Capitulo 30
Era un hecho. Miley podía hacer
con él lo que quisiera. Terminó de convencerse en ese mismo instante, cuando en
vez de estar en las reuniones de emergencia con los socios del resort, estaba
disfrutando de una soleada media mañana, embardunado en protector solar y
tomando un delicioso aperitivo tropical. Miley le había prácticamente hecho
jurar pasar un rato juntos… y cuando lo miraba y hacía esa sonrisa tan
seductora, no había mas palabras. Ella tenía ganada la pulseada.
Claro que ella vencía casi
todas las mañanas de las dos semanas que llevaban en la isla mágica. Cuando no
estaban tirados al sol, se pasaban la jornada caminando o tomando una lancha
que los llevara hacia todos lugares exóticos de la zona.
La isla elegida para el resort
mágico, estaba ubicada estratégicamente, en el paradisíaco Mar del Caribe, y
eso les daba la posibilidad de llegar por bote a cualquier lugar del continente
u otras islas. A Miley le encantaba el color del mar, y no perdía oportunidad
de caminar bien temprano, siempre acompañada por Nick. No importaba lo que
hicieran la jornada anterior o que tarde se durmieran, las caminatas eran casi
un ritual.
Nick miraba a su esposa
detenidamente, mientras ella se colocaba la crema protectora por los brazos.
Llevaba un traje de dos piezas de color verde esmeralda. A Nick le hechizaba el
contraste que hacía la tela con la piel de su esposa. A pesar de ser tan blanca
y delicada, esta había tomado con el correr de los días un tono dorado, que
hacía resaltar sus labios haciéndolos mas carnosos y apetecibles, y sus ojos se
tornaran de un color parecido a la miel. Suspiró. Había cambiado tanto en esas
dos semanas. No solo físicamente, sino también en cuanto a su actitud. Era más
afectuosa, y por las noches, después de tomar la poción anticonceptiva, se
transformaba en una gata salvaje, haciéndolo preguntarse en ocasiones cómo
diablos hacía para levantarse después de una jornada sexual extremadamente
agotadora. Seguía mirándola. Sus ojos se deslizaban por su estómago plano, que
brillaba a causa de la crema. Volvió a suspirar mientras se mojaba los labios
con el aperitivo a base de frutas que Miley había elegido para él. "Nada de alcohol,
Jonas ," le había dicho
cuando él había elegido un caribeño aperitivo a base de tequila. Su estómago
plano volvió a ser centro de atención. Y de nuevo ese deseo que surgiera hace
dos semanas, en Inglaterra, volvió a asaltarlo. Tener un hijo… verlo crecer
dentro de ella. Cerró los ojos recordando la escena que le cambió completamente
la forma de pensar…
"Abrió molesto la
puerta, porque ya estaba un poco fastidiado de que cada uno de sus amigos
tuviera algo que decir en su contra cuando su matrimonio entraba en tela de
discusión. No, no iba a claudicar en cuanto a su decisión de no formar una
familia. Estaba convencido que traer un niño al mundo, como estaban las cosas
con su pseudo esposa, era el peor error que pudiera cometer. Y si sus amigos no
entendían, lo lamentaba por ellos. El iba soportar los embates, y seguir en su
postura. Dejó pasar a Joe , que algo risueño le hizo una reverencia, y sin más
preámbulos se acercó a Demi y le dio un beso protector, acariciándole el
estómago. Nick sintió nauseas… se pegaría un tiro en los testículos antes de
tener la cara de sometido que tenía su amigo en ese momento. Decidió dejar a
los tórtolos y centrarse en su objetivo: Tonks. Sonriendo, dio dos pasos hacia
la cama, miró hacia donde estaba su amiga. Nimphadora Tonks Lupin estaba
radiante. El cabello usualmente rosado o púrpura rabioso, hoy lucía un sobrio
tono acaramelado, pero con un brillo inusual. Las mejillas estaban rozagantes y
los pechos tan… Carraspeó, no iba a ver ese punto de su cuerpo, era el que
menos le interesaba; más cuando Remus estaba a su lado. Sonrió a su amiga que
con una sonrisa que apenas se sostenía en su cara, lo saludó agitando
efusivamente la mano. Si, tenía la intención de acercarse, abrazarla y
felicitarla, alabando seguramente a su hijo, y haciéndole las bromas usuales,
como "espero que tenga mas del padre que de ti, porque sino será un caso
perdido"; o quizás un, "espero que no tenga tan malos gustos en
cuanto a tonos de cabellos como la atolondrada de su madre…"; o mejor
decirle " ey, Tonks, al fin tienes tetas," pero no se retuvo mucho
tiempo en ella, porque alguien mas le llamó la atención. Estaba sentada en el
alfeizar de la ventana. El sol penetraba brillante a pesar de ser pleno
invierno, y los rayos acariciaban suavemente la cabellera castaña , transformando
la habitación en un hipnotizante caleidoscopio de brillantes colores. Tonos
dorados, rojizos, castaños, ocres y naranjas, lo cegaron. Pestañeó un segundo y
enfocó la mirada. Ella no lo miraba. Cuando pudo verla bien, sus ojos cafes se
abrieron sorprendidos aun más con la escena. Miley tenía en brazos a su futuro
ahijado; y si momentos antes de entrar, renegaba de la idea que tanto Joe como
Neville habían hecho hincapié, se encontró pensando, mientras se acercaba a esa
mujer, como un pequeño alfiler atraído hacia un potente imán, en nombres de
futuros niños, sus hijos… suyos y de ella: James, Sirius, Albus… cuando llegó
al lado de la ventana, Miley levantó la cara y sus miradas se encontraron… se
fundieron, se volvieron un solo deseo, pero no fueron capaces de
exteriorizarlo. Rápidamente bajaron la mirada hacia el niño, que hacía extraños
ruiditos de succión.
- Es… - solo fue capaz
de decir Nick. Tenía la garganta hecha un nudo.
- Si – agregó Miley.
- Cómo…
- Es livianito… -
sonrió, y con la yema del dedo, le acarició la carita – parece un pomponcito de
algodón… - Nick rió.
- No vayas a tirarlo por
la ventana – Miley abrió los ojos.
- ¿Como crees? – dijo
haciéndose la ofendida.
- Deberías bajarte de
allí y sentarte en un asiento apropiado, así no le da frío…- dos segundos
después de decir esa estupidez, se estaba pateando mentalmente.
- Me encanta verlo… -
miró a su esposo con los ojos aguados. Nick se perdió en esa mirada una vez mas
– ¿qué te parece si lo raptamos? – Nick estaba apunto de decirle "para que
raptarlo, si podemos hacer uno mejor," pero prefirió no emitir opinión
alguna; solo sonrió como un idiota, o al menos le pareció tener ese rostro tan
propio de Joe al sonreír servilmente a su mujer, y se acercó para darle un beso
como si estuvieran solos, pero Remus lo interrumpió haciéndolo volver a la
realidad. El cuarto estaba lleno de gente.
- No te atrevas a tener
esas idea Ginevra – dijo acercándose en dos zancadas, para abrazar a Nick. Este
lo felicitó y le devolvió el abrazo. Remus se acercó a su oído, susurrando para
que solo Nick escuchara – ¿cuantos nombres de niños han pasado por tu cabeza
desde que viste a mi hijo en sus brazos? – Nick se separó, algo rojo.
- Gracioso…
- Dime que no pensaste
ni uno… - lo retó.
- ¿Un qué? – preguntó Miley
dándole el bebé a su padre, y yéndose hacia la cama de Tonks.
- Nada, cosas entre Nick
y yo… - dijo sonriendo y Mirando a Nick que recordaba en silencio todo el árbol
genealógico de su amigo, y no de buena manera.
- ¡Ay Tonks, tu hijito
es lo mas hermoso que he visto en mi vida!- dijo Miley suspirando.
- ¡Ya veras el mío! –
dijo Demi – y dirás lo mismo…
- Y luego dirás que el
tuyo es el mas hermoso… claro eso no se dará hasta que engañes a tu sabes quien
y bueno, tengas ya sabes que… - dijo Tonks guiñándole un ojo. Miley se puso
roja como un tomate, y bajó la mirada.
- ¿De qué hablan? –
preguntó Nick que había captado la últimas palabras…
- Creo que a Tonks en
vez de darle depresión Post-parto, ¡le ha dado euforia post- parto! – dijo Miley
balbuceando – ¡no para de decir estupideces, que no tienen el mas absoluto
sentido! – estaba enfadada con sus amigas.
- Si son estupideces es
obvio que no tienen sentido, Miley – dijo Demi en tono académico.
- ¡Entiendes el
punto!"
