martes, 14 de agosto de 2012

Lost Of Love - Capitulo 28


Capitulo 27
Miley estaba realmente fastidiada a medida que avanzaban, esquivando invitados, a través del salón. Se dió cuenta que el hacerse la mujer fatal e intentar, con su actitud, seducir a Nick, no le sirvió de nada y ahora tenía que lidiar con el idiota de Liam, a quien aceptó su invitación a bailar con el único propósito de hacer rabiar a Nick. Sonrió. "¡Y vaya que lo conseguí!"
La pista estaba poblada de gente que se divertía al ritmo de los acordes de la fastuosa orquesta, que se ubicaba al final del salón. Miley, sin tener en cuenta si Liam la seguía o no, llegó al centro del lugar destinado para bailar y se dio vuelta sólo para encontrar bien cerca de ella a su acompañante que sonreía triunfante. Chasqueó la lengua y con un movimiento brusco de cabeza, hizo que las esmeraldas de sus aretes, chocaran contra su cuello.
- No sé por qué sonríes de esa manera… – dijo con cara de pocos amigos.
- ¿No sabes por qué? – dijo mostrándole toda su dentadura – Porque estás conmigo… razón suficiente, para que los dientes quieran salirse de mi boca… – intentó acercarse mas de lo debido, pero ella retrocedió no permitiéndole ningún movimiento que hiciera desconfiar a Nick.
- Procura que nadie te saque los dientes de otra manera – sonrió burlona – como de un golpe de puño. - Liam se puso serio, pero luego volvió a sonreír, y le tomó las manos intentando nuevamente arrimarla hacia él, pero una vez mas ella se escabulló.
- No pelees contra lo evidente… – dijo – estás bailando conmigo porque te morías por estar cerca de mi, ¿o me equivoco? – sonrió con la misma lascivia y vulgaridad que ella recordaba.
- De principio a fin… - dijo molesta, Girando la cabeza hacia donde estaba su esposo. Liam miró hacia el grupo de hombres, y vió que Nick los miraba detenidamente. Miley también pudo apenas verlo, porque ante su mirada, Nick dio vuelta rápidamente la cara, como prestándole atención a lo que en esos momentos decía Bradsford. Miró a Liam que tenía la misma expresión de petulancia de los tiempos en Hogwarts. "Como pude equivocarme tanto contigo" pensó.- No veas mi aceptación a tu invitación como un triunfo- lo miró – y mantén la distancia, recuerda que soy una mujer casada.
- Eso, preciosa, tienes que recordarlo tú… – dijo sonriendo y haciéndola dar una vuelta alrededor suyo.
- Creeme, lo recuerdo todo el tiempo… - Comenzaron a moverse lentamente, pero ella tenía cuidado de mantenerse bien separada de Liam. De vez en cuando Miley echaba un vistazo hacia el grupo de su esposo. Nick no la miraba, pero se notaba en su cara lo tenso que estaba. "¡que se joda!" pensó.
En rueda de socios, Nick estaba a punto de mandarlos todos a la mierda, librarse de ellos, arrasar con todos los que se pusieran en su camino, y arrancarle la piel a ese imbecil de Liam por querer quitarle su más preciada joya. Sentía que en cada latido, el corazón mandaba al cerebro litros de sangre caliente que lo nublaban, y le impedían tener cualquier pensamiento racional, cada vez que daba vuelta la cara, de manera casual y lo veía a él sonreír de esa manera, como burlándose. Apuró una copa de champaña que podría saber a agua…. Mierda, hubiera querido tener una botella de vodka, Whisky, o tequila… algo que le quemara la garganta y que lo moviera… "Romperle la piernas… matarlo si se atrevía a tocarla en frente de todos…" No podía quedarse ahí, mientras ese hombre intentaba arrebatarle de sus brazos a la mujer de su vida… miró a Remus, que lo observaba detenidamente. Evitó la mirada de alerta, que le enviaba. Esa que siempre le mostraba su amigo cuando sabía que Nick iba a dejar salir el animal interno… Buscó un mozo, y le hizo señas para que le trajera algo más fuerte. Sonrió al ver al joven que presuroso le traía lo que deseaba. Whisky añejado de Odsen.
- Nick – la voz de Bradsford lo sacó de esa pesadilla en la que se encontraba. Lo miró y el canoso hombre lo miraba serio. – Siento que estás algo enfadado… - Carraspeó – ¿acaso lo de la decoración de las cabañas te tiene…?
- No, Sam. No estoy enojado… – dijo bebiendo un sorbo de su vaso. – en realidad no me gustó que hayas tomado una decisión, sin consultármelo… – el hombre tosió nervioso– Yo siempre te consulto, hasta por nimiedades. Lo de la decoración… - lo miró dúramente - tu sabes perfectamente que es la cara del complejo. Si dejamos este tema en manos inexpertas, sucede lo que ves. - lo miró serio – y ahora tendremos que atrasar todo, por una tonta cantidad de dinero que quisiste ahorrar… tu y el imbecil de tu empleado. – agregó con una voz cargada de asco.
- En verdad Nick, lamento…
- No te apenes – dijo al darse cuenta de la rudeza de su voz, y sonriendo agregó – no es algo que no se pueda solucionar – miró a Remus – quisiera que busques a Paul Simmons, el decorador que se encargó de refaccionar mi casa. – Remus asintió – dile que si no es mucha molestia, me gustaría hablar con él al final de la velada.
- Me temo que te hemos perdido… - dijo Bradsford sonriente y aliviado. El arqueó una ceja. – ¡el matrimonio te ha arruinado! – Los demás rieron. El solo apuró el vaso y frunció la frente cuando tragó el Whisky. - creo que Miley , ha hecho un buen trabajo contigo.
- Deberíamos otorgarle una medalla al valor… – dijo Remus – Miley tiene que lidiar con un demonio como Nick, y lo hace demasiado bien…
- Gracias amigo – dijo tomando una copa de champaña. Se despidió de todos, de mala manera, y fue, dispuesto a saludar a otro grupo de empresarios. En el camino Remus, lo atajó. Nick lo miró con rabia – ¿Y ahora qué?
- Mírate, estás descontrolado – Nick rodó los ojos, visiblemente molesto- a punto de saltarle encima a Hemsworth.
- Si solo se atreviera… - bufó- ¡Le voy a enseñar que con lo mío nadie se mete! – rugió.
