Átame a ti - capitulo- 21

nick oyó a miley revolverse en la cama antes de abrir la puerta para mirar dentro. Le tomó un segundo a su cabeza descifrar las imágenes que se estaban transmitiendo a sus ojos.

miley estaba en medio de la cama. El pijama al fondo. Su antebrazo izquierdo cubriendo sus ojos. Su mano derecha acariciaba locamente entre sus piernas cuando ella llegó a su clímax.

Mierda bendita.

Él esperó. Si se echaba en el momento ella probablemente moriría de vergüenza. Pero nick se dio cuenta de que miley no era consciente de lo que había estado haciendo, ella había estado soñando.

Jesús. Debe haber sido un sueño malditamente bueno. ¿Qué habría hecho si hubiera estado en la cama junto a ella cuando se autosatisfacía en un poco de amor?

Despertándola y tirándosela como un loco, convenciéndose de que esta era su manera de hacer sus sueños realidad.

nick pasó preocupado por el pasillo unos minutos más antes de colarse y meter a Eliza en su cuna. Miró fijamente el cuerpo semidesnudo de miley colgando en su lado de la cama, en la última pose de chica de póster. La tentación final. De ninguna manera podía arrastrarse allí y no tocarla. De ninguna manera.

El reloj parpadeó 5 a.m. El sol saldría pronto. Podría también comenzar temprano su día. Inmediatamente después tomó una ducha.

Una ducha muy fría.

miley estaba congelada. Desorientada, se incorporó. En algún momento de la noche se había quitó las mantas, junto con el pantalón de su pijama. Su mirada se posó en lado vacío de nick en la cama. Huh. Entrecerró los ojos en la cuna y vio la oscura cabeza de Eliza. Vagamente recordaba a nick levantarse con el bebé.

¿Cuándo?

¿Y por qué en el mundo estaba medio desnuda? Imágenes carnales la bombardearon. nick. Estirándola hacia fuera en la parte superior de él. Tocándola. Llevándolos a los dos a un orgasmo estremecedor.

No eso había sido un sueño... ¿O no?

Las viejas tuberías se sacudieron, señalando que nick estaba en la ducha. ¿Por qué estaba en pie tan temprano?

Probablemente lavándose después de correrse en toda tu espalda y vientre.

Su mano voló a la base de su espina dorsal. Seca. No pegajosa. Ella dio unas palmaditas a la cama detrás de ella. Caliente. No mojado.

No fue real. Un sueño.

¿Por qué la decepción la pinchó en su interior?

Porque eres demasiado cobarde para admitir que nick Jonas te excita más allá de la razón. Y lo último que quieres es un caballero en su cama; prefieres un hombre salvaje.

No era su primer sueño obsceno protagonizado por el caliente vaquero. Todavía recordaba el sueño caliente de la semana pasada, donde la había desnudado, empujándola en sus rodillas, y atando sus muñecas a la espalda con una correa de cuero suave. Entonces las manos de nick impacientemente retorcieron su pelo cuando su polla entraba y salía de su boca. La saliva se derramaba por su barbilla, entre sus pechos desnudos, corriendo por su vientre para mezclarse con la humedad brillante del interior de sus muslos.

nick recitaba jugada-a-jugada en esa ronca voz lo sexy que era sumisa ante él, nunca permitiéndole elegir lo que esperaba de ella. Pero incluso en el sueño ella había estado ansiosa, perdida en la resbaladiza sensación de su polla frotando en su lengua, raspando contra el cielo de su boca, estirando sus labios cuando ella chupó con la fuerza suficiente para hacerle perder su mente.

Y en lugar de darle el premio que había ganado, le negó su gusto, sacándola cuando él llegó a su clímax, viniéndose en su pecho en largos chorros cremosos. Sus ojos brillaban con satisfacción como su semilla caía sobre sus pezones duros.

En el siguiente mundo de ensueño, le vendaron los ojos, a horcajadas entre sus muslos en una silla de la cocina, había inmovilizado las manos con una cuerda gruesa. nick la folló lentamente, chupando y mordiendo sus pezones, volviéndola loca con el calor y la humedad de su boca. mils estaba camino del orgasmo más explosivo de su vida cuando ella se despertó.

Enloquecedor. Qué triste era que no sólo estaba sexualmente frustrada en la vida real, ¿pero en sus sueños también? ¿Y qué pasaba con sus fantasías morbosas de servidumbre?

Ella no se volvería a dormir ahora. Ella se calzó el pantalón de su pijama y se deslizó fuera de la cama. Después de comprobar a Eliza, se arrastró por el pasillo.

La puerta del baño estaba entreabierta. Extraño. nick siempre cerraba. Tal vez debería ver si estaba bien.

Ver si quiere café.

Ver si está desnudo.

Ver si se necesita una toalla.

Retorcer la toalla. Ver si te necesita que laman cada centímetro cuadrado de su húmedo y rasgado cuerpo.

mils abrió la puerta fácilmente. En lugar de asustarlo con gritos por encima de los sonidos de agua corriente, esperó a que cerrara los grifos.

La clara cortina de la ducha, salpicada de sombrillas rojas y patos amarillos, ofrecía muy poca cobertura. Gracias a los dioses de la cortina de la ducha esa poca previsión.

Hablando de dioses... El hombre. Nunca había visto nick con el culo completamente al aire. Lo había visto a medio vestir en pantalones cortos y apretadas camisetas. Últimamente se había paseado con el torso desnudo. Pero nunca había visto nada, salvo su piel.

Lo que era una verdadera maldita lástima.

Había apuntalado su antebrazo izquierdo en la pared debajo de la ducha. El agua corriendo por su pelo oscuro, goteando en las líneas de su rostro cincelado. Arroyos corrían por la parte posterior de su cuello, desapareciendo en la muesca de la columna vertebral. Unas pocas gotas de agua salpicaban sus musculosos hombros. Jabonosas gotas volaron de su muñeca y salpicaron contra la cortina de la ducha.

Su mirada dibujaba hacia abajo en sus caderas hacia delante. Los músculos de su lado derecho se encadenan apretado, agrupar y flexionando con cada movimiento de su brazo. El largo y grueso músculo entre sus piernas se apretó en su puño. Su mano se movió con rapidez. Rítmicamente.

Oh, wow. nick se estaba masturbando. Justo en frente de ella. Estaba tan concentrado en la tarea que no la había notado.