Nunca
me dice ven, siempre se hace esperar,
De
noche como un sueño tarda en venir,
Dibuja
nubes con saliva y carmín,
Cobra
caro cada abrazo que da,
No
acostumbra a fiar.
-Van a convivir una semana
juntos. – Afirmó la profesora McGonagall y ambos quedaron completamente de
piedra, sin saber qué decir – para cumplir una misión que depende de ambos…-la
profesora vio que Nick iba a hablar y lo interrumpió cortante.- y sino lo
hacen, serán expulsados de Hogwarts… a ver si con esta medida, por un solo
instante dejan de insultarse.
Nick y Miley quedaron
estupefactos.
-¿Usted está hablando en serio?
– murmuró ella, creyendo que la profesora de repente se le había dado por hacer
una broma. Nick sin embargo no dudaba de que la veracidad de sus palabras. La
idea de que Minerva McGonagall tenga sentido del humor era tan nula como que
Snape lo apruebe con Extraordinario en Pociones.
-Claro que es serio señorita
Cyrus – aseveró Minerva mirándola fijamente.
-¿Disculpe que me parezca raro,
- dijo Miley – pero desde cuando castigan de esta manera?
-Se ve aprendieron a dar en el
lugar en el que más me duele – intervino Nick, pudiendo reaccionar por fin.- vivir
contigo no será un castigo sino una completa tortura…
-Igualmente huerfanito!
-¡Por dios!- se quejó Minerva
asqueada por los insultos.- ¡Me alegro que de verdad les duela! Estoy harta del
nefasto comportamiento de ustedes dos.
-Vivir una semana juntos es una
locura – saltó Nick intentando hacerle entender.- ¡vamos a matarnos!
-¡Es una decisión tomada! – la
profesora sacaba dos papeles del cajón de su escritorio.
-¿No tenemos opción? - preguntó
Miley con un hilo de voz.
-Sí – ambos sonrieron
ilusionados. Ella les entregó los papeles que había sacado – Ahí están las
actas de expulsión… si no hacen esto me verán obligada a tomar la peor de todas
las medidas. – Los dos adolescentes dejaron de sonreír.- Tienen dos minutos
para darme su respuesta.
Ellos se miraron y se
entendieron sin necesidad de palabras. Te
odio pero debemos hacerlo… Perder
Hogwarts y todo lo conseguido era demasiado.
-Lo haré – dijo ella enseguida.
-Y yo.- Nick estaba resignado.
-Bien, así me gusta… cuentas
claras – sonrió Minerva irónicamente- conservan la amistad.
-Profesora, ¿de qué se trata la
misión? – quiso saber Nick.
-¿Dónde viviremos? – A Miley le
parecía estar viviendo una pesadilla. Si, seguramente era eso y en un rato
despertaba.
-Todas sus dudas serán saldadas
mañana– Escuchó decir a la profesora. –Vengan aquí después de la cena…
-¿Mañana a la noche? – se
sorprendió Nick, alzando las cejas.
-Si, Jonas, mañana. – bostezó.
– Pueden irse cada uno a sus habitaciones – los miró resentida- Probablemente
quieran tirarse un par de hechizos antes de irse a acostar,- recalcó alzando
las cejas. –Procuren no romper nada porque les aseguro que si me entero de otro
acto de indisciplina vivirán hasta fin de año juntos – Tanto Nick como Miley
pusieron cara de profundo terror. Sin agregar, saludaron con la cabeza y
salieron del despacho.
-Las cosas que tiene que hacer
uno… - resopló abatida Minerva, haciendo una ligera sonrisa.
Nick y Miley caminaban por el
pasillo lanzándose miradas asesinas cada tres pasos. Ninguno de los dos decía
nada detalle que era bastante atípico. Estaban imaginando lo que sin dudas
sería el peor castigo que les había tocado padecer.
Miley no cabía en sí misma de
la absurda decisión de Mcgonagall. Ella sí que era una maestra en el castigo.
¡Vivir con Jonas una semana! Eso era una completa locura, una tortura, ¿cómo se
le había ocurrido semejante idea? ¿Desde cuando usaban esos métodos tan
hirientes?
Nick, por su parte tenía un
leve deja vu. Creía que la
profecía que lo había ligado a Voldemort durante tanto tiempo podía repetirse. Ninguno podrá vivir mientras siga
el otro con vida… Claramente,
alguno de los dos saldría muerto de semejante y absurdo castigo. No dejaba de
pensar cuál sería esa misión. Minerva logró despertar su intriga… y lo peor es
que no tenía ninguna hipótesis de qué rayos podía ser.
-Nos odia – afirmó Miley
frenándose. Nick la miró.
-¡Claro que nos odia, estúpida!
– alegó enojado. - ¡Vivir una semana contigo es el peor castigo me haya podido
imponer!
-¡Yo tampoco estoy feliz,
cuatrojos! – se exasperó ella, con los ojos crispados y retomó el camino a la
Sala Común dando grandes zancadas. Nick la siguió por detrás, obligándose a no
observarle el trasero.- Tenemos que hacer algo para impedir esto.
-¿Qué propones? – Dijo
volviendo a la realidad- ¿Firmar la expulsión y que nos quiebren las varitas en
dos partes?
-No puedo perder mi diploma de
Hogwarts – dijo ella abatida.- Supongo que en este punto estaremos de acuerdo,
huerfanito.- lo miró y sus mejillas se tiñeron de rosado.
-Lamento reconocerlo pero
tienes razón –Nick no notó su reacción. -¿Y si huimos?
-¿Huir? ¿Huir de qué? – Le
preguntó Miley y a Nick le latió con fuerza el corazón por el mensaje implícito
que tenía esa respuesta.
-¡No lo sé, Cyrus, no tengo la
más puta idea! – Exclamó nervioso- ¡Pero me quiero morir, entiéndeme! ¡Voy a
tener que vivir contigo durante una semana y no soporto cruzarte en los
pasillos! ¡Eres una puta desagradable!
-¡Yo tampoco te soporto,
fracasado de cuarta! -gritó ella enojada - ¿Piensas que me hace feliz esta
maldita estupidez, Jonas? ¡Mi vida será un calvario con sólo pensar que te voy
a tener cerca, me produces náuseas!
Habían llegado a la sala común,
sin darse cuenta.
-Tenemos que hacerlo.- decidió
Nick y Miley lo miró. Comprendió enseguida que tenía razón.
-Opino lo mismo. No voy a dejar
que me echen- musitó ella con resignación.- a causa de un miserable como tú.-
Acto seguido, dándole la espalda y sin saludar, se retiró a su dormitorio.
-Estúpida.- dijo Nick al vacío,
y también subió a su habitación.
Al día siguiente las clases se
desarrollaron de forma normal. Nick y Miley le comentaron la nueva modalidad de
castigo a Joe y Demi, que no salían de su asombro. Se mostraron muy curiosos
ante la misión que les daría Minerva y tampoco tenían una idea muy acertada de
la tarea que podía encomendarles. A estas alturas Nick temía cualquier cosa… si
la profesora era capaz de obligarlo a vivir con Miley Cyrus, tranquilamente
podía pedirles que cuiden a un Colacuerno Húngaro. Luego de las clases Nick y Joe
estaban merendando en el Gran Salón. Nick estaba como en una nebulosa y Joe
tenía ganas de reírse de su suerte. Es que su amigo tenía aspecto de que iba a
ser condenado a muerte en pocas horas.
-No es para tanto- lo consoló.
Nick le puso mala cara.
-¿No es para tanto? – Murmuró
abatido - ¡No dormí en toda la noche pensando en el maldito castigo!
-¿Tanto te asusta vivir con mi
hermana? – apuntó Joe riendo.
-¿Asustarme? No seas idiota.
Ella debería asustarse…- sonrió con sarcasmo.
-¡Ni se te ocurra a hacer
peligrar su vida otra vez!
-Me divertiré un rato
haciéndole interesantes bromas –Nick suspiró- pero te prometo que el lago no
estará incluido en mis planes… - la miró, Miley estaba enfrente, tres metros a
su derecha, hablando con Demi.
-Te juro Demi – le decía con
aire compungido – que McGonagall es un buitre. No puedo creer que me obligue a
permanecer una semana con Jonas, ¿será que pretende arruinarme la vida?
-Vamos, no puede ser tan grave
– dijo su amiga, algo nerviosa.
-¿Cómo que no? ¿Cómo que no?
¡Es lo peor que me pudo haber hecho! ¡Prefería que…!
-¿Qué te expulse? – Miley largó
el aire con frustración.
-Sabes que con eso nos amenazó
– miró con tristeza su café que estaba por la mitad- pero no puedo permitirme
tirar estos años por la borda. Necesito mi diploma de Hogwarts para seguir
estudiando alguna profesión…
-Entonces ponle el pecho a las
balas.- sugirió Demi sin piedad.
-¿A las qué? – dijo Miley sin
entender.
-¡A la situación! –Aclaró su
amiga, mordiendo una tostada- Ya sabes, hazlo. No tienes opción.
-Lo sé.
-Además, no debes quejarte
demasiado ¿no? – Miley alzó las cejas – después de todo te encanta besar a
Jonas… -imitó la expresión de Miley al decir ese apellido. Ella le pegó en el
hombro.
-No, Demi. Lo odio cada día
más, es un arrogante desagradable.
-Si, si, ya sabemos cuánto lo
detestas – dijo Demi elocuentemente- De todas maneras, cuánto antes empiece el
calvario, mejor ¿no?
-Exacto, es como estar
esperando para rendir las MHB. – Musitó Miley.- Aunque hay que verle el lado
positivo a la situación…
-¿Qué lo besarás?
-¡NO! – Dijo roja- Que podré
hacerle mucho daño al tenerlo cerca… -abrió los ojos con entusiasmo- podré
hacerle pagar lo que me hizo el fin de semana.
-Estás loca, Miley.- rió Demi.
La noche llegó con demasiada
rapidez para ambos. No querían ni pensar en dónde vivirían, ni cómo se iban a
mirar a las caras durante esa semana. Lo único que los consolaba era la
maravillosa perspectiva de hacerse daño. Miley quería tomar venganza por lo que
le hizo en el río, y Nick simplemente quería herirla simplemente porque era deporte
favorito.
