sábado, 13 de octubre de 2012

Taking Instructions- Capitulo 1


CAPÍTULO 1

Miley Grayson levantó la vista de su ensayo para mirar al profesor Jonas. Su boca se hizo agua y se retorció en su asiento para aliviar el dolor entre los muslos.
Profesor, si, claro. El hombre era tan malditamente hermoso y construido como si acabara de salir de la revista de un gimnasio que no se parecía a ningún profesor o profesora que hubiera tenido.
Cabello oscuro enmarcaba sus rasgos cincelados. Tenía una mandíbula angulosa, los pómulos altos y ojos cafes tan bonitos como el claro cielo de Arizona.
Ella tenía algo con los hombres con traseros apretados, y sus pantalones le quedaban bien ajustados. A veces, cuando se alejaba del podio había podido dar una buena mirada a su paquete. Definitivamente digno de desenvolverse como el resto de su delicioso cuerpo. Anchos hombros, bíceps que se flexionan debajo de las mangas ceñidas de sus camisas.
Ella apostaría su último par de bragas a que tendría ondulados abdominales y un pecho liso sobre el que  pudiera deslizar sus manos para sentir su grupo de  músculos debajo de sus palmas. Y ella clavaría las uñas en su culo tenso mientras él  la cabalgaba con fuerza.
Miley se retorció en su asiento y sonrió para sus adentros cuando cogió al profesor Jonas mirándola de nuevo. Se inclinó hacia delante un poco más para que sus pechos se vieran como si se hubieran derramado fuera de su sostén. Su garganta trabajó antes de que él volviera  su mirada hacia el podio. Miley sonrió. Era el final del segundo semestre de su primer año en la Universidad de Arizona. Sería una estudiante de segundo año en el otoño. Había encontrado a un hombre que quería más que a nada. Y tenía la intención de atraparlo. Todo el semestre  se había puesto camisas o blusas con cuellos que mostraban su escote y hacían hincapié en sus pechos. Llevaba pantalones cortos o faldas diminutas que apenas cubrían nada. Y él se había fijado en ella. Ah, sí, definitivamente la miraba cuando pensaba que ella no se daba cuenta.
Cuando estaba escribiendo notas o trabajando en un documento, había levantado la vista a través de sus pestañas para verlo mirándola. Él trataba de parecer casual, pero ella sabía que había una conexión entre ellos que iba más allá de pura lujuria. A veces sus ojos se encontraban y se sostenían la mirada  antes de que él apartara la vista y volviera a hacer lo que fuera que había estado haciendo hasta ese momento. Miley bajó la mirada de nuevo a su trabajo final y trató de concentrarse en terminar su ensayo. Lo había hecho bien, Inglés era su mejor tema, pero con Nick Jonas detrás de ese podio, ocultando lo que más quería ver, tenía que esforzarse para mantenerlo fuera de su cabeza y escribir.
Era el último día antes del receso de verano, y ella no tenía intención de pasarlo sola. Iba a dar al profesor Jonas momentos que nunca olvidaría.

