jueves, 12 de abril de 2012

Almost lover-capitulo-3





Como amigos habían hablado de muchos temas pero nunca de nada tan íntimo como su vida sexual Aun así, no había dejado de pensar en ella ni en los hombres con los que salía, como aquel tipo con pinta de ejecutivo al que veía en la actualidad.
—¿Por qué no le pides a Brent que te ayude en tu… búsqueda?
Por primera vez desde que le hiciera aquella proposición, Miley apartó la mirada. Pero a los pocos segundos volvió a mirarlo a los ojos, más decidida que antes.
—Porque, sinceramente, no sirve para ello, y porque no tiene tu misma reputación.
Nick arqueó una ceja. La respuesta de Mileyi le recordó al joven desaliñado e inseguro que una vez fue y que seguramente siempre sería en el fondo, a pesar de la fachada de aplomo y seguridad que había construido en torno a sí mismo a lo largo de los años.
—Ahh ¿así que prefieres aprender de un chico malo de los bajos fondos? —le preguntó con sorna. Miley no sería la primera mujer que quisiera tener una aventura con alguien así.
Ella pareció asustarse por la dureza de su tono, pero enseguida se recuperó.
—No quiero decir eso, y sabes muy bien que nunca he tenido esa imagen de ti —le dijo con firmeza.
Nick no podía discutírselo, porque ella había sido una de las pocas personas en su vida que lo habían aceptado tal cual era… antes de convertirse en un próspero hombre de negocios.
—En cuanto a tu reputación —siguió ella—, has estado con muchas mujeres, por lo que creo que tienes mucha experiencia en ese campo.
Nick tuvo que tragarse un bufido sarcástico por el halago inmerecido. No había estado con muchas mujeres. Sólo se había acostado con media docena, y con la edad se había vuelto aún más exigente. No, no podía colgarse la etiqueta de donjuán.
Alargó un brazo y le acarició la mejilla con el dorso de la mano. Vio cómo le ardían los ojos por el tacto, y una parte de él agradeció saber que aunque ella pudiera cuestionar su propia capacidad para responder a otros hombres, era evidente que se mostraba increíblemente sensible con él.


—Cariño —murmuró con voz ronca—, no sé cómo son los otros hombres ni lo que los excita. Sólo sé cómo soy yo.
—Eso me basta —dijo ella sin aliento. Los pechos le oscilaban por la respiración acelerada—. Te estoy pidiendo que hagas esto por mí, conmigo, porque confío en ti para que me lo enseñes todo, desde lo más básico hasta lo más erótico, y para que esto quede entre nosotros. Lo único que quiero, lo único que necesito de ti, es un fin de semana.
Le estaba ofreciendo dos noches de posibilidades infinitas. A juzgar por las apariencias, Brent no le estaba dedicando la atención que ella necesitaba para satisfacer sus deseos más femeninos. De otro modo no estaría allí ahora, pidiéndole lecciones de seducción y apareamiento.
Lo tentaba como ninguna otra mujer, pero aun así consiguió mantener la suficiente decencia y cordura para intentar disuadirla.
—¿Y si digo que no?
Miley levantó el mentón en un gesto de orgullo y rebeldía que contrastaba fuertemente con su tolerante personalidad.
—En ese caso tendré que buscarme a otro que esté dispuesto a hacerlo.
nick reconocía un desafío en cuanto lo oía. Ella lo estaba provocando descaradamente para que aceptara el reto. Parecía totalmente decidida a llevar a cabo su plan, y la idea de que se buscara a otro hombre para hacerlo le provocó una descarga de celos que lo abrasó por dentro.
Y teniendo en cuenta lo atrevida y descarada que estaba siendo con él, no tenía ninguna duda de que acabaría encontrando a un hombre dispuesto a complacerla en sus demandas.
Quería hacer lo correcto, comportarse con la nobleza que esperaría de él la familia de Miley, pero no podía arrojarla en brazos de otro hombre cuando él mismo se moría por darle lo que buscaba. Aquella emoción posesoria que se retorcía en su garganta lo pilló por sorpresa.
Siempre había sido protector con Miley debido a su amistad y a la situación que existía con su hermano y su familia, pero aquella sensación era diferente… Era una necesidad íntimamente física de asumir la responsabilidad y enseñarle a Miley todo lo que quería aprender.
Sí, sería su amante de fin de semana. De aquel modo podría controlar la situación, mientras que no había manera de saber cómo se aprovecharía de ella cualquier desconocido. Si alguien iba a satisfacer su curiosidad sexual, sería él. Nadie más.
Podría tener a Miley por un solo fin de semana. Todas sus fantasías se harían realidad, y también las de ella. Un acuerdo íntimo y discreto, sin complicaciones ni expectativas. Tan sólo una aventura secreta de la que nadie más sabría nada.
Realmente era un acuerdo ideal.
La emoción recorrió sus venas. Se pasó los dedos por el pelo alborotado y le dio la respuesta que Miley había ido a buscar allí.
—Muy bien. Lo haré.
Ella soltó un suspiro de puro alivio.
—Gracias, Nick.
Parecía extremadamente complacida consigo misma, y los ojos le brillaban con pasión desatada. Nick se preguntó si sabría dónde se estaba metiendo, y decidió darle una última oportunidad para cambiar de idea antes de hacer algo de lo que pudiera arrepentirse. Se lo debía a ella y a él mismo.
Sí, ella confiaba en él, y Nick nunca haría algo que pudiera herirla. Pero si le demostraba exactamente lo exigente y agresivo que podía ser a la hora de conseguir lo que quería, tal vez ella se diera cuenta de lo peligroso que su plan podía ser para ambos.
—Ya que hemos llegado a un acuerdo, ¿estás lista para la primera lección? —le preguntó.
Mileyi se quedó atónita y echó un vistazo fugaz a la ventana que había detrás de Nick, con vistas al aparcamiento del edificio.
—¿Aquí? ¿Ahora?
Por lo visto, la aterraba la posibilidad de que la descubrieran. Estupendo. Nick estaba decidido a asustarla todavía más.
La acorraló contra la pared más cercana y colocó las manos a ambos lados de su cabeza, dejándola sin salida… a menos que ella le pidiera que la soltara.
Bajó la mirada a sus brillantes labios rosados y volvió a subirla lentamente hasta sus ojos.
—Claro. ¿Por qué no? —preguntó, arrastrando desvergonzadamente las palabras.
La emoción de lo prohibido destelló en los ojos de Miley.
—Sea cual sea la primera lección, estoy dispuesta —susurró, provocándolo con sus palabras y su impaciencia por explorarlo todo con él—. Vamos a ello.
—Sí, vamos —murmuró él. Inclinó la cabeza en busca de su boca y finalmente la besó… como había querido besarla durante lo que parecía una eternidad.