Eran las diez de la noche y la
profesora McGonagall los guiaba hacia las afueras del castillo y los jóvenes
iban entrando en pánico. ¿Dónde diablos los llevaba? ¿Dónde iban a vivir? ¿Cuál
sería su misión? Ninguno de los dos tenía respuesta. Cuando pasaron la cabaña
de Hagrid a Miley se le contrajo el estómago. Estaban por ingresar al Bosque
Prohibido.
-Andando – indicó otra vez
McGonagall.
-¿Dónde nos lleva, profesora? –
dijo Miley haciendo un esfuerzo por mantenerse cordial. Lo cierto es que ya
estaba odiando a esa vieja.
-A donde ustedes
vivirán…-Minerva avanzó pasando los límites donde empezaba la oscuridad- Lumos! – una punta de luz apareció en su
varita. Miley se frenó.
-No entraré en el Bosque
Prohibido.- se negó con rotundidad. Nick rió.
-¿Eres miedosa Cyrus?
-¡Cállate gusano asqueroso!
-¡NO SE INSULTEN MÁS! – Gritó
Mcgonagall haciéndolos asustar- y síganme o vayan a firmar las actas de
expulsión…-los miró y ellos volvieron a seguirla.
Caminaron hasta el centro del
bosque prohibido. Allí, la luz de la luna alumbraba el lugar. Miley no quería
admitirlo, pero estaba atemorizada. Jamás había ido a ese horroroso bosque.
Agradeció internamente que Aragog estuviese muerto y enterrado y rogó que sus
familiares no aparezcan para sacarse el hambre con sus cadáveres
descuartizados.
Nick, en cambio, estaba más
tranquilo, él ya había estado muchas veces en ese Bosque gracias a las
aventuras de sus amigos. Sin embargo tenía que reconocer que la idea de vivir
ahí no sonaba muy apetecible que digamos. De repente vieron un gran sauce – que
no era boxeador- y una pequeña laguna que obstruía la luz de la luna. Cuando
avanzaron detrás de ellos, Nick quedó completamente impresionado: había una
enorme casa, casi una mansión en el centro del Bosque. ¿Cómo nunca la había
visto? Era enorme, tenía balcones, torres y al parecer, centenares de
habitaciones. Sin embargo su estado era deplorable. Parecía desvencijada,
arruinada y llena de humedad. Los pastos de la entrada estaban altos, dándole
un aspecto tenebroso, solitario y vulnerable.
-Es aquí – dijo la profesora.-
Aquí vivirán.
-Esto debe ser una broma –
murmuró Miley con la voz temblorosa.- ¡Estamos a kilómetros del colegio!
-No lo es – la atajó
McGonagall, imperturbable- Vivirán aquí por una semana, y sólo están a un
kilómetro de Hogwarts Cyrus, no exageres.
-¡Discúlpeme pero usted está
loca! – exclamó Miley. La voz se le terminó de quebrar: estaba realmente
asustada.
-¿Cómo me llamaste Cyrus? – se
enojaba la profesora con indignación- ¡Repite eso!
-Lo siento, profesora, pero no
voy a entrar en ese lugar.
-¡Cyrus tiene miedo! – Empezó a
reír Nick, conteniéndose para no decir una mala palabra delante de Minerva- ¡La
gatita tiene miedo! ¡Qué patética!
-Cállate imbécil.- repuso ella
con rabia.
-Será mejor que me vaya.-
terció Minerva cansada de aguantarlos- los voy a dejar reflexionar solos –le
entregó unas llaves a Nick.-Sus pertenencias se encuentran en la puerta de la
casa. Recuerden que no pueden decirle a nadie dónde está la casa-los jóvenes
asintieron- De la comida se encargarán ustedes mismos, allí tendrán todo lo que
necesiten… – Respiró hondo- Mañana los quiero en el colegio para las clases, y
luego volverán aquí… ¿queda claro?
-Profesora- la llamó Nick
tragando saliva - ¿usted no dijo que teníamos que cumplir una misión?
-¡Ah si! La primera parte de su
misión es limpiar y dejar en condiciones esta casa.- Miley abrió los ojos
grandes. La perspectiva de vivir ahí no era nada comparada con la de ponerse a
fregar.- Sin magia, por supuesto…- agregó Minerva con algo de satisfacción.-
Los hechizos para limpiar están bloqueados. Podrán encender sus varitas, hacer
convocadores, y si quieren, atacarse…
-¿Atacarnos?- repitió Miley
anonadada.
-Pues sí, pueden atacarse. – se
encogió de hombros haciendo un gesto nada propio de ella- Por lo menos en esta
casa no molestarán a nadie…- Nick pensaba que el mundo se había vuelto loco.
¡McGonagall los dejaba atacarse! Esta
mujer está consumiendo algo- Sin nada más que agregar, quiero la casa
limpia para mañana a esta misma hora.
-Pero profesora, las clases…-
murmuró Miley intentando hacerle entender que era imposible lo que pedía.
-Irán a clases, tendrán tiempo
de hacer todo – sonrió con sarcasmo – A ver si aprenden a desperdiciar el
tiempo insultándose y ponen manos a la obra. Hasta mañana, y que pasen una
grata estadía aquí. – desapareció con un chasquido y quedaron a oscuras.
-Lumos!- dijo Nick enseguida.
Miley no se sentía para nada
bien. No podía creer lo que estaba viviendo, era una pesadilla. Y lo más
curioso es que Jonas no era lo peor del caso. Tenían que vivir en una casa que
se venía abajo, siendo presa fácil de todas las horrendas y asesinas criaturas
que había en el bosque. ¿Qué rayos pasaba por la cabeza de Minerva McGonagall?
Para colmo no quería mostrarse débil, ni expresar el terror porque el fracasado
de Jonas se burlaría de ella. De repente se quedó a oscuras, Nick se estaba
alejando.
-¡Jonas! – le gritó con terror
y sacó su varita- Lumos!- Lo alcanzó introduciendo las llaves en la puerta.
-No me molestes, atorranta.-
dijo él con malhumor- Si tienes miedo, te la aguantas.
-¡No tengo miedo estúpido! –
Exclamó- y apúrate con esas malditas llaves, que tengo que ir al baño – mintió.
La aterrorizaba quedarse en el Bosque un minuto más.
La puerta se abrió con
chirrido. Nick bajó la varita y vio sus baúles. Miley vio la llave de luz. Se
sorprendió de que haya luz eléctrica muggle y no antorchas como en Hogwarts, pero
eso no era relevante. El más amplio living que hubiera visto había aparecido
ante sus ojos. Era amplio y espacioso. El comedor contaba con una mesa
rectangular, que tenía la capacidad de veinticinco personas. Una araña colgaba
del techo con cristales grises por la tierra. Las luces eran demasiado gráciles
y le conferían al ambiente un aire tenebroso.
La mugre que había allí adentro
era impresionante, el olor a humedad prácticamente hacía que se imposible
respirar. Los muebles eran antiguos y estaban repletos de copas de cristal.
-¡Qué asco! – se quejó ella
tosiendo.
-No rompas las pelotas, Cyrus.
–dijo Nick con pocas pulgas-¿dónde diablos están las habitaciones?
-Seguramente arriba- contestó
ella bastante pasiva y Nick la miró sorprendido. Sabía reconocer en sus ojos
chocolate el miedo y por un instante eso le ocasionó algo de ¿ternura?- ¿y qué
me miras desagradable?
-¿Yo? ¡La cara de espanto que
tienes! ¡Es penoso! – Miley fue hacia su baúl haciéndole una mueca grosera y
sacó su varita, apuntándolo. El objeto se achicó hasta ser del tamaño de una
taza. Nick quedó impresionado.- ¡Haz lo mismo con el mío!
-Ni lo sueñes.
-¡Cyrus, no seas imbécil!
-¡Sube tu baúl sólo y no me
molestes! – dijo ella ligeramente nerviosa. Estaba odiando ese lugar. Nick rió
y enseguida hizo un Wingardium
leviosa, haciendo que su baúl flote en el aire.- Qué básico eres.
-¡Seré básico pero no necesito
tu mierdoso encantamiento para llevar mi baúl! – replicó él sonriendo y empezó
a subir las escaleras. Miley rápidamente lo siguió.- ¿Dónde vas, Cyrus?
¿Quieres dormir conmigo?
-¡No!- contestó ella – No
cumpliré tu deseo.- dijo desganada. La muchacha no tenía fuerzas para
insultarlo.
-¡Quiero acostarme a dormir ya!
– dejó salir Nick soñoliento
-¿Dormir, dijiste? – llegaron
al pasillo de arriba y se miraron con aversión.
-¿Acaso quieres follar, perra?
– le insinuó él, curvando su sonrisa.
-¡No seas estúpido! Bah, mira
lo que te pido – rió cruzada de brazos- sería todo un logro para ti…
-¡Siempre lo mismo tú, tienes
la idea fija! – Dijo Nick con vehemencia- ¡No puedes estar sola con alguien del
sexo opuesto que ya pretendes sacarle la ropa!
-¡Tenemos que comenzar a
limpiar esta asquerosa casa!- escupió ella cortante- ¿Acaso no escuchaste a la
vieja loca? – Nick quiso reír por ese apodo a Minerva, pero se contuvo. No
podía festejarle un chiste, eso estaba prohibido.- Debe estar reluciente para
mañana.
-Hay un problema, putita –
habló él - Es enorme, no llegaremos a limpiarla.
-¡Si llegaremos, Jonas! ¡No
perderé todo lo que estudié por tú culpa!
-¡NO ME GRITES!
-HAZ ALGO ÚTIL, ¿QUIERES? –
Dijo ella sacada y fue hasta lo que evidentemente era un armario de escobas.-
Aquí debe haber algo para limpiar…
Miley tenía razón, allí tenía
todo lo que necesitaban para poder hacer su labor. Escobas, escobillones,
trapos viejos, líquidos limpia vidrios, desodorante, cera para pisos. No
faltaba nada.
-¡No puedo creer que tengamos
que hacer esto! – Nick estaba realmente enojado. Se sentía impotente, aquello
era un disparate.
-¡TODO ES POR TU CULPA! – Gritó
Miley sacando una escoba- ¡Sino hubieras hecho esa estupidez de tirar la caja
al lago no estaríamos aquí!
-Estás equivocada gatita, - a
Miley le encantó el apodo- la culpa fue tuya por tirarte al lago… ¿tanto lío
por una estúpida caja? ¿Qué porquería guardas allí?
