sábado, 3 de marzo de 2012

Átame a ti - capitulo- 23




―Te agradezco tu honestidad. Pero no fue culpa tuya que nunca aclarara con miley que yo no era tú. Dejé pasar mi oportunidad de decírselo y ahora tengo que vivir con mi estupidez.
Durante un par de minutos solo se escucharon los sonidos de los insectos, los pájaros y las herramientas golpeando contra la tierra apisonada. 
Un suspiro cansado flotó desde donde Kane trabajaba la tierra. 
―¿Te has preguntado alguna vez porque mamá nos llamó Kane y nick? Dios. ¿No es suficientemente malo que nadie pueda distinguirnos? ¿Tenemos que tener también nombres que suenan malditamente igual? 
―Sí, me lo he preguntado. Pero ninguno de nosotros ha tenido suficientes huevos para preguntarle al tornado rubio en que estaba pensando cuando nos identificó como un conjunto ―dijo nick irónicamente.
―Cierto. Incluso ahora, papá nos despellejaría vivos si molestamos a la abeja reina ―Kane giró el cortador de alambre―. En cualquier caso, estoy pensando en cambiar mi nombre.
nick rió. 
―Ya.
―Es en serio. Algún nombre que no empiece por “K” o “C” como todos en esta maldita familia.
―¿Qué tal… Dick ?
―¿Qué tal si te vas a la mierda, listillo?
nick sonrió.
―Entonces, ¿en qué estás pensando? ¿Bubba? ¿Spud? ¿Deuce? ¿Fred? ¿Ethyl?
 ―Creo que Bennett salió con una mujer de Thermopolis llamada Ethyl.
―¿En serio?
―Estoy bromeando. Maldita sea, que fácil es engañarte nick. 
―Dame un respiro. Solo he charlado con el ganado durante el último año. Menos mal que Eliza no espera que sea un brillante orador.
Kane cortó una sección de alambre.
―¿Ymiley? ¿Qué espera ella de ti?
―¿Quién demonios lo sabe? ―Frustrado, nick golpeó con el pie la excavadora con la que estaban haciendo los agujeros para los postes―. No hablamos de nada, excepto de Eliza.
―Eso era previsible ¿no?
―Probablemente. Pero ya han pasado un par de semanas desde que me mudé. Pensé que si yo me ocupaba del bebé por la noche mils descansaría y podríamos hablar de otra cosa esta mañana. Pero cuando salí de la ducha, ella ya había hecho la cama. Cuando traté…
―Espera, espera… ―Kane le detuvo levantando una mano enguantada―. ¿Has dicho que hizo la cama?¿Estás compartiendo la cama con ella?
―Uhm. Sí.
―Venga hombre, ¿por qué te preocupas de hablar con ella si ya te la estás tirando?
―Porque no lo estoy.
―No ¿qué?
―No me la estoy tirando ¿de acuerdo?
Una mirada aturdida cruzó la cara de Kane y luego se rió tan fuerte que se cayó en el suelo.
Cuando nick creyó que ya había aguantado bastante las carcajadas de su hermano, dijo, 
―No es divertido.
―Sí, sí lo es. Jesús, nick. ¿El último año en Wyoming te ha convertido en un monje? Estás durmiendo en la misma maldita cama con miley, la mujer con la que tienes una hija, la mujer de la que estás locamente enamorado desde hace un año y ¿no has tratado de hacer el amor con ella? ¿Al menos una vez?
―No.
―¿La presencia del bebé en la habitación te impide… ya sabes... te genera pánico escénico o algo así?
―¿Qué coño quieres decir con pánico escénico? No. No tengo ningún problema para que se me levante.
―¿Tener al bebé escuchando los chirridos de la cama no te afecta?
―¡No lo sé!
―Eso es bastante triste, hombre. Triste.
―No mierda.
―Asumo que tú todavía la quieres.
―Como tú nunca podrías llegar a creer.
―Entonces, ¿por qué tirar la toalla tan pronto?
