sábado, 13 de octubre de 2012

Taking Instructions- Capitulo 2




Mierda. Estos iban a ser  tres largos meses antes de que las clases comenzaran de nuevo. Nick hizo el camino a su oficina, tratando de llevar  su mente a otras cosas sin  éxito. Definitivamente iba a necesitar masturbarse para tener el dolor en su ingle bajo control. Abrió la puerta de su oficina, entró y de inmediato cerró la puerta. Se dio la vuelta…
Y rápidamente bajó su maletín. Miley Grayson estaba sentada en su escritorio. Desnuda.


Oh Dios. El cuerpo de Miley era aún más bello de lo que Nick había imaginado, de lo que había sido en muchas de sus fantasías. Su largo pelo castaño caía sobre sus hombros delicados hasta su fina cintura. Sus pechos eran grandes, sus pezones  altos e impertinentes. Cada pedacito de su cuerpo era firme y tonificado desde sus hombros a sus tobillos. Y si pudiera verlo, apostaría que tendría un buen culo también.
—Hola, profesor. —Miley apoyó las manos a cada lado de ella en el escritorio. —Necesito ayuda con una asignación—agregó en un ronroneo.
Las  palabras no venían a Craig. No podía moverse. Tal vez debería intentar recoger la mandíbula  del piso, pero en ese momento se sentía como si fuera necesario un esfuerzo monumental para hacerlo.
Miley se deslizó de la mesa y su corazón se aceleró cuando ella caminó lentamente hacia él. Sus caderas tenían un balanceo natural y cuanto más se acercaba, incluso podía decir que sus pezones estaban tensos y pidiendo ser chupados.
Su polla estaba tan dura que era un milagro que no se viniera en sus pantalones.
Cuando Miley estaba tal vez a una pulgada de él, extendió la mano y deslizó sus manos en su pelo. La sensación fue tan erótica que casi gimió en voz alta.
—¿Sabes lo sexy que eres? —Susurró mientras  traía su cabeza hacia abajo de modo que sus labios se acercaran.
—Miley. No. No podemos…— comenzó cuando ella lo tiró hacia abajo para que sus labios se encontraran.
Él estaba perdido.
No había vuelta atrás.
Miley le mordió el labio inferior y él gimió. Ella inmediatamente deslizó la lengua en su boca.
Casi sin darse cuenta,  llevó las manos a su culo y apretó su cuerpo tan cerca que sintió  sus pezones a través de su camisa. Apretó su polla contra su vientre y ella gimió en su boca y lo besó aún con más pasión.
Nick no pudo evitar la sensación de satisfacción que le dio tener a Miley donde estaba. Ella hizo  pequeños sonidos de lloriqueo mientra apretaba las mejillas de su culo con las manos y la besaba con dominio y control.
Si Miley Grayson quería jugar, estaba malditamente seguro de mostrarle con exactitud como jugaba él.
Miley no podía creer la intensidad que el profesor Jonas estaba poniendo en su beso. Ella no había estado segura de cómo reaccionaría al encontrarla en su oficina, desnuda, pero ahora lo sabía.
Dios, era un besador increíble. La forma en que la sostenía, la forma en que su boca tomó el control de la suya, era total y completamente dominante y la encendió  más, si eso era posible.
Él negó con la cabeza, como si estuviera saliendo de un sueño.
—¿Cuántos años tienes, Miley?
Su corazón latió un poco más rápido.
—¿Importa?
Él frunció el ceño.
—Sabes que lo hace. Si quieres jugar conmigo, juegas con mis reglas.
El acero de su voz avivó el fuego dentro de ella. Se sintió traviesa. Encantada y avergonzada. Y obligada a responder.
—Acabo de cumplir los veinte años—dijo mientras cogía el botón de sus pantalones. —Edad suficiente para saber lo que quiero cuando lo veo.
—No es edad suficiente para beber—dijo mientras se acercaba y cogía un puñado de su pelo, la expresión de su mirada intensa. —Pero edad suficiente para follar.
Sus muslos se volvieron húmedos y las emociones  rodaron a través de su vientre.
—Malditamente correcto.
—Tienes que entender algo, Miley. —Su puño agarró con más fuerza el pelo. —No dejo de ser el profesor cuando dejo el podio. Cuando se trata de sexo, la clase es mía también. Yo soy el jefe. Lo que digo se hace. Si no puedes vivir con eso, vete ahora.

Ella se estremeció y no fue porque estaba desnuda. Fue la emoción causada por sus palabras. La forma en que habló con ella fue tan caliente.
—Voy a hacer lo que quieras.
Le soltó el pelo y  llevó la mano entre los dos para deslizar los dedos en su coño.
Miley quedó sin aliento por tan inmediato y atrevido movimiento y echó la cabeza hacia atrás, rompiendo el beso. Arrastró su boca desde su barbilla a lo largo de su cuello. Lentos, eróticos besos que la pusieron más húmeda que nunca.
Y su olor picante y masculino.
Ella montó su mano duro mientras frotaba las palmas sobre sus hombros y sus brazos. No se cansaba de tocarlo.
—Bien—murmuró, mientras su boca se acercaba a su pecho. —Salvaje. Me gusta salvaje.
Miley le apretó el bíceps y gimió. Todo lo que decía la  encendía, superando todos los sueños húmedos que había tenido sobre él.
Le pellizcó el clítoris y ella dio un pequeño grito de sorpresa y excitación.
—Dime lo que realmente quieres, Miley.
¿Acaso no era obvio? Ella quería su polla en su interior tanto que apenas podía soportar la espera. —Yo-yo quiero que me folles.
—Menos de dos puntos, y esa es la única vez que voy a ser agradable—dijo mientras sus labios se frotaban sobre su pezón. —No soy todo lo que quieres. Tenías fantasías antes de conocerme. Dime esas fantasías.
Sintió un poco de calor subir por su cuello al mismo tiempo que se aferraba a sus hombros con más fuerza.
—He fantaseado acerca de ti follándome en el aula. —Gritó cuando él mordió su pezón. —Doblándome directamente sobre el podio.
Dio lo que sonó como un gruñido de aprobación mientras continuaba volviéndola loca con su boca y manos.
—¿Qué más?
—Um...
—Miley…—Su tono sostenía una nota de advertencia mientras le pellizcaba el clítoris de nuevo.


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