viernes, 10 de agosto de 2012

Lost Of Love - Capitulo 19


Remus se paseaba nervioso de un lado al otro de su sala. Tonks, estaba sentada en una butaca cerca del fuego, miraba a su esposo… él estaba rojo y murmuraba cosas sin sentido. La mujer se preguntó que le habría sucedido cuando se comunico con Nick. Sin poder elucubrar una posible respuesta, vio como la chimenea se iluminaba con el verde de los polvos flu, y que Nick salía, descalzo, sin camisa y con el pantalón prendido pero con el cinto desabrochado. El joven miró a Tonks, que aun tenía los ojos bien abiertos por la sorpresa, y luego a Remus, que le esquivaba la mirada, y sin más, rió aparatosamente. Remus se acercó, diciéndole algo, pero como Nick no paraba de reír, le dio una colleja en la nuca. Nick dejó de reír y lo miró.
- ¿Y ahora por qué me pegas? – preguntó, sobándose la parte de atrás de la cabeza.
- ¿No era que tenías un perfecto plan de venganza? – él asintió - ¿así te tomas revancha de tus enemigos? – él sonrió – ¡Merlín, estás perdido!! – dijo golpeándose la frente…
- ¡No te enojes¡Yo tendría que estar furioso! Me cortaste la inspiración… ella estaba mas que dispuesta a seguir, cuando tu…
- ¡Basta!!
- ¿Bien, qué ha sucedido? – dijo Tonks, que dejaba el libro y los miraba, tratando de que alguno de los dos le explicara, el por qué de esa conversación.
- Verás Tonks… - comenzó Nick y se acomodó el pelo – Estaba "intimando" con mi mujer cuando Remus llegó… al menos fue después de que me vini…
- ¡Basta Nick, eres un degenerado! – dijo Remus colorado. Su mujer reía – ¿no tienes un cuarto para realizar tus porquerías?
- ¡No te quejes… ya habíamos terminado!! – rió burlón.
- ¿Dónde los pillaste Remus? – dijo Tonks divertida.
- ¡No voy a decírtelo!!
- ¡Ah… mojigato! – dijo ella y rió junto con Nick. - ¿Dónde te encontró?
- En la alfombra, frente a la chimenea…. en el salón.
- ¡Por lo menos hubieras tenido la decencia de bloquear la chimenea!! – dijo Remus.
- ¡No estaba en mis planes hacerlo en ese lugar!! – dijo y se sentó, abrochándose al descuido el cinturón. Luego levantó la vista, e hizo una mirada inocente a su amigo – ¡Solo se dio!! Estaba alterado y ella… bueno… ¡uno no es de piedra!
- ¡Pero en la sala!!
- Vamos, Remus – dijo cruzando los brazos – ¿acaso no has tenido un sitio poco convencional para tener relaciones con tu mujer?
- No…
- Remus… – dijo Tonks – creo que Nick tiene razón – y esbozó a su marido una sonrisa cómplice.
- No te pongas de su parte – dijo colorado. Nick miró al viejo merodeador y sonrió.
- Dónde es que has….
- Son estupideces de Tonks… ya sabes como se pone con el embarazo… - miró a su mujer con reproche - ¡comienza a imaginar cosas!!
- Así que imagino cosas, Remus – dijo ella colorada. Luego se dirigió a Nick – cuando tomó la poción que le quitaba la maldición de la licantropía… y estando absolutamente seguro de que no tendría nunca mas transformaciones…
- ¡No te atrevas Nimphadora! – dijo Remus mas rojo que nunca.
- ¡Ahora si!! – dijo ella mas furiosa, al escuchar en boca de su esposo su nombre completo – Remus tuvo la idea... que la primera noche de luna llena… tuviéramos sexo en el banco del jardín…
- Que romántico – dijo riendo Nick – a la luz de la luna… ¡Auuuuu! – e imitó a un lobo.
- Mira….- dijo acercándose – Te llamé para otra cosa.