- Cálmate… - dijo reteniéndolo – ¿serías capaz de hacer un escándalo en frente de todos?
- No soporto… – dijo angustiado, mirándolo a los ojos – no puedo soportar verlo así… tocando lo que es mío… deseando lo que yo tengo… no puedo soportar pensar que ella… - respiró. entrecortado – que ella…
- Por favor – dijo bajando la voz – dale un poco de confianza… Miley te ha demostrado…
- ¿Qué? – dijo seco – ¿Qué puede demostrarme ella, Remus? ¿Amor? lo único que me ha demostrado es que le encanta follar… y lo que mas miedo me da es que no sea solo conmigo, con quien podría disfrutar como lo hace…
- Escúchame… vamos a saludar a los japoneses. – Nick suspiró. - Están interesados en la franquicia de la tienda de Fred y George. Anímate… dale chances a tu mujer – Nick bajó la cabeza – Vamos… –le palmeó la espalda, dirigiéndolo hacia el grupo. Al menos tratar de entender lo que decían esos japoneses lo ayudaría a distraerse un poco.
En otra parte del salón, la música era más movediza, hecho que a Liam no le agradó en lo absoluto. Aun así, hacía todo lo posible por atraer la atención de su acompañante. Aunque ella estaba a punto de mandarlo al diablo. Pensó en cómo cambiaba la vida. Hacía apenas unos meses, estaba dispuesta a dar vuelta el mundo, y luchar contra Goliat, para estar al lado de este hombre; y hoy no podía verlo… lo detestaba. Sentía que cada célula de su cuerpo se revelaba ante el solo contacto de sus manos, contra las suyas. Quería deshacerse de esa situación. Correr… estar con Nick. Sentir sus manos tan masculinas recorrer su piel, sus labios en su parte mas sensible… sintió que la electricidad que solía recorrer su cuerpo, aparecía, como cada vez que pensaba en él, o estaba con él. "Maldita sea Nick, Por que no vienes de una vez y me evitas estar con este idiota…"
- Haz cambiado tanto… - dijo Liam en un susurro.
- Todos cambian… – dijo ella indiferente, saludando sonriente a una pareja de baile que estaba cerca.
- Yo no… sigo siendo igual – ella rió – ¿no me crees?
- ¡Claro que te creo! – dijo con sarcasmo – sigues siendo el mismo… ("hijo de puta") de siempre- agregó con desgano, ya arrepentida de estar allí, y observando hacia todos lados, buscando una posibilidad para librarse de esa innecesaria conversación.
- Aun te amo… - le susurró. Miley resopló.
- Trataré de vivir con eso – dijo sarcásticamente.
- Mírate, estás tan hermosa… - suspiró- he tratado por todos los medios de no mirarte esta noche, pero te juro que no puedo evitarlo.
- Hay una manera muy fácil de que lo hagas… - él la miró – Busca tu abrigo, y lárgate de mi casa. – dijo duramente –No tienes nada que hacer aquí. No después de todas las mentiras que inventaste de nuestro encuentro con el solo propósito de hundir mi matrimonio y fastidiar a Nick.
- Si te sirve de excusa, lo hice porque te amo – dijo – no puedes culparme por tratar de recuperarte.
- No, nunca me servirían de excusa, unas palabras dichas tan efímeramente… si realmente sintieras eso que dices, me dejarías en paz… como te lo he pedido ese día. Lo que no entiendes es que lo tuyo no es mas que un orgullo barato e infundado.
- Pero…
- Y lo de tratar de recuperarme… - lo miró con desprecio – no puedes recuperar algo que nunca has tenido. – Liam se tensó, evidenciando la rabia que estaba a punto de salir.
- Eres cruel – ella chasqueó la lengua – te estás convirtiendo en una persona fría y superficial, como tu querido esposo.
- ¡Ja, y el muerto se asusta del degollado! – sonrió falsamente – Me da gracia tu actitud. –la miró a los ojos - No sé que haces bailando con una persona así, en primer lugar – y agregó - Después de todo, yo para ti, soy "solo la puta oficial de Nick Jonas".
- Ya te lo he dicho… No puedo evitar, querer estar contigo – le acarició la cintura – Después de ver en la espectacular mujer que te has convertido- dijo en voz baja- todavía está en pie mi oferta – ella lo miró con asco – si tu quisieras – e intentó abrazarla. Ella se puso rígida y le clavó las uñas en el hombro.
- Compórtese señor  Hemsworth – dijo agriamente y luego sonrió – ¿crees que necesito algo de lo que pudieras ofrecerme?
- Si – respondió y en su mirada había deseo – y mas…
- No me hagas vomitar… - dijo Miley.
- Admítelo – dijo él sonriendo – aunque reniegues por todo lo que hemos vivido y por todo lo que te he dicho, no puedes haber dejado de amarme tan rápidamente. – suspiró – Mira, sé que estás herida y molesta, pero también sé, que a pesar de todo…
- Estás tan equivocado, Liam – dijo en respuesta – claro que puedo dejar de amarte tan rápidamente – él la miro. Ella levantó el mentón con altivez y agregó segura de sus palabras – cuando tienes a un hombre como Nick a tu lado, puedo asegurarte que si. – Liam dejó de sonreír – y lo que tú creías que era amor, puedo asegurarte que para mí, fue solo un simple cariño de adolescente.
- No puedes decirme eso – respondió- después de todo lo que pasamos juntos…
- Acabo de hacerlo.
- No eres tú la dueña de esas palabras…
- Claro que lo soy – dijo sonriendo – Soy Miley Jonas.
- Veo que ahora reniegas de tu tan noble apellido de soltera.
- ¡Claro que no reniego de ser lo que soy! A pesar de lo que quieras insinuar, estoy muy orgullosa de ser una Cyrus. Pero ahora estoy casada, con Nick Jonas. – resopló – sólo recalco mi apellido de casada, y el nombre de mi esposo porque parece que tu pareces olvidarlo continuamente.
- Aun así, no puedes borrar todo lo que vivimos…
- Por supuesto que no – dijo tranquila - y te agradezco que hayas estado en los momentos mas difíciles de mi vida… - suspiró – pero eso no significa que en honor a todos esos momentos, yo tenga que aceptar lo que me propones… ya no soy la de antes Liam, si al menos pudieras entenderlo… si pudieras entender que estoy casada y que realmente yo… yo no tengo intenciones de contrariar los deseos de mi esposo… de ninguna manera.
