sábado, 27 de octubre de 2012

Why I had to love - Capitulo 14


Invirtiendo roles
Jadeaba y se quitaba de su frente el sudor. Había desatado su furia, y su oponente estaba prácticamente fuera de combate… pero aun necesitaba sacarlo de circulación. Sentía la necesidad de hacer algo para que ese imbécil dejara en paz a los suyos. Pero el recuerdo de Miley, el futuro que le esperaba junto a ella, unido al pensamiento de su hijo, y su maldita compasión lo hicieron retroceder. No podía matar a sangre fría. Aún con la varita en la mano caminó los pasos necesarios para ver en el estado en que se encontraba. Estaba semiinconsciente. Dean miraba a Nick con el estupor plantado en sus ojos. Nick tuvo ganas de patearle la cabeza hasta partírsela, pero el impulso sólo duró un minuto. Se agachó para ver si las heridas eran de gravedad.
- Debería dejar que te pudrieras… asqueroso hijo de p… - se detuvo – no, tu madre no tiene la culpa de la mierda en que te convertiste… - Dean sollozó – ¿acaso tienes miedo?
- Adelante… termina el trabajo desgraciado.
- Oh, no… dejaré que se encarguen de ti los aurores – Un patronus en forma de perro apareció frente a él y se escuchó en la sala la voz grave y pausada de Joe, "ya están en el lugar convenido" y desapareció. Nick suspiró aliviado. Dean lo miró con rabia.
- ¿Por qué tuviste que aparecer? - dijo Dean escupiendo sangre – ella era mía… y estábamos bien juntos. – lo miró – pero tuviste que aparecer… y solo tu podías arruinar mi futuro con ella.
- No… no digas estupideces… no fui yo el que arruinó tu relación con Miley… fuiste tu, maldito cobarde, tu que quisiste coartar su libertad, alejarla de todos, obligarla a golpes a que sintiera por ti algo que no siente… Ese error lo cometiste tú.
- Ella era mi vida… sin ella no soy nadie…
- No eres nadie Dean Thomas – le escupió – mira en la mierda que te has convertido… Merlín, agradece que no te rompa todos los huesos… - Se levantó – pero ya tendrás tiempo de sobra para reflexionar en Azkaban…
- ¡No me mandes allí! – chilló desesperado, queriendo incorporarse pero los golpes lo debilitaban. Nick se alejó un poco. En ese momento se escuchó el sonido de varias pisadas alrededor de la casa. – ¡Por qué tengo que ser yo el que pague, cuando la culpa de todo es de esa perra de Miley!!
- ¡Cállate bastardo! – rugió Nick, dándole una patada en las costillas que hizo chillar a Dean – ¿no te das cuenta? ¡Quiero con todas mis fuerzas matarte con mis propias manos!! Te atreviste a tocar a la mujer que amo. No me provoques, mi resistencia pende de un hilo, así que yo que tu me callaría la boca… y ruega, ruega que ella no tenga ninguna herida de gravedad, porque te aseguro que si ella o mi hijo, tienen algún problema, rogarás que en Azkaban aún tengan a los dementores... porque yo mismo, con mis manos no solo te sacaré el alma, sino también el corazón… basura…
- ¡Estás mintiéndome!! – dijo desesperado – ¡Ella no pudo hacerme esto!! ¡Ella no puede tener un hijo contigo!!
- A ver si se te mete en esa cabeza llena de estiércol que tienes... Miley y yo vamos a tener un hijo y te juro que si alguna vez vuelves a amenazar su seguridad, te mato, ¿entendiste?
- Mátame ahora entonces… - dijo – ya no quiero vivir sin mi Miley…
- No voy a ensuciarme las manos contigo… - dijo – No podría tocar a mi hijo con las manos llenas de sangre… y menos manchadas con tu sangre, bestia asquerosa… ¿te gusta golpear a las mujeres, verdad? Espero que en Azkaban te den de tu propia medicina. - el ruido de botas subiendo los escalones del frente alertó a Nick. Al llegar a la desvencijada puerta, se encontró con casi la totalidad de los Cyrus varones, que irrumpían en la sala, con cara de pocos amigos.
- ¿Que hacen aquí? – dijo sorprendido.
- Quiero matar a ese asqueroso gusano con mis manos – dijo la voz seria de Charlie, haciendo crujir su mandíbula de lo tenso que estaba – pero también quiero ver como Bill le destroza la garganta con sus nuevos colmillos… y tu mocoso no vas a impedírnoslo. – lo miró desafiante. Nick no se amedrentó – aun no tienes derecho de defender a mi hermana.
- Es mi mujer… y al parecer la madre de mi hijo… - lo miró – y me importa una mierda tu complejo de hermano protector.
- Vamos Nick – dijo Bill en tono conciliador – no nos quites la diversión.
- Te aseguro que pasara por cada uno de nosotros – dijo Fred – para que aprenda que con un Cyrus nadie se mete…
- Ya no es necesario… - dijo Nick – ya me ocupe de él – miró hacia la sala y vio a Dean levantándose con dificultad.
- Diablos… - dijo George resoplando – no nos dejaste nada, Jonas…
- ¿Por que no te haces el machito con uno de nosotros bastardo inmundo? – Dijo Arthur y Nick se sorprendió de verlo tan desencajado – te atreviste a tocas a mi princesa… pero no sabes que nadie se mete con la niña de mis ojos… ¡te voy a matar! – Nick tuvo que hacer un esfuerzo enorme para detener al señor Cyrus.
- Por Favor – dijo jadeando y mirando a los demás – ¡ayúdenme a detenerlo!
- Déjalo que se lo coma vivo… - dijo Bill.
- ¡No! – Apoyó al señor Cyrus contra la pared – no, señor Cyrus… ese imbécil no vale la pena – Arthur lo miró – ya no podrá hacerle daño… yo no se lo permitiré – Arthur dejó de forcejear y suspiró.
- Nick… - dijo George. – parece que el bastardo aun no se resigna… - miró hacia la chimenea y vio a Dean que con la mirada enloquecida blandía un enorme cuchillo.
- Suelta ese cuchillo, Thomas…
- ¡NO! – chilló – no te das cuenta… sin Miley no soy nada…
- No podrás escapar… – dijo serenamente, mientras se acercaba a Dean – tienes a ocho magos dispuestos a evitarlo… - Dean rió a carcajadas, mientras de su boca salían hilos de saliva.
- Idiota… - rugió – siempre fuiste un maldito conciliador… "el bueno de Jonas," "el elegido." ¡Un maldito hijo de puta, eso eres tu! – movió el cuchillo de una mano a otra- ¿Crees que quiero escapar? No… no voy a hacerlo… - Se cortó el antebrazo a la altura de las muñecas.
- Está chiflado – susurró Fred. – debemos llevarlo a San Mungo…
- ¿San Mungo? Sería como mandarlo a un spá – bufó Charlie – Chiflado o no, no va a escapar de su destino en Azkaban…
- ¡NO! ¡No, NO!!!!! – y sin que Nick pudiera detenerlo se clavó el cuchillo profundamente a la altura del corazón.- No voy a ir a Azkaban… prefiero la muerte- El chorro de sangre comenzó a teñir el piso de la sala, cuando el mismo Dean, caído y jadeando, lo sacó de su pecho y dirigió a Nick una mirada perdida.