-No te interesa – dijo ella sin
mirarlo.
-Seguramente son sostenes
extravagantes o… -fingió reflexionar- cartitas para tu amor imposible…- Miley
lo miró fijo y Nick sintió un súbito estremecimiento en el estómago.- ¡Parece
que di en la tecla! ¡La putita finalmente se enamoró!
-¡CÁLLATE LA BOCA! – le gritó
Miley apuntándolo peligrosamente con la escoba- ¡Te juro que te muelo a golpes
sino te callas!
-¡La que va a sufrir un golpe
eres tú!-la amenazó Nick, que estaba curioso por lo que había en la caja y ella
no le soltaba la lengua. Vamos,
tírame una pista Cyrus. -
Cómo reaccionaste eh… debe haber algo de verdad en lo que dije…
-Deja de decir estupideces,
Jonas.- Miley siguió barriendo, armándose de paciencia.-E intenta no hablarme
mientras limpiamos.
Nick sólo resopló y comenzó a
hacer un montoncito de basura. Mientras terminaban de barrer la parte de
arriba, se hizo un silencio incómodo, sólo se sentían el rozar de las escobas
contra las desvencijadas maderas. Sentían como si ese silencio sobrara en el
ambiente, se articulaba con el molesto desasosiego de sus pensamientos y
ninguno de los dos quería escucharse a sí mismo, era demasiado.
Miley de repente miró a Nick;
el muchacho posaba los ojos distraídamente en el suelo, en aquel insignificante
montículo de tierra y su pasividad era desesperante. Le sorprendió que sepa
barrer con demasiada prolijidad y perfección. Sin previo aviso sintió deseos de
que la ataque, que la insulte nuevamente. Necesitaba que le de razones para
odiarlo un poco más. ¿Por qué se quedaba callado, haciendo que ella encuentre
irresistible su gesto distraído, su maldito perfume apropiándose de los instantes,
que se volvían una tortura?
Nick la miró de reojo. Estaba
pensativa y callada. Ese aire taciturno le sentaba de maravilla. Verla sin su
expresión de asco y repugnancia era una prueba que no tenía ganas de atravesar.
Porque la hacía más deseable de lo normal. En
esa caja guarda algo valioso sobre su amorcito… ¿Miley estaba enamorada de Dean
Thomas? No, eso no podía ser… Diablos,
dime algo, atácame Cyrus no te quedes muda, no me lo hagas tan difícil.
-La última vez que usé una
escoba fue para jugar al Quidditch –Nick no pudo reprimirse a comentar algo
para cortar ese ruido incesante de su ensimismamiento.- Y ahora estoy barriendo
el piso, es patético.
-Si bueno, cállate la boca –
gruñó Miley casi con alegría por escuchar su voz. Comenzó a tirarle la tierra
hacia sus pies, ensuciándolo todo. Necesitaba atacarlo, no podía vivir sin
hacer eso.- y dedícate a trabajar, ahí tienes…
-¿Qué haces, Cyrus?
-¡Intento sacar la basura
afuera! –dijo con sarcasmo. Nick le tiró tierra a ella y Miley tosió a causa
del polvillo.
-¡La puta que te parió! –Ambos
quedaron color marrón por la mugre - ¡Me estás llenando de tierra, inútil!
-¡Tú empezaste! – se defendió
el
-¡Maldito seas Jonas, tendré
que bañarme nuevamente!
-¿Odias bañarte, Cyrus? – Ella
lo miró con la cara negra- No me sorprende, se nota a lo lejos que eres una
sucia. – Miley tiró la escoba y él sintió el maravilloso vértigo de una nueva
disputa.
-Mira desgraciado,- le dijo
fulminándolo con la mirada- deja de molestarme porque te juro que me las vas a
pagar.
-Me muero de miedo, Cyrus.
-Vete al infierno mal nacido.
Recién a las tres de la mañana
terminaron de limpiar la enorme casa. Estaban completamente sucios, llenos de
tierra y fusilados. Como si eso no fuese todo, les quedaban pocas horas de
sueño porque por la mañana tenían que ir a clases.
Miley escogió una habitación
bastante alejada de la de Nick. Las habitaciones curiosamente, estaban limpias.
Cada una contaba con un baño personal, que era espacioso y con una gran bañera.
Los dos jóvenes estaban tensos. Acostumbrados a sus bromas cotidianas, ninguno
se fiaba del otro. Temían que ante el menor descuido pasen el peor el momento
más vergonzoso de su vida. Miley observó la puerta… quería bañarse, pero tenía
miedo que ese desagradable entre y haga cualquier cosa. Si tan sólo se dedicara a besarme,
es lo único que hace bien. Decidió
poner el baúl en la puerta y se duchó con una rapidez digna de alguien
desconfiado. No te será tan
fácil hacerme daño, Jonas. No
obstante de alguna manera lo estaba esperando.
Se puso el pijama y mientras
peinaba su cabello se sentó en la cama y sonrió. Fue una sonrisa irónica y
vengativa. Tenía que cobrarle a Jonas los sucesos del lago y esa oportunidad
era buena como para desperdiciarla. Salió de su habitación con la varita en la mano.
Las tablas del suelo emitieron un crujido cuando Miley las pisó. El cuarto de
Jonas se radicaba a unos metros enfrente el suyo. Tocó el picaporte y entró
sigilosamente. Al verlo Miley se acaloró: dormía en bóxers, destapado
desprolijamente con las sábanas y se aferraba a su almohada. La habitación
tenía impregnado su exquisito perfume francés que doblegaba sus sentidos. Su
curiosidad le hizo preguntarse cómo se llamaba, estaba segura que se lo
compraría sólo para sentirlo antes de dormirse…Concéntrate Miley, ¡deja de
pensar en su maldito perfume! Miley
levantó la varita e hizo un hechizo no verbal. Automáticamente el pelo de Nick
se volvió de un color rosa chillón. Conteniendo la risa, salió de la habitación
y fue a la suya. El placer de haberle hecho una maldad la relajó tanto que se
dejó caer en los brazos de Morfeo sin ninguna dificultad.
A las pocas horas un grito de
furia la despertó.
-¡CYRUS VOY A MATARTE! – rugía
Nick desde el baño. Miley se removió en la cama refunfuñando. Acto seguido Nick
entró a su habitación y casi hace la puerta giratoria.-¡CYRUS YA MISMO ME DICES
CÓMO SACARME ESTO DE LA CABEZA!- Ella se restregó los ojos y lo miró
-¡Qué lindo cambio de look! –
Comentó a carcajadas y Nick la quiso agarrar del cuello pero Miley se escabulló
en el baño.- No sabía que te gustaba el fucsia…- apuntó desde allí.
-¡SAL DE AHÍ AHORA MISMO,
PENDEJA DE MIERDA! – Gritaba Nick sacado.
-¡Ni loca, me golpearás!
-¡NO SEAS IMBÉCIL CYRUS! ¡DIME
CÓMO HACER EL CONTRA MALEFICIO YA MISMO!
-¿POR QUÉ? ¡SI TE QUEDA DIVINO
EL CABELLO FUCSIA! – Reía ella con verdadero placer, mientras se quitaba el
pijama y se colocaba el sostén.- ¡Así confiesas a todo Hogwarts tu
homosexualidad reprimida!
-¡ERES UNA MALDITA PERRA EN
CELO! ¡ALOHOMORA!- No ocurrió nada, entonces Nick pateó la puerta del baño y
rompió el cerrojo.
-¡AHHH! – Grito ella espantada
y cubriéndose con las prenda que se acababa de sacar. En medio de aquella
tormenta de rabia Nick estaba hechizado con lo que veía. Su sostén era de color
blanco con puntillas y remarcaba sus redondos y apetecibles senos. - ¿Qué
MIERDA HACES JONAS? ¡ME ESTOY VISTIENDO! – aulló cohibida.
-¡ME IMPORTA UN A MIERDA! ¡NO
TENGO NADA INTERESANTE PARA VER SÓLO UNA PUTA QUE ME DA REPUGNANCIA! -dio un
paso adelante- Con que me jugaste una bromita…- Miley se olvidó de la
vergüenza, y no pudo evitar reírse, el pelo fucsia le sentaba demasiado
ridículo. - ¡YA MISMO ME SACAS ESE HECHIZO!
-¡VETE DE AQUÍ GUSANO ME ESTOY
VISTIENDO! – Nick le quito la parte del pijama con la que se cubría y la arrojo
a la bañera.
-Vaya…- le miró los senos y se
acerco aún más; Miley no dejaba de temblar.- ya estás lista para atender a tus
clientes, rata de basurero…
-Cuando vaya al colegio te
dirán… ¡NICK JONAS… EL HUEFANITO GAY!– Miley hizo un ademán con las manos para
remarcar el título. Nick la miró ceñudo.
-¡Te voy a matar Cyrus! - ¡Eres un cerdo Nick Jonas! ¡Ni con
el pelo fucsia dejas de gustarme! pensó
ella- Dime ya mismo como
me quito este hechizo porque te juro que sino...
-¿Sino qué? – lo desafió ella
enojada. El la acorralo contra la pared del baño haciendo que sus narices se
junten.- ¿Qué diablos estás haciendo Jonas?
-¡Te callas la boca, perra! Vas
a tener que… - entrelazó una mano en cintura y ella se estremeció -… pagar por
lo que hiciste Cyrus…- pellizcó su suave piel con ira, haciéndole un terrible
daño… ella gimió de dolor.- y lo pagaras con lágrimas de sangre…- aunque follarte aquí mismo
no es mala idea.
-¡Suéltame gusano! – gruño
Miley nerviosa
-No quieres que lo haga, Cyrus-
dijo Nick con arrogancia- Para eso me provocas, para que luego venga aquí y te
toque un poco, ¿verdad? – Miley quiso mover la mano para pegarle pero es se la
retuvo. Le miro los senos otra vez y luego volvió a mirarla- Apuesto a que te
gusta todo esto…- pasó una mano por sus senos como ya había hecho en aquel
corredor vacío. Miley le dio un rodillazo en la entrepierna y Nick aulló de
dolor.
-¡Eso es para que dejes de
hacerte el vivo, adefesio!
-¡SÁCAME ESTE HECHIZO DE MIERDA
CYRUS! – gritó Nick con la voz entumecida de dolor y las manos en su parte
íntima.
