una proposicion atrevida-cap-48

-¡Acabo de comprar un anillo de compromiso para Fuzz! -declaró él al abrir la puerta del restaurante.

miley se sorprendió, aunque la convivencia con su amiga le había hecho darse cuenta de que estaba enamorada de Luigi, él era tan inescrutable con sus emociones como nick.

-¿Lo sabe ella?

-Todavía no.

-Pues me alegro de que os vayáis a casar y te agradezco que me hayas hecho partícipe de la noticia.

Estaban charlando tan entretenidos, que ninguno de los dos prestó atención a una pelirroja que, con una expresión de incredulidad, se levantaba de su asiento en una de las mesas cercanas a la de ellos. miley leía el menú, cuando Lucia se acercó.

-Hipócrita mosquita muerta -la acusó sin bajar la voz. miley ni siquiera tuvo oportunidad de decir algo, pues Lucia se alejó de allí en seguida, dejándola boquiabierta.

Avergonzada por lo sucedido, le pidió a Luigi que se fueran de ese lugar de inmediato, a lo cual él accedió.

-Con toda seguridad se lo va a decir a nick-se lamentó miley, cuando subieron al taxi.

-Es culpa mía -se maldijo Luigi-. Debí haber pensado que no deberían vernos juntos... pero... olvidé quién soy yo y quién eres tú. No culparía a nick si se enoja. Lo siento mucho, miley. Si no tienes ninguna objeción, te llevaré a casa de John.

miley no tenía ninguna objeción, así que hacia allá se dirigieron. ¿Habría notado Lucia su embarazo? Era lo más seguro.

La tarde transcurrió con rapidez. Alrededor de las cuatro llamaron a la puerta y, poco después, miley oyó que John hablaba con otro hombre en la habitación contigua a la biblioteca. Cuando lo vio entrar en la oficina se sorprendió un poco, ya que, por lo general, si tenía visitas se olvidaba del trabajo.

-Te buscan a ti, miley-dijo John con una sonrisa.

nick entró en seguida en la oficina y John los dejó solos. nick la miró durante un momento a los ojos, pero con rapidez puso su atención en el resto de ella y palideció.

-¡Estás embarazada! -musitó, como si fuese algo de lo cual la gente decente no hablara en voz alta.

miley deseó cerrar los ojos y desaparecer.

-Un embarazo muy avanzado -añadió nick con voz un poco temblorosa.

El asombro de Fuzz al verla llegar a su casa, no era nada al compararlo con el de nick. Había entrado furioso en la oficina, pero ahí, delante de los ojos de miley, tanto el enojo como su acostumbrada seguridad en sí mismo, se esfumaron. En ese momento, el estridente repiqueteo del timbre del teléfono rompió el terrible silencio.

-¿miley? -era la frenética voz de Fuzz-. Luigi ha hecho algo horrible, y yo lo siento mucho. Fue a ver a nick y le informó dónde encontrarte. Quién sabe qué más le haya dicho. miley, yo...

-No te preocupes. Él está aquí. Más tarde hablaremos.

-No hablarás con nadie que no sea yo -la contradijo nick al acortar de súbito el espacio entre ellos y quitarle al auricular de la mano para colgarlo. Parecía más delgado, las constantes fiestas habían dejado su huella-. Nunca me imaginé que estaría alguna vez en deuda con Luigi.

-No debiste haber venido.

-Si retrocediéramos en el tiempo y dijéramos que no debí haber ido al funeral de Hilario, sería una afirmación más correcta. Si estoy aquí, es porque Luigi me dijo que me necesitabas.

-¡Yo no te necesito para nada! -la exclamación de miley fue hecha entre lágrimas de enojo y desesperación.

-¿Qué te pasa? -preguntó nick mientras abrazaba su rígido cuerpo-. Todos estos meses los pasé pensando que estabas con liam, y ahora Luigi me dice que no hay nadie. Claro, el motivo es evidente.

Fascinado, observaba el voluminoso vientre de ella, el cual se interponía entre los dos, y miley apretó los puños.