una proposicion atrevida-cap-46

Fuzz abrió la puerta mientras aún hablaba animadamente con alguien que se encontraba a su lado. Al ver a miley y sus tres maletas, se quedó sin habla, pero enseguida abrazó a su amiga y empezó un monólogo contra la maldad de los hombres, pues en ningún momento dudó de que si miley se encontraba allí, era porque el «bastardo» y mujeriego de nick algo le había hecho. Transcurrieron algunos momentos antes de que el hombre que se encontraba con ella, y que había sido olvidado en el vestíbulo, entrara en la sala.

-¿Luigi? -preguntó miley muy sorprendida.

-Así es -respondió Fuzz con una sonrisa-. ¿Ya os conocíais?

-No mucho -explicó miley con turbación.

-Fuzz y yo trabajamos juntos a veces -aclaró Luigi le Freneau-. Soy fotógrafo y vivo en el apartamento situado en el último piso de este edificio.

¿Así que él era Luigi, el hombre de quien Fuzz estaba enamorada y de quien le hablaba en varias de sus cartas?

-Luigi, yo... -suspiró Fuzz.

-Ya me iba -dijo él con una sonrisa.

-Lo siento, yo no sabía nada -manifestó miley cuando Luigi se fue-. No debí haber venido sin avisarte.

-No has interrumpido nada, amiga. Luigi y yo no dormimos juntos -aclaró Fuzz con franqueza-. Hoy salimos a cenar juntos. ¿Quieres tomar una copa? A mí sí me apetece algo.

miley se instaló muy a gusto en la habitación de invitados que tenía Fuzz, y durante la primera semana de su estancia consiguió trabajo, el cual, le llegó por medio de Luigi. Él era un asiduo visitante al apartamento y cuando supo que ella estaba buscando trabajo, le dirigió una inquisitiva mirada, pero no dijo nada. No obstante, un par de días después, le dio el número telefónico de un amigo.

-John es un arqueólogo para quien yo hice parte del trabajo fotográfico que usará en el libro que en la actualidad está escribiendo. Necesita alguien que lo ayude a poner en orden su material. Si te interesa, ponte en contacto con él.

miley fue a ver a John Hawthorne, después de concertar una entrevista por teléfono; resultó ser un agradable hombre de poco más de cincuenta años de edad. Le enseñó a miley la pequeña oficina que había montado en la biblioteca de su casa de campo y le mostró la máquina que usaría para escribir; ella sabía escribir a máquina, pero decidió inscribirse en alguna academia nocturna para perfeccionar sus conocimientos.

Se sentía muy contenta de haber conseguido trabajo tan pronto... este no le duraría mucho tiempo, pero John podría darle una carta de recomendación cuando ya no necesitase sus servicios.

Las semanas transcurrieron con rapidez, y un día vio en el periódico matutino una fotografía de nick en su yate. Ella se alegraba de haberle hecho creer que había ido a reunirse con liam, pues así era mejor. Ahora él recorría el Caribe en compañía de hermosas mujeres que lo ayudarían a divertirse.

-Si alguna vez necesitas algo -le ofreció él con énfasis cuando se despidieron-, no dudes en llamarme.

¿Y qué haría si ella lo llamara para decirle que no comía, no dormía y nunca se había imaginado que amar fuese tan doloroso? Pero claro que no lo haría... en Navidad le enviaría una tarjeta, y eso sería todo.

Le escribió una nota a Lew Harrison para darle su dirección, y él le contestó a vuelta de correo ofreciéndole una pensión mensual mayor que lo que ella ganaría en un año completo con su salario actual. Volvió a escribirle y le comunicó que tenía trabajo y que, por lo tanto, era autosuficiente.

En vista de que sus mareos seguían y de que no tenía apetito, acudió al consultorio de un doctor... ¡Y entonces se enteró de que estaba embarazada! Era increíble, pero esa posibilidad ni siquiera se le había ocurrido... su periodo siempre había sido irregular, sobre todo en temporadas de nerviosismo, así que no le dio importancia a la falta de uno en el mes anterior. Al ser confirmado el diagnóstico inicial con el resultado de los análisis de laboratorio, la seguridad de llevar en sus entrañas al hijo de nick le produjo un gran gozo, a la vez que tranquilidad. Por fin se acabarían la inapetencia y las noches sin dormir. Ya no habría más momentos depresivos en los que sentía que caía por un pozo sin fondo, ya no sentiría más compasión de sí misma. A pesar de que en el exterior nevaba, ella sintió que brillaba el sol y que era feliz por primera vez en toda su vida.

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Bueno hasta aqui llog nena espero que le sguste yy no olviden comentar ehh ya saben las amo chau aver si me animos  a subir mas tarde