-¡HAZLO TU INSERVIBLE! –Rugió
ella.- ah, cierto que eres malísimo con los encantamientos…- desairó con
verdadero placer. Nick la tomó del cuello violentamente.- ¡AHHH!
-TE ESTOY HABLANDO EN SERIO
CYRUS – Escupió ejerciendo presión con su mano. Miley se estaba ahogando- DEJA
DE HACERTE LA ESTÙPIDA, ¡TE SALE DEMASIADO BIEN PERO YA NO ES DIVERTIDO!
-Nick…- le rogó ella asustada.
– Por favor no…-Entonces el se calmó y aflojó la presión. Vio que ella tenia
los ojos empañados y se arrepintió de su arrebato de furia.- ¿Cómo se te ocurre
ahogarme estúpido?- tosió ella.
-¡Estas cosas no pasarían si me
dejaras de provocar!- gritó Nick sin dejar de mirar el desnudo cuerpo de la
muchacha.- Vuelve mi pelo a la normalidad en un solo instante o te juro que te
muelo a golpes… - Miley había notado cómo la miraba.
-Te gustan mis senos, ¿verdad?
- le sonrió ella divertida - Te vuelvo loco…
-¿Piensas que eres linda,
Cyrus? – le dijo con asco- Si es así estás equivocada, eres una vulgar
arrastrada - apoyó su frente en la de ella y sus narices ya podían rozarse.-
-Suéltame Jonas…
-¿Todavía no te diste cuenta? –
rió el- Tu también me estás agarrando…- era cierto. Miley tenía puesta las
manos en su pecho, casi llegando al cuello. Respiró hondo para contener las ganas
que tenía de besarlo. Bésame,
maldito desgraciado, ¡bésame! –
¡Te quedaste muda Cyrus!
-¡Deja de decir estupideces!-
susurró ella moviendo sus manos por el cuello. Nick podía sentir los senos de
la muchacha en su torso desnudo. Rozó sus labios haciéndola desear
terriblemente… y se dio cuenta que ella quería mas. Esa certeza lo abrigó de
complacencia.
-Te mueres de ga…- Miley lo
atrajo hacia a sí misma y lo besó. Introdujo la lengua en su boca y Nick le
correspondió el beso. Lo estaba disfrutando muchísimo y el hecho de que ambos
estuvieran semi desnudos lo hacía más peligroso y más excitante aún. Nick la
agarraba de la cintura y ella tenía los brazos en su cuello. Se separaron luego
de unos minutos.- Vaya Cyrus, eres una zorra…
-Te prometo no volver a besarte
a la fuerza, huerfanito- dijo con ironía y quiso alejarse pero el la retuvo.-
¿Qué? ¡Debo ir a ponerme el uniforme! – pero Nick le hizo una sonrisa que la
conmovió. Lo miró y sorpresivamente notó que su pelo volvía a ser azabache. El
aún no se había dado cuenta. Miley no lo podía creer: el encantamiento lo había
hecho para que dure más horas, ¿por qué había fallado? –Ya no tienes el pelo
fucsia… - le comentó anonadada.
Nick giró su cabeza hacia el
espejo.
-Era lo menos que podías hacer,
perra- recalcó volviendo a mirarla.
-Si bueno…- se iba pero Nick la
tomó del brazo nuevamente.- ¡ahora déjame en paz cuatrojos!
-Cómo me avanzaste recién,
Cyrus - le recordó. Ella se encogió de hombros, haciéndose la desentendida y
quitándole importancia al beso.- tuviste muchas ganas…
-No seas exagerado huerfanito…
ve a cambiarte que debemos irnos a Hogwarts. –Se puso la camisa del colegio al
tiempo que se ataba un nudo en la cintura.- ¿Quieres dejar de mirarme con esa
cara idiota?- se iba del baño pero Nick otra vez la tomó del cuello. Fue con
mucha más suavidad y a ella le encantó.- ¿Perdón? ¿Qué intentas hacer? – se
hizo la tonta.
-¡Ahora es mi turno de hacer lo
que me de la gana!- dijo Nick y la beso apresando ambos labios con los suyos y
separándolos con lentitud, luego intensificándolo, buscando su lengua. Miley
dejaba que lo haga, la sensación era maravillosa, quería más, no podía dejar
que termine allí…pero lo cierto es que era muy tarde y ya tendrían que haber
llegado a Hogwarts.
-Basta Jonas! – Se obligó a
separarse de él. – Debemos ir al colegio.- se fue del baño.
Nick sonriendo, caminó hasta su
habitación.
Los primeros días pasaron así.
De vez en cuando se insultaban para terminar a los besos. Otras discutían hasta
quedarse roncos y arrojarse cosas… y terminar a los besos. Los dos tenían ganas
de estar besándose todo el tiempo y la única excusa que para hacerlo era
agredirse. Joe y Demi notaron un gran cambio en ambos, sin contar las risas del
pelinegro cuando supo que Miley había teñido su pelo de fucsia. Ellos no tenían
dudas de cuanto se gustaban, era un hecho que se palpaba en aire. Nick durante
las clases estaba muy distraído y cuando la veía por el Gran Salón no le
quitaba sus cafes ojos de encima. El joven reventaba de celos cuando Miley
estaba rodeada de seis chicos, hablando animadamente y sonriéndole. Lo
frustraba la posibilidad de que ella se bese con otro, tener sexo con… no, no, eso no lo hace… Nick se negó a imaginársela en
esas condiciones, ese pensamiento lo inquietaba hasta no poder dormir por las
noches.
Miley no dejaba de pensar en
cuando iba a volver a la casa que del Bosque Prohibido para verlo. Para su
disgusto, Nick Jonas era muy popular. Y eso significaba que las mujeres se le
insinuaban sin ningún reparo. Selena Gomez
era capaz de lamer el suelo donde pisaba
con tal de tener un poco de su atención, aunque Nicole Vane podía alcanzarla.
Miley estaba demasiado celosa e intentaba no dirigirles la palabra para no auto
delatar la posesión que tenía para con Nick.
Lo más importante ocurrió en la
tercera noche que llevaban viviendo en la mansión del Bosque Prohibido; en esta
ocasión las cosas empezaron a salir del control de los jóvenes. La profesora
McGonagall les encomendó dibujar una bandera de Gryffindor para lucir en las
gradas durante el próximo partido. Miley se emocionó con aquel quehacer; pocos
lo sabían, pero dibujar era su gran pasión. Despejaron la tela y la pusieron
arriba la rectangular y alargada mesa antigua. La profesora McGonagall les dio
todo lo necesario para cumplir su labor. Miley tomó un lápiz enorme y comenzó a
dibujar un león de Gryffindor. En ese momento estaba terminando de representar
los ojos del león.
-Estira la tela por ahí – le
indicó a Nick que la miraba maravillado con su desempeño. Miley se reclinó
arriba la mesa mientras representaba las pestañas de ese animal con una calcada
precisión.- Bien, ya están los ojos…
-Jamás creí que además de puta
tuvieses cualidades artísticas.– se le salió a Nick y Miley enrojeció- Tu si
que eres una caja de sorpresas…
-¡Cállate cuatrojos fracasado!
y déjame concentrar si no quieres que nos expulsen- contestó Miley con odio.
-En serio, perra, ¿dónde
aprendiste a dibujar?
-Sólo lo hago por gusto.
–Aclaró ella- Me gusta dibujar a las personas- eso último se le escapó.
-¿En serio, Cyrus? – Miley lo
miró fijo maldiciéndose por haber hablado de más.- ¿Y qué personas dibujas? –
Ella tragó saliva con nerviosismo.
-No sé, personas que me llaman
la atención.- contestó volviendo sus ojos chocolate al dibujo.- Me gusta
expresarme…
-Ya veo.- contestó- ¡Yo lo voy
a pintar!
-Ni se te ocurra que permitiré
que arruines mi trabajo, Jonas – gruñó severamente. Nick frunció el entrecejo.
-¿Quién mierda te crees que
eres? ¿Picasso?
-¡Ojala fuese ese! – dijo Miley
con una ligera sonrisa. Un temblor aconteció en el pecho de Nick al verla
sonreír tan encantadoramente- Me gustaría dedicarme a la pintura…
-¡Joder! ¿Dejarás la
prostitución?
-Ni loca, es mi deporte
favorito – lo miró – ¿y tú dejarás de ser un pobre huerfanucho que se acuesta con tipas que no
valen ni un galleon?
-Vete a la mierda, Cyrus. Y no
me acuesto con tipas que no valen nada…
-¿Ah no? ¿Se puede decir que Selena
Gomez sirve para algo más que un polvito
mediocre?
-Es una perra en la cama.-
afirmó Nick – Hace todo lo que a mi me gusta…
Miley sintió que los celos
fermentaban sus entrañas sin piedad.
-Eres un fracasado infeliz. Y
un asqueroso mujeriego.
-¡Y tú una puta sin remedio!
-¡Muérete imbécil! – Nick rió
con arrogancia.- y agradece que te estoy salvando la vida inútil, sin mí ya te
hubieran expulsado.
Nick le hizo una burla. Pasaron
unos minutos y Miley siguió dibujando mientras él estaba tirado sin hacer nada.
-Así que dibujas personas…-
Nick había cortado el insoportable silencio de mirarla y no tener ninguna
excusa para poder acercarse.-… y a quién dibujas, Cyrus? Al idiota de Thomas,
¿tal vez?
-No te interesa.- replicó sin
dejar de dibujar.
-Si me interesa.- Miley se puso
nerviosa y levantó la cabeza.- Ya sabes, quiero burlarme de la mierda de
dibujos que debes hacer…- se rectificó Nick
-¡No son una mierda! – Saltó
Miley dolida- ¡Mira cómo he hecho el león!
Nick se rió y se encogió de
hombros. Fue hasta la cocina y buscó una bolsa de cereales y empezó a comer
distraídamente. Miley ya comenzaba a dibujar el torso del león con el lápiz
gris.
-Está quedando divino – comentó
emocionada. Nick le tiró un cereal en la cabeza riendo.-¡Jonas!
-No te ofusques, sólo era un
cereal – le tiró otro con aire divertido. Miley tiró el lápiz violentamente a
un costado de la tale, se sacó los guantes y lo enfrentó.- ¿Qué? ¿Me vas a
pegar atorranta?
