La fuerza de voluntad y
resistencia de aquel hombre la maravillaban. Sin desanimarse, volvió a hundir
el dedo en la bebida y le frotó el labio inferior con la crema.
—En ese caso, deja que lo pruebe yo en ti —susurró, y sujetándole la
mandíbula entre las palmas, tiró de él hacia su boca y le lamió lentamente el
sabor dulce que impregnaba su pura esencia masculina.
Sintió cómo se estremecía y cómo perdía ligeramente el control, y siguió
provocándolo con la lengua y los dientes, liberando un poder femenino que nunca
había creído poseer. Quizá se debiera a que estaba con el hombre adecuado; un
hombre que la hacía sentirse libre, segura e incluso agresiva.
En aquel rincón tenuemente iluminado gozaban de cierta intimidad, aunque
a nadie le importaba lo que estuvieran haciendo. Otras muchas parejas estaban
haciendo lo mismo. Ella había salido con nick aquella noche para poner a
prueba su sensualidad y seducirlo en un sitio donde nadie la conociera. Aquella
idea le resultaba más embriagadora que la bebida que acababa de tomar.
Con una última lametada, apartó la boca y se pasó lentamente la lengua
por su propio labio inferior.
—Eso sí que ha sido fuerte.
Los ojos de nick ardían intensamente, abrasándola de la cabeza a los
pies. El calor de la bebida alcohólica le recorría las venas, concentrándose en
su vientre, y el ritmo trepidante de la música le provocaba unas palpitaciones
en la parte inferior de su cuerpo, incrementando la sensación de libertad que
traía aquel fin de semana.
Miró a las otras parejas que disfrutaban de la música y de repente quiso
estar en medio de todo.
—Vamos a bailar —dijo con entusiasmo, y él no se negó. El tiempo pasaba muy rápidamente, y miley no recordaba habérselo pasado
nunca mejor que en aquella discoteca, provocando a nick y bailando con él.
La vibrante tensión sexual crecía entre ellos con cada roce de sus cuerpos, con
cada mirada, con cada insinuación…
Aquélla era la seducción que tanto había anhelado.
Sedienta por el baile, pidió un Garganta Profunda, un chupito de vodka,
Kahlua y nata montada. Siguió el consejo del barman y lo apuró de un solo
trago. nick la contemplaba divertido, y miley pensó por un momento en lo
horrorizado que se quedaría Brent si la viera.
Dejó el vaso y besó a nick en los labios, ajena a todo salvo al
tiempo que tenían para estar juntos. Se negaba a permitir que los pensamientos
sobre Brent arruinaran aquella noche tan fabulosa.
Una hora más tarde tuvo que ir al servicio. Al regresar no vio a nick donde lo había dejado, junto a la barra, y lo buscó por todas partes, sin
éxito. Sentía curiosidad por la última bebida que le había recomendado la
camarera, así que volvió al bar y pidió un Sexo Oral, sin poder reprimir una
risita nerviosa al formular una petición tan atrevida en voz alta. La deliciosa
mezcla de vodca, licor de café y nata se deslizó por su garganta, estimulando
aún más su desinhibición.
Cuando un tipo de aspecto agradable la invitó a bailar, se sintió
halagada por el interés que reflejaba su mirada y se preguntó qué daño podría
hacer disfrutar de la compañía de otro hombro por unos minutos.
Lo siguió a la pista de baile, donde la gente daba vueltas al ritmo que retumbaba por los altavoces. Las copas que había
consumido relajaban su cuerpo y su mente, permitiéndole disfrutar del momento y
moverse al ritmo provocativo de la música.
nick miró una vez más hacia el aseo de señoras, convencido de que no
había visto salir a miley mientras otra mujer intentaba convencerlo para pasar
un buen rato. Había olvidado lo implacables que podían ser los ligones en una
discoteca, y eso hizo que se preocupara por miley.
A pesar de lo desenvuelta y desvergonzada que se había mostrado con él
en las últimas horas, no tenía experiencia para enfrentarse a esos buitres
desalmados que podían ver a la mujer ingenua que se ocultaba bajo el
provocativo vestido. Si a eso se le añadían unas cuantas copas, miley era el
blanco perfecto para que cualquiera se aprovechase de ella.