- Dímelo entonces… aun no he concluido mi noche – dijo divertido.
- Se trata de la compra de sortilegios Weasley… - Nick borró la sonrisa socarrona, y miró a su amigo como para matarlo.
- ¿Para eso me interrumpiste¿Para hablar de un estupido negocio¿No podías esperar hasta el lunes para decírmelo… o en una hora más decente?
- Dijiste que eso era prioridad… que querías saber rápidamente cada una de las novedades que se…
- ¡Pero eso no significa que me interrumpas en mis ratos libres!
- ¿Desde cuando tienes ratos libres? Siempre pensaste que el trabajo era prioridad!
- ¡Pero ahora me importa u carajo el trabajo!! Y si quiero tener ratos libres, y pasarlos como se me de la gana, creo haberme ganado el derecho¿no? – Remus asintió – ¿bien, qué diablos paso?
- ¡Ellos se enteraron quien quiere comprar el negocio! – dijo exasperado.
- Seguro fue Miley… tuvimos una discusión acerca de las lealtades de su familia… y se me salió lo de mi intención de comprar la tienda de sus hermanos y así… tenerlos en un puño.
- No fue Miley… - Nick se asombró – ellos se enteraron de otra manera… la cuestión es que no quieren saber nada contigo.
- Ya no me interesa comprar …
- ¿Qué?
- ¡Lo que oíste! Ya no quiero ese negocio.
- ¿Esperarás a que se arruinen? Ellos siempre fueron buenos contigo…
- Mira, diles que quiero verlos. Necesito reunirme con ellos… ¿qué te parece un almuerzo de negocios? Que ellos escojan el lugar… corre por mi cuenta.
- ¿Que tienes en mente?
- Por ahora nada. Ellos decidieron no vender, pero puedo ofrecerles algo mejor… - se levantó, y tomo polvos flu. – no te olvides de hacerlo Remus… y... – lo miró, mientras echaba los polvos en la chimenea – no vuelvas a interrumpirme por una estupidez como esta, en mi casa… hoy me lo tome divertido, pero mañana quizás no – entró a la chimenea y desapareció.
- ¿Está completamente perdido por ella no? – preguntó Tonks.
- Siempre fue así, Nimph – dijo él acariciando el cabello rosa chicle de su mujer. – solo espero que algo bueno surja de esto… aunque a veces, tengo la sensación de que esta relación no terminará bien.
- ¿Por qué lo dices Remus? – El trató de buscar las palabras exactas. Miró a su mujer, que le devolvía una mirada de preocupación. Qué podría hacer, contarle sus temores, seria angustiarla más. Remus sabía que Tonks apreciaba demasiado a Miley, y si supiera la vida que ella tenía al lado de su amigo, no dudaría en ponerse de su parte. Suspiró, y se acercó para darle un suave beso en la frente.
- Es sólo una sensación que tengo. El la ama, pero ella… no creo que el sentimiento sea mutuo. Y Nick está empeñado en hacerle pagar el abandono de sus amigos.
- Nunca supo por qué ella lo culpa de el ataque a sus padres¿no?
- No, cariño… Solo esperemos que esto no se convierta en tragedia…
- Remus, me asustas… - dijo ella abrazándolo.