-No…- tomó un puñado de
cereales y se los metió en la boca todos juntos.- Ahí… tienes… enfermo…
infeliz… proyecto de nada…
-Ay! – se quejó Nick
atragantado. Enseguida sintió a sus hormonas alborotarse por la yema de sus
dedos en su boca. Le tomó la muñeca y mordió sus dedos. Pero no fue una
agresión, fue más bien sensual.
-¿Qué mierda haces? – murmuró
Miley con la voz entumecida por el contacto.
-Mmmm… - dijo Nick chupándole
los dedos los restos de esa harina dulce que despide el cereal- que ricos
deditos, Cyrus…- añadió con voz de bebé. Miley largó una carcajada y quitó la
mano violentamente.
-¡Eres un idiota! – dijo sin
poder dejar de reírse. Luego volvió a su labor mientras la mano le temblaba sin
control. Nick parpadeó. Diablos
Cyrus, si sigues siendo tan rica así uno de estos días te lleno de cereal y no
te salvarás de mí. – Por
cierto, Jonas, ¿dónde aprendiste a limpiar con tanta eficiencia? Cualquiera
diría que eres ama de casa…- se burló.
-Limpio toda la casa de los
Dursley desde que tenía cinco años – Nick se encogió de hombros con
despreocupación. No obstante, a Miley se le arrugaron las tripas de ternura.
-¡Qué dato interesante! –
comentó sin tener la intención de herirlo. No podía hacerlo con algo tan
doloroso y la invadió una sensación de culpa al recordar todas las veces que
ella era cruel llamándolo huerfanito.- Cualquiera diría que jamás permitirías
semejante atrocidad… -lo miró- con el carácter que tienes…
-No tenía opción.- aclaró Nick
con el semblante lleno de rencor- Los hijos de puta me obligaban a hacerlo…
todo eso antes de que sepan que era un mago, claro.
-¿Y después?
-Los amenazaba con lo de
Sirius… -Nick tragó. Acordarse de su padrino muerto era una de las sensaciones
más frustrantes que lo acongojaban. Ella seguía sintiendo un peso en el pecho
por el pesar del joven.- Les dije que era ex presidiario y que si me obligaban
a trabajar para ellos Sirius utilizaría el asesinato para hacérselos pagar.
Dudley le tenía terror…- rió con diversión y Miley se había quedado tildada
mirándolo mientras hablaba.- Lástima que después el asesinado fue mi padrino…-
esta vez soltó una risa amarga. Miley se había quedado con el lápiz en la mano.
-Siruis está contigo- aseveró
dejándose atravesar por sus alucinantes ojos cafes .- El nunca se irá mientras
lo recuerdes.
Nick estaba completamente
anonadado. ¿Miley lo estaba consolando? Se dio cuenta que le brillaban los
ojos…y supo enseguida que recordaba a Fred.
-Lo se.- le dijo pasivamente.-
Y Fred también está contigo…- Miley bajó la cabeza. Era demasiado que Nick
Jonas la viera triste.- Con nosotros.
-Es lo que quiero creer… - dijo
Miley suspirando para no quebrarse frente a él.
El momento era tan incómodo que
Nick cambió de tema.
-¿Cuánto falta para que
termines con esa bandera? ¡Estoy muerto de sueño!
-No mucho. Pero viendo que no
eres de gran utilidad para esto, así que puedes irte a dormir.-concedió Miley.
-¡Perfecto!- festejó Nick.
-¡Hasta mañana! – dijo Miley
con exasperación- ¡Quítate de mi vista que si te veo demasiado tiempo luego
tengo pesadillas con cuatrojos arrogantes! – fue un comentario menos agresivo
que divertido. Nick largó una carcajada.
-Hasta mañana Cyrus.- subió las
escaleras y agregó- agradéceme que gracias a mi tienes buenos polvos en tus
sueños… -ella se volteó para mirarlo con el entrecejo fruncido.- ¡Vamos!
Seguramente sueñas que me arrancas la ropa con los dientes...
-¡Vete a dormir antes que llene
tu trasero de patadas, idiota! – le espetó, pero cuando siguió con su labor,
sonrió tontamente. Claro que
sueño que follamos Jonas, ¿cómo no podría hacerlo? ¡Con los besos que me das!
Cuando Miley terminó el
banderín, se sentía exhausta pero satisfecha con tan buen trabajo. Subió las
escaleras y se puso el pijama con rapidez. Se metió entre las sábanas mirando
el techo. Tenía la certeza que dormir iba a ser imposible. En realidad, no
dormía bien en esa casa desde hacía días. Se sentía rara en el lugar y todas
las noches escuchaba inquietantes ruidos provenientes de la ventana que sus
miedos no dudaban en asociar con alguna repugnante criatura del Bosque. Después
de dar varias vueltas en la cama encendió otra vez la luz con la boca seca:
tenía sed. Estaba enojada consigo misma por no poder dormir. No dejaba de
pensar en Jonas ni un minuto, eso era lo que la estaba torturando. Bufó y se
levantó con ira.
Abrió la puerta de su
habitación y al mismo tiempo, la habitación que daba en frente, también lo
hizo.
Miley parpadeó. Nick no tenía
puesta la parte de arriba del pijama. Una fugaz oleada de su perfume le hizo
sentir como si el desvencijado suelo se moviera abajo sus pies.
Nick la miraba fijo y con asco.
Era la primera vez que la veía en esas condiciones. El short de su pijama era
aun más corto que su falda de Hogwarts.
-¿Por qué no estás durmiendo,
Jonas? – dijo con calma.
-¿Qué te importa? – le contestó
él de mal talante. Era la única arma que tenía para defenderse del odio que le
provocaba el gusto hacia ella y hacia su cuerpo. A Miley le tembló todo el
cuerpo. Maldita sea, es
hermoso.
-Vete al carajo.- le dijo ella
enojada y con su varita en la mano empezó a bajar las escaleras.
Nick sonrió cínicamente. Era
hora de cobrarse la afrenta del pelo fucsia. No
quieres vengarte por el pelo fucsia, Jonas. Sólo quieres acercarte a ella. Nick ignoró ese macabro
pensamiento. Se consoló con pensar que molestar a Miley Cyrus era su deporte
favorito y de hecho, lo extrañaba demasiado. Desapareció y se apareció en la
cocina, que estaba bastante oscura. Se escondió debajo de la mesa con
facilidad. Enseguida vio la luz de la varita de Miley dándole entender que ella
iba a hacia allí. Caminaba temblorosamente y las maderas crujían bajo sus
pantuflas. Miley se acercó al pequeño refrigerador y tomó un poco de agua. Se
sentía cómo daba sorbos bruscos como si estuviera realmente sedienta. Nick la
escuchó poner el vaso arriba la mesa y entonces sacó una mano de debajo de la
mesa sigilosamente y le jaló el tobillo.
El grito de susto de Miley fue
descomunal, desgarrador. Cayó al piso con brutalidad y Nick salió de abajo la
mesa, casi orinándose de risa.
-JONAS!- Miley se tomaba el
pecho desde el suelo. Nick en un descuido la miró de arriba abajo, con mucho
detenimiento. De cerca, su pijama era más sensual aún, y se podían observar con
más facilidad los finos breteles de la parte de arriba, que dejaban ver unos
apetecibles hombros al descubierto- ¡TE VOY A REVENTAR! ¡TE JURO QUE ESTA VEZ
TE MATO! – se levantó y lo empujó sin lograr hacerle daño. Automáticamente Nick
le sostuvo las muñecas riendo a carcajadas.
-¡Te calmas Cyrus, porque
pueden tomarte de los tobillos! – le dolía la panza de tanto reírse- y por lo
que veo eso te asusta mucho…
-¡ERES UN CERDO! – Gritó ella
llena de furia- ¡Cómo se te ocurre asustarme así! ¡Suéltame cabrón! – Se soltó
bruscamente y agarró la jarra de agua y se la vació en la cabeza.-¡Ahí tienes
mal parido!
- ¿Pero qué?- chilló Nick
nervioso. Miley rápidamente se arrepintió de hacerlo. Nick sacudió sus cabellos
alborotados y se veía tremendamente sensual.- ¡ERES MALDITA RAMERA! – agarró el
vaso de agua y la empapó a ella.
-¡Hijo de puta! – El pijama se
pegó a su cuerpo de mujer y Nick aprovechó para observar unos pezones que no
dudó que serían riquísimos para degustar. - ¡DESAGRADABLE!
-¡Ahora te la aguantas! – gritó
furioso. Miley quiso volver a tirarle agua, pero resbaló y se agarró del brazo
de Nick.- ¡AHHH! – ambos cayeron al piso haciéndose un terrible daño. Sobre
todo Miley que dio con la espalda de lleno en el suelo. Vale decir que Nick
terminó arriba de ella
-¡Auch!- gimió Miley cerrando
los ojos.
-¡Eres una…!
-¡Cállate, me rompí la espalda
por tu culpa!– dijo harta
-Puta de mierda…
-¡Búscate algo mejor para
decir, eso lo repites todos los días, Jonas! ¡No me hieren tus baratos
insultos! ¡Sal de encima!
-¡No lo haré! – gritó él
sosteniéndole las manos.
-¿Me vas violar? - repuso ella
escéptica.
-Jamás haría eso – dijo con una
mueca despreciativa.
-¡No te creo, me tienes ganas!
-¡No podría violarte, porque tú
te dejarías, Cyrus! – Exclamó él- Con lo puta que eres seguramente mueres de
ganas de que te eche un polvo aquí mismo…
-¡Sal de encima, imbécil! –
pero no quería que lo haga. El cuerpo de Nick era cálido y placentero, y sus
manos sobre las suyas se sentían como tocar el cielo con las manos.- ¡No tienes
con qué violar a nadie! ¡Eres pura espuma!
-¿Estás segura que no tengo con
qué hacerlo? – su nariz tocó la de ella y sus sentidos juzgaron ese roce como
el más placentero que había experimentado en toda su vida. - Eres una
mujerzuela.
-¿Te estudiaste todos los
sinónimos de puta del diccionario? – Se burló Miley abrumada por su rico olor –
Ya sabes, esas cosas no me afectan.
-¿En serio no te hieren? No te
creo nada…-siseó Nick salpicándola del agua que despedía su alborotado cabello.
