Decidí comer fuera, algún restaurante
pequeño y no tan extravagante como al que nick me había llevado el día
anterior, además de que no tenía el capital monetario para pagarme algo así.
Cuando llegué al departamento, vi algo
que me resultó extrañamente perturbador; abrí la puerta justo en el momento
equivocado, quizá si me hubiera apurado o tardado dos segundos hubiera sido
mejor que llegar en el instante justo en que los labios de selena se aferraban
a los de nick como si fuera una cuerda atada a otra. Algo golpeó cerca de mi
corazón y la fierecilla enloqueció en su pequeña jaula.
-¡Perdón!-musité, terriblemente incómoda cuando sus miradas se posaron sobre mí. Algo que jamás me había pasado cuando veía a selena besar así a Jairo, su ex novio.
-No te preocupes, miles-dijo selena, amable y luego se acercó. nick sólo me sonrió-. ¿Dónde has estado todo el día, bestia?-Me reí.
-Matando el tiempo-dije-. Sin ti aquí es muy aburrido-hice un mohín.
-¿Te fuiste a vagar sola por las calles de Venecia?-abrió sus grandes ojos cafés.
-No tuve más opciones, tampoco me iba a quedar sentada aquí mirando televisión todo el día.
-¿Qué hay en el sobre?-observó el grueso sobre amarillo que sujetaba en mi mano izquierda, en donde Ferni me había entregado las fotos que había revelado.
No tenía problema alguno en hacerle saber que eran las fotos que había tomado un día antes, el problema era que no sabía cómo explicarle por qué el rostro de su novio aparecía en la mayoría; tampoco sabía por qué tenía miedo de eso.
-Bue… bueno. Nada importante, fotografías-me encogí de hombros, nerviosa.
-¿De las que tomaste ayer?
-Ajá.
-¡Quiero verlas!-exclamó, entusiasmada.
Por instinto sujeté el sobre con más fuerza en mi mano, produciendo arruguitas en el papel y haciéndolo crujir; mientras que mis ojos se abrían como platos.
-Emm… no son muy buenas, sele-tartamudeé.
-Cómo no van a ser buenas si eres una excelente fotógrafa. Anda, muéstramelas-insistió y quiso arrebatarme el sobre.
Lo llevé inmediatamente a mi espalda, resguardándolo. ¿Qué me costaba darle el maldito sobre y explicarle que el rostro perfecto de su novio se había fugado en unas cuantas fotos? ¿Qué de malo había en eso?
-Emm… mañana, mañana te las muestro, estoy muy cansada hoy, además, aun tengo que eliminar bastantes, hay muchas que no me gustan-dije, torpemente.
-Hay algo ahí que no quieres que vea, ¿cierto?-me miró con gesto acusativo. Las manos comenzaron a sudarme y el corazón a latir más acelerado de lo normal. No sabía por qué me sentía como el culpable de un delito en el momento que es interrogado y a punto de ser descubierto en su fechoría.
-Sí, claro que lo hay. Fotos horrendas que no quieres ver. Dame un minuto, las ordeno y te las muestro, ¿está bien?-musité, torpe.
-Yo también quiero verlas-anunció nick, que en todo el rato sólo había estado pendiente de la plática entre selena y yo.
-Emm… sí, denme un segundo, ya vengo-me escabullí hasta mi habitación y cerré la puerta tras de mí, sin esperar alguna palabra de alguno de ellos.
Me senté sobre la cama con las piernas cruzadas y tomé el sobre amarillo entre mis manos; saqué de él las fotografías y lo primero en lo que mis ojos se enfocaron fue en el bello rostro que adornaba aquel papel impreso. nick era tan hermoso, a su manera. Los bellos lunares en su piel eran como las estrellas en el cielo y su despampanante sonrisa, deslumbraba perfecta. Revisé todas las fotografías, una y otra vez.
-Maldición-farfullé.
De las trece fotos que tenía en la mano, sólo tres eran antiestéticas. Tres eran las que no tenían el rostro perfecto de nick adornando la imagen. El problema era que selena había notado el grosor del sobre y llevarle sólo tres fotos resultaba ilógico cuando juntas no hacían ni medio centímetro. Suspiré y tomé las otras diez fotografías para guardarlas en el cajón de mi escritorio, debajo de todo el montón de papeles que ya tenía allí. Salí de mi habitación con el trío de fotos en la mano, esperando no encontrar alguna otra escena que me hiciera sentir incómoda y deseosa de cubrirme los ojos. selena y nick hablaban tomados de la mano, él jugaba con sus dedos. Traté de ignorar la irritante punzadita junto a los latidos aplomados de mi corazón.
-Aquí están-las coloqué sobre el pretil de la cocina, en donde ambos estaban.
-¿Sólo tres?-rezongó selena.
-Te dije que no eran muy buenas-me encogí de hombros-. Las otras están horribles-mentí, por que a decir verdad, eran las más hermosas-. Además no tomé muchas.
