lunes, 18 de abril de 2011

perfect lover-cap-61

Agarrados de la mano, bajaron la calle hasta llegar a Jackson Square. Como era de esperar, selena estaba en su puestecillo con un cliente. miley comenzó a alejarse para no interrumpir, pero selena la vio y le hizo un gesto para que se acercara.
— Oye, mils, ¿te acuerdas de Ben? Bueno, mejor del doctor Lewis, de la facultad.
miley dudó en acercarse al reconocer al tipo corpulento, entrado ya en los cuarenta.
¿Que si lo recordaba? Le había puesto una nota bajísima en su asignatura, con lo cual, le bajó la media de todo el curso. Sin mencionar que el hombre tenía un ego tan grande como el territorio de Alaska, y le encantaba hacer pasar un mal rato a sus alumnos. De hecho, aún recordaba a una pobre chica que se echó a llorar cuando él dio el sádico examen final que había preparado. El tío se rió, literalmente a carcajadas, cuando vio la reacción de la chica.

— ¡Hola! —saludó, miley intentando no demostrar su antipatía. Suponía que el hombre no podía evitar ser detestable. Como buen licenciado por la universidad de Harvard, debía pensar que el mundo giraba a su alrededor.
— Señorita Alexander —la saludó con el mismo tono despectivo tan insoportable que ella recordaba a la perfección.
— En realidad debería llamarme doctora Alexander —lo corrigió, encantada al ver cómo abría los ojos por la sorpresa.
— Discúlpeme —le dijo con un tono de voz que distaba mucho de parecer arrepentido.
— Ben y yo estábamos charlando sobre la Antigua Grecia —explicó selena, dedicándole una diabólica sonrisa a nick—. Soy de la opinión de que Afrodita era hija de Urano.
Ben puso los ojos en blanco.
— No me cansaré de decirte que, según la opinión más extendida, era hija de Zeus y Dione. ¿Cuándo vas a aceptarlo y a unirte a nosotros?
selena lo ignoró.
— Dime, nick, ¿quién tiene razón?
Ben recorrió a nick de arriba abajo con una arrogante mirada. miley sabía que lo único que veía en él era a un hombre excepcionalmente apuesto, que parecía sacado de un anuncio de automóviles.
— Joven, ¿ha leído usted alguna vez a Homero?, ¿sabe quién es?
miley suprimió una carcajada ante la pregunta. Estaba deseando escuchar la respuesta de nick.
Él se rió con ganas.
— He leído a Homero en profundidad. Las obras que se le atribuyen no son más que una amalgama de leyendas, fusionadas con datos reales a lo largo de los siglos, y cuyos verdaderos orígenes se han perdido en las brumas del tiempo. Muy al contrario que la Teogonía de Hesíodo, la cual escribió con la ayuda directa de Clío.
El doctor Lewis dijo algo en griego clásico.
— Es más que una simple opinión, doctor —le contestó nick en español—. Es un hecho probado.
Ben volvió a mirarlo con atención, pero miley sabía que aún no estaba muy dispuesto a creer que alguien con el aspecto de nick pudiese darle una lección en su propio campo.
— ¿Y usted cómo lo sabe?
nick le respondió en griego.
Por primera vez desde que conocía a aquel hombre, hacía ya más de una década, miley le vio totalmente sorprendido.
— ¡Dios mío! —jadeó—. Habla griego como si fuese su lengua materna.
nick miró a miley con una sonrisa sincera; se estaba divirtiendo.
— Ya te lo dije —le dijo selena—. Conoce a los dioses griegos mejor que cualquier otra persona.
El doctor Lewis vio entonces el anillo de Zac.
— ¿Es eso lo que creo que es? —inquirió—. ¿Un anillo de general?

nick asintió.
— Sí.
— ¿Le importa si le echo un vistazo?
nick se lo quitó y se lo ofreció. El doctor Lewis contuvo el aliento.
— ¿Macedonio? Creo que del siglo II AC.
— Exacto.
— Es una reproducción increíble —comentó Ben, mientras se lo devolvía.
nick se lo puso de nuevo.
— No es una reproducción.
— ¡No puede ser! —jadeó Ben, incrédulo—. No puede ser original, es excesivamente antiguo.
— Lo tenía un coleccionista privado —apuntó selena. Ben no dejaba de mirarla para, al momento, volver a centrar su atención en nick.
— ¿Cómo lo consiguió? —le preguntó.
nick tardó en contestar mientras recordaba el día en que se lo dieron. Kyrian de Tracia y él habían sido ascendidos a la vez, después de salvar, prácticamente los dos solos, la ciudad de Temópolis de las garras de los romanos.
Había sido una batalla larga, sangrienta y brutal. Su ejército se había desperdigado, dejándolos solos a Kyrian y a él para defender la ciudad. nick había esperado que Kyrian lo abandonara también, pero el beep le había sonreído, sosteniendo una espada en cada mano, y le había dicho: «Es un hermoso día para morir. ¿Qué te parece si matamos unos cuantos bastardos romanos antes de pagar a Caronte?»
Kyrian de Tracia, un lunático total y absoluto, siempre había tenido más agallas que cerebro.
Cuando todo hubo acabado, bebieron hasta acabar debajo de las mesas. Y a la mañana siguiente, los despertaron con la noticia del ascenso.

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