sábado, 20 de octubre de 2012

The Beautiful Between - Capitulo 3


Capítulo 3

Su nombre es Kate, y todo el mundo la ama, especialmente Nick.  
Después del almuerzo de hoy, sacada a flote por el conocimiento de que
iba a estudiar con Nick esa noche, invité a Kate al ascensor. Sólo los
juniors y los seniors tienen permitido usar el ascensor, a pesar del
hecho de que nuestro colegio tiene diez plantas, siendo como es, una
nada en medio de Manhattan, donde los edificios tienden a tener hasta
más de las que usan. Los estudiantes más jóvenes se meten en
problemas si los atrapan tomando el ascensor, pero los juniors y los
seniors siempre intentan colarlos a hurtadillas. Si somos atrapados,
fingimos que es un accidente, estábamos hablando con ellos,
ayudándoles con la tarea, así que ellos sólo nos siguieron al ascensor.
Ni nos dimos cuenta.  
Estaba esperando el ascensor cuando vi a Kate saliendo de la
enfermería, la perfecta excusa para ofrecerle un viaje.  
—Hey, estoy yendo al piso diez, ¿quieres subir?  
Kate me sonrío.  
—¡Definitivamente! —Parecía energizada por la oferta y prácticamente
brincó hacia mí y la apertura de las puertas del ascensor.  
—¿Qué diremos si la Sra. Turley nos descubre? —La Sra. Turley es la
más estricta maestra de la escuela.  
—Diremos que todo fue mi culpa. Te atraje aquí con promesas de un
vuelo sin problemas, con un helado de sirope y pases para el elevador
esperándote al final.  
Nunca me he sentido así de lista, ciertamente es mucho más de lo que
nunca he dicho a Kate Cole.  
—Eso no es justo —dijo, parándose antes de entrar al ascensor—. No
deberías meterte en problemas por hacer algo tan amable.  
No me pregunté por qué todo el mundo ama a esa chica. Incluso se las
arregló para decirlo sin sonar como una santurrona.  
—No te preocupes —La agarré de su brazo y la llevé dentro—. Los
profesores me aman. Está es probablemente la cosa más traviesa que
he hecho alguna vez.  
Me sonrió de nuevo.  
—Sí, pero quedarás con Nick después; él te meterá en un montón de
problemas mucho antes.   
Me pude sentir enrojecer mientras el ascensor ascendía. Kate
probablemente sabía mejor que yo que Nick había decidido
ayudarme con física. No sabía qué decirle; de repente el viaje al décimo
piso parecía interminablemente largo, e invitar a Kate al ascensor
parecía una ridícula mala idea. Pero entonces Kate empezó a reírse y yo
también lo hice, todo el camino hasta el décimo piso.  
—No te preocupes, Miley —dijo Kate mientras se dirigía a su clase y
se giraba hacia mí—. Nick puede ser el chico más popular de la
escuela, pero él es realmente tan torpe como tú y yo.  
Y entonces me sonrió, y lo mismo hice. No creo ni por un segundo que
Kate Cole sea torpe, dejando solo a Nick, pero me hizo sentir mejor
sabiendo que ella pensara que lo eran, y que ella pensara que éramos
iguales.  
Ahora, en las dos horas que pasamos estudiando, Kate llama al teléfono
móvil de Nick dos veces, después de ambas llamadas Nick habla
con ella durante unos buenos diez minutos. Me dice que ella es la
mascota de la familia. La llama «Ratón» cuando habla con ella por
teléfono. Cuando ella me oye diciendo «Hola, Kate» al fondo, Nick me
dice que ella dice «Oh, Miley Sternin es muy linda» y estoy feliz por el
resto de la tarde, porque quizás signifique que soy la única junior hacia
la que los escolares levantan la mirada.  
Pasamos mucho más tiempo con física del que pasamos haciendo
vocabulario, así que pienso que estoy llevándome el mejor lado del
acuerdo de estudio. Entonces, de nuevo, cuando Nick se va, dice:  
—Mejor evadirse. —Así que ha aprendido al menos una nueva palabra
mientras que yo no me siento más cerca de entender las ecuaciones
vectoriales. 

