viernes, 10 de agosto de 2012

The Bodyguard- Capitulo 32


James se bajó de su auto corriendo y se dirigió al teléfono público de
la esquina, apenas llegó empezó a sonar y levantó el tubo. Escuchó
unos segundos y volvió a subir a su auto.
—¿En su auto? —Comentó Nick a su hermano mientras arrancaba su
moto—, muy raro.
—Si. Aquí pasa algo que no sabemos. Le preguntaré a Kevin por dónde
va.
Kevin no había conseguido una moto, así que usó su propio auto. A
toda velocidad se dirigió hacia dónde supuestamente se encontraban
los hombres de Haskell. El tránsito era infernal a esa hora, y Kevin 
puteaba contra todo el que se pusiera adelante.
Veinte minutos más tarde, Kevin descendía para acercarse
sigilosamente a una casa de un tranquilo barrio. Sin pérdida de
tiempo se dirigió hacia la puerta, la golpeó y simplemente dijo:
—Soy Haskell, abran.
Su voz hizo lo suyo. La puerta se abrió y lo dejó entrar.
—Hola muchachos, supongo que tienen algo para mí. ¿Dónde está la
preciosa señorita James?
Los hombres se miraron sorprendidos.
—La vimos salir. Estará estudiando con alguna compañera, como
siempre.
La cara de Kevin reflejó el mismo desconcierto. Tomó el teléfono y
llamó a Joe .
—Dal, Haskell no tiene a Miley , nunca la ha tenido,
—¿Qué? ¿Y entonces dónde mierda está? ¿Quién la tiene?
—No lo sé. Avisa a Nick .
Miró a su alrededor y vio sobre la mesa donde supuestamente habían
estado sentados, considerando los vasos y cigarrillos, un mapa y
unos teléfonos celulares.
—A ver. ¿Quién me cuenta que está pasando acá? —les preguntó
Kevin mirando a los tres hombres que ni siquiera sabían quién en
realidad les estaba hablando.
Nick había realizado tres cambios de recorrido siguiendo a James
cuando su teléfono sonó.
—Sí —dijo mientras intentaba no perder a James.
—Ni Haskell ni los suyos la tienen, Nick . Todo es una enorme broma
de mal gusto.
—¿De qué hablas?
—Los hombres de Haskell se están aprovechando de James, lo están
haciendo recorrer la ciudad pero no tienen a Miley . La perdieron
cuando salió de su departamento. Así que inmediatamente pusieron
en marcha un plan que Haskell había planeado como una broma de
pésimo gusto para convencer a james de que debía hacer lo que
querían. Simplemente llamaron y se sentaron a llevarlo por todos
lados, mientras dos más esperan en su edificio que ella reaparezca.
—¿Dónde esta ella? —preguntó Nick tratando de asimilar lo que
estaba pasando.
—No lo sé. Salió por sus medios del departamento pero no sé dónde
pudo ir.
—Espera, Joe llama —le informó Kevin . Escuchó lo que le decía y
colgó. Levantó de nuevo el teléfono que lo comunicaba con Nick .
—Nick , será mejor que te agarres. Cordelia llamó al helicóptero.
Miley te está esperando en tu oficina desde hace más de dos
horas.
—¡En mi oficina!! ¿Qué demonios hace allí? Voy para allá. Dile a Dal
que avise a James. ¡Voy a matarla!
Miley ya no quería estar allí. Su enojó había ido desvaneciendo
con el tiempo transcurrido. Recordaba las palabras de Marcia, ¿y si
era cierto? Y si Nick no se interesaba, ¿Qué hacía aquí? ¿Había ido a
reclamar por un abandono cuando jamás hubo entre ellos más que un
intenso sexo casual? ¿Estaba loca? Evidentemente los últimos
acontecimientos la habían trastornado. ¿Cómo se le había ocurrido ir
a reprocharle un abandono y posible embarazo? Ninguna de las dos
cosas eran ciertas. Imbécil, eres una imbécil. Tenía que salir de allí,
ahora mismo. Así que se levantó e intentó abrir la puerta de la oficina
de Nick , donde esa amable secretaria la había traído. Pero la puerta
no se abrió. Lo intentó y tampoco pudo. Así que comenzó a golpear,
cuando nadie respondió, se alejó de la puerta y miró el teléfono. Lo
levantó y apretó el intercomunicador. La ronca voz de Cordelia le
respondió:
—¿Si…?
—Disculpe, soy Miley James, me temo que me he quedado
encerrada en la oficina del señor Windstone. ¿Sería tan gentil de
abrirme?
Un silencio demasiado largo le respondió así que lo intentó de nuevo.
—¿Me oyó?
—Perfectamente señorita James, pero Nick me ha pedido que no
la deje salir hasta que llegue en unos minutos.
¿Pedido? Sí, seguro, como pide todo. —Señora Chase, verá… el señor
Windstone tiene una manera algo rara de pedir las cosas, la gente
tiende a hacerle caso. Pero usted no parece de esas personas que se
dejan manejar… podría abrir para que… conversemos. Verá… tengo
algo que decirle “personalmente”.

2 comentarios:

jessi dijo...

AHHH

Maryorit Emily dijo...

haahh ojala que miley convenza a cordelia :D