- No puedo – dijo dolido – no puedo ser como tu, comportarme como una autentica reina de hielo,… aceptar acostarte con un tipo al que no amas, solo por un maldito contrato – ella bajó la mirada - se que no puedes fingir el asco que puedes tenerle cuando él… - ella levantó la mirada y estuvo a punto de darle un bofetón pero se contuvo.
- Si puedo… puedo fingir un matrimonio y aceptar todo lo que Nick tenga para proponerme. Pero no te equivoques, él no me da asco, y tampoco es la obligación de un contrato lo que me impulsa a acostarme con él- dijo segura. Liam la miró incrédulo - como te lo dije anteriormente, cuando tienes a un hombre al lado como Nick… - él le aprieto con fuerza la mano.
- No puedes – dijo apretando los dientes – ¡yo te amé!... Respeté tu estúpida decisión de no… y aunque me digas esas cosas que me hieren, te sigo amando… - y la miró a los ojos – y por mas que quiero, no puedo olvidarte…
- ¿Me amaste no? – él asintió - y me eras fiel…. Verdad – él no movió ni un músculo, pero luego contestó.
- Sabes que si…
- Por favor – rió – ¿crees que soy la misma ilusa de antes? – él la miro sin comprender – me amabas… ¿y me lo demostrabas a cada rato no?
- Sabes que siempre fue así… que te amaba y que por eso respetaba cada una de tus disposiciones, a pesar de que me dolían en el alma tus rechazos…
- Ah… ahora agregamos el dolor… - rió – Y en nombre de todo ese dolor que te causaban mis rechazos, tú me engañabas, acostándote con todas las chicas de Slytherin, cuando estábamos en Hogwarts, ¿no? – él abrió los ojos – pero claro, de eso no habrá ninguna prueba porque tu, muy convenientemente les borrabas la memoria, ¿me equivoco? – dijo sonriendo – todo para que tu tonta e inmaculada novia nunca se enterara… - él estaba con la boca abierta.
- Cómo lo…
- ¿Te preguntas cómo lo supe? – Rió – Ay Liam, deberías cuidar lo que dices cuando te emborrachas… ¿no sabes que el alcohol funciona en ti peor que unas gotas de veritaserum? – más risas – Aunque lo peor de todo es que se te dé por soltar la lengua, cuando estás con una puta como Nicole Vane –se puso rojo – Una puta paga nunca es de fiar… - rió – y menos cuando el tipo que le paga, no es otro que tu tan famoso archirival – miró hacia donde estaba Nick, quien ahora estaba con un grupo e empresarios de origen japonés. Su esposo bebía casi mordiendo la copa, de la rabia que tenía, pero aun así, no la miraba.
- Miley, no…
- Si, Liam, tu sabes que si… y no vale la pena que lo niegues ahora. No me afecta en lo absoluto – dijo y se detuvo. El la miraba estupefacto – las chicas de tu casa, cuando estábamos en el colegio… las mujeres muggles, una vez terminada la escuela, eran buenas para ti, porque nunca sabrían del mundo mágico y de mi… ni yo me enteraría de su existencia. Aunque no dudo que les hayas hecho lo mismo que a tus compañeras... – seguía, y enumeraba con los dedos – veamos, quien más… De seguro tu vieja y decrépita secretaria, que por casualidad conocí, y que con sorpresa advertí que no era otra mas de tus mentiras… la arquitecta que conociste en el Caribe, mientras aun estábamos de novios y tu de seguro engatusaste como a mi… y claro, Nicole Anderson… aunque esa no cuenta porque ya estaba casada con Nick cuando te revolcaste con ella.- Rió – ¡vaya manera de demostrarme tu amor!! – él bajó la cabeza. Luego levantó la mirada, pero Miley ya no pudo ver el supuesto amor que le profesara hace unos instantes. Lo que veía en ellos era rencor y despecho.
- Veo que tienes una opinión negativa de mí…
- No Liam, no te equivoques – dijo seria – te veo tal como eres… un Slytherin en cuerpo y alma, ambicioso y sin escrúpulos… capaz de mentir y de sacar provecho de cualquier cosa, con tal de beneficiarse…
- ¿Y tú me hablas de ambición? – dijo levantando la voz. Ella sin amedrentarse lo miró.
- No te conviene hacer escándalos en mi casa – siseó – Lo que Nick hizo contigo no es nada comparado a lo que la gente de seguridad harán, con solo chasquear mis dedos – Liam miró alrededor y vio a cuatro guardias, que lo miraban expectantes, como cuatro perros bien entrenados, esperando una orden del amo.
- Si, has cambiado – dijo bajando la voz, pero no dejando ese tono belicoso.
- Claro que si – dijo ella – ya no soy la tonta e ilusa que se cree todo lo que le dices – espetó – no tropiezo dos veces con la misma piedra.
- Lo sé – le levantó las manos – mírate… mira en lo que te has convertido – Ella le quitó las manos y las bajó rápidamente – joyas de las mas caras – pasó su manos indecorosamente por la tela del vestido – vestidos de diseñador… zapatos de los mas costosos – intentó acariciar su cara pero ella esquivó la mano – nunca te he visto tan maquillada y arreglada… tan perfecta y sofisticada… todo lo que una vez detestabas…
- Como te dije, ya no soy la de antes… - dijo seria – Estoy casada con un hombre famoso y muy rico, y entenderás que debo estar a su altura – sonrió – y después de las primeras joyas, ya no lo veo como un deber…
- Te has convertido en todo lo que antes aborrecías – la asió con fuerza – pero aun así te quiero para mí – intentó acercarse con el propósito de darle un beso – te deseo tanto que hasta me duele el cuerpo – la miró a los ojos mientras ella intentaba zafarse – te amo… y te exijo una oportunidad, por todo lo que vivimos juntos…
- Hazte un favor – dijo con asco– no vuelvas a hablar de amor – se soltó bruscamente – cuando esa palabra sale de tu boca, lo único que logras es ponerte en ridículo.
- Miley– intentó decir, pero ella lo interrumpió.