Su torso desnudo y moreno, lampiño, hacía que Miley por un solo instante se
desconcentre y quiera mandar todo al diablo- se nota que afecta cuando te digo
algunas cosas…
-¡Ay, Jonas, no me hagas reír,
en serio! – continuó ella y recién en ese momento se dio cuenta que Nick la
había soltado. Perdiendo el control totalmente, posó sus manos en la espalda
desnuda de Nick y pudo jurar que él se estremecía.- ¿Me aburres demasiado
sabes? – el tono fue lujurioso.
-Por cómo me estás tocando se
nota que estás aburrida, Cyrus – ironizó Nick haciendo una media sonrisa
riquísima en opinión de Miley
-¿Te estoy tocando? – se hizo
la tonta y deslizó los dedos por el hundimiento de su columna vertebral. Nick
percibía que se desmoronaba de delectación.- ¿Así? ¿Te gusta?
-No…- mintió él con la voz
perdida.
-Mmmm… - dudo ella el tiempo
que Nick colocó su mano abierta sobre sus muslos y la deslizó hacia arriba.
-¿Qué me dices de esto?- le
besó la nariz con una ternura infinita, luego pasó la lengua por la comisura de
los labios, Miley cerró los ojos reprimiendo delatarse con un gemido; Nick
siguió con su lengua ávida hasta su oreja y entonces ella inevitablemente
gimió.- ¡Upss! ¿Escuché un gemido o me parece a mí?
-No…- negó sin convicción ni
firmeza en su voz. Siguió recorriendo su espalda y en un movimiento sus manos
terminaron en el trasero del joven.- Para nada…
-¿Qué haces, Cyrus? – dijo él
entrecortado- ¿Me estás tocando el culo?
-Si…- afirmó Miley perdiendo
toda la cordura que le quedaba- Eso hacen las zorras.- Nick se movió un poco y
Miley sintió su miembro en la pelvis. El pensamiento vino a la cabeza antes de
que pudiera detenerlo: Afróntalo
Miley, tienes ganas de acostarte con él.
-¿En qué piensas Cyrus? – Nick
se acomodó entre sus piernas inevitablemente y siguió acariciando sus muslos.
Miley no podía hablar, lo estaba disfrutando mucho.- ¿En lo delicioso que es
esto tal vez?
-No mientas, tú estás pensando
en eso…-Nick se movió, frotando sus sexos y cerró los ojos. Ella también lo
hizo y ya no se miraban.- Tú estás disfrutando esto más que yo…
-Tal vez…- reconoció Nick. El
regocijo lo estaba haciendo caer y él ya no podía resistirse más.
-¿Ves? – Dijo ella con la voz
tomada- Estás encantado con todo lo que…- Nick la besó.
Empezaron a moverse y a
disfrutar aún con el impedimento de las ropas. Miley volvió a gemir y clavó las
uñas en la espalda. Nick se dedicaba a su cuello, ella movió su pelvis para
intensificar el placer y lo escuchó jadear, eso la excitó aún más. Le tomó la
nuca y lo besó con vehemencia, él correspondió ese apasionante beso sin dejar
de moverse. Nick la estaba haciendo llegar al máximo placer, nunca había
llegado a tanto con un hombre. Cuando el éxtasis casi llegaba, Miley cayó a la
realidad y dejó de moverse…
-Nick… basta…-le
suplicó.-Basta…
-No…- rogó él desesperado-
ambos lo deseamos…
-Nick no puedo…- dijo ella con
los ojos aguados, entonces él frenó y se levantó. Miley también lo hizo y se
miraron a los ojos. Nick se tomó la cabeza… nunca nadie lo había dejado a punto
ebullición. Y no podía creer que Miley Cyrus fuera la primera.
El silencio que se hizo era
incómodo. Miley se arrojó en una silla y se tomó la cabeza. Se sentía muy
avergonzada.-Fue una estupidez… yo… lo siento.
-No seas exagerada.- gruñó Nick
torciendo los ojos.
-Me voy a dormir- se levantó.
-¿Tenías miedo que le diga a
Dean Thomas que nos besamos? – Ella se sobresaltó por la pregunta. Lo cierto es
que Nick sólo había hecho para retrasar su despedida.- ¿Te asusta que tu
noviecito sepa que estás con las hormonas alborotadas por mi?
-Jonas, ¿qué drogas estás
consumiendo?- el dejó de sonreír - Realmente tú no me gustas.
Nick se puso enfrente de ella,
corriendo la silla violentamente. Su negativa sobre el tema lo calentaba
sobremanera.
-No puedo creer que digas eso
después de lo que acabamos de hacer.- siseó torciendo los ojos, haciendo una
mueca realmente encantadora.
-No hablemos de eso. – le rogó
ella evitando sus ojos por la vergüenza.
-Esta bien, -levantó las manos
con vehemencia- finjamos que no estuvimos a punto de follar.
-¡Jonas no me lo recuerdes! –
Miley puso un dedo en su pecho desnudo y él se tensó.- Por otro lado me acusas
a mí cuando te gustaría que sea tu perra… ¿verdad? – Nick intentó no mirarle
los senos, pero no podía, era más fuerte que él.
-No digas estupideces. – dijo
tildado.
-Me deseas más que a Gomez.
-¡Eso! – La señaló con el dedo-
¿Cómo sabías que iba a ver con Selena , Cyrus? – le susurró Nick frunciendo el
entrecejo.
-La zorra esa está saltando en
una pata porque se va a encontrar contigo, Jonas.- hizo un gesto burlón
imitando a Selena , levantándose de su silla con ira.- ¡Marietta, Marietta me
voy a encontrar con Jonas y no sé que voy a ponerme! – copió una voz finita y
chillona. Nick sonrió y se acercó otra vez hasta a estar a milímetros, ya no
podía reprimir más sus ganas de…- ¡Que tipa tan inútil! Aléjate, por favor…- él
le corrió un mechón de su cabello mojado atrás de la oreja.
-¿Estás celosa? – Murmuró en su
oído.- Dime, Cyrus…- la acorraló contra la mesa y ella estaba temblando otra
vez de los nervios- Te revienta que vaya a estar con Selena , ¿verdad? – puso
una mano en su cuello y la acarició suavemente.
-No seas iluso- contestó- Me
importa un carajo lo que hagas con ella- pero el tono de su voz decía todo lo
contrario. La mano de Nick lograba desencajarla por completo del entorno. No
sabía como salir ni huir, sino lo hacía iba a terminar cayendo como hacía un solo
instante. Sin darse cuenta tenía su mano arriba de la de él. Ella sufría una
amnesia de sus movimientos, su cuerpo hablaba por sí mismo y no era capaz de
controlarlo.
-Me encanta que te pongas
celosa.- seguía susurrando Nick y repentinamente ella sintió que le hablaba en
serio-típico de una zorra como tú, quiere todas las presas en su cama.
-Siempre me dices zorra…-
replicó ella con tranquilidad mirándolo a los ojos. Aún tenían las manos
entrelazadas.- pero sinceramente Jonas, no sé en que te basas para afirmar
semejante estupidez.- el alzó las cejas, sorprendido de su buen tono.
-Bueno, te paseas por todo
Hogwarts con quince hombres diferentes…- Nick miró su boca con deseo y luego la
miró otra vez a los ojos.- ¿Qué quieres que piense?
-Solo…me divierto.- le susurró
ella con soltura.- Eso no quiere decir que…
-Si acostarte con tipos es una
diversión para ti, eres una zorra- recalcó Nick, sin dejar de lado su tono
deseoso- ¿o me equivoco?
-¿Acostarse?-dijo ella perdida
en sus ojos cafes .
-Vamos perra…– dijo rencoroso.
Ya estaba a punto de besarla otra vez- se que te acostaste con Dean.
-¿Quién te dijo eso? – Miley se
había sobresaltado.
-¿Te preocupa que le cuente a Joe?
–Miley chascó la lengua y lo alejó un poco.
-Definitivamente te falta un
golpe de horno, Jonas. ¿De dónde sacaste que me acosté con Dean?
-El mismo lo anda diciendo….-
dijo Nick como si fuese un niño al que le reclamara a su madre por caramelos.-
El muy idiota me comentó que te sacaría la ropita en tu cita semanal… es un
imbécil.
¡Me las pagarás Dean! ¿Cómo se
te ocurre decir semejante patraña?
-Es mentira.– dijo con firmeza.
Una dicha invadió el pecho de Nick. Aún seguían tomados de la mano y ninguno
esperaba soltarse.- Nunca me acosté con Dean – Lo miró como diciéndole ¡Deja de hablarme de Dean y bésame
otra vez zopenco!
-Es un dato sorprendente.- sus
frentes se rozaron y Nick abrió la boca apresando los labios de ella en los
suyos, sujetándole su cara. Miley automáticamente puso las manos en su cuello
sin detenerlo. Se excitó al sentir la humedad de su piel a causa del agua. –Muy
sorprendente…-Nick volvió a besarla, y la abrazó por la cintura suavemente,
acariciando su columna vertebral con los dedos. Era un beso suave y sin remedio
de ser exquisito. Peinó con los dedos el húmedo pero suave cabello de Miley,
quién se estremeció ligeramente, disfrutando de ese abrazo y del dulce
acompasar de sus labios, que le decían miles de palabras mudas. Acarició con
las manos su torso desnudo, que era suave y firme.
-Tú si te acostaste con Gomez…
-Sí – admitió él y a ella
sintió un espasmo de dolor en el pecho.- ¿Te inquieta?
-No, me produce conmiseración
por ti –el sonrió y volvió a besarla fugazmente.- Gomez es realmente una zorra…
y por lo que veo te encanta besarme huerfanito de porquería…- Miley estaba
celosa y los insultos se le salieron sin que haga nada por impedirlos.
-A ti te encanta que lo haga
putita-pasó su lengua por el mentón y Miley cerró los ojos- No te produzco
tanto asco como pensabas…-La joven casi jadeó cuando Nick posaba sus labios en el
cuello en la zona de la oreja- te encanta que doblegue y que esté aquí…- más
besos- intentando hacerte mía,- la frase hizo temblar a Miley- mientras tú
disfrutas de mis besos, perrita…- Nick suspiró y la oleada a su perfume hizo
que a Miley le transpiraran las manos.
-Basta.- intentó alejarlo pero
Nick la sujetaba fuerte. - Me voy a dormir.
