Soul Love, At Night The Sky is Perfect - Capitulo 20

Unos días después, Nick estaba más callado que nunca, pero tardé en

darme cuenta. Me sentía radiante después del día increíble en la libraría.

Un turista norte americano compró una primera edición de las obras

completas de Dickens por el precio estipulado.

Cuando percibí el silencio de Nick, pensé que se trataba solamente del

nervosismo que antecedía a un corte de pelo.

Sarah se había ido a una sesión de lectura de poesía.

La noche anterior, Nick me pidió que le cortara el pelo, y le dije que

pasará en casa que con gusto le haría el corte.

El problema es que mi experiencia en esa rama se reducía al corte de pelo

de una muñeca Barbie cuando tenía ocho años y de Marcus, cuando

alguien le pegó un chicle en la cabeza.

Pero si hasta Ava podía hacer un corte de cabello, ¿Por qué yo no?

Era extraño estar juntos dentro de la casa.

Decidí cortarle el pelo en el baño.

Nick parecía menor y más pálido bajo la luz artificial. 

Además de eso, estaban todos los cosméticos, espejos, peinillas y demás

accesorios de Sarah, aparte de las cremas para depilar, toallas sanitarias,

etc., cosas que tornaban la escena un tanto embarazosa.

Yo estaba adorando deslizar las manos por los cabellos oscuros y suaves

de Nick.

― ¡Siéntate y quédate quieto!  ― ordené. Las piernas de Nick estaban

tensas.

―No sé si eso es una buena idea... ―dijo.

― ¿Cómo puedes dudar de la capacidad de una mujer que hoy vendió las

obras completas de Dickens? ―bromeé, mientras sostenía firmemente su

cabeza y movía las tijeras.

― ¡Ve bien lo que vas hacer!  ―dijo, asustado. ―No te olvides que no quiero

que me cortes mucho, ―añadió.

― ¡Relájate!  ―respondí tensa, ya cortando el primer mechón.

Nick pidió ver como yo le hacía el corte. Volteó para mirar y por impulso,

lo besé. Él correspondió al beso y giró el cuerpo como se quisiera más,

pero en seguida se enderezó y regresó a su posición anterior, lo que casi

me hace caer.

―Lo siento, Miley,  ―dijo, mientras yo intentaba equilibrarme.

―Todo está bien, ―respondí.

Había una expresión extraña en sus ojos. Terminé el corte en silencio y él

se paró. El clima en el baño era claustrofóbico.Me alejé para que Nick

pasara y él ni siquiera me miró.

―Pienso que es mejor irme ahora―dijo, en voz baja. ―No nos veremos en

las próximas noches. Tengo cosas que hacer. Además, no sé si deberíamos

vernos  todas las noches. ¿Vamos darnos  un tiempo?

Mi boca se secó y mi cara se contrajo como siempre acontecía cuando

intentaba no llorar en las partes muy tristes de las películas.

―Claro, ― respondí.

Era evidente que algo relacionado con mi beso lo molestaba. Cuando

estábamos bajando la escalera le dije:

―Tienes razón. Citas diarias son exageradas.

En la puerta, Nick me miró como se tuviera algo a decir, esbozó una

sonrisa triste y dijo:

―Esto no tiene nada que ver contigo, Miley. El problema es conmigo.

Estoy deprimido, mi cabeza anda mal.

Cerré la puerta y cuando la mala sensación que circulaba por mi cuerpo

disminuyó, preparé un chocolate caliente y me acosté. Bebí lentamente el

chocolate, acariciando a Tallulah e intentando entender las cosas.

¿Cuál sería el problema con Nick?

Élfue quien insistió en estar conmigo. Todo era tan confuso. En el fondo,

sabía que estaba enamorada de él y que Nick me quería. Eso era evidente.

Pero él estaba escondiendo algo.

Pienso que yo también le escondo cosas. Nunca me preguntó por qué fui

expulsa de la escuela. Me aceptó sin cuestionar nada. Concluí que sería

mejor hacer lo mismo.

Por primera vez en la vida, pensé que debía actuar como una persona

sensata.