Después fue fácil decirle lo
del viaje, argumentando que los socios mayoritarios deberían ser los primeros
en dar señales de disfrutar de su nuevo emprendimiento. Miley que no había
salido de Inglaterra más de dos veces, una vez cuando fue a visitar a Charlie a
Rumania, y la última en un viaje familiar a Egipto, aceptó la oferta, y le hizo
jurar a sus amigos que no bautizarían a Teddy hasta que no regresaran…
Luego, llegar y ver su cara de
asombro le dio la pauta que el viaje fue la mejor idea que se le hubiera
ocurrido… Miley se sorprendía de cuanto lugar conocieran, la gente, la cultura,
los paisajes, la música cargada de ritmos alegres que invitaban a levantarse
del asiento y mover los pies, aunque nunca en tu vida habían visto esa clase de
ritmos… los colores vivos de la vestimenta de los lugareños, y se reprendía por
ser tan tonta y traerse de la fría Inglaterra esos colores tan aburridos y
ropas tan abrigadas. Miley parecía una niña curiosa, dispuesta a saber todo de
todos. Conocieron una mina de esmeraldas en Colombia, pasearon por Cartagena de
Indias, disfrutando de una agradable cena en el restaurante "Café del
Mar", ubicado sobre las murallas; visitaron el fuerte San Felipe, y se
maravillaron con la naturaleza en el parque Nacional, "Isla del
Rosario."Aquí se quedaron solo un día, pero Nick le prometió volver. La
isla tenía un complejo de cabañas y Nick quería ver como era su organización.
Pero esta no era la única. El lugar era mágico, ideal para sacarse el estrés y
pasar un rato tranquilo sin nadie que molestara. Al momento del regreso a la
lancha que los trasladaría al puerto "La bodeguita," Miley hizo
pucheros, al querer ver otra vez el oceanario. Al parecer a Miley le encantó el
espectáculo de los delfines. Nick, que hasta el momento solo había llegado al
Caribe para analizar suelos, ver proyectos, y vigilar el desarrollo de la obra,
también estaba descubriendo ese hermoso paisaje… y disfrutando el doble, porque
compartía esos momentos con el amor de su vida.
- ¿Puedes dejar de soñar
despierto al menos dos segundos y escucharme? – Nick pestañeó ante la mano
insistente de Miley que pasaba de un lado al otro de su cara.
- Lo siento… estaba pensando…
- En el resort… – dijo en tono
de reproche.
- No… - dijo mirándola a los
ojos, y al tenerla tan cerca, no pudo dejar de acariciar su estómago que estaba
resbaloso y caliente a causa de la crema y la exposición al sol. Sonrió – estoy
pensando en como aun no te has puesto colorada como uno de esos graciosos
cangrejitos… - ella se abalanzó como para darle un golpe, pero cambió de
opinión, acercándose y dándole un beso, suave, acompañado de un pequeño
suspiro.
- Hazte a un lado Jonas … – él
le dejó espacio en la amplia reposera de la terraza. La cabaña que ocupaban
tenía un espacio de playa privado. Nick había construido una especialmente para
él, bien alejada del total de cabañas, y con ayuda de Paul, la tuvo preparada
para cuando ellos llegaran. La edificación contaba con una habitación en suite,
con baño privado, y todas las comodidades, predominando en la decoración los
tonos terracota y champagne. La cama era lo que mas le agradaba a Nick, era
enorme, confortable y vestida con sábanas suaves en tonos claros. En la
habitación había un gran ventanal al costado, que salía a una paradisíaca
terraza, con vista al mar. A Miley le encantaba pasar las noches en esa
terraza, abrazada a Nick mirando el tono fosforescente que que teñía al mar,
cuando salía la luna. A pesar de extrañar a toda su familia, esos días en esa
isla habían sido magníficos. Y las noches del más puro esplendor. Suspiró
profundamente. Nick rió – ¿y ahora qué?
- Es que te has puesto tanto
protector solar, que te resbalas de mis brazos – rieron.
- Me encanta este lugar – dijo
mirándolo a los ojos – gracias por traerme.
- ¿Por qué no iba a traerte? –
Ella iba a responder, por las veces que pensó que iba a traer una amante pero
prefirió callar.
- No lo sé… se me ocurrió que
tal vez…
- Bueno – dijo tomándole la
barbilla – aunque estés algo resbalosa hoy, – rieron – el resto del tiempo lo
hemos pasado bien – la besó, las manos comenzaron a recorrer el camino hacia
sus pechos, pero al cabo de unos instantes maldijo entre la boca de Miley.
- ¿Y ahora qué hice? – dijo
ella cuando Nick se separó y se levantó rápidamente. Sin decirle nada, la tomó
por la cintura y la cargó en un hombro, haciendo a Miley chillar de sorpresa y
luego reír. – ¡Nick… bájame!! – él le respondió dándole un golpe en el trasero
con la palma abierta que hizo a Miley reír mas que otra cosa.
- No me resulta gracioso,
señora… parece usted un pequeño cerdito untado con mantequilla…
- ¿Pequeño cerdito? – dijo
bufando – Tu romanticismo es realmente calamitoso. – Nick respondió dándole
otra palmada, y la bajó en el cuarto de baño, y sin decirle nada, comenzó a
llenar la bañera. Ella solo fue capaz de poner sus manos en las caderas,
esperando una explicación, cuando Nick la miró serio.
- Odio cuando te pones tanta
crema… - la tomó de la cintura, y de un tirón, le sacó la parte de arriba del
traje de baño. Miley jadeó imaginando lo que venía después. Nick pasó
delicadamente la mano por el costado del cuerpo femenino, y sin más preámbulos
la besó, mientras la mano indomable, le desataba los nudos laterales de la
parte de abajo del traje. – odio cuando no puedo lamerte a discreción – dijo
levantándola con cuidado en sus brazos, y depositándola en la amplia bañera. El
agua estaba tibia, pero al contacto con ella, los pezones se endurecieron,
haciendo maldecir a Nick, quien se arrodillo fuera de la bañera, y se dispuso a
tomar la esponja y el jabón.
- Nick... – susurró Miley al
abandonarse a las caricias de su esposo. Nick sensualmente pasaba el jabón por
el cuerpo, enjuagó frenéticamente a su mujer, y sin darle tiempo a reaccionar,
se quitó la malla, y se metió en la tina, tomándola en sus brazos y sentándola
a horcajadas, haciéndola gemir de ansiedad al no penetrarla. La besó, mientras
sus manos acariciaban la espalda, y su cuerpo se balanceaba en clara amenaza de
lo que se convertiría en pocos minutos esa simple fricción de cuerpos. Miley
enroscó sus piernas alrededor de su cintura, y sus manos acariciaban
desenfrenadamente su cabello. Nick abandonó los labios para recorrer con sus
labios y lengua la piel suave del cuello, la garganta y el torso hasta llegar a
la empinada cúspide de su pecho… La miró a los ojos, dilatados de pasión, y
como castigándola, la hizo jadear con un latigazo caliente de su lengua. Miley
sintió erizarse toda su piel, y más cuando él con una sonrisa lobuna, comenzó a
saborear efusivamente esa zona particular de su cuerpo. Nick ya no pudiendo
soportar, sin dejar de saborearla, la levantó con delicadeza de la cintura, y
lentamente, se fundió en su cuerpo, haciendo a Miley ronronear de placer.
Los fuertes golpes que alguien
le prodigaba a la puerta los hizo salir de la burbuja de placer en la que se
encontraban inmersos, luego de ese vigorizante baño. Nick después de pedir el
almuerzo, consideró oportuno continuar la jornada junto a su mujer en el
cuarto. Al escuchar los golpes, saciado y agotado hasta los huesos, estaba
estirado en la cama, luego de una refrescante ducha, como un gato después de
jugar con su madeja de lana favorita, aunque no dormía. Miraba embelesado a su
esposa, que después de acompañarlo en la no tan rápida ducha, estaba en el
tocador, peinando su larga cabellera, aun húmeda, envuelta en una bata de baño.
Miley aun tenía la piel rojiza a causa del intenso jaleo. Pero a Nick le
encantaba que tuviera las mejillas sonrojadas… "ah, pensó, si solo una noche
se olvidara de tomar la estúpida poción."
- Alguien está llamando a la
puerta – dijo Miley en una voz cantarina, y mirándolo a través del espejo.
- Déjalos… - dijo ronroneando –
ven a la cama… - Miley rió.
- Estás un poco eufórico.
- Tú me pones eufórico –
rieron. La puerta volvió a ser golpeada.
- Nick… ¿y si es algo urgente?
- Llamarían por teléfono… –
dijo levantando la cabeza y apoyándola en el codo.
