tengamos una relación que iremos
alargando a plazos… - lo miró, él aun acariciaba su estómago. Y a Miley la idea
le pareció descabelladamente increíble, loca, imposible… y estupenda. Lo miró a
los ojos… y estaba apunto de decir que si, cuando una duda surgió y no se iba a
quedar callada – ¿hasta cuándo Nick?
- ¿Hasta cuando que? – dijo él deteniendo el suave
masaje.
- ¿Hasta cuando serás mi chico mensual? – él
levantó una ceja – Diablos… Te amo, y sé que la falta de confianza es un freno
a lo que podríamos vivir…
- No tenías dudas antes.
- Es porque no tenía nada que perder…
- Pero si me amabas – dijo él a punto de estallar.
- No, te amo…
- ¡Y yo también te amo! – le grito. Luego se sereno
y la abrazo – Lo siento… no quise gritarte, es que solo pensar que no aceptes-
suspiró- durara hasta que estés completamente convencida de que nunca voy a
dejarte por nadie, o me tengas absoluta confianza…
- Y después…
- Me casaré contigo… ¡si aceptas claro!– dijo
besándola con tanto ímpetu que la convenció. Miley se aferró a su cuello y le
devolvió el beso demostrándole cuanto lo había extrañado. Nick sin dejarla de
besar la tomó en sus brazos y la sacó de la habitación.
- Aun no te he contestado… - él se paro en el
pasillo.
- ¿Y bien?
- Solo serás mi chico de noviembre… y después
veremos – Nick sonrió satisfecho.
- Bien… Entonces debo hacer bien mi papel, para que
no me eches en diciembre – ella rió feliz - hará mucho frío para esa época, no
quiero dormir a la intemperie…
- No creo que te eche en diciembre – él abrió la
puerta de la habitación que a partir de ese día compartirían.
- ¿Ah no? – dijo él dejándola en el suelo – ¿y por
que crees eso? – dijo soltando su larga y rojiza cabellera y acariciándola
delicadamente, haciendo a Miley suspirar.
- Porque tengo que hacer mi obra de caridad en
Navidad… - rieron. Ella se abrazo a él.
- He sido tan tonto Miley – dijo rozando suavemente
su mejilla con sus dedos. – me he perdido tanto… me he perdido de disfrutar
tanto… de disfrutarte a ti. Te amo – le dio un pequeño beso en el mentón, que
la hizo suspirar.
- Nick… yo también te amo… y te juro que haré lo
imposible para que esto funcione.
- No nos prometamos nada… no quiero juramentos Miley…
solo quiero que vivamos esto que tenemos día a día, de la mejor manera posible.
Quiero ver crecer a mi hijo dentro de ti – dijo, mientras la recostaba en la
inmensa cama, que para sorpresa de Miley era la misma que Nick había llevado a
su departamento – quiero sentirte todas las noches a mi lado… abrazada a mi –
fue desabotonando lentamente la blusa que cubría el cuerpo e instantes después,
quedo expuesta la nueva forma de su cuerpo. Nick se quedó mirándola un
instante. Ella había cambiado en esos meses… sus pechos estaban mas grandes, su
estómago antes plano, estaba redondeado, y sus caderas mas anchas… pero a pesar
de los cambios estaba mas hermosa que nunca.- quiero vivir cada día como si
fuera el ultimo – fue besando su estomago suavemente haciéndola suspirar – pero
más que nada – la miró – quiero recuperar todo el tiempo que perdí al
desaparecer hace ocho años, quiero recuperar el tiempo que me perdí a tu lado.
Quiero recuperar todas las veces que me perdí que me dijeras que me amas… y
devolverte cada una de las veces que no te dije te amo… ¿Puedes entender Miley?
- Si – dijo ella perdida en sus caricias, y con las
lágrimas a flor de piel – y te aseguro que no habrá momento en que no exija el
pago de esa deuda Nick… y que ocuparé todo el tiempo que me quede libre para
decirte cuanto te amo.
Tarde en la noche, Nick estaba recostado en su
nueva casa. A su lado Miley dormía placidamente. Las cosas habían sido
extrañas… Jamás hubiera imaginado que encontrarse con esa impulsiva castaña hace meses, en esa calle perdida en la inmensidad de Londres, haría que su
decisión de desaparecer tambaleara… Pero ahora teniéndola a su lado, se daba
cuenta que a pesar de todo agradecía que el destino lo pusiera en esa calle,
ese día. Recordaba cuan vacío se sentía, cuan solo, y perdido, hasta que chocó
con ella… y fue como volver a la vida. Instintivamente la abrazó. Ahora estaría
perdido sin ella. A pesar de su falta de confianza, a pesar de los desafíos que
se presentarían de ahora en adelante… no importaba. Daría todo de si para que
desaparecieran los temores. Volvió a acariciar a Miley, ella suspiró
profundamente. Merlín, ya no podría vivir sin ella… sonrió mientras cerraba los
ojos tratando de dormir. Quizás no haya sido todo color de rosa. Quizás la
vida, a palabras de la nueva Selena, estaba plagada de espinas, pero valían la
pena soportarlas si al final del camino estaba Miley a su lado. Acarició su
cabellera rojiza iluminada por una inusual luna. Casarse con ella y así formar
una familia como siempre soñó, estaría por el momento en su lista de
pendientes, pero estaba seguro que tarde o temprano, eso se daría. Se acomodó
en la cama, y Miley se pegó con su nueva figura a su pecho. Sonrió otra vez, Si
valía la pena soportar las espinas si al final Miley estaba esperándolo, y
junto a ella la eterna felicidad.
Finite incantatem
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