Capitulo 13
No entendía su reacción…No
podía comprender como había actuado de esa manera… restregarles el anillo a
esas mujeres desconocidas, de alta sociedad, dándoles a entender que era un
honor estar con él, cuando en realidad lo aborrecía con todas las ganas del
mundo. Había, en cierta manera, manifestado unos celos terribles por esas
mujeres que, en algún momento de su vida, habían tenido que ver con su marido,
sexualmente hablando, y no tenían reparo de decírselo en sus propias narices. Es
mas, esa mujer en particular, parecía orgullosa de haber pertenecido al lote de
amantes, de Nick Jonas. Pero era esa actitud, de mujer celosa y ofendida, lo
que más le molestaba. Ella a Liam nunca le había hecho una escena de celos, y a
Nick por poco le salta a los ojos cuando salió del tocador y lo vió ahí tan
tranquilo. Se sentó en la mesa y continuó comiendo dulces. Lo único bueno en
esa fiesta para ver de Miley, era la rebosante cantidad de platillos que
ofrecieron de postre. Ella acostumbrada a comer bien, pero bien a lo Cyrus, no
se privó de probarlos a todos, siendo observada con asombro por las mujeres de
la mesa, y con gracia por Nick. Ella se enderezó después de comer su tercera
ración de pastel, y limpiándose con la servilleta, miró a todos. Ellos sólo
sonrieron y Miley se puso colorada. Nick se acercó a su oído.
- ¡Por favor, deja de comer! Le
susurró- cualquiera diría que te mato de hambre – ella tosió ahogada. El le
ofreció una copa de champaña que bebió de un trago. Nick sonrió malignamente, y
sin ningún reparo le dio otra. Quizás si la emborrachaba podía lograr algo con
ella esa misma noche. Desafortunadamente para él, Miley pareció adivinar lo que
pensaba, y bebió esta vez pausadamente.- ¿mejor? – la miró, ella asintió – Bien
– se dio vuelta y siguió conversando con los hombres…
- Querida... – dijo Mildred –
¡déjame decirte que nos has sorprendido a todos!
- ¿Si, por qué? – dijo ella
bebiendo de la copa.
- Pues comes de todo y te
mantienes tan delgada… ¿cómo lo haces? Realmente te envidiamos – dijo ella con
una risita graciosa, y secundada por todas las damas de la mesa.
- Bueno, no es que haya comido
mucho… solo probé…
- Pues, has probado todos los
dulces…
- ¿Si? – preguntó sin darle
importancia.- ¡no es mi culpa, están riquísimos!! Debe decirme dónde
conseguirlos, porque a mi me encantaron… verás, mi hermano y su novia, que es
mi mejor amiga, tienen planes de boda, muy pronto, por lo que…
- Bueno… es una casa de
Catering exclusiva – Contestó Mildred. Miley la miró, y entendió. Exclusiva quería
decir cara, y por ende imposible de contratar por ella.
- Eso no importa, Nick se
ofreció a regalarles el banquete – Nick se dio vuelta anonadado, al escuchar
este comentario – ¿verdad cielo? – dijo ella sonriendo, no supo si por la farsa
o porque ya con tres copas de champaña, estaba lo suficientemente entonada,
para hacerle frente a su esposo. Aun así, lo miró desafiante, obligando a darle
una respuesta favorable.
- ¿Qué? – sólo atinó a
preguntar, conciente de que toda la mesa, estaba atento a su respuesta.
- Que tú te ofreciste a pagar
la boda de mi hermano Ron y Demi– él la miró.
- Si... – y ella sin
proponérselo le dio un corto beso en los labios que descolocó a Nick – mi
vida…- dijo sin aliento.
- ¡No podía esperar menos de
ti!! – y siguió bebiendo champaña de a pequeños sorbos.
- Bueno entonces te mandaré la
dirección a… ¿dónde vives?
- En la casa de Nick… – dijo
ella sin reparo – ¡bueno, somos una pareja moderna!! – y rió como una niñita
consentida.