-No quieres irte.
-Nick…
-Es curioso… luego de que nos
besamos me dices Nick con cara de idiota…-y parpadeó imitando su postura de
vergüenza. Miley no pudo reprimir una carcajada- ¡Te reíste!- Ella le pegó
levemente en el pecho.
-¡Yo no soy la culpable de todo
esto!-lo acusó algo molesta.- ¡Tu eres el que me busca para besarme!
-Si me gustara besarte, ¿qué? –
la encaró él despreocupado. Miley se estremeció.- ¿Haces algo para impedírmelo?
-Yo…
-¿Haces algo para impedir
esto?- le tomó la cara volvió a besarla violentamente durante varios segundos y
luego la separó- ¿Haces algo para negar que es delicioso? – la atrajo hacia sí
mismo y bajó sus manos al trasero de Miley con impunidad- ¿Te estás volviendo
loca de placer, verdad?- volvió a besarla. La miró a los ojos y sonrió.-¿Ves?
te encanta, Cyrus, no puedes ni negarlo… - ella esquivó su mirada y Nick le
levantó la pera con delicadeza- ¡Mírame y niégalo!
-Yo…no entiendo porqué lo
hacemos-admitió Miley mientras enrojecía.-Es raro… ¿nos detestamos, no?
-Claro…-se separó y se sentó en
una silla - claro que nos odiamos. Tal vez tengamos química para besarnos.- se
encogió de hombros.
-¿Te imaginas lo que pensaría
todo el colegio si supiese que nos besuqueamos? – rió Miley torciendo los
ojos.- ¡Sería el colmo!
-Seguramente. – Masculló Nick
sonriendo también- Me gustaría ver la cara de Thomas cuando lo sepa…- murmuró
por lo bajo.
-¿Qué dijiste?
-Nada.
-Me voy a dormir- bostezó y miró
la hora- En dos horas tenemos que ir al colegio.- se soltó y empezó a subir la
escalera. Nick la miraba desde abajo.
-Miley…-era la primera vez que
la llamaba por su nombre y esa voz pronunciándolo con pasividad fue como una
canción para los oídos de Miley. Se dio vuelta con brusquedad.- ¿te asustaste
mucho cuando te jalé el tobillo? – le preguntó sonriendo.
-Vete al carajo, desgraciado-
le soltó ella, pero fue un tono amistoso- La próxima vez que me asustes, verás
de lo que soy capaz… - y se encerró en su cuarto.
Nick se quedó mirando la puerta
con los ojos soñadores.
-Muero por saber de qué eres
capaz, pelinegro-susurró al silencio.
A la mañana siguiente Nick
despertó con mal humor. Tenía un sueño terrible, estaba fusilado. Su habitación
era un desorden total. Allí no tenían a los elfos que le ordenen la ropa y
todas las comodidades que el castillo les brindaba. Buscaba de forma vehemente
la camisa de Hogwarts, pero no tenía ninguna en el chiquero que era su baúl.
Bufando, se colocó los jeans y una remera blanca, pensando que tendría que ir a
Hogwarts y pedir una: seguramente estaban todas en el lavadero.
Luego de lavarse los dientes e
intentar peinar su rebelde cabello salió de la habitación. Enseguida recordó la
noche anterior y todos los lindos besos de esa pelinegro. Parpadeó y no pudo
evitar pensar que ella realmente le gustaba, le gustaba mucho. Me gusta mucho besarla. Y no tenía sentido seguir
negándoselo. Se sentía tranquilo porque nadie más lo sabía, sólo él mismo. Así
estaría protegido. Se acercó a su habitación y tocó la puerta con los nudillos
cerrados. No hubo ninguna respuesta. A pesar de saber que estaba cometiendo una
imprudencia, puso la mano en el picaporte y entró.
Ella dormía de costado,
destapada. Enseguida su aroma le contrajo los sentidos con placer. Un brazo
inerte se desmoronaba hacia las afuera de la cama. El bretel del pijama estaba
caído a un costado dándole una riquísima información sobre cómo sería su cuerpo
desnudo. Nick sonrió. Lo primero que se lo ocurrió era jugarle otra bromita,
pero no podía hacerlo. No era capaz de despertarla y gritándole en el oído o
molestarla…
Giró la cabeza y en la mesita
de luz vio un frasco azul. Se impresionó: era su perfume. Yo sabía que tenía algo que ver con
el color azul, pensó Nick
fascinado por el hallazgo. En ese momento, Miley abrió los ojos y lo vio.
-¡JONAS! – Gritó asustada y se
tapó con la sábana- ¿Qué CARAJO HACES AQUÍ?
-¡No quise asustarte!- se
apresuró a decir él. Ella se sentó en la cama y se restregó los ojos.
-¿Qué pasó? ¿Vino McGonagall? –
el negó- Entonces, ¿Qué diablos haces en mi habitación, cuatrojos?
-Vine a despertarte, tenemos
que ir a Hogwarts.- Miley bostezó.
-¿Qué hora es?
-Las seis y media.- la
castaña se arrojó en la cama de nuevo.
-Estoy muerta, dormí dos putas
horas…
-Cyrus levántate sino quieres
perder tu diploma – dijo Nick perdiendo la paciencia. Miley lo miró. ¿Se
preocupaba por ella?
-¿Qué haces vestido con eso?
–Inquirió mirando su blusa blanca lisa- ¡Deberías ir con el uniforme o serás tú
quién pierda el diploma!- rió con ganas y se levantó, buscando sus cosas.
-No tengo camisa de Hogwarts,
quedaron todas en el castillo-le comentó Nick- Tendré que apurarme para pasar
por la lavandería, me saltearé el desayuno.
-¡Ya se! Te pones la camisa
rosa que yo gentilmente creé el otro día – rió con ganas atándose el pelo.
-No me jodas, Cyrus.- escupió
Nick- ¡Fuiste una hija de puta ese día!
-¡Si te quedaba muy bien! –
Carcajeó ella- ¡Parecías un gay reprimido!
-¡Basta! ¡Ni me hagas acordar
de ese momento! ¡Necesito ya mismo ir a Hogwarts y conseguir una camisa!
-No te preocupes, cabrón, yo
tengo una.
-¿Qué demonios estás diciendo?
Miley fue hasta su baúl y
disimuladamente sacó de su caja de madera, sin que Nick la viera, la camisa de
Hogwarts que se había guardado secretamente.
-Toma- se la dio- ¡Y apúrate
huerfanito, que nos van a expulsar!
-No lo puedo creer- dijo Nick-
¡Mi camisa favorita! – se la colocó y mientras la abrochaba añadió- ¿Te gustó
dormir abrazadita a ella, Cyrus?- Miley hizo un gesto grosero de desaprobación
y se encerró en el baño. A los cinco minutos salió, completamente renovada:
llevaba el uniforme del colegio, el pelo con una trenza tejida adornado por un
flequillo al costado y tenía los ojos delineados. Nick estaba sorprendido por
la rapidez.-Mierda, Cyrus, te echas todo encima para tus turnos colegiales.
-¡Gajes del oficio! – Dijo ella
de mal modo.- Agarra tus apuntes y vamos.
-¿Quieres que entremos juntitos
mi amor? – graznó Nick sin contenerse. Miley lo miró seria. ¿Le había dicho mi
amor? Qué rayos te pasa
por la cabeza, Jonas.
-¿Qué dijiste Jonas?
-Pregunté si la putita barata –
la insultó para enmendar el arrebato de dulzura- quería entrar con el grandioso
y popular Nick Jonas al colegio…- rió.
-Si no queda más remedio… ya
sabes, no atravesaré el bosque sola.
-¡Miedosa!
-¡Sólo quiero tener una carnada
por si los centauros tienen hambre! – agarró sus cosas.
-¡Hablando de hambre, estoy
famélico! – se quejó Nick.- Necesito desayunar…
-¿Pretendes que te haga el
desayuno, huerfanucho? – musitó Miley anonadada.
-Pues sí, eres una chica –
sonrió con soberbia – de eso se encargan las mujeres.
-Eres un machista
desagradable.- lo acusó indignada- pero yo también me muero de hambre, vamos a
ver que nos dejaron…
Miley terminó preparando el
desayuno mientras discutían como de costumbre. Por suerte McGonagall se apiadó
de ellos y les dejó un termo de café y una bolsa llena de medialunas para
degustar. Miley comía terriblemente al igual que lo hacía Joe. Nick la miraba
de reojo. Era placentero verla comer. Diablos,
creo que me gusta todo de ella. El
franeleo de la noche anterior no salía ni por un solo instante de sus
pesadillas. Ni de mis sueños.
-¡Cálmate! ¡Vas por la cuarta
medialuna! – ella se atragantó.
-Tengo hambre, Jonas, no me
jodas.
-Deberías aflojarle un poco a
la comida- señaló y ella se puso roja.- No quiero decir que estés gorda, no te
estreses tan temprano perrita.
-No me estresa lo que tu digas,
cabrón.- le miró el cuello que estaba desarreglado- ¡Arréglate ese cuello,
parece que vienes de la guerra!- Nick recordó a la señora Cyrus.
-¿Y no es de donde vengo? – Rió
y ella también sonrió.- Te ríes de mis chistes, Cyrus, estás hasta las manos
conmigo.
-Muérete infeliz.
-¿Qué tenemos hoy? – se
pusieron de pie y comenzaron a caminar por el Bosque prohibido, que en esas
horas de la mañana se veía hermoso.
-Transformaciones.- contestó
Miley bostezando- ¡Me estoy muriendo de sueño!
-¡Maldita sea, otra vez
McGonagall! –protestó el muchacho por tener transformaciones.
-Apuremos la marcha antes de
que se le ocurra que nos casemos.-apremió ella. Nick rió.
-Si hay noche de bodas…- le
insinuó sin contenerse.
-¿Me estás coqueteando? –
repuso ella incrédula mientras pisaban las hojas secas del otoño.
-No, Cyrus. Te estoy invitando
a follar. – soltó él riendo.
-¡Eres un irrespetuoso! –Nick
se encogió de hombros despreocupado- ¡Nunca me acostaré contigo! – se adelantó
sin querer oír una palabra más.
-Eso ya lo veremos.- murmuró él
para sí mismo. De repente vio que ella se había frenado y enseguida la
alcanzó-¿No estabas apurada?
