jueves, 26 de enero de 2012

una proposicion atrevida-cap-44


-Anoche tomé una decisión -expresó él-. En vista de que a ti no te gustaría ver la casa convertida en hotel, voy a hacer que la arreglen y te la regalaré. Así no tendrás que olvidar a la Dominica, pues tendrás en ella un pequeño rincón propio.
Ella no pudo creer lo que sus oídos escucharon y se volvió hacia nick.
-¡Pero yo no quiero que me la des! -exclamó horrorizada.
-De todas maneras te la voy a dar -sus fuertes mandíbulas tenían un aspecto agresivo-. Quise que lo supieras antes de embarcarnos en el yate. Es algo que de verdad deseas, pero que no me habrías pedido nunca. Las joyas no te agradan mucho, ¿verdad?
Ella se ruborizó con tristeza. nick no había regresado ni una sola vez de Jamaica con las manos vacías: un brazalete de diamantes, un collar y un anillo yacían en el interior de una caja que ella tenía sobre su tocador, pues le parecían una compensación por haber compartido su cama, aunque fuese durante breve tiempo. Y ahora una casa.
-Son muy bonitas... -titubeó al no desear ofenderlo.
-Si te las hubiera regalado liam, entonces te sentirías feliz, ¿o no?
A pesar del calor, ella sentía una extraña frialdad.
-nick, no tienes por qué hacerme regalos.
-Mi deseo es que seas feliz.
-La felicidad no se compra -aseguró miley con amargura.
-La casa la tendrás. La pondré a tu nombre.
-¿No entiendes que no la quiero?
Él la contempló con tanta frialdad, que la hizo estremecerse.
-A lo mejor a él sí le gustará. ¿Te ha escrito?
-Todavía no -respondió ella, al borde de la histeria.
nick, al interpretar mal su patente emoción, la rodeó con los brazos en un movimiento tan paternal y falto de sexualidad que miley se sintió muy molesta.
-Estoy seguro de que pronto recibirás noticias suyas -dijo él tratando de consolarla-. Si no lo hace, seré yo quien se ponga en contacto con él.
Incrédula, ella le puso las palmas de las manos contra el pecho para alejarlo con firmeza.
-¡No te molestes! -le espetó.
-Le explicaría...
-¿Explicarle qué? -los marrones ojos de miley lanzaban relámpagos de ira-. ¿Qué le dirías? ¿Cómo me describirías ahora? ¿Cuerpo casi nuevo, bien conservado y sin piezas estropeadas? ¿Por qué no pones un anuncio en el periódico y me ofreces al mejor postor? ¡Oh, Dios, cuánto te desprecio por esto! -reprimió un sollozo y le dio la espalda a él.
-Creo que ha llegado el momento de regresar -dijo nick con voz inexpresiva. Pero bajo su bronceado se encontraba pálido, sin duda enojado por el arrebato de ella y por su falta de gratitud.
-No iré contigo en el yate -manifestó miley, aliviada al darse cuenta de que, a pesar de lo cerca que había estado de demostrar sus verdaderos sentimientos, no lo había hecho.
-Aún eres responsabilidad mía, miley.
-No, nick, yo soy la única responsable de mí misma.
-Tú eres muy diferente a la clase de mujeres a las que estoy acostumbrado, pues eres más vulnerable -explicó él con un gesto hosco.
Era cierto, pensó ella. Él no tendría que enjugar las lágrimas de Mei Ling al término de un amorío... pero... de esa mujer no tendría el lastre de recordarla como niña... como niña, como adolescente y como joven que había inspirado el surgimiento de un instinto protector que no era fácil vencer.

Cuando volvieron a casa, los Kirby todavía se encontraban en sus respectivas habitaciones, nick le indicó a miley que empezara a hacer sus maletas, pues después de almorzar se irían al aeropuerto para volar hacia Jamaica, donde los esperaba el yate, y en el saldrían de crucero y harían escala en varios lugares tranquilos. Mientras miley empezaba a hacer el equipaje, llegó demi para entregarle su correspondencia. Ésta consistía en dos misivas: una en la que Fuzz le preguntaba cuándo volverían a Londres, pues estaba ansiosa de conocer a nick; la otra era de selena, quien consideraba que nick era un santo, le escribía a miley para contarle que nick había mandado arreglar su casita. miley terminó la lectura y, tenía la mirada perdida en el espacio, cuando se le ocurrió la solución a su problema... si... si nick llegara a creer que una de aquellas cartas era de liam, ya no podría presionarla para que se quedara.
Lo encontró en su dormitorio.
-He venido a comunicarte -le dijo -que he recibido carta de liam y que quiero regresar a Londres.
Mientras esperaba la respuesta de nick, a su rostro afloró una fingida sonrisa de emoción, la cual le salió tan bien que la hizo pensar que debería haberse dedicado a la escena.

No hay comentarios: