sábado, 20 de octubre de 2012

The Beautiful Between - Capitulo 5



Capítulo 5
El lunes, traigo mi almuerzo desde la cafetería hasta el salón junior
para así poder trabajar en física. Realmente, debería estar usando
mi tiempo libre para estudiar, aunque me tomé tiempo para notar
que Nick no estaba en el comedor antes de que decidiera venir
aquí. El salón está completamente vacío, y es más cómodo que
estudiar en la biblioteca, dado que puedo tumbarme en los sofás.
Quiero terminar algo de trabajo para que así Nick no piense que soy
una completa idiota cuando él se retrasa. Entre los bocados de
rosquillas y cálculos de vectores, veo que Kate ha deambulado dentro.  
—Hey, Miley —dice, deslizando su mochila en el suelo y sentándose
en el sofá a mí otro lado—. ¿Has visto a Nick?  
Niego con mi cabeza y me empujo a una posición decente.  
—Nop. ¿No está en el comedor?   
—No le vi allí. Debe haber salido por un cigarrillo o algo.  
—¿Le necesitas para algo? Puedo tratar de encontrarle.
Los chicos de niveles inferiores no tenían permitido salir durante el
almuerzo y los descansos, e incluso sé dónde Nick y sus amigos van
a fumar. Hay un patio entre un par de apartamentos alrededor de la
esquina. Incluso aunque los profesores saben sobre él no se preocupan
lo suficiente de capturarlos con las manos en la masa.  
—Está bien.  
—No sabía que Nick fumaba —dije, tratando de establecer una
conversación, Kate estaba haciendo aquí un estupendo descanso de su
estudio.  
—Sí —Arruga su nariz—. Le hace oler mal.  
—Sí.  
Kate se apoya contra el sofá, cerrando los ojos durante un segundo. Se
ve cansada. Abre los ojos y ve mi libro.  
—Física, ¿huh? Nunca entendía cuando mi padre y Nick hablaban
sobre ello. Suena tan duro.  

—Sí, bueno, estoy segura de que te darán clases si lo necesitas en unos
pocos años.  
—Sí, veremos —dice, como si realmente no lo creyera.  
—Quiero decir, si Nick tiene la paciencia para darme clases a mí,
puede dar clases a cualquiera.  
Kate me sonríe.  
—Le gusta darte clases, Miley. Me lo dijo.  
—Todavía no puedo imaginarme por qué me lo ofreció, quiero decir,
podría estar haciendo un sin número de cosas más interesantes que
ayudar a una chica como yo con física.  
No puedo creer que yo acabara de decir eso. Había estado pensando en
ello durante días, pero no puedo creer que lo dijera en voz alta. Ella
pensará que estoy tratando de que me cuente por qué su hermano está
de repente interesado en mi nota de física. Probablemente, ella sabe
todo sobre Nick.   
—Sólo piensa que eres cool. Me lo dijo.  
—¿Piensa que soy cool?   
Las palabras salen de mi boca antes de que pueda pararlas. Puedo oír
cuan emocionada sueno. Kate debe pensar que estoy ridículamente
necesitada.  
Pero me sonríe.  
—Sí. Quiero decir, lo eres.  
Es un cumplido tan bonito que puedo sentir mis mejillas calentándose;
estoy enrojeciendo.  
—Creí que dijiste que éramos torpes.
Kate se encoge de hombros.  
—¿Quién dice que no podamos ser ambos?  
Eso me hace sonreír tan ampliamente que mi boca dolerá para el
comienzo del siguiente periodo.  
Kate se levanta para marcharse, y le digo que le haré saber a Nick
que lo anda buscando, y ella dice que no tiene importancia, que le
encontrará después, pero que gracias de todos modos y buena suerte en
el examen.  


Está bien, sé que Kate es cuatro años más joven que yo, pero parece
mucho más sabia. Pero, entonces, alguien como Kate no habría tenido
que preguntarse por qué alguien como su hermano se interesara por
ella. Los chicos así probablemente siempre se interesarán por Kate.  
***
Después, esa tarde, estoy enloqueciendo porque no hay manera de que
vaya a aprobar el examen de mañana. Ningún estudio que haya hecho
me ha hecho una abolladura. En algún lugar entre los neutrones y el
pánico, está Nick, tumbándose en mi cama, tranquilamente
explicándome que los protones son positivos y los electrones negativos,
y que no hay resistencia aérea en el vacío, y que es sólo matemáticas.  
—Eso no ayuda. Odio las matemáticas —Mi corazón está realmente
corriendo. Estoy aterrorizada acerca de este examen—. Me siento tan
estúpida.  
—No te preocupes. Sólo soy bueno en esto porque mi padre es un
científico empollón.  
—¿Oh? —Recuerdo que Kate dijo que Nick y su padre hablan sobre
física algunas veces.   
—Sí, a la edad de ocho años ya sabía acerca de los átomos y los
cuantos. Él solía entrar en mi habitación a hurtadillas cuando mi
madre pensaba que estaba durmiendo y darme clases de ciencia. Creí
que las partículas de polvo eran moléculas hasta que tuve once.  
Sonrío impotentemente.  
—Así que tengo una desventaja genética, es lo que estás diciéndome.  
—Me temo que sí.  
Hay un silencioso minuto, y cuando me flexiono sobre mis notas de
nuevo, Nick dice:  
—Hey, Miley, no quería decir nada con eso.  
—¿Con qué?  
—Tu padre, quiero decir. No era... Fue insensible de mi parte, lo siento.  
Me toma un segundo darme cuenta de que se refiere a que no tengo
padre, es insensible por su parte hablar de ello. ¿Por qué sacarlo? No es
como si yo me pusiese toda triste al momento que mencionó a mi padre.
Y, de todos modos, tanto como Nick sabe, soy sólo una chica cuyos
padres están divorciados. Eso no es tan triste.  
—¿Qué quieres decir?  


—Quiero decir... —Se ve visiblemente incómodo—. Quiero decir, tu
padre falleció. No debería estar haciéndote bromas por no tener un
padre que te hablara sobre física.  
Ahora, mi corazón está corriendo de nuevo, y no tiene nada que ver con
las matemáticas. La curiosidad hace a mis músculos moverse
ligeramente.  
—¿Cómo sabes sobre mi padre?  
La mirada de Nick se desconcierta.  
—¿Qué? Es sólo, ya sabes, la gente habla.  
—¿Quién? —pregunto, de repente acusadora—. ¿Quién habla? Yo no
hablo.   
Presiono mis dedos contra el suelo mientras me empujo para
levantarme. El parqué de pronto se siente caliente bajo mis manos.    
—¿Quién te dijo sobre mi padre? —pregunto de nuevo.  
La cara de Nick se ve como lo que imagino le pasa a la mía cuando
me enfrento a las ecuaciones vectoriales. No sé qué hacer. Quiero estar
enfadada con él pero ahora me siento culpable porque le he hecho verse
de esa manera. Quiero olvidar que esto ha sucedido. No quiero que
Nick sepa cuanta curiosidad provoca en mí: ¿Cómo sabe sobre mi
padre? Y, ¿qué sabe?  
—Hey, lo siento —digo—. Olvídalo. La gente habla, lo que sea. Vamos a
cambiar al vocabulario para que así pueda sentirme inteligente durante
un momento.  
El rostro de Nick se relaja y sonríe lentamente, como si estuviera
siendo cuidadoso sobre retornar a su yo usual.   
—Todo bien. Sternin, pero no me iré hasta que estés lista para el
examen.  
—Lo que sea, chico. Define «peripatético».
Incluso los príncipes no lo saben todo.

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