- ¡Descolgaste el teléfono para
que no nos interrumpieran! – dijo ella riendo. El puso cara de inocente –
bueno... – se levantó – si no vas tú…
- ¡Diles que no molesten! -
casi gritó cuando Miley salió de la habitación. La cabaña, a pesar de ser
espaciosa y confortable, tenía una sola planta, y casi todas las dependencias
se comunicaban directamente con la sala de estar. Miley llegó rápidamente a la
puerta, para abrirla y encontrarse con Liam Hemswoth . Este la miró de arriba
abajo, y simulando la rabia en una trémula sonrisa, la saludó.
- Liam… - dijo seria, y
acomodándose la bata. – eh…
- Disculpe que la moleste,
señora… - dijo en tono despectivo – pero el señor Bradsford me ha pedido que le
comunique algo personalmente al señor Jonas .
- Bien – dijo ella haciéndolo
pasar - espera por favor en la sala.
- ¿Qué sucede? – dijo la grave
voz de Nick, que al escuchar a Liam solo había tenido tiempo a vestirse con una
toalla rodeando su cintura. El torso desnudo, suave y firme, y su cabello
húmedo y levantado en punta, le daba un aspecto salvaje y sexual, que hizo
excitar a Miley.
- Nick… -jadeó tratando de
controlarse, y se puso colorada.
- Disculpe que interrumpa –
dijo Liam serio – pero el señor Bradsford me ha pedido que venga a darle un
mensaje.
- Bien… - dijo acercándose y
abrazando a Miley por la espalda.
- Eh... – dijo Liam algo
contrariado – bueno, es que el señor Bradford se ha preguntado por qué no ha
asistido a las reuniones de la sociedad… todas las de esta semana…
- Discúlpame, pero dile a Sam,
que… - acarició con la nariz el cuello de Miley, mientras miraba a su rival –
he estado… poniéndome al día con ciertos asuntos… - Miley estaba incómoda con
esa actitud de Nick, pero tampoco podía ir a ningún lado porque él la tenía
bien sujeta de la cintura. – Pero que confío en él para cualquier cosa que pueda
surgir.
- Es que… - Liam miró a Nick
con rabia. Y Nick lo miraba como un león a punto de enzarzarse en una pelea por
su hembra.
- Aunque este, haya sido
programado como un viaje de negocios… - dijo serio – también estoy de luna de
miel, así que no quiero que se me moleste, si yo no quiero dar señales de vida…
- sonrió – ¿entendido? – Liam asintió con un movimiento leve de cabeza.
- El señor Bradford también
quiere saber si asistirá a la fiesta de esta noche… es la fiesta oficial de
inauguración del complejo, y él estima conveniente para el negocio que todos
los socios mayoritarios asistan… incluidos usted.
- Yo soy el socio mayoritario…
- dijo de seca y despectivamente. Miley bufó. Odiaba cuando Nick se comportaba
como un chulo de barrio bajo.
- Naturalmente, se espera su
presencia y la de su esposa – dijo mirando a Miley.
- Si, dile que iremos en…
- Media hora…
- ¿Que?
- La fiesta dará comienzo en
media hora… - dijo
Hemswoth – y El señor Bradsford sugiere que todos estén a
tiempo para darle la bienvenida a los huéspedes…
- ¡Por Merlín! – dijo Miley
separándose de su esposo, corriendo hacia la habitación, y dando un portazo.
- Creo que nos hemos
entretenido un poco – sonrió malignamente – pero avísale a Bradsford que si no
hay otra distracción… - le mostró los dientes – estaremos allí – dio la vuelta
hacia la habitación donde estaba Miley – ah,
Hemswoth … - lo miró – cierra la
puerta al salir. – Al entrar al cuarto, vio un destello de colores volar desde
el armario hasta la cama. Miley estaba tan histérica buscando que ponerse, que Nick
no hizo otra cosa que reír a carcajadas. Miley lo miró un segundo y sin más le
lanzó un zapato por la cabeza.
- ¿Supongo que ya se fue, no? –
él asintió. Ella se acercó con el otro zapato que Nick había atrapado al vuelo
– ¡que sea la última vez que te comportas como tigre defendiendo su espacio,
Jonas ! – él bufó – ¡lo único que te faltaba era marcar el territorio como
hacen las fieras!!
- ¡Ey! – dijo enojado y
levantándose de la cama – ¡que yo tengo educación!!!
- Si, claro – dijo ella
volviéndose hacia el armario – ¿que vas a ponerte?
- ¡Nada extraordinario…
- ¡NADA EXTRAORDIANARIO!! –
chilló
- ¿Tienes esa necesidad de
gritar cuando te pones nerviosa?
- ¡NO! Pero no sabes como me
pone de los nervios tu actitud tan… tan… tan…
- No tengo que darle
explicaciones a nadie – se acerco y la abrazó – y tu menos…
- No sabes cuanto te odio – él
se puso serio.
- Lo sé – se alejó para ir
hacia el baño a afeitarse. Miley sintió que una piedra de una tonelada se
ubicaba en el estómago. Se acercó a la puerta del baño. El ya se había puesto
la espuma y comenzaba pasar la maquinilla de afeitar.
- Nick… - él la miró a través
del espejo – no… no sé qué ponerme – él sonrió, pero sus ojos seguían igual de
oscuros.
- Estamos en una zona tropical…
ponte algo liviano, suave y de colores vistosos… ella asintió y sin poder decir
"lo siento, no te odio, te amo," salió del baño para vestirse.
***
La fiesta se llevaba a cabo en
un extenso salón que daba a la playa, del complejo "Magic Caribbean
Resort." El salón tenía grandes ventanales vidriados que hacían las veces
de paredes, que aislaban del viento, pero sin evitar que ningún elemento de la
naturaleza insólita que los rodeaba se perdiera durante el festejo. Las mesas
decoradas en tonos pasteles, estaban destinadas para dos, tres o más
comensales, de acuerdo a la cantidad de personas que conformaban cada grupo o
familia, y estaban ubicadas a un costado del mismo; y el ambiente estaba
iluminado por inmensas bolas de cristal suspendidas en el aire. La música era
tranquila a esa hora de la noche, para que los invitados disfrutaran de una
charla y de una copa de champagne previa a la cena y el baile que eran la
atracción principal. Estaba estipulado que uno de los socios mayoritarios
hablara al público antes de comenzar los festejos con fuegos artificiales en la
playa. Sam creía que era de Nick ese privilegio, pero este absolutamente se
había negado, dejando los honores a su viejo amigo. Solo había puesto una sola
objeción: Sam debía hablar al comienzo de la velada, y no después de la cena,
porque lo consideraba aburrido y nadie lo escucharía. No podía dejar de olvidar
a su antiguo director de Hogwarts, que siempre hablaba antes del banquete. Por
supuesto él no iba a escuchar nada de lo que su amigo dijera, como cuando iba a
la escuela. Esa noche iba a dedicarse a disfrutar con su hermosa mujer. Aunque
las cosas antes de salir de la cabaña no estaban tan bien. Aun le dolía esa
frase "te odio", que le dijera. Miley estaba un poco contrariada en
cuanto a lo que sentía. Todavía se arrepentía de haber dicho esa frase
estúpida, porque fue a partir de esta, que Nick volvió a mostrarse frío e
indolente con ella, y eso la cabreaba mucho. Y a causa de eso, no habían vuelto
a dirigirse la palabra.
El matrimonio Jonas tardó
mucho más tiempo del estipulado, debido a los tacones de Miley y a la distancia
donde se celebraba el evento. Nick no dijo palabra alguna, y solo ayudaba a su
esposa cuando los guijarros del sendero serpenteante amenazaban con dejarla
tirada en el piso. Por supuesto, solo mantenía su mano firme en el brazo de su
compañera. Lo que duró el trayecto, fue como la noche, de absoluta oscuridad
entre ambos. Cuando llegaron a la fiesta, la mayoría de los invitados ya
estaban en sus asientos. Miley suspiró y se miró el atuendo antes de entrar.
Tenía un vestido de gasa, sin tirantes, que se ceñía a la altura del busto y
que caía vaporosamente hasta las rodillas. La falda era una variada cantidad de
capas de gasa, con un estampado en varios colores, donde predominaban el
marrón, naranja, amarillo, rojo y verde. Como único abrigo tría un chal de hilo
que descansaba en sus hombros por si la noche refrescaba. Las sandalias eran de
tacón rojas, con unas finas tiras, y atada al tobillo con una delicada pulsera
bordada en piedras a juego con el vestido. El pelo lo tenía atado en una simple
media cola. Nick la miró de arriba abajo. Se sintió un tanto extraña al ver la
frialdad de sus ojos. No fue sino hasta ese momento que se dio cuenta que la
hermosa tarde vivida, parecía un recuerdo lejano… y al parecer olvidado por su
compañero. Trató de que la angustia no la atravesara, porque sino la noche
sería un absoluto fracaso. Trató de sonreírle para darse ánimos a ella misma. Nick
había optado por un traje de lino color arena. Con una delicada camisa de color
blanco. El solo suspiró ante su mirada, y delicadamente le puso la palma
abierta de la mano en la espalda para darle a entender que era el momento de
entrar. Cruzar la enorme puerta de vidrio fue como adentrarse en una jaula
llena de hienas… reían, charlaban, pero miraban a todos, dispuestas a
despedazar a la primera tonta que cayera en sus fauces. Afortunadamente no iba
a pasar con ella. Tomó suavemente el brazo de Nick y se acercaron al grupo
principal, donde estaban los Bradsford, Su hija Marianne, Liam
Hemswoth , la
arquitecta, y Paul junto a su pareja Terry.