***
Busco a Kate en la escuela al día siguiente. Quiero decirle hola a la
chica que me llamó linda. Kate no es el tipo de niña quien se intimida
por los chicos de clase alta; sale con los junior todo el tiempo. Es la
única de séptimo grado, la única niña de todos los otros grados, que
regularmente pasa tiempo en el salón junior. Cualquier otra hermana y
todos se quejarían, pero nadie le diría algo a Nick. Y Kate es tan
divertida que no importa, de todas maneras.  
En el almuerzo, Nick se sienta a mi lado de nuevo, y pasamos la
mayor parte del descanso mirando a Alexis Bryant cortando su simple
hoja de lechuga en perfectos cuadrados, dieciséis, contamos, y entonces
comerse uno a la vez. Pienso que Nick tuvo la intención de hablarme
cuando se sentó, pero en vez de ello, ninguno de nosotros puede apartar
nuestros ojos de Alexis. Ella parece disfrutar la atención. Nick y yo no decimos nada, pero es obvio que sabe que la estamos mirando. Se ve engreída.   
Cuando finalmente despierta, Nick y yo giramos la cabeza hacia el
otro. La mesa de los profesores está justo detrás de esta, y me
encuentro a mí misma mirando la parte posterior de sus cabezas.
¿Cómo es que ninguno de ellos lo nota, o es que todos se hacen de la
vista gorda? No estoy completamente segura de dónde los profesores
caen en la jerarquía de los reinos de cuentos de hadas, todo lo que
puedo pensar es muy cruel, tanto como llamarles criados. Me devano
los sesos por el título correcto para ello. La voz de Nick interrumpe
mis pensamientos.  
—Jesús. Esa chica está hecha mierda.
—Lo sé. Lo que es más jodido es que no podamos apartar nuestros ojos
de ella —digo, y Nick parece culpable—. No me refiero a que sea
nuestra culpa, me refiero a que no podamos mirar a otro lado, ya sabes,
como el impulso a mirar a un coche destrozado.  
Él se ve realmente cabreado por lo que nos llamé por estar mirándola.  
—Nick, lo siento.  
No me mira.   
—¿Jer? —digo.  
—Lo que sea. Lo siento. Es sólo que he estado mirando a alguien que no
puede comer más que eso, sabes. Y ella realmente quería.   
Trato de no mostrar mi confusión. Miro alrededor del comedor como si
la multitud en la máquina de soda pudiera darme alguna pista. Nuestra
escuela tiene la regla de que no está permitido traer tu propio almuerzo,
tienes que comer el almuerzo que es servido. Quiero decir, me imagino
que podrías traer algo, pero las comidas son preparadas en las clases,
así que pagas por ellas tanto si las quieres como si no.   
Emily Winter y yo hicimos el cálculo una vez, y terminó siendo algo
como once dólares al día sólo por el almuerzo, lo que nos parecía
exorbitante. Hay un montón de elecciones, al menos de las cosas que
podrías traerte desde casa, multitud de verdura para hacer una
ensalada o sándwich, más lo que sea que haya caliente ese día, y esta
es la única escuela que conozco donde incluso las chicas más
tiquismiquis comen comida caliente, así es como de buena está.  
Alexis está a prueba, aunque, ser forzada a comer la comida que la
escuela hace no tiene nada que ver con ser forzada a comer en general;
el equipo de la cafetería no nota o se preocupa de lo que pongas en la
bandeja adornada con la cresta de la escuela, que ha sido la misma
desde que abrió hace cien años. En aquel entonces era un colegio de


internamiento de todas las niñas, con algo así como treinta estudiantes
que eran entrenadas en la etiqueta, tocar el piano y, ocasionalmente,
literatura. Ahora, se ha ganado una reputación como una de las
escuelas más académicamente rigurosas de la ciudad, conocida sobre
todo por cuántas niñas obtienen mejores resultados en matemáticas y
ciencias. Me pregunto cómo los fundadores de la escuela se sentirían al
respecto, o sobre la forma en que niñas y niños se desparraman
hambrientos en el comedor ahora, apilando comida en sus platos y
sujetando sus tenedores en la mano equivocada.  

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