Miley había soñado con aquel momento durante años, pero ninguna de sus fantasías se acercaba ni remotamente a la realidad de aquel beso, de la boca de Nick contra la suya, de la presión de sus labios conminándola a separar los suyos para deslizar la lengua y saborearla. El beso fue ardiente, ávido y apasionadamente agresivo; todo lo contrario a los delicados preliminares caballerescos a los que Brent la tenía acostumbrada.
Nick no era un caballero a la hora de besar, y su respuesta la excitó más de lo que nada la hubiera excitado en su vida. Aquello era exactamente lo que anhelaba. Ser poseída por un hombre y experimentar la pasión en su forma más salvaje e indómita.
Un solo beso había bastado para que se sintiera viva, una mujer con deseos y necesidades. Y era maravilloso experimentar un arrebato instantáneo de lujuria por un hombre.
Pero por muy excitante que fuera aquel beso, no era suficiente. Ansiaba un contacto más íntimo, y no sólo en los labios. Las manos de Nick seguían firmemente apoyadas contra la pared, y al menos había seis centímetros de separación entre sus cuerpos. Adoptando el papel de mujer agresiva que pretendía ser aquel fin de semana, buscó remedio al problema para borrar cualquier resto de cohibición que pudiera quedar en él y hacerle saber que no quería el menor comedimiento entre ellos.
Bajó las manos hasta la cintura de sus vaqueros y, enganchando los dedos en el cinturón, tiró lenta e inexorablemente de él hasta que sus curvas femeninas se amoldaron a los recios contornos masculinos. Sus caderas se encontraron, y la impresionante erección se apretó contra su vientre, sorprendiéndola muy agradablemente.
Saber que era ella la responsable de su excitación acrecentó su confianza y avivó aún más su deseo. Deslizó las manos hasta su trasero y aferró sus glúteos. Instintivamente se arqueó hacia él y frotó la pelvis contra la dura protuberancia de sus vaqueros, deleitándose con el gemido que retumbó en el pecho de Nick.
Él entrelazó los dedos en sus cabellos y le hizo ladear la cabeza para acoplar mejor sus bocas en aquel beso húmedo, ardiente y gloriosamente erótico. Con su mano libre le acarició la mandíbula y fue descendiendo, hasta que su pulgar encontró el pulso errático en la base del cuello. Pero no se detuvo allí, sino que le desabrochó el botón superior de la blusa y extendió la palma sobre la piel descubierta. Poco a poco fue bajando, a medida que la respiración de Miley se hacía más y más jadeante, y finalmente tuvo uno de sus pequeños pechos en la mano. La tela del sujetador era fina y ligera, y cuando él le acarició el pezón con el pulgar a través del encaje, ella se estremeció violentamente.
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Feliz cumpleaños Angie, espero que te la pases muy linda este dia y te quiero amix y hoy te dare el regalo que me pedistes :)

4 comentarios:

MelodyJonasxsiempre dijo...

El maraton estuvo fantasrico y la nove esta mucho mejor me encanto!Besos y cuidate saris

amorciegoniley dijo...

awwww me encantoo siiguela siguela siguela

angela dijo...

aww amix no te hubieras molestado enserio aw wy video chat hoy ahhh sii

cecilia dijo...

BESO BESO BESO BESOOOOOOOOOOO, NILEY ♥ ME ENCANTAAA, QUE CAP AMIX, QUIERO VER EL QUE SIGUE, ME MATO, CADA VES ESTA MAS Y MAS BUENOO!! :D ME ENCANTAAAAAAA, TE QIEROO!