domingo, 15 de abril de 2012

Átame a ti - capitulo- 69




¿Qué clase de flor es esa?
Ella inhaló.
¿Cuál? ¿El débil aroma floral de las petunias? ¿La penetrante esencia picante de las caléndulas? ¿La suave dulzura de las arvejas dulces? ¿O el pesado perfume del clemátide?
¿Puedes encontrar las diferencias entre todos ellos? Eso es asombroso.
No realmente. Es a lo que me dedico. Apuesto a que si pasáramos por un campo con ganado tú me podrías decir de qué variedad es cada uno y de quién es la marca que llevan.
Probablemente. Y puedo decirte, que por la forma en el aire se siente y por el viento que se levantó, va a estar lloviendo dentro de poco tiempo.
Entonces probablemente sería mejor hacer esto antes de que nos empapemos. miley recogió su falda y balanceó una pierna sobre su regazo, montándolo a ahorcajadas, presionando el pecho en contra del de él y sus labios sobre su boca sorprendida.
No le tomó mucho tiempo a nick adaptarse al programa. No le tomó mucho tiempo intentar tomar el control, tampoco. Le palmeó el trasero en una señal para que se levantara. Se bajó bruscamente sus joggings y toda esa tersa dureza masculina presionó en contra de su barriga.
Ella se contoneó más cerca, demostrándole que no llevaba bragas.
Me gusta este pícaro lado tuyo. Tal vez debo insistir en alguna regla de no usar bragas, como la regla del nudismo.
Estoy en el juego. Especialmente desde que sé cuánto te gustan las faldas que uso. Cada vez que me veas te preguntarás si estoy llevando ropa interior.
Ella se tragó su gruñido de respuesta mientras las manos de él le ahuecaban la cara. Frotar su longitud en contra de su hendidura la puso lo suficiente mojada como para empujarlo adentro.
Jesús. Eso es siempre tan bueno.
miley hundió los dientes en su labio inferior y tiró con fuerza.
¿Ves? No estás tan cansado. Yo haré todo el trabajo. Tú sólo tienes que mantener el columpio en movimiento.
¿Pensé que dijiste sin juego de manos?
dijiste ningún juego de manos. Yo estuve de acuerdo en ser una dama. Y seré muy, muy amable, lo prometo.
Ella besó la fuerte línea de su mandíbula subiendo hasta su oreja.
Déjame sacudir tu mundo, nick, como tú sacudes el mío.
Y en medio del rechinamiento del columpio y la tormenta que se avecinaba ella hizo justamente eso.


Llovió todo el día. Ir a trabajar un martes lluvioso deprimía a todo el mundo en sus ocupaciones.
Pero era imposible estar deprimida cuando miley revivió la gloriosa mañana lluviosa con la llamada de nick. Besos prolongados y minuciosos. Las manos rugosas impartiendo caricias sobre su piel desnuda.
Sus cuerpos desnudos rodando y retorciéndose en una danza de amor sin prisas. Nick le rindió culto a sus pechos con los dedos, dientes y labios. Apretando, