jueves, 9 de agosto de 2012

Lost Of Love - Capitulo 13


Capitulo 13
No entendía su reacción…No podía comprender como había actuado de esa manera… restregarles el anillo a esas mujeres desconocidas, de alta sociedad, dándoles a entender que era un honor estar con él, cuando en realidad lo aborrecía con todas las ganas del mundo. Había, en cierta manera, manifestado unos celos terribles por esas mujeres que, en algún momento de su vida, habían tenido que ver con su marido, sexualmente hablando, y no tenían reparo de decírselo en sus propias narices. Es mas, esa mujer en particular, parecía orgullosa de haber pertenecido al lote de amantes, de Nick Jonas. Pero era esa actitud, de mujer celosa y ofendida, lo que más le molestaba. Ella a Liam nunca le había hecho una escena de celos, y a Nick por poco le salta a los ojos cuando salió del tocador y lo vió ahí tan tranquilo. Se sentó en la mesa y continuó comiendo dulces. Lo único bueno en esa fiesta para ver de Miley, era la rebosante cantidad de platillos que ofrecieron de postre. Ella acostumbrada a comer bien, pero bien a lo Cyrus, no se privó de probarlos a todos, siendo observada con asombro por las mujeres de la mesa, y con gracia por Nick. Ella se enderezó después de comer su tercera ración de pastel, y limpiándose con la servilleta, miró a todos. Ellos sólo sonrieron y Miley se puso colorada. Nick se acercó a su oído.
- ¡Por favor, deja de comer! Le susurró- cualquiera diría que te mato de hambre – ella tosió ahogada. El le ofreció una copa de champaña que bebió de un trago. Nick sonrió malignamente, y sin ningún reparo le dio otra. Quizás si la emborrachaba podía lograr algo con ella esa misma noche. Desafortunadamente para él, Miley pareció adivinar lo que pensaba, y bebió esta vez pausadamente.- ¿mejor? – la miró, ella asintió – Bien – se dio vuelta y siguió conversando con los hombres…
- Querida... – dijo Mildred – ¡déjame decirte que nos has sorprendido a todos!
- ¿Si, por qué? – dijo ella bebiendo de la copa.
- Pues comes de todo y te mantienes tan delgada… ¿cómo lo haces? Realmente te envidiamos – dijo ella con una risita graciosa, y secundada por todas las damas de la mesa.
- Bueno, no es que haya comido mucho… solo probé…
- Pues, has probado todos los dulces…
- ¿Si? – preguntó sin darle importancia.- ¡no es mi culpa, están riquísimos!! Debe decirme dónde conseguirlos, porque a mi me encantaron… verás, mi hermano y su novia, que es mi mejor amiga, tienen planes de boda, muy pronto, por lo que…
- Bueno… es una casa de Catering exclusiva – Contestó Mildred. Miley la miró, y entendió. Exclusiva quería decir cara, y por ende imposible de contratar por ella.
- Eso no importa, Nick se ofreció a regalarles el banquete – Nick se dio vuelta anonadado, al escuchar este comentario – ¿verdad cielo? – dijo ella sonriendo, no supo si por la farsa o porque ya con tres copas de champaña, estaba lo suficientemente entonada, para hacerle frente a su esposo. Aun así, lo miró desafiante, obligando a darle una respuesta favorable.
- ¿Qué? – sólo atinó a preguntar, conciente de que toda la mesa, estaba atento a su respuesta.
- Que tú te ofreciste a pagar la boda de mi hermano Ron y Demi– él la miró.
- Si... – y ella sin proponérselo le dio un corto beso en los labios que descolocó a Nick – mi vida…- dijo sin aliento.
- ¡No podía esperar menos de ti!! – y siguió bebiendo champaña de a pequeños sorbos.
- Bueno entonces te mandaré la dirección a… ¿dónde vives?
- En la casa de Nick… – dijo ella sin reparo – ¡bueno, somos una pareja moderna!! – y rió como una niñita consentida.
- ¡Oh¡la orquesta comenzó a tocar!!! – dijo Mildred – ¿Nick, me harías el honor de bailar esta pieza musical conmigo? – miró a Miley – si a tu novia no le importa…
- ¡Claro que no Mildred! – dijo ella – anda cielo, no dejes a la anfitriona esperando… – El le dio un beso en la mano a la mujer, y se dirigió hacia el centro del salón. Miley lo miraba. Sabía que Nick para bailar era un perfecto idiota, así que solo se acomodó para verlo dar el peor papelón de la historia. Nick se detuvo en medio de la pista y estiró su brazo para que Mildred diera una vuelta a su alrededor graciosamente, y sin más, la tomó de la cintura y comenzó a moverse armoniosamente. Miley se enderezó rápido. No podía creer lo que veía, al parecer ese infeliz había aprendido a bailar, y a juzgar por lo que veía, lo estaba haciendo bien. Estuvo mirándolo unos minutos, hasta que una mano la tocó respetuosamente en el hombro. Ella se dio vuelta y vio de pie a Sam Bradsford que sonreía.
- Me disculparás Miley, pero si Nick está bailando con mi esposa, debo hacer lo mismo con la suya…
- ¿Disculpe? – dijo ella aturdida por los acordes de la orquesta.
- Que si quieres concederme el honor de bailar esta pieza conmigo. – ella cayó, y le tendió la mano, levantándose y dirigiéndose hacia la pista. Sam la tomó educadamente y comenzaron a bailar. El hombre era lento y bailaba, tratando de no incomodarla. Ella miraba hacia donde bailaba Nick, que reía con Mildred y daba vueltas como si fuera un experto bailarín. – Sucede siempre… – dijo Sam y ella se dio vuelta para mirarlo – Nick siempre es el centro de atención de todas las fiestas… aunque debo decir que ahora pelea el puesto contigo.
- ¿Conmigo? – dijo ella sin entender.
- Pues veras, Nick siempre viene a estas fiestas solo, baila con todas las mujeres, y se va de la fiesta sin compañía… - "Que vida de mierda" pensó Miley pero no dijo nada – Y ahora, por primera vez desde que lo conozco, te ha traído… y no sólo eres una cita, eres su prometida. ¡Vaya si eres novedad!! – dijo riendo. Ella sonrió.
- Pensé que había traído a su otra novia… ¡a Nicole Anderson!
- ¿Quién? – dijo él – No, no he conocido una chica con ese nombre. Ni he escuchado a Nick mencionarla… ¿Estás segura que era su novia?
- Bueno, en la escuela…
- Ah, la escuela… uno se siente atraído en la escuela por tantas cosas, pero el verdadero amor, sólo se siente una vez…
- Ya lo creo…
- El te adora… -ella lo miró – bueno no es algo que no sepas…
- Claro – dijo ella poco convencida y siguió bailando.
- Solo te daré un consejo, es un excelente muchacho – Ella no quiso contradecirlo – Tanto que hubiera querido que posara su mirada en mi Marian. Imagínate…
- ¡Si, Marian es una chica estupenda!
- Pero no para Nick… cuídalo. – Ella prefirió callarse y siguió bailando. El señor Bradsford era un buen bailarín, y mientras bailaban conversaban de varios temas de actualidad. Cuando la orquesta cambió de canción, Miley vio una mano tocar el hombro de Sam Bradsford y este se separó de la joven.
- Disculpa Sam – dijo Nick – Pero es tiempo de que baile con mi novia – Sam rió y se alejó, dándole su lugar a Nick. El tomó las manos de Miley con fuerza, y la atrajo hacia su cuerpo. Ella atinó a poner las manos en su hombro.
- Podrías ser mas suave. - dijo.
- ¿Qué tanto hablabas con Sam?
