Átame a ti - capitulo- 43

miley dijo que sí.

Seguro como el infierno que no era que nick esperaba, pero él no iba mirarle los dientes a un caballo regalado.

En el mejor de los casos, él había imaginado que ella trataría de negociar un panorama diferente. En el peor de los casos, bien, implicaba su búsqueda de venganza atándolo los cuatro postes de la cama.

Esa fantasía había cobrado vida propia los últimos dos días. En su versión triple X, miley llevaba puesto PVC, labial rojo sangre y una sonrisa lasciva mientras lo disciplinaba.

Toda su familia apareció para cuidar a Eliza. Su papá no era del tipo que se volvía loco por los niños. nick dudaba que Calvin jonas hubiera cambiado un pañal en su vida. Así realmente le sorprendió cuando su rudo papá llegó ansioso por sujetar a su nieta.

―¿Por qué estás clavando los ojos en mí, hijo?

―Sólo me preguntaba…

―¿…si sé algo sobre bebés? ―Su papá sonrió―. Pasó un tiempo, pero nosotros tuvimos dos niños a la vez, así que he cumplido con mi justa parte de sostener, mecer y alimentar bebés.

nick no había considerado eso.

―Bien, llámame a mi celular si necesitas algo. Estaremos de regreso en una hora.

―Tomaros vuestro tiempo ―dijo Kimi―. Que os divirtáis, estaremos bien.

miley pareció renuente a irse.

nick pasó rozando la mano hacia abajo de su brazo, entrelazando sus dedos juntos. ―Yo no la dejaría ni te pediría que la dejes si pensara que habría algún problema.

―Lo sé.

―El reloj está corriendo. Te deseo. ―Le acarició con la nariz su oído―. Quiero sentir tu boca sobre mí. ―Dirigieron sus pasos a través de las caravanas, los remolques para caballerías y los camiones. Por una vez él no quería toparse con nadie que conociera, para no verse forzado a detenerse a charlar.

Lo cuál era una buena cosa. Su cerebro estaba aturdido con la imagen de miley mirándolo con su polla profundamente en su garganta.

En el remolque de Colt, él llamó ligeramente a la puerta del cuartito para dormir.

―¿Colt? ¿Estás allí dentro?

Sin respuesta.

nick sacó la llave y abrió la puerta. miley dio un paso hacia arriba primero y él la siguió. Después que bajó las persianas y puso el cerrojo interior, se estiró hasta ella.

Ella se fundió con él, son su beso erótico. Él sintió un cambio en ella, una aceptación. Sería fácil retroceder y ser el paciente amante poco exigente que había sido en el pasado. Pero él quería mucho más. Para los dos. Y no quería esperar.

Sus labios se deslizaron a su oído.

―De rodillas.

Ella ni siquiera vaciló. Usó las manos sobre su cuerpo para mantenerse a sí misma en su camino hacia abajo hasta que estuvo arrodillada.

―Eso está realmente bien. Ahora desabrocha mi cinturón.

Un par de tirones y la pesada hebilla colgaba por su cadera derecha mientras la correa por su cadera izquierda. Ella bajó la cremallera sin preguntar. Si él en realidad fuera un bastardo controlador, le señalaría que no había seguido sus instrucciones. En lugar de eso observaba como ella le permitía a sus instintos hacerse cargo.

Con la cremallera abierta, nick bajó los Wranglers y bóxers por sus piernas hasta que golpearon la parte superior de sus botas. La tela de su larga camisa cubría su erección, y él precipitadamente la desabotonó para que no hubiera barreras entre ellos.

miley  inhaló agudamente ante la vista de su dura polla golpeando contra su vientre.

―Te advierto. Nunca he sido hábil en esto.

―Deja que yo decida eso.

―Sólo para que no me juzgues demasiado severamente.

―Nunca te juzgaría ―tiernamente cepilló el pelo de su frente―. Voy a amar todo lo que me hagas. Tócame, cariño. Por favor.

Ella no agarró la dura vara, en lugar de eso, delicadamente ahuecó sus bolas. Él gimió mientras ella rodaba la apretada bolsa entre sus delgados dedos como si estuviera ponderando dados. Entonces con deliberada cuidado, barrió su pulgar arriba del centro de su polla, dejando que su uña raspara suavemente bajo el borde de la hinchada cabeza.

Su polla se retorció desvergonzadamente por su atención.

miley pasó el pulgar a través del fluido que se filtraba por la punta. Curvando holgadamente los dedos alrededor de su contorno, ella comenzó a acariciar.

nick ubicó la palma de la mano a un lado de su cara, acercándole la boca.

―Sin manos ahora. Sólo la boca. Lámela.

Esa lengua rosada salió disparada y lamió la vena latiendo arriba de la longitud de su polla, desde sus apretadas bolas para la punta. Y lentamente el camino de regreso. Y otra vez hacia arriba. En la última, gradual, húmeda pasada, ella envolvió los labios alrededor de la cabeza y chupó.

―Oh, sí. Más. Chúpala más adentro.

Las indecisas manos avanzaron lentamente hacia arriba de sus muslos. Él miró hacia abajo para ver sus labios llenos separarse para impartir el beso íntimo. Poco a poco su polla desapareció dentro del caliente refugio de su boca.

nicke siseó.

Animada por sus gemidos, ella lo llevó más profundo con cada provocador húmedo deslizamiento, sus movimientos más rítmicos, más confiados. La punta de su lengua parpadeó sobre el dulce punto debajo de la hendidura mientras él se echaba hacia atrás, con la respiración entrecortada y su cabeza girando como una llanta de tractor desequilibrada.

 Ella le ofreció una sonrisa secreta, chupando intensamente y esa lengua malvada serpenteando por todos los lugares erógenos que ella descubría.

Los cosquilleos corrieron a toda velocidad por la parte trasera de sus muslos como mil dedos eléctricos. Si él cerrara los ojos, se caería de culo. La sensación de su ávida boca, el rasguño de sus dientes, los espirales de su lengua trabajando sobre su polla le hacían perder la cabeza. Cerrar los ojos significaría no poder ver a esta mujer desinhibida y sexy aprendiendo a darle placer. Observarla darse cuenta que le gustaba que su amante fuera tan poderoso y liberar estando en el extremo receptor de la completa atención sexual.

Sus bolas se apretaron.