- No – dijo alterada al tiempo que se retorcía la pulsera de esmeraldas – no intentes arruinar mi matrimonio… no me busques, ni me molestes más. – lo miró – Entiéndelo, no te amo… dudo que alguna vez te haya amado. No arruines el poco cariño que alguna vez te tuve. ¡Eres tan cínico! Hablando en nombre del amor, cuando lo nuestro para ti, siempre fue una maldita farsa, una mentira que inventaste con el único propósito de volver a ser el Liam  Hemsworth de antes de la guerra… era muy bueno para tí estar conmigo, una ferviente admiradora de la obra de Dumbledore, una miembro de la familia de sangre mas pura del mundo mágico, de la familia que peleó junto a Dumbledore para vencer a Voldemort. Eso fui para ti, una tabla de salvación, un objeto al cual te aferraste para no hundirte junto a los de tu familia… y dices que me amas. – agregó con sorna- si tan solo me hubieras querido un poco, no me hubieras engañado de esa manera… pero no, lo hiciste, y ahora que ya te he descubierto, sigues negándolo… ¿con que propósito Liam? ya no me interesa lo que puedas ofrecerme… ¡Con Nick tengo todo lo que necesito, y mucho mas!
- Pero…
- ¿Como puedes decirme que me amas, después de demostrarme el poco respeto que me tenías cuando éramos novios, y lo mucho que me odias al gritarme en frente de todos en el Caldero Chorreante, cuánto es el asco que te provoco?
- Miley , por favor…
- La forma en que me humillaste en ese lugar no voy a perdonártelo nunca… - lo miró – Así que por favor te pido yo, déjame en paz – Liam intentó tomarla nuevamente, pero un brazo lo retuvo con fuerza. Cuando se dio vuelta, vio a Nick que estaba apretando los puños, para no perder el control.
- ¿Interrumpo algo?
- ¡Nick! - dijo Miley sorprendida, para luego esbozar una enorme sonrisa y abrazar a su esposo – estaba preguntándome cuanto tiempo te tomaría decodificar mi mensaje – le puso los brazos alrededor del cuello,
- Solo me tomó un segundo… pero uno de los japoneses, estaba poniéndose pesado con eso de los negocios, así que, decidí venir y ejercer mis derechos de esposo…- la apretó a su cuerpo y la besó, sin dejar de mirar a Liam, que observaba impotente la escena y luego clavaba una mirada de odio hacia Nick. Este la abrazó con más fuerza e intensificó el beso, haciéndola suspirar. Luego se separaron y la miró sonriente – ¿entonces bailamos? – ella lo miró y asintió – bien…
- Estaba bailando conmigo – trató de argumentar Liam.
- Ya no… - rugió – lárgate y déjame en paz a mi mujer – Liam no se movió. Nick lo miró y bufó - Señor  Hemsworth , tiene algo más que decirme, o a mi esposa?
- No lo creo Nick… – dijo Miley sonriendo – Ya todo quedó muy claro entre el señor  Hemsworth   yo… ¿Verdad? – El solo bajó la mirada.
- Estupendo… - dijo Nick y la levantó por la cintura, haciéndola dar una vuelta por el aire. Miley ahogó un gritito de euforia – porque desde este preciso instante, voy a ocuparme de ti – la besó – y de tu diversión… - ella rio – Adiós señor  Hemsworth – agregó sin dejar de mirar los ojos cafes y brillantes de su esposa – Ve a divertirte, pero no te emborraches… no sabes lo idiota que puedes llegar a ser con unas cuantas copas de mas. – rió – y demasiado revelador, tengo que agregar – Liam sólo pudo contener el insulto que tenia en la lengua, y mordiéndose, se alejó, dejándolos bailando demasiado lento y acaramelados.
- La fiesta esta llevándose a cabo con normalidad, ¿no crees? – dijo Miley para romper ese silencio tan denso entre ellos. Nick solo la miraba a los ojos. Miley no podía sostenerle la mirada, y trataba de mirar hacia el salón. Al no obtener respuesta tuvo que mirarlo. El la observaba detenidamente, para luego sonreír burlonamente – ¿Que? ¿Acaso no lo crees así?
- Si le llamas normal al par de golpes que me diste; la presencia de gente inesperada, y que luego aceptes muy suelta de cuerpo y sonriente, bailar con tu exnovio – le apretó la cintura – dejándome en ridículo frente a mis socios…
- No exageres... – dijo chasqueando la lengua – los golpes que te di solo fueron para acomodar la realidad – él rió. – y lo de mi exnovio, creeme que mas lo he sufrido yo, que tu…
- ¿Qué hablaste con  Hemsworth ? – ella lo miró.
- Nada importante… – dijo serena.
- ¡Quiero saberlo! – demandó. Ella lo miró arqueando una ceja, y él ablandó la mirada.
- Quiso hacer lo de siempre, tratar de que caiga nuevamente con palabras bonitas, y que recapacite en nombre del amor que nos teníamos…
- ¿Y? – dijo expectante.
- ¿Y qué? – Nick bufó. Ya estaba más que desesperado al verla bailar y hablar con  Hemsworth , para ahora demostrarle que estaba paralizado por el miedo de perderla.
- Por Merlín, ¿qué le contestaste?
- ¿Que supones tu que podría contestarle? – dijo disgustada. Nick estuvo a punto de ahorcarla, pero se contuvo y solo respondió encogiéndose de hombros. – pues, le dije que era una mujer casada, que me dejara en paz… que no me molestara con palabras absurdas…
- Y él... ¿insistió?
- Claro que insistió – dijo resoplando, y haciéndole notar que la conversación no era de su agrado. Pero Nick no iba a dejarlo así. Tenía que saber… estar completamente seguro antes de aplastar a ese infeliz, por tratar de reconquistar a su esposa. – Liam  Hemsworth no sería quien es, si no tratara de salirse con la suya. – El tensó la cara
- Y tu…
- ¿Qué hice? – él asintió – bueno… - sonrió con picardía – lo amenacé con hacerlo sacar a patadas por los de seguridad si seguía en sus trece – Nick abrió los ojos sorprendido – No es para tanto… - dijo indiferente – no es tonto, sabe lo que perdería si provoca un escándalo en nuestra casa.