- Idiota… - dijo Nick cuando se agachó para ver si podía ayudarlo.
- Dile a Miley que me perdone… - Nick no iba a hacerlo, pero al mirar a su antiguo compañero, lo invadió la compasión, y sin decir nada, asintió. Dean dio unos cuantos suspiros… instantes después yacía inerte en el sucio salón de la casa. Nadie fue capaz de emitir palabra alguna.
***
La señora Cyrus permanecía en la sala de espera, tratando de serenarse. A su lado una adormilada Demi apoyaba su cabeza sobre el hombro de un impaciente Joe, que deseaba estar en aquella cabaña al lado de su padre y sus hermanos. En su mente había una pregunta que lo carcomía. ¿Habría sido capaz Nick de matar a Dean? La cabeza de Demi dejó de pesarle en el hombro haciéndolo salir de sus cavilaciones, y dándose cuenta que el sanador de su hermana estaba frente a ellos. Se levantó rápidamente y se unió al grupo. Tras unas breves palabras confortantes, los dejó para poder ver a la paciente. Afortunadamente y a palabras del médico, el estado de Miley no revestía gravedad alguna. Ni ella ni el bebé habían sufrido daños graves, pero que Miley aún estaba conmocionada. La señora Cyrus se secó las lágrimas que surcaban su rostro y abrazando a una chillona Demi, que trataba infructuosamente de serenarse. Joe las dejó y se encaminó hacia la habitación. Al abrir la puerta, la mirada sonriente de su hermana le brindó alivio.
- Aunque te cayera el mundo encima, tu aun seguirías sonriendo – fue lo único que se le ocurrió decir. Miley sonrió aun más.
- También me alegro de verte hermanito – Joe se acercó y la abrazó, notando la dureza de la pierna.
- ¿Y esto?
- Es algo muggle… un yeso.
- Pero…
- Bien... no pueden darme la poción crecehuesos – se tocó lévemente el estómago – tu sabes… efectos colaterales que ponen en peligro…
- A mi sobrino.
- A tu ahijado… - Joe sonrió complacido.
- Ya lo sabia… - Miley arqueó una ceja.
- ¿Tan creído estabas de que te elegiría? – dijo ella golpeándole el brazo.
- No… - la miró – una promesa mutua de hace años, entre su padre y yo. – A Miley se le humedecieron los ojos.
- Joe… - no pudo decir nada más porque la señora Cyrus y Demi, que no tuvo suerte en parecer calmada entraron a la habitación. Su madre sonrió apenas y la abrazó, pero Demi, comenzó a chillar como una histérica, cuando Miley la miró sonriente
- ¡Perdóname!! – dijo y se lanzó a sus brazos – ¡estaba tan atemorizada que le dije a todos lo del bebé!! ¡Pero te juro que se me salió sin que pudiera evitarlo!
- Demi… - dijo algo sofocada, mirando a Joe y pidiéndole ayuda. – Demi, por favor… tengo un yeso en la pierna… - ella se incorporó y secándose las lágrimas se disculpó.
- ¿Estás bien, hijita? – dijo su madre acariciando su cabellera.
- Si mamá.
- Y mi nieto… - dijo Molly, mirándola con reproche.
- ¿Tendré que escuchar que todos me recriminen sobre eso?
- No, por mi nieto no, – dijo su madre – pero si nos pasaremos tu existencia reprendiéndote el que no nos dijeras nada sobre ese joven… - Miley se puso seria.
- Lo siento.
- No debiste dejarnos de lado Miley – dijo su mamá severa – tu sabes que estamos juntos, en las buenas y en las malas.
- Lo siento mamá – dijo y una lágrima bajó por su mejilla.
- Ya no lo sientas… - dijo abrazándola – no volverás a pasar por esto sola… - sonrió – además, ahora tienes a Nick para que te proteja.
- Nick no va a estar conmigo…
- ¿Que dices? – dijo Demi.
- La verdad… Nick y Selena volvieron a verse… - sollozó – tienen un hijo… y de seguro…
- De seguro algún golpe te afectó el cerebro – dijo Joe – estás diciendo pavadas…
- No es así… yo escuché cuando Selena se lo decía…
- ¡Estás loca!
- Papá también lo sabía… nunca pudieron decírselo a Nick porque cuando la atraparon, él se había marchado…
- Pero… - Los demás estaban aturdidos y confundidos con la revelación de Miley.
- Es la verdad… - suspiró – y yo no voy a esperar que me lo diga en la cara…- miro a todos – mi historia con Nick terminó.
- Aunque esa historia de Selena y un supuesto hijo con Nick sea cierta, sabes que Nick no se quedara tan sereno, con respecto a este hijo Miley. – dijo Demi.
- El no va a tener problemas… va a estar con la mujer que siempre amó…y ni mi hijo ni yo, formamos parte en esa ecuación, amiga, así que no tendrá que decir nada al respecto.
- Yo que tu…
- No quiero hablar mas el tema… estoy cansada. - entendiendo la indirecta, Joe le dio un beso y junto a Demi salieron de la habitación dejándola con su madre. Una vez en el pasillo, Demi se separó levemente y miró a su esposo.
- Tu crees que Nick…
- Nick no la va a dejar tranquila tan fácil Demi – dijo Joe – y no sé que es esa absurda historia del hijo de Selena. – la abrazó- pero ya habrá tiempo para que esos dos arreglen lo que deben arreglar entre ellos…
***
Nick maldijo en silencio mil veces a todos los del cuartel de aurores, por el tiempo que le estaban haciendo perder… Todos los Cyrus también rezongaban pero en voz alta, la enorme cantidad de declaraciones que tenían que firmar. El no tenía que estar ahí. El debía estar con su mujer y su hijo. No esperando que un brujo enclenque le tomara una estúpida declaración, que se alargaba aun mas cuando el viejo no podía dominar la pluma para escribir correctamente los pergaminos, mientras tenía que aguantar la mirada profunda que Kinsley Shacklebolt, le clavaba su mirada sentado en su enorme escritorio, en el ministerio de magia. Sabía lo que esa mente brillante estaba pensando. Conocía esa mirada sagaz… el ministro estaba a punto de hacerle una propuesta. Nick le devolvió la mirada, y un segundo después sonrió.
- Ya está bien, Nolan – dijo el ministro con esa voz calmada…
- Pero señor ministro – dijo el viejito mesándose la poca melena que le quedaba – no se olvide que ha ocurrido una muerte dudosa...
- De qué duda me habla… - dijo Nick – le he dicho ya veinte veces que el tipo se mató, y hay siete magos más, que testifican lo mismo…
- Suficiente Nolan… - dijo Kinsley – Lleva la declaración del señor Jonas para que sea archivada – El viejito asintió de mala gana, tomó los pergaminos, saludó cortésmente a Nick y salió del despacho cerrando la puerta lentamente. Nick lo siguió con la mirada, para luego dar la vuelta y encontrarse con la del ministro.
- Tanto tiempo Jonas… - dijo Kinsley Shacklebolt, con esa voz gruesa y pausada, serena y relajante, que daba la sensación de que nada malo pasaba en el mundo. Pero a Nick ni siquiera eso podía calmarlo. Quería marcharse, ya.
- Si me disculpa, tengo cosas que atender – se iba a levantar.