- Lo siento, no te angusties…
- Ojala su relación tenga un final feliz…
- Si, - dijo Remus – ojalá…
Nick apareció en la chimenea de la sala en Grimmauld Place. Echó un vistazo a la alfombra y un escalofrío le recorrió el cuerpo desde la nuca hasta los pies. Hubiera deseado que ella lo esperara en el sofá, dispuesta a seguir la noche, pero ella no lo esperaba. Para ser sincero a si mismo, tuvo que aceptar que el deseo ya se había cortado. "Maldito Remus y su interrupción" Pensó, mientras recogía el tapado de piel. "Comadreja ecologista!" sonrió. Sabía de su incursión en contra del uso de abrigos de piel. Comprar esa prenda, supuso un reto… reto, el cual Miley perdió, y del que él ya había cosechado su recompensa. Tiró el tapado, dentro de la caja, y buscó su ropa. Los zapatos estaban ahí… el suéter también, pero no tenía idea donde había ido a parar la camisa. Decidió dejar todo tirado. Ya mañana recogería sus cosas el elfo. Se encaminó hacia la escalera. Cuando subió dos escalones y levantó la vista, se sintió en el paraíso. Parada, al final de las escaleras, estaba Miley, con su larga cabellera roja, suelta, que caía hacia un costado contrastando con el blanco de la camisa que traía puesta, que por cierto era la prenda perdida. Solo la camisa y su sonrisa. Nick sintió que la excitación florecía nuevamente, y un chorro de sangre caliente, le quito el sentido y la capacidad para razonar. No supo en qué momento llegó hasta la castaña , quedando algunos escalones abajo. Y sin pedir permiso, acarició delicadamente los muslos desnudos, sin perder el contacto visual… hipnotizado por aquellos ojos de color azul, que lo hacían sentir tan vivo. Ella colocó sus tibias manos en los hombros desnudos de su esposo y después de mirar esos ojos cafes , tan penetrantes, cerró los suyos para dedicarse a disfrutar de esas caricias. Nick, mientras una mano se perdía por la parte interna de los muslos, la otra desabotonaba con impaciencia la camisa. Cuando terminó, vio sus pezones erectos… sin duda alguna estaba excitada. Levantó la vista para ver su rostro. Estaba roja. Movió la mano masajeando sus pechos violentamente. Luego su lengua insaciable la hizo gemir. El subió dos escalones y su sexo rozó las piernas de la chica. Con su boca pegada en el cuello de Miley susurraba palabras cargadas de deseo.
- Creo que te dije que me esperaras en la cama – su lengua recorría lentamente desde la base del cuello hasta el mentón, introduciéndose sedienta en la boca de la chica.
- Nick… – sólo pudo articular esa palabra. Nick la recostó sobre la escalera. Cuando estuvo a punto de penetrarla, recordó que tenía que tomar precauciones… de su pantalón sacó un condón y lo colocó. Los movimientos eran acompasados. No tenía prisa… tener sexo en la escalera de su casa, con la mujer que deseaba era algo para retenerlo en la memoria cuadro por cuadro… y no dejar nada en el olvido.
- Creo que yo necesitaba esto mas que tu… - le susurró al oído. Miley sintió su piel erizarse por completo, ante esta confesión – Sé que no te soy indiferente… ¿verdad ratita? dime que te gusta esto tanto como a mi…
- Si… - dijo ella, perdida en sus ojos. Nick sintió que toda su estabilidad emocional se iba por un caño al escuchar esa confesión.- me gusta.
- Te lo dije… te volverás adicta a mi cuerpo… no habrá un segundo del día en que no pienses en estar conmigo… - Ella le tomó la cara, y lo obligó a mirarla a los ojos.
- Por favor… cállate… ¿No puedes solo dedicarte a follar? - él sonrió. A medida que se excitaba más, los movimientos fueron acrecentando su intensidad, hasta que Nick la escuchó quejarse de dolor.
- ¿Te lastimé? – dijo mirándola a los ojos, preocupado – iré mas lento si quieres… - ella lo miró. Estaba tan sexy con su cabello negro mojado, y la cicatriz de su frente brillaba a causa del sudor.
