domingo, 19 de agosto de 2012

Lost Of Love - Capitulo 31


Capitulo 30
Era un hecho. Miley podía hacer con él lo que quisiera. Terminó de convencerse en ese mismo instante, cuando en vez de estar en las reuniones de emergencia con los socios del resort, estaba disfrutando de una soleada media mañana, embardunado en protector solar y tomando un delicioso aperitivo tropical. Miley le había prácticamente hecho jurar pasar un rato juntos… y cuando lo miraba y hacía esa sonrisa tan seductora, no había mas palabras. Ella tenía ganada la pulseada.
Claro que ella vencía casi todas las mañanas de las dos semanas que llevaban en la isla mágica. Cuando no estaban tirados al sol, se pasaban la jornada caminando o tomando una lancha que los llevara hacia todos lugares exóticos de la zona.
La isla elegida para el resort mágico, estaba ubicada estratégicamente, en el paradisíaco Mar del Caribe, y eso les daba la posibilidad de llegar por bote a cualquier lugar del continente u otras islas. A Miley le encantaba el color del mar, y no perdía oportunidad de caminar bien temprano, siempre acompañada por Nick. No importaba lo que hicieran la jornada anterior o que tarde se durmieran, las caminatas eran casi un ritual.
Nick miraba a su esposa detenidamente, mientras ella se colocaba la crema protectora por los brazos. Llevaba un traje de dos piezas de color verde esmeralda. A Nick le hechizaba el contraste que hacía la tela con la piel de su esposa. A pesar de ser tan blanca y delicada, esta había tomado con el correr de los días un tono dorado, que hacía resaltar sus labios haciéndolos mas carnosos y apetecibles, y sus ojos se tornaran de un color parecido a la miel. Suspiró. Había cambiado tanto en esas dos semanas. No solo físicamente, sino también en cuanto a su actitud. Era más afectuosa, y por las noches, después de tomar la poción anticonceptiva, se transformaba en una gata salvaje, haciéndolo preguntarse en ocasiones cómo diablos hacía para levantarse después de una jornada sexual extremadamente agotadora. Seguía mirándola. Sus ojos se deslizaban por su estómago plano, que brillaba a causa de la crema. Volvió a suspirar mientras se mojaba los labios con el aperitivo a base de frutas que Miley había elegido para él. "Nada de alcohol, Jonas ," le había dicho cuando él había elegido un caribeño aperitivo a base de tequila. Su estómago plano volvió a ser centro de atención. Y de nuevo ese deseo que surgiera hace dos semanas, en Inglaterra, volvió a asaltarlo. Tener un hijo… verlo crecer dentro de ella. Cerró los ojos recordando la escena que le cambió completamente la forma de pensar…
"Abrió molesto la puerta, porque ya estaba un poco fastidiado de que cada uno de sus amigos tuviera algo que decir en su contra cuando su matrimonio entraba en tela de discusión. No, no iba a claudicar en cuanto a su decisión de no formar una familia. Estaba convencido que traer un niño al mundo, como estaban las cosas con su pseudo esposa, era el peor error que pudiera cometer. Y si sus amigos no entendían, lo lamentaba por ellos. El iba soportar los embates, y seguir en su postura. Dejó pasar a Joe , que algo risueño le hizo una reverencia, y sin más preámbulos se acercó a Demi y le dio un beso protector, acariciándole el estómago. Nick sintió nauseas… se pegaría un tiro en los testículos antes de tener la cara de sometido que tenía su amigo en ese momento. Decidió dejar a los tórtolos y centrarse en su objetivo: Tonks. Sonriendo, dio dos pasos hacia la cama, miró hacia donde estaba su amiga. Nimphadora Tonks Lupin estaba radiante. El cabello usualmente rosado o púrpura rabioso, hoy lucía un sobrio tono acaramelado, pero con un brillo inusual. Las mejillas estaban rozagantes y los pechos tan… Carraspeó, no iba a ver ese punto de su cuerpo, era el que menos le interesaba; más cuando Remus estaba a su lado. Sonrió a su amiga que con una sonrisa que apenas se sostenía en su cara, lo saludó agitando efusivamente la mano. Si, tenía la intención de acercarse, abrazarla y felicitarla, alabando seguramente a su hijo, y haciéndole las bromas usuales, como "espero que tenga mas del padre que de ti, porque sino será un caso perdido"; o quizás un, "espero que no tenga tan malos gustos en cuanto a tonos de cabellos como la atolondrada de su madre…"; o mejor decirle " ey, Tonks, al fin tienes tetas," pero no se retuvo mucho tiempo en ella, porque alguien mas le llamó la atención. Estaba sentada en el alfeizar de la ventana. El sol penetraba brillante a pesar de ser pleno invierno, y los rayos acariciaban suavemente la cabellera castaña , transformando la habitación en un hipnotizante caleidoscopio de brillantes colores. Tonos dorados, rojizos, castaños, ocres y naranjas, lo cegaron. Pestañeó un segundo y enfocó la mirada. Ella no lo miraba. Cuando pudo verla bien, sus ojos cafes se abrieron sorprendidos aun más con la escena. Miley tenía en brazos a su futuro ahijado; y si momentos antes de entrar, renegaba de la idea que tanto Joe como Neville habían hecho hincapié, se encontró pensando, mientras se acercaba a esa mujer, como un pequeño alfiler atraído hacia un potente imán, en nombres de futuros niños, sus hijos… suyos y de ella: James, Sirius, Albus… cuando llegó al lado de la ventana, Miley levantó la cara y sus miradas se encontraron… se fundieron, se volvieron un solo deseo, pero no fueron capaces de exteriorizarlo. Rápidamente bajaron la mirada hacia el niño, que hacía extraños ruiditos de succión.
- Es… - solo fue capaz de decir Nick. Tenía la garganta hecha un nudo.
- Si – agregó Miley.
- Cómo…
- Es livianito… - sonrió, y con la yema del dedo, le acarició la carita – parece un pomponcito de algodón… - Nick rió.
- No vayas a tirarlo por la ventana – Miley abrió los ojos.
- ¿Como crees? – dijo haciéndose la ofendida.
- Deberías bajarte de allí y sentarte en un asiento apropiado, así no le da frío…- dos segundos después de decir esa estupidez, se estaba pateando mentalmente.
- Me encanta verlo… - miró a su esposo con los ojos aguados. Nick se perdió en esa mirada una vez mas – ¿qué te parece si lo raptamos? – Nick estaba apunto de decirle "para que raptarlo, si podemos hacer uno mejor," pero prefirió no emitir opinión alguna; solo sonrió como un idiota, o al menos le pareció tener ese rostro tan propio de Joe al sonreír servilmente a su mujer, y se acercó para darle un beso como si estuvieran solos, pero Remus lo interrumpió haciéndolo volver a la realidad. El cuarto estaba lleno de gente.
- No te atrevas a tener esas idea Ginevra – dijo acercándose en dos zancadas, para abrazar a Nick. Este lo felicitó y le devolvió el abrazo. Remus se acercó a su oído, susurrando para que solo Nick escuchara – ¿cuantos nombres de niños han pasado por tu cabeza desde que viste a mi hijo en sus brazos? – Nick se separó, algo rojo.
- Gracioso…
- Dime que no pensaste ni uno… - lo retó.
- ¿Un qué? – preguntó Miley dándole el bebé a su padre, y yéndose hacia la cama de Tonks.
- Nada, cosas entre Nick y yo… - dijo sonriendo y Mirando a Nick que recordaba en silencio todo el árbol genealógico de su amigo, y no de buena manera.
- ¡Ay Tonks, tu hijito es lo mas hermoso que he visto en mi vida!- dijo Miley suspirando.
- ¡Ya veras el mío! – dijo Demi – y dirás lo mismo…
- Y luego dirás que el tuyo es el mas hermoso… claro eso no se dará hasta que engañes a tu sabes quien y bueno, tengas ya sabes que… - dijo Tonks guiñándole un ojo. Miley se puso roja como un tomate, y bajó la mirada.
- ¿De qué hablan? – preguntó Nick que había captado la últimas palabras…
- Creo que a Tonks en vez de darle depresión Post-parto, ¡le ha dado euforia post- parto! – dijo Miley balbuceando – ¡no para de decir estupideces, que no tienen el mas absoluto sentido! – estaba enfadada con sus amigas.
- Si son estupideces es obvio que no tienen sentido, Miley – dijo Demi en tono académico.
- ¡Entiendes el punto!"
