martes, 10 de enero de 2012

una proposicion atrevida-cap-26



miley agitó las pestañas, anonadada.
-¿A liam?
-Sí, a liam -repitió nick-. Ahí está el teléfono. -A ella se le tiñeron de rubor las mejillas.- Lo que he sacado en conclusión, es que el tal liam sólo existe en tu imaginación.
-¡Eso no es cierto! -gritó ella.
-¿Entonces por qué no lo invitas a venir aquí? Te prestaré el coche para que vayas a recogerlo- manifestó nick con voz suave-. ¿O es que tampoco puedes hacer eso?
-No, porque él no está ahora en Londres.
-Pongo a tu disposición un helicóptero, un jet particular, toda una flotilla de automóviles... ¿aun así es inaccesible liam? ¿Se hallará perdido en el Amazonas? -la contempló con suma dureza-. Y eso que es el hombre a quien amas y que estaba dispuesto a casarse contigo...
-Pues aunque no me creas, él existe -fue por su bolso y vació el contenido sobre la cama. De pronto, exclamó horrorizada-: ¡Había olvidado que me han robado mi bolso! Todas las fotografías que tenía de él, sus cartas... me he quedado sin nada.
-Tu actuación ha sido maravillosa, pero no me has convencido.
miley se dirigió hacia la puerta.
-Me voy de aquí ahora mismo.
Una mano, tan fuerte como un garfio de acero, se extendió y la sujetó por la muñeca.
-¿Con qué dinero? El par de miles de libras esterlinas que producirá la venta de Ranbury, ya me imagino a dónde irá a parar: a las manos de cierta pareja de ancianos.
-Puedo ir a la beneficencia.
-No sabes hacer nada, y además, estás casada. Eres mí responsabilidad.
-¡Suéltame, me haces daño!
-Entonces, escúchame. Hace un año que fracasó el negocio de Hilario en Sudáfrica, ¿tú no sabías que él perdió hasta el último centavo?
-¿Todo? -casi chilló miley.
-Hipotecó la casa para pagar sus deudas y poder mantenerse a flote engañándonos a todos -informó nick sin ninguna piedad-. Así que no sólo no vales nada, sino que me has costado dinero. Con toda seguridad, kevin irá a la iglesia a dar de rodillas gracias a Dios por haber sido desdeñado.
A miley le pareció que eso era un castigo divino por haberse casado con nick con tal de tener derecho a una herencia que había resultado ser inexistente. Ahora ella le debería mucho a nick. ¿Qué haría para pagarle? Puesto que estaba concentrada en esos pensamientos, necesitó varios segundos para registrar el hecho de que nick estaba desabrochándole la blusa, y su inmediato intentó de retirada sólo sirvió para que se le rompiese ésta, pues nick no la soltó.
-Mira lo que me has hecho hacer -dijo él, casi con agrado.
-¿Qué... qué es lo que pretendes? -las manos de miley emprendieron un frenético movimiento para volver a cerrar los botones de su ropa, y entonces él la miró con frialdad.
-Esa es una pregunta muy tonta, y tú no tienes nada de tonta, según creo. No eres la única que ha querido echarme el lazo, pero sí la que se llevó el premio. 

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