Allí, nick pudo haberme desmentido, él sabía cuántas veces había disparado el lente de mi cámara capturando las escenas; pero no dijo nada, sólo observó tranquilo cada una de las fotos sobre el azulejo del pretil. Decidí cambiar de tema, antes de que alguna objeción por parte de selena insistiera.
-¿Sabías que la señora Montórfano tiene un sobrino?-pregunté a mi amiga, mientras que iba al refrigerador por un vaso de leche.
-Sí, Chaz. ¿Por qué?-inquirió, y me sentí satisfecha de haber logrado el cambio de ruta en la conversación.
-Hoy lo conocí-dije, sirviéndome la leche en el vaso que había tomado de la alacena.
-¿En serio?
-Sí, me lo topé esta mañana; es lindo-tomé de mi vaso y pude captar que la mirada avellana de nick se apartó de las fotografías y se posó curiosa en nosotras, en mí.
-¡Perdón!-musité, terriblemente incómoda cuando sus miradas se posaron sobre mí. Algo que jamás me había pasado cuando veía a selena besar así a Jairo, su ex novio.
-No te preocupes, miles-dijo selena, amable y luego se acercó. nick sólo me sonrió-. ¿Dónde has estado todo el día, bestia?-Me reí.
-Matando el tiempo-dije-. Sin ti aquí es muy aburrido-hice un mohín.
-¿Te fuiste a vagar sola por las calles de Venecia?-abrió sus grandes ojos cafés.
-No tuve más opciones, tampoco me iba a quedar sentada aquí mirando televisión todo el día.
-¿Qué hay en el sobre?-observó el grueso sobre amarillo que sujetaba en mi mano izquierda, en donde Ferni me había entregado las fotos que había revelado.
No tenía problema alguno en hacerle saber que eran las fotos que había tomado un día antes, el problema era que no sabía cómo explicarle por qué el rostro de su novio aparecía en la mayoría; tampoco sabía por qué tenía miedo de eso.
-Bue… bueno. Nada importante, fotografías-me encogí de hombros, nerviosa.
-¿De las que tomaste ayer?
-Ajá.
-¡Quiero verlas!-exclamó, entusiasmada.
Por instinto sujeté el sobre con más fuerza en mi mano, produciendo arruguitas en el papel y haciéndolo crujir; mientras que mis ojos se abrían como platos.
-Emm… no son muy buenas, sele-tartamudeé.
-Cómo no van a ser buenas si eres una excelente fotógrafa. Anda, muéstramelas-insistió y quiso arrebatarme el sobre.
Lo llevé inmediatamente a mi espalda, resguardándolo. ¿Qué me costaba darle el maldito sobre y explicarle que el rostro perfecto de su novio se había fugado en unas cuantas fotos? ¿Qué de malo había en eso?
-Emm… mañana, mañana te las muestro, estoy muy cansada hoy, además, aun tengo que eliminar bastantes, hay muchas que no me gustan-dije, torpemente.
-Hay algo ahí que no quieres que vea, ¿cierto?-me miró con gesto acusativo. Las manos comenzaron a sudarme y el corazón a latir más acelerado de lo normal. No sabía por qué me sentía como el culpable de un delito en el momento que es interrogado y a punto de ser descubierto en su fechoría.
-Sí, claro que lo hay. Fotos horrendas que no quieres ver. Dame un minuto, las ordeno y te las muestro, ¿está bien?-musité, torpe.
-Yo también quiero verlas-anunció nick, que en todo el rato sólo había estado pendiente de la plática entre selena y yo.
-Emm… sí, denme un segundo, ya vengo-me escabullí hasta mi habitación y cerré la puerta tras de mí, sin esperar alguna palabra de alguno de ellos.
Me senté sobre la cama con las piernas cruzadas y tomé el sobre amarillo entre mis manos; saqué de él las fotografías y lo primero en lo que mis ojos se enfocaron fue en el bello rostro que adornaba aquel papel impreso. nick era tan hermoso, a su manera. Los bellos lunares en su piel eran como las estrellas en el cielo y su despampanante sonrisa, deslumbraba perfecta. Revisé todas las fotografías, una y otra vez.
-Maldición-farfullé.
De las trece fotos que tenía en la mano, sólo tres eran antiestéticas. Tres eran las que no tenían el rostro perfecto de nick adornando la imagen. El problema era que selena había notado el grosor del sobre y llevarle sólo tres fotos resultaba ilógico cuando juntas no hacían ni medio centímetro. Suspiré y tomé las otras diez fotografías para guardarlas en el cajón de mi escritorio, debajo de todo el montón de papeles que ya tenía allí. Salí de mi habitación con el trío de fotos en la mano, esperando no encontrar alguna otra escena que me hiciera sentir incómoda y deseosa de cubrirme los ojos. selena y nick hablaban tomados de la mano, él jugaba con sus dedos. Traté de ignorar la irritante punzadita junto a los latidos aplomados de mi corazón.
-Aquí están-las coloqué sobre el pretil de la cocina, en donde ambos estaban.
-¿Sólo tres?-rezongó selena.
-Te dije que no eran muy buenas-me encogí de hombros-. Las otras están horribles-mentí, por que a decir verdad, eran las más hermosas-. Además no tomé muchas.
Allí, nick pudo haberme desmentido, él sabía cuántas veces había disparado el lente de mi cámara capturando las escenas; pero no dijo nada, sólo observó tranquilo cada una de las fotos sobre el azulejo del pretil. Decidí cambiar de tema, antes de que alguna objeción por parte de selena insistiera.
-¿Sabías que la señora Montórfano tiene un sobrino?-pregunté a mi amiga, mientras que iba al refrigerador por un vaso de leche.
-Sí, Chaz. ¿Por qué?-inquirió, y me sentí satisfecha de haber logrado el cambio de ruta en la conversación.
-Hoy lo conocí-dije, sirviéndome la leche en el vaso que había tomado de la alacena.
-¿En serio?
-Sí, me lo topé esta mañana; es lindo-tomé de mi vaso y pude captar que la mirada avellana de nick se apartó de las fotografías y se posó curiosa en nosotras, en mí.
-¡Uuuyy!-se apresuró selena a hacer
especulaciones.
-No empieces-dije, deteniendo su bulla-. Apenas y lo conozco.
-Deberías salir con él-musitó.
-No empieces-dije, deteniendo su bulla-. Apenas y lo conozco.
-Deberías salir con él-musitó.
nick estaba repentinamente atento a
la conversación.
-Pues, me invitó a tomar un café-me
encogí de hombros.
-¿En serio?-la sonrisa entusiasta de selena se expandió por todo su rostro-. Vaya, no sabía que el tímido Chaz Montórfano no era tan tímido después de todo-me codeó.
-No lo malinterpretes, selena. Es sólo para conocernos, digo, vamos a ser vecinos-excusé.
-Claro, igual pienso que deberías salir con él.
-selena, cariño, tengo que irme-interrumpió nick de pronto.
-¿Tan pronto?-se quejó selena, haciendo un puchero. nick sonrió.
-Sí, es que tengo que irme, me acostaré temprano hoy.
-Oh, bueno, está bien.
-¿En serio?-la sonrisa entusiasta de selena se expandió por todo su rostro-. Vaya, no sabía que el tímido Chaz Montórfano no era tan tímido después de todo-me codeó.
-No lo malinterpretes, selena. Es sólo para conocernos, digo, vamos a ser vecinos-excusé.
-Claro, igual pienso que deberías salir con él.
-selena, cariño, tengo que irme-interrumpió nick de pronto.
-¿Tan pronto?-se quejó selena, haciendo un puchero. nick sonrió.
-Sí, es que tengo que irme, me acostaré temprano hoy.
-Oh, bueno, está bien.
Se despidieron a su manera, como
cualquier pareja de novios lo hace. Algo me tiró la cara para otro lado, en
donde ellos quedaban ambos ajenos a mi vista.
-Hasta mañana, Te amo-musitó selena.
-Yo también te quiero-sonrió y luego me miró-. Hasta mañana, miley-se acercó y besó mi mejilla, dejándome terriblemente atontada.
-Yo también te quiero-sonrió y luego me miró-. Hasta mañana, miley-se acercó y besó mi mejilla, dejándome terriblemente atontada.
Sus labios sobre mi piel hicieron
estallar quién sabe cuántas neuronas y me dejó la mente pasmada; como si ésta
fuese un papel escrito por los dos lados y luego hayan borrado cada letra
dejando solo una hoja en blanco. Sentí sus labios tan suaves y fue como estar
sentada sobre una nube; una sensación parecida, pero más suprema e inigualable.
-Hasta mañana-me obligué a decir, luego
de un minuto, pero era demasiado tarde, nick ya se había ido.
-Reaccionas lento-bromeó selena.
-Es que… me quedé pensando-dije, torpe.
-¿En quién? ¿En Chaz?-acusó, de nuevo.
-Reaccionas lento-bromeó selena.
-Es que… me quedé pensando-dije, torpe.
-¿En quién? ¿En Chaz?-acusó, de nuevo.
Sólo me reí. La respuesta no iba a
salir de mi boca, de hecho, nada que pudiese delatarme lo haría.
Era sábado por la mañana, y yo buscaba
de todo para matar el tiempo libre sin selena; así que le acepté el café a
Chaz, supuse que era un buen pretexto para burlar las horas. Chaz me llevó a un
café cerca del departamento en donde me acordé inmediatamente del día en que
pasé con nick, sin embargo, la emoción no era la misma.
-¿Puedo preguntar por qué viniste a Venecia?-me dijo, cuando la chica
nos estaba acomodando nuestras tazas sobre la mesa.-Bueno, vine primeramente para visitar a selena. Y para tomar un descanso de mi vida cotidiana-expliqué, dándole un sorbo a mi café. El sabor a capuccino vagó por mi boca hasta mi garganta.
6 comentarios:
Bueeniisiiimooo!!! El siguientee siiiss??jaja
Beshos!!
lo ameeeee genealisisismo
tienes que seguirlaa corazon ahhh
me encanta esta novela sabes es super
ahh seguilaaaa
seguila esta buenisisimaaa
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