- No te disculpo… siéntate. – Nick bufó, pero obedeció.
- ¿Qué quiere ahora? – dijo ya exasperado – estoy tratando de estar tranquilo… pero mi paciencia tiene un limite.
- Oí por ahí el rumor de que vas a tener un hijo… ¿Es cierto?
- Las noticias vuelan – dijo serio.
- Sabes que si hay algo de lo que puede estar orgulloso Arthur, es de sus hijos – sonrió – o sus nietos. – Nick sonrió a medias.- Y bien… ¿el rumor es cierto, o no?
- Aun no he hablado con la supuesta madre de mi supuesto hijo… pero podría decirse que el rumor es verdad – sonrió - Y usted me pregunta sobre ese rumor porque…
- Vuelvo a ofrecerte lo mismo que te ofrecí hace ocho años…
- Ya no soy el mismo.
- No lo parece – más sonrisas.
- Solo fue un encuentro… nada del otro mundo.
- Siempre supe que tenías madera de auror, Jonas…
- Hace años que no uso mi varita… ¿que le hace pensar que soy idóneo para un puesto?
- Las cosas que se aprenden rara vez se olvidan…
- Kinsley… - dijo ya cansado.
- Está bien… - suspiró el ministro – veo que estas empeñado en no regresar.
- No he dicho eso – Kinsley lo miró y vio que Nick sonreía.
- Como dije, la oferta sigue en pie…
- Quisiera uno días para darle mi respuesta.
- Tómate el tiempo que sea – se levantó y le dio la mano. Nick devolvió el gesto – pero trata de que la respuesta sea afirmativa.
***
Llegar al hospital no fue difícil, teniendo en cuenta que desde el Ministerio una chimenea te llevaba directo a la que se encontraba en el hall centra de San Mungo. La gente aun tenía la misma reacción al verlo. Recorrían con una mirada de incredulidad su rostro y se detenían en su cicatriz, para que los ojos curiosos se abrieran de para en par, unidos a una expresión de sorpresa en sus bocas, y un jadeo. Si, había olvidado la sensación de fastidio que lo embargaba cada vez que la gente reaccionaba así en su presencia. Pero a pesar de todo, no quiso detenerse mucho tiempo. La habitación de Miley estaba en el segundo piso, así que sin decir nada, y solo bajando la cabeza en señal de saludo, subió las escaleras, y se encaminó por el silencioso pasillo hacia el encuentro con su mujer. Estaba un poco molesto por no tener tiempo de comprarle un ramo de flores… o algo más romántico, pero las prisas por verla, no permitieron que se explayara en sus dotes de enamorado. Al llegar al final del pasillo dobló hacia la derecha y a lo lejos vio la sala de espera, donde estaba sentado Joe. Ver tan serio a su amigo, le hizo pensar miles de conjeturas no tan buenas con respecto a la salud de Miley. De pronto recordó el mensaje de texto que ella le enviara, y la duda comenzó a boicotear esa sensación de confianza en si mismo. Miley había terminado con él tan fríamente… "la novia de mayo dice adiós"… y el temor de perderla para siempre lo hizo temblar cuando llegó al lado de su antiguo compañero de aventuras.
- Nick… - dijo Joe, algo tenso – ¿Cómo fue todo?
- Bien – dijo parco – ¿Miley?
- ¿Qué pasó con Dean?
- No quiero hablar de eso Joe… ya te enterarás por tus hermanos - suspiró y se acomodó el cabello – Ella…
- Está mejor… - dijo su amigo – tiene la pierna lastimada, y tendrá que usar yeso un tiempo – Nick lo miró sin comprender… - no pueden darle la poción crecehuesos, debido a su estado.
- Entonces…
- Es un hecho – sonrió – vamos a ser compadres… Pero… - Joe se puso serio otra vez.
- ¿Hay problemas, verdad?
- Ella no quiere verte…
- Y tu eres el mensajero… - dijo cansado.
- Escucha… ella, no sé, está algo alterada… quizás si le dieras tiempo… - Nick no esperó a que terminara la frase, y caminó hacia la habitación – maldición Nick… Miley no quiere verte…
- Si quiere terminar conmigo, que tenga la amabilidad de decírmelo en la cara… - sin darle tiempo a que Joe reaccionara, entró rápidamente y la vio. Miley estaba hablando tranquilamente con Demi cuando escuchó la puerta abrirse y vio a Nick, que con el rostro tenso, entraba en la habitación. Súbitamente, el corazón comenzó a latirle furiosamente, y la necesidad de abrazarlo pero a la vez rechazarlo, peleaban fieramente dentro de su ser. La presencia de Nick también le decía que el problema de Dean se había solucionado, y agradeció en silencio que el padre de su hijo, al parecer no tuviera heridas visibles. Respiró profundamente y consiguió mantener una apariencia serena, aunque por dentro se sentía en el propio infierno.
- ¡Nick! – dijo Demi acercándose a su amigo y dándole un pequeño abrazo – Me alegro que no te haya pasado nada… ¿cómo ha ido todo?
- Bien – dijo él secamente, sin apartar la mirada de Miley.
- ¿Atraparon a Dean Thomas? – preguntó algo nerviosa Demi, al ver la mirada fija de su amigo en su cuñada.
- Está bien muerto… – Miley jadeó y Demi ahogó un gritito.
- Tu… - dijo Miley. El sacudió la cabeza.
- Se mató al verse acorralado. El pobre imbécil prefirió la muerte a una vida de mierda en Azkaban – dijo indolente - Ya no tendrás que preocuparte por ese infeliz. – Miley sintió lastima por el destino de Dean, a pesar de todo lo que el joven la había lastimado, no le deseaba ese trágico final.
- Yo… pobre Dean – Nick, sin nada que agregar, miró a su amiga.
- Demi, ¿podrías dejarnos solos? - Demi miró a su cuñada, y esta le suplicó con la mirada que no la dejara con Nick.
- Yo… no sé – respondió.
- Necesito tener unas palabras con Miley… y me gustaría que fuera a solas, si no te importa, amiga… - dijo haciendo hincapié en la ultima palabra, y haciéndola sentir mortificada. Afortunadamente para Demi, Miley fue la que zanjó la situación.
- Demi puede escuchar lo que tienes que decirme… - dijo Miley serena. El asintió y comenzó a moverse a un lado y al otro de la sala. Demi se sentó al lado de su amiga.
- ¿Es verdad? – dijo deteniéndose y mirándola fijamente – digo… mientras estabas desaparecida, Demi dijo que…
- Si, es verdad… - respondió Miley – voy a tener un bebé – Nick sonrió- voy a tener a mi bebe sola… - Nick borró inmediatamente su sonrisa al sentir su sangre fluir hacia la cara, y un acceso de rabia le inundó el cerebro.
- ¿Qué estás diciendo? – se acercó hasta los pies de la cama y se aferró al hierro de la misma.
- Lo que oíste…
- Pero… yo soy el padre…
- Si… pero no hay necesidad…
- ¿No hay necesidad de que me inmiscuya en la crianza de mi hijo? – dijo serio – ¿eso es lo que quieres decir? – Ella asintió, temerosa.
- Al fin y al cabo no tendrás tiempo para atenderlo… me imagino que a partir de ahora, tendrás asuntos mucho mas placenteros…
- Estás loca… cómo se te ocurre…
- Vamos Nick, – dijo sonriendo – aunque te duela reconocerlo, tu y yo sabíamos que esto tenía fecha de vencimiento.
