—Puedo
ver que a te da miedo perder el control con todo el mundo, no sólo conmigo.
Mira, estoy bastante seguro de que piensas en nosotros follando sobre esta
mesa. Haciéndolo en el suelo de la sala de estar hasta que quedemos cubiertos
por las quemaduras de la alfombra. Piensas en ponerte de rodillas y mamármela.
O en que yo te inmovilice contra la pared de la ducha y te folle ciegamente
mientras estamos mojados y resbaladizos. O que te incline sobre la baranda del
porche, y me embista dentro de ti desde atrás. Piensas cómo sería hacer el
sesenta y nueve conmigo en el sofá. O lo pervertido que se sentiría tenerme en
tu culo. O que utilice juguetes sexuales contigo. O que te ate. Piensas en mí
follándote de todas las formas en que nunca has dejado a algún otro hombre
hacerlo.
Con
cada frase acentuada, nick se acercaba sigilosamente.
—¿Pero
sabes qué pienso en realidad?
Ella
negó con la cabeza.
—Que
no quieres pensar. Que deseas que
asuma el control de todas las situaciones sexuales así tú no tendrías que
preocuparte por tu respuesta. Conseguir experimentar pura satisfacción sexual
sin culpas. Haciendo lo que te digo, a sabiendas de que amarás cada maldito
minuto de eso. Porque sabes dentro de tu corazón, que yo nunca haría nada para
lastimarte o humillarte. Ni en privado ni en público. Anhelas esa sensación de
pérdida de control, miley. Yo te lo puedo dar. Puedo darte todo lo que alguna vez
has querido en la cama y fuera de ella. Tienes que tomar la oportunidad y
confiar en mí, cariño. Tienes que tomar la oportunidad de dejar ir tu condenado
control de hierro y brindarte a mí sin ataduras.
nick la besó con una brutal muestra de posesión masculina, de frustración, de
absolutamente pura atracción animal, de un hombre escogiendo a su compañera y
marcándola.
Esa
primitiva intensidad la atrajo como una droga. El último afrodisíaco. miley lo
besó con igual abandono, siguiendo su pista hasta que él liberó su boca y se
alejó de ella.
—Tus
días de controlar nuestros encuentros sexuales terminan ahora.
—Pero…
—Ah-ah-ah.
No he terminado. Si me dices que sí me das el control completo sobre todas las
decisiones referentes al sexo, no puedes cambiar de idea. Y sin duda alguna no
puedes decir que no, en ningún punto, a nada de lo que te diga que hagas una
vez que iniciemos esto.
—Estás
bromeando.
—No,
señora, nunca he sido más serio en mi vida. Estoy tratando de prepararte para
lo que significa intimar conmigo.
miley lo miró, casi como si nunca lo hubiera visto antes. El nick McKay que ella
conocía nunca haría demandas como estas.
Tal vez no lo conoces tan bien como
pensabas.
Tal vez no te conoces a ti misma tan
bien como pensabas si estás considerando por un solo minuto decir que sí a esta
chifladura, miley Blue Ellison.
Deseaba
que la voz remilgada y decorosa en su cabeza se fuera a dar un paseo. Aún así,
sus demandas la asustaban muchísimo. Tal vez ella podría obligarlo a retroceder
un poco. Redefinir su variada lista de sugerencias. Prometer facilitar el
proceso dentro de la diversión y los juegos sexuales. No meterse de lleno
dentro de lo pervertido y progresar dentro de los escenarios sexuales más
desenfrenados desde allí.
Suavemente,
él dijo:
―No
funcionará.
―¿Qué?
―El
brillo en tu mirada. Como la de un perrito. El mohín femenino. No hay medias
tintas para ninguno de nosotros ya, miley. Es todo o nada.
Un
poco molesta, ella le preguntó:
―¿Entonces
qué? ¿Si digo que no a ser tu esclava sexual nos dejarás?
Él
se acercó, oscuro, y peligroso, todo cabreado instinto masculino.
―No
voy a irme. Eliza es mi hija y quiero estar en su vida. Punto. ―Inclinó la
cabeza, dejando que su aliento caliente soplara en su oído―. ¿Y no eres lista,
tratando de cambiar mi enfoque hacia algo que no sea el hecho de que no estás
negando que disfrutarías muchísimo siendo mi esclava sexual?
Mierda
santa. Ella no lo había negado. ¿Y por qué sólo la sensación de su boca tan
cerca de su piel le hacía temblar las rodillas y le aturdía el cerebro,
preguntándose si ella debería invertir dinero en ramas de palmeras, uvas y
bufandas de seda?
―No
espero que decidas cambiar por completo tu enfoque para la intimidad ahora
mismo. Te daré un par de días para reflexionar sobre esto. Dejándome saber tu
respuesta el sábado, ese tiempo debería ser suficiente.
Cuándo
ella no respondió, él bromeó:
―¿Decepcionada
porque no te estoy doblegando y tomándote de la forma en que quiero hacerlo
ahora mismo?
Sí.
―Sólo
intentando comprender por qué me bombardeas con imágenes retorcidas que me
dejan… ―anhelando qué y quién podría ser
contigo―, …sorprendida y luego nick Jonas, caballeroso vaquero, ¿inclina su
sombrero blanco ante mí mientras él se va a dar un paseo fuera?
―Nunca
dije que iba a jugar limpio.
―¿Así
que yo simplemente soy un juego para ti?
nick negó con la cabeza.
―Esto
es en serio. Esto es para siempre, miley. Y sólo para que sepas lo tan serio
que soy, mudé mis cosas fuera de tu dormitorio al cuarto de huéspedes por lo
pronto. También puse una bombilla nueva en el portalámparas vacío y en las
lámparas de los tocadores.
Mierda.
Ella debería haber sabido que él se daría cuenta. Fue una táctica tonta de cualquier
manera y estaba sorprendida de que haya funcionado durante tanto tiempo.
8 comentarios:
ahhh siguelaaaaa
siguela prontooo plis esta genealisisismaaaaa
siguelaa apliss ahh porfiiss siguelaaaaa
ahhhh me encantoo siguela plissss
ahhh por fiis siguelaaaa
sigueeeelaaa s siiiiiii
me encantoo siguela yaaaa
siguela porfaaaaas
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