- ¡Oh¡la orquesta comenzó a
tocar!!! – dijo Mildred – ¿Nick, me harías el honor de bailar esta pieza
musical conmigo? – miró a Miley – si a tu novia no le importa…
- ¡Claro que no Mildred! – dijo
ella – anda cielo, no dejes a la anfitriona esperando… – El le dio un beso en
la mano a la mujer, y se dirigió hacia el centro del salón. Miley lo miraba.
Sabía que Nick para bailar era un perfecto idiota, así que solo se acomodó para
verlo dar el peor papelón de la historia. Nick se detuvo en medio de la pista y
estiró su brazo para que Mildred diera una vuelta a su alrededor graciosamente,
y sin más, la tomó de la cintura y comenzó a moverse armoniosamente. Miley se
enderezó rápido. No podía creer lo que veía, al parecer ese infeliz había
aprendido a bailar, y a juzgar por lo que veía, lo estaba haciendo bien. Estuvo
mirándolo unos minutos, hasta que una mano la tocó respetuosamente en el
hombro. Ella se dio vuelta y vio de pie a Sam Bradsford que sonreía.
- Me disculparás Miley, pero si
Nick está bailando con mi esposa, debo hacer lo mismo con la suya…
- ¿Disculpe? – dijo ella
aturdida por los acordes de la orquesta.
- Que si quieres concederme el
honor de bailar esta pieza conmigo. – ella cayó, y le tendió la mano,
levantándose y dirigiéndose hacia la pista. Sam la tomó educadamente y
comenzaron a bailar. El hombre era lento y bailaba, tratando de no incomodarla.
Ella miraba hacia donde bailaba Nick, que reía con Mildred y daba vueltas como
si fuera un experto bailarín. – Sucede siempre… – dijo Sam y ella se dio vuelta
para mirarlo – Nick siempre es el centro de atención de todas las fiestas…
aunque debo decir que ahora pelea el puesto contigo.
- ¿Conmigo? – dijo ella sin
entender.
- Pues veras, Nick siempre
viene a estas fiestas solo, baila con todas las mujeres, y se va de la fiesta
sin compañía… - "Que vida de mierda" pensó Miley pero no dijo nada – Y
ahora, por primera vez desde que lo conozco, te ha traído… y no sólo eres una
cita, eres su prometida. ¡Vaya si eres novedad!! – dijo riendo. Ella sonrió.
- Pensé que había traído a su
otra novia… ¡a Nicole Anderson!
- ¿Quién? – dijo él – No, no he
conocido una chica con ese nombre. Ni he escuchado a Nick mencionarla… ¿Estás
segura que era su novia?
- Bueno, en la escuela…
- Ah, la escuela… uno se siente
atraído en la escuela por tantas cosas, pero el verdadero amor, sólo se siente
una vez…
- Ya lo creo…
- El te adora… -ella lo miró –
bueno no es algo que no sepas…
- Claro – dijo ella poco
convencida y siguió bailando.
- Solo te daré un consejo, es
un excelente muchacho – Ella no quiso contradecirlo – Tanto que hubiera querido
que posara su mirada en mi Marian. Imagínate…
- ¡Si, Marian es una chica
estupenda!
- Pero no para Nick… cuídalo. –
Ella prefirió callarse y siguió bailando. El señor Bradsford era un buen
bailarín, y mientras bailaban conversaban de varios temas de actualidad. Cuando
la orquesta cambió de canción, Miley vio una mano tocar el hombro de Sam
Bradsford y este se separó de la joven.
- Disculpa Sam – dijo Nick –
Pero es tiempo de que baile con mi novia – Sam rió y se alejó, dándole su lugar
a Nick. El tomó las manos de Miley con fuerza, y la atrajo hacia su cuerpo.
Ella atinó a poner las manos en su hombro.
- Podrías ser mas suave. -
dijo.
- ¿Qué tanto hablabas con Sam?
- ¿Celoso? – El la apretó
haciéndola gemir de dolor.