- No – dijo – es que me duele la espalda…- él sonrió – el escalón me está lastimando…
- Bien – dijo y la besó – entonces… será mejor que arreglemos ese pequeño detalle – sin dejar de mantener el contacto íntimo, la levantó y cambió de posición. Ahora era Nick quien estaba sentado en el escalón, y Miley sobre él. El gemido de la chica al sentirlo tan dentro de su ser, lo hizo esbozar una amplia sonrisa. – Bien… - besó su cuello – ya te enseñé el movimiento preciso…- la jaló de su larga cabellera para que lo mirara – quiero ver como lo haces pequeña.- Ella comenzó a moverse torpemente, hasta que pudo encontrar el ritmo adecuado. El estaba al parecer complacido, porque esa posición le dejaba libre las manos, que se dedicaron a acariciar cada milímetro de piel de su mujer – aprendes rápido comadreja… – dijo en un hilo de voz cuando el orgasmo era algo irrefrenable. Se mantuvieron unidos así, por unos minutos. Ella estaba toda sudada, su pelo pegado a la espalda y a la cara. La beso. Necesitaba hacerlo….sentir el aliento calido de su mujer.- Estuviste perfecta. – Ella no abría los ojos… sentía que se había comportado como una zorra, pero tampoco podía dejar de sentirse satisfecha por haber respondido de esa manera a las caricias de su esposo. Una vez que se serenara un poco, y sintiendo como él le quitaba delicadamente el cabello de la cara, abrió los ojos, y lo miró con intensidad. Nick se sintió completamente vulnerable, ante esa mirada tan intensa.
- Pensé que no vendrías… – dijo ella. Nick la miró sin saber que responder. ¡Ella lo confundía tanto!! Primero le decía que lo odiaba… y luego se entregaba a él como hacía unos instantes… como si no hubiera mañana. Bufó – Se que me ordenaste que te esperara en la cama, pero… - él la calló con un beso.
- Me desobedeciste… – dijo y con un movimiento rompió el contacto físico. Se quitó el condón, y, lo hizo desaparecer – Tendré que castigarte – ella lo miró con los ojos abiertos. El sonrió. La alzó a horcajadas y sin decirle mas, la llevó a la habitación.
Un mes… un mes desde la pelea del tapado de piel. Un mes de lujuria. Un mes donde Miley descubrió que le encantaba el sexo con Nick… y un mes donde se sintió satisfecha de haber esperado con Liam. Porque el sexo con su ahora esposo era de antología… Tenía que darse por vencida, cada vez que él la buscaba. El sabía como hacerlo, y ella caía rendida a sus pies.
No había noche que no estuvieran juntos, literalmente fundiendo sus cuerpos en uno solo. En la habitación de Miley. Nunca lo hicieron en el cuarto de Nick. Eso estaba prohibido para ella, y Nick nunca se quedaba a dormir con ella… eso estaba prohibido para él. Claro que Miley no se lo había prohibido. Nick se había impuesto esa regla a si mismo, porque suponía que quedarse a dormir, le daba la pauta a la castaña de que él la quería… y eso nunca lo iba a decir… nunca.
Tenía que convencerse de mala manera, y recordarse que ella estaba en su vida, por venganza… todos los días lo recordaba, pero desgraciadamente para él, una vez que cerraba la puerta y entraba a su casa, la venganza quedaba en el más recóndito de sus pensamientos… siempre sucedía cuando percibía el perfume a jazmines del cuerpo de su mujer… La adoraba.
Miley también tenía que estar alerta… pendiente de los arranques de su marido, aunque en ese último mes, los arranques de furia, habían sido suplantados por noches de ardiente pasión. Sus besos dolían más que las palabras hirientes del pasado, y sus caricias, eran dagas venenosas para su piel… pero era tan adictivo. Ese perfume tan masculino, su lengua ávida, todo él… Ya no tenía otro pensamiento en su mente que hacer el amor con Nick, desearlo, probar mil y un maneras de amarlo… convertirse en su mejor alumna. No podía entender como ese ser que le dijera mil y un palabras para herirla, podía curarla de la manera en que lo hacía en la cama… con frases cargadas de pasión, dulces, empalagosas, que la hacían perderse en ese torbellino que era su esposo. No tenía dudas… no lo amaba, pero lo deseaba de una manera que ella nunca soñó desear… ni siquiera a Liam.
Nick se pasaba las mañanas en su oficina, recordando cada momento de la noche anterior. Debía darle la razón a Remus cuando le decía que quizás él saldría herido de esta relación… Porque la amaba. Y eso era algo con lo que no podía luchar. El amor que le tenía era mucho más grande que el odio que le profesaba…
Recostado en el sofá, descansando lo encontró una mañana su amigo.
- Disculpa que no haya golpeado… – dijo Remus, mirando unas carpetas, y dirigiéndose hacia el escritorio. Nick que mantenía sus ojos cerrados y sumido en una sensación de estar entre despierto y dormido, ni siquiera le contestó – Pero creo que deberías ver estos papeles del Resort antes de realizar la cita con… - levantó la mirada y vio su sillón vacío – ¿Nick?
- ¿Hmmm? – dijo adormilado. Remus miró hacia el sofá y abrió los ojos extrañado. Nick no tenía el saco de su traje puesto, se había aflojado la corbata y estaba acostado, sin los zapatos puestos, con los brazos cruzados en su pecho.
- ¿Nick? – se acercó temeroso – ¿te encuentras bien? – ni una respuesta – ¡Nick!!
- ¿Que? – dijo malhumorado – maldición ¿qué te pasa Remus? – dijo sentándose y frotándose los ojos.
- ¿Qué me pasa? – bufó – ¿que te pasa a ti¡Mírate, pareces un andrajoso!!
- ¿Qué quieres? – dijo mas malhumorado. Los ojos estaban rojos, y renegaba porque no podía ponerse los zapatos – ¡ni descansar un rato se puede!! – se puso de pie y se acomodó la ropa.
- Nick… - Remus se sentó en una silla. Nick recorrió la oficina y se fue su baño privado. Al rato salió con la cara lavada, y el cabello algo peinado.
- Bien… -se sentó en su lugar – que querías…
- ¿Qué te sucede?
- Nada... – dijo sereno – ¿un trago? Aunque en verdad me haría falta un café... –dijo sonriendo – ¡me duermo parado!!
- ¿Qué te sucede muchacho?
- Nada… – dijo riendo.
- Vamos… creí que me tenias confianza.
- Mujeres… - dijo bajando la vista y Remus pudo ver algún rastro de sonrojo en sus mejillas.
- ¿Mujeres en plural… – dijo el viejo merodeador, tanteando la situación – o en singular?
- Bien… - lo miró – una en particular… - Remus meneó la cabeza y torció los ojos.
- No lo creo…
- Créelo – dijo, largando un soplido de satisfacción. – ¡va a matarme!!
- ¡Cállate Nick!! – dijo Remus – te dije que no me contaras detalles…
- No lo haré… pero me dijiste que te contara lo que me pasaba. – rió – Ella me pasa… ¡todo el tiempo!!
- Basta… no deberías acostumbrarte… – Nick lo miró sin entender – recuerda que me dijiste que cuando ella se enamorara, tu la dejarías… - El miró el vaso de Whisky, como absorto en sus pensamientos, luego suspiró, y miro a su amigo, con un extraño brillo en los ojos. Brillo que Remus, no habia visto en esos ojos cafes, desde hacía años.
- Remus… - solo dijo y dejó el vaso.
- ¿Cambiaste de opinión?
- Eso… no sé – Acomodó los papeles nervioso – ¿de qué querías hablarme?
- Esto puede esperar… - dijo quitándole los papeles. Nick nervioso, tomó otra vez el vaso de Whisky y apuró un trago.
- No…
- Vamos… ¿no me tienes confianza? – lo miró – ¿cambiaste de opinión respecto a dejarla?
- Es que… es difícil – dijo y se levantó para servirse otro trago de Whisky. – Es… tan… - miró hacia la ventana, quedándose callado unos segundos – no puedes imaginar las sensaciones que me despierta Remus… - dijo sereno – Ella puede… hacerme olvidar mil cosas con solo mirarme… con esa mirada tan especial que tiene una vez que hacemos el amor…
- ¿No la follas más? - él lo miró.
- Si… bueno, tú me entiendes…
- Hay una diferencia muy grande entre follar y hacer el amor…
- Para mi no. – dijo terco. Remus lo miró, incrédulo.
- Bien… me dices que te provoca sensaciones distintas, que te hace olvidar el mundo… ¿hasta cuando?
- ¿Hasta cuando qué?
- Hasta cuando te ilusionarás con esto…
- No lo entiendes… - bajó la mirada – Es… ella no me lo pide… ella no me pide que lo hagamos… porque yo soy el que toma las decisiones en cuanto al sexo… Pero por la forma en que reacciona, parece que lo estuviera esperando… ¿entiendes lo que digo?
- ¿Nunca te pidió estar contigo en la intimidad?
- No…
- Pero… aun así, ella no se siente presionada para hacerlo cuando tú se lo exiges….
- Yo no le exijo nada – dijo mirándolo serio – el sexo es solo parte del contrato, y ella tiene que aceptarlo. Pero últimamente es como si deseara que yo haya hecho ese contrato… que yo le haga cumplir en especial esa cláusula. Y bueno… - sonrió con picardía.
- Explícate mejor - él resopló. Le costaba horrores hablar de Miley con Remus, pero necesitaba desahogarse con alguien, y quien mejor que su amigo, su confidente para hacerlo.
- Vive el sexo de una manera que ninguna mujer con la que he estado lo vive y a la vez, me hace vivir una experiencia increíble, que nunca he vivido con nadie… ni siquiera en mi primera vez… Además… Yo fui el primero…
- ¿Que?
- Que yo fui el…
- Si te entendí… lo que me sorprende es que con tantos años de novia con… tu sabes, no…
- No – dijo sonriendo. – es toda mía…
- Y... déjame bajarte de esa nube en la que estás a causa de lo novedoso que es para ti estar con Miley. – Nick miró a Remus sin entender a donde quería llegar - ¿qué sucederá cuando ella vea nuevamente a Liam?
- ¿Que? – dijo serio. Eso no se le había pasado por la cabeza. Miley había probado las delicias del sexo…él le había enseñado muchas cosas… ¿qué sucedería cuando ellos se vieran nuevamente¿Miley se entregaría a la pasión y al amor que le provocara su antiguo novio?
- ¿Qué puede suceder cuando lo vea? Recuerda que ella lo ama… por mas que tu le des vuelta la cabeza cuando están en la intimidad… él es el hombre de…
- ¡Cállate!!– dijo tirando el vaso de Whisky que se estrelló en la pared – ¡No te atrevas a… ¡él nunca la tendrá¿y sabes por qué? Porque antes de que sea de otro… ¡la mato!! – se sentó respirando entrecortado…
- Nick – dijo alarmado – lo dices por decir… - él meneó la cabeza. Remus abrió los ojos sorprendido y alarmado.
- Ella es mía… y nadie mas podrá tocarla… de eso me encargo yo - lo miró – Bien… ¿qué papeles debemos revisar?
- ¿Serías capaz de matarla?
- Si – dijo seguro – la mato, y lo mato… al que se atreva a tocarla… Solo yo soy dueño de esa mujer Remus… nadie, tiene derecho mas que yo sobre ella…
- Ten mucho cuidado con lo que dices… puedo entender que estés ofuscado, y que el fragor de los celos te hagan decir la estupidez que acabas de decir, pero…
- No es una estupidez… si yo no la tengo… no la tiene nadie… Ella es mía… yo la hice mujer… mi mujer… solo mía… de nadie mas… el que se atreva siquiera a mirarla… que se atenga a las consecuencias… - respiró profundamente – ahora si, déjame ver qué arreglos hay que hacer a esos papeles. – Remus lo miró alarmado. Esa faceta de Nick era desconocida para él. Se imaginó el mismo temperamento a la hora de matar a Voldemort… mientras le entregaba los documentos, rogó al cielo porque la actitud de su amigo cambiara… o que ella se enamorara de Nick. Si alguna de las dos cosas no sucedía, la castaña tendría los días contados.

No hay comentarios: