Capitulo 21
Miley salió de la oficina de Nick,
y sin decir nada a su amiga, se metió dentro del ascensor. Demi la miraba
tratando de averiguar que habia pasado en esa oficina. Habia visto salir a una
ofuscada Nicole Anderson , revoleando el abrigo de piel y meterse en el ascensor
para oírla gritar de rabia, pero eso solo le habia dado a entender que su amiga
y cuñada, habia salido ganadora entre el reto de esas dos. Después espero para
ver salir a Miley, enseguida, pero espero diez minutos, quince… la secretaria
le ofreció un café y ella par matar el tiempo lo acepto. Cuando salió Miley
miro el reloj… mas de una hora, y se pregunto que podría haber estado haciendo
mas de una hora encerrada allí dentro. Miro nuevamente a su amiga que se
acomodaba el cabello, y se retocaba el labial. Abrió los ojos sorprendida, y le
dio un golpe en el brazo
- ¿Por que me golpeas? – le
pregunto, mirándola como si Demi hubiera perdido la razón.
- Eres… eres… una… - Miley bajo
la mirada y guardo el lápiz labial en su bolso.
- ¿Que?
- No me digas que estuviste
discutiendo mas de una hora con tu marido sobre tu cámara…
- Eh…
- ¡Miley!!
- ¡No¿Satisfecha con la
respuesta?
- ¿Que estuviste haciendo? – Miley
la miró con una sonrisa traviesa y un brillo en los ojos que nunca Demi habia visto
en su amiga – No me digas que….
- Si no quieres que te lo diga
– resopló y se acomodo la falda.
- ¡Al menos abotónate la blusa
como corresponde!! – dijo riendo – no puedo creerlo. Tu que ibas a sacarle los
ojos…
- Bueno, casi lo consigo, pero Nick
es algo persuasivo…- rio.
- ¡Degenerada!!
- ¿Yo? – dijo parándose con las
manos a la cintura como solía hacerlo Molly.- ¡Y que me dices de esa
arrastrada!! Te juro que si llegaba dos minutos tarde, se la montan en el
escritorio….
- ¿Eso hiciste tu, eh?
- ¡Basta ya Demi!! – dijo
colorada- Lo importante es que esa estupida no logro su cometido.
- Que es…
- Engatusar nuevamente a Nick.
- Como si fuera fácil…
- Ay Demi… - dijo saliendo de
elevador y perdiéndose entre la multitud que se aglutinaba en las puertas del
edificio- Nick es un animal de costumbres… - se estremeció al decir eso, pero
su amiga no lo notó – que una mujer como Nicole se le regale, para él es una
oportunidad que no debe perder.
- Por eso te le regalas tu…
- Yo soy su esposa… - dijo
ajustando su abrigo – tengo derechos sobre…
- No me digas que crees tener
derechos sobre Nick.
- Si… el derecho que me da
firmar con su apellido. – lo dijo con tanta seguridad que hasta ella se
asombró.
- ¿Desde cuando estás orgullosa
de ser su esposa? – Miley hizo señas al taxi, y se metió sin decir nada mas. –
te hice una pregunta
- ¿Que? – dijo haciéndose la
desentendida.
- ¿Desde cuando te sientes con
la necesidad de defender a tu esposo?
- No lo defiendo de nada.
- Tú sabes a lo que me
refiero...
- Pues en verdad, no sé a que
te refieres…
- ¡No hagas ese juego conmigo Miley!
– dijo ofuscada – ¡te hice una pregunta y tu me evades respondiéndome lo mismo
que te pregunto!! – Miley rio – ¿vas a contestarme o no?
- Yo no defiendo a Nick…
- Pero te viste en la
obligación de tener sexo con él para plantarte en su territorio… como una leona
defendiendo su lugar en la manada… junto al macho león – el chofer del taxi
ahogó una carcajada, las dos chicas lo miraron y este, rojo, se acomodo en su asiento
y continuo manejando.
- Siempre haces lo mismo – dijo
Miley – ventilando mis intimidades a todos.
