-EL hijo de otra--cap-33

-¿Y cómo quieres que no me sienta celosa cuando me siento como una extraña en mi propia casa? -murmuró miley
-No me había dado cuenta -se disculpó nick-. He estado casado antes y lo sabías cuando aceptaste casarte conmigo. Yo no puedo cambiar mi pasado, lo que está hecho está, pero sí podemos hacer que nuestro matrimonio funcione siempre y cuando, claro, no dejemos que la sospecha y los celos hagan acto de presencia. ¿Acaso no es importante lo que hay entre nosotros? Pero si jamás había conocido a una mujer que me volviera tan loco como tú. ¿Eso no te dice nada?
Sólo que no podía evitar desearla a pesar de seguir enamorado de su primera esposa y que lo suyo era algo único y exclusivamente físico.
miley pensó que aquella pasión tan desbordante sólo podía acarrear sufrimiento, tal y como estaba sucediendo en aquellos momentos, y ella lo que quería era el amor que había percibido en sus palabras la noche anterior hablando de Maite.
-Lo que tenemos no es suficiente -le dijo-. Creí que lo sería, pero me he equivocado.
-No parecía que eso te importara hace un par de días.miley se sonrojó de pies a cabeza.
-¿No tienes nada que decir? Pues yo sí, cariño, y quiero que me oigas bien. Puede que a nuestro matrimonio le falten muchas cosas, pero no pienso permitir que tires por la borda lo que tenemos. Miéntete a ti misma si quieres, pero a mí no me mientas. Te gusta sentirme dentro de tu cuerpo tanto como a mí me gusta poseerte.
-¡Cállate!
-Me deseas tanto que no puedes pensar en otra cosa.
-¡Eso no es verdad!
-Entonces, ¿por qué te has casado conmigo?
Buena pregunta. Había actuado como una tonta y se había dejado llevar por la esperanza de conseguir que aquel hombre se enamorara de ella cuando le había dejado muy claro desde el principio que su matrimonio era una unión de conveniencia.
-Lo sabes perfectamente -contestó-. Tú mismo dijiste que era lo mejor para los niños. Tú tienes una... madre adecuada para tus hijos y yo... seguridad...
-¿Seguridad? ¿Y que me dices de la sinceridad y de la confianza? Eres incapaz de confiar en un hombre, ¿verdad, miley? No sé hasta qué punto te afectó que tu novio te dejara, pero creo que te ha dañado el cerebro y yo no pienso pagar el pato. Hicimos un trato, pragmático, como te has encargado muy bien de recordarme, y según ese trato eres mi mujer, así que tienes que actuar como tal y voy a exigirte que lo hagas. Desde luego, tienes mucho que aprender si te vas a poner histérica cada vez que se mencione el nombre de otra mujer.
-¿Otra mujer? -dijo miley indignada-. Supongo que vas a ser tú quien me enseñe.
-Este no es uno de nuestros jueguitos sexuales, miley, así que no estoy seguro de poder enseñarte nada.

Las dos o tres semanas siguientes discurrieron con tensos buenos modales entre ellos.
nick se pasaba el día en el trabajo y miley intentaba no pensar en lo mal que iba su matrimonio entreteniéndose con la pintura y los niños.
Sin embargo, por la noche, cuando se metían en la cama y toda la casa estaba en silencio se comunicaban con el único lenguaje que sabían utilizar.
Ya no había risas, pero sí desesperación por poseerse mutuamente y orgasmos casi brutales.
Pero, por las mañanas, cuando miley se despertaba, nick ya se había ido y ella se quedaba con la impresión que, después de la conversación que habían tenido en el coche, ya no tenía razones para fingir.
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espero y les guste el capii
un poco triste lo se :)