viernes, 10 de agosto de 2012

Lost Of Love - Capitulo 21


Capitulo 21
Miley salió de la oficina de Nick, y sin decir nada a su amiga, se metió dentro del ascensor. Demi la miraba tratando de averiguar que habia pasado en esa oficina. Habia visto salir a una ofuscada Nicole Anderson , revoleando el abrigo de piel y meterse en el ascensor para oírla gritar de rabia, pero eso solo le habia dado a entender que su amiga y cuñada, habia salido ganadora entre el reto de esas dos. Después espero para ver salir a Miley, enseguida, pero espero diez minutos, quince… la secretaria le ofreció un café y ella par matar el tiempo lo acepto. Cuando salió Miley miro el reloj… mas de una hora, y se pregunto que podría haber estado haciendo mas de una hora encerrada allí dentro. Miro nuevamente a su amiga que se acomodaba el cabello, y se retocaba el labial. Abrió los ojos sorprendida, y le dio un golpe en el brazo
- ¿Por que me golpeas? – le pregunto, mirándola como si Demi hubiera perdido la razón.
- Eres… eres… una… - Miley bajo la mirada y guardo el lápiz labial en su bolso.
- ¿Que?
- No me digas que estuviste discutiendo mas de una hora con tu marido sobre tu cámara…
- Eh…
- ¡Miley!!
- ¡No¿Satisfecha con la respuesta?
- ¿Que estuviste haciendo? – Miley la miró con una sonrisa traviesa y un brillo en los ojos que nunca Demi habia visto en su amiga – No me digas que….
- Si no quieres que te lo diga – resopló y se acomodo la falda.
- ¡Al menos abotónate la blusa como corresponde!! – dijo riendo – no puedo creerlo. Tu que ibas a sacarle los ojos…
- Bueno, casi lo consigo, pero Nick es algo persuasivo…- rio.
- ¡Degenerada!!
- ¿Yo? – dijo parándose con las manos a la cintura como solía hacerlo Molly.- ¡Y que me dices de esa arrastrada!! Te juro que si llegaba dos minutos tarde, se la montan en el escritorio….
- ¿Eso hiciste tu, eh?
- ¡Basta ya Demi!! – dijo colorada- Lo importante es que esa estupida no logro su cometido.
- Que es…
- Engatusar nuevamente a Nick.
- Como si fuera fácil…
- Ay Demi… - dijo saliendo de elevador y perdiéndose entre la multitud que se aglutinaba en las puertas del edificio- Nick es un animal de costumbres… - se estremeció al decir eso, pero su amiga no lo notó – que una mujer como Nicole se le regale, para él es una oportunidad que no debe perder.
- Por eso te le regalas tu…
- Yo soy su esposa… - dijo ajustando su abrigo – tengo derechos sobre…
- No me digas que crees tener derechos sobre Nick.
- Si… el derecho que me da firmar con su apellido. – lo dijo con tanta seguridad que hasta ella se asombró.
- ¿Desde cuando estás orgullosa de ser su esposa? – Miley hizo señas al taxi, y se metió sin decir nada mas. – te hice una pregunta
- ¿Que? – dijo haciéndose la desentendida.
- ¿Desde cuando te sientes con la necesidad de defender a tu esposo?
- No lo defiendo de nada.
- Tú sabes a lo que me refiero...
- Pues en verdad, no sé a que te refieres…
- ¡No hagas ese juego conmigo Miley! – dijo ofuscada – ¡te hice una pregunta y tu me evades respondiéndome lo mismo que te pregunto!! – Miley rio – ¿vas a contestarme o no?
- Yo no defiendo a Nick…
- Pero te viste en la obligación de tener sexo con él para plantarte en su territorio… como una leona defendiendo su lugar en la manada… junto al macho león – el chofer del taxi ahogó una carcajada, las dos chicas lo miraron y este, rojo, se acomodo en su asiento y continuo manejando.
- Siempre haces lo mismo – dijo Miley – ventilando mis intimidades a todos.
- Respóndeme – dijo en susurros – Por que lo hiciste…
- Porque… no sé por qué lo hice… ¿contenta?
- No te creo.
- No me creas – Demi bufó – y si estás tan segura de saber por que lo hice¿por qué no me lo dices?
- Tienes miedo de perderlo… - le soltó sin anestesia.
- ¿Que? – el chofer se asustó por el grito y dio un volantazo – ¡Y usted fíjese por donde va, si no quiere que terminemos estrellados!! – chilló
- Usted podría dejar de pegar esos gritos… ¡me asusto!!
- Bueno… siga por favor – El chofer farfullo algo así como "mujeres histéricas", pero Miley no lo escuchó. Miraba a Demi con el ceño fruncido – ¿qué quieres decir con que temo perderlo?
- Así es – dijo seria – ¡y no me mires así!
- Yo… no te miro de ninguna manera – dijo.
- Si, estás haciendo esa mirada tan característica en todos tus hermanos… ¡cuando quieren decirme que estoy delirando!!
- Pues… así parece.
- Pues no lo creo.
- No tengo ganas de discutir… - dijo Miley y trato de terminar el tema. – Hoy tendré un estupendo día de compras…
- ¿Temes que te diga lo cierto no?
- No, temo que termines desquiciada de verdad… cada vez que te veo me convenzo que te hace mal convivir con mi hermano… parece que la idiotez es contagiosa.
- Por eso te revolcaste con Nick en su oficina…
- No fue por una idiotez.
- Y hasta que al fin lo confiesas… estabas planteándole a Nick que no eres una de esas… sus tipas.
- No soy una de sus tipas… ¡y no soy su tipa!!
- No te enojes… solo estoy tratando de plantear mi hipótesis.
- Mi vida no es una simple comprobación científica Demi…
- Entonces dime a qué le temes… porque dices odiarlo y cuando estas con él te conviertes en un manso cordero…
- No soy una corderita…
- Yo te diré algo que puede acercarse a la verdad... y espero que no lo tomes a mal…
- ¡No! Anda, no me has dicho nada aun, para que me lo tome a mal – dijo con sarcasmo – Anda, suelta la sopa, que quiero escuchar tu argumento. Quiero ver que me dices – y cruzo sus brazos divertida.
- Te acuestas con él porque te sientes terriblemente atraída hacia Nick… - Miley se quedo mirándola con la boca abierta, incapaz de sentir o decir nada.- Y lo que te hace actuar así es el miedo…
- Miedo… - rió – ¿y miedo a qué si puedo saber?
- Miedo a caer… miedo a que Nick te deje.
- Estás…
- No… y el mayor temor que tienes es que dejes de ser una cabezota, como tu hermano y aceptes de una vez por todas que te has enamorado de Nick…
- Yo no estoy enamo…
- Niega que no te moriste de celos al ver a Nicole en su brazos.
- Basta ya Demi…
- Besando sus labios…
- Demi, te digo que… – su rostro tomó un tinte rojizo y sus músculos faciales se tensaron, mientras Demi seguía metiendo el cuchillo donde mas le dolía, y lo que menos quería admitir… - deja ya de decir tonterías...
- … Y que la lengua de esa asquerosa, se meta en la boca de tu Nick, y se trabe en lucha con…
- ¡YA BASTA¡ESTAS DELIRANDO!!! – dijo entrecortadamente – creo que fue una mala idea venir contigo a comprar los regalos.
- ¿Me estas corriendo?
- No, solo te digo que dejes de fantasear, porque ya me cansaron tus absurdas conjeturas… - no hablaron más durante el viaje. Demi desvió la mirada hacia la ventanilla y observo muda el paisaje de Londres. Miley miro un instante a su amiga, y luego se recostó sobre al asiento, cerrando los ojos tratando de pensar en las palabras de su amiga… y deseo que lo que Demi le dijera fuera el producto de una mente trastornada… porque si alguna de sus hipótesis se demostraba como cierta, ella estaría completamente a merced de su esposo.
Nick se tomó un tiempo para relajarse en la ducha. Sabía que debía volver a su oficina, porque tenía demasiados papeles que leer, y acuerdos que firmar, pero no le importo. "De que sirve ser el dueño de todo si no puedo tomarme un tiempo para mi" Se dijo, mientras se acomodaba el húmedo cabello y se miraba al espejo. "Eres irresistible para las chicas, eh?"dijo para si mismo y lanzó una carcajada, al recordar la reciente pelea entre Nicole y Miley. Se sintió gratamente complacido, al ver que su esposa, peleaba por él. Le dio esperanzas, verla así, toda sacada, refregándole a esa zorra de Nicole , el anillo y gritándole a los cuatro vientos que era su esposa. Sonrió. Ella estaba de alguna manera celosa. Pero eso lo hizo borrar su sonrisa de repente… si ella dijera las palabras mágicas... si ella dijera que lo amaba. ¿Donde quedaría todo el ardid de la venganza¿Donde se sentarían las bases para hacerla pagar por el dolor de verse alejado de su familia? Si él mismo habia dicho que cuando ella cayera a sus pies, la dejaría… Y cuando él mismo sabía que era lo que mas esperaba… que ella se enamorara… estaba tan confundido. Se convenció que seria mejor esperar a como los acontecimientos se daban. El tiempo seria el encargado de saber cual sería el destino de ellos. Salió de su cuarto y camino tranquilamente por el pasillo, hasta toparse con la puerta del cuarto de Miley. Era un imán, aun sabiendo que ella no estaba dentro. Giró lentamente el pomo, y un embriagante perfume a jazmines lo ataco en cuanto puso un pie en la alcoba. Esa alcoba parecía un claro, en un bosque cargado de oscuridad… un claro que sólo dejaba filtrar la luz del sol, cuando ella estaba ahí, sentada en el tocador, cepillando, su Castaña cabellera, que observándola desde algunos ángulos, y de acuerdo a como le daba la luz, dejaba ver algunos destellos dorados. Eso lo descubrió una mañana… una vez que ella se hubiera dormido, después de una agotadora noche. La luz del sol se filtraba por la ventana, dando de lleno en su cabello. Se quedaba ahí, un rato observándola, su rostro tranquilo… su respiración pausada. Sus largas pestañas, que acariciaban casi sus mejillas… La graciosa forma de fruncir la nariz, cuando él la acariciaba. Adoraba a esa mujer… mas cuando podía observarla embelesado, cuando ella nunca se diera cuenta que la miraba con amor. Se acercó a la pequeña cama. Las sábanas de algodón... las mas simples, en donde se enredaban una y todas las noches posteriores a la pelea del abrigo de piel. Algunas veces trataba de vencer la tentación de sentir esa piel tan suave, entre las sabanas de seda de su cama, en su habitación… Su rojo pelo y su piel tan pálida, contrastando con el negro brillo de sus sábanas… Sintió su piel erizarse. Suspiro unos instantes tratando de serenarse… salió de ese cuarto y bajó las escaleras. En la sala estaba Dobby y Winky esperándolo.
- ¡Mi señor… usted aquí tan temprano!
- Yo… tuve un inconveniente. – tomó su abrigo – Dobby…
- Mande usted…
- La señora…
- Dijo que vendría temprano… salió con la señora Weaslibi….
- Demi.
- Salieron por las compras de Navidad…
- Bien…
- ¿El señor vino en coche?
- No… solo me aparecí…
- Desea algo de especial para esta noche – Nick sonrió. Lo especial que esperaba para esa noche, de seguro no se lo daría el elfo.
- Me gustaría que cenáramos cordero al horno…
- Sus deseos son órdenes… - dijo el elfo y desapareció junto a la elfina, por el pasillo, hacia las cocinas.
- Ay, Dobby… - suspiró – si Miley pensara igual que tu… - y de un movimiento de su larga capa, desapareció.
Cuando la puerta de la cámara 786, se abrió, Miley tuvo que entornar los ojos por el brillo que los galeones irradiaban dentro del inmenso habitáculo. Montañas de monedas de todos los metales, llegaban hasta el techo de la cámara. Miley pensó que con solo la décima parte de lo que allí Nick tenía, podría haber pagado el tratamiento de sus padres. Demi resopló asombrada, a su lado. Miley miró a su amiga, que tenía los ojos bien abiertos, como si no creyera lo que estaba viendo. Fue cuando recordó las palabras de Nicole Anderson , esas que la catalogaban de "poca cosa" por sus ropas, y que pronto Nick se cansaría de ella. Se apoyó en una de las paredes de la cámara, siendo observaba por el duende. Demi se acercó preocupada.
- ¿Te encuentras bien? – le preguntó.
- ¡Merlín! – dijo al cabo de unos instantes – yo solo quería mis setenta galeones… - Demi, lanzó una risita tonta.
- Pues creo que Nick entendió mal - Miley la miró – Debe haber al menos diez millones…
- Nicole tiene razón – dijo cortándola.
- ¿Que?
- Esa estupida… tiene razón - bajó la mirada a su sencillo vestuario – ¿te fijaste en la ropa fina que llevaba, su cabello, bien arreglado, y su cara tan… perfecta a causa de todo ese maquillaje?
- Pero… a pesar de que la mona se vista de seda…
- Lo se, pero eso no quita que se vista bien, que use perfumes caros… y que se maquille y peine como…
- ¿Que te sucede? – dijo Demi– nunca has sido insegura con tus cosas Miley…
- Los hombres importantes como Nick, se ven atraídos como moscas a la miel, por esa clase de mujeres…
- ¿Y cual es el punto?, al Nick que yo conozco, te aseguro que esos detalles no le interesan, Miley.
- Pero ahora es distinto… Ya no es el mismo Nick de antes, Demi – dijo mirando esa montaña de dinero – Nick es… tiene otros roces sociales y yo… bueno, no sé… Mírame, me visto tan…
- Te vistes como una persona normal que trabaja por su dinero – dijo ella enojada – y no como Nicole que solo tiene que pasar por la cama de Nick o de cualquier otro tipo, y luego recibir una bolsa de oro.
- Yo no quiero ser una mujer que se viste vulgar… quiero ser digna de… - la miró. Demi sonrió.
- Si eso quisieras – dijo agachándose y tomando una cuantiosa cantidad de galeones – podemos ir al Londres muggle, y visitar algunas tiendas exclusivas – dijo mirándola con picardía.
- ¿Tu crees? – dijo Miley sonriendo al fin – ¿no se enojará Nick?
- ¿Que te dijo cuando te dio la llave?
- Que dispusiera del dinero como quisiese.
- Bien… ya tienes la respuesta – dijo metiendo los galeones en una bolsa – Vamos cambiaremos estos por Libras… ya veras que esa Nicole no tendrá que decirte nunca mas…
- Lo hago por mí… – dijo agachándose y tomando el doble de monedas, que recogiera su amiga – de todas maneras es mi dinero. – y sonrientes salieron dispuestas a pasar toda una jornada en las tiendas.
Al mediodía, estaban sentadas en una de las mesas del Caldero Chorreante, con una gran cantidad de bolsas y cajas. Miley estaba exultante, y su sonrisa le iluminaba el rostro. Luego de salir del banco, las dos se encaminaron hacia el centro de la ciudad, y lo primero que hicieron fue ir a un salón de belleza, donde les retocaron las uñas, y les arreglaron el cabello. Rieron a carcajadas cuando al salir, el cabello de Miley llamaba más la atención que de costumbre, cuando su pelo, irradiaba un color parecido al del sol cuando despunta al alba. Después fueron a Harrod's, y visitaron todas y cada una de las tiendas de departamentos… compraron zapatos, carteras, de diferentes tamaños y materiales, botas, sandalias; y un sin fin de prendas de vestir de grandes modistos, no solo ingleses, sino también franceses e italianos. Miley se aventuró y compró también, un teléfono móvil.
Ahora ya cansadas, estaban tratando de ordenar todos los paquetes, y regalos que habían comprado. Tom, el tabernero del Caldero Chorreante, se acercó con el menú y dos cervezas de mantequilla que las muchachas le agradecieron fervorosamente. Después de pedir la orden, y quedar solas en la mesa, Demi miró a su amiga que miraba un paquete en especial.
- No te preocupes – Miley la miró – a él le gustarán…
- Tu crees?
- Definitivamente – tomo un trago de cerveza - me muero de hambre… hacia tiempo que no salía de compras de esta manera
- Dímelo a mi – dijo sonriendo – la mayoría de las veces que salíamos con mamá a comprar ropa, siempre llegábamos a las tiendas de segunda mano… - miró con nostalgia hacia la pared de la taberna, recordando épocas pasadas – pero así y todo disfrutábamos hacerlo juntas – Demi le tomó la mano
- Ya verás que pronto volverás a hacerlo… - ella asintió, y levantó la botella de cerveza como para brindar – porque todo se dé cómo lo esperamos – Demi chocó la botella con la suya.
- Porque así sea – bebieron un sorbo de cerveza – ¡Me encantó pasar el día de compras, y contigo!! Usualmente, tengo que soportar los rezongos de Joe , porque compro una prenda que para él es un gasto inútil.
- Si, eso dice cuando tiene que pagar, porque cuando te ve vestida con esa prenda…
- Y más si es ropa interior… - dijo con picardía.
- Eres imposible…
- Acaso Nick no…
- Demi… - dijo metiéndose la botella a la boca y tomando un trago de cerveza para no contestar.
- De seguro, no duras ni dos segundos con la prenda en cuestión – Miley sintió ahogarse, y no tuvo mas remedio que escupir la cerveza, mientras Demi, se mataba de la risa. – Anda, cuéntame… ¿se entusiasma con tu ropa interior?
- Basta ya – dijo dándole un golpe en el brazo – pero si te interesa saberlo…, solo basta con que observes la cantidad de prendas que compre, para reemplazar las anteriores…
- ¿Por que?
- Es… demasiado efusivo con mi ropa interior – miró a su amiga que abría los ojos sin poder creer lo que escuchaba – las rompe en dos segundos – rieron a mas no poder, de la situación, siendo observadas como dos desquiciadas, por la gente que habia en la taberna.
- La he pasado tan bien contigo Miley. No recuerdo haberme divertido tanto, alguna vez, cuando salía de compras…
- Yo tampoco – dijo Miley – pero aun no termina nuestra odisea… - Demi la miró – quiero ir a ver a mis padres…
- Si, ya lo habíamos pensado.
- Pero quiero llevarle un regalo a ellos… Nick le lleva revistas a papá – dijo sonriente – y a mamá, chocolates de Honeydukes, la tienda de Hogsmeade…
- Y tú quieres…
- Ir a Hogsmeade a comprarlos…
- Pero…
- Anda solo nos costará un revuelo de capa… destino, decisión desenvoltura…
- Las tres D – dijo sonriendo su amiga.
- ¿Que dices, te animas?
- Está bien… - Miley acercó uno de los paquetes que tenía cerca, y sacó de allí su nuevo teléfono móvil – ¿Sabes cómo usarlo?
- El dependiente me indicó un par de cosas… pero ya habíamos tomado un curso en el ministerio acerca de este fantástico medio de comunicación.
- Es solo un teléfono – dijo Demi torciendo los ojos.
- Lo sé, pero no deja de ser fantástico – Sacó de su cartera un papelito.