- Respóndeme – dijo en susurros
– Por que lo hiciste…
- Porque… no sé por qué lo
hice… ¿contenta?
- No te creo.
- No me creas – Demi bufó – y
si estás tan segura de saber por que lo hice¿por qué no me lo dices?
- Tienes miedo de perderlo… -
le soltó sin anestesia.
- ¿Que? – el chofer se asustó
por el grito y dio un volantazo – ¡Y usted fíjese por donde va, si no quiere
que terminemos estrellados!! – chilló
- Usted podría dejar de pegar
esos gritos… ¡me asusto!!
- Bueno… siga por favor – El
chofer farfullo algo así como "mujeres histéricas", pero Miley no lo
escuchó. Miraba a Demi con el ceño fruncido – ¿qué quieres decir con que temo
perderlo?
- Así es – dijo seria – ¡y no
me mires así!
- Yo… no te miro de ninguna
manera – dijo.
- Si, estás haciendo esa mirada
tan característica en todos tus hermanos… ¡cuando quieren decirme que estoy
delirando!!
- Pues… así parece.
- Pues no lo creo.
- No tengo ganas de discutir… -
dijo Miley y trato de terminar el tema. – Hoy tendré un estupendo día de
compras…
- ¿Temes que te diga lo cierto
no?
- No, temo que termines
desquiciada de verdad… cada vez que te veo me convenzo que te hace mal convivir
con mi hermano… parece que la idiotez es contagiosa.
- Por eso te revolcaste con Nick
en su oficina…
- No fue por una idiotez.
- Y hasta que al fin lo
confiesas… estabas planteándole a Nick que no eres una de esas… sus tipas.
- No soy una de sus tipas… ¡y
no soy su tipa!!
- No te enojes… solo estoy
tratando de plantear mi hipótesis.
- Mi vida no es una simple
comprobación científica Demi…
- Entonces dime a qué le temes…
porque dices odiarlo y cuando estas con él te conviertes en un manso cordero…
- No soy una corderita…
- Yo te diré algo que puede
acercarse a la verdad... y espero que no lo tomes a mal…
- ¡No! Anda, no me has dicho
nada aun, para que me lo tome a mal – dijo con sarcasmo – Anda, suelta la sopa,
que quiero escuchar tu argumento. Quiero ver que me dices – y cruzo sus brazos
divertida.
- Te acuestas con él porque te
sientes terriblemente atraída hacia Nick… - Miley se quedo mirándola con la
boca abierta, incapaz de sentir o decir nada.- Y lo que te hace actuar así es
el miedo…
- Miedo… - rió – ¿y miedo a qué
si puedo saber?
- Miedo a caer… miedo a que Nick
te deje.
- Estás…
- No… y el mayor temor que
tienes es que dejes de ser una cabezota, como tu hermano y aceptes de una vez
por todas que te has enamorado de Nick…
- Yo no estoy enamo…
- Niega que no te moriste de
celos al ver a Nicole en su brazos.
- Basta ya Demi…
- Besando sus labios…
- Demi, te digo que… – su
rostro tomó un tinte rojizo y sus músculos faciales se tensaron, mientras Demi
seguía metiendo el cuchillo donde mas le dolía, y lo que menos quería admitir…
- deja ya de decir tonterías...
- … Y que la lengua de esa asquerosa,
se meta en la boca de tu Nick, y se trabe en lucha con…
- ¡YA BASTA¡ESTAS DELIRANDO!!!
– dijo entrecortadamente – creo que fue una mala idea venir contigo a comprar
los regalos.
- ¿Me estas corriendo?
- No, solo te digo que dejes de
fantasear, porque ya me cansaron tus absurdas conjeturas… - no hablaron más
durante el viaje. Demi desvió la mirada hacia la ventanilla y observo muda el
paisaje de Londres. Miley miro un instante a su amiga, y luego se recostó sobre
al asiento, cerrando los ojos tratando de pensar en las palabras de su amiga… y
deseo que lo que Demi le dijera fuera el producto de una mente trastornada…
porque si alguna de sus hipótesis se demostraba como cierta, ella estaría
completamente a merced de su esposo.