- Perfume nuevo – fue lo
primero que le dijo Paul al saludarla. Miley sonrió y le dio un beso en la
mejilla.
- ¡Eres increíble! –
- Nombre… - dijo apretando sus
manos – es dulce y formal, pero a la vez una fragancia salvaje… erótica – la
miró de arriba abajo – igual que tu…
- Jaja – dijo con sarcasmo.
- ¿Usted que dice señor Jonas ?
– dijo Paul, sirviéndose una copa y alcanzándole otra a Miley. Esta se sonrojó
un poco cuando Nick se acercó a su cuello y aspiró profundamente el perfume,
acariciando suavemente la base del cuello con su nariz. Miley estuvo a punto de
tirar la copa. Los demás los miraban sonrientes, salvo por Marianne y Liam.
Antes de separarse, le dio un suave beso en la clavícula. Era el primer gesto
de ternura que había tenido desde que dijera esa estúpida frase… Lo miró a los
ojos tratando de disculparse. El la miró y sonrió de costado.
- Irresistible – dijo mirando a
Paul – Así es mi esposa.
- ¿Cual es el nombre Miley? –
dijo Paul – si es capaz de lograr eso en un hombre…
- "Ab… - carraspeó
tratando de serenar las hormonas – "Absolutely Irresistible", de Givenchy.
- ¡Nada menos! – dijo Mildred
risueña – oye Miley hoy no has traído las joyas… las esmeraldas que tienes son
ideales…
- Oh no – dijo tomando un sorbo
de champagne – no se me ocurrió traerlas – las demás rieron, aunque ella no
entendió por que lo demás encontraban gracioso el comentario.
- Miley no es de las que pasean
sus joyas por todo el mundo Mildred – dijo Nick tomando su mano y dándole un
beso – ella en si, es una joya invaluable – Miley volvió a arquear la ceja. No
sabía si eso era cierto o una simple frase cargada de sarcasmo.
- Nick quiso regalarme unas
joyas cuando fuimos a Colombia, pero me negué… - rió – claro que después me
arrepentí cuando vi la calidad de los orfebres colombianos… esas joyas… -
suspiró. Nick la tomó de la cintura y le dio un beso en la mejilla.
- Bueno… si aun no has hecho el
discurso te aconsejo que lo hagas – dijo Nick mirando a Sam, este asintió
colorado – estoy muerto de hambre. – Tomó de la mano a Miley y se alejó de los
comensales, sin dejar de observar la cara de Liam. Envidia. Eso era lo que se
veía en sus ojos. Envidia por la mujer que tenía al lado, por su suerte… por lo
bien que hasta ahora las cosas habían resultado. El Resort estaba funcionando a
pleno, las actividades eran muy buenas, y aunque todo proyecto a su entender
era "perfectible", al menos el comienzo había sido auspicioso. Si el
mágico resultaba un éxito, estaba convencido que el muggle estaría en iguales
condiciones muy pronto. La mesa que había escogido para ellos estaba casi a la
mitad del salón, de cara a un ventanal, donde podía observarse la playa
iluminada con las mismas bolas de cristal y el mar, que reflejaba una inmensa
luna nueva.
- Que suerte que Remus ya no
tenga su pequeño problema, ¿no crees?… - dijo Miley una vez que la ayudara a
sentarse y se ubicara frente a ella. Miley había estado mirando la luna un
segundo.
- Si, es una suerte, y un
milagro… – dijo él. Súbitamente le tomó la mano por sobre la mesa – Lo siento…
no sé por qué me comporto contigo un tanto…
- Yo lo siento Nick… - dijo
mirándolo a los ojos. Nick sintió un nudo en la garganta. Ella los tenía un
tanto aguados, como si estuviera a punto de llorar. Maldijo en silencio – yo…
no te dije que te odiaba, es decir… - suspiró – era parte de una tonta broma…
no sé como…
- No me molesta que me digas
que me odias… - dijo triste y acariciando suavemente la mano femenina – es sólo
que…
- Pero a mí si me molesta
decírtelo, porque rompí nuestra tregua, y solo fue un comentario estúpido, que
seguía un tonto diálogo que teníamos… ni siquiera recuerdo por qué diablos dije
que te odiaba si… – él acarició el labio superior para hacerla callar.
- Fue porque no me importaba si
venía a esta insoportable fiesta envuelto en una toalla.
- Si, eso es... – él paseó la
mirada desde sus ojos hasta donde comenzaba el escote del vestido.
- Estás hermosa esta noche… - Miley
sonrió. Tomó la mano de Nick y la llevó a sus labios. Nick retuvo un instante
la respiración. Era la primera vez que Miley tenía un gesto de ternura para con
él. Ella abrió los ojos para ver la cara sorprendida de su esposo.
- ¿Solo esta noche? – El
sonrió.
- Siempre… - le guiñó un ojo.
- Gracias… tú también no estás
nada mal – rieron.
- No me habías dicho que te
encantaban esas piezas de joyería artesanal que vimos en Colombia.
- No era necesario… si bien
enloquecí por esa esclava, con la esmeralda ovalada… - suspiró. Nick le tomó el
mentón delicadamente con la punta de sus dedos, la acercó casi hasta quedar sus
labios juntos. Miley sintió que el cosquilleo de la respiración de Nick, le
erizaba la espalda.
- Haré que te traigan la mina
de esmeraldas completa, si quieres – la miró a los ojos. Al Parecer Nick se
había olvidado del enojo, porque la miraba de la misma manera que lo había
hecho antes de su apasionado y sensual baño de la mañana…. Y la besó,
simplemente, como si hacerlo fuera tan común como peinarse o lavarse la cara al
despertar… pero siempre besar a su esposa era algo único; y cada beso que se
daba era irrepetible. Siempre cada beso, dado o robado, era mejor que el
anterior.
- No es necesario – dijo,
perdida en esos ojos cafes intensos. Sonrió pensando que aunque quisiera, Nick
nunca podría darle las esmeraldas que ella quería. Simplemente porque las que
más adoraba, eran de Nick y lamentablemente las tenía en su cara. Aunque,
sonrió con picardía, se veían muchísimo mejor en el lugar donde estaban. - me
gusta esta piedrita que me regalaste también – agregó jugando con una pequeño
rubí que pendía de una delicada cadena de oro y descansaba en la base del
cuello. Los interrumpió unos aplausos que les anunciaban que el discurso de
apertura del resort iba a dar comienzo.
Desde la distancia, alguien
miraba la escena de los esposos Jonas con rabia. Liam aun no se resignaba.
Estaba seguro que ella lo miraría en cuanto lo viera con su traje oscuro y su
cabellera alisada con gel. Pero Miley no había ocupado ni un minuto en él. Toda
su atención estaba en su ahora esposo. Como lo envidiaba. Esa tarde estuvo a
punto de cometer una locura. Matar a ese despreciable Jonas , que siempre se
quedaba con lo que él quería, fue una idea que inundó su mente incluso hasta
cuando se había quedado unos minutos y los había escuchado reñir y reír… Después
no pudo aguantar más tanta intimidad entre ellos. Una intimidad que nunca
tendría con la que fuera su novia…
- Dan asco, ¿verdad? – dijo una
voz un tanto resentida. Liam se dio vuelta para mirar a Marianne Bradsford, que
tenía su mirada clavada en Nick y Miley. Esto lo sorprendió.
- Bueno, – sonrió – es
sorprendente lo que uno puede descubrir - ella solo se llevó la copa a la boca.
– No puedo creer que ese Jonas tenga tantas mujeres hermosas, locas por él -
resopló – Recuerdo que en la escuela era un imbécil…
- Si, pero ahora no lo es… -
dijo Marianne- y daría todo lo que tengo por alejarlo de esa… - miró a Miley
con envidia. Liam vio que quizás si manejaba la situación podría tener una
aliada para lograr su cometido.
- No te resignas, ¿verdad, Marianne?
– ella lo miró sonriendo.
- ¿Es que acaso te resignas tú?
– él levantó la copa como asintiendo al comentario.- bien en ese caso ¿qué
harás?
- Ahora mismo, es imposible que
podamos encontrar un momento para tratar de lograr nuestro objetivo – miró a la
pareja nuevamente – El maldito cabeza rajada, no la suelta ni a sol ni a
sombra.
- Quizás podríamos lograr que
papá lo distraiga…
- Podría ser… - dijo chocando
la copa con Marianne y sellando el pacto – podría ser…
Nick y Miley disfrutaron de una
sustanciosa cena, con frutos de mar de la zona, y variadas ensaladas. La verdad
era que Nick estaba famélico y no perdía oportunidad de probar casi todos los
platos que ponían en su mesa. A mitad de la cena, Paul y Terry se les unieron,
puesto que en la mesa que los habían ubicado, según palabras de Paul, lo más
divertido que podría pasar era que alguno de los viejos se atragantara con un
hueso de pollo. Nick rió con la idea, y Miley trató de regañarlo, pero a ella
le había parecido gracioso el comentario. La bebida corría copiosamente por la
mesa. Miley no quiso probar mucho porque la poción que bebía por las noches no
debía mezclarse con bebidas alcohólicas, por lo que lo único que probó fueron
jugos de mango y piña, aguantando la burla de Terry.
La conversación fue cambiando a
medida que transcurría la velada, entre lugares de diversión de la isla, y los
alrededores, e ideas para nuevas excursiones. También charlaron sobre los
progresos en las obras del resort para muggles ubicados al otro lado de la
isla. Paul era de la idea de hacer un complejo con todo el confort, y rentarlo
a precios no accesibles, para que todos los muggles pudieran disfrutarlo, y Nick
pensaba igual; pero al parecer, había cierta resistencia a la idea de parte de
Bradsford y los demás, incluido cierto rubio metiche, palabras de Paul, que
opinaba que los muggles deberían instalarse en chozas. Media hora antes de los
fuegos artificiales, un mozo se acercó a la divertida mesa con un mensaje para Nick
de Sam Bradsford. Este sin esperar mucho y lidiando con el enojo de Miley por
dejarla sola se marchó. Miley le dijo que lo esperaría en la explanada al
comienzo de la playa, porque quería tener un lugar privilegiado para los fuegos
artificiales. La novedad eran unos fuegos creados por Fred y George, que podían
explotar aun en contacto con el agua, formando estelas brillantes, pero que no
eran nocivas para el medio ambiente. Nick asintió y le pidió a Paul y Terry que
cuidaran de Miley hasta que volviera. Ella le sacó la lengua y le replicó que
podía cuidarse sola. Paul calmó la inminente discusión, diciéndole a Nick que
con placer acompañarían a la dama.
Nick, algo molesto por la
interrupción de su velada, avanzó hacia la mesa de su socio dando grandes
zancadas. Tendría con Sam algunas palabras… aunque era propio de Bradsford
utilizar cualquier momento para hacer negocios, Nick que ahora tenía otras
inquietudes, no iba a ser igual. Quizás antes de su matrimonio estuviera cegado
por su necesidad de olvidarse de todo, y volcara todas sus energías en el
trabajo. Pero ahora, sus energías se desviaban considerablemente hacia el
cuerpo y la presencia de su esposa. Llegó a la mesa para encontrarla vacía. Un
minuto después ya dispuesto a abandonar el encuentro y buscar a Miley, lo
divisó en una mesa, un tanto alejada de donde estaba, conversando con un mago
mexicano que estaba incluido en el proyecto. Caminó dos pasos, pero una copa de
champagne se interpuso entre una mujer y su traje. Maldijo en chino, cuando vio
que la mujer lo miraba azorada y muy avergonzada. Marianne se encontraba
realmente apenada.
- ¡Discúlpame, Nick! – dijo
tratando de limpiar el estropicio con la mano.
- Descuida Marianne… - dijo –
no es mas que una tonta mancha.
- Pero… se arruinará tu traje…
deberías ir y cambiarte.
- No… - suspiró - no lo creo…
- Al menos deja que te ayude –
trató de poner la mano en la zona donde estaba la mancha, pero Nick la tomó de
la muñeca y lo evitó.
- Descuida… no es necesario…
- Usa tu varita… aquí no hay
muggles con los que debes fingir.
- No la traigo conmigo – dijo
usando un pañuelo. – será mejor que vaya al baño – la miró – discúlpame con tu
padre un minuto por favor…
- Si, claro – dijo ella
sonriendo. Nick se perdió por entre las mesas y ella sonrió aun más. La primera
parte del plan al parecer estaba cumplida.
"Menudos guardianes
tengo." Pensó Miley
cuando Paul y Terry corrieron desesperados hacia una barra dispuesta en la
playa, demasiado alejada de donde ella se encontraba, para, según las palabras
de esa inusual pareja, mojar sus secas gargantas. La brisa fresca del mar la
hizo tiritar. Recién en ese instante se dio cuenta que había olvidado su chal
en la mesa. Sonrió, pues tenía un motivo muy convincente para pegarse al cuerpo
de su marido. El sitio elegido para observar abrazada a Nick los fuegos
artificiales, si bien estaba iluminado, no lo estaba tanto como las demás
partes de la playa. Miró hacia el espejo de agua. El mar parecía una inmensa
obsidiana, veteada por las espumosas olas. La mayoría de los invitados ya
estaban caminando por la playa y ubicándose para el espectáculo. Muy pronto
estaría con Nick y si todo salía bien, como hasta ahora pasaba, mañana estarían
viajando hacia Cartagena como Nick se lo había prometido. Aun quedaban miles de
cosas por hacer… y miles de cosas por ver. Estaba tan absorta pensando en las
miles de cosas que harían con su esposo, que no se dio cuenta, hasta que fue
demasiado tarde, que ya no estaba sola. La mano fría se posó en su espalda y la
hizo dar un pequeño brinco. Se dio vuelta para encontrarse con la desagradable
presencia de su antiguo novio que se acercaba a su cuerpo peligrosamente. Miley
lo supo desde el momento en que conecto su mirada con los vivaces ojos de Liam,
que ese encuentro le traería problemas… y suspiró resignada.
Nick estaba en mangas de camisa
pasando su pañuelo mojado por la mancha y pensando que quizás lo mejor que
podía hacer era sacarse la chaqueta. Bien eso no era parte de lo que esperaba
para una velada. Se miró al espejo y sonrió. Miley de seguro estaría muy
molesta para cuando retornara a su lado, pero no podía prever este accidente.
Recordando tarde que podía utilizar la magia sin varita, movió su mano para
decir el hechizo que sacaría la mancha de champagne. Instantes después la
chaqueta estaba impecable. Se la colocó y se acercó al espejo para acomodarse
el cuello de la camisa y el cabello, cuando por el rabillo del ojo le pareció
ver alguien medio oculto entre los cubículos del baño. Dos segundos después
abrió los ojos sorprendidos.
- ¿Qué haces aquí? – dijo
sonriendo – creo que te has equivocado de puerta.
- No lo creo… - dijo la mujer. Nick
chasqueo la lengua divertido
- Este es el baño de
caballeros… no creo que hayas entrado aquí a propósito.
- Si, lo he hecho – Nick se
sorprendió de escucharla - porque te estaba buscando a ti… entre aquí con el
único propósito de estar a solas contigo – La sonrisa de Nick desapareció por
completo y mirándola, suspiró cansado. Hacia años que temía esa actitud de
Marianne, pero al parecer, a esta le había tomado la misma cantidad de años
envalentonarse para encararlo. Desafortunadamente, no era el momento y mucho
menos el lugar para Nick.
- Marianne… - dijo mientras
ella se acercaba lentamente y se detenía casi a un suspiro de Nick. El
retrocedió.- Me parece que…
- Hace años que esperaba estar
a solas contigo…
- Mira Marianne… yo…
- Y ahora creo que el momento
ha llegado…- se abalanzó decidida hacia el cuerpo de Nick e intentó rodearle el
cuello con sus brazos, pero Nick lo evitó tomándola con rapidez, de las
muñecas.
- No te equivoques… - dijo
serio – te aprecio como la hija de mi socio… pero jamás podría verte como una
mujer… te veo como una hermana pequeña, Marianne no compliques las cosas…
- Si, pero no soy una niña… soy
una mujer – quiso nuevamente asirlo del cuello para besarlo, pero las manos
fuertes de Nick lo evitaron – y te quiero… te quiero para mi.
- Lo siento… creo que nunca te
di motivos para que pensaras que entre nosotros podría haber algo Marianne – la
soltó – Soy un hombre casado...
- Pero podrías tener una
amante… que tal si yo… – Nick rió interrumpiéndola.
- No me interesas… - La chica
estaba a punto de chillar – mira, lo siento, pero nunca me fije en ti como para
tener una relación… mi mujer es Miley y estando con ella, nunca podría ser
capaz de estar con otra mujer… - la miró serio – no lo necesito.
- Pero ella si puede estar con
otros tipos ¿no?
- Trata de no decir estupideces
respecto a mi mujer, Marianne, mi paciencia en ese tema tiene un limite muy
delgado… no trates de pasarlo – no te lo aconsejaría…
- Pero es la verdad – dijo ella
con lágrimas en los ojos – ella puede estar en brazos de otros hombres mientras
le brindas toda tu devoción.
- ¿Que quieres decir? – dijo Nick
mirándola con rabia. Esa chiquilla ya lo estaba sacando de sus casillas.
- Digo que mientras tu te la
das de gran moralista y hombre fiel, ella te esta poniendo los cuernos con Liam
Hemswoth – la mirada de Nick se puso oscura… y su boca adquirió un rictus
terrorífico, tanto que Marianne dio dos pasos alejándose.
- Espero que lo que acabas de
decir, sea producto del despecho.
- Es cierto… podrías ir en este
momento y darte cuenta que tu hermosa mujercita es una zorra… -Lo miró
desafiante. – Liam me dijo que se encontraría con ella en la playa… La cita
estaba pautada… esta tarde quedaron de acuerdo.
- ¡Cállate! – rugió molesto.
- Dime Nick – dijo sonriendo –
¿que se siente ser el carnudo del año? - Nick no quiso quedarse a escucharla.
Si eso fuera cierto y Miley… no, se dijo. Tenía que confiar en ella… tenía que
esperar, ver, y si las cosas estaban un tanto confusas, escucharla… Si, no iba
a actuar por instintos… decidió refrenar ese instinto animal que quería romper
todo y… si debía escucharla. Era difícil mantener la cordura, mas cuando la
sangre le inundaba el cerebro y una pequeña voz siniestra, le gritaba fuerte
"venganza, castigo, traición…" Sacudió la cabeza. No iba a
cometer otra vez la misma tontería… esta vez la escucharía. La música lo mareó
al llegar al salón. Apresuró los pasos, y si pudiera correría, pero el salón
estaba lleno de gente y no podría ser descortés y empujarlos de mala manera
para que lo dejaran pasar. El corazón le latía a mil pulsaciones por minuto.
¿Que era lo que sentía? ¿Celos, miedo, angustia, ansiedad? Una mano huesuda,
acompañada por la voz seca y gruesa de su socio lo volvió a la realidad. Sam
Bradsford lo había atrapado y la angustia lo golpeó fuerte. Pero tuvo que
aguantarse. Bradsford parecía no tener intenciones de dejarlo marchar…
- ¿Qué se supone que haces
aquí? – dijo Miley separándose de Liam. El sonrió satisfecho, como si hubiera
ganado la copa de Quiddicht en la escuela.
- Quedamos en vernos… Querida.
– Miley sintió que la rabia la hacía temblar…
- Dime, ¿cuando fue eso?
- Cuando atendiste la puerta
esta tarde – dijo tranquilamente y tratando nuevamente de aferrarla por la
cintura – ¿acaso no te acuerdas?
- Eres un idiota – dijo
secamente y dándole un golpe en la mano. Se disponía a volver al salón, cuando
la mano firme de su antiguo novio la aferró con fuerza – ¡suéltame! – gritó
sacada, y dispuesta a darle de a golpes si no hacia lo que le pedía.
- No… - dijo Serio – ¿quieres
armar escándalo pequeña Ginevra? – ella se detuvo – Porque si gritas un poco,
te aseguro que esa va a ser la versión que le daré a tu maridito… que tu y yo
tenemos algo aquí y que no nos aguantábamos del deseo de vernos y amarnos… -
sonrió. Ella aflojó levemente – así está mucho mejor.
- Eres un cobarde desgraciado…
- Todo por ti pequeña – dijo
tratando de tomarla del mentón, para besarla. Miley esquivó la mano,
retrocediendo dos pasos.
- ¿Acaso no te bastó la paliza
que te dio Nick?
- No… - dijo dándole un tirón y
asiéndola por la cintura. Su boca se acercó a su cuello para besarla, pero Miley
se deshizo del abrazo y le dio un bofetón.
- Agradece que no tenga mi
varita – dijo secamente
- ¿Por que te mientes?
- ¿De que hablas?
- Hablo de esa relación que
tienes con ese infeliz, bueno para nada…
- No sabes lo que dices...
- Si lo sé… - rió – y te
aseguro que la devoción que dices tenerle es infundada. Al menos el no se lo
merece…
- No se de que hablas…
- Creo que si lo sabes… solo
que te haces la tonta.
- ¿Por que no eres mas claro? –
sonrió – a ver gran señor
Hemswoth … ¿que nuevo invento ha maquinado tu mente
enferma para separarme de Nick?
- Ningún invento… mi amor –
dijo sereno – Mientras tu te me estás haciendo la difícil, él está teniendo un
pequeño encuentro, y bastante agitado, con la hija de su socio… - Miley lo miró
sin entender – en el baño de caballeros – Miley abrió los ojos y rió.
- Mientes…
- No, no miento –trató de
acercarse.
- Quédate donde estás, porque
te aseguro que no tengo mi varita, pero puedo clavarte el tacón de mi zapato
donde mas te duele… - él se detuvo.
- Te da miedo que él te deje
¿verdad?
- Si me deja, es problema mío…
- dijo a punto de estallar. A pesar de que las palabras venían de Liam, el
pensar que Nick estuviera con esa tonta, le ponía los nervios de punta. Miró
hacia el salón. Nick no daba señales de volver rápidamente, y eso la puso mas
cabreada.
- No te preocupes…. – dijo
haciendo la voz mas empalagosa – si te deja, puedo usarte como amante… - Miley
rió.
- No me hagas vomitar,
Hemswoth …
aun si me dejara, Nick es mas hombre que tu, y vería muy difícil contentarme
contigo, luego de tener semejante hombre en mi cama.
- Porque aun no sabes la clase
de hombre que soy… - dijo sereno.
- Créeme, ya me he dado cuenta
la clase de individuo que eres tu… y no eres igual a Nick… nunca lo serías…
- Eso sin dudar –la miró burlón
– a mi nunca se me hubiera ocurrido lo que a él… ¡Follarse a la hija de
Bradsford!! – dijo risueño.
- ¡Eso es una puta mentira!
- No, no lo es…. – dijo riendo
– en estos momentos debe estar enterrado en su cuerpo y haciéndola chillar de
placer… ¿verdad que el tipo es bueno a la hora del sexo?
- ¡Cállate, imbécil!
- Si, al menos eso es lo que
dice Nicole… dice que Nick en la cama es…
- Mágico – dijo ella a punto de
llorar – Nick es magia en la cama… y hace que una mujer deje todas sus
convicciones en el piso sólo para disfrutarlo un segundo… - lo miró desafiante
– algo que tu nunca lograste en mi… - Liam le devolvió una mirada cargada de
odio.
- ¡Zorra! – le escupió
- Si, pero de Nick… - rió, al
menos no iba a ser la única que sufriera por sus palabras – Ahora escúchame
bien, grandísimo fracaso de hombre… nunca voy a rebajarme a volver contigo… –
suspiró – ¡y mucho menos acostarme con alguien como tú, que no vale la pena ni
el trabajo de desvestirme!
- Tonta… Nick debe estar a
punto de dejarte…
- No, no es cierto… Nick no va
a dejarme… - jadeó ya a punto de perder los estribos – no sabes lo que dices…
- Si, debe estar a pensando en
correrte de su vida, y quedarse con Marianne…
- O quizás,… - dijo una voz
fría y gruesa, que hizo saltar a Miley y mirar hacia la luz. Pero el sitio
estaba casi a oscuras y solo pudo ver la silueta de una persona. Aunque sabía
que era Nick. Ya conocía esa voz, y con temor acabo por darse cuenta que ese
timbre tan particular de su voz, aparecía cuando estaba a punto de cometer una
locura – estoy lamentando que no haya tiburones por esta zona… - la luz de la
luna lo iluminó, pero hubiera sido mejor no verlo, la mirada fulminaba a Liam
que había retrocedido cauteloso – porque no me disgustaría lanzarte a ellos…
aunque con esto contribuya a su extinción…
- Nick… -dijo Miley
acercándose.
- Está muy oscuro aquí pequeña
– dijo abrazándola
- Liam ya se iba.
- ¿Es verdad, señor
Hemswoth ? –
dijo girando la cara para verlo.
- La verdad…
- Si… - dijo ella – y le
pediría en lo sucesivo señor
Hemswoth no se acerque a mi, aunque la tierra se
parta y usted sea la ultima oportunidad para sobrevivir… - lo miró seria –
¿queda claro? – La mirada cargada de odio de Miley pegó en Liam que lo único
que hizo fue asentir no muy convencido.
- Creo que Marianne Bradsford
lo estaba buscando señor
Hemswoth … - dijo Nick, levantado la mano casi a punto de
atacar, pero Liam fue más rápido y con un movimiento de varita, desapareció. Miley
jadeó – maldito cobarde hijo de puta… - pero rápidamente giró para ver a su
mujer, la tomó del brazo y comenzó a zamarrearla con fuerzas – ¿Que diablos
hacías a solas con ese imbécil y en una zona a oscuras? – gritó. – y será mejor
que no me vengas con una excusa barata, porque no voy a tolerarlo… mas te vale
que…
- ¡Suéltame!! – dijo ella
dándole un golpe – ¡no vuelvas a gritarme y mucho menos ponerme la mano encima!
– él rápidamente la soltó.
- Lo siento… - luego volvió a
mirarla – ¡pero aun estoy esperando que me digas que carajos hacías a solas con
ese imbécil!!!
- Antes de que te responda –
dijo ella a punto de estallar – Dime una sola cosa… ¿Qué tal estuvo el polvo
que le echaste a Marianne? – atacó ella. Nick entrecerró los ojos mirándola sin
entender.
- ¿Qué…? ¿De qué demonios me
estás hablando?
- ¡No te hagas el idiota!! -
chillo, dándole un golpe en el brazo – ¿donde quedó esa estúpida premisa de …
"No meto los pies en el plato en que como?"…
- No te entiendo…
- ¿Estabas o no con Marianne?
no lo niegues porque Liam me lo dijo….
- Si, claro que me la encontré…
- Eres un… ¡Perro!! – le dijo y
trató de escapar por la playa, pero la arena se le había metido en la sandalia
y no podía caminar rápidamente. Nick le dio alcance y la dio vuelta para
aferrarla a su cuerpo.
- Que tengo que decir yo, que
llego y te veo…
- Oh si- dijo tratando de
desasirse de sus fuertes brazos pero era imposible.- Claro, creo que tienes
razón, porque de acuerdo al diálogo que estábamos teniendo ese desgraciado y yo,
¡de seguro nos encontraste en las preliminares del sexo!!
- No te hagas la sarcástica que
no estoy para jueguitos de palabras…
- ¡Yo menos!! – chillo – Liam
se me acercó sin que me diera cuenta…
- Si, de seguro – dijo
incrédulo.
- Cree lo que quieras – dijo a
punto de llorar – pero es la verdad… como yo no quise saber nada con él,
intenté irme pero no me dejó…
- Claro y tu le dijiste que no
estabas interesada, ¿verdad?
- ¿Tu estupidez es innata o
apareció de repente en el transcurso de tu vida? – Nick la miró - Por supuesto
que se lo dije, se lo recalqué y como parece que no le entraba en la cabeza
tuve que sacudírsela de una bofetada… ¡y como yo no daba el brazo a torcer, el
muy idiota creyó que era oportuno decirme de tu amorío con Marianne y a su vez
tratar de chantajearme!!
- ¿Como?
- ¡Si! – gritó – me dijo que si
yo no hacía lo que él quería, te diría que habíamos quedado en vernos esta
tarde, cuando atendí la puerta… - le dio un golpe en el pecho – y yo rogué al
cielo que tu vinieras lo mas rápido posible… pero claro, el señor la estaba
pasando muy bien en el baño con Marianne, ¿no? – dijo a punto de estallar- ¡y
no me lo niegues!! Porque eres tan… que eres capaz de…
- No – dijo, tomándola del
mentón y mirándola con rabia – escúchame bien… esa chiquilla estúpida nunca
estuvo en mis planes… ¿lo escuchaste? – rozó sus labios con su lengua, haciendo
que Miley los separara - nunca…- y la besó furiosamente, asiéndola del cuello y
apoyando su cuerpo al de ella con tanta vehemencia que Miley tuvo que mover
hacia atrás un pie para mantener el equilibrio. – maldición, cuando Marianne me
dijo que tú te veías con
Hemswoth …
- Que… ¿qué? – dijo ella. Él la
abrazó, pero esta vez fue más suave.
- Me puse… – iba a decir
completamente ciego de los celos pero se frenó- como loco… Pensé que iba a ser
el hazmerreír de todos… el cornudo del año – Ella lo miró con reproche- y luego
me encuentro con Bradsford y se sorprende de verme sin ti. – Miley estaba un
tanto confundida.
- Pero si él…
- Por eso me vine corriendo… -
la miró – imaginando que podría ser cierto lo que Marianne me dijera y…
- ¿Ellos querían que armaras un
escándalo verdad? ¿Con el fin de… ridiculizarte y mancillar mi honor?– él
asintió, aunque bueno, no le dijo qué parte de sus palabras carecían de cierta
validez… mas que nada, la parte de su furia por los cuernos. Miley nunca se
enteraría que su temor era a que ella lo dejara – qué bajos que son… - dijo
ella refunfuñando – y estúpidos…
- ¿Por qué lo dices?
- Porque si nosotros hubiéramos
tenido intención alguna vez de estar con ellos… - miró a Nick – digo, tu no
hubieras esperado a estar con Marianne después de casado, ¿verdad? – El
asintió.
- Y tú no hubieras mantenido en
ascuas a
Hemswoth , antes de casarte conmigo. Ella lo miró y sin decir nada, se
puso en puntas de pie y le dio un corto beso. Lo miró a los ojos y asintió.
- Dime la verdad… ¿No querías
estar con Liam?
- ¿Crees que soy idiota?
- Eh...
- Gracias por el voto de confianza
– dijo con sarcasmo y soltándose. En ese momento los fuegos artificiales
iluminaron la noche. Nick la miró. Ella se había perdido mirando el cielo, pero
Nick creía que eso era una táctica de distracción… ella de alguna manera,
estaba apunto de llorar.
- No desconfié de ti… – dijo
sereno, tratando de evitar su sufrimiento. Le dolía horrores verla triste y con
los ojos aguados. Ella bajó la mirada y la clavó en él – yo me dije que iba a
esperar y escucharte… y no desconfío de ti.
- Nunca te daría motivos para
desconfiar… -dijo acercándose y abrazándose a su cuerpo. Nick la abrazó y cerró
los ojos mientras la brisa del mar, le refrescaba la cara. – yo tengo palabra…
- Yo… - los fuegos artificiales
taparon su respuesta. Nick solo fue capaz de abrazarla y mirar hacia al cielo.
Tal vez con el tiempo, el podría explicarle todo lo que le sucedía… pero por
ahora, solo pudo abrazarla, y darle calor. Quizás, Miley fuera lo
suficientemente inteligente para que no hicieran falta las palabras entre
ellos.
*****
El viaje a Cartagena se
postergó más de lo esperado, debido a unos problemas con el resort para
muggles. Habían pasado cinco días desde la fiesta, y no había nada que hiciera
a Miley creer que se daría en poco tiempo. Estaba un tanto desanimada, y ya
creía que la promesa de Nick no iba a cumplirse, porque los problemas aparecían
por arte de magia, y Nick era requerido constantemente porque, a ver de Miley,
era el único con suficiente cerebro para subsanarlos. En algunas ocasiones ella
lo acompañaba, sorprendiéndose de la cantidad de obreros empleados para el
proyecto. Conoció a la arquitecta, una mujer casi de cuarenta años, muy bonita,
que tenía la voz de mando y organizaba las tareas. Nick se olvidaba de su
presencia, y se sumergía en los planos dando algunas directivas, y tratando de
subsanar los errores que iban surgiendo, lo mejor posible. Paul y Terry la
acompañaban y siempre le pedían asesoramiento en cuanto al proyecto de
decoración. Liam también aparecía por allí, pero ella se cuidaba de nunca andar
sola. No iba a darle oportunidad a ese desgraciado para que la molestara. Por
la tarde acompañada siempre por Paul y Terry, se tiraban al sol durante horas,
y compartían algunas frutas tropicales, y tragos mientras esperaba que Nick
volviera de su insólita jornada laboral. Ya habían pasado casi un mes fuera de
Inglaterra, y se dijo que a la mañana siguiente, tarde en su país, llamaría a
Joe para saludarlo y preguntar como iban las cosas por allí. A pesar de estarlo
pasando en grande, siempre recordaba a sus padres, y rogaba todas las noches
antes de dormir que ellos se recuperaran pronto.
La mañana siguiente Nick salió
muy temprano en la mañana. No quería despertar a Miley ni mucho menos
desanimarla con especto a su tan prometido viaje. Las cosas se habían
complicado bastante y lo peor era que aun no le había dicho que el viaje se
postergaba hasta nuevo aviso. Hasta ahora lo había tomado bien, así que
prefirió no darle una fecha de partida. El problema en el resort era que a
diferencia del resort mágico, este no tenía elfos que mantuvieran las cosas
mágicamente. Allí tenían que contratar gente no mágica e idónea para los cargos
a cubrir, razón por la cual él mismo y Bradsford junto a la arquitecta, se
encargaban de las entrevistas laborales, de al menos los altos cargos. El otro
gran problema que surgía era que casi la totalidad de la infraestructura, debía
construirse teniendo en cuenta los parámetros muggles. Y a pesar de que las
cosas venían en tiempo y forma, había pequeños asuntos que lo ponían todo de
cabeza, retrasando aun más la finalización del trabajo. Aun así, estuvo toda la
mañana dando órdenes y aprobando cada uno de los ajustes de última hora. Se
reunió con Bradsford, para discutir respecto al desarrollo de la obra, y más
que nada, de corregir ciertos aspectos del resort mágico que no le gustaban.
Al mediodía, estuvo libre. Solo
le quedaba un encuentro, por la tarde con la arquitecta y los decoradores para
ponerse de acuerdo en cuanto a la decoración de cada una de las cabañas, así
que rápidamente llegó a su cabaña para sorprender a Miley y almorzar juntos. Al
abrir la puerta se quedó tieso. Miley estaba en el sofá de la sala, su nariz
respingona y graciosa estaba colorada, y sus ojos aguados y rojos. Sus mejillas
estaban húmedas… El corazón le latió lentamente. Ella solo atinó a levantar la
mirada y volver a sollozar. Nick largó al diablo su portafolio y se acercó
presuroso, Miley lo abrazó y comenzó a llorar desconsolada, escondiendo su cara
en el pecho de su esposo. Nick no sabía lo que pasaba, pero verla así le partía
el corazón.
- Miley – dijo tratando de
calmarla y acariciándole la cabeza – Miley… - ella se separó bruscamente, y lo
miró.
- Quiero volver a Inglaterra… -
dijo seria – Paso algo muy… - se ahogó - ¡necesito volver a Inglaterra, ahora!!
– Nick sintió un nudo en el estómago. De alguna manera Miley había descubierto
el engaño. De seguro alguien le había comentado el por que de su tan largo
viaje… y ahora ella estaría desilusionada de él…
- Miley… no creo que…
- ¡Tú no entiendes nada!! –
chilló – tengo que volver a Inglaterra, Nick… Me necesitan…
- Dime por que quieres
regresar… dímelo, así puedo entenderte… - dijo para calmarla, pero parecía que Miley
no tenia intenciones de calmarse.
- Llamé a Inglaterra, Nick –
dijo llorando – Y Joe … Joe me dijo…
- Cálmate, ratita… - le dijo
secándole las lágrimas con sus dedos – si no te calmas… no puedo entenderte… - Miley
respiró un par de veces con los ojos cerrados luego los abrió y lo miró
angustiada.- ahora si, dime…
- Hoy llamé a la oficina de JOE – Nick suspiró, de seguro Joe le había comunicado algo acerca de sus padres.
Mientras la observaba se preguntaba si el tratamiento de los señores Cyrus había dado sus frutos – y… - hipó – y me comunicó que…
- Le pasó algo a tus padres… -
ella movió la cabeza negativamente y comenzó a llorar otra vez.
- ¡Demi!!! – dijo y se abrazó a
él – Demi… mi sobrinito… - Nick cayó al fin.
- Miley, que le sucedió al bebé
de Demi…
- Su bebé… lo perdió…- no
pudiendo aguantar mas se abrazó a su esposo, con desesperación, Nick cerró los
ojos sintiendo su dolor y pensando en su amiga Demi y recordando lo ilusionada
que estaba con la llegada de su hijito. La cabeza comenzó a latirle, recordó
también a Joe y sintió deseos de volver… sentía muy dentro de sí, que su amigo
lo necesitaba. O al menos el mismo Nick querría que sus amigos estuvieran a su
lado si una desgracia como la que sufrieran ellos le sucediera a… La aferró con
mas fuerzas, y sin darse cuenta sus ojos cafes se aguaron – ella estaba tan…
- Cálmate cariño… - dijo
pasando suavemente su mano por la espalda – ¿que te dijo Joe ?
- Yo le dije que iría en cuanto
pudiera… - suspiró – pero él me contestó que no era necesario… que necesitaban
estar solos para consolarse mutuamente…
- Entiendo…
- No – dijo terca – yo sé que Demi
me necesita…
- Miley – dijo tomando su cara
con ambas manos y acercándola a su cara, le besó la frente cariñosamente… - no
vamos a volver por el momento.
- Per…. – se separó.
- No, escúchame… - dijo sereno.
Sabía que Miley pondría miles de objeciones pero ella no podía volver… al menos
no ahora. – Joe tiene razón… - Ella abrió la boca para refutar sus dichos pero
él la calló, poniendo un dedo en sus temblorosos labios – mira… si a mi me
pasara algo así…
- ¡No lo digas!! – dijo ella
temerosa – ni si quiera lo pienses… es algo…
- Lo sé…- suspiró- Solo creo
que Joe tiene razón - dijo sentándola en sus piernas y abrazándola. Ella
cansada de llorar apoyó su cabeza en el hombro masculino. – ratita, Demi
necesita estar un tiempo sin que nadie la mire con lástima… y le pregunté a
cada rato como se siente… - acarició su cara – necesita hacer su duelo, y
necesita hacerlo con Joe… nosotros la pondríamos mas triste, y yo no quiero que
Demi esté triste.
- Yo tampoco… pero…
- Lo mejor será que sigamos con
lo que teníamos planeado…
- Pero yo no voy a tener ánimos
para divertirme…
- ¿Hablaste con Demi? – ella
movió la cabeza negativamente – Joe me dijo que no quiere hablar con nadie.
- Entonces debemos respetarla…
- Pero… - Miley cerró los ojos
y se abandonó en los brazos de su marido. Entendía la opinión de Nick, y
pensaba que si a ella le sucediera lo mismo, necesitaría un tiempo para
encontrarse a si misma y salir de esa tristeza que le ocasionara la pérdida de
un… comenzó a llorar en silencio. Si, Demi no necesitaba que alguien le esté
recordando lo que no había podido ser. Demi, necesitaba salir de su tristeza
acompañada de su esposo. Ella desearía que Nick estuviera siempre a su lado… en
las buenas y en las malas.– tienes razón… - dijo acariciando la mano de Nick,
que descansaba en su estómago, como si adentro hubiera algo preciado para él y
su mano lo protegiera de cualquier peligro. La voz de Miley lo hizo salir de
ese mundo de ilusiones y miedos que lo atravesaron desde que se enterara de la
noticia.- creo que si volviéramos sería para causarle más dolor… y yo no quiero
causarle más dolor a nadie. – Nick, al escucharla decir estas palabras, estuvo
a punto de traicionarse a si mismo y confesarle que la amaba, pero un segundo
de racionalidad lo hizo desistir. Besó su perfumado cabello.
- Bien – dijo – ¿Almorzaste?
- No tengo hambre… - dijo – y
no quiero que dejes de abrazarme – él sonrió.
- Creo que lo mejor será que
comas algo – ella refunfuñó cuando la dejó en el sofá y se levantó para pedir
el almuerzo – Después, tomarás una siesta, y te prometo que no voy a dejar de
abrazarte mientras duermes…
- Nick…
- Y después tengo una reunión
en la tarde… – agregó – tiempo que tu utilizarás para hacer una pequeña maleta…
- Anotó el pedido en un pergamino y segundos después lo hizo desaparecer con un
movimiento de manos – Mañana comenzaremos la travesía que te prometí – Antes de
que Miley pudiera decir algo, un elfo apareció con una bandeja cargada de
exquisitos platos. Cuando este se fue, Nick la tomó en sus brazos y la cargó
hasta la terraza donde el elfo había colocado la mesa, debajo de una inmensa
sombrilla que los cubría del sol.
- Nick no creo…
- No voy a aceptar un no, Miley.
– dijo tomando la servilleta y posándola en sus piernas. Se agachó para darle
un beso y buscó su asiento – Quiero que comas todo, y si no lo haces me
dedicaré a darte de comer yo mismo – ella sonrió tímidamente.
- Dijiste que tenías tanto
trabajo… no creo que sea conveniente que…
- Mira – dijo sirviéndole una
copa de un jugo bien frío. Era jugo de piña, su favorito. – No me importa que
esté hasta el cuello de trabajo… tú eres mi prioridad…
- Nick…
- No,- dijo mandándose un bocado de carne a la boca – no quiero
verte triste… necesitas distraerte, y creo que puedo hacer mejor ese trabajo
que estar dando órdenes y que todos me digan en un español cargado de
resentimiento, ¡tirano inglés! – Miley sonrió, y Nick suspiró aliviado. – tu
sólo tienes que relajarte… - la miró tan intensamente que a Miley se le puso la
piel de gallina a pesar del calor tropical – porque yo voy a ocuparme que tu
diversión sea completa…
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