- ¿Celoso? – El la apretó haciéndola gemir de dolor.
- ¡No juegues conmigo! – dijo con rabia – dime de qué hablaron.
- De cosas sin importancia... de lo bueno, lindo y atractivo que eres; de cómo todas las mujeres babean por ti, y de todo lo bueno que hace el gran Nick Jonas… -lo miró a los ojos, estaban tan cerca – ¿satisfecho amo¿O vas a apretarme hasta quitarme la circulación del brazo? – El aflojó un poco la fuerza, pero aun no la soltaba.
- No te hagas la graciosa conmigo. Si me entero que se te fue la lengua…
- ¿Oh, el gran Nick Jonas ve peligrar su castillo de naipes? – rió – Tranquilo, sé el papel que debo interpretar…
- Eso espero, por tu bien – Siguieron bailando al menos seis canciones más. Los zapatos de tacón le estaban torturando los pies y él seguía bailando.
- Nick… -dijo ella haciendo una mueca de dolor – ¿Podríamos dejar de bailar? Quisiera sentarme un rato.
- No, tengo ganas de bailar… - dijo secamente. – y a mi me importa un carajo qué quieres tu.
- ¡Por favor, me duelen los pies!!
- Te lo repetiré una vez mas para que se te grabe, no me interesa tu dolor…
- ¡Por favor! – dijo en un ruego – de verdad, los zapatos me hacen daño… ¡Tengo lastimados los pies! – y se detuvo un segundo.
- Apóyate en mi, y no te dolerán tanto.- Miley pasó sus brazos por el cuello y él la apretó mas en la cintura, no dejando espacio entre ellos. Siguieron moviéndose alrededor de la pista, una hora más.
- ¡Nick… ya no soporto más! En verdad me duelen… creo que…
- Eres un fastidio… ¡deja de quejarte! por Merlín, si ya lo dice el dicho, aunque la mona se vista de seda… - ella lo miró y no supo por qué sintió ganas de llorar. Ya se había acostumbrado a sus insultos, pero esta noche, se sentía más débil que nunca para soportarlos. El la miró fríamente – mona queda.- Ella intentó separarse y él la retuvo con fuerzas – ¡no me harás ese desaire en medio de mi gente! yo decido cuando volvemos a la mesa…
- Despierta, esta no es tu gente… - dijo en un tono lastimero.
- ¡Si lo es! – dijo acercándose al oído.
- No, tu gente son Ron, Demi…
- ¿Vamos, no recuerdas que pasó hace cuatro años? yo tuve que irme, gracias a quien, a ti, maldita comadreja…- la apretó mas – ahora esta es mi gente, si te duelen los pies, te la aguantas. Así te vea sangrar, no te dejaré ir hasta que yo quiera dejar de bailar…
- ¡Por favor!! – dijo ella suplicando.
- ¿Ahora ruegas? – dijo él sonriendo – más rogarás esta noche – ella lo miró – Esta noche quiero que cumplas tus deberes de esposa.
- ¿Qué? – él, sin darle tiempo la besó, pero no fue dulce ni tierno, fue un beso cargado de pasión, de deseo. Su lengua se abrió paso en la boca de Miley que no podía hacer nada. Ese movimiento la había dejado estupefacta.
- Esta noche consumaremos el matrimonio… - rió – Esta noche sabrás de la magia de Nick Jonas – y sin decir más, la separó de su cuerpo y la condujo hacia la mesa.
Durante el resto de la velada se quedó en silencio, tratando de digerir lo que Nick le dijera… "Esta noche consumaremos el matrimonio…" fueron textuales palabras salidas de su boca. Y el beso, tan bestial. Instintivamente se tocó los labios, aún los tenía calientes. Miró hacia la mesa, todos ocupados en conversaciones banales, superficiales y ella… ella esa noche se convertiría en la mujer de alguien a quien no amaba, todo lo contrario, lo aborrecía. Miró a Nick. El había encendido un cigarrillo y conversaba con la mujer de ese hombre cuyo nombre no recordaba. La mujer seguía fumando con su boquilla de plata, y le tiraba el humo a Nick en clara posición de ataque. El la miraba con esa expresión tan fría y sensual a la vez. Miley se sintió fatal. El le pedía que le prodigara caricias, y él estaba coqueteando con una mujer casada. Decidió beber. Tomó una copa de champaña, dos, cuando iba por la tercera, Nick le retuvo la mano y le dijo no, con la mirada. Ella le jaló el brazo y tomó un sorbo. El le quitó la copa y se acercó bien cerca de su oído.
- Deja de beber – la miró – te quiero sobria cuando te tenga en la cama – y le dio un beso en el cuello. Miley sintió que se moría. Dejó la copa y trató de serenarse. El le estaba planteando abiertamente que esa noche…. No quiso pensarlo.
- ¡Nick!!! – dijo el esposo de esa mujer algo borracho y abrazando a Nick. Este sonrió y devolvió el abrazo, sonriéndole a la mujer que torcía los ojos, como desaprobando la borrachera de su esposo – ¡Feliz Halloween!!
- Si, Marcus – dijo palmeándolo – Feliz Halloween para ti también…
- Y esta bella muchacha… - dijo acercándose a Miley y abrazándola – como es que has podido atrapar una mujer tan hermosa, eh?
- Me conoces, siempre tengo lo mejor – el hombre apretó mas de lo debido a Miley y ella no supo si fue al descuido o a propósito que las manos del viejo se posaron en su trasero. Ella trató de separarse pero él la mantenía firme.
- ¡Nick!! – dijo angustiada. Nick la miró, se puso serio y se levantó separándolos, y lanzando al pobre hombre al suelo. Miley se había quedado quieta y cuando reaccionó lo único que hizo fue abrazarlo. El estaba rojo de furia. Bradsford se acercó a ver lo que pasaba. El tal Marcus trataba en vano de levantarse, ayudado por su mujer.
- ¡No te atrevas a ponerle una mano encima a mi mujer¡Ella es sólo mía!! – dijo encolerizado.
- ¿Nick qué ha sucedido? – dijo Bradsford. Todos miraban la escena.
- Este infeliz… - dijo con la respiración acelerada. Luego miró a todos lados y bajó la voz para no provocar escándalo - se atrevió a tocar a mi mujer… - Miley aun escondía su cara en el pecho de Nick.
- Pero ya lo conoces… ¡está borracho! – dijo Sam para apaciguarlo – Nick no te enojes…
- ¿Qué hubiera pasado si le hubiera hecho eso a Mildred, o Marian?
- Te entiendo, pero…
- ¡Pero nada¡Con mi mujer no se juega!! Yo no me meto con la tuya… - le dijo, mirando al apenado Marcus – tu no te metas con la mía… por ella mato¿entendiste?
- Nick… -dijo Sam, sorprendido – Mildred, por favor… estás bien Miley? – ella asintió.
- Yo… lo siento… quiero irme… – dijo mirando a Nick.
- ¡Pero aun falta el espectáculo de fuegos artificiales!! por favor Nick, esto lo lamento… pero por favor no se vayan… - Nick la tomó de los hombros y la miró a los ojos.
- Crees que podríamos quedarnos hasta después de los fuegos artificiales… - Ella lo miró y no supo por qué asintió… - Nos quedamos, pero inmediatamente después nos marchamos… mañana tengo que partir al Caribe…. No te olvides.