Nick se tomó un tiempo para
relajarse en la ducha. Sabía que debía volver a su oficina, porque tenía
demasiados papeles que leer, y acuerdos que firmar, pero no le importo. "De que sirve ser el dueño de
todo si no puedo tomarme un tiempo para mi" Se dijo, mientras se acomodaba el
húmedo cabello y se miraba al espejo. "Eres
irresistible para las chicas, eh?"dijo para si mismo y lanzó una
carcajada, al recordar la reciente pelea entre Nicole y Miley. Se sintió
gratamente complacido, al ver que su esposa, peleaba por él. Le dio esperanzas,
verla así, toda sacada, refregándole a esa zorra de Nicole , el anillo y
gritándole a los cuatro vientos que era su esposa. Sonrió. Ella estaba de
alguna manera celosa. Pero eso lo hizo borrar su sonrisa de repente… si ella
dijera las palabras mágicas... si ella dijera que lo amaba. ¿Donde quedaría
todo el ardid de la venganza¿Donde se sentarían las bases para hacerla pagar
por el dolor de verse alejado de su familia? Si él mismo habia dicho que cuando
ella cayera a sus pies, la dejaría… Y cuando él mismo sabía que era lo que mas
esperaba… que ella se enamorara… estaba tan confundido. Se convenció que seria
mejor esperar a como los acontecimientos se daban. El tiempo seria el encargado
de saber cual sería el destino de ellos. Salió de su cuarto y camino
tranquilamente por el pasillo, hasta toparse con la puerta del cuarto de Miley.
Era un imán, aun sabiendo que ella no estaba dentro. Giró lentamente el pomo, y
un embriagante perfume a jazmines lo ataco en cuanto puso un pie en la alcoba.
Esa alcoba parecía un claro, en un bosque cargado de oscuridad… un claro que
sólo dejaba filtrar la luz del sol, cuando ella estaba ahí, sentada en el
tocador, cepillando, su Castaña cabellera, que observándola desde algunos
ángulos, y de acuerdo a como le daba la luz, dejaba ver algunos destellos
dorados. Eso lo descubrió una mañana… una vez que ella se hubiera dormido,
después de una agotadora noche. La luz del sol se filtraba por la ventana,
dando de lleno en su cabello. Se quedaba ahí, un rato observándola, su rostro
tranquilo… su respiración pausada. Sus largas pestañas, que acariciaban casi
sus mejillas… La graciosa forma de fruncir la nariz, cuando él la acariciaba.
Adoraba a esa mujer… mas cuando podía observarla embelesado, cuando ella nunca
se diera cuenta que la miraba con amor. Se acercó a la pequeña cama. Las
sábanas de algodón... las mas simples, en donde se enredaban una y todas las
noches posteriores a la pelea del abrigo de piel. Algunas veces trataba de
vencer la tentación de sentir esa piel tan suave, entre las sabanas de seda de
su cama, en su habitación… Su rojo pelo y su piel tan pálida, contrastando con
el negro brillo de sus sábanas… Sintió su piel erizarse. Suspiro unos instantes
tratando de serenarse… salió de ese cuarto y bajó las escaleras. En la sala
estaba Dobby y Winky esperándolo.
- ¡Mi señor… usted aquí tan
temprano!
- Yo… tuve un inconveniente. –
tomó su abrigo – Dobby…
- Mande usted…
- La señora…
- Dijo que vendría temprano…
salió con la señora Weaslibi….
- Demi.
- Salieron por las compras de
Navidad…
- Bien…
- ¿El señor vino en coche?
- No… solo me aparecí…
- Desea algo de especial para
esta noche – Nick sonrió. Lo especial que esperaba para esa noche, de seguro no
se lo daría el elfo.
- Me gustaría que cenáramos
cordero al horno…
- Sus deseos son órdenes… -
dijo el elfo y desapareció junto a la elfina, por el pasillo, hacia las
cocinas.
- Ay, Dobby… - suspiró – si Miley
pensara igual que tu… - y de un movimiento de su larga capa, desapareció.
Cuando la puerta de la cámara
786, se abrió, Miley tuvo que entornar los ojos por el brillo que los galeones
irradiaban dentro del inmenso habitáculo. Montañas de monedas de todos los
metales, llegaban hasta el techo de la cámara. Miley pensó que con solo la
décima parte de lo que allí Nick tenía, podría haber pagado el tratamiento de
sus padres. Demi resopló asombrada, a su lado. Miley miró a su amiga, que tenía
los ojos bien abiertos, como si no creyera lo que estaba viendo. Fue cuando
recordó las palabras de Nicole Anderson , esas que la catalogaban de "poca
cosa" por sus ropas, y que pronto Nick se cansaría de ella. Se apoyó en
una de las paredes de la cámara, siendo observaba por el duende. Demi se acercó
preocupada.
- ¿Te encuentras bien? – le preguntó.
- ¡Merlín! – dijo al cabo de
unos instantes – yo solo quería mis setenta galeones… - Demi, lanzó una risita
tonta.
- Pues creo que Nick entendió
mal - Miley la miró – Debe haber al menos diez millones…
- Nicole tiene razón – dijo
cortándola.
- ¿Que?
- Esa estupida… tiene razón -
bajó la mirada a su sencillo vestuario – ¿te fijaste en la ropa fina que
llevaba, su cabello, bien arreglado, y su cara tan… perfecta a causa de todo
ese maquillaje?
- Pero… a pesar de que la mona
se vista de seda…
- Lo se, pero eso no quita que
se vista bien, que use perfumes caros… y que se maquille y peine como…
- ¿Que te sucede? – dijo Demi–
nunca has sido insegura con tus cosas Miley…
- Los hombres importantes como Nick,
se ven atraídos como moscas a la miel, por esa clase de mujeres…
- ¿Y cual es el punto?, al Nick
que yo conozco, te aseguro que esos detalles no le interesan, Miley.
- Pero ahora es distinto… Ya no
es el mismo Nick de antes, Demi – dijo mirando esa montaña de dinero – Nick es…
tiene otros roces sociales y yo… bueno, no sé… Mírame, me visto tan…
- Te vistes como una persona
normal que trabaja por su dinero – dijo ella enojada – y no como Nicole que
solo tiene que pasar por la cama de Nick o de cualquier otro tipo, y luego
recibir una bolsa de oro.
- Yo no quiero ser una mujer
que se viste vulgar… quiero ser digna de… - la miró. Demi sonrió.
- Si eso quisieras – dijo
agachándose y tomando una cuantiosa cantidad de galeones – podemos ir al
Londres muggle, y visitar algunas tiendas exclusivas – dijo mirándola con
picardía.
- ¿Tu crees? – dijo Miley
sonriendo al fin – ¿no se enojará Nick?
- ¿Que te dijo cuando te dio la
llave?
- Que dispusiera del dinero
como quisiese.
- Bien… ya tienes la respuesta
– dijo metiendo los galeones en una bolsa – Vamos cambiaremos estos por Libras…
ya veras que esa Nicole no tendrá que decirte nunca mas…
- Lo hago por mí… – dijo
agachándose y tomando el doble de monedas, que recogiera su amiga – de todas
maneras es mi dinero. – y sonrientes salieron dispuestas a pasar toda una
jornada en las tiendas.
Al mediodía, estaban sentadas
en una de las mesas del Caldero Chorreante, con una gran cantidad de bolsas y
cajas. Miley estaba exultante, y su sonrisa le iluminaba el rostro. Luego de
salir del banco, las dos se encaminaron hacia el centro de la ciudad, y lo
primero que hicieron fue ir a un salón de belleza, donde les retocaron las
uñas, y les arreglaron el cabello. Rieron a carcajadas cuando al salir, el
cabello de Miley llamaba más la atención que de costumbre, cuando su pelo,
irradiaba un color parecido al del sol cuando despunta al alba. Después fueron
a Harrod's, y visitaron todas y cada una de las tiendas de departamentos…
compraron zapatos, carteras, de diferentes tamaños y materiales, botas,
sandalias; y un sin fin de prendas de vestir de grandes modistos, no solo
ingleses, sino también franceses e italianos. Miley se aventuró y compró
también, un teléfono móvil.
Ahora ya cansadas, estaban
tratando de ordenar todos los paquetes, y regalos que habían comprado. Tom, el
tabernero del Caldero Chorreante, se acercó con el menú y dos cervezas de
mantequilla que las muchachas le agradecieron fervorosamente. Después de pedir
la orden, y quedar solas en la mesa, Demi miró a su amiga que miraba un paquete
en especial.
- No te preocupes – Miley la
miró – a él le gustarán…
- Tu crees?
- Definitivamente – tomo un
trago de cerveza - me muero de hambre… hacia tiempo que no salía de compras de
esta manera
- Dímelo a mi – dijo sonriendo
– la mayoría de las veces que salíamos con mamá a comprar ropa, siempre
llegábamos a las tiendas de segunda mano… - miró con nostalgia hacia la pared
de la taberna, recordando épocas pasadas – pero así y todo disfrutábamos hacerlo
juntas – Demi le tomó la mano
- Ya verás que pronto volverás
a hacerlo… - ella asintió, y levantó la botella de cerveza como para brindar –
porque todo se dé cómo lo esperamos – Demi chocó la botella con la suya.
- Porque así sea – bebieron un
sorbo de cerveza – ¡Me encantó pasar el día de compras, y contigo!! Usualmente,
tengo que soportar los rezongos de Joe , porque compro una prenda que para él es
un gasto inútil.
- Si, eso dice cuando tiene que
pagar, porque cuando te ve vestida con esa prenda…
- Y más si es ropa interior… -
dijo con picardía.
- Eres imposible…
- Acaso Nick no…
- Demi… - dijo metiéndose la
botella a la boca y tomando un trago de cerveza para no contestar.
- De seguro, no duras ni dos
segundos con la prenda en cuestión – Miley sintió ahogarse, y no tuvo mas
remedio que escupir la cerveza, mientras Demi, se mataba de la risa. – Anda,
cuéntame… ¿se entusiasma con tu ropa interior?
- Basta ya – dijo dándole un
golpe en el brazo – pero si te interesa saberlo…, solo basta con que observes
la cantidad de prendas que compre, para reemplazar las anteriores…
- ¿Por que?
- Es… demasiado efusivo con mi
ropa interior – miró a su amiga que abría los ojos sin poder creer lo que
escuchaba – las rompe en dos segundos – rieron a mas no poder, de la situación,
siendo observadas como dos desquiciadas, por la gente que habia en la taberna.
- La he pasado tan bien contigo
Miley. No recuerdo haberme divertido tanto, alguna vez, cuando salía de
compras…
- Yo tampoco – dijo Miley –
pero aun no termina nuestra odisea… - Demi la miró – quiero ir a ver a mis
padres…
- Si, ya lo habíamos pensado.
- Pero quiero llevarle un
regalo a ellos… Nick le lleva revistas a papá – dijo sonriente – y a mamá,
chocolates de Honeydukes, la tienda de Hogsmeade…
- Y tú quieres…
- Ir a Hogsmeade a comprarlos…
- Pero…
- Anda solo nos costará un
revuelo de capa… destino,
decisión desenvoltura…
- Las tres D – dijo sonriendo
su amiga.
- ¿Que dices, te animas?
- Está bien… - Miley acercó uno
de los paquetes que tenía cerca, y sacó de allí su nuevo teléfono móvil –
¿Sabes cómo usarlo?
- El dependiente me indicó un
par de cosas… pero ya habíamos tomado un curso en el ministerio acerca de este
fantástico medio de comunicación.
- Es solo un teléfono – dijo Demi
torciendo los ojos.
- Lo sé, pero no deja de ser
fantástico – Sacó de su cartera un papelito.
