Durante
tu embarazo y su nacimiento, pero principalmente porque has tenido que hacer
todo esto tú sola y eso no es justo.
―Deja
de castigarte. Miremos hacia adelante, no hacia atrás.
―Muy
bien. Eso significa…
Un
reflejo enceguecedor de focos delanteros brilló en la ventana detrás de nick.
Miley miró por encima de su hombro. Un coche se detuvo en la cerca exterior y
apagó las luces.
―¿Qué
diablos?
―¿Qué?
―¿Quién
vino de visita a las diez de la noche? ¿Estabas esperando a alguien?
―No.
―No
me gusta esto. En absoluto. ―Ella
se apresuró a salir de la casa y había llegado hasta la mitad del camino de
acceso, cuándo la puerta trasera del coche se abrió. El tintineo de las
botellas de vidrio golpeando rocas llegó hasta a ella.
―¡Ey!
¿Qué estás haciendo? ―comenzó
a correr―.
¡Ésta es una propiedad privada!
El
coche dio marcha atrás, pasando muy cerca de la valla. El motor aceleró, agua
embarrada y grava la salpicaron desde la cabeza hasta los pies desnudos cuando
el vehículo coleteó bajando por el camino y perdiéndose de vista.
―¡Maldición!
Una
mano grande se apoyó en su hombro y la hizo girar alrededor.
―¿Qué
diablos piensas que estás haciendo?
―¿No
viste ese coche? Estaban tirando basura y quién sabe qué más.
―¿Y
tú corriste hasta aquí para enfrentarlos?
―Estaban
entrando por la fuerza. ¿Y si hubieran intentado forzar la entrada de la
planta? ¿O intentado echar algo tóxico? Eso me costaría miles de dólares en
costos de desinfección.
―Jesucristo,
miley, ¿y si hubieran sacado un arma de fuego y te hubieran disparado?
Ella
se quedó completamente inmóvil.
―Capturar
a un par de niños menores de edad por beber no es digno de tu tiempo y seguro
como el infierno que no vale tu vida.
―Yo…
―Nunca vuelvas a hacer algo
así otra vez, ¿me oyes?
Sintiéndose
como una idiota, Miley se retorció para liberarse de su agarre y corrió de
regreso a la casa. Había llegado a la diminuta franja de hierba delante del
porche, cuando otra vez, fue sacudida con fuerza alrededor. Esta vez nick la
arrastró de sus pies.
―Suéltame.
―No
hasta que me respondas. ¿Nunca más vas a correr riesgos como ese, entiendes? ―la
sacudió un poco―.
¿Tienes alguna idea de lo que me produce el pensamiento de que pueda pasarte
algo?
Ella
susurró:
―No.
―Me
desgarra por completo.
―nick.
―No
lo hagas. Simplemente no lo hagas. ―La arrastró dentro de sus brazos y la
sostuvo tan apretadamente que ella no podía respirar. Besó la parte superior de
su cabeza mientras murmuraba en su pelo mojado. Su boca le rozó la frente. La
sien. La mejilla. Pero cuando llegó a los labios, su boca no rozó, la devoró.
Miley le devolvió el beso ferozmente. Con necesidad. Frustración. Cada emoción
negativa alimentando su pasión. Prendiendo fuego su urgencia.
Nick la soltó. Le sacó bruscamente la camiseta sobre su cabeza. Le arrastró los
pantalones cortos hacia abajo de sus piernas. Se arrancó sus propias ropas.
―Justo
así. Sucia, enojada y mojada. ―Él
no esperó su respuesta. Medio cayeron al suelo empapado salpicándose.
Bajo
el aguacero de la lluvia fría, miley juró que ella podía ver vapor
desprendiéndose de sus cuerpos calientes. nick le aprisionó las manos por
encima de su cabeza. Ella estaba perdida para cualquier tipo de realidad más
allá de su sólido peso presionando sobre ella. Gritó cuando su boca se conectó
a un pezón y lo chupó con la fuerza suficiente para tocar la parte trasera de
su garganta.
miley decía:
―Por
Favor, por favor, por favor, ―y
él le engancho los tobillos en la parte baja de su espalda, bombeándole las
caderas para apremiarlas más alto.
La
cabeza resbaladiza de su polla se deslizó sobre su clítoris y entonces toda esa
rígida gruesa masculinidad surgió dentro de ella.
Un
jadeante sollozo estalló de los pulmones de ella.
nick puso la boca en su oído.
―Quiero
oírte.
Miley sabía que ninguno de los dos duraría mucho tiempo, era demasiado intenso. La
necesidad demasiado urgente. Ella deseaba esa corriente orgásmica, ardía por
ello. Se arqueó y corcoveó y se sacudió en contra de su agresivo cuerpo
demandante.
―Más.
nick, por favor.
Su
polla taladró dentro de ella. Duro. Rápido. Profundo. El agua chapoteaba
alrededor de ellos.
Él
gruñó:
―Déjame
oírte. Grita para mí.
Eso
lo hizo. La apretada espiral se desentrañó. Ella gritó hasta que cada pulsación
palpitante se atenuó para ser nada más que un latido monótono. Pestañeó para
alejar el agua de lluvia y abrió los ojos, para ver a nick mirándola.
―Dios.
miley. Yo… ―Su
cuerpo entero se convulsionó mientras se corría con un rugido. Luego, él enterró
la cara en su cuello aún mientras todavía temblaba.
La
lluvia caía incesantemente. Era asombrosamente tranquilizador, en la secuela de
semejante tormenta emocional, oír las gotitas de agua produciendo un sonido
metálico sobre el canal del desagüe. Oler la tierra árida debajo de ellos
absorbiendo cada gota de humedad. Sentir los ásperos dedos de nick rodeando sus
muñecas. Sentirlo caliente y duro dentro de ella. Escuchar la dificultosa
respiración regresar a su ritmo normal.
1 comentario:
siguelaaa porntoo porfas
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