- Con respecto a Marcus…
- Ya hablaré con él personalmente. Pero entenderás que esto no puedo dejarlo pasar…
El espectáculo hizo olvidar a Miley el mal momento pasado, mas porque aceptó las disculpas de la mujer de Marcus, que apenada le rogaba a ella, pero mas a Nick, que no tomara represalias con su esposo. Miley lo miraba… era tan impredecible. Por un momento era un monstruo capaz de humillarla de la peor manera, hiriéndola con palabras groseras. Pero por otro, se portaba como aquel muchacho, valiente y protector, que hizo lo imposible por llegar a la cámara de los secretos y salvarla de una muerte cruel. Era así de cambiante. Y de la forma dura y siniestra, que mientras bailaban, la apretaba con fuerza, ahora la abrazaba tan suavemente, y le ofrecía su Smoking, para que ella no tuviera frío. De repente mirando al cielo, iluminado por esa enorme cantidad de luces artificiales que creaban figuras disparatadas en el aire, no supo por que se sintió tan vulnerable… Tan frágil… y a la vez, tan protegida en los brazos de…
- Ya es tarde – dijo él con voz grave – tengo que levantarme temprano en la mañana… - ella asintió – además, no te olvides que tenemos que cumplir una cláusula esta noche… - Ya está, era un hecho, esa noche se convertiría en mujer. Tendría sexo con un hombre por primera vez, y ni siquiera lo deseaba. El la violaría… Por que así se sentía, una mujer condenada a una violación… y el violador se sentía con derechos para hacerlo… es mas, estaba muy orgulloso de cumplir con esa tarea. No supo cómo saludó a los amigos de su esposo, y minutos después estaba en la carretera rumbo a su fatal destino. Pensó en Liam… Pensó en las tantas veces que pudo pertenecerle a su amor, y que ella se negó, por convicción, y ahora, se veía forzada a hacerlo, y con un hombre que no conocía, y que mucho menos amaba…
Nick la miraba de reojo. Ella había optado por un mutismo total y absoluto desde que salieron de la casa de los Bradsford. Su actitud lo inquietaba. Ella no decía nada, ni pataleaba, por lo que iba a hacer… eso le dio algo de ilusión. Quizás ella estaba de acuerdo, quizás ella también quería hacerlo. Sonrió. "Pues si no quiere, ya veré lo que hago… la deseo, no puedo negar que me perturba su perfume, su pelo… su piel…" Respiró profundamente. "¿Y si no quiere?" la miró "Bueno, si llegamos a esas instancias, tengo las mañas para desarmarla… vamos Jonas, tu puedes follártela en un santiamén. Lograr vencer esa defensa sólo te tomará minutos…" Sin darse cuenta ya estaban en el jardín de la casa. Miley no esperó a que él apagara el motor, y rápidamente salió del auto, perdiéndose en la casa. Nick tranquilamente bajó del coche, y jugando con las llaves, entró en la casa, a tiempo para ver a la castaña  desaparecer en la planta alta. Sonrió malévolamente. Tenía que esperar. La ratita huía del gato, pero el gato era más astuto… Era sólo esperar el tiempo necesario, y después atacaría. Se tomó un Whisky y parsimoniosamente, subió la escalera, quitándose el moño y el saco del Smoking, dejándolo en la baranda de piedra. Al llegar a la puerta del cuarto de Miley, se sacó los gemelos de los puños de la camisa. Y abrió la puerta con violencia. Entró jugando con ese par de gemelos, que tenían la figura del león de Griffindor, en oro macizo. Miley se levantó del tocador y asustada lo miró.
- Será mejor que salgas de este cuarto… - dijo ella tratando de serenar su miedo… él no podía saber que estaba aterrada.
- Será mejor que no – sonrió – Ya sabes a lo que vengo… - ella le mostró la varita.
- No te atrevas a dar un paso más o… o…
- ¿O qué?- dijo, metiendo los gemelos en el bolsillo del pantalón.
- ¡O te va a pesar! – dijo y cada vez, sus palabras salían más agudas. Le estaba ganando el pánico.
- Vamos… no te pongas histérica en este momento – dijo, y moviendo la mano, hizo volar la varita de de Miley y lanzándola lejos lejos. – no va con tu estilo. – Se acercó a la cama, se sentó, y lentamente se desabotonó la camisa y se la quitó – Será mejor que empieces a desvestirte, no querrás que yo lo haga… - rió y continuó, quitándose los zapatos y las medias, quedando sólo con el pantalón – ven comadreja, no te hagas rogar. – Miley se había quedado cerca del tocador, mirándolo. No estaba viendo un cuerpo asqueroso, todo lo contrario. pero aun así, era la primera vez que un hombre se desnudaba sin ningún pudor frente a ella – mal… muy mal ratita – dijo levantándose de la cama – tendré que hacer todo yo esta noche? – y se acercó hacia ella.
- No te acerques, porque te juro que… ¡no respondo!!
- Vamos, eso es lo que harás cuando te toque, responder de la mejor manera… – y cuando quiso tomarla de las manos, ella se zafó y le dio un tremendo bofetón, que le dió vuelta la cara – Como te atreves, infeliz! – dijo tomándola de un brazo y arrastrándola – Quise hacer esto por las buenas, pero contigo no se puede – la tiró a la cama, haciéndola emitir un grito de espanto – Parece que te gusta la violencia… - y sin decir mas la tomó del escote y le arrancó el vestido, haciendo que los cristales cayeron esparcidos hacia todos lados . Miley se sintió desnuda, aunque la cubría su ropa interior… El se quedo ahí disfrutando el espectáculo – ¡Vaya! – dijo instantes después sorprendido – ¡Parece que la pequeña comadreja no es tan pequeña como aparenta! – ella se cubrió los pechos instintivamente y el mirándola a los ojos, se quitó el pantalón, quedando con unos calzoncillos de satén negro. Ella cerró los ojos, no quería verlo, pero lamentablemente podía sentirlo. El se subió a la cama, la tomó de las muñecas, y con las piernas separó las de Miley, acomodando su cuerpo. – Bien… el primer paso ya está dado – dijo sonriendo – ahora que tenemos que hacer… se le tiró encima apoyando su pecho en el de Miley, teniendo especial cuidado en apoyar los codos en la cama, para librarla del peso, y aun tomándola de las muñecas comenzó a explorar con la nariz su cuello – hueles bien… al menos tienes eso a tu favor. Mírame… - dijo suavemente. Ella no le hizo caso y apretó más sus párpados. – Te dije que me miraras!! – le ordeno. Ella los abrió muerta de miedo. Pero a pesar del pánico, se sentía extraña… hasta ese movimiento había llegado con Liam, aunque en esas ocasiones se encontraba vestida, y ella podía controlarlo. Pero Nick era distinto. Nick no aceptaría un no por respuesta.
- Por favor… Nick no lo hagas… -dijo ella suplicante.
- Vamos, dame una oportunidad… te apuesto a que cuando termine de seducirte, rogarás que te eche un polvo… - la besó. Atrapaba los labios de Miley con los suyos y los mordisqueaba sensualmente. Ella nunca habia sido besada así. De pronto sintió que su boca se movía sola y abrió los ojos sorprendida… ella lo estaba besando también. Nick, utilizando su lengua, empujó sus labios para abrirlos y penetrar en su boca… y lo hizo. Las manos de Nick recorrían el cuerpo de Miley causándole diversas sensaciones… asco… suciedad…deseo….atracción…. La boca de Nick se separó de la de Miley, para dedicarse al cuello. Miley trataba de pelear una batalla que ya tenía perdida, cuando sus manos trataban de separarla de Nick, que ocupado acariciando el cuerpo de su mujer, las había soltado. Pero no podía. Cada beso de Nick, se sentía como una descarga eléctrica, que poco a poco iba taladrando y debilitando sus defensas. Recordó a Liam… Pero ese pensamiento fue apenas unas milésimas de segundo, y luego desapareció, cuando Nick había tocado las fibras mas intimas de su ser. Con la boca, y cuidando de pasar sensualmente la lengua por el lóbulo de su oreja, le quitaba los aros, y los tiraba a cualquier parte. Unas lágrimas cayeron… Nick le provocaba sensaciones diferentes, a las de su antiguo novio cuando le besaba el cuello. Liam era un caballero, sus besos le provocaban un leve cosquilleo, y ella pensaba que eso era el despertar de la pasión. Liam era un caballero… y la respetaba. Nick en cambio, sus besos ardían en el cuello, y provocaban una tensión en todo su cuerpo, como un latigazo, dejándola sin reacción. Nick era un hombre… para nada caballero y cuando ella decía no… el mas ponía empeño, para hacerla cambiar de opinión. Liam era cerebral, Nick pura pasión… De repente Miley sintió algo que nunca su antiguo novio hizo. Aun besándole el cuello, Nick le arrancó con violencia el sostén. Ella exhaló todo el aire que tenía en sus pulmones y lo miró. Encontrando esa mirada cargada de exaltación…
- Detente, por favor… no quiero… - dijo suplicante.
