sábado, 17 de marzo de 2012

Átame a ti - capitulo- 31




—Puedo ver que a te da miedo perder el control con todo el mundo, no sólo conmigo. Mira, estoy bastante seguro de que piensas en nosotros follando sobre esta mesa. Haciéndolo en el suelo de la sala de estar hasta que quedemos cubiertos por las quemaduras de la alfombra. Piensas en ponerte de rodillas y mamármela. O en que yo te inmovilice contra la pared de la ducha y te folle ciegamente mientras estamos mojados y resbaladizos. O que te incline sobre la baranda del porche, y me embista dentro de ti desde atrás. Piensas cómo sería hacer el sesenta y nueve conmigo en el sofá. O lo pervertido que se sentiría tenerme en tu culo. O que utilice juguetes sexuales contigo. O que te ate. Piensas en mí follándote de todas las formas en que nunca has dejado a algún otro hombre hacerlo.
Con cada frase acentuada, nick se acercaba sigilosamente.
—¿Pero sabes qué pienso en realidad?
Ella negó con la cabeza.
—Que no quieres pensar. Que deseas que asuma el control de todas las situaciones sexuales así tú no tendrías que preocuparte por tu respuesta. Conseguir experimentar pura satisfacción sexual sin culpas. Haciendo lo que te digo, a sabiendas de que amarás cada maldito minuto de eso. Porque sabes dentro de tu corazón, que yo nunca haría nada para lastimarte o humillarte. Ni en privado ni en público. Anhelas esa sensación de pérdida de control, miley. Yo te lo puedo dar. Puedo darte todo lo que alguna vez has querido en la cama y fuera de ella. Tienes que tomar la oportunidad y confiar en mí, cariño. Tienes que tomar la oportunidad de dejar ir tu condenado control de hierro y brindarte a mí sin ataduras.
nick la besó con una brutal muestra de posesión masculina, de frustración, de absolutamente pura atracción animal, de un hombre escogiendo a su compañera y marcándola.
Esa primitiva intensidad la atrajo como una droga. El último afrodisíaco. miley lo besó con igual abandono, siguiendo su pista hasta que él liberó su boca y se alejó de ella.
—Tus días de controlar nuestros encuentros sexuales terminan ahora.
—Pero…
—Ah-ah-ah. No he terminado. Si me dices que sí me das el control completo sobre todas las decisiones referentes al sexo, no puedes cambiar de idea. Y sin duda alguna no puedes decir que no, en ningún punto, a nada de lo que te diga que hagas una vez que iniciemos esto.
—Estás bromeando.
—No, señora, nunca he sido más serio en mi vida. Estoy tratando de prepararte para lo que significa intimar conmigo.
miley lo miró, casi como si nunca lo hubiera visto antes. El nick McKay que ella conocía nunca haría demandas como estas.
Tal vez no lo conoces tan bien como pensabas.
Tal vez no te conoces a ti misma tan bien como pensabas si estás considerando por un solo minuto decir que sí a esta chifladura, miley Blue Ellison.
Deseaba que la voz remilgada y decorosa en su cabeza se fuera a dar un paseo. Aún así, sus demandas la asustaban muchísimo. Tal vez ella podría obligarlo a retroceder un poco. Redefinir su variada lista de sugerencias. Prometer facilitar el proceso dentro de la diversión y los juegos sexuales. No meterse de lleno dentro de lo pervertido y progresar dentro de los escenarios sexuales más desenfrenados desde allí.
Suavemente, él dijo:
―No funcionará.
―¿Qué?
―El brillo en tu mirada. Como la de un perrito. El mohín femenino. No hay medias tintas para ninguno de nosotros ya, miley. Es todo o nada.
Un poco molesta, ella le preguntó:
―¿Entonces qué? ¿Si digo que no a ser tu esclava sexual nos dejarás?
Él se acercó, oscuro, y peligroso, todo cabreado instinto masculino.
―No voy a irme. Eliza es mi hija y quiero estar en su vida. Punto. ―Inclinó la cabeza, dejando que su aliento caliente soplara en su oído―. ¿Y no eres lista, tratando de cambiar mi enfoque hacia algo que no sea el hecho de que no estás negando que disfrutarías muchísimo siendo mi esclava sexual?
Mierda santa. Ella no lo había negado. ¿Y por qué sólo la sensación de su boca tan cerca de su piel le hacía temblar las rodillas y le aturdía el cerebro, preguntándose si ella debería invertir dinero en ramas de palmeras, uvas y bufandas de seda?
―No espero que decidas cambiar por completo tu enfoque para la intimidad ahora mismo. Te daré un par de días para reflexionar sobre esto. Dejándome saber tu respuesta el sábado, ese tiempo debería ser suficiente.
Cuándo ella no respondió, él bromeó:
―¿Decepcionada porque no te estoy doblegando y tomándote de la forma en que quiero hacerlo ahora mismo?
Sí.
―Sólo intentando comprender por qué me bombardeas con imágenes retorcidas que me dejan… ―anhelando qué y quién podría ser contigo―, …sorprendida y luego nick Jonas, caballeroso vaquero, ¿inclina su sombrero blanco ante mí mientras él se va a dar un paseo fuera?
―Nunca dije que iba a jugar limpio.
―¿Así que yo simplemente soy un juego para ti?
nick negó con la cabeza.
―Esto es en serio. Esto es para siempre, miley. Y sólo para que sepas lo tan serio que soy, mudé mis cosas fuera de tu dormitorio al cuarto de huéspedes por lo pronto. También puse una bombilla nueva en el portalámparas vacío y en las lámparas de los tocadores.
Mierda. Ella debería haber sabido que él se daría cuenta. Fue una táctica tonta de cualquier manera y estaba sorprendida de que haya funcionado durante tanto tiempo.

8 comentarios:

amorciegoniley dijo...

ahhh siguelaaaaa

Anónimo dijo...

siguela prontooo plis esta genealisisismaaaaa

alexajonas dijo...

siguelaa apliss ahh porfiiss siguelaaaaa

beln_de_jonas dijo...

ahhhh me encantoo siguela plissss

angela dijo...

ahhh por fiis siguelaaaa

butblop dijo...

sigueeeelaaa s siiiiiii

carter dijo...

me encantoo siguela yaaaa

christopher dijo...

siguela porfaaaaas