sábado, 25 de agosto de 2012

Sicilian's mistress- cap -21


-Al principio, estabas muy enferma, luego, cuando saliste del coma, no recordabas nada -le recordó Robin-. Nuestra hija no tenía ninguna marca de nacimiento que nos ayudara a asegurarnos. En aquel momento, no había nada que desentonara. Te habías hecho mayor y naturalmente habías madurado y habías cambiado.
Nick observó el desconcierto en el rostro de Miley y le dijo murmurando:
-Lo que están tratando de decirte es que ellos no son tus padres.
-No son mis padres -repitió Miley como un niño obediente. No podía creerlo, simplemente no podía creerlo-. Eso es una locura... ¿por qué me decís algo así?
-Hemos llegado a quererte mucho -le explicó su padre, que, según Nick , no era su padre-. De hecho, al darnos cuenta de la persona tan maravillosa en la que se había convertido nuestra hija, nos sentimos tremendamente felices.
-Pero con el tiempo empezamos a descubrir cosas sobre ti que no encajaban y que no podíamos pasar por alto, pero que tampoco podíamos explicar. Tú cantas muy bien, mientras que nuestra hija era incapaz de entonar siquiera. Hablas francés casi como un nativo... nuestra hija no pudo ni aprobar el francés del instituto, era un desastre con los idiomas.
Repentinamente encerrada en su propio mundo, Miley recordó la noche en la que su padre llevó a cenar a un cliente francés. En el momento en que aquel hombre dijo una frase en francés, sin darse cuenta, ella le contestó en el mismo idioma sin titubear un segundo. Ahora se acordaba de los sorprendidos que se quedaron sus padres. Entonces, no se dio cuenta. Todo lo contrario, estaba encantada porque aquel señor le dijo que hablaba muy bien francés. Por aquel entonces tenía la sensación de no poseer ningún talento que le pudiera ser de alguna utilidad, así que fue muy agradable descubrir que no era así.
-Todas las cosas que no concordaban ya las que al principio no prestamos atención, empezaron a venírsenos encima. Tu letra es muy diferente -dijo Robin Jennings con un suspiro-. Te encantan los gatos,Miley era alérgica. Desesperados, empezamos a intentar encontrar cosas de ti que nos recordaran a nuestra hija, pero no había ninguna.
-Pero, la pulsera... yo llevaba la pulsera de la abuela.
-Nuestra hija debió venderla. Es cierto que se la llevó cuando se marchó de casa, pero en realidad no le gustaba demasiado. Quizás tú la compraste, o te la regaló alguien. Fuimos unos tontos en fiarnos tanto de una simple joya -admitió Davina apesadumbrada.
-No es posible -dijo Miley muy despacio. De pronto la pulsera que ella había tenido como un talismán acababa de perder toda su importancia.
Nick le hizo un gesto tranquilizador
-A nosotros nos encantaría que no quisiera creerlo -anunció Davina Jennings a la vez que lanzaba a Nick una amarga mirada de desprecio-. Para todos los efectos ella es nuestra hija, la queremos y no queremos perderla. Ni Robin ni yo queremos que nada cambie, ya se lo dijimos anoche.
-Y yo les pregunté qué pensaban hacer si aparecía la verdadera Miley -le recordó Nick sin titubear.
Davina se puso a la defensiva.
-No es muy probable que eso ocurra después de diez años.
-No me puedo creer que esto esté sucediendo de verdad -intervino Rob después de un tiempo-. Me estáis diciendo que no soy vuestra hija, que nunca lo he sido... que la vida que vivo en realidad pertenece a otra mujer.
-Tu nombre es Destiny Hope  Henner y tienes veinticuatro años -le informó Nick -. Y mientras yo esté aquí, no tienes nada que temer.
«Destiny», pensó aturdida. Me llamo Destiny . Intentó con gran esfuerzo concentrarse en algunos pensamientos que se cruzaban por su mente como relámpagos. Observó con dolor y total desorientación a las dos personas que había creído sus padres.
-¿Cuánto tiempo hace que sabéis que no soy vuestra hija?
El silencio era ensordecedor. Parecía que ninguno de los dos quería contestar. Pero a Nick no le ocurría lo mismo.
-Hace unos dieciocho meses que lo saben, solo entonces se admitieron el uno al otro lo que los dos por separado sospechaban.
-Estuvimos toda la noche hablando -interrumpió de golpe Robin Jennings-. Pero no sabíamos qué hacer. Tú nos habías aceptado y nosotros os queríamos mucho a Lucas y a ti. Para todo el mundo tú eras nuestra hija.