- Y eso…
- Bueno, Remus una vez me dio el teléfono de la oficina de Nick… y este de aquí es el de su teléfono móvil… solo Remus lo tiene…
- Y ahora tu.
- Si, Remus dijo que era de vital importancia que yo lo tuviera.
- ¿Y que vas a hacer?
- Voy a llamar a Nick, para contarle que ya tengo teléfono y que voy a ir a ver a mis padres…
- ¿Que?
- Que voy a llamar a mi esposo… - marcó el número de teléfono y esperó. Después de sonar al menos cinco veces, alguien respondió.
- ¿Bueno?
- Eh….
- ¿Quien le dio este número de teléfono¿Y quien demonios es el que me molesta en horas de trabajo? – rugió desde el otro lado del auricular.
- ¿Nick? – preguntó, con voz temblorosa.
- ¿Miley? – preguntó sorprendido.
- Si…. Soy yo.
- ¿Cómo sabes…?
- Remus me dio el número de tu teléfono personal¿no te molesta?
- ¿Que estás haciendo ratita?
- Yo… estoy en el Caldero Chorreante con Demi… estuvimos haciendo las compras de Navidad.
- ¿Pudiste sacar tu cuantiosa suma de dinero de Gringots? – preguntó burlón.
- Yo… saque un poco mas¿no te molesta verdad?
- ¿Vaciaste la cámara? – dijo divertido.
- ¡No¿Como crees? Solo saque unos galeones mas¡pero te juro que luego lo devuelvo!
- No hace falta, te lo dije, es tuyo… además, con lo que hiciste en esta oficina, creo que te lo has ganado…
- Yo te llamaba para contarte que me compré un teléfono…
- Bien…
- Y algo de ropa…
- Okay… ¿Irás a casa temprano?
- Antes de las seis. Quiero ir a ver a mis padres… - silencio del otro lado de la línea – ¿Nick?
- Quiero que llegues temprano… tengo ganas de seguir la amena charla, que comenzamos esta mañana. – Demi vió que Miley se sonrojaba furiosamente.
- Estaré temprano.
- Adiós ratita… -y cortaron.
- ¿Y bien… – dijo Demi – se enojo?
- No – dijo cerrando el celular y guardándolo en la cartera.
- Que suerte que tienes – dijo Demi risueña – Joe me gritaría dos meses si, llego a gastar un galeón. – Miró a su amiga, que no le contestó, y para peor, tenia la cara pálida, como si hubiera visto un fantasma, a sus espaldas. Demi no comprendió el por que de ese cambio tan repentino en Miley, hasta que se dio vuelta y lo vio. Caminando decidido, se acercaba a la mesa nada más y nada menos que Liam Hemsworth . Su cuerpo ya no lucia tan espectacular como antes. Estaba mas delgado y su antigua piel pálida, habia cambiado tornándose mas rosada, seguramente a causa del sol caribeño. Demi miró a Miley que no le quitaba los ojos de encima al joven.
- Liam – solo pudo gesticular Miley, cuando el joven se detuvo frente a ellas, sin quitar la mirada de la Castaña .
- ¿Cómo estas Ginevra – dijo serio – podemos hablar? – Miley se altero. Sabía que si decía que si, tendría problemas con Nick. Tembló al saber que los detectives que la perseguían le irían con el cuento de su encuentro con su antiguo novio. Pero aun así, tenia que hablar con él, se lo debía, por tantos años juntos. Suspiro y asintió.
- Demi – dijo Liam – ¿Podrías dejarnos a solas? – Demi miró a su amiga.
- Está bien Demi – dijo recuperando el habla.
- Yo... – dijo levantándose – Estaré cerca de la barra, por si me necesitas… - dijo mirándola intensamente, a lo que Miley agradeció con una sonrisa. Demi se levantó y fue al encuentro de Tom.
- Siéntate Liam – dijo ella tranquila – Creo que llegó el momento de darte la explicación que te mereces….

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