- Si, es cierto… pero eso no implica que pueda cambiar de opinión- la miró - La llegada de mi hijo cambia todo – dijo serio.
- No, la llegada de este, mi hijo, no cambia nada… - Nick se puso rojo de furia, pero trató de serenarse.
- Mira, entiendo que estés algo confundida…
- Estoy perfectamente en mis cabales… no voy a seguir una relación contigo sólo porque no haya sido cuidadosa a la hora del sexo… - La expresión de Nick era parecida a la de un hombre al que acaban de darle un gran golpe en la cabeza con un martillo.
- ¿Pero… acaso no me dijiste que me amabas?
- ¿Y eso que importa? – Nick no sabía que contestar a eso.- Mira, sé que las cosas han cambiado…
- Estoy dispuesto a asumir mis responsabilidades…
- No lo dudaría un segundo – dijo Miley sonriendo – pero sé que muy pronto tu vida va a cambiar… y no quiero que mi hijo, ni mucho menos yo seamos un obstáculo para las desiciones que tomes… - Nick tenía ganas de romper todo el lugar pero entendió. Sacó su celular y se lo mostró.
- Quiero que me digas una sola cosa más, y te aseguro que no voy a volver a molestarte – Miley tragó en seco mientras un cúmulo de lagrimas pugnaban por salir. – ¿todo lo que dijiste en este mensaje de texto es verdad? ¿Eso es lo que quieres? ¿Que nuestra relación termine? – Miley bajó la mirada, y dos segundos después lo miró a los ojos y asintió. – Bien – guardó su teléfono – Es tu decisión… avísame si necesitas algo para mi hijo… no volveré a molestarte – y sin si quiera volver la mirada hacia atrás, salió de la habitación. Demi estaba estupefacta. Miley no aguantando más la situación comenzó a llorar en silencio, sin dejar de mirar la puerta por la que Nick había desaparecido.
- Es mejor así – dijo al fin secándose las lágrimas con la punta de la sábana.
- ¿Por qué lo dejaste ir? – preguntó Demi – al menos te hubieras sacado la duda…
- No hay duda que aclarar… lo que tenía que saber, ya me he enterado… solo espero que Selena lo haga feliz
- No creo que Selena esté en los planes de Nick, Miley – Demi sentenció – Creo que has cometido el peor error de tu vida – Miley la miró sin comprender – Nick te ama, no me preguntes como lo sé, solo lo sé… y tu vas a lamentar no haber hablado claro respecto a tus dudas… espero que cuando te des cuenta de tu error, no sea demasiado tarde. – Miley trató de no escuchar las últimas palabras de su amiga. A estas alturas no sabía que pensar… solo estaba segura de una cosa, Nick no la amaba, y él por nada del mundo dejaría a su adorada Selena, por una vida miserable a su lado.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-
La mirada de Nick estaba perdida, en la cajita de terciopelo que sostenía entre sus dedos. Con tanta ilusión había comprado aquel presente en Estados Unidos para ella. Estaba totalmente convencido que ella iba a aceptarlo apenas se lo propusiera. Pero todo había salido mal. Abrió la cajita para posar su mirada en el brillante objeto. Debería tirarlo en el lago. Levantó la mirada para ver el verde césped de Hydepark. Allí iba a declararse… Allí había empezado todo, y que ironía… allí Miley Cyrus iba a terminar con todo… solo que no tuvo tiempo… apenas un frío mensaje, impersonal, y que lo había dejado lleno de dolor. Habían pasado dos semanas desde que la viera por última vez, en aquella fría habitación de hospital... y así como el lugar había sido frío, de la misma manera había sido la despedida… insensible, desolada, y le congelaba las entrañas. Sólo dos semanas sin su presencia, y ya estaba completamente desesperado… la extrañaba horrores.
- No te conocía tan adepto a los parques… - la voz de Joe se perdió entre sus pensamientos. No le contestó. Su amigo se sentó a su lado en el largo banco de plaza.- Es un día fantástico…
- Quiero estar solo.
- ¿Vas a perderte otra vez? – dijo serio – avísame, para no buscarte.
- Parece que has agudizado tu aptitud de auror… - lo miró - ¿acabas de encontrarme, no?
- Nick – dijo Joe resoplando.
- Créeme Joe, si hubiera querido desaparecer no me encontraría ni el mismísimo demonio…
- ¿Y eso?- Preguntó Joe, señalando el objeto que tenía su amigo entre sus manos.
- Nada importante… - cerró la caja – Un recordatorio – sonrió desganadamente – Esto me hace recordar que soy el mismo idiota de siempre…
- Es para Miley… - adivinó Joe.
- Lo era – masculló de mala gana mientras guardaba la cajita en el bolsillo de su chaqueta.
- Mira Nick…
- No quiero hablar… si viniste a hacer de psicoanalista, pierdes el tiempo.
- No tengo idea a qué te refieres – Nick sonrió de mala gana
- Olvídalo… no tengo ganas de hablar, Joe.
- Ella cree que volverás con Selena – dijo mirando hacia unos niños que jugaban al críquet.
- ¿Que? – Joe rió de un niño que se dio con el bate en la cabeza- ¿De dónde sacó esa idea estúpida?
- De ti y de Selena…
- ¿De mi y… de Selena?- abrió la boca sin entender - ¿Cuándo…?
- Cuando escuchó tu conversación con ella en el parque…- Nick lo miró aún perdido - antes de encontrarse contigo aquí en el parque, ella llegó, escuchó sin que la vieran una tontería sobre un supuesto hijo tuyo con Selena, y creyó que tu… - Joe refunfuñó – bueno, las embarazadas tienden a hacerse un drama de una tontería…
- ¿Que yo iba a volver con Selena? – Rió – Tu hermana es de no creer…
- ¿Qué hubieras pensado tú?
- Primero, no hubiera escuchado a hurtadillas una conversación privada – dijo – pero en el supuesto caso de que no pudiera evitarlo y la escuchara… ¡hubiera escuchado toda la conversación, y no sacado conclusiones estúpidas!!! – agregó colérico.
- ¿No hay un hijo con Selena?
- ¡Por supuesto que no!!! El niño es de Malfoy…
- ¿Por que te encontraste con Selena, entonces, si sabías que Miley iba a estar aquí también?
- ¡No me cité con Selena! Solo fue una extraña coincidencia… ella estaba tratando de evangelizar a cualquiera que vagara por aquí – Joe abrió la boca incrédulo – si, yo también me sorprendí de verla en ese plan de oradora… charlamos, aclaramos muchas cosas Joe, y nos dimos cuenta de las estupideces que comentemos siendo tan jóvenes… ella me pidió perdón por haberme lastimado, y dejamos el pasado atrás… - bufó – ella se va a Estados Unidos con su familia, y yo le deseé buena suerte…
- ¿Nada más?
- Bueno, después que ella se marchó, y mientras esperaba a tu hermana, me dije que la vida de Selena no había sido buena así que voy a hablar con mis socios de Nueva York, para que le den un empleo.
- Que buen samaritano – dijo irónicamente.
- ¡Vete a la mierda! – se levantó – ¿así que tu hermana terminó conmigo porque escuchó una conversación, seguramente a medias, ató cabos erróneamente y sacó la estúpida conclusión de que yo quería revivir mi historia con Selena, y con un supuesto hijo mío?
- Así es el resumen…
- Bien… si eso piensa, que se la aguante.
- ¿No vas a hacerle ver…?
- No – se iba – ¡No voy a ser el idiota que corra a pedirle perdón, por algo que sucedió en mi pasado y que no tiene un mínimo de incidencia en mi futuro! Si ella quiere hacer una tragedia griega de esto allá ella, yo no voy a ser el idiota que suplique…
- ¿Pero no la amas?
- Claro que si, pero a mí fue al que le patearon el culo, amigo…
- Estás equivocándote Nick – dijo siguiéndolo – no puedes hacer que esto termine y quede en la nada solo porque no quieres aclararle a mi hermana la confusión que ella misma hizo – dijo serio – no te lo pido solo porque sea mi hermana…
- Joe...
- No, espera – lo asió del brazo – no es solo por la felicidad de mi hermana que te lo pido… - Nick resopló – ¿acaso te olvidas que hay un bebé?
- No juegues sucio Joe.
- No juego sucio… Todo esto es un desgraciado malentendido, ¡y te empeñas en hacer un drama tú también!
- ¿No entiendes verdad? – dijo mirándolo a los ojos y Joe vio dolor - tu hermana no confía en mi… dice que me ama, pero está temerosa de que alguien del pasado se cruce en el presente, me haga dudar de lo que siento y la deje… ¡y sin siquiera ponerse a pensar, me deja, solo por las dudas, para no sufrir!
- Eso sucede porque no le dices que la amas… y por tu maldita regla de una chica cada mes, la has vuelto temerosa y que dude todo el tiempo.
- Aunque le diga que venero el piso que camina, seguirá así Joe… ella no confía en mí. – suspiró – mira, hoy es Selena, mañana, será cualquiera con las que he tenido contacto… y si ella no tiene confianza, no hay relación que pueda existir…
- Sería cuestión de que probaras…
- No – se desasió de su mano – Así como ella tuvo la decisión de terminar con lo nuestro… ella va a ser la que tenga que dar el paso. – y sin mas desapareció
- Tercos como mulas – dijo bufando y también desapareció.
Dos meses sin Nick. Miley resopló mientras el sanador le indicaba como tomar las pociones vitamínicas que la iban a acompañar durante todo el embarazo. Ya había sido doloroso que el anciano que estaba en frente le preguntara por el padre de la criatura. ¿Cómo explicarle que el padre de su hijo no había dado señales de vida desde que saliera de su habitación en el hospital hace… cuánto… Dos meses? Si, Dos largos y agobiantes meses donde los síntomas del embarazo se habían presentado, y ahora que Demi andaba tan campante devorándose todo cuanto podía, gorda como una ballena encallada en su enorme sillon, ella tenía que correr al sanitario para vomitar todo aquello que no comía porque no toleraba. Y peor aun, soportar los mareos en su casa, sola, sin un hombre al lado que la aliviara aunque sea con unas tontas palabras reconfortantes. Afortunadamente el sanador había dicho que con algunas pociones eso acabaría pronto… lo que no acabaría era ese hondo pesar por no tener a Nick a su lado. Pero sabía que debía reponerse, y lo más doloroso resignarse. Aunque esto ultimo era lo que mas le costaba. Y mas aun cuando se enteró por el desbocado de su hermano, que Nick había aceptado un puesto de auror… ¿Para que había aceptado? ¿Acaso Selena, habría podido lograr lo que ella no pudo en pocos meses, es decir hacerlo volver? "Claro, el niño de oro decide volver gracias a los ruegos de su adorada Selena…" y eso implicaba que la vida de Miley se volvería un infierno, porque tendría que toparse con el no solo cuando fuera a ver a su hijito, sino casi todo el tiempo en el ministerio… Trabajaba menos debido a su estado, y el tiempo que tenía libre, lo había dedicado a comprar una casa, cerca del mar, con los ahorros que tenía, la venta de su departamento y con el dinero que el invento del GPS mágico que ideara con Demi le deparara. El ministerio había implementado el dispositivo, y eso suponía un dinero extra mensual que con los gastos del bebé, le venía de parabienes. Pero una vez que naciera el bebé, volvería a su rutina, y esa rutina dolorosamente implicaba estar en contacto con el cuartel de aurores, e indefectiblemente con él… y lo vería sonreír, feliz, con una felicidad de la que ella no seria responsable… ni ella, ni su hijito. El sanador volvió a aparecer frente a ella, cuando la miro frunciendo las cejas.
- no has escuchado nada de lo que dije. – le reprochó.
- Lo siento… - dijo con la voz quebrada – estaba pensando en que debo terminar de pintar el cuarto del bebé…
- Ginevra… - dijo, suspirando – te decía que próximamente realizaremos una eco…
- Ecografía… si – dijo sonriente y tratando que las ganas de llorar no le apretaran la garganta.
- Y quiero saber si el padre del bebé vendrá a la…
- No – dijo secamente – no está implicado en esto, señor.
- Bien… - escribió en un pequeño pergamino y se lo entregó – dáselo a la secretaria y te dará la fecha para realizar el estudio. – se levantó y ella hizo lo mismo – va todo muy bien y sin inconvenientes… eres una muchacha joven y sana y si sigues las indicaciones al pie de la letra no habrá complicaciones… y como hemos visto, está creciendo normalmente el vientre… no uses ropa muy ajustada en la cintura… - ella sonrió mientras se acaricia la pequeña ondulación en su cuerpo.
- Gracias señor.
- Eso si, - dijo al abrir la puerta… - evita estar tanto tiempo trabajando… no pienses tanto en preparar la casa para el bebé… todavía tienes tiempo. – y le sonrió.
- Gracias… lo veré en la próxima cita. – salió apresuradamente, y después de agendar la próxima cita con la secretaria, se dio vuelta sin mirar que detrás de ella había una persona, y sin quererlo la atropelló. Toda su agenda voló al suelo y los papeles se desparramaron por el suelo. – ¡diablos! – rezongó – lo lamento terriblemente – dijo sin mirar, y tratando de levantar sus cosas lo mas rápido posible.
- No hay cuidado – dijo una voz alegre y dulce – a veces creemos que estamos tan apuradas, que no nos detenemos a ver las cosas hermosas de la vida – Miley frunció las cejas y cuando se levantó para observar a su interlocutora, se le cayó el mundo a los pies.
- ¿Selena Gomez? – la mujer le sonrió – yo… lo siento… - miró a todos lados esperando que la persona que menos quería ver se apareciera por allí. No iba soportar verlos juntos.
- No, no hay cuidado… - sonrió – no volví a verte desde esa tarde en Holanda – Miley visiblemente pálida, trató de salir de allí, pero la mano suave de Selena, la detenía.
- Eh… si no teníamos que volver a vernos – dijo un tanto cortada
- Si, pero siempre quise encontrarme contigo… - dijo sonriente – porque tenía algo que decirte.