Después fue fácil decirle lo del viaje, argumentando que los socios mayoritarios deberían ser los primeros en dar señales de disfrutar de su nuevo emprendimiento. Miley que no había salido de Inglaterra más de dos veces, una vez cuando fue a visitar a Charlie a Rumania, y la última en un viaje familiar a Egipto, aceptó la oferta, y le hizo jurar a sus amigos que no bautizarían a Teddy hasta que no regresaran…
Luego, llegar y ver su cara de asombro le dio la pauta que el viaje fue la mejor idea que se le hubiera ocurrido… Miley se sorprendía de cuanto lugar conocieran, la gente, la cultura, los paisajes, la música cargada de ritmos alegres que invitaban a levantarse del asiento y mover los pies, aunque nunca en tu vida habían visto esa clase de ritmos… los colores vivos de la vestimenta de los lugareños, y se reprendía por ser tan tonta y traerse de la fría Inglaterra esos colores tan aburridos y ropas tan abrigadas. Miley parecía una niña curiosa, dispuesta a saber todo de todos. Conocieron una mina de esmeraldas en Colombia, pasearon por Cartagena de Indias, disfrutando de una agradable cena en el restaurante "Café del Mar", ubicado sobre las murallas; visitaron el fuerte San Felipe, y se maravillaron con la naturaleza en el parque Nacional, "Isla del Rosario."Aquí se quedaron solo un día, pero Nick le prometió volver. La isla tenía un complejo de cabañas y Nick quería ver como era su organización. Pero esta no era la única. El lugar era mágico, ideal para sacarse el estrés y pasar un rato tranquilo sin nadie que molestara. Al momento del regreso a la lancha que los trasladaría al puerto "La bodeguita," Miley hizo pucheros, al querer ver otra vez el oceanario. Al parecer a Miley le encantó el espectáculo de los delfines. Nick, que hasta el momento solo había llegado al Caribe para analizar suelos, ver proyectos, y vigilar el desarrollo de la obra, también estaba descubriendo ese hermoso paisaje… y disfrutando el doble, porque compartía esos momentos con el amor de su vida.
- ¿Puedes dejar de soñar despierto al menos dos segundos y escucharme? – Nick pestañeó ante la mano insistente de Miley que pasaba de un lado al otro de su cara.
- Lo siento… estaba pensando…
- En el resort… – dijo en tono de reproche.
- No… - dijo mirándola a los ojos, y al tenerla tan cerca, no pudo dejar de acariciar su estómago que estaba resbaloso y caliente a causa de la crema y la exposición al sol. Sonrió – estoy pensando en como aun no te has puesto colorada como uno de esos graciosos cangrejitos… - ella se abalanzó como para darle un golpe, pero cambió de opinión, acercándose y dándole un beso, suave, acompañado de un pequeño suspiro.
- Hazte a un lado Jonas … – él le dejó espacio en la amplia reposera de la terraza. La cabaña que ocupaban tenía un espacio de playa privado. Nick había construido una especialmente para él, bien alejada del total de cabañas, y con ayuda de Paul, la tuvo preparada para cuando ellos llegaran. La edificación contaba con una habitación en suite, con baño privado, y todas las comodidades, predominando en la decoración los tonos terracota y champagne. La cama era lo que mas le agradaba a Nick, era enorme, confortable y vestida con sábanas suaves en tonos claros. En la habitación había un gran ventanal al costado, que salía a una paradisíaca terraza, con vista al mar. A Miley le encantaba pasar las noches en esa terraza, abrazada a Nick mirando el tono fosforescente que que teñía al mar, cuando salía la luna. A pesar de extrañar a toda su familia, esos días en esa isla habían sido magníficos. Y las noches del más puro esplendor. Suspiró profundamente. Nick rió – ¿y ahora qué?
- Es que te has puesto tanto protector solar, que te resbalas de mis brazos – rieron.
- Me encanta este lugar – dijo mirándolo a los ojos – gracias por traerme.
- ¿Por qué no iba a traerte? – Ella iba a responder, por las veces que pensó que iba a traer una amante pero prefirió callar.
- No lo sé… se me ocurrió que tal vez…
- Bueno – dijo tomándole la barbilla – aunque estés algo resbalosa hoy, – rieron – el resto del tiempo lo hemos pasado bien – la besó, las manos comenzaron a recorrer el camino hacia sus pechos, pero al cabo de unos instantes maldijo entre la boca de Miley.
- ¿Y ahora qué hice? – dijo ella cuando Nick se separó y se levantó rápidamente. Sin decirle nada, la tomó por la cintura y la cargó en un hombro, haciendo a Miley chillar de sorpresa y luego reír. – ¡Nick… bájame!! – él le respondió dándole un golpe en el trasero con la palma abierta que hizo a Miley reír mas que otra cosa.
- No me resulta gracioso, señora… parece usted un pequeño cerdito untado con mantequilla…
- ¿Pequeño cerdito? – dijo bufando – Tu romanticismo es realmente calamitoso. – Nick respondió dándole otra palmada, y la bajó en el cuarto de baño, y sin decirle nada, comenzó a llenar la bañera. Ella solo fue capaz de poner sus manos en las caderas, esperando una explicación, cuando Nick la miró serio.
- Odio cuando te pones tanta crema… - la tomó de la cintura, y de un tirón, le sacó la parte de arriba del traje de baño. Miley jadeó imaginando lo que venía después. Nick pasó delicadamente la mano por el costado del cuerpo femenino, y sin más preámbulos la besó, mientras la mano indomable, le desataba los nudos laterales de la parte de abajo del traje. – odio cuando no puedo lamerte a discreción – dijo levantándola con cuidado en sus brazos, y depositándola en la amplia bañera. El agua estaba tibia, pero al contacto con ella, los pezones se endurecieron, haciendo maldecir a Nick, quien se arrodillo fuera de la bañera, y se dispuso a tomar la esponja y el jabón.
- Nick... – susurró Miley al abandonarse a las caricias de su esposo. Nick sensualmente pasaba el jabón por el cuerpo, enjuagó frenéticamente a su mujer, y sin darle tiempo a reaccionar, se quitó la malla, y se metió en la tina, tomándola en sus brazos y sentándola a horcajadas, haciéndola gemir de ansiedad al no penetrarla. La besó, mientras sus manos acariciaban la espalda, y su cuerpo se balanceaba en clara amenaza de lo que se convertiría en pocos minutos esa simple fricción de cuerpos. Miley enroscó sus piernas alrededor de su cintura, y sus manos acariciaban desenfrenadamente su cabello. Nick abandonó los labios para recorrer con sus labios y lengua la piel suave del cuello, la garganta y el torso hasta llegar a la empinada cúspide de su pecho… La miró a los ojos, dilatados de pasión, y como castigándola, la hizo jadear con un latigazo caliente de su lengua. Miley sintió erizarse toda su piel, y más cuando él con una sonrisa lobuna, comenzó a saborear efusivamente esa zona particular de su cuerpo. Nick ya no pudiendo soportar, sin dejar de saborearla, la levantó con delicadeza de la cintura, y lentamente, se fundió en su cuerpo, haciendo a Miley ronronear de placer.
Los fuertes golpes que alguien le prodigaba a la puerta los hizo salir de la burbuja de placer en la que se encontraban inmersos, luego de ese vigorizante baño. Nick después de pedir el almuerzo, consideró oportuno continuar la jornada junto a su mujer en el cuarto. Al escuchar los golpes, saciado y agotado hasta los huesos, estaba estirado en la cama, luego de una refrescante ducha, como un gato después de jugar con su madeja de lana favorita, aunque no dormía. Miraba embelesado a su esposa, que después de acompañarlo en la no tan rápida ducha, estaba en el tocador, peinando su larga cabellera, aun húmeda, envuelta en una bata de baño. Miley aun tenía la piel rojiza a causa del intenso jaleo. Pero a Nick le encantaba que tuviera las mejillas sonrojadas… "ah, pensó, si solo una noche se olvidara de tomar la estúpida poción."
- Alguien está llamando a la puerta – dijo Miley en una voz cantarina, y mirándolo a través del espejo.
- Déjalos… - dijo ronroneando – ven a la cama… - Miley rió.
- Estás un poco eufórico.
- Tú me pones eufórico – rieron. La puerta volvió a ser golpeada.
- Nick… ¿y si es algo urgente?
- Llamarían por teléfono… – dijo levantando la cabeza y apoyándola en el codo.
- ¡Descolgaste el teléfono para que no nos interrumpieran! – dijo ella riendo. El puso cara de inocente – bueno... – se levantó – si no vas tú…
- ¡Diles que no molesten! - casi gritó cuando Miley salió de la habitación. La cabaña, a pesar de ser espaciosa y confortable, tenía una sola planta, y casi todas las dependencias se comunicaban directamente con la sala de estar. Miley llegó rápidamente a la puerta, para abrirla y encontrarse con Liam Hemswoth . Este la miró de arriba abajo, y simulando la rabia en una trémula sonrisa, la saludó.
- Liam… - dijo seria, y acomodándose la bata. – eh…
- Disculpe que la moleste, señora… - dijo en tono despectivo – pero el señor Bradsford me ha pedido que le comunique algo personalmente al señor Jonas .
- Bien – dijo ella haciéndolo pasar - espera por favor en la sala.
- ¿Qué sucede? – dijo la grave voz de Nick, que al escuchar a Liam solo había tenido tiempo a vestirse con una toalla rodeando su cintura. El torso desnudo, suave y firme, y su cabello húmedo y levantado en punta, le daba un aspecto salvaje y sexual, que hizo excitar a Miley.
- Nick… -jadeó tratando de controlarse, y se puso colorada.
- Disculpe que interrumpa – dijo Liam serio – pero el señor Bradsford me ha pedido que venga a darle un mensaje.
- Bien… - dijo acercándose y abrazando a Miley por la espalda.
- Eh... – dijo Liam algo contrariado – bueno, es que el señor Bradford se ha preguntado por qué no ha asistido a las reuniones de la sociedad… todas las de esta semana…
- Discúlpame, pero dile a Sam, que… - acarició con la nariz el cuello de Miley, mientras miraba a su rival – he estado… poniéndome al día con ciertos asuntos… - Miley estaba incómoda con esa actitud de Nick, pero tampoco podía ir a ningún lado porque él la tenía bien sujeta de la cintura. – Pero que confío en él para cualquier cosa que pueda surgir.
- Es que… - Liam miró a Nick con rabia. Y Nick lo miraba como un león a punto de enzarzarse en una pelea por su hembra.
- Aunque este, haya sido programado como un viaje de negocios… - dijo serio – también estoy de luna de miel, así que no quiero que se me moleste, si yo no quiero dar señales de vida… - sonrió – ¿entendido? – Liam asintió con un movimiento leve de cabeza.
- El señor Bradford también quiere saber si asistirá a la fiesta de esta noche… es la fiesta oficial de inauguración del complejo, y él estima conveniente para el negocio que todos los socios mayoritarios asistan… incluidos usted.
- Yo soy el socio mayoritario… - dijo de seca y despectivamente. Miley bufó. Odiaba cuando Nick se comportaba como un chulo de barrio bajo.
- Naturalmente, se espera su presencia y la de su esposa – dijo mirando a Miley.
- Si, dile que iremos en…
- Media hora…
- ¿Que?
- La fiesta dará comienzo en media hora… - dijo  Hemswoth – y El señor Bradsford sugiere que todos estén a tiempo para darle la bienvenida a los huéspedes…
- ¡Por Merlín! – dijo Miley separándose de su esposo, corriendo hacia la habitación, y dando un portazo.
- Creo que nos hemos entretenido un poco – sonrió malignamente – pero avísale a Bradsford que si no hay otra distracción… - le mostró los dientes – estaremos allí – dio la vuelta hacia la habitación donde estaba Miley – ah,  Hemswoth … - lo miró – cierra la puerta al salir. – Al entrar al cuarto, vio un destello de colores volar desde el armario hasta la cama. Miley estaba tan histérica buscando que ponerse, que Nick no hizo otra cosa que reír a carcajadas. Miley lo miró un segundo y sin más le lanzó un zapato por la cabeza.
- ¿Supongo que ya se fue, no? – él asintió. Ella se acercó con el otro zapato que Nick había atrapado al vuelo – ¡que sea la última vez que te comportas como tigre defendiendo su espacio, Jonas ! – él bufó – ¡lo único que te faltaba era marcar el territorio como hacen las fieras!!
- ¡Ey! – dijo enojado y levantándose de la cama – ¡que yo tengo educación!!!
- Si, claro – dijo ella volviéndose hacia el armario – ¿que vas a ponerte?
- ¡Nada extraordinario…
- ¡NADA EXTRAORDIANARIO!! – chilló
- ¿Tienes esa necesidad de gritar cuando te pones nerviosa?
- ¡NO! Pero no sabes como me pone de los nervios tu actitud tan… tan… tan…
- No tengo que darle explicaciones a nadie – se acerco y la abrazó – y tu menos…
- No sabes cuanto te odio – él se puso serio.
- Lo sé – se alejó para ir hacia el baño a afeitarse. Miley sintió que una piedra de una tonelada se ubicaba en el estómago. Se acercó a la puerta del baño. El ya se había puesto la espuma y comenzaba pasar la maquinilla de afeitar.
- Nick… - él la miró a través del espejo – no… no sé qué ponerme – él sonrió, pero sus ojos seguían igual de oscuros.
- Estamos en una zona tropical… ponte algo liviano, suave y de colores vistosos… ella asintió y sin poder decir "lo siento, no te odio, te amo," salió del baño para vestirse.
***
La fiesta se llevaba a cabo en un extenso salón que daba a la playa, del complejo "Magic Caribbean Resort." El salón tenía grandes ventanales vidriados que hacían las veces de paredes, que aislaban del viento, pero sin evitar que ningún elemento de la naturaleza insólita que los rodeaba se perdiera durante el festejo. Las mesas decoradas en tonos pasteles, estaban destinadas para dos, tres o más comensales, de acuerdo a la cantidad de personas que conformaban cada grupo o familia, y estaban ubicadas a un costado del mismo; y el ambiente estaba iluminado por inmensas bolas de cristal suspendidas en el aire. La música era tranquila a esa hora de la noche, para que los invitados disfrutaran de una charla y de una copa de champagne previa a la cena y el baile que eran la atracción principal. Estaba estipulado que uno de los socios mayoritarios hablara al público antes de comenzar los festejos con fuegos artificiales en la playa. Sam creía que era de Nick ese privilegio, pero este absolutamente se había negado, dejando los honores a su viejo amigo. Solo había puesto una sola objeción: Sam debía hablar al comienzo de la velada, y no después de la cena, porque lo consideraba aburrido y nadie lo escucharía. No podía dejar de olvidar a su antiguo director de Hogwarts, que siempre hablaba antes del banquete. Por supuesto él no iba a escuchar nada de lo que su amigo dijera, como cuando iba a la escuela. Esa noche iba a dedicarse a disfrutar con su hermosa mujer. Aunque las cosas antes de salir de la cabaña no estaban tan bien. Aun le dolía esa frase "te odio", que le dijera. Miley estaba un poco contrariada en cuanto a lo que sentía. Todavía se arrepentía de haber dicho esa frase estúpida, porque fue a partir de esta, que Nick volvió a mostrarse frío e indolente con ella, y eso la cabreaba mucho. Y a causa de eso, no habían vuelto a dirigirse la palabra.
El matrimonio Jonas tardó mucho más tiempo del estipulado, debido a los tacones de Miley y a la distancia donde se celebraba el evento. Nick no dijo palabra alguna, y solo ayudaba a su esposa cuando los guijarros del sendero serpenteante amenazaban con dejarla tirada en el piso. Por supuesto, solo mantenía su mano firme en el brazo de su compañera. Lo que duró el trayecto, fue como la noche, de absoluta oscuridad entre ambos. Cuando llegaron a la fiesta, la mayoría de los invitados ya estaban en sus asientos. Miley suspiró y se miró el atuendo antes de entrar. Tenía un vestido de gasa, sin tirantes, que se ceñía a la altura del busto y que caía vaporosamente hasta las rodillas. La falda era una variada cantidad de capas de gasa, con un estampado en varios colores, donde predominaban el marrón, naranja, amarillo, rojo y verde. Como único abrigo tría un chal de hilo que descansaba en sus hombros por si la noche refrescaba. Las sandalias eran de tacón rojas, con unas finas tiras, y atada al tobillo con una delicada pulsera bordada en piedras a juego con el vestido. El pelo lo tenía atado en una simple media cola. Nick la miró de arriba abajo. Se sintió un tanto extraña al ver la frialdad de sus ojos. No fue sino hasta ese momento que se dio cuenta que la hermosa tarde vivida, parecía un recuerdo lejano… y al parecer olvidado por su compañero. Trató de que la angustia no la atravesara, porque sino la noche sería un absoluto fracaso. Trató de sonreírle para darse ánimos a ella misma. Nick había optado por un traje de lino color arena. Con una delicada camisa de color blanco. El solo suspiró ante su mirada, y delicadamente le puso la palma abierta de la mano en la espalda para darle a entender que era el momento de entrar. Cruzar la enorme puerta de vidrio fue como adentrarse en una jaula llena de hienas… reían, charlaban, pero miraban a todos, dispuestas a despedazar a la primera tonta que cayera en sus fauces. Afortunadamente no iba a pasar con ella. Tomó suavemente el brazo de Nick y se acercaron al grupo principal, donde estaban los Bradsford, Su hija Marianne, Liam  Hemswoth , la arquitecta, y Paul junto a su pareja Terry.
- Perfume nuevo – fue lo primero que le dijo Paul al saludarla. Miley sonrió y le dio un beso en la mejilla.
- ¡Eres increíble! –
- Nombre… - dijo apretando sus manos – es dulce y formal, pero a la vez una fragancia salvaje… erótica – la miró de arriba abajo – igual que tu…
- Jaja – dijo con sarcasmo.
- ¿Usted que dice señor Jonas ? – dijo Paul, sirviéndose una copa y alcanzándole otra a Miley. Esta se sonrojó un poco cuando Nick se acercó a su cuello y aspiró profundamente el perfume, acariciando suavemente la base del cuello con su nariz. Miley estuvo a punto de tirar la copa. Los demás los miraban sonrientes, salvo por Marianne y Liam. Antes de separarse, le dio un suave beso en la clavícula. Era el primer gesto de ternura que había tenido desde que dijera esa estúpida frase… Lo miró a los ojos tratando de disculparse. El la miró y sonrió de costado.
- Irresistible – dijo mirando a Paul – Así es mi esposa.
- ¿Cual es el nombre Miley? – dijo Paul – si es capaz de lograr eso en un hombre…
- "Ab… - carraspeó tratando de serenar las hormonas – "Absolutely Irresistible", de Givenchy.
- ¡Nada menos! – dijo Mildred risueña – oye Miley hoy no has traído las joyas… las esmeraldas que tienes son ideales…
- Oh no – dijo tomando un sorbo de champagne – no se me ocurrió traerlas – las demás rieron, aunque ella no entendió por que lo demás encontraban gracioso el comentario.
- Miley no es de las que pasean sus joyas por todo el mundo Mildred – dijo Nick tomando su mano y dándole un beso – ella en si, es una joya invaluable – Miley volvió a arquear la ceja. No sabía si eso era cierto o una simple frase cargada de sarcasmo.
- Nick quiso regalarme unas joyas cuando fuimos a Colombia, pero me negué… - rió – claro que después me arrepentí cuando vi la calidad de los orfebres colombianos… esas joyas… - suspiró. Nick la tomó de la cintura y le dio un beso en la mejilla.
- Bueno… si aun no has hecho el discurso te aconsejo que lo hagas – dijo Nick mirando a Sam, este asintió colorado – estoy muerto de hambre. – Tomó de la mano a Miley y se alejó de los comensales, sin dejar de observar la cara de Liam. Envidia. Eso era lo que se veía en sus ojos. Envidia por la mujer que tenía al lado, por su suerte… por lo bien que hasta ahora las cosas habían resultado. El Resort estaba funcionando a pleno, las actividades eran muy buenas, y aunque todo proyecto a su entender era "perfectible", al menos el comienzo había sido auspicioso. Si el mágico resultaba un éxito, estaba convencido que el muggle estaría en iguales condiciones muy pronto. La mesa que había escogido para ellos estaba casi a la mitad del salón, de cara a un ventanal, donde podía observarse la playa iluminada con las mismas bolas de cristal y el mar, que reflejaba una inmensa luna nueva.
- Que suerte que Remus ya no tenga su pequeño problema, ¿no crees?… - dijo Miley una vez que la ayudara a sentarse y se ubicara frente a ella. Miley había estado mirando la luna un segundo.
- Si, es una suerte, y un milagro… – dijo él. Súbitamente le tomó la mano por sobre la mesa – Lo siento… no sé por qué me comporto contigo un tanto…
- Yo lo siento Nick… - dijo mirándolo a los ojos. Nick sintió un nudo en la garganta. Ella los tenía un tanto aguados, como si estuviera a punto de llorar. Maldijo en silencio – yo… no te dije que te odiaba, es decir… - suspiró – era parte de una tonta broma… no sé como…
- No me molesta que me digas que me odias… - dijo triste y acariciando suavemente la mano femenina – es sólo que…
- Pero a mí si me molesta decírtelo, porque rompí nuestra tregua, y solo fue un comentario estúpido, que seguía un tonto diálogo que teníamos… ni siquiera recuerdo por qué diablos dije que te odiaba si… – él acarició el labio superior para hacerla callar.
- Fue porque no me importaba si venía a esta insoportable fiesta envuelto en una toalla.
- Si, eso es... – él paseó la mirada desde sus ojos hasta donde comenzaba el escote del vestido.
- Estás hermosa esta noche… - Miley sonrió. Tomó la mano de Nick y la llevó a sus labios. Nick retuvo un instante la respiración. Era la primera vez que Miley tenía un gesto de ternura para con él. Ella abrió los ojos para ver la cara sorprendida de su esposo.
- ¿Solo esta noche? – El sonrió.
- Siempre… - le guiñó un ojo.
- Gracias… tú también no estás nada mal – rieron.
- No me habías dicho que te encantaban esas piezas de joyería artesanal que vimos en Colombia.
- No era necesario… si bien enloquecí por esa esclava, con la esmeralda ovalada… - suspiró. Nick le tomó el mentón delicadamente con la punta de sus dedos, la acercó casi hasta quedar sus labios juntos. Miley sintió que el cosquilleo de la respiración de Nick, le erizaba la espalda.
- Haré que te traigan la mina de esmeraldas completa, si quieres – la miró a los ojos. Al Parecer Nick se había olvidado del enojo, porque la miraba de la misma manera que lo había hecho antes de su apasionado y sensual baño de la mañana…. Y la besó, simplemente, como si hacerlo fuera tan común como peinarse o lavarse la cara al despertar… pero siempre besar a su esposa era algo único; y cada beso que se daba era irrepetible. Siempre cada beso, dado o robado, era mejor que el anterior.
- No es necesario – dijo, perdida en esos ojos cafes  intensos. Sonrió pensando que aunque quisiera, Nick nunca podría darle las esmeraldas que ella quería. Simplemente porque las que más adoraba, eran de Nick y lamentablemente las tenía en su cara. Aunque, sonrió con picardía, se veían muchísimo mejor en el lugar donde estaban. - me gusta esta piedrita que me regalaste también – agregó jugando con una pequeño rubí que pendía de una delicada cadena de oro y descansaba en la base del cuello. Los interrumpió unos aplausos que les anunciaban que el discurso de apertura del resort iba a dar comienzo.
Desde la distancia, alguien miraba la escena de los esposos Jonas con rabia. Liam aun no se resignaba. Estaba seguro que ella lo miraría en cuanto lo viera con su traje oscuro y su cabellera alisada con gel. Pero Miley no había ocupado ni un minuto en él. Toda su atención estaba en su ahora esposo. Como lo envidiaba. Esa tarde estuvo a punto de cometer una locura. Matar a ese despreciable Jonas , que siempre se quedaba con lo que él quería, fue una idea que inundó su mente incluso hasta cuando se había quedado unos minutos y los había escuchado reñir y reír… Después no pudo aguantar más tanta intimidad entre ellos. Una intimidad que nunca tendría con la que fuera su novia…
- Dan asco, ¿verdad? – dijo una voz un tanto resentida. Liam se dio vuelta para mirar a Marianne Bradsford, que tenía su mirada clavada en Nick y Miley. Esto lo sorprendió.
- Bueno, – sonrió – es sorprendente lo que uno puede descubrir - ella solo se llevó la copa a la boca. – No puedo creer que ese Jonas tenga tantas mujeres hermosas, locas por él - resopló – Recuerdo que en la escuela era un imbécil…
- Si, pero ahora no lo es… - dijo Marianne- y daría todo lo que tengo por alejarlo de esa… - miró a Miley con envidia. Liam vio que quizás si manejaba la situación podría tener una aliada para lograr su cometido.
- No te resignas, ¿verdad, Marianne? – ella lo miró sonriendo.
- ¿Es que acaso te resignas tú? – él levantó la copa como asintiendo al comentario.- bien en ese caso ¿qué harás?
- Ahora mismo, es imposible que podamos encontrar un momento para tratar de lograr nuestro objetivo – miró a la pareja nuevamente – El maldito cabeza rajada, no la suelta ni a sol ni a sombra.
- Quizás podríamos lograr que papá lo distraiga…
- Podría ser… - dijo chocando la copa con Marianne y sellando el pacto – podría ser…
Nick y Miley disfrutaron de una sustanciosa cena, con frutos de mar de la zona, y variadas ensaladas. La verdad era que Nick estaba famélico y no perdía oportunidad de probar casi todos los platos que ponían en su mesa. A mitad de la cena, Paul y Terry se les unieron, puesto que en la mesa que los habían ubicado, según palabras de Paul, lo más divertido que podría pasar era que alguno de los viejos se atragantara con un hueso de pollo. Nick rió con la idea, y Miley trató de regañarlo, pero a ella le había parecido gracioso el comentario. La bebida corría copiosamente por la mesa. Miley no quiso probar mucho porque la poción que bebía por las noches no debía mezclarse con bebidas alcohólicas, por lo que lo único que probó fueron jugos de mango y piña, aguantando la burla de Terry.
La conversación fue cambiando a medida que transcurría la velada, entre lugares de diversión de la isla, y los alrededores, e ideas para nuevas excursiones. También charlaron sobre los progresos en las obras del resort para muggles ubicados al otro lado de la isla. Paul era de la idea de hacer un complejo con todo el confort, y rentarlo a precios no accesibles, para que todos los muggles pudieran disfrutarlo, y Nick pensaba igual; pero al parecer, había cierta resistencia a la idea de parte de Bradsford y los demás, incluido cierto rubio metiche, palabras de Paul, que opinaba que los muggles deberían instalarse en chozas. Media hora antes de los fuegos artificiales, un mozo se acercó a la divertida mesa con un mensaje para Nick de Sam Bradsford. Este sin esperar mucho y lidiando con el enojo de Miley por dejarla sola se marchó. Miley le dijo que lo esperaría en la explanada al comienzo de la playa, porque quería tener un lugar privilegiado para los fuegos artificiales. La novedad eran unos fuegos creados por Fred y George, que podían explotar aun en contacto con el agua, formando estelas brillantes, pero que no eran nocivas para el medio ambiente. Nick asintió y le pidió a Paul y Terry que cuidaran de Miley hasta que volviera. Ella le sacó la lengua y le replicó que podía cuidarse sola. Paul calmó la inminente discusión, diciéndole a Nick que con placer acompañarían a la dama.
Nick, algo molesto por la interrupción de su velada, avanzó hacia la mesa de su socio dando grandes zancadas. Tendría con Sam algunas palabras… aunque era propio de Bradsford utilizar cualquier momento para hacer negocios, Nick que ahora tenía otras inquietudes, no iba a ser igual. Quizás antes de su matrimonio estuviera cegado por su necesidad de olvidarse de todo, y volcara todas sus energías en el trabajo. Pero ahora, sus energías se desviaban considerablemente hacia el cuerpo y la presencia de su esposa. Llegó a la mesa para encontrarla vacía. Un minuto después ya dispuesto a abandonar el encuentro y buscar a Miley, lo divisó en una mesa, un tanto alejada de donde estaba, conversando con un mago mexicano que estaba incluido en el proyecto. Caminó dos pasos, pero una copa de champagne se interpuso entre una mujer y su traje. Maldijo en chino, cuando vio que la mujer lo miraba azorada y muy avergonzada. Marianne se encontraba realmente apenada.
- ¡Discúlpame, Nick! – dijo tratando de limpiar el estropicio con la mano.
- Descuida Marianne… - dijo – no es mas que una tonta mancha.
- Pero… se arruinará tu traje… deberías ir y cambiarte.
- No… - suspiró - no lo creo…
- Al menos deja que te ayude – trató de poner la mano en la zona donde estaba la mancha, pero Nick la tomó de la muñeca y lo evitó.
- Descuida… no es necesario…
- Usa tu varita… aquí no hay muggles con los que debes fingir.
- No la traigo conmigo – dijo usando un pañuelo. – será mejor que vaya al baño – la miró – discúlpame con tu padre un minuto por favor…
- Si, claro – dijo ella sonriendo. Nick se perdió por entre las mesas y ella sonrió aun más. La primera parte del plan al parecer estaba cumplida.
"Menudos guardianes tengo." Pensó Miley cuando Paul y Terry corrieron desesperados hacia una barra dispuesta en la playa, demasiado alejada de donde ella se encontraba, para, según las palabras de esa inusual pareja, mojar sus secas gargantas. La brisa fresca del mar la hizo tiritar. Recién en ese instante se dio cuenta que había olvidado su chal en la mesa. Sonrió, pues tenía un motivo muy convincente para pegarse al cuerpo de su marido. El sitio elegido para observar abrazada a Nick los fuegos artificiales, si bien estaba iluminado, no lo estaba tanto como las demás partes de la playa. Miró hacia el espejo de agua. El mar parecía una inmensa obsidiana, veteada por las espumosas olas. La mayoría de los invitados ya estaban caminando por la playa y ubicándose para el espectáculo. Muy pronto estaría con Nick y si todo salía bien, como hasta ahora pasaba, mañana estarían viajando hacia Cartagena como Nick se lo había prometido. Aun quedaban miles de cosas por hacer… y miles de cosas por ver. Estaba tan absorta pensando en las miles de cosas que harían con su esposo, que no se dio cuenta, hasta que fue demasiado tarde, que ya no estaba sola. La mano fría se posó en su espalda y la hizo dar un pequeño brinco. Se dio vuelta para encontrarse con la desagradable presencia de su antiguo novio que se acercaba a su cuerpo peligrosamente. Miley lo supo desde el momento en que conecto su mirada con los vivaces ojos de Liam, que ese encuentro le traería problemas… y suspiró resignada.
Nick estaba en mangas de camisa pasando su pañuelo mojado por la mancha y pensando que quizás lo mejor que podía hacer era sacarse la chaqueta. Bien eso no era parte de lo que esperaba para una velada. Se miró al espejo y sonrió. Miley de seguro estaría muy molesta para cuando retornara a su lado, pero no podía prever este accidente. Recordando tarde que podía utilizar la magia sin varita, movió su mano para decir el hechizo que sacaría la mancha de champagne. Instantes después la chaqueta estaba impecable. Se la colocó y se acercó al espejo para acomodarse el cuello de la camisa y el cabello, cuando por el rabillo del ojo le pareció ver alguien medio oculto entre los cubículos del baño. Dos segundos después abrió los ojos sorprendidos.
- ¿Qué haces aquí? – dijo sonriendo – creo que te has equivocado de puerta.
- No lo creo… - dijo la mujer. Nick chasqueo la lengua divertido
- Este es el baño de caballeros… no creo que hayas entrado aquí a propósito.
- Si, lo he hecho – Nick se sorprendió de escucharla - porque te estaba buscando a ti… entre aquí con el único propósito de estar a solas contigo – La sonrisa de Nick desapareció por completo y mirándola, suspiró cansado. Hacia años que temía esa actitud de Marianne, pero al parecer, a esta le había tomado la misma cantidad de años envalentonarse para encararlo. Desafortunadamente, no era el momento y mucho menos el lugar para Nick.
- Marianne… - dijo mientras ella se acercaba lentamente y se detenía casi a un suspiro de Nick. El retrocedió.- Me parece que…
- Hace años que esperaba estar a solas contigo…
- Mira Marianne… yo…
- Y ahora creo que el momento ha llegado…- se abalanzó decidida hacia el cuerpo de Nick e intentó rodearle el cuello con sus brazos, pero Nick lo evitó tomándola con rapidez, de las muñecas.
- No te equivoques… - dijo serio – te aprecio como la hija de mi socio… pero jamás podría verte como una mujer… te veo como una hermana pequeña, Marianne no compliques las cosas…
- Si, pero no soy una niña… soy una mujer – quiso nuevamente asirlo del cuello para besarlo, pero las manos fuertes de Nick lo evitaron – y te quiero… te quiero para mi.
- Lo siento… creo que nunca te di motivos para que pensaras que entre nosotros podría haber algo Marianne – la soltó – Soy un hombre casado...
- Pero podrías tener una amante… que tal si yo… – Nick rió interrumpiéndola.
- No me interesas… - La chica estaba a punto de chillar – mira, lo siento, pero nunca me fije en ti como para tener una relación… mi mujer es Miley y estando con ella, nunca podría ser capaz de estar con otra mujer… - la miró serio – no lo necesito.
- Pero ella si puede estar con otros tipos ¿no?
- Trata de no decir estupideces respecto a mi mujer, Marianne, mi paciencia en ese tema tiene un limite muy delgado… no trates de pasarlo – no te lo aconsejaría…
- Pero es la verdad – dijo ella con lágrimas en los ojos – ella puede estar en brazos de otros hombres mientras le brindas toda tu devoción.
- ¿Que quieres decir? – dijo Nick mirándola con rabia. Esa chiquilla ya lo estaba sacando de sus casillas.
- Digo que mientras tu te la das de gran moralista y hombre fiel, ella te esta poniendo los cuernos con Liam  Hemswoth – la mirada de Nick se puso oscura… y su boca adquirió un rictus terrorífico, tanto que Marianne dio dos pasos alejándose.
- Espero que lo que acabas de decir, sea producto del despecho.
- Es cierto… podrías ir en este momento y darte cuenta que tu hermosa mujercita es una zorra… -Lo miró desafiante. – Liam me dijo que se encontraría con ella en la playa… La cita estaba pautada… esta tarde quedaron de acuerdo.
- ¡Cállate! – rugió molesto.
- Dime Nick – dijo sonriendo – ¿que se siente ser el carnudo del año? - Nick no quiso quedarse a escucharla. Si eso fuera cierto y Miley… no, se dijo. Tenía que confiar en ella… tenía que esperar, ver, y si las cosas estaban un tanto confusas, escucharla… Si, no iba a actuar por instintos… decidió refrenar ese instinto animal que quería romper todo y… si debía escucharla. Era difícil mantener la cordura, mas cuando la sangre le inundaba el cerebro y una pequeña voz siniestra, le gritaba fuerte "venganza, castigo, traición…" Sacudió la cabeza. No iba a cometer otra vez la misma tontería… esta vez la escucharía. La música lo mareó al llegar al salón. Apresuró los pasos, y si pudiera correría, pero el salón estaba lleno de gente y no podría ser descortés y empujarlos de mala manera para que lo dejaran pasar. El corazón le latía a mil pulsaciones por minuto. ¿Que era lo que sentía? ¿Celos, miedo, angustia, ansiedad? Una mano huesuda, acompañada por la voz seca y gruesa de su socio lo volvió a la realidad. Sam Bradsford lo había atrapado y la angustia lo golpeó fuerte. Pero tuvo que aguantarse. Bradsford parecía no tener intenciones de dejarlo marchar…
- ¿Qué se supone que haces aquí? – dijo Miley separándose de Liam. El sonrió satisfecho, como si hubiera ganado la copa de Quiddicht en la escuela.
- Quedamos en vernos… Querida. – Miley sintió que la rabia la hacía temblar…
- Dime, ¿cuando fue eso?
- Cuando atendiste la puerta esta tarde – dijo tranquilamente y tratando nuevamente de aferrarla por la cintura – ¿acaso no te acuerdas?
- Eres un idiota – dijo secamente y dándole un golpe en la mano. Se disponía a volver al salón, cuando la mano firme de su antiguo novio la aferró con fuerza – ¡suéltame! – gritó sacada, y dispuesta a darle de a golpes si no hacia lo que le pedía.
- No… - dijo Serio – ¿quieres armar escándalo pequeña Ginevra? – ella se detuvo – Porque si gritas un poco, te aseguro que esa va a ser la versión que le daré a tu maridito… que tu y yo tenemos algo aquí y que no nos aguantábamos del deseo de vernos y amarnos… - sonrió. Ella aflojó levemente – así está mucho mejor.
- Eres un cobarde desgraciado…
- Todo por ti pequeña – dijo tratando de tomarla del mentón, para besarla. Miley esquivó la mano, retrocediendo dos pasos.
- ¿Acaso no te bastó la paliza que te dio Nick?
- No… - dijo dándole un tirón y asiéndola por la cintura. Su boca se acercó a su cuello para besarla, pero Miley se deshizo del abrazo y le dio un bofetón.
- Agradece que no tenga mi varita – dijo secamente
- ¿Por que te mientes?
- ¿De que hablas?
- Hablo de esa relación que tienes con ese infeliz, bueno para nada…
- No sabes lo que dices...
- Si lo sé… - rió – y te aseguro que la devoción que dices tenerle es infundada. Al menos el no se lo merece…
- No se de que hablas…
- Creo que si lo sabes… solo que te haces la tonta.
- ¿Por que no eres mas claro? – sonrió – a ver gran señor  Hemswoth … ¿que nuevo invento ha maquinado tu mente enferma para separarme de Nick?
- Ningún invento… mi amor – dijo sereno – Mientras tu te me estás haciendo la difícil, él está teniendo un pequeño encuentro, y bastante agitado, con la hija de su socio… - Miley lo miró sin entender – en el baño de caballeros – Miley abrió los ojos y rió.
- Mientes…
- No, no miento –trató de acercarse.
- Quédate donde estás, porque te aseguro que no tengo mi varita, pero puedo clavarte el tacón de mi zapato donde mas te duele… - él se detuvo.
- Te da miedo que él te deje ¿verdad?
- Si me deja, es problema mío… - dijo a punto de estallar. A pesar de que las palabras venían de Liam, el pensar que Nick estuviera con esa tonta, le ponía los nervios de punta. Miró hacia el salón. Nick no daba señales de volver rápidamente, y eso la puso mas cabreada.
- No te preocupes…. – dijo haciendo la voz mas empalagosa – si te deja, puedo usarte como amante… - Miley rió.
- No me hagas vomitar,  Hemswoth … aun si me dejara, Nick es mas hombre que tu, y vería muy difícil contentarme contigo, luego de tener semejante hombre en mi cama.
- Porque aun no sabes la clase de hombre que soy… - dijo sereno.
- Créeme, ya me he dado cuenta la clase de individuo que eres tu… y no eres igual a Nick… nunca lo serías…
- Eso sin dudar –la miró burlón – a mi nunca se me hubiera ocurrido lo que a él… ¡Follarse a la hija de Bradsford!! – dijo risueño.
- ¡Eso es una puta mentira!
- No, no lo es…. – dijo riendo – en estos momentos debe estar enterrado en su cuerpo y haciéndola chillar de placer… ¿verdad que el tipo es bueno a la hora del sexo?
- ¡Cállate, imbécil!
- Si, al menos eso es lo que dice Nicole… dice que Nick en la cama es…
- Mágico – dijo ella a punto de llorar – Nick es magia en la cama… y hace que una mujer deje todas sus convicciones en el piso sólo para disfrutarlo un segundo… - lo miró desafiante – algo que tu nunca lograste en mi… - Liam le devolvió una mirada cargada de odio.
- ¡Zorra! – le escupió
- Si, pero de Nick… - rió, al menos no iba a ser la única que sufriera por sus palabras – Ahora escúchame bien, grandísimo fracaso de hombre… nunca voy a rebajarme a volver contigo… – suspiró – ¡y mucho menos acostarme con alguien como tú, que no vale la pena ni el trabajo de desvestirme!
- Tonta… Nick debe estar a punto de dejarte…
- No, no es cierto… Nick no va a dejarme… - jadeó ya a punto de perder los estribos – no sabes lo que dices…
- Si, debe estar a pensando en correrte de su vida, y quedarse con Marianne…
- O quizás,… - dijo una voz fría y gruesa, que hizo saltar a Miley y mirar hacia la luz. Pero el sitio estaba casi a oscuras y solo pudo ver la silueta de una persona. Aunque sabía que era Nick. Ya conocía esa voz, y con temor acabo por darse cuenta que ese timbre tan particular de su voz, aparecía cuando estaba a punto de cometer una locura – estoy lamentando que no haya tiburones por esta zona… - la luz de la luna lo iluminó, pero hubiera sido mejor no verlo, la mirada fulminaba a Liam que había retrocedido cauteloso – porque no me disgustaría lanzarte a ellos… aunque con esto contribuya a su extinción…
- Nick… -dijo Miley acercándose.
- Está muy oscuro aquí pequeña – dijo abrazándola
- Liam ya se iba.
- ¿Es verdad, señor  Hemswoth ? – dijo girando la cara para verlo.
- La verdad…
- Si… - dijo ella – y le pediría en lo sucesivo señor  Hemswoth no se acerque a mi, aunque la tierra se parta y usted sea la ultima oportunidad para sobrevivir… - lo miró seria – ¿queda claro? – La mirada cargada de odio de Miley pegó en Liam que lo único que hizo fue asentir no muy convencido.
- Creo que Marianne Bradsford lo estaba buscando señor  Hemswoth … - dijo Nick, levantado la mano casi a punto de atacar, pero Liam fue más rápido y con un movimiento de varita, desapareció. Miley jadeó – maldito cobarde hijo de puta… - pero rápidamente giró para ver a su mujer, la tomó del brazo y comenzó a zamarrearla con fuerzas – ¿Que diablos hacías a solas con ese imbécil y en una zona a oscuras? – gritó. – y será mejor que no me vengas con una excusa barata, porque no voy a tolerarlo… mas te vale que…
- ¡Suéltame!! – dijo ella dándole un golpe – ¡no vuelvas a gritarme y mucho menos ponerme la mano encima! – él rápidamente la soltó.
- Lo siento… - luego volvió a mirarla – ¡pero aun estoy esperando que me digas que carajos hacías a solas con ese imbécil!!!
- Antes de que te responda – dijo ella a punto de estallar – Dime una sola cosa… ¿Qué tal estuvo el polvo que le echaste a Marianne? – atacó ella. Nick entrecerró los ojos mirándola sin entender.
- ¿Qué…? ¿De qué demonios me estás hablando?
- ¡No te hagas el idiota!! - chillo, dándole un golpe en el brazo – ¿donde quedó esa estúpida premisa de … "No meto los pies en el plato en que como?"…
- No te entiendo…
- ¿Estabas o no con Marianne? no lo niegues porque Liam me lo dijo….
- Si, claro que me la encontré…
- Eres un… ¡Perro!! – le dijo y trató de escapar por la playa, pero la arena se le había metido en la sandalia y no podía caminar rápidamente. Nick le dio alcance y la dio vuelta para aferrarla a su cuerpo.
- Que tengo que decir yo, que llego y te veo…
- Oh si- dijo tratando de desasirse de sus fuertes brazos pero era imposible.- Claro, creo que tienes razón, porque de acuerdo al diálogo que estábamos teniendo ese desgraciado y yo, ¡de seguro nos encontraste en las preliminares del sexo!!
- No te hagas la sarcástica que no estoy para jueguitos de palabras…
- ¡Yo menos!! – chillo – Liam se me acercó sin que me diera cuenta…
- Si, de seguro – dijo incrédulo.
- Cree lo que quieras – dijo a punto de llorar – pero es la verdad… como yo no quise saber nada con él, intenté irme pero no me dejó…
- Claro y tu le dijiste que no estabas interesada, ¿verdad?
- ¿Tu estupidez es innata o apareció de repente en el transcurso de tu vida? – Nick la miró - Por supuesto que se lo dije, se lo recalqué y como parece que no le entraba en la cabeza tuve que sacudírsela de una bofetada… ¡y como yo no daba el brazo a torcer, el muy idiota creyó que era oportuno decirme de tu amorío con Marianne y a su vez tratar de chantajearme!!
- ¿Como?
- ¡Si! – gritó – me dijo que si yo no hacía lo que él quería, te diría que habíamos quedado en vernos esta tarde, cuando atendí la puerta… - le dio un golpe en el pecho – y yo rogué al cielo que tu vinieras lo mas rápido posible… pero claro, el señor la estaba pasando muy bien en el baño con Marianne, ¿no? – dijo a punto de estallar- ¡y no me lo niegues!! Porque eres tan… que eres capaz de…
- No – dijo, tomándola del mentón y mirándola con rabia – escúchame bien… esa chiquilla estúpida nunca estuvo en mis planes… ¿lo escuchaste? – rozó sus labios con su lengua, haciendo que Miley los separara - nunca…- y la besó furiosamente, asiéndola del cuello y apoyando su cuerpo al de ella con tanta vehemencia que Miley tuvo que mover hacia atrás un pie para mantener el equilibrio. – maldición, cuando Marianne me dijo que tú te veías con  Hemswoth 
- Que… ¿qué? – dijo ella. Él la abrazó, pero esta vez fue más suave.
- Me puse… – iba a decir completamente ciego de los celos pero se frenó- como loco… Pensé que iba a ser el hazmerreír de todos… el cornudo del año – Ella lo miró con reproche- y luego me encuentro con Bradsford y se sorprende de verme sin ti. – Miley estaba un tanto confundida.
- Pero si él…
- Por eso me vine corriendo… - la miró – imaginando que podría ser cierto lo que Marianne me dijera y…
- ¿Ellos querían que armaras un escándalo verdad? ¿Con el fin de… ridiculizarte y mancillar mi honor?– él asintió, aunque bueno, no le dijo qué parte de sus palabras carecían de cierta validez… mas que nada, la parte de su furia por los cuernos. Miley nunca se enteraría que su temor era a que ella lo dejara – qué bajos que son… - dijo ella refunfuñando – y estúpidos…
- ¿Por qué lo dices?
- Porque si nosotros hubiéramos tenido intención alguna vez de estar con ellos… - miró a Nick – digo, tu no hubieras esperado a estar con Marianne después de casado, ¿verdad? – El asintió.
- Y tú no hubieras mantenido en ascuas a  Hemswoth , antes de casarte conmigo. Ella lo miró y sin decir nada, se puso en puntas de pie y le dio un corto beso. Lo miró a los ojos y asintió.
- Dime la verdad… ¿No querías estar con Liam?
- ¿Crees que soy idiota?
- Eh...
- Gracias por el voto de confianza – dijo con sarcasmo y soltándose. En ese momento los fuegos artificiales iluminaron la noche. Nick la miró. Ella se había perdido mirando el cielo, pero Nick creía que eso era una táctica de distracción… ella de alguna manera, estaba apunto de llorar.
- No desconfié de ti… – dijo sereno, tratando de evitar su sufrimiento. Le dolía horrores verla triste y con los ojos aguados. Ella bajó la mirada y la clavó en él – yo me dije que iba a esperar y escucharte… y no desconfío de ti.
- Nunca te daría motivos para desconfiar… -dijo acercándose y abrazándose a su cuerpo. Nick la abrazó y cerró los ojos mientras la brisa del mar, le refrescaba la cara. – yo tengo palabra…
- Yo… - los fuegos artificiales taparon su respuesta. Nick solo fue capaz de abrazarla y mirar hacia al cielo. Tal vez con el tiempo, el podría explicarle todo lo que le sucedía… pero por ahora, solo pudo abrazarla, y darle calor. Quizás, Miley fuera lo suficientemente inteligente para que no hicieran falta las palabras entre ellos.
*****
El viaje a Cartagena se postergó más de lo esperado, debido a unos problemas con el resort para muggles. Habían pasado cinco días desde la fiesta, y no había nada que hiciera a Miley creer que se daría en poco tiempo. Estaba un tanto desanimada, y ya creía que la promesa de Nick no iba a cumplirse, porque los problemas aparecían por arte de magia, y Nick era requerido constantemente porque, a ver de Miley, era el único con suficiente cerebro para subsanarlos. En algunas ocasiones ella lo acompañaba, sorprendiéndose de la cantidad de obreros empleados para el proyecto. Conoció a la arquitecta, una mujer casi de cuarenta años, muy bonita, que tenía la voz de mando y organizaba las tareas. Nick se olvidaba de su presencia, y se sumergía en los planos dando algunas directivas, y tratando de subsanar los errores que iban surgiendo, lo mejor posible. Paul y Terry la acompañaban y siempre le pedían asesoramiento en cuanto al proyecto de decoración. Liam también aparecía por allí, pero ella se cuidaba de nunca andar sola. No iba a darle oportunidad a ese desgraciado para que la molestara. Por la tarde acompañada siempre por Paul y Terry, se tiraban al sol durante horas, y compartían algunas frutas tropicales, y tragos mientras esperaba que Nick volviera de su insólita jornada laboral. Ya habían pasado casi un mes fuera de Inglaterra, y se dijo que a la mañana siguiente, tarde en su país, llamaría a Joe  para saludarlo y preguntar como iban las cosas por allí. A pesar de estarlo pasando en grande, siempre recordaba a sus padres, y rogaba todas las noches antes de dormir que ellos se recuperaran pronto.