- Bien – dijo mas tranquilo y la abrazó. Siguieron bailando y divirtiéndose al menos una hora más, al ritmo de los diferentes acordes que tocaba la orquesta. Los temas mas románticos eran especialmente aprovechados por Nick, pero Miley no se quedaba atrás en cuestiones de seducción. Sus pequeños dedos jugueteaban con el pelo que nacía en la nuca de Nick, dándole suaves masajes que mas lo ponían tenso que relajarlo, haciéndole subir la temperatura corporal. A consecuencia de ese pequeño detalle él la apretaba a su cuerpo y le rozaba delicadamente la espalda con la yema de los dedos, logrando que ella ronroneara en su oreja, avivando más el fuego. Miley estaba segura de que si hubieran estado a solas, sin tanta gente alrededor, Nick no hubiera perdido un instante y la hubiera llevado con premura a su cuarto, o quizás uno de los sillones que aparecieron, mas entrada la noche, a lo largo del salón hubiera sido su destino final... Sonrió satisfecha, pues esa siempre fue la intención, volverlo loco. Solo faltaba una cosa, para que lo que se proponía se llevara a cabo.
- Nick…- dijo separando su cabeza del pecho de su esposo.
- ¿mm?- solo respondió.
- No quiero follar esta noche… - Nick sintió una horrible punzada en su parte mas sensible, tan fuerte que lo hizo ponerse tenso y separarse bruscamente de su esposa.
- ¿Que? – chilló, haciendo que los que se encontraban cerca voltearan a verlos. Ella rió – ¿qué? - Repitió bajando la voz y terriblemente rojo más de la rabia que de la vergüenza. – creo que habíamos quedado en algo tu y yo- la miró - corrígeme si estoy equivocado.
- Mmm – dijo ella haciéndose la pensativa. Nick bufó – Recuérdamelo. – y le dio un suave beso en el mentón, que no ayudaba para nada a Nick, quien suspiró exasperado.
- Dijiste que si me portaba bien, y hacía todos los deberes que tu me habías encomendado… – ella sonrió divertida – esta noche… bueno, tendríamos que validar la letra chica del contrato – ella rió.
- Bien entonces no, no estás equivocado -él abrió la boca y ella la cerró de un beso – yo no creo haber dicho nada contrario a lo acordado… – agregó haciéndose la inocente. Nick frunció las cejas.
- Pero si acabas de decirme que esta noche no íbamos a… - ella lo interrumpió, poniéndole la mano en la boca.
- Yo dije que no quería que me follaras esta noche – lo besó con ganas, introduciendo su lengua y entrelazando sus brazos alrededor de su cuello. El se tambaleó un poco por la intromisión, pero luego la abrazó con fuerza y le devolvió la gentileza. Ella se separó un poco, demasiado acalorada, y rozando al hablar con sus labios los de Nick. – Esta noche… – lo miró a los ojos y Nick juró que podía ahogarse en ellos – esta noche quiero que me hagas el amor… - Ella sintió que esas esmeraldas que su esposo tenía por ojos, la quemaban entonces intentó bajar su mirada, pero Nick no la dejó. Ella tenía un brillo inusual en sus ojos y un suave rubor en las mejillas… suspiró, tratando de pensar como diablos podría odiar a esa mujer que lo hacía sentir tantas cosas con solo una mirada. La abrazó suavemente, haciéndole notar la tensión en una parte especial de su cuerpo, y la besó, tratando de sintetizar en ese beso todo el amor que le tenía, y que no podía expresarlo, por temor. A pesar de sus palabras, le parecía imposible que ella le pidiera ternura a la hora del sexo, cuando él, lo único que le había prodigado, desde el momento en que había aceptado casarse, dolor. Se separaron y se miraron a los ojos. Sonrió, con el deseo de poseerla le brotaba por cada poro de la piel. ¿Quién era el para negarse a semejante pedido?
- Lo que tu quieras… - le contestó susurrando al oído – lo que tu quieras…
- ¿Nick? – dijo ella, aun con mas rubor que antes. Nick pudo jurar que sus orejas ardían de la vergüenza. El la miró sin entender.
- ¿Que mas quieres ratita? – dijo ronroneándole al oído, haciéndola suspirar.
- Hacía tiempo que no me decías ratita – él se mordió la lengua, tratando de golpearse por ser tan idiota, y arruinar un momento como ese, con una sola palabra.
- Lo siento… - trató de enmendarse - si te he molestado…
- No – sonrió – sé que no lo dices con la intención de antes – El asintió.
- Bien, dime entonces, ¿hay alguna otra petición que agregar a la anterior? – ella bajó la mirada y su nariz se puso roja. El rió y le tomó el mentón para que lo mirara – ¿alguna posición sexual en especial? – ella le dio un golpecito en el brazo. - creo que cualquiera te viene bien…
- Nick... – dijo roja – no es eso…
- Bien, habla ahora o calla para siempre…
- Eh... – bajó la mirada. Sabía que no tenía derecho a pedirlo, pero era más fuerte que ella.
- Vamos, ya llegaste hasta aquí, no te pongas quisquillosa – la obligó a mirarlo- dime Miley Jonas, dime lo que quieres…
- Quiero… - suspiró- yo…. Creo, y opino que ya no es necesario que… - lo miró – que… que uses el… – se puso roja de repente – condón, ¿no? – agregó en un susurro. Nick abrió los ojos, alarmado. Sabía que si ella le hacía esa petición, en un futuro no muy lejano, cabría la posibilidad de…
- No – ella lo miró - tu sabes perfectamente que eso es algo que no se discute.
- Yo… - dijo ella, tratando de no llorar – yo, hace una semana comencé a tomar la poción para no quedar… - esto lo confundió mas – yo… solo quiero que no uses mas el… condón.
- ¿Por qué? – ella se acercó y lo besó, y luego puso sus labios cerca de su oreja, para que solo él escuchara su respuesta.
- ¿Por que, me preguntas? – le mordió sensualmente el lóbulo de la oreja, y luego delicadamente le pasó la punta de la lengua para suavizar el posible dolor que esta acción le haya causado. Salvo que a Nick le produjo cualquier cosa, menos dolor – porque… porque quiero sentirte dentro de mi. – El se separó dando un respingo y la miró a los ojos, confundido, mareado, y completamente excitado. Ella se quedó allí, quieta, mirándolo con esa mirada entre ángel y demonio, la misma mirada de ángel que tenía después del sexo y la de demonio que lo quemaba cuando estaban enredados entre las sabanas, esperando su respuesta. Nick cerró los ojos un segundo, sintiendo que toda la sangre del cuerpo corría caliente y presurosa y se acumulaba en una zona demasiado sensible que había estado soportando estoicamente cada una de las sorpresas que le deparaba la actitud de Miley. Pero esa declaración fue al acabose de toda defensa… ya se veía enarbolando la bandera de rendición. Maldita sea, esa mujer lo hacia perder cualquier batalla. – Nick… - Esa sola palabra lo hizo volver al salón. De repente la música fue mas fuerte, y las risas de los demás se hicieron presentes. Suspiró, y la miró.
- No… - ella bajó la mirada con un dejo de tristeza. "Maldición, pensó, se sabe todos los trucos". Tragó saliva y volvió a mirarla – solo… - carraspeó – solo si tengo tu palabra de que nunca, nunca te olvidaras de tomar la poción… - ella lo miró algo decepcionada. Solo Merlín sabía que, desde la noche de la reconciliación, había rondado por su cabeza el deseo de que su amor por Nick, se materializara en un hijo… un niño que tuviera su mismo cabello color azabache y difícil de peinar… con sus hermosos ojos, y unas tiernas pequeñitas, alrededor de una pequeña nariz… Que tonta e ilusa había sido. Ahora caía en cuanta que ese deseo nunca sería posible… nunca.
- Sabes que cumpliré mi parte del trato… - solo respondió venciendo las tremendas ganas de llorar. Esas únicas palabras hicieron que Nick perdiera el poco control de sus actos y la apresara fuertemente en sus brazos, haciéndole notar su excitación. Miley solo cerró los ojos y alcanzó a soltar un suave gemido, que mas echó leña en la inmensa hoguera que tenía Nick por cuerpo.
- Vamos a tu cama… ahora – dijo jadeando.
- Nick… - aguantando los embates de su boca en el cuello.
- No – dijo y sus ojos estaban brillantes - si no nos movemos ya, te juro que lo hago enfrente de todos – ella rió y él la calló con un beso brusco.-
- No podemos irnos ahora… están los invitados – trató de hacerlo entrar en razón, pero Nick la arrastraba con su cuerpo hacia la puerta del salón.
- A la mierda con ellos – dijo serio – ¿crees que se darán cuenta si nos largamos de aquí antes que todos?
- Pero, eso dará que hablar… que los anfitriones salgan tan apresurados de la fiesta…
- Estoy tan duro que no me importa lo que digan… solo quiero… - se acerco al oído, y le dijo unas palabras que la hicieron ruborizar.
- ¡No seas grosero! – dijo ella. El la besó.
- Me muero por estar dentro de ti…
- Nick – dijo ella, a punto de sucumbir - si sigues refregándome a tu cuerpo de esa manera, se darán cuenta enseguida – rio coqueta
- No me busques Miley Jonas – la besó haciéndole saber cuan excitado estaba – porque te aseguro que me vas a encontrar – ella sonrió coqueta – solo un segundo y te arrancaré ese vestido con los dientes y te juro que voy a enterrar…
- Nick…
- ¿Qué? – rugió, y Remus estuvo a punto de salir corriendo al ver la cara de su amigo.
- Disculpa… - dijo abriendo los ojos.
- Estoy a punto de mandarte a...
- ¡Remus! – dijo Miley separándose, y haciendo a Nick lanzar una maldición entre dientes – eh…
- Por Merlín… - dijo Remus, mirando a Nick mas abochornado que nunca, tratando de esconderse detrás de su mujer.
- Si, ya lo sabes, solo trata de que no sea tan evidente… – dijo Nick y Miley comenzó a reírse como una histérica…
- Bien… lo lamento, pero… - dijo Remus colorado – yo… vengo a decirte que la mayoría de los invitados se va.
- ¿Si? Que suerte… -dijo hundiendo su boca en el cuello de su mujer
- Nick… - trató de retarlo, pero la situación era bastante hilarante.
- Por favor, contrólate un poco… - dijo Remus, mirando hacia el salón.
- Adiós Remus… - dijo Nick sonriendo – creo que dijiste que te ibas…
- Nick, lo que Remus quiere decirnos es que…tenemos que despedir a los invitados… - él suspiró y cerró los ojos un segundo, contó hasta diez y se separó de su mujer. Ella le dio un suave beso y salió rápidamente tratando de encontrar a su familia.
- Por favor, Remus – dijo Nick molesto – trata de mirar otra cosa que no sea mis pantalones…. Ya no es tan evidente… puedo controlarme.
- No lo parece- Nick rió- No tienes vergüenza…
- Olvide que eras tan pacato…
- Creo que la palabra es educado…
- Bien lo que sea, vete…
- Tanto es…
- ¡No tienes ni la más puta idea! – suspiró. Llegaron hasta donde estaban Miley y Tonks junto a Demi y Joe . Sus otros hermanos ya se habían marchado.
- ¡Ay, Nick, que bonito el recuerdo que nos levamos de la fiesta! – dijo Tonks, señalando una delicada pieza de cristal con forma de hada.
- ¡Es para el árbol de Navidad! – dijo Miley contenta – es una pieza muy especial... dicen que cuando la tienes demasiado tiempo en la mano adopta el color de tu energía…
- Pamplinas… - dijo Joe , poniéndole la capa a Demi.
- Pues si Nick la tuviera entre sus manos, de seguro que se derrite… – dijo Remus y comenzó a reír. Miley bajó la mirada, y Nick bufó.
- Remus… - dijo serio – recuerda que mañana debemos ir a la casa de Bradsford, a ver si podemos arreglar lo del resort.
- Okay jefe… - y ayudó a su esposa con el grueso abrigo.
- Miley, - dijo Tonks abrazándola – la fiesta estuvo magnifica, y espero que para año nuevo aceptes la humilde invitación de venir a cenar con nosotros en nuestra casa.
- Pues… - miró a Joe – yo…
- ¡Joe y Demi ya aceptaron! – dijo alegre.
- ¡Bien, entonces iremos! – miró a Nick – bueno, debería consultarlo con Nick…
- Olvídalo – dijo Remus – a este loco no logramos sacarlo de casa en año nuevo… - Miley miró a su esposo.
- ¿No te molesta, verdad? – él negó sonriente – Todo arreglado, entonces…
- Pero no te preocupes por venir vestida de gala – dijo Tonks tironeándose el vestido – Merlín sabe que odio este tipo de fiestas, por estos atuendos tan ridículos que no obligan a usar.
- Dora…- dijo Remus, con un tono de reproche.
- Lo cierto es que puedes venir como te guste… de jeans y zapatillas, si lo deseas.
- ¡Que mejor! – dijo Miley sonriendo – ¿y nada de joyas verdad?
- ¡Nada, nadita! – dijo Tonks riendo y bajando las escalinatas…
- Bien Hermana, – dijo Joe abrazándola – nos vemos para año nuevo entonces.
- Nos vemos – dijo suspirando – ¿Sabes si vendrán los demás?
- Tú sabes que en año nuevo siempre la pasamos solos, desde que… – dijo él algo triste. Miley estuvo a punto de lagrimear, pero el brazo y la sonrisa que Nick le brindó la hicieron tener fuerzas.- Charlie va a Rumania, Bill se va a Francia, y los gemelos… bueno, ellos parrandean…
- Entonces la pasaremos en lo de Remus…
- Claro – abrazó a su esposa – ¿nos vamos Demi?
- Cuando tú quieras… - dijo ella mirándolo con devoción. Miley sintió envidia del amor que esos dos se tenían. Miró a Nick que solo movía la mano para despedirlos, y luego los observó alejarse por la calle.
- Bien… - dijo suspirando – ¿supongo que ya todo terminó no?
- No – dijo él sonriendo, y Miley recordó todas las promesas que se hicieron esta noche. – aun falta mi otro regalo…
- ¿Otro regalo? – preguntó curiosa. Él no le respondió. Llamó al elfo, quien le acercó una capa a Miley y un pequeño aparato a Nick, que resultó ser un control remoto. Nick la ayudó a colocarse el abrigo y tomándola de la mano la llevó hacia el garaje. Era una amplia edificación que estaba separada del edificio principal. Se accedía a ese lugar, por un sendero de piedra, libre de nieve, que cruzaba una zona desconocida del jardín.
- Nick…
- Bien… - dijo apretando el control. Una de las puertas se elevó lentamente. Dentro estaba el Audi de Nick junto a otro vehículo, mas grande, una camioneta, que Miley nunca había visto. Y más alejado había otra cosa, que estaba cubierta por una inmensa tela opaca.
- ¡Nunca había visto ese vehículo! – dijo señalando la camioneta.
- Es otro de mis autos…
- Como dijiste que no tenías coche luego de que… - lo miró- te accidentaras con el otro.
- Bueno, no suelo usarla todo el tiempo… me gustan mas los autos deportivos… - la tomó de la cintura y la acercó hacia el objeto que estaba tapado. Ella comenzó a sentir su pulso acelerado, cuando él la soltó y se acercó para tirar de la cubierta…. Fue cuando sus ojos se abrieron sin poder creerlo. – ¡Feliz Navidad, ratita!
- Nick… - dijo susurrando y acercándose, dejó caer la capa de sus hombros – Nick… - dijo elevando la voz – ¡Nick!! – terminó chillando, haciendo que Nick lanzara una carcajada.
- Veo que te gusta…
- ¿Que si me gusta? – lo miró sin poder creerlo y acariciando las líneas del vehículo – ¡me encanta! – lo miró recelosa – ¿es para mi?
- ¿Acaso ves a alguien más en este lugar? – dijo sonriendo, y dándole las llaves – ven a verlo mejor – No podía creerlo. Nick le había regalado un auto, un Minicooper, color dorado, descapotable… a ojos de Miley una impresionante pieza de diseño… tenía el techo de cuero negro. Rápidamente se metió en el habitáculo y se aferró con fuerza al volante, respirando profundamente llenándose del olor a cuero nuevo del tapizado. Nick se acercó y ella le abrió la puerta del copiloto. El subió y la miró expectante… - ¿y bien… te gusta?
- Que si… - jadeó – ¿que si me gusta? – chilló, y tan emocionada que estaba tocó la bocina, él rió – ¡me encanta!! - lo abrazó - ¡gracias... gracias!! – lo miró seria – pero no debías molestarte…
- Si no lo quieres, lo devuelvo…
- ¡No! – dijo sujetándole el brazo. – es mío…. ¡Y lo quiero!
- Bien… - sonrió- sé que puede parecerte pequeño…
- ¿Pequeño? – preguntó – ¡es como si hubiera hecho para mí! - miró hacia el asiento de atrás. – no voy a llevar a nadie ahí atrás, por lo que…
- A mi me encanta el espejo retrovisor… – dijo Nick divertido.
- ¿El qué? – dijo jugando con los botones de los comandos que tenía alrededor del volante.
- El espejo retrovisor… - ella lo miró a los ojos – este… – le señaló el espejo y ella mirando hacia el parabrisas, resopló. Colgado del espejo estaba un impresionante collar de esmeraldas y diamantes.
- Nick… - dijo sin aliento. él descolgó el collar y sin que ella dijera mas, se acercó a su cuerpo y le colocó el collar alrededor del cuello
- ¿Ves? – dijo sonriendo mientras ella tocaba la delicada pieza de joyería que descansaba en su pecho – al final, si había collar…
- Yo…
- Shhh. – dijo tomándola del mentón – no digas nada… con tu cara me es suficiente. - y la besó, lentamente, para luego acercarla mas a su cuerpo. ella se dejó besar…. Tratando de decirle cuanto lo amaba. Los besos fueron acrecentando la tensión entre los cuerpos y en un instante, Miley solo pudo percibir que Nick se deslizó con su asiento hacia atrás, y con una destreza increíble la tomó de la cintura y la sentó a horcajadas entre sus piernas. Ella sólo jadeó.
- Nick… - El bajó su mano con desesperación desde el cuello rozando el collar de esmeraldas y metiéndose entre el escote del vestido, para acariciar la suave y calida piel de uno de sus pechos.
- Mierda… - susurró- no sabes las veces que me he contenido durante la fiesta… las ganas de tenerte así… admirándote… tocándote, solo para mí- la besó hundiendo su lengua en la boca de Miley que estaba a punto de colapsar de placer. – Maldita sea… – ella lo miró. Nick tenía rastros de sudor en la frente y el rostro colorado. – temo que lo único malo de este auto, es la completa falta de espacio para… - ella rió, divertida.
- Nick – él la beso, metiendo la lengua en su boca, y con la otra mano libre subía la falda para hundir sus dedos en la caliente y suave piel del interior de los muslos, haciéndola suspirar – Nick… espera – lo miró y trató en vano de luchar por separarse, aunque esa palabra, no era precisamente la que aparecía en su mente, en ese momento.- no podemos…- él la calló nuevamente, con un beso.