- ¿Si? – dijo ya cansada – mira yo…
- Gracias – Miley torció los ojos sin comprender – solo quería agradecerte ese simple gesto que tuviste esa tarde… cambió mi vida por completo - Miley la miró de arriba abajo. Selena estaba un tanto desaliñada, y no era ni el recuerdo de la joven presumida de la escuela… ni que hablar de aquella mujer, ajada y deslucida que estaba tras la vidriera en Holanda. Pero aun así, había un brillo en esos ojos rasgados. Era el mismo brillo que la misma Miley tenía en sus ojos cada vez que se miraba al espejo después del amor… con Nick. Sintió ganas de patalear, de insultarla, pero sabía que no tenía derecho. Ella no tenía la culpa de las desiciones que la misma Miley había tomado en su vida… Selena no tenía la culpa que ella se hubiera encontrado con Nick en esa calle, y enredado su existencia de la manera en que lo hizo. Suspiró.
- No hay que agradecer…nada.
- Aun así, gracias… después de nuestro encuentro no he parado de ser feliz… - dijo Selena más sonriente que nunca. Miley no pudo evitar tenerle envidia… su felicidad, era a costa de su desgracia.
- Yo… tengo que irme
- ¿Sabes algo de Nick? – la pregunta la descolocó. – No lo he visto desde que nos encontramos hace un tiempo… y quería agradecerle todo lo que ha hecho por nosotros…
- ¿Por nosotros? – El grito de un pequeño se escuchó por las escaleras.
- Ah, ese debe ser Deneb, mi hijo… - Miley estaba a punto de perder la cordura… estaba a punto de conocer al niño que seguramente sería igual a su padre… igual a Nick. Un mareo la hizo mecerse y sentarse en uno de las bancas de espera.
- ¿Te sientes bien?
- No… - dijo – solo es un mareo…
- Estás embarazada- ella asintió aturdida. Estar al lado de esta mujer era algo surrealista.
- Selena… - la voz gruesa de un hombre que se acercaba la hizo salir del estupor y mirar hacia las escaleras. Tuvo que mirar detenidamente para darse cuenta que ese hombre era…
- ¿Draco Malfoy? – dijo, cuando el joven con su semblante algo fantasmagórico se paró frente a las mujeres. A su lado la imagen viva de Draco cuando era niño la miraba sonriente. – ¿tu hijo? – si, el niño era el vivo reflejo del padre. Solo que no del padre que ella suponía.
- Hola Cyrus – dijo sonriendo apenas – ¿Estás bien?
- Yo, no… soy una idiota… - susurró, pero los demás no la escucharon.
- ¿Quieres que llamemos al sanador? – ella negó. Como decirles que en ese momento ella quería cavar un pozo y enterrarse por estúpida.
- Es solo un mareo... –dijo Selena sonriente y acariciando el brazo de Draco – está embarazada… y me imagino que su padre es Nick.
- Lo lamento por el niño.
- ¡Draco! – dijo Selena, y Miley sonrió, al mirar la cara de Draco. Algunas cosas, por más que el tiempo pasara, no cambiaban.
- Lo siento… si estas lista Selena, quiero que vayamos a casa… dentro de dos días partimos a Estados unidos y necesitas descansar…
- No hay problemas… ya tengo la derivación del sanador para vigilar mi embarazo allá.
- Tú también estás…
- ¿No te lo dijo Nick?
- Yo… - las lágrimas salieron, y Selena le hizo señas a su marido para que las dejara a solas.
- Pásala bien Cyrus… y dales mis recuerdos a tu familia…. Y mi agradecimiento a Jonas - dijo secamente y se marchó con el pequeño Deneb de la mano. Selena se sentó a su lado y le tomó la mano con suavidad.
- Una vez tu me ayudaste… ¿recuerdas? – Miley asintió – ¿puedo ayudarte a ti ahora? – ella negó.
- No… lo que he hecho… solo puedo arreglarlo yo…
- Nick estaba muy feliz con su relación… - sonrió Selena, mientras le daba un pañuelo descartable- y me imagino que ese bebé lo tendrá en las nubes…
- Te vas a Estados Unidos – dijo ella para desviar la conversación. Selena le sonrió, entendiéndola.
- Si – suspiro – aquí no tenemos futuro. En Inglaterra, Draco siempre será el mortífago, yo la zorra oportunista, y no quiero eso para nuestros hijos…
- Entiendo.
- Nick nos ayudó a instalarnos allí. Nos rentó una casa, que iremos pagándole hasta que sea nuestra, ¡y Draco y yo tenemos empleo!! – sonrió – Nick es un hombre increíble – Miley sollozó.
- Tengo que irme… - Se levantó – espero que todo te vaya bien en la vida Selena – la mujer la abrazó y Miley le devolvió el abrazo.
- Adiós Miley – dijo ella sonriente – espero que a ti también te vaya bien… - la miró a los ojos – y recuerda, que aunque a veces pensemos que está todo perdido… siempre hay una ventana abierta cuando se cierra una puerta.
- Gracias… - caminó lentamente hacia las escaleras. Lamentablemente para ella no había puertas, ni ventanas abiertas… porque ella misma se había encargado de cerrarlas por completo. Tomó polvos Flu en la recepción del hospital y decidió pasar por la oficina. Afortunadamente no se encontró con nadie que pudiera hacerla sentir miserable. Aunque en el estado miserable que se encontraba, dudaba que alguien pudiera hacerla sentir peor. Llegó a la oficina, donde una alegre Demi, estaba acomodando carpetas para que uno de los aprendices las archivara. Su amiga la vio algo pálida y le sonrió. Miley no podía hacer una mueca de lo tensa que estaba.
- ¿Todo bien en el sanador?
- Si – dijo escuetamente.
- ¿Sabes que esta mañana, descolgué un cartelito que habían pegado en la puerta? – no escuchó respuesta de Miley, que pensativa se quitaba la chaqueta y se sentaba en su escritorio. Demi hizo un movimiento de hombros y siguió la conversación – y los muy desgraciados habían puesto en él "Oficina en cuarentena… si entra a esta oficina corre el riesgo de quedar embarazada… dos severos casos lo confirman." – rió – ¡si utilizaran el cerebro para idear propuestas de trabajo, el departamento funcionaria como relojito suizo! – miró a su amiga, que tenía los ojos acuosos – Miley, va todo bien con el bebé…
- Vi a Selena… - dijo, y comenzó a llorar.
- Miley – Demi se acercó y la abrazó – lo siento…
- Y vi a su hijo… - Miró a su amiga – es igual a Draco… - Demi abrió los ojos sorprendida - a propósito estaba con ellos… - su amiga se mordía por decirle algo – adelante… repróchame mi falta de confianza.
- No se qué decirte… he tratado de explicártelo desde que saliste del hospital… pero tu no querías ni oír de Nick.
- ¿Y él tampoco quiere saber de mí, verdad?
- No es eso… - le acarició el cabello – pregunta por ti, pero… no cree que pueda haber algo entre ustedes con tu falta de confianza.
- Soy una diota…
- Miley… cabría la posibilidad…
- Tengo miedo Demi…
- Por qué no te tomas unos días… Nick y Joe fueron a una misión a Rumania, y de paso visitarán a Charlie… piensa bien que es lo que quieres hacer.