Se le hizo un nudo en el estómago, y supo que nunca se perdonaría si
algo le ocurriera. Ni tampoco lo perdonaría su hermano, pensó con una mueca. Si
John descubría que había introducido a su hermana en la indecencia y la
obscenidad, no sólo se llevaría una gran decepción, sino que se pondría loco de
furia.
nick continuó buscándola por la discoteca, y finalmente se enteró por
el barman de que se había tomado un Sexo Oral y que se había ido a bailar con
otro hombre. Aunque el barman se lo dijo en tono jocoso, a nick no le
hicieron ninguna gracia las connotaciones sexuales, y desde luego no le gustó
nada que miley se hubiera marchado tan fácilmente con otro hombre.
Minutos más tarde, mientras una canción daba paso a otra, encontró
finalmente a miley en medio de la pista de baile. Tenía el rostro encendido y
los ojos brillantes. Una ligera capa de sudor relucía en su cuello y en el
pecho, los mechones mojados se le pegaban a las sienes y estaba riendo con un
tipo atractivo que parecía completamente colado por ella. nick no estaba
preparado para la punzada de celos que lo traspasó, pero no se molestó en
reprimir esa ola abrasadora y posesiva que lo inundó mientras avanzaba hacia
miley y su ligue temporal. Se colocó entre ellos y la sonrisa de miley se ensanchó
nada más verlo.
—¡nick! —exclamó—. Me preguntaba dónde te habías metido.
—Eso mismo me preguntaba yo, cariño —repuso él, y miró a su acompañante,
que no parecía en absoluto sorprendido por su intromisión—. Lo siento, amigo,
pero está conmigo.
Una sonrisa irónica curvó los labios del hombre.
—Sí, me dijo que había venido con otra persona, pero tenía la esperanza
de que te olvidaras de ella y me tocara un golpe de suerte.
nick apretó la mandíbula, aunque no podía culpar a aquel tipo por
admitir su interés por miley.
—Ni lo sueñes. Es mía y no la comparto con nadie.
El hombre se retiró cortésmente y abandonó la pista de baile en busca de otra mujer disponible. miley siguió contoneándose provocativamente al ritmo de la música y se acercó a nick para susurrarle algo al oído.
—Me gusta que seas así de macho.
Él respondió con un gruñido. Nunca en toda su vida se había comportado de aquel modo delante de una mujer. Pero
entonces soltó un gemido cuando ella se dio la vuelta y le rozó la ingle con el
trasero. Tuvo una erección instantánea, y antes de que ella pudiera girarse de
nuevo, le rodeó la cintura con un brazo y extendió la palma sobre su vientre,
apretándola contra él hasta que su apetecible trasero se alineó con su pecho,
estómago y muslos.
Inmerso en la marea humana que ondulaba en la pista de baile, siguió los
movimientos de miley y pegó las caderas a las suyas, haciéndole sentir hasta el
último centímetro de su erección. Tener el pene erecto apretado contra su
trasero era una tortura deliciosa.
Ella lo miró por encima del hombro. Los ojos le rebosaban de una energía
sexual que casi podía tocarse. Con el brazo rodeándole firmemente la cintura
nick podía sentir su respiración acelerada, cómo crecía la necesidad en su
interior, tan fuerte e innegable como la música que los rodeaba. Ella le agarró
la mano libre y, lentamente, llevó la palma hasta su muslo desnudo, bajo el
borde del vestido, hasta que los dedos tocaron la tela empapada de sus bragas.
Una llamarada de fuego líquido le abrasó las puntas de los dedos. miley estaba
tan excitada como él, quien instintivamente aumentó la presión, deslizando la
seda entre los labios hinchados de su sexo. Ella echó la cabeza hacia atrás,
con los ojos cerrados y la boca entreabierta, mientras su cuerpo entero se
estremecía pegado al de nick. Su orgasmo era inminente, y el movimiento
giratorio de sus caderas lo impelían a que le concediera la liberación
definitiva.
Pero entonces la locura del momento lo impactó con fuerza y lo devolvió de golpe a la realidad. Por lo visto, el
alcohol había barrido las inhibiciones de miley, y aunque él no deseaba otra
cosa que darle lo que su cuerpo pedía, no estaba dispuesto a que tuviera su
primer orgasmo en un lugar público.
Aquélla era una fantasía que no tenía intención de compartir con nadie.
Masculló en voz baja y la agarró de la muñeca.
—Vámonos de aquí —gruñó, y tiró de ella nacía la salida sin darle
oportunidad a negarse.
Aunque no creía que miley fuera a protestar. Un vistazo fugaz a su
sonrisa le dijo que estaba tan ansiosa como él por estar a solas y culminar la
seducción que flotaba tácitamente entre ellos.
