―¡Oye!
¡Gracias!.
―No
hay de qué ―Kane le golpeó en el brazo. Duro―. Te he echado de menos, estúpido
hijo de puta.
―Lo
mismo digo ―Siguió el ejemplo de Kane y le dio un puñetazo en el brazo. Duro―.
Entonces, ¿qué te debo por el consejo? ¿Un dólar?
―Buck. ―Kane frotó el reverso de
su guante por su mentón―. Sabes, francamente es un buen nombre. Suena a vaquero
de verdad. Auténtico y diferente de otros. Así es como me voy a llamar desde
ahora.
―¿Buck?
―Sí.
Ahora vamos a reparar esta alambrada para que puedas ir pronto a casa y
arreglar tu vida amorosa. Así no tendré que oír nada más sobre el tema.
Todas
las mujeres de la fábrica se detuvieron cuando nick Jonas entró en miley Blue.
No
importaba que sus botas estuvieran manchadas de barro, ni que sus vaqueros
Wranglers estuvieran llenos de polvo y que su camisa de cambray tuviese manchas de tierra
en el pecho. Tampoco importaba que pareciera que se había sentado en el
sombrero antes de ponérselo. El hombre tomó el mando del lugar.
Dee
y Bonita echaron un vistazo a sus reflejos en las cubas de metal, pero nick solo tenía ojos para ella.
miley se obligó a si misma a permanecer quieta mientras él se acercaba. Cuando la
golpeó con una sexy sonrisa, su estómago dio un vuelco.
―Hola,
jefa. ¿Cómo va?
―Bien.
Has salido pronto del rancho.
Se
encogió de hombros.
―Un
día extraño. ¿Y tú? ¿Cuánto te falta para salir?
―Otra
hora más.
―¿Necesitas
ayuda?
―¿Con
qué?
―Cualquier
cosa ―Se aproximó―. Cualquier cosa que pueda hacer por ti.
¿Por
mí? ¿O a mí? Oh sí, vaquero. Vamos a casa. Quítate esas sucias ropas y espérame
en la cama. Desnudo. Con una brizna de paja entre los dientes y esa malvada
sonrisa de “quiero-tumbarte-en-la-paca-de-heno-más-cercana”
―¿miley?
―murmuró.
Ella
le miró. Dios. Era tan alto. Tan grande y amplio. Tan resuelto. Tan atento.
Estaba tan bueno. Tan... aquí.
―¿Estás
bien, cariño?
―De
verdad que no lo sé.
nick deslizó el nudillo de su dedo índice por la línea de su mandíbula.
―Yo
te veo bien, muy, muy bien, pero quizá deberías estar en la cama.
La
boca de miley se secó, como si estuviera llena de leche en polvo.
―Déjame
llevarte a la cama y cuidar de ti.
¡Siií!
―Ah.
De acuerdo.
―¿Qué
tal si salimos de aquí? ―su voz se convirtió en un gruñido sexy―. ¿Ahora?
Antes
de que miley pudiera arrastrarle a casa para obligarle a cumplir las promesas
que habían oscurecido sus ojos, Annie gritó desde la oficina.
―mils.
Yellow Wheel Promotions. Línea dos.
Ella
retrocedió tan rápido que la mano de nick salió disparada para estabilizarla.
―No
quería asustarte.
―No
lo has hecho ―Mentirosa, mentirosa―. Tengo que atender esa llamada.
―Te
esperaré echando un vistazo. ¿Te importa?
―Para
nada.
Entonces Dee se dirigió hacia allí. Sonriendo
abiertamente y aleteando sus falsas pestañas.
―Estaré
encantada de enseñarte esto.
―No
es necesario
―Será
un placer, sí, un verdadero placer. Me resultas extrañamente familiar, cielo
―tonteó Dee―. ¿Nos conocemos?
―No
señora.
―Te
resulta familiar, Dee, porque su hija es clavadita a él.
nick la miró asombrado.
miley no pudo contener una sonrisa.
―Es
el padre de Eliza, Nick Jonas. Nick, Dee Bancroft.
―Encantado
de conocerla Srta. Bancroft.
Cuando
Annie gritó,
―miley,
¿me has oído? Línea dos ―miley no tuvo más remedio que dejarle a solas con
Dee.
Diez
minutos más tarde, encontró a nick y Dee conversando en la sala donde se
secaban las hierbas. Él se giró para verla acercarse. Su ardiente mirada decía
“quiero-comerte” y consiguió que sus pezones se endurecieran y su vientre se
apretara. Entonces su bello rostro se iluminó cuando se dio cuenta que llevaba
a Eliza en los brazos.
―Aquí
está mi dulce niña.
Eliza
empezó a dar patadas al oír su voz.
Él
sonrió ampliamente.
―¿Me
has echado de menos, preciosa? ¿Te has portado bien hoy con mamá?
―Tu
dulce niña no ha dormido más de quince minutos en todo el día.
―Puede
que entonces duerma toda la noche, para variar ―Acarició el regordete cuello de
Eliza―. Lo cual no es justo, porque es tu noche para estar con ella.
―¿Mi
noche? Creía que estábamos haciendo turnos.
―Yo
también, cielo. Pero yo hice todos los turnos anoche. No te moviste cuando salí
de la cama. A medianoche. A las dos. A las cuatro.
Dee
se rió entre dientes.
―Oh.
Me voy ahora mismo ―Todavía sonriendo, dijo―, Nadia quiere hablar contigo antes
de que te marches. Ha dicho que es importante ―Dee desapareció por la esquina.
miley contuvo un gemido. Le gustaba Nadia. Le gustaba que Nadia no temiese hablar con
ella incluso cuando trataba de mantener las distancias con todo el mundo. Le
gustaba que Nadia no la viera como una reina del drama. Pero caramba, le
mosqueaba que Nadia fuese tan voluble y miles no tenía que suponer sobre que
quería Nadia hablar con ella. Otra vez.
―Déjame
llevar a Eliza a casa para que puedas volver al trabajo ―nick la tomó de los
brazos de miley―. Vamos chiquitina. Tú y yo tenemos una cita con un biberón y
un baño caliente.
―¿Quieres
llevarte mi coche? ¿O solo vas a sacar la silla de seguridad para el bebé?
4 comentarios:
ohhh estupendo lo ameeeee tienes que seguirlaa prontiisss
me enacnto fasianante ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
seguola pliis plis plis maaas
Tienes que seguirla pronto,es que quiero que Nick siga rápido el consejo de Kane, Buck como quiera llamarse
=D
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