***
Estaba parada en medio de la habitación que estaría destinada para su hijo. Miraba, el dibujo que había tratado de hacer con nubecitas, pero desde allí, parecía una masa informe de color blanco. Bufó cansada. La panza había súbitamente salido de la noche a la mañana, y eso le originaba un dolor de espalda con el que no contaba. Se pasó la mano por la cara, tratando de quitarse el cansancio, y un poco de pintura blanca le pintó un mechón de cabello. Las cosas no resultaban como quería. Nick hacía una semana que había llegado de su viaje a Rumania y no había llegado a verla. Sabía que Demi le había pasado su mensaje, pero al parecer Nick no tenía tiempo o lo que era peor imaginar, ganas de encontrarse con ella. No, las cosas no funcionaban nunca como quería… Su proyecto hacerse cargo ella misma del cuarto del bebé también había resultado un absoluto fiasco. "Tendría que haber gastado dinero en un decorador, como me aconsejó Demi," pensó, "pero no Ginevra, tu creyendo que lo sabes todo y que puedes con todo… mira donde te han llevado tus conclusiones…" Sacudió su cabeza furiosa, y decidió que esa maldita pared no iba a desanimarla. Tomando con seguridad la brocha, la hundió en la pintura celeste que tenía el recipiente, y comenzó a pasarla con rabia, haciendo de a poco desaparecer los nubarrones de la pared… si al menos tuviera una brocha mágica para hacer desaparecer los nubarrones de su vida… sería todo tan fácil… pensaba mientras pasaba de un lado al otro y de arriba abajo tratando de hacer un trabajo parejo. Se detuvo un instante. Lo peor era que pensaba que la falta de confianza en Nick era ridícula... pero existía… Quizás no fuera Selena la que pusiera en peligro una futura remota convivencia, en el caso que Nick quisiera vivir con ella y formar una familia. Pero podría aparecer la chica de abril… el movimiento brusco de la brocha al acordarse de esa mujer, hizo que varias gotas gruesas de pintura celeste mancharan horrorosamente el piso de madera. Miley lanzó un par de epítetos. Si, se acordaba de esa tipa con cara de modelo y cuerpo escultural. Miro con pesar su cuerpo redondeado ahora envuelto en un enterito de Jean; ella dentro de dos meses seria un tonel. Gimió, pero siguió pasando la brocha, esta vez teniendo mas cuidado de no causar mas desastres, y concentrándose en la tarea. Quizás la de abril no sería el problema, pero había una horda de mujeres que no tenían rostro pero que podrían aparecer… y era ese temor el que la hacía retroceder cada vez que se convencía de estar con Nick. Y se preguntó por qué diablos esas dudas no aparecieron cuando todo era mas fácil… cuando era la chica de mayo. Una mano firme tomó con suavidad la brocha y se la quitó de las manos. Ella se quedó quieta un segundo, como adormecida, y cerro los ojos… el perfume masculino tan característico le inundó los sentidos y la hizo sentir plena. Nick había acudido a su cita. Pero no debía hacerse tantas ilusiones. Dio un paso al costado y abrió los ojos y lo que vio la sorprendió. Nick con la parsimonia que lo caracterizaba metía con cuidado la brocha en la cubeta y con una asombrosa prolijidad comenzaba a pintar la pared. Los ojos se le nublaron y si no hacia cualquier cosa, iba a ponerse a chillar como una banshee. El había acudido a su llamado. Tarde, pero había venido. Se alejó un segundo, tratando de serenar sus nervios. Nick tenía puesto un jean desgastado y zapatillas que habían tenido una buena vida. La remera, mas vieja no podía ser… ya hasta tenía unos pequeños agujeros en la espalda. Aun así cuando se agachaba, ella podía tener una espectacular vista de su trasero. Carraspeó. No podía estar pensando en eso… suspiró resignada... en algunas ocasiones, no tenía cura.
- Es un bonito color – dijo Nick después de arreglar aquel estropicio – imagino que acabo de tapar lo que podría catalogarse como una nube.
- Parecía fácil en la revista – Nick Sonrió.- pero… aun no agarro la técnica.
- Bueno… - Nick movió la varita e hizo aparecer una esponja vegetal – algunos muggles lo hacen con esto – colocó un poco de pintura blanca en la esponja, descargó el sobrante de pintura y la miró – tu dirás…
- ¿Qué? – dijo ella perdida en Nick.
- Donde quieres las nubes… - dijo sereno. Pero por dentro quería abrazarla y besarla y…
- Creo por allí arriba… – él se subió a la escalera y Miley agradeció la vista, más cuando se tensaba el pantalón. Nick comenzó a aplicar la esponja en la pared, y minutos después una hermosa nubecita bien esponjadita, apareció, junto a otras más pequeñas alrededor.
- No es lo que se dice una "cumulus nimbus" pero al menos parece una nube – la miró.
- Es hermosa… - Nick bajó la escalera y se acercó. Le tomó las manos y las besó.
- ¿Cómo estas?
- Bien...
- Demi me dijo que querías hablar conmigo… - ella lo miró a los ojos – aquí estoy – le devolvió la mirada de un color verde tan intenso que hizo a Miley jadear – tu dirás…
- Que… - dijo, a punto de babear.
- Para que querías verme…
- Yo… - no pudo soportar mas esa tensión, y sin si quiera proponérselo lo abrazó – solo quería que supieras, que no quería decirte eso que escribí en el mensaje de texto.
- Miley… - dijo rodeando su cintura y posando sus manos en la suave espalda femenina.
- Se que no quieres volver a verme… y que he sido una idiota al pensar que tu… y Selena… pero es que, lo siento… no podía dejar de pensar que tarde o temprano tu ibas a dejarme… y por eso al verlos, me convencí que sería mejor que fuera yo quien terminara nuestro trato, así evitarte la tortura de verme destrozada por tu decisión y…
- Te amo – le dijo el parando la verborrea de Miley y tomándola del mentón, para mirarla a los ojos. – Estuve todas la noches en Estados unidos buscando la manera de decírtelo…
- ¿Me amas? – dijo sin poder creerlo. El asintió – oh… Y yo lo arruiné todo… - dijo abatida - por mi falta de confianza.
- Estaba dispuesto a pedirte matrimonio Miley… en verdad, pero no puedo pelear con tus fantasmas… demasiado tengo con los míos.
- Nick…
- Aun así, no puedo evitar pensar que voy a tener un hijo contigo – la abrazó- y deseó con todas mis fuerzas que… Te amo, me mata que no estés segura de lo que siento por ti. – la miro a los ojos - pero, a pesar de todo quiero que esto funcione… quiero volver contigo. – la besó – quiero volver a tenerte a mi lado… volver a tener la misma relación que teníamos antes de que esto pasara… Sentirte a mi lado por las noches… conversar, reír… y esperar con ansiedad la llegada de nuestro hijo… - la miró – pero sé que tu…
- Nick… - emitió un sollozo – te he extrañado tanto… he deseado retroceder el tiempo… pero aun así, no puedo evitar sentirme amenazada…
- ¿Por quien?
- No lo sé… - dijo rompiendo el abrazo y alejándose hacia la ventana, donde el sol tibio del otoño no alcanzaba a calentar el ambiente. Las olas acariciaban la playa a lo lejos… antes esa vista la calmaba. Pero ahora estando con Nick en el mismo ambiente, no podía serenarse. Pero si habían llegado hasta aquí no podía quedarse callada… si quería a Nick a su lado debía ser sincera. – por cualquiera… - Nick la abrazó lentamente por la espalda y apoyó su mentón en el hombro de Miley, ella instintivamente alzó su brazo y le acarició el cabello – Se que tu conociste a una Miley que era segura y decidida en la escuela, que casi nunca lloraba… pero después de todo lo que me ha pasado, siento que ella ha desaparecido. Tengo miedo… tu has tenido una vida muy diferente a lo que yo quiero en la mía Nick… y tengo miedo que una vez que acepte, tu te canses y…
- Entiendo tu punto de vista Miley… pero tampoco quiero alejarme de ti, ni de mi hijo… y si tú quieres, te propongo algo. – ella se dio vuelta al tiempo que él la tomaba por la cintura y la acercaba a su cuerpo.
- ¿Una propuesta? – el sonrió.- no entiendo
- Mira… tú has sido mi chica de mayo… y con el tiempo te has convertido en mi chica de junio, y parte de julio…
- ¿Cuál es el punto?
- Te propongo seguir como estábamos antes de esa fatídica cita en el parque… - Miley frunció las cejas sin entender.
- ¿Nick… tú propones que siga siendo tu chica mensual?
- Sería una manera muy comercial de extender el contrato – sonrió mas – Pero no, en realidad estoy proponiéndote que invirtamos nuestros roles.
- ¿Estás loco? – dijo ella riendo.
- No – la besó, un beso suave invitador, cálido, que hizo a Miley suspirar y añorar las noches de pasión. La apretó mas a su cuerpo, sintiendo el ya pronunciado abultamiento en el vientre de Miley. La soltó un instante y acarició esa zona, sin dejar de mirarla a los ojos. – Te amo… y así como tu aceptaste ser mi chica de mayo, porque me amabas, quiero que aceptes que sea tu chico de… octubre…
- Casi noviembre. – lo corrigió.
- Bueno, mes más, mes menos… - la miró expectante – que dices…
- Quieres que tengamos una relación que iremos alargando a plazos… - lo miró, él aun acariciaba su estómago. Y a Miley la idea le pareció descabelladamente increíble, loca, imposible… y estupenda. Lo miró a los ojos… y estaba apunto de decir que si, cuando una duda surgió y no se iba a quedar callada – ¿hasta cuándo Nick?
- ¿Hasta cuando que? – dijo él deteniendo el suave masaje.
- ¿Hasta cuando serás mi chico mensual? – él levantó una ceja – Diablos… Te amo, y sé que la falta de confianza es un freno a lo que podríamos vivir…
- No tenías dudas antes.
- Es porque no tenía nada que perder…
- Pero si me amabas – dijo él a punto de estallar.
- No, te amo…
- ¡Y yo también te amo! – le grito. Luego se sereno y la abrazo – Lo siento… no quise gritarte, es que solo pensar que no aceptes- suspiró- durara hasta que estés completamente convencida de que nunca voy a dejarte por nadie, o me tengas absoluta confianza…
- Y después…
- Me casaré contigo… ¡si aceptas claro!– dijo besándola con tanto ímpetu que la convenció. Miley se aferró a su cuello y le devolvió el beso demostrándole cuanto lo había extrañado. Nick sin dejarla de besar la tomó en sus brazos y la sacó de la habitación.
- Aun no te he contestado… - él se paro en el pasillo.
- ¿Y bien?
- Solo serás mi chico de noviembre… y después veremos – Nick sonrió satisfecho.
- Bien… Entonces debo hacer bien mi papel, para que no me eches en diciembre – ella rió feliz - hará mucho frío para esa época, no quiero dormir a la intemperie…
- No creo que te eche en diciembre – él abrió la puerta de la habitación que a partir de ese día compartirían.
- ¿Ah no? – dijo él dejándola en el suelo – ¿y por que crees eso? – dijo soltando su larga y rojiza cabellera y acariciándola delicadamente, haciendo a Miley suspirar.
- Porque tengo que hacer mi obra de caridad en Navidad… - rieron. Ella se abrazo a él.
- He sido tan tonto Miley – dijo rozando suavemente su mejilla con sus dedos. – me he perdido tanto… me he perdido de disfrutar tanto… de disfrutarte a ti. Te amo – le dio un pequeño beso en el mentón, que la hizo suspirar.
- Nick… yo también te amo… y te juro que haré lo imposible para que esto funcione.
- No nos prometamos nada… no quiero juramentos Miley… solo quiero que vivamos esto que tenemos día a día, de la mejor manera posible. Quiero ver crecer a mi hijo dentro de ti – dijo, mientras la recostaba en la inmensa cama, que para sorpresa de Miley era la misma que Nick había llevado a su departamento – quiero sentirte todas las noches a mi lado… abrazada a mi – fue desabotonando lentamente la blusa que cubría el cuerpo e instantes después, quedo expuesta la nueva forma de su cuerpo. Nick se quedó mirándola un instante. Ella había cambiado en esos meses… sus pechos estaban mas grandes, su estómago antes plano, estaba redondeado, y sus caderas mas anchas… pero a pesar de los cambios estaba mas hermosa que nunca.- quiero vivir cada día como si fuera el ultimo – fue besando su estomago suavemente haciéndola suspirar – pero más que nada – la miró – quiero recuperar todo el tiempo que perdí al desaparecer hace ocho años, quiero recuperar el tiempo que me perdí a tu lado. Quiero recuperar todas las veces que me perdí que me dijeras que me amas… y devolverte cada una de las veces que no te dije te amo… ¿Puedes entender Miley?
- Si – dijo ella perdida en sus caricias, y con las lágrimas a flor de piel – y te aseguro que no habrá momento en que no exija el pago de esa deuda Nick… y que ocuparé todo el tiempo que me quede libre para decirte cuanto te amo.
Tarde en la noche, Nick estaba recostado en su nueva casa. A su lado Miley dormía placidamente. Las cosas habían sido extrañas… Jamás hubiera imaginado que encontrarse con esa impulsiva castaña hace meses, en esa calle perdida en la inmensidad de Londres, haría que su decisión de desaparecer tambaleara… Pero ahora teniéndola a su lado, se daba cuenta que a pesar de todo agradecía que el destino lo pusiera en esa calle, ese día. Recordaba cuan vacío se sentía, cuan solo, y perdido, hasta que chocó con ella… y fue como volver a la vida. Instintivamente la abrazó. Ahora estaría perdido sin ella. A pesar de su falta de confianza, a pesar de los desafíos que se presentarían de ahora en adelante… no importaba. Daría todo de si para que desaparecieran los temores. Volvió a acariciar a Miley, ella suspiró profundamente. Merlín, ya no podría vivir sin ella… sonrió mientras cerraba los ojos tratando de dormir. Quizás no haya sido todo color de rosa. Quizás la vida, a palabras de la nueva Selena, estaba plagada de espinas, pero valían la pena soportarlas si al final del camino estaba Miley a su lado. Acarició su cabellera rojiza iluminada por una inusual luna. Casarse con ella y así formar una familia como siempre soñó, estaría por el momento en su lista de pendientes, pero estaba seguro que tarde o temprano, eso se daría. Se acomodó en la cama, y Miley se pegó con su nueva figura a su pecho. Sonrió otra vez, Si valía la pena soportar las espinas si al final Miley estaba esperándolo, y junto a ella la eterna felicidad.
Finite incantatem

No hay comentarios: