El Comienzo
La
cosa de trabajar en un campo de paintball es que siempre hay chicos sexys
alrededor.
Chicos sexys que trabajan aquí, chicos sexys que son clientes, chicos
sexys
de pelo rubio, chicos sexys de pelo oscuro, chicos sexys con zapatillas, chicos
sexys
con tatuajes, chicos sexys con sus familias, chicos sexys con amigos…
Los
chicos sexys aman el paintball.
No
que eso importe realmente, quiero decir, no voy a decir que no disfruto cuando
Todd,
el chico de mantenimiento, se saca la camiseta mientras riega con la
manguera
los camiones del equipo, o que observar el desfile constante de sonrisas
perfectas
y cabello suave no hace que mi turno pase más rápido. Pero si voy a ser
completamente
honesta, no soy tan buena con los chicos sexys.
Los
chicos sexys son extremadamente impredecibles,
lo que hace difícil averiguar
sus
motivos.
Por
ejemplo: entra un chico sexy y actúa todo lindo y dulce, ordena un hot dog, y
un
juego de paintball, me agradece cortésmente e incluso viene de vuelta para
devolver
el dólar extra que le di por error con su cambio.
Problema:
¿El chico sexy parece estar siendo agradable porque de verdad es
agradable,
o todo es una actuación cuidadosamente planeada, perfeccionada por
años
al darse cuenta que puede usar su buena apariencia y encanto para manipular
a
las personas para que le den lo que quiere?
Por
otro lado, si un chico es un completo idiota conmigo, ¿eso significa
automáticamente
que es un idiota con todos? ¿O es algo conmigo específicamente,
que
le hace pensar que puede salirse con la suya, es decir, piensa que no estoy a
su
nivel
genéticamente?
Sin
mencionar los chicos sexys que siempre tienen este aire de derecho a todo, lo
que
realmente me molesta. De hecho, muchas veces estoy tentada a negarles lo que
sea
que estén pidiendo, incluso si es algo totalmente absurdo: “No, no puedes
llevar
una Sprite sin hielo, no hacemos órdenes especiales en la
cafetería del Paintball Joe’s,
¡muchas gracias!” sólo
porque estoy segura de que no mucha gente lo ha hecho
alguna
vez.
Así
que cuando Nick Marriatti entra un domingo en la tarde y pregunta si hay un
juego
en el que pueda entrar, realmente quiero ser capaz de decirle que no.
Desafortunadamente,
un padre y sus hijos están afuera esperando una persona
más
para que se una a su grupo. Lo que
realmente no entiendo en absoluto; si yo
estuviera
jugando paintball con mi familia, de ninguna manera querría que alguien
al azar se me
uniera.
Pero
el papá siguió insistiendo que el juego tenía que ser completamente justo, con
equipos
iguales. Parece de esos realmente idiotas, del tipo que convierte incluso un
amistoso
juego de paintball en una gran competencia.
Estoy
bastante segura de que tiene problemas de ira, porque en cierto momento
uno
de sus hijos golpeó a otro en el brazo, y en lugar de regañarlo, el papá gritó:
“¡Eso
es, chico!” y entonces le dijo al otro que no fuera tan llorón.
Pero
Nick Marriatti va a mi escuela, es un año mayor que yo, es uno de último
año
y es extremadamente molesto. Sólo sale
con chicas que son hermosas y
populares,
él es super inteligente, y es amigo de Tyler Twill. (Razones de por qué
esta
amistad es significativa y te dice todo lo que necesitas saber de Nick: una
vez,
en octavo grado, Tyler me preguntó si mis pechos eran reales, y cuando le dije
que
eran reales, él me dijo que debió haberlo sabido ya que yo soy una “chica
grande.”
De acuerdo a Tyler, las chicas grandes siempre tienen pechos reales, lo
que
ni siquiera es verdad. Eso de que soy una chica grande, quiero decir. Supongo
que
si te refieres a la comparación de chicas que son talla cero o dos, entonces
sí,
soy
una chica grande. Pero, ¿por qué debería ser llamada chica grande siquiera?
Estoy
más cerca de la media. ¿Acaso esas chicas no deberían ser llamadas chicas
“pequeñas”? De todas formas, el hecho de que Nick sea
amigo de Tyler muestra
que
es un idiota. Todos saben que la compañía que buscas como que te define… o
al
menos dice mucho de ti.)