- ¡No juegues conmigo! – dijo
con rabia – dime de qué hablaron.
- De cosas sin importancia...
de lo bueno, lindo y atractivo que eres; de cómo todas las mujeres babean por
ti, y de todo lo bueno que hace el gran Nick Jonas… -lo miró a los ojos,
estaban tan cerca – ¿satisfecho amo¿O vas a apretarme hasta quitarme la
circulación del brazo? – El aflojó un poco la fuerza, pero aun no la soltaba.
- No te hagas la graciosa
conmigo. Si me entero que se te fue la lengua…
- ¿Oh, el gran Nick Jonas ve
peligrar su castillo de naipes? – rió – Tranquilo, sé el papel que debo
interpretar…
- Eso espero, por tu bien –
Siguieron bailando al menos seis canciones más. Los zapatos de tacón le estaban
torturando los pies y él seguía bailando.
- Nick… -dijo ella haciendo una
mueca de dolor – ¿Podríamos dejar de bailar? Quisiera sentarme un rato.
- No, tengo ganas de bailar… -
dijo secamente. – y a mi me importa un carajo qué quieres tu.
- ¡Por favor, me duelen los
pies!!
- Te lo repetiré una vez mas
para que se te grabe, no me interesa tu dolor…
- ¡Por favor! – dijo en un
ruego – de verdad, los zapatos me hacen daño… ¡Tengo lastimados los pies! – y
se detuvo un segundo.
- Apóyate en mi, y no te
dolerán tanto.- Miley pasó sus brazos por el cuello y él la apretó mas en la
cintura, no dejando espacio entre ellos. Siguieron moviéndose alrededor de la
pista, una hora más.
- ¡Nick… ya no soporto más! En
verdad me duelen… creo que…
- Eres un fastidio… ¡deja de
quejarte! por Merlín, si ya lo dice el dicho, aunque la mona se vista de seda…
- ella lo miró y no supo por qué sintió ganas de llorar. Ya se había
acostumbrado a sus insultos, pero esta noche, se sentía más débil que nunca
para soportarlos. El la miró fríamente – mona queda.- Ella intentó separarse y
él la retuvo con fuerzas – ¡no me harás ese desaire en medio de mi gente! yo
decido cuando volvemos a la mesa…
- Despierta, esta no es tu
gente… - dijo en un tono lastimero.
- ¡Si lo es! – dijo acercándose
al oído.
- No, tu gente son Ron, Demi…
- ¿Vamos, no recuerdas que pasó
hace cuatro años? yo tuve que irme, gracias a quien, a ti, maldita comadreja…-
la apretó mas – ahora esta es mi gente, si te duelen los pies, te la aguantas.
Así te vea sangrar, no te dejaré ir hasta que yo quiera dejar de bailar…
- ¡Por favor!! – dijo ella
suplicando.
- ¿Ahora ruegas? – dijo él
sonriendo – más rogarás esta noche – ella lo miró – Esta noche quiero que
cumplas tus deberes de esposa.
- ¿Qué? – él, sin darle tiempo
la besó, pero no fue dulce ni tierno, fue un beso cargado de pasión, de deseo.
Su lengua se abrió paso en la boca de Miley que no podía hacer nada. Ese
movimiento la había dejado estupefacta.
- Esta noche consumaremos el
matrimonio… - rió – Esta noche sabrás de la magia de Nick Jonas – y sin decir
más, la separó de su cuerpo y la condujo hacia la mesa.
Durante el resto de la velada
se quedó en silencio, tratando de digerir lo que Nick le dijera… "Esta noche consumaremos el
matrimonio…" fueron
textuales palabras salidas de su boca. Y el beso, tan bestial. Instintivamente
se tocó los labios, aún los tenía calientes. Miró hacia la mesa, todos ocupados
en conversaciones banales, superficiales y ella… ella esa noche se convertiría
en la mujer de alguien a quien no amaba, todo lo contrario, lo aborrecía. Miró
a Nick. El había encendido un cigarrillo y conversaba con la mujer de ese
hombre cuyo nombre no recordaba. La mujer seguía fumando con su boquilla de
plata, y le tiraba el humo a Nick en clara posición de ataque. El la miraba con
esa expresión tan fría y sensual a la vez. Miley se sintió fatal. El le pedía
que le prodigara caricias, y él estaba coqueteando con una mujer casada.
Decidió beber. Tomó una copa de champaña, dos, cuando iba por la tercera, Nick
le retuvo la mano y le dijo no, con la mirada. Ella le jaló el brazo y tomó un
sorbo. El le quitó la copa y se acercó bien cerca de su oído.
- Deja de beber – la miró – te
quiero sobria cuando te tenga en la cama – y le dio un beso en el cuello. Miley
sintió que se moría. Dejó la copa y trató de serenarse. El le estaba planteando
abiertamente que esa noche…. No quiso pensarlo.
- ¡Nick!!! – dijo el esposo de
esa mujer algo borracho y abrazando a Nick. Este sonrió y devolvió el abrazo,
sonriéndole a la mujer que torcía los ojos, como desaprobando la borrachera de
su esposo – ¡Feliz Halloween!!
- Si, Marcus – dijo palmeándolo
– Feliz Halloween para ti también…
- Y esta bella muchacha… - dijo
acercándose a Miley y abrazándola – como es que has podido atrapar una mujer
tan hermosa, eh?
- Me conoces, siempre tengo lo
mejor – el hombre apretó mas de lo debido a Miley y ella no supo si fue al
descuido o a propósito que las manos del viejo se posaron en su trasero. Ella
trató de separarse pero él la mantenía firme.
- ¡Nick!! – dijo angustiada. Nick
la miró, se puso serio y se levantó separándolos, y lanzando al pobre hombre al
suelo. Miley se había quedado quieta y cuando reaccionó lo único que hizo fue
abrazarlo. El estaba rojo de furia. Bradsford se acercó a ver lo que pasaba. El
tal Marcus trataba en vano de levantarse, ayudado por su mujer.
- ¡No te atrevas a ponerle una
mano encima a mi mujer¡Ella es sólo mía!! – dijo encolerizado.
- ¿Nick qué ha sucedido? – dijo
Bradsford. Todos miraban la escena.
- Este infeliz… - dijo con la
respiración acelerada. Luego miró a todos lados y bajó la voz para no provocar
escándalo - se atrevió a tocar a mi mujer… - Miley aun escondía su cara en el
pecho de Nick.
- Pero ya lo conoces… ¡está
borracho! – dijo Sam para apaciguarlo – Nick no te enojes…
- ¿Qué hubiera pasado si le
hubiera hecho eso a Mildred, o Marian?
- Te entiendo, pero…
- ¡Pero nada¡Con mi mujer no se
juega!! Yo no me meto con la tuya… - le dijo, mirando al apenado Marcus – tu no
te metas con la mía… por ella mato¿entendiste?
- Nick… -dijo Sam, sorprendido
– Mildred, por favor… estás bien Miley? – ella asintió.
- Yo… lo siento… quiero irme… –
dijo mirando a Nick.
- ¡Pero aun falta el
espectáculo de fuegos artificiales!! por favor Nick, esto lo lamento… pero por
favor no se vayan… - Nick la tomó de los hombros y la miró a los ojos.
- Crees que podríamos quedarnos
hasta después de los fuegos artificiales… - Ella lo miró y no supo por qué
asintió… - Nos quedamos, pero inmediatamente después nos marchamos… mañana
tengo que partir al Caribe…. No te olvides.
- Con respecto a Marcus…
- Ya hablaré con él
personalmente. Pero entenderás que esto no puedo dejarlo pasar…
El espectáculo hizo olvidar a Miley
el mal momento pasado, mas porque aceptó las disculpas de la mujer de Marcus,
que apenada le rogaba a ella, pero mas a Nick, que no tomara represalias con su
esposo. Miley lo miraba… era tan impredecible. Por un momento era un monstruo
capaz de humillarla de la peor manera, hiriéndola con palabras groseras. Pero
por otro, se portaba como aquel muchacho, valiente y protector, que hizo lo
imposible por llegar a la cámara de los secretos y salvarla de una muerte
cruel. Era así de cambiante. Y de la forma dura y siniestra, que mientras
bailaban, la apretaba con fuerza, ahora la abrazaba tan suavemente, y le
ofrecía su Smoking, para que ella no tuviera frío. De repente mirando al cielo,
iluminado por esa enorme cantidad de luces artificiales que creaban figuras
disparatadas en el aire, no supo por que se sintió tan vulnerable… Tan frágil…
y a la vez, tan protegida en los brazos de…
- Ya es tarde – dijo él con voz
grave – tengo que levantarme temprano en la mañana… - ella asintió – además, no
te olvides que tenemos que cumplir una cláusula esta noche… - Ya está, era un
hecho, esa noche se convertiría en mujer. Tendría sexo con un hombre por
primera vez, y ni siquiera lo deseaba. El la violaría… Por que así se sentía,
una mujer condenada a una violación… y el violador se sentía con derechos para
hacerlo… es mas, estaba muy orgulloso de cumplir con esa tarea. No supo cómo
saludó a los amigos de su esposo, y minutos después estaba en la carretera
rumbo a su fatal destino. Pensó en Liam… Pensó en las tantas veces que pudo
pertenecerle a su amor, y que ella se negó, por convicción, y ahora, se veía
forzada a hacerlo, y con un hombre que no conocía, y que mucho menos amaba…
Nick la miraba de reojo. Ella
había optado por un mutismo total y absoluto desde que salieron de la casa de
los Bradsford. Su actitud lo inquietaba. Ella no decía nada, ni pataleaba, por
lo que iba a hacer… eso le dio algo de ilusión. Quizás ella estaba de acuerdo,
quizás ella también quería hacerlo. Sonrió. "Pues
si no quiere, ya veré lo que hago… la deseo, no puedo negar que me perturba su
perfume, su pelo… su piel…" Respiró
profundamente. "¿Y si no
quiere?" la miró "Bueno,
si llegamos a esas instancias, tengo las mañas para desarmarla… vamos Jonas, tu
puedes follártela en un santiamén. Lograr vencer esa defensa sólo te tomará
minutos…" Sin darse
cuenta ya estaban en el jardín de la casa. Miley no esperó a que él apagara el
motor, y rápidamente salió del auto, perdiéndose en la casa. Nick tranquilamente
bajó del coche, y jugando con las llaves, entró en la casa, a tiempo para ver a
la castaña desaparecer en la planta alta. Sonrió malévolamente. Tenía que
esperar. La ratita huía del gato, pero el gato era más astuto… Era sólo esperar
el tiempo necesario, y después atacaría. Se tomó un Whisky y parsimoniosamente,
subió la escalera, quitándose el moño y el saco del Smoking, dejándolo en la
baranda de piedra. Al llegar a la puerta del cuarto de Miley, se sacó los
gemelos de los puños de la camisa. Y abrió la puerta con violencia. Entró
jugando con ese par de gemelos, que tenían la figura del león de Griffindor, en
oro macizo. Miley se levantó del tocador y asustada lo miró.
- Será mejor que salgas de este
cuarto… - dijo ella tratando de serenar su miedo… él no podía saber que estaba
aterrada.
- Será mejor que no – sonrió –
Ya sabes a lo que vengo… - ella le mostró la varita.
- No te atrevas a dar un paso
más o… o…
- ¿O qué?- dijo, metiendo los
gemelos en el bolsillo del pantalón.
- ¡O te va a pesar! – dijo y
cada vez, sus palabras salían más agudas. Le estaba ganando el pánico.
- Vamos… no te pongas histérica
en este momento – dijo, y moviendo la mano, hizo volar la varita de de Miley y
lanzándola lejos lejos. – no va con tu estilo. – Se acercó a la cama, se sentó,
y lentamente se desabotonó la camisa y se la quitó – Será mejor que empieces a
desvestirte, no querrás que yo lo haga… - rió y continuó, quitándose los
zapatos y las medias, quedando sólo con el pantalón – ven comadreja, no te
hagas rogar. – Miley se había quedado cerca del tocador, mirándolo. No estaba
viendo un cuerpo asqueroso, todo lo contrario. pero aun así, era la primera vez
que un hombre se desnudaba sin ningún pudor frente a ella – mal… muy mal ratita
– dijo levantándose de la cama – tendré que hacer todo yo esta noche? – y se
acercó hacia ella.
- No te acerques, porque te
juro que… ¡no respondo!!
- Vamos, eso es lo que harás
cuando te toque, responder de la mejor manera… – y cuando quiso tomarla de las
manos, ella se zafó y le dio un tremendo bofetón, que le dió vuelta la cara –
Como te atreves, infeliz! – dijo tomándola de un brazo y arrastrándola – Quise
hacer esto por las buenas, pero contigo no se puede – la tiró a la cama,
haciéndola emitir un grito de espanto – Parece que te gusta la violencia… - y
sin decir mas la tomó del escote y le arrancó el vestido, haciendo que los
cristales cayeron esparcidos hacia todos lados . Miley se sintió desnuda,
aunque la cubría su ropa interior… El se quedo ahí disfrutando el espectáculo –
¡Vaya! – dijo instantes después sorprendido – ¡Parece que la pequeña comadreja
no es tan pequeña como aparenta! – ella se cubrió los pechos instintivamente y
el mirándola a los ojos, se quitó el pantalón, quedando con unos calzoncillos
de satén negro. Ella cerró los ojos, no quería verlo, pero lamentablemente
podía sentirlo. El se subió a la cama, la tomó de las muñecas, y con las
piernas separó las de Miley, acomodando su cuerpo. – Bien… el primer paso ya
está dado – dijo sonriendo – ahora que tenemos que hacer… se le tiró encima
apoyando su pecho en el de Miley, teniendo especial cuidado en apoyar los codos
en la cama, para librarla del peso, y aun tomándola de las muñecas comenzó a
explorar con la nariz su cuello – hueles bien… al menos tienes eso a tu favor.
Mírame… - dijo suavemente. Ella no le hizo caso y apretó más sus párpados. – Te
dije que me miraras!! – le ordeno. Ella los abrió muerta de miedo. Pero a pesar
del pánico, se sentía extraña… hasta ese movimiento había llegado con Liam,
aunque en esas ocasiones se encontraba vestida, y ella podía controlarlo. Pero Nick
era distinto. Nick no aceptaría un no por respuesta.
- Por favor… Nick no lo hagas…
-dijo ella suplicante.
- Vamos, dame una oportunidad…
te apuesto a que cuando termine de seducirte, rogarás que te eche un polvo… -
la besó. Atrapaba los labios de Miley con los suyos y los mordisqueaba
sensualmente. Ella nunca habia sido besada así. De pronto sintió que su boca se
movía sola y abrió los ojos sorprendida… ella lo estaba besando también. Nick, utilizando
su lengua, empujó sus labios para abrirlos y penetrar en su boca… y lo hizo.
Las manos de Nick recorrían el cuerpo de Miley causándole diversas sensaciones…
asco… suciedad…deseo….atracción…. La boca de Nick se separó de la de Miley,
para dedicarse al cuello. Miley trataba de pelear una batalla que ya tenía
perdida, cuando sus manos trataban de separarla de Nick, que ocupado
acariciando el cuerpo de su mujer, las había soltado. Pero no podía. Cada beso
de Nick, se sentía como una descarga eléctrica, que poco a poco iba taladrando
y debilitando sus defensas. Recordó a Liam… Pero ese pensamiento fue apenas
unas milésimas de segundo, y luego desapareció, cuando Nick había tocado las
fibras mas intimas de su ser. Con la boca, y cuidando de pasar sensualmente la
lengua por el lóbulo de su oreja, le quitaba los aros, y los tiraba a cualquier
parte. Unas lágrimas cayeron… Nick le provocaba sensaciones diferentes, a las
de su antiguo novio cuando le besaba el cuello. Liam era un caballero, sus
besos le provocaban un leve cosquilleo, y ella pensaba que eso era el despertar
de la pasión. Liam era un caballero… y la respetaba. Nick en cambio, sus besos
ardían en el cuello, y provocaban una tensión en todo su cuerpo, como un
latigazo, dejándola sin reacción. Nick era un hombre… para nada caballero y
cuando ella decía no… el mas ponía empeño, para hacerla cambiar de opinión. Liam
era cerebral, Nick pura pasión… De repente Miley sintió algo que nunca su
antiguo novio hizo. Aun besándole el cuello, Nick le arrancó con violencia el
sostén. Ella exhaló todo el aire que tenía en sus pulmones y lo miró.
Encontrando esa mirada cargada de exaltación…
- Detente, por favor… no
quiero… - dijo suplicante.
- No… ya estoy demasiado
entusiasmado… no puedes negarme este manjar que me ofreces… - ella cerró los
ojos, al sentir el contacto de la mano de Nick en su seno… su dedo pulgar
jugueteaba con el pezón causándole… ¿placer? No ella no podía estar
sintiéndolo… ella quería a Liam… ella quería ser la mujer de Liam. Gimió… Nick
había abandonado el cuello y comenzado el calvario de Miley, besando sus
pechos. Ella, que siempre había frenado a Liam en las caricias, al sentir los
labios de Nick atrapar el pezón erecto, se sintió en las nubes… y sin darse
cuenta sus manos abandonaron la tarea de separarlo y detenerlo, comenzando a
acariciar suavemente su cabello chino . En un segundo en que Nick dejó que su
cerebro funcionara otra vez, recordó las palabras de Demi… "en el sexo
no debes pensar, solo dedicarte a disfrutar…" y así lo hizo. Las sensaciones que le
despertaba la lengua de Nick eran indescriptibles… suspiraba a cada instante,
hecho que provocaba una sonrisa en Nick – Te lo dije ratita… debías darme la
oportunidad… - sus dedos se deslizaron por el vientre, quitando sin ningún problema
las bragas, y fueron a parar en el centro de su feminidad, haciendo que Miley
se tensara.
- No – dijo ella.
- Si… - dijo él, y comenzó un
suave masaje que descontroló a Miley, descontrol que se evidenció más, cuando
él sintiendo la necesidad de ir al extremo, fue besando el cuerpo femenino
hasta llegar a donde sus dedos se encontraban…
- Por favor… no quiero… - dijo
ella poco convencida.
- Sin embargo - dijo él,
dándole suaves besos. – tu cuerpo me dice todo lo contrario – y se dedicó a
darle placer. – Eso es… disfruta comadreja. - Miley no supo cuanto tiempo
estuvo sufriendo esa dulce tortura… sus dedos jugaban con el cabello de Nick,
acariciándolo. Sólo después de un tiempo, sintió un espasmo en la zona genital
y no pudo contener un gemido de satisfacción. El la miró con la satisfacción
del deber cumplido… ella sintió algo caliente salir de su cuerpo. El se irguió,
tomándole los pies y quitándole los zapatos. Sus ojos se turbaron al ver los
dedos de Miley algo ensangrentados a causa de los zapatos, así que trató de
compensar con suaves caricias, y luego besos el dolor sufrido. Miley no podía
pensar…. No quería hacerlo. Se dedicaba a disfrutar cada movimiento de los
dedos masculinos, en sus extremidades. Nick sabía que Miley quería más, así que
lentamente, comenzó a subir besándola desde la pantorrilla, los muslos, pasando
por el vientre, los pechos, todo ese recorrido fue acompañado por suspiros de Miley.
Luego llegó a la boca… y ella no le negó un beso. Se sentía tan diferente… y
deseó que él continuara… ni siquiera pensó en Liam… no tenía el mas leve
remordimiento. Sólo quería que Nick hiciera lo que tenía que hacer… ella lo
estaba esperando desesperadamente. – lo disfrutaste pequeña? – dijo besándole
el cuello – creo que si… estás mojada… Estás lista para mi…
- Nick… - El se acomodó entre
sus piernas, se quitó su ropa interior, dejando su miembro rozar la pierna de Miley,
que jadeó excitada – Nick… yo… - dijo ella., él atacaba su cuello a medida que
subía y se acomodaba para penetrarla – yo… nunca… he… - él levantó la cabeza y
la miró. Ella lo miró y sus ojos se aguaron… Deseaba tanto que él la hiciera
mujer. El llegó al punto de encuentro de sus sexos, y cerró los ojos un
instante. Estaba tan excitado que no podía controlarse. – Yo… soy virgen – abrió
los ojos, mirándola un segundo, y completamente anonadado por las palabras sólo
atinó a penetrarla, logrando que ella no tuviera éxito en ahogar un grito de
dolor…
- Yo no mas, pequeña… - dijo
iniciando un movimiento suave y acompasado… - ya no mas… – y la besó, mientras
los movimientos eran mas rápidos. Por momentos detenía su ritmo y se
serenaba... tanto tiempo deseándolo, no iba a arruinarlo acabando rápidamente.
Esto la volvía loca, sentir como se movía dentro de su cuerpo, así, lento y
profundo… sentía otra vez esa sensación de que todos los músculos del cuerpo,
(corazón incluído) se endurecían. Sin darse cuenta levantó las piernas y lo
rodeó con ellas, mientras sus manos, recorrían la espalda de Nick. El estaba
disfrutando como nunca, no supo cuanto tiempo estuvo follándola. Con cada
arremetida que hacía, se sentía en el paraíso… cuando estuvo seguro que ella
tendría otro orgasmo, aceleró sus movimientos, sintiendo una oleada de placer
cuando el momento cúlmine, llegaba su fin. Estaba feliz, había sudado como
nunca… disfrutado cada instante, desde el momento de la cachetada, hasta ahora,
que estaba tendido sobre su cuerpo y que podía sentir el corazón acelerado de
su mujer… sonrió. Era su mujer… "Ese
maldito hurón nunca la tuvo… y yo si". Luego de serenarse, se levantó
rápidamente y buscó su ropa. Ella instintivamente después de que pasara el
momento de excitación, se sintió una porquería. Lo había hecho con un hombre
que despreciaba, y le había gustado. Tapó con la sábana, mojada en sudor y
otros fluidos, su cuerpo de mujer. El la miró, sintió deseos de abrazarla,
tenía el cabello todo enmarañado y la cara roja, y transpirada. En las sábanas
quedaban los vestigios de su comprobada virginidad - Así que el hurón nunca te
tocó… – dijo riendo.
- No… - dijo con voz
temblorosa, y estuvo a punto de hipar del llanto.
- ¡Oh… no! – dijo él – ¡no te
pongas a llorar ahora de arrepentimiento!! – rió – no parecías arrepentida hace
un instante.
- No voy a llorar… – dijo y sus
ojos se aguaron.
- No te arrepientas comadreja –
dijo, tomando el resto de sus cosas y yendo hacia la puerta – lo hecho… hecho
está – sonrió – estuviste bien, para no haberlo hecho nunca – abrió la puerta –
pero ya sabes el dicho… - la miró – la práctica hace la experiencia.
- Maldito – murmuró.
- No me
decías eso mientras te follaba. Eres buena… un poco mas de práctica, te hará
excelente en la cama – Se iba – mejor duerme… nos veremos mañana.- y cerró la
puerta. Miley lloró, por todas las veces que tuvo ganas de hacerlo en toda la
noche... pero más lloró por remordimiento. Le había sido infiel a Liam y a ella
misma. Se había entregado a un hombre, sin amor… y tenía esa rara sensación de
querer que Nick abriera la puerta, y la haga suya otra vez.
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