―No lo he hecho. ―nick pateó un terrón de tierra de la zanja―. Le prometí a mils que sería un caballero. Primero necesito estar con ella en la habitación y aprender a cuidar de Eliza. Creo que cuando miley se acostumbre a tenerme a su alrededor y recupere su confianza las cosas pueden cambiar. Solo utilizamos la cama para dormir. Nada ha cambiado. Estoy esperando que ella me de algún tipo de señal.
―Ese es el problema. Que estés esperándola. Actuando como un perro faldero, feliz con las sobras ―Kane se detuvo y puso el cortador de alambre en su bolsillo trasero―. Mira, las mujeres te dicen que quieren que seas un caballero, cuando en realidad quieren un hombre que tome la iniciativa. Sexualmente hablando.
―¿Qué?
―Escúchame bien. Una mujer quiere un hombre que no pueda mantener sus manos alejadas de ella. Un hombre que la haga sentirse femenina, sexy y necesaria. Deseada, pero de forma que mantenga su independencia fuera del dormitorio.
Observó a Kane con la boca abierta. ¿Qué le había pasado a su hermano? Kane era peor que él cuando se trataba de hablar sobre esa mierda de las relaciones sentimentales. Kane nunca pensaba en hombres y mujeres más allá de las conversaciones típicas en los vestuarios como, “la follé” o “voy a follarla” o “¿es buena con la boca?” 
¿Ahora Kane era el Dr. Phil? nick se quedó mudo de sorpresa, pero no tuvo otra opción que tomar buena nota de la opinión de su hermano.
―Una mujer como miley está acostumbrada a afrontar todos los golpes que le da la vida ―continuó Kane, obviando el estupor de nick―. Es ambiciosa. Está convencida de que tiene que estar al mando de su negocio, de su familia, y, probablemente de su sexualidad.
 Se estremeció con un extraño sentido de “déjà vu”. Eso describía muy bien a miley.
―Puede que inconscientemente esté buscando un hombre que tome las decisiones en la cama. Así que, mientras no hagas nada, no te verá como un hombre de verdad. Solo serás otra persona en su vida de la que es responsable.
Dios. Tenía razón. miley había estado enseñándole como cuidar de Eliza, igual que enseñaba a sus empleados a hacer su trabajo. ¿Le veía sólo como otro proyecto que terminar? ¿Pretendía entrenarle como miembro del Departamento de Crianza de los Hijos y luego pasar alegremente a la siguiente tarea? 
Era un infierno.
―Creo que la única forma en que puedes luchar contra la forma de pensar de miley, es demostrando que está equivocada.
―¿Quién eres tú?
Kane se ruborizó.
―¿Qué pasa? Toda la familia quiere que cambie y cuando lo hago ¿me dicen que no es posible? ¿o es que creen que no puedo?
―Mierda. Lo siento. Solo es que no puedo creer que miley quiera… ―Quiera al hombre que nick solía ser. Esa idea era más que extraña.
Pero merecía la pena intentarlo, ya que nada más parecía estar funcionando.
―¿De dónde has sacado todo esto, Kane?
―Durante el último año, he tenido un montón de tiempo para reflexionar sobre lo capullo que he sido con las mujeres ―Se erizó, como si la admisión le picase―. Además. No es culpa mía. Culpa a mi compañero de cuarto.
―¿Que tiene que ver Colt con todo esto?
―Desde que nuestro primo dejó de beber, ha estado buscándose a sí mismo. Siempre trayendo a casa libros de autoayuda. Yo no tenía nada mejor que hacer, así que he estado leyendo. Espero que, si encuentro a una mujer que realmente me gusta, no meter la pata y ser tan idiota como tú.

3 comentarios:

amorciegoniley dijo...

seguila pora fas esta buenisisisma la nove

alexajonas dijo...

ahh tienes que seguirlaa aporr fas prontiis siguelaaaaa

beln_de_jonas dijo...

ahh super geneal siguela porfiissss