- Y eso…
- Bueno, Remus una vez me dio
el teléfono de la oficina de Nick… y este de aquí es el de su teléfono móvil…
solo Remus lo tiene…
- Y ahora tu.
- Si, Remus dijo que era de
vital importancia que yo lo tuviera.
- ¿Y que vas a hacer?
- Voy a llamar a Nick, para
contarle que ya tengo teléfono y que voy a ir a ver a mis padres…
- ¿Que?
- Que voy a llamar a mi esposo…
- marcó el número de teléfono y esperó. Después de sonar al menos cinco veces,
alguien respondió.
- ¿Bueno?
- Eh….
- ¿Quien le dio este número de
teléfono¿Y quien demonios es el que me molesta en horas de trabajo? – rugió
desde el otro lado del auricular.
- ¿Nick? – preguntó, con voz
temblorosa.
- ¿Miley? – preguntó
sorprendido.
- Si…. Soy yo.
- ¿Cómo sabes…?
- Remus me dio el número de tu
teléfono personal¿no te molesta?
- ¿Que estás haciendo ratita?
- Yo… estoy en el Caldero
Chorreante con Demi… estuvimos haciendo las compras de Navidad.
- ¿Pudiste sacar tu cuantiosa
suma de dinero de Gringots? – preguntó burlón.
- Yo… saque un poco mas¿no te
molesta verdad?
- ¿Vaciaste la cámara? – dijo
divertido.
- ¡No¿Como crees? Solo saque
unos galeones mas¡pero te juro que luego lo devuelvo!
- No hace falta, te lo dije, es
tuyo… además, con lo que hiciste en esta oficina, creo que te lo has ganado…
- Yo te llamaba para contarte
que me compré un teléfono…
- Bien…
- Y algo de ropa…
- Okay… ¿Irás a casa temprano?
- Antes de las seis. Quiero ir
a ver a mis padres… - silencio del otro lado de la línea – ¿Nick?
- Quiero que llegues temprano…
tengo ganas de seguir la amena charla, que comenzamos esta mañana. – Demi vió
que Miley se sonrojaba furiosamente.
- Estaré temprano.
- Adiós ratita… -y cortaron.
- ¿Y bien… – dijo Demi – se
enojo?
- No – dijo cerrando el celular
y guardándolo en la cartera.
- Que suerte que tienes – dijo Demi
risueña – Joe me gritaría dos meses si, llego a gastar un galeón. – Miró a su
amiga, que no le contestó, y para peor, tenia la cara pálida, como si hubiera
visto un fantasma, a sus espaldas. Demi no comprendió el por que de ese cambio
tan repentino en Miley, hasta que se dio vuelta y lo vio. Caminando decidido,
se acercaba a la mesa nada más y nada menos que Liam Hemsworth . Su cuerpo ya
no lucia tan espectacular como antes. Estaba mas delgado y su antigua piel
pálida, habia cambiado tornándose mas rosada, seguramente a causa del sol
caribeño. Demi miró a Miley que no le quitaba los ojos de encima al joven.
- Liam – solo pudo gesticular Miley,
cuando el joven se detuvo frente a ellas, sin quitar la mirada de la Castaña .
- ¿Cómo estas Ginevra – dijo
serio – podemos hablar? – Miley se altero. Sabía que si decía que si, tendría
problemas con Nick. Tembló al saber que los detectives que la perseguían le
irían con el cuento de su encuentro con su antiguo novio. Pero aun así, tenia
que hablar con él, se lo debía, por tantos años juntos. Suspiro y asintió.
- Demi – dijo Liam – ¿Podrías dejarnos
a solas? – Demi miró a su amiga.
- Está bien Demi – dijo
recuperando el habla.
- Yo... – dijo levantándose –
Estaré cerca de la barra, por si me necesitas… - dijo mirándola intensamente, a
lo que Miley agradeció con una sonrisa. Demi se levantó y fue al encuentro de
Tom.
- Siéntate Liam – dijo ella tranquila – Creo que llegó el momento
de darte la explicación que te mereces….
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