- ¿No podemos? – dijo mirándola, con esa mirada retadora… sensual y altamente nociva, para el sistema de defensa femenino. Ella no pudo contestar nada, cuando la lengua de Nick jugueteaba contra su garganta. Se separó un instante, y la miró. - Tranquila, relájate…. - su boca comenzó a descender desde el mentón, pasando por el cuello, y deteniéndose en la garganta para saborearla, otra vez, dejando uno de sus pechos libres para atacarlo con sus labios. Las manos de Nick no podían quedarse quietas y Miley contagiada por el entusiasmo masculino, se separó un poco, para comenzar, desesperada, a desabrocharle el cinturón. Nick completamente fuera de si, le subió la falda bruscamente, casi rasgando la tela, y comenzó a juguetear con el elástico de las bragas.
- Nick... – dijo en un sensual ronroneo, cuando sus manos se movían como mariposas hacia la camisa, y la desabotonaban. El torso masculino quedó libre, y ella se agachó para besarlo… Nick emitió un gemido ronco.
- Mierda, debí regalarte un auto mas amplio… - ella levantó la mirada, y rió – recuérdame que la próxima vez, te compre una limusina…. – y le arrancó la ropa interior. El siguiente paso fue estar dentro de ella, algo que ambos habían deseado desde el comienzo mismo de la velada. Los movimientos eran lentos, gozando de ese momento robado, único, en ese incómodo lugar, pero a ellos poco les importaba. Lo que más deseaban, era sentirse, y disfrutar el uno del otro. Antes de correrse, la tomó del cabello suavemente y la obligó a mirarlo. Miley gimió, audiblemente cuando sintió la calidez de la esencia masculina, dentro de su cuerpo. Nick respiraba entrecortado, y acariciaba la tersa piel de uno de sus pechos, mientras que con la boca, le prodigaba suaves besos en el otro. Levantó la mirada para verla, y ella lo miraba a los ojos. Una mirada profunda, de ángel…
- Fue… - sólo pudo decir. El sonrió.
- Si… - seguía acariciándola sensualmente – fue estupendo… - ella sonrió. – no existe una manera mejor de estrenar un coche – rieron…
- Rompiste mi ropa… – dijo levantando sus bragas.- él las tomó, y con un movimiento de manos la reparó.
- Nada que la magia no solucione… - la besó, comenzando a sentir nuevamente la tensión en sus partes sensibles… Miley gimió, envuelta en esa ola de placer, cuando…
- ¡Señor Jonas! – dijo alguien, haciéndolo soltar a Miley y acomodarle, presuroso, el escote del vestido – uh… eh…. disculpe, yo no sabía… – Nick maldijo en ruso, Miley se acomodó rápidamente la falda, y uno de los jóvenes encargado de la seguridad no sabía donde meterse.
- No hay problema… – dijo Nick apoyando su cabeza en el respaldo del asiento, tratando de recuperar el aliento – ya estoy acostumbrado a esto – Miley rió y luego él acompaño la risa de su esposa con una carcajada, al ver la cara de estupefacción del empleado – bien, a menos que tengas una buena excusa…
- ¡Ah… ah si! – dijo el joven, avergonzado – el señor Simmons, dijo que usted lo buscaba…
- Ah, si, Simmons – salió del auto y se apresuró a ayudar a su mujer. – Si no te importa, - le dijo mirando al joven – le dio el control remoto del garaje – cierra todo y ya puedes irte.
- Si señor… - el joven aun tenía la mirada clavada en el suelo.
- Le has dado un susto… - dijo ella divertida.
- ¿Susto? – dijo él suspirando – Debí haberlo matado, por interrumpirnos…- Ella se abrazó a Nick, y él la abrigó con su cuerpo.
- Mis bragas…
- ¿Qué? – dijo perdido.
- Tienes mis bragas…
- Trofeo de guerra – dijo riendo y palmeando el bolsillo e su Smoking.
- Idiota… - dijo ella. El la besó.
- Para que quieres ponértelas, si más tarde…
- ¡Compórtese señor Jonas! – dijo ella tratando de ponerse seria, aunque no lo logró – Creo que alguien está esperándolo.
- No te librarás muy fácil de mi… – ella lo miró, tratando de decirle con sus ojos, que si por ella fuera, nunca se separaría de él. Una vez dentro, vieron a Paul sentado en uno de los sillones acompañado del que Nick supuso era su compañero, novio o como lo llamara. Se acercaron.
- Paul…
- Señor Jonas – dijo el joven inclinando la cabeza – Miley querida, no quería irme sin despedirme de ti…
- Gracias por todo Paul… - dijo ella abrazándolo y luego dándole la mano a su acompañante, llamado Terry. Luego le sonrió a su amigo – si no hubiera sido por ti…
- No exageres… - dijo dándole poca importancia al asunto – es mi trabajo… - Nick lo interrumpió.
- ¿Paul, podría hablar contigo en privado?
- ¿Ahora? – Preguntó Paul, mirando a su amigo.
- Solo será un momento…
- Bien… pero me gustaría que mi compañero… – Nick sonrió y asintió.
- Bien – dijo sonriendo – lleva a tu amigo, y lleva también al gato si quieres, pero necesito hablar contigo, ahora mismo…
- Está bien – dijo sorprendido por la actitud tan jovial de el dueño de casa.
- Esperame en la biblioteca, por favor. – los dos jóvenes salieron sin entender el por qué de tan repentina reunión.
- Nick…
- Descuida… - dijo dándole un beso en la frente – solo quiero proponerle un negocio que implica un largo viaje…
- Lo sé… lo que no entiendo es por que no lo haces por la mañana… - lo miró – ¿no estás cansado?
- Tranquila – dijo dándole un beso en la boca – solo me tomará un minuto – la apretó a su cuerpo – por qué no vas subiendo y… - la miró con tal hambre que Miley jadeó. – Y no creas que lo que hicimos en el garaje, me dejó cansado… eso fue apenas el comienzo. – la besó, con desesperación.
- Te espero arriba…
- Eso está bien… solo que no me esperes dormida – le acarició el trasero. Ella rio – te quiero bien despierta, para cuando irrumpa en tu cuarto – ella se separó rápidamente, y dando saltitos, subió la escalera y se perdió en el piso superior.

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