La mirada de Nick Jonas se  mantuvo extraviada  en los pechos de Miley Grayson. Maldita sea, su alumna era tetona. Era una suerte para él estar detrás de un podio cuando daba sus conferencias o sus alumnos verían  su constante erección cada vez que estaba alrededor de Miley.
En este momento su clase tenía la cabeza baja, mientras que estudiaba minuciosamente sus trabajos académicos. Eso le dio tiempo a Nick para permitirse disfrutar de algunas fantasías acerca de Miley. Si ella no fuera su alumna, la invitaría a salir y la follaría como si no hubiera un mañana. Tendría que azotarla por ser una chica mala, convirtiendo su culo en una agradable sombra de color rosa.
En ese momento, Miley lo miró y le dio esa pequeña sonrisa sexy que le daba cada vez que tenía la oportunidad. Ella se movió en su asiento para estirarse y girar uno de sus dedos en su largo pelo negro y lo miró con los ojos tan verdes y sensuales que apenas podía pensar, mucho menos conseguir tener su erección bajo control.
—Profesor Jonas, —dijo una voz femenina a la izquierda del podio. —¿Dónde quiere que dejemos los ensayos?
Nick sacudió su atención hacia…¿cual era su nombre?
—Yo lo tomaré—dijo a la pequeña rubia mientras ella miraba a Miley y de regreso a Craig. Por su expresión, él sabía que ella lo había pillado mirando a Miley. Se aclaró la garganta y miró hacia abajo a su ensayo de Inglés. Gloria -ése era su nombre.
—Gracias, Gloria. —Centró su atención en ella, incluso cuando sintió el calor de la mirada de Miley. —Ten un  buen receso de semestre.
Gloria miró a Miley otra vez.
—Si. Usted también—dijo con una sonrisa en su voz.
Nick la despidió llevando su atención al ensayo. Como siempre, su trabajo era excelente.
Cristo, sin embargo, tenía que conseguir sacar de su cabeza a Miley Grayson. Ella era su estudiante, por el amor de Dios. Había visto que se había inscrito en un semestre de otoño, con él, Inglés 210, Introducción a Escribir Ficción. Sabía a lo que prefería introducirla.
Iba a ser  un jodido infierno  tenerla en su clase de nuevo y no fantasear sobre sus pechos, y cómo sus labios carnosos se sentirían envueltos alrededor de su polla. Miró a Miley, y fue un error. Ella lo miraba, sus pezones presionando contra la tela de su camiseta de corte bajo y sus labios húmedos con un ligero brillo en ellos. Se dio la vuelta y apretó los dientes. Iba a tener que cerrar la puerta de su oficina y hacer frente a su erección tomando su polla en la mano tan pronto como terminara la clase. Más estudiantes se acercaron a él, entregando sus trabajos lo que por suerte le ayudó a centrarse en la clase y evitar mirar a Miley.
Cuando el timbre para despedir a la clase llegó por los altavoces, dejó escapar un suspiro de alivio. Final del semestre, basta de fantasear acerca de Miley. Mierda, ¿que tenía, veinte, veintiuno? El  tenía treinta. Era un poco viejo para que hubiera nada entre ellos. Incluso si no tuviera que preocuparse por la ética entre maestros y estudiantes. Infiernos,  acababa de obtener su puesto como profesor permanente. Y no quería meter la pata.
Los restantes  estudiantes le traían sus ensayos que él  organizaba pulcramente para no ver la belleza de pelo negro que se estaba tomando su tiempo para llegar hasta el podio. No estaba seguro de si iba a ser capaz de obtener una palabra coherente, cuando finalmente ella le diera su ensayo. Ella fue la última, por supuesto. Él sabía que amaba  torturarlo, y ella hizo un trabajo condenadamente bueno de eso. Volvió a apilar los papeles con esmero, tratando de mantener la calma. Todo el semestre se había estado burlando de él, coqueteando y dando a entender que le gustaría ser algo más que la mascota del profesor. Y seguro como el infierno, él quería hacer de ella justamente eso: correa, collar y todo.
Él supo el instante en que ella llegó. Ninguna otra mujer olía de la forma en que ella lo hacía. Caliente, sensual y cálida vainilla.
Levantó la cabeza para ver que era, de hecho, el último estudiante en la sala. Mierda, su mano tembló un poco mientras tomaba su ensayo. El podio estaba entre ellos, gracias a Dios. Sus pantalones eran sin duda una tienda de campaña donde su polla presionaba contra el material.
—¿Cuáles son tus planes para este receso de verano,  profesor Jonas? —Le preguntó  Miley en su suave voz de fóllame. Si ella no se iba, su polla estaba a punto de estallar. Se aclaró la garganta otra vez.
—Nada especial.
—En serio. —La palabra era un ronroneo de sus labios que casi le hizo gemir en voz alta. —Mi familia va a Europa por el verano, así que voy a estar sola.
Nick le dio una sonrisa forzada.
—Parece que estamos en el mismo barco. —Ah infierno. ¿Por qué  fue y admitió eso? Como si la niña necesitara algún estímulo. Tal como esperaba, le dio otra de sus sonrisas que hizo que su pene se endureciera.
—Tal vez podríamos reunirnos para tomar un café... o tal vez la cena.
—Escucha. —Él se armó de valor y se obligó a decir lo que no quería. —Tú eres mi alumna. No sería ético que me citara contigo.
Ella arqueó las cejas, una mirada inocente de su expresión.
—¿Quién dijo algo acerca de citas... sólo dos personas solitarias tomando café juntas. O cenando.
—Lo siento, Miley… Señorita Grayson. —Maldita sea, era lo único que podía hacer para sacar su mente de su polla…en su cuerpo, en cualquier número de posiciones…y forzarse a decir las palabras que debía. —No puedo.
—Pero tú quieres—le susurró ella y guiñó un ojo antes de  darse vuelta y caminar hacia la puerta.
Vestía una falda diminuta de color rojo que dejaba ver sus increíblemente largas y tonificadas piernas. Su camiseta roja a juego moldeaba su figura, disminuyendo hasta su pequeña cintura. La miró hasta que desapareció por la puerta, entonces aspiró en una profunda respiración. Le llevó un rato  conseguir tener su erección bajo control. Tenía que pensar en los montones de ensayos que tenía que calificar. En su abuela. En la reunión de su facultad esta tarde. En cualquier cosa menos en Miley.
Cuando tuvo las cosas bajo control, lo que significaba conseguir que su polla cooperara, metió los papeles en su maletín, lo cerró y se dirigió fuera del aula. El golpe de la puerta  hizo eco cuando entró en el pasillo casi vacío. Los estudiantes estaban más que listos para las vacaciones de verano y parecía que nadie estaba interesado en dar vueltas. No es que él tuviera la intención de estar por aquí más de lo que debía. Le había dicho a Miley la verdad, no tenía absolutamente nada interesante planeado, y más que nada  le encantaría tener a esa chica en su cama y mantenerla allí todo el receso. Una chica como ella probablemente podría disfrutar de sus juguetes y un poco de bondage. Quizá mucho bondage.
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Tuve ganas de subir algo hot, asi que espero que les guste, dedicado a Valery, que me tiene abandonada(siente la indirecta y también Jime).
Chau

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