- No… ya estoy demasiado entusiasmado… no puedes negarme este manjar que me ofreces… - ella cerró los ojos, al sentir el contacto de la mano de Nick en su seno… su dedo pulgar jugueteaba con el pezón causándole… ¿placer? No ella no podía estar sintiéndolo… ella quería a Liam… ella quería ser la mujer de Liam. Gimió… Nick había abandonado el cuello y comenzado el calvario de Miley, besando sus pechos. Ella, que siempre había frenado a Liam en las caricias, al sentir los labios de Nick atrapar el pezón erecto, se sintió en las nubes… y sin darse cuenta sus manos abandonaron la tarea de separarlo y detenerlo, comenzando a acariciar suavemente su cabello chino . En un segundo en que Nick dejó que su cerebro funcionara otra vez, recordó las palabras de Demi… "en el sexo no debes pensar, solo dedicarte a disfrutar…" y así lo hizo. Las sensaciones que le despertaba la lengua de Nick eran indescriptibles… suspiraba a cada instante, hecho que provocaba una sonrisa en Nick – Te lo dije ratita… debías darme la oportunidad… - sus dedos se deslizaron por el vientre, quitando sin ningún problema las bragas, y fueron a parar en el centro de su feminidad, haciendo que Miley se tensara.
- No – dijo ella.
- Si… - dijo él, y comenzó un suave masaje que descontroló a Miley, descontrol que se evidenció más, cuando él sintiendo la necesidad de ir al extremo, fue besando el cuerpo femenino hasta llegar a donde sus dedos se encontraban…
- Por favor… no quiero… - dijo ella poco convencida.
- Sin embargo - dijo él, dándole suaves besos. – tu cuerpo me dice todo lo contrario – y se dedicó a darle placer. – Eso es… disfruta comadreja. - Miley no supo cuanto tiempo estuvo sufriendo esa dulce tortura… sus dedos jugaban con el cabello de Nick, acariciándolo. Sólo después de un tiempo, sintió un espasmo en la zona genital y no pudo contener un gemido de satisfacción. El la miró con la satisfacción del deber cumplido… ella sintió algo caliente salir de su cuerpo. El se irguió, tomándole los pies y quitándole los zapatos. Sus ojos se turbaron al ver los dedos de Miley algo ensangrentados a causa de los zapatos, así que trató de compensar con suaves caricias, y luego besos el dolor sufrido. Miley no podía pensar…. No quería hacerlo. Se dedicaba a disfrutar cada movimiento de los dedos masculinos, en sus extremidades. Nick sabía que Miley quería más, así que lentamente, comenzó a subir besándola desde la pantorrilla, los muslos, pasando por el vientre, los pechos, todo ese recorrido fue acompañado por suspiros de Miley. Luego llegó a la boca… y ella no le negó un beso. Se sentía tan diferente… y deseó que él continuara… ni siquiera pensó en Liam… no tenía el mas leve remordimiento. Sólo quería que Nick hiciera lo que tenía que hacer… ella lo estaba esperando desesperadamente. – lo disfrutaste pequeña? – dijo besándole el cuello – creo que si… estás mojada… Estás lista para mi…