El camino de regreso al apartamento
de miley fue tan enloquecedor como el baile erótico en la discoteca. miley no
podía mantener quietas las manos ni la boca, y mientras nick aferraba
fuertemente el volante, ella se inclinó hacia él y le lamió y mordisqueó el
cuello de la forma más tentadora posible.
nick sintió su cálido y dulce
aliento cuando le dio un beso húmedo en la comisura de los labios, mientras sus
dedos intentaban desabotonarle la camisa. Una vez que lo consiguió, deslizó la
mano y le acarició el pecho desnudo, tocándole los pezones endurecidos y
bajando la palma hacia el abdomen. Los músculos de nick se contrajeron y
soltó un áspero gemido.
La mano de miley se detuvo.
—¿Puedo tocarte? —le preguntó con
inseguridad.
—Cariño, ya me estás tocando
—respondió él con una sonrisa.
—Quiero… —la voz se le quebró y tragó
saliva antes de intentarlo de nuevo con más determinación—. Quiero tocarte como
me tocaste tú a mí en la pista de baile.
A nick se le aceleró el pulso y la
sangre le palpitó en la ingle, reconociendo el placer inherente a la petición
de miley. Había accedido a enseñarle cómo satisfacer a un hombre, pero nunca
imaginó que su curiosidad afloraría mientras él intentaba conducir un coche.
Aun así, no podía negarse a su deseo, porque se moría por sentir las manos de
miley sobre él… por todo el cuerpo.
Le levantó la mano y le puso la palma
sobre el bulto de sus pantalones, haciéndole cerrar los dedos alrededor de su
erección.
—Esto es lo que me haces —dijo.
Quería asegurarse de que miley fuera consciente del efecto que ejercía sobre
él.
Ella lo miró a los ojos absolutamente
fascinada. nick tuvo que devolver la vista a la carretera, pero aquel atisbo
de embelesamiento estuvo a punto de acabar con él, así como el apretón
vacilante que miley le dio en la entrepierna. Al principio parecía insegura,
pero sólo hizo falta un gemido bajo y alentador de nick para animarla a ser
más decidida… y acariciarle la rígida erección en toda su longitud con la
palma, aprendiendo el tamaño y la forma del miembro viril confinado en el
pantalón.
Cuando llegaron a su destino, a
nick le hervía la sangre en las venas, respiraba con rapidez y estaba a
punto de explotar. Apagó el motor, retiró la mano de miley de su regazo y la
miró a los ojos.
La luna llena brillaba en el cielo
nocturno e iluminaba el interior del vehículo, tiñendo los cabellos de
miley de una tonalidad plateada y perfilando su rostro con un halo angelical.
Salvo que en aquel preciso instante no parecía en absoluto un ángel. Tenía los
labios mojados y ligeramente separados, sus ojos ardían de inagotable lujuria y
su expresión anhelante lo estaba matando de deseo.
La chica modesta y conservadora a la
que había conocido durante años se había transformado en una mujer cuyo único
propósito era derribar sus defensas. ¡Y casi lo había conseguido!
—¿Quieres subir? —le preguntó ella
con voz ronca y sensual.
nick le había prometido un fin de
semana lleno de pasión y seducción sin límites, pero deseaba que miley recordara de modo especial la primera vez que hicieran el amor, y por tanto no
estaba dispuesto a aprovecharse de su estado ebrio. Sin embargo, había otras
muchas lecciones que impartir y que no incluían la consumación del acto sexual.
Además, tenían que acabar lo que ella había empezado en la pista de baile. Al
menos podría aliviar el deseo que miley estaba conteniendo. En cuanto a él,
tendría que consolarse en solitario más tarde.
—Sí, subiré contigo —dijo, y se
abrochó la camisa antes de salir del coche.
Una
vez que entraron en el apartamento y cerraron la puerta, miley encendió la
lámpara del salón y se quitó las sandalias.
1 comentario:
ME ENCANTA ME ENCANTA Y ME RE ENCANTAAAAAAAAAAAAA!!!!!! QUIERO EL OTRO YA JAJAJA YA SE QUE LO SUBISTE ASI QUE YA MISMO ME IRE A LEER, ME ENCANTO NILEY EN EL AUTO Y AL FINAL DE LA DISCOTECA CUANDO EL LA TOCA JSJSJAJAJAJAJAJA ME MUEROOOOOOO!
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