―Igual
me levantaré por Eliza durante la noche. Compré otro monitor de bebés para mi
cuarto así que la puedo oír. Pero tú podrías querer tener presente que no
estaré de regreso hasta tarde por el siguiente par de noches.
Pregúntele donde va a ir.
Como
el infierno. El antigua miley testaruda se impuso y señaló que no estaban
casados. nick podría hacer cualquier cosa que quisiera y maldito sea él por no
estar satisfecho con ella ni en la cama ni fuera de ella. ¿Pero no era eso
simplemente la historia de su vida?
―¿Alguna
otra cosa?
―No.
―Él señaló la sala de estar―. ¿A menos que quieras ir arriba para ver un poco
de televisión conmigo ahora que dejamos esta discusión largamente esperada
fuera del camino?
Frustrada
con él, pero en su mayor parte consigo misma, ella medio gruñó, medio refunfuñó
mientras furiosa subía las escaleras.
Escuchó
a nick decir:
―Supongo
que debo tomar eso como un no.
―Ey,
bebé. Deja de gritar. Ssh. Está bien. Mamá está justo aquí. Ssh.
Eliza
siguió llorando. Por cuarta hora consecutiva. No había comido. No había
dormido. No tenía el pañal sucio. Ni salpullido por el pañal. No tenía fiebre.
No había vomitado. No tenía gases. No tenía diarrea. Estaba más que
quisquillosa.
Y
miley no sabía por qué. Hacía que se sintiera como una madre horrible. Había
tenido que dejar el trabajo antes del mediodía porque Eliza no dejaba de
llorar. Había probado ponerla en el columpio. En la sillita balancín. Había
probado mecerla y cantarle y leerle. La había atado en el Snugli y la había paseado por el
camino de acceso. Le había dado un baño tranquilizador aromatizado con hierbas
calmantes. Probó con restregarle la barriga. Le frotó la espalda. Nada
funcionó.
En
un impulso, miley ubicó a Eliza en su asiento del automóvil y se dirigió hacia
Sundance. Usualmente los sonidos rítmicos de las llantas chasqueando en el
camino lleno de baches hacían que Eliza se duerma inmediatamente. Hoy no lo
hizo. Eliza lloró todo el camino hasta el pueblo. Los completos cincuenta
kilómetros.
miley estacionó delante de miley Blue, haciendo malabares con el portador de bebé…
ocupado con una bebé contrariada y llorona… la bolsa de pañales, el Snugli, su
cartera y su cordura. Caminó con pesadez hacia adentro. Fue una de las únicas
veces que agradeció que la tienda estuviera vacía.
Eliza
gritó cuando miley colocó el portador en el piso.
India
apareció en la esquina.
—¿Qué
pasa? ¿Por qué estás aquí en medio de un día laboral? ¿Eliza está enferma?
—No
sé. No deja de llorar. —miley sin más dejó caer todo lo que llevaba donde estaba
parada—. He hecho todo lo que se me pudo ocurrir y llegué al final de mi
ingenio porque nada está ayudando.
—Pues
bien, ¿eres una pequeña alma en pena hoy, Srta. Eliza Belle? ¿Qué tal si la tía
Indy se encarga por algún rato, hmm? ¿Mamá necesita un descanso?
Ella
observó mientras India sacaba a la enojada bebé del portador e intentaba
apaciguarla.
A
Eliza no le importaba nada de eso.
Su
corazón se apretó al ver que su bebé continuaba desconsolada.
—Tal
vez es algo serio. ¿Debería llevarla al doctor?
—Es
tu decisión, hermana. Es tu bebé. Tú deberías saber.
miley se echó a llorar.
—¡Pero
no lo sé! ¡Soy la peor madre en el planeta! —sabía que no era justo molestar a
la pobre India, obligándola a tratar con una madre histérica y una bebé
gritona, pero no tenía a quien recurrir.
¿Qué hay acerca de nick?
El
pensamiento de llamarlo, confesando su ineptitud con su hija, dejándole ver qué
tan completamente perdida estaba… bien, lloró incluso más duro al exponer ese
defecto, cuándo él ya pensaba que ella tenía suficientes otros defectos.
Esa
era otra cosa. ¿Por qué Eliza no se quejaba continuamente alrededor de él? No
es que él hubiera estado allí durante las últimas dos noches, y maldición, ella
lo extrañaba. Se sorbió la nariz y los sollozos siguieron saliendo.
India
estaba haciendo rebotar suavemente a Eliza en sus brazos, manteniendo un ojo
sobre miley cautelosamente.
—¿Y
qué? Estoy llorando.
—Tú
nunca lloras.
—Nunca
hago un montón de cosas que debería hacer. Estoy tan cansada de que todo el
mundo piense que soy una especie de robot. De que todo el mundo piense que
puedo manejarlo todo. —Ella comenzó a gritar más fuerte—. ¡No puedo! ¿Cómo
hacen las mujeres que tienes bebés contrariados y trabajos exigentes y
relaciones confusas y se encargan de un hogar por ellas mismas sin volverse
locas?
—No
lo sé, pero estoy preguntándome si un trago fuerte de whisky no sería lo mejor
que pudieras hacer ahora mismo.
Eso
causó que miley se riera a través de sus sollozos y de los gemidos de Eliza.
—Gran consejo viniendo de una alcohólica.
Ella
sonrió burlonamente.
—Por
lo menos no sugerí que esnifes una línea de coca
o te fumes un porro.
Un
fuerte golpe sonó en la puerta que separaba los lugares en el local. Una voz
amortiguada preguntó:
—¿Indy?
¿Estás bien?
India
se dirigió hacia allí y abrió el cerrojo. La puerta se abrió y AJ Jonas entró.
—Oí
un llanto de bebé.
8 comentarios:
siguela plissss prontiisss
ahh siguelaa ayaaaaa
siiguela plisssss
ahh siguelaaa ahhhh por fisss
siguela yaaaaa
siguela prontooo porfiisss
ahh si profiiss siguela yaaa
siguela yaa porfaaaaas
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