La mañana siguiente Nick salió muy temprano en la mañana. No quería despertar a Miley ni mucho menos desanimarla con especto a su tan prometido viaje. Las cosas se habían complicado bastante y lo peor era que aun no le había dicho que el viaje se postergaba hasta nuevo aviso. Hasta ahora lo había tomado bien, así que prefirió no darle una fecha de partida. El problema en el resort era que a diferencia del resort mágico, este no tenía elfos que mantuvieran las cosas mágicamente. Allí tenían que contratar gente no mágica e idónea para los cargos a cubrir, razón por la cual él mismo y Bradsford junto a la arquitecta, se encargaban de las entrevistas laborales, de al menos los altos cargos. El otro gran problema que surgía era que casi la totalidad de la infraestructura, debía construirse teniendo en cuenta los parámetros muggles. Y a pesar de que las cosas venían en tiempo y forma, había pequeños asuntos que lo ponían todo de cabeza, retrasando aun más la finalización del trabajo. Aun así, estuvo toda la mañana dando órdenes y aprobando cada uno de los ajustes de última hora. Se reunió con Bradsford, para discutir respecto al desarrollo de la obra, y más que nada, de corregir ciertos aspectos del resort mágico que no le gustaban.
Al mediodía, estuvo libre. Solo le quedaba un encuentro, por la tarde con la arquitecta y los decoradores para ponerse de acuerdo en cuanto a la decoración de cada una de las cabañas, así que rápidamente llegó a su cabaña para sorprender a Miley y almorzar juntos. Al abrir la puerta se quedó tieso. Miley estaba en el sofá de la sala, su nariz respingona y graciosa estaba colorada, y sus ojos aguados y rojos. Sus mejillas estaban húmedas… El corazón le latió lentamente. Ella solo atinó a levantar la mirada y volver a sollozar. Nick largó al diablo su portafolio y se acercó presuroso, Miley lo abrazó y comenzó a llorar desconsolada, escondiendo su cara en el pecho de su esposo. Nick no sabía lo que pasaba, pero verla así le partía el corazón.
- Miley – dijo tratando de calmarla y acariciándole la cabeza – Miley… - ella se separó bruscamente, y lo miró.
- Quiero volver a Inglaterra… - dijo seria – Paso algo muy… - se ahogó - ¡necesito volver a Inglaterra, ahora!! – Nick sintió un nudo en el estómago. De alguna manera Miley había descubierto el engaño. De seguro alguien le había comentado el por que de su tan largo viaje… y ahora ella estaría desilusionada de él…
- Miley… no creo que…
- ¡Tú no entiendes nada!! – chilló – tengo que volver a Inglaterra, Nick… Me necesitan…
- Dime por que quieres regresar… dímelo, así puedo entenderte… - dijo para calmarla, pero parecía que Miley no tenia intenciones de calmarse.
- Llamé a Inglaterra, Nick – dijo llorando – Y Joe … Joe me dijo…
- Cálmate, ratita… - le dijo secándole las lágrimas con sus dedos – si no te calmas… no puedo entenderte… - Miley respiró un par de veces con los ojos cerrados luego los abrió y lo miró angustiada.- ahora si, dime…
- Hoy llamé a la oficina de JOE – Nick suspiró, de seguro Joe le había comunicado algo acerca de sus padres. Mientras la observaba se preguntaba si el tratamiento de los señores Cyrus había dado sus frutos – y… - hipó – y me comunicó que…
- Le pasó algo a tus padres… - ella movió la cabeza negativamente y comenzó a llorar otra vez.
- ¡Demi!!! – dijo y se abrazó a él – Demi… mi sobrinito… - Nick cayó al fin.
- Miley, que le sucedió al bebé de Demi…
- Su bebé… lo perdió…- no pudiendo aguantar mas se abrazó a su esposo, con desesperación, Nick cerró los ojos sintiendo su dolor y pensando en su amiga Demi y recordando lo ilusionada que estaba con la llegada de su hijito. La cabeza comenzó a latirle, recordó también a Joe y sintió deseos de volver… sentía muy dentro de sí, que su amigo lo necesitaba. O al menos el mismo Nick querría que sus amigos estuvieran a su lado si una desgracia como la que sufrieran ellos le sucediera a… La aferró con mas fuerzas, y sin darse cuenta sus ojos cafes se aguaron – ella estaba tan…
- Cálmate cariño… - dijo pasando suavemente su mano por la espalda – ¿que te dijo Joe ?
- Yo le dije que iría en cuanto pudiera… - suspiró – pero él me contestó que no era necesario… que necesitaban estar solos para consolarse mutuamente…
- Entiendo…
- No – dijo terca – yo sé que Demi me necesita…
- Miley – dijo tomando su cara con ambas manos y acercándola a su cara, le besó la frente cariñosamente… - no vamos a volver por el momento.
- Per…. – se separó.
- No, escúchame… - dijo sereno. Sabía que Miley pondría miles de objeciones pero ella no podía volver… al menos no ahora. – Joe tiene razón… - Ella abrió la boca para refutar sus dichos pero él la calló, poniendo un dedo en sus temblorosos labios – mira… si a mi me pasara algo así…
- ¡No lo digas!! – dijo ella temerosa – ni si quiera lo pienses… es algo…
- Lo sé…- suspiró- Solo creo que Joe tiene razón - dijo sentándola en sus piernas y abrazándola. Ella cansada de llorar apoyó su cabeza en el hombro masculino. – ratita, Demi necesita estar un tiempo sin que nadie la mire con lástima… y le pregunté a cada rato como se siente… - acarició su cara – necesita hacer su duelo, y necesita hacerlo con Joe… nosotros la pondríamos mas triste, y yo no quiero que Demi esté triste.
- Yo tampoco… pero…
- Lo mejor será que sigamos con lo que teníamos planeado…
- Pero yo no voy a tener ánimos para divertirme…
- ¿Hablaste con Demi? – ella movió la cabeza negativamente – Joe me dijo que no quiere hablar con nadie.
- Entonces debemos respetarla…
- Pero… - Miley cerró los ojos y se abandonó en los brazos de su marido. Entendía la opinión de Nick, y pensaba que si a ella le sucediera lo mismo, necesitaría un tiempo para encontrarse a si misma y salir de esa tristeza que le ocasionara la pérdida de un… comenzó a llorar en silencio. Si, Demi no necesitaba que alguien le esté recordando lo que no había podido ser. Demi, necesitaba salir de su tristeza acompañada de su esposo. Ella desearía que Nick estuviera siempre a su lado… en las buenas y en las malas.– tienes razón… - dijo acariciando la mano de Nick, que descansaba en su estómago, como si adentro hubiera algo preciado para él y su mano lo protegiera de cualquier peligro. La voz de Miley lo hizo salir de ese mundo de ilusiones y miedos que lo atravesaron desde que se enterara de la noticia.- creo que si volviéramos sería para causarle más dolor… y yo no quiero causarle más dolor a nadie. – Nick, al escucharla decir estas palabras, estuvo a punto de traicionarse a si mismo y confesarle que la amaba, pero un segundo de racionalidad lo hizo desistir. Besó su perfumado cabello.
- Bien – dijo – ¿Almorzaste?
- No tengo hambre… - dijo – y no quiero que dejes de abrazarme – él sonrió.
- Creo que lo mejor será que comas algo – ella refunfuñó cuando la dejó en el sofá y se levantó para pedir el almuerzo – Después, tomarás una siesta, y te prometo que no voy a dejar de abrazarte mientras duermes…
- Nick…
- Y después tengo una reunión en la tarde… – agregó – tiempo que tu utilizarás para hacer una pequeña maleta… - Anotó el pedido en un pergamino y segundos después lo hizo desaparecer con un movimiento de manos – Mañana comenzaremos la travesía que te prometí – Antes de que Miley pudiera decir algo, un elfo apareció con una bandeja cargada de exquisitos platos. Cuando este se fue, Nick la tomó en sus brazos y la cargó hasta la terraza donde el elfo había colocado la mesa, debajo de una inmensa sombrilla que los cubría del sol.
- Nick no creo…
- No voy a aceptar un no, Miley. – dijo tomando la servilleta y posándola en sus piernas. Se agachó para darle un beso y buscó su asiento – Quiero que comas todo, y si no lo haces me dedicaré a darte de comer yo mismo – ella sonrió tímidamente.
- Dijiste que tenías tanto trabajo… no creo que sea conveniente que…
- Mira – dijo sirviéndole una copa de un jugo bien frío. Era jugo de piña, su favorito. – No me importa que esté hasta el cuello de trabajo… tú eres mi prioridad…
- Nick…
- No,- dijo mandándose un bocado de carne a la boca – no quiero verte triste… necesitas distraerte, y creo que puedo hacer mejor ese trabajo que estar dando órdenes y que todos me digan en un español cargado de resentimiento, ¡tirano inglés! – Miley sonrió, y Nick suspiró aliviado. – tu sólo tienes que relajarte… - la miró tan intensamente que a Miley se le puso la piel de gallina a pesar del calor tropical – porque yo voy a ocuparme que tu diversión sea completa…

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