-Era preferible guardar el secreto antes de tener que hacer frente a la vergüenza de admitir que habíais cometido un error tan atroz -los acusó Destiny , que deseaba desesperadamente seguir siendo Miley y que, en ese momento, odiaba a todos los que se encontraban en la habitación. Todos ellos sabían quiénes eran y cuál era su sitio, sin embargo ella era una intrusa incluso para sí misma.
-Éramos felices con las cosas tal y como estaban -explicó Davina con vehemencia-. ¡Seguimos creyendo que nada tiene por qué cambiar!
Destiny los observó sintiéndose cada vez más cansada.
-Yo voy a hacer todo lo que esté en mi mano para encontrar a su verdadera hija -les prometió Nick -. Pero  Destiny  no se puede quedar aquí por más tiempo.
-Claro que puede si ella quiere -afirmó Robin Jennings tajantemente.
-Podrá mantener el contacto con ustedes, incluso visitarlos. ¡Pero lo hará como la persona que realmente es y no como la que a ustedes les gustaría que fuera! - Nick   tenía la atención puesta en el rostro de  Destiny  y en sus ojos horrorizados-. Ella tiene otra vida y tiene que conocer esa otra vida antes de tomar ninguna decisión.
-¡Por amor de Dios, pero si está prometida... se va a casar dentro de nada! --exclamó Davina.
-¿Y cómo crees que va a reaccionar Jason ante este engaño? -gruñó su marido-. Yo me encargaré de eso, quedaré con él y se lo explicaré todo.
Destiny estudió la situación en medio de una terrible sensación de irrealidad. Nick  se mantenía de pie apartado de los demás, con su característica autodisciplina. Sus brillantes ojos la miraban sin poder ocultar la compasión que hacía que  Destiny  solo deseara morir. Se puso en pie y salió de la habitación.Cuando Davina se levantó dispuesta a seguirla, Nick  la detuvo agarrándola por el brazo.
-Señora Jennings, en esto no puede ayudarla. Al menos, no ahora. Se siente traicionada por las dos personas en las que más confiaba. Necesita tiempo para asimilarlo.
-¿Y cuáles son sus planes para ella, señor Uckermann? -le preguntó Davina con amargura.
Nick miró a la pareja con hostilidad. Quizás quisieran a  Destiny  , pero le habían hecho mucho daño. Tres años antes le habían negado la ayuda profesional que necesitaba; no hicieron nada para ayudarla a recuperar la memoria. Y, lo que era totalmente imperdonable, cuando se dieron cuenta del error que habían cometido, fueron demasiado egoístas como para resolverlo. Prefirieron no considerar el hecho de que la desconocida que habían identificado como su hija debía de tener otra vida en algún lugar. Destiny  estudió su imagen en el espejo de su dormitorio.
«¿Quién soy? ¿Quién es  Destiny  Hope Henner?»
Esa no era su casa, allí no era donde ella había crecido. Esas personas que estaban abajo no eran sus padres. Nada de lo que creía suyo lo era realmente.Al sentir que el mundo que ella había creído real con tanta inocencia se venía abajo, Destiny  experimentó una ráfaga de auténtico terror.
- Destiny  ... vuelve al hotel conmigo.
Se dio la vuelta y miró a  Nick  . El más profundo odio recorrió su cuerpo. Él había provocado todo aquello, le había destrozado la vida.
-Te odio... -consiguió decir temblando.
-Lo superarás -le prometió  Nick  sin atisbo de duda.
-Yo quiero a Jason -admitió ella mirando hacia otro lado.
-También eso lo superarás -afirmó ásperamente.
-¡No puedes quitármelo! -exclamó  Destiny  con repentina violencia-. ¡Me puedes quitar todo lo demás, pero a Jason no!
-No es posible que lo ames -la mirada de  Nick  era oscura como una noche sin luna y su tono de auténtico desdén-. Es imposible. ¡Él no es nadie, no es nada!
Destiny apretó los dientes con fuerza.
-¡Es el hombre al que quiero!
Nick respiró hondo, sus ojos dorados tenían un brillo amenazador.
-¡No es posible que estés enamorada de un tipo calculador como ese!
-¡Lo mío con Jason no es asunto tuyo! ¿Es que no has causado ya bastante daño?
Él la observó un instante y luego, sin previo aviso, se acercó a ella, la rodeó con sus brazos y la besó. De pronto, ella se dio cuenta de que su cuerpo ardía en cada punto que se encontraba en contacto con el de él. El ardiente ataque de aquella boca grande y sensual fue como una revelación. Nunca nada le había parecido tan necesario. Un ansia irreprimible se estaba apoderando de ella con tal fuerza que la cabeza le daba vueltas. Arrastrada por la más poderosa excitación, se pegó a su masculino cuerpo a la vez que sus labios expulsaban un gemido que expresaba su rendicion.
-¡Miley ! -interrumpió Davina alarmada.

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