-Si pero…- lo miró rodando los
ojos con algo de vergüenza.- me perdí…- el se burló riendo.- ¿Por donde era?
-¿No sabes volver al colegio,
Cyrus?
-¡No! ¡Tengo un pésimo sentido
de la ubicación! – dijo fastidiosa.
-No hace falta que lo aclares –
musitó él haciendo un movimiento con las manos.- siempre fuiste una puta
desubicada…
-¡No me jodas fracasado y dime
para qué lado tenemos que ir!
-¿Encima de estúpida eres
inservible? ¡Vamos!- le tomó la mano y la entrelazó con la suya. Miley se
sintió tan bien que no supo con qué insultarlo.
Cuando casi llegaron a la
puerta del castillo, continuaron tomados de la mano. Ninguno quería
soltarse…Hasta que Miley quiso hacerlo para que no los vieran en esa posición
al entrar pero Nick se lo impidió.
-Cyrus, ¡espera! – ella miró su
mano y luego lo miró a los ojos.
-¡Apúrate o nos expulsarán! –
apremió ella notando algo extraño en su mirada. Nick la atrajo hacia sí mismo
jalando de su brazo y rápidamente la tomó de la cintura- ¿Qué diablos haces?
-Lo que me da la gana- la besó
y ella no se lo impidió, sino que se colgó de su cuello y se dejó llevar. Luego
lo separó.
-¡Basta, nos pueden ver!
-Si es verdad… pero…- volvió a
besarla con sensualidad y le desató el nudo de su camisa, pasando una mano por
la suave piel de su vientre.-mmmm… estás rica hoy, Cyrus…
-¡Nick basta! – el soltó una
carcajada.- ¿Por qué me desatas el nudo?
-No te queda bien- mintió.
-¡Estúpido! – el rió.
Entraron al castillo rojos por
los besos y haciéndose los desinteresados. Por supuesto fueron víctima de todas
las curiosas miradas. Miley se sentía incómoda pero Nick estaba tan cansado que
no le importó. Lo único que quería era que llegue la noche para poder dormir.
En el aula de Transformaciones se encontraron con Joe y Demi, que emitieron
elocuentes miradas. Se sentaron en asientos separados comenzando a
avergonzarse.
-Hola Miley – le habló Dean
Thomas. Miley decidió hacerse la tonta y no reclamarle nada por lo que le había
dicho a Nick: no quería que la expulsen- ¿Cómo estás?
-Hola.- bostezó.- Muerta de
sueño.
-Todo el colegio comenta sobre
el inusual castigo de McGonagall – apuntó Dean con un dejo de resentimiento en
su voz- Dicen que los obligó a permanecer juntos fuera del castillo para que
arreglen sus peleas mientras cumplen algunas tareas…
-Es verdad- admitió Miley
cansada- Pero ni me lo recuerdes…- porque
me dan ganas de ir y besarlo de nuevo.
-¿Qué deben hacer? ¿Dónde están
viviendo?
-Eso no puedo decírtelo –dijo
Miley.- Ya sabes, McGonagall nos impidió contarlo.
-No me gusta que estés cerca de
él – reconoció Dean poniéndole tomándole la mano. Miley se la quitó
disimuladamente.
-Eso no te da razón para andar
diciendo que me acosté contigo – le soltó sin poder dominarse. Dean se puso
bordó.
-¿Jonas te dijo eso?
-Vamos, Dean – murmuró ella
enojada- ¡Ya lo sé todo! No me gusta que me ensucies…
-El que está mintiendo es
Jonas. Te juro que no le dije nada, Miley- dijo haciéndose el apenado por la
acusación. Ella lo miró mientras el chico volvía a tomarle la mano.-Créeme…
¿si?
-Nick…- susurró Joe a su amigo.-
¡Nick, me oyes! – el muchacho no quitaba la vista de Miley y Dean. No le
gustaba para nada que le hable, ni que esté cerca de ella.
-¿Qué quieres?
-¡Deja mirarla así! ¿Qué pasó
entre ustedes? – dijo Joe preocupado.
-Nada, qué va a pasar – mintió
Nick y en ese momento su memoria le recordó los gemidos de Miley desde el
suelo.
-¿Qué tarea les encomendaron
anoche? – preguntó Demi.
-¿Eh?
-¡Te pregunté por la tarea de
anoche!- reía Demi por su distracción.
-¡Ah, si! Tuvimos que hacer una
bandera para Gryffindor.
-¿Y que tal? – dijo Joe
-No me quejo, fue mejor que
limpiar la casa. – contestó Nick mientras miraba a Miley- Y Miley hizo todo el
trabajo…
-¿Le dices Miley? – se
sorprendió Joe. Demi empezó a reírse.
-No jodas, Joe – gruñó Nick
algo avergonzado.
-Tienen ambos un aspecto
terrible. – observó su amiga.
-¿Y qué pretendes? ¡Dormimos
dos horas! – A Joe se le pusieron las orejas coloradas, imaginándose otras
cosas.
-Te conviene que no hagas nada
con mi hermana- soltó seriamente y Nick lo miró.
-¿Qué estas insinuando?
-Tú me entiendes…
-No digas estupide…
-¡Atentos alumnos por favor! –
Decía la profesora McGonagall mirando especialmente a Nick y Miley con
atención- Hoy vamos a practicar la Transformación humana.
Vale aclarar que esa
transformación fue un completo fracaso para la mayoría. Exceptuando a Miley y a
Demi que lograron transformarse en sillas con mucha facilidad. Nick y Joe
fracasaron estrepitosamente en el intento. Era bastante difícil el movimiento
de la varita y la concentración necesaria. En un momento sus miradas se
cruzaron y Miley sintió que los ojos cafes de Nick despedían aversión, odio y
rencor. Ella no podía imaginarse que estaba celoso. Por lo tanto, se burló de
él durante todo el fiasco de su transformación y Nick comenzó a insultarla como
de costumbre. Al finalizar esa clase, ambos estaban enojados con el otro como
si la noche anterior se hubiese borrado.
Nick salió del aula sin
mirarla, acompañado por Joe y Demi. Miley, que venía detrás, vio cómo Selena Gomez
se acercó a él. Se escondió detrás de una columna para observarlos mejor sin
ser descubierta.
-¡Nick! – Le dijo y miró a Joe
y Demi. Ni siquiera sólo levantó la cabeza secamente. Demi torció los ojos, esa
chica era insoportable.- ¿Podemos hablar?
-Si – contestó Nick desganado.
-Nos vemos en el almuerzo-dijo
la castaña antes de irse.
-Te escucho – dijo Nick con una
indiferencia abismal.
-Me comentaron que no estás
aquí en el castillo, lo de tu castigo…
-Si, es verdad.- confirmó Nick.
-¿Estás cumpliendo una misión
con Cyrus? – inquirió Selena celosa- ¿Es cierto eso?
-Exactamente.- Nick bostezó.
-Te ves algo cansado.– le puso
una mano en el hombro. Saca
la mano de ahí, Gomez, o voy a tener que matarte, pensó Miley muerta de los celos.- Esa
tonta debe estar volviéndote loco ¿verdad? – sus
besos me vuelven loco, Cho.
-Algo así – contestó con
desinterés.
-Nick, ¿cuándo podremos tener
nuestra cita?
-No lo sé. Cuando termine el
castigo la semana que viene.- pensar en el fin de ese castigo lo hizo
alarmarse. Miró a Selena . No tenía ganas de tener una cita con ella.- Lo siento
Selena , yo también tengo ganas pero por ahora…-mintió y puso una cara de
circunstancia. Gomez se acercó aún más con semblante triste.
-Te extraño, mucho Nick.
-¿Mucho? – Miley se quiso morir
por su tono coqueto.
-Muchísimo, galán.- contestó
Selena antes de abrazarlo.- La pasábamos bien y ahora estás con esa castaña …
-
Selena , yo…- pero ella lo besó y
Nick correspondió el beso.
Miley se fue del lugar sin
querer saber más nada. Se sentía horrible, le dolió ver a Nick con esa chica.
El seguramente arreglaría la maldita cita. Debió haberse imaginado que todo lo
de la noche anterior era no había significado nada para él. A Nick Jonas sólo
le gustaba
Selena Gomez y nadie más, y justo cuando ella empezaba a sentir que se
llevaban mejor…¡Y pensar que había estado a punto de tener su primera vez con
él! Fuiste una imbécil Miley,
no volverás a cometer esa imprudencia! Quiso
llorar, pero se reprimió. Odiaba llorar por cosas que no merecen la pena.
Porque lo quie… Sacudió la cabeza,
reprimiendo ese pensamiento.
Cuando las clases terminaron,
Miley no estaba de ánimos para encontrarse con Nick nuevamente. Entonces se
armó de valor y se fue del castillo sola. La luz de la luna iluminaba los
jardines de Hogwarts. Miley siguió avanzando mientras la tristeza invadía su
pecho. La noche anterior estuvo a punto de acostarse con él… ¿qué le pasó por
la cabeza? Había sido una irreflexión muy grande, no tendría que volver a
repetirse. Todo ese odio que ella le profesaba volvió a penetrarle el pecho.
Estaba tan triste que se olvidó del miedo a entrar en el Bosque y sus ganas de
arriesgarse se multiplicaron por mil. Miley estaba saliendo del castillo cuando
de repente algo desconocido impidió que siga caminando, se torció el tobillo en
una dolorosa e irregular posición y cayó al piso con una violencia terrible.
Gimió de dolor y abrió los ojos.
-¡Bien hecho Cyrus! – siseó la
voz de Nicole Anderson- ¡Ahora tienes tu merecido por hacerme quedar mal
delante de Nick!
-¡Anderson, voy a matarte! –
dijo Miley desde el piso. Quiso pararse pero su tobillo se impidió. Le dolía
horrores apoyar el pie- ¡Qué hiciste imbécil!
-¡Ahora no podrás ir a tu
casita del Bosque!- se burló Nicole con satisfacción. Acto seguido, se alejó de
ella con odio.- ¡Muérete infeliz!
Miley a
duras penas se puso de pie y cojeando, salió del castillo. Atravesó el Bosque
Prohibido con un terror infinito, que peleaba mano a mano con el dolor del
tobillo. Cuando llegó enfrente de la casa… sin querer apoyó el pie y entonces
no soportó más: se desmayó al lado del sauce de la mansión.
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