- Nick… - El se acomodó entre sus piernas, se quitó su ropa interior, dejando su miembro rozar la pierna de Miley, que jadeó excitada – Nick… yo… - dijo ella., él atacaba su cuello a medida que subía y se acomodaba para penetrarla – yo… nunca… he… - él levantó la cabeza y la miró. Ella lo miró y sus ojos se aguaron… Deseaba tanto que él la hiciera mujer. El llegó al punto de encuentro de sus sexos, y cerró los ojos un instante. Estaba tan excitado que no podía controlarse. – Yo… soy virgen – abrió los ojos, mirándola un segundo, y completamente anonadado por las palabras sólo atinó a penetrarla, logrando que ella no tuviera éxito en ahogar un grito de dolor…
- Yo no mas, pequeña… - dijo iniciando un movimiento suave y acompasado… - ya no mas… – y la besó, mientras los movimientos eran mas rápidos. Por momentos detenía su ritmo y se serenaba... tanto tiempo deseándolo, no iba a arruinarlo acabando rápidamente. Esto la volvía loca, sentir como se movía dentro de su cuerpo, así, lento y profundo… sentía otra vez esa sensación de que todos los músculos del cuerpo, (corazón incluído) se endurecían. Sin darse cuenta levantó las piernas y lo rodeó con ellas, mientras sus manos, recorrían la espalda de Nick. El estaba disfrutando como nunca, no supo cuanto tiempo estuvo follándola. Con cada arremetida que hacía, se sentía en el paraíso… cuando estuvo seguro que ella tendría otro orgasmo, aceleró sus movimientos, sintiendo una oleada de placer cuando el momento cúlmine, llegaba su fin. Estaba feliz, había sudado como nunca… disfrutado cada instante, desde el momento de la cachetada, hasta ahora, que estaba tendido sobre su cuerpo y que podía sentir el corazón acelerado de su mujer… sonrió. Era su mujer… "Ese maldito hurón nunca la tuvo… y yo si". Luego de serenarse, se levantó rápidamente y buscó su ropa. Ella instintivamente después de que pasara el momento de excitación, se sintió una porquería. Lo había hecho con un hombre que despreciaba, y le había gustado. Tapó con la sábana, mojada en sudor y otros fluidos, su cuerpo de mujer. El la miró, sintió deseos de abrazarla, tenía el cabello todo enmarañado y la cara roja, y transpirada. En las sábanas quedaban los vestigios de su comprobada virginidad - Así que el hurón nunca te tocó… – dijo riendo.
- No… - dijo con voz temblorosa, y estuvo a punto de hipar del llanto.
- ¡Oh… no! – dijo él – ¡no te pongas a llorar ahora de arrepentimiento!! – rió – no parecías arrepentida hace un instante.
- No voy a llorar… – dijo y sus ojos se aguaron.
- No te arrepientas comadreja – dijo, tomando el resto de sus cosas y yendo hacia la puerta – lo hecho… hecho está – sonrió – estuviste bien, para no haberlo hecho nunca – abrió la puerta – pero ya sabes el dicho… - la miró – la práctica hace la experiencia.
- Maldito – murmuró.
- No me decías eso mientras te follaba. Eres buena… un poco mas de práctica, te hará excelente en la cama – Se iba – mejor duerme… nos veremos mañana.- y cerró la puerta. Miley lloró, por todas las veces que tuvo ganas de hacerlo en toda la noche... pero más lloró por remordimiento. Le había sido infiel a Liam y a ella misma. Se había entregado a un hombre, sin amor… y tenía esa rara sensación de querer que Nick abriera la puerta, y la haga suya otra vez.

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