“Está
bien si no hay un juego,” dice Nick, saca una silla de detrás del mostrador
de
la cafetería y se sienta. “Simplemente esperaré, si eso está bien. ¿Qué hay de
bueno
para comer?”
De
ninguna manera quiero tener que hablar con él, y/o darle bocadillos de la
cafetería, sin mencionar el hecho de que definitivamente
me metería en problemas
si
mi jefe alguna vez averigua que estaba rechazando clientes sólo porque son
apuestos,
así que digo: “Puedes jugar con esos chicos.”
Señalo
la ventana hacia el campo, donde la Familia Ira está esperando. Los dos
chicos
mayores están practicando algún tipo de movimientos de lucha libre
mientras
su papá los mira orgulloso y grita: “¡Somételo! ¡Somételo! ¡No, Daryll, dije
Somételo!”
“Perfecto,”
dice Nick, aparentemente sin ponerse nervioso por el hecho de que
la
gente con la que va a jugar está ahí por sangre. “Muchas gracias.”
Deambula
por la puerta, y cuando vuelve un par de horas después, su cabello está
todo
sudoroso y enredado, y tiene manchas de suciedad en su mejilla.
“Perdimos,”
dice alegremente, dejándose caer nuevamente en la silla en el
mostrador.
Miro
por la ventana hacia el estacionamiento, donde la Familia Ira está subiendo a
su
minivan. El papá tiene un gran ceño en su rostro. Asumo que Nick estaba en
su equipo.
Me
encojo de hombros. “Apesta ser tú, supongo.”
“Sip.”
Está mirando al tablero detrás de mí, donde está el menú de los bocadillos
escrito
en plumón púrpura.
Unas
semanas atrás, mi jefe despidió a la chica que generalmente trabajaba en la
cafetería
(le estaba dando granizados a todos sus amigos y a cualquier chico sexy
que
viera, los que se sumaron rápido) así que ahora no sólo estoy a cargo de
registrar
los juegos de paintball, tengo que venderle comida a la gente también. Y
todavía
gano la misma cantidad de dinero. ¿Cuán justo es eso? Es como dos
trabajos
por el precio de uno.
“Así
que, ¿qué hay de bueno para comer aquí?” pregunta Nick.
Considero
decirle que ordene el sustituto de albóndiga (las tenemos en el
congelador,
y luego sólo las meto al microondas), pero decido que infringirle días
de
problemas intestinales a alguien sería demasiado cruel, incluso si es Nick
Marriatti,
así que en cambio sólo digo: “¿Honestamente? Nada.”
“Eso
es lo que imaginé,” dice él. “Bueno, ¿qué es lo más seguro?”
“Una
chocolatina,” le digo. “O si te sientes aventurero, uno de los pretzels.”
“Pretzel,”
dice. “Pero sólo si lo compartes conmigo, Miley.”
Estoy
sobresaltada porque sabe mi nombre, así que casi me suavizo, pero entonces
recuerdo
que estoy usando una etiqueta con mi nombre.
“No,
gracias,” digo. Recojo una toalla y empiezo a limpiar el mostrador. Nick
levanta
las cejas.
“¿Asustada?”
“Por
favor,” digo. “Tengo un estómago muy fuerte.” Abro la máquina de pretzels,
saco
uno, y lo dejo caer en un plato de papel. Nick coge un cuchillo plástico del
recipiente
en frente de él y corta el pretzel por la mitad, luego desliza el plato hacia
mí.
“Escoge,”
dice. Escojo la mitad más pequeña, porque mentí totalmente en eso de
tener
un estómago fuerte y porque esos
pretzels han estado aquí desde que abrí
hace
seis horas, están algo añejos. Pero no puedo permitir que Nick piense que
estoy
asustada de un estúpido pretzel.
Además,
¿cuán malo puede ser?
Tomo
un trozo, lo arrastro por un montón de mostaza que Nick echó en el plato,
y
lo meto en mi boca.
Está
sorprendentemente bueno.
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Nueva
novela chicas, espero que les guste, por cierto dedico este maratón a Dani(que
es como mi hermanita aww cosita) y a Agus (otra cosita tierna aww). Ahora si
disfruten.
1 comentario:
Hay sari de mi corazon estubo asi como ahasfasñlfhafñoaoasfas no tengo palabras osea esta muy muy pero muy bueno, encerio me encanto..
es la nove que me prometiste sos una geniaa!
besos tkm!
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