Este
era uno de los más perfectos momentos de vida de nick. La satisfacción lo
llenó, se acurrucó junto a miley mientras admiraban su creación.
Eliza
terminó el biberón y miley se la pasó a nick. Ella seguía completamente despierta
aún después de haber eructado.
―¿Qué
vamos a hacer contigo, niñita dulce? No vas a dormirte pronto, ¿verdad? ―Él
miró a miley―.
Si quieres cerrar los ojos la llevaré abajo y la mantendré entretenida hasta
que se quede dormida.
―No
estoy cansada. Tú eres el que tuvo un día arduo con todo ese enlace, cabalgata
y rodeo. Entendería si quieres descansar.
―Me
siento lleno de energía si quieres saber la verdad.
miley ruborizado.
―¿Podríamos
ver televisión o algo en la sala de estar?
La
mirada en la cara de miley indicaba que ella estaba pensando en ese “o algo”
como las actividades en las que ellos habían estado involucrados en el sofá
hacía un rato. Las ropas de ella aún estaban desparramadas por todas partes.
Las copas de vino estaban en la mesita de café. ¿Esos recuerdos la pondrían
incómoda? ¿O tendrían el efecto opuesto y la volverían loca por tenerlo otra
vez como él estaba loco por tenerla a ella?
Cuando
ella no contestó, él se levantó de la cama.
―Voy
a llevarla abajo. Duerme un poco.
―Espera.
Voy con vosotros, chicos. Bien podría escoger una película ya que tenemos esa
TV de pantalla ridículamente grande. Haré palomitas de maíz.
Nosotros.
nick amó el sonido de eso. Se inclinó y le dio un beso honesto en la boca.
―Suena
como a un plan.
La
familia Jonas era apabullante, y eso diciendo poco. Agrégale dos docenas o así
de tías, tíos y primos West, y miley no sabía si ella alguna vez recordaría el
nombre de alguien. No ayudaba que nick la hubiera abandonado.
Él prometió que regresaría. No te
abandonó, su romántico interior la corrigió.
Buen
Dios, con todas las voces en su cabeza reclamando su atención y dándole
consejo, su madre hubiese estado más acertada en llamarla Sybil, en lugar de miley.
Ya
bien avanzada la mañana estaba sorprendentemente frío para el comienzo de
septiembre. Ralas nubes blancas cubrían el gran cielo de Wyoming. El aroma del
humo de la barbacoa y el vaho ocasional del corral dominaba sobre el siempre
presente perfume a salvia.
miley cambió de posición en la mecedora de mimbre. Había tratado de esconderse en la
casa, pero Kimi insistió en instalarla debajo de una pequeña carpa blanca. Una
de las tres carpas necesarias para alojar el vasto número de familiares Jonas.
Grupos de personas llenaban las otras carpas. La que ella y Eliza habitaban
estaba desprovista de actividad y miley no sabía si estar agradecida o
avergonzada por ese hecho.
Las
herraduras tintinaron en el patio, compitiendo con el vibrante sonido de la
música country derivando de un equipo de sonido portátil. Los hombres gritaban,
las mujeres se reían, los bebés lloraban, las puertas golpeaban, los vehículos
zumbaban por el camino de acceso levantando una nube de polvo… miley peleaba
contra un ataque de pánico hecho y derecho.
Debería
haber traído a su hermana. Nadie notaría a otro cuerpo entre la multitud de
vaqueros y vaqueras. No obstante, con India siendo la reina del tatuaje y las
perforaciones, ella sobresaldría como un artista de circo.
Eliza
se puso fastidiosa. miley la acomodó para que yaciera a través de su regazo,
aflojando la manta para que no sufra calor. Cuando ella levantó la vista, un
niñito de unos cuatro años la miraba curiosamente. Cabello negro, vívidos ojos
azules. Su genética fue obvia.
―¿Qué
Jonas eres tú?
―Kyler.
¿Es realmente una chica?
―Real
y verdaderamente.
Él
observó a Eliza, prácticamente nariz con nariz.
―¿Así
que ella es mi prima? Porque nunca he tenido una prima antes.
―¿Cuántos
primos tienes?
―Aproximadamente
mil millones.
―¿De
verdad?
―Nah.
Sólo estoy bromeando. Thane y Gib son bebés. Bueno, Gib está caminando ahora
así es un poco guay, pero Thane no hace otra cosa que babear. Un poco aburrido
si me preguntas, y no veo la gran cosa acerca de los bebés. Y la abuela está
emocionada porque vamos a tener otro bebé en la familia,
―Creo
que todos los bebés son muy guays.
Él
se encogió de hombros.
―¿Sabes
que pienso que es guay?
―¿Qué?
―¿Los
caballos? ¿Tú tienes un caballo?
―No.
¿Y tú?
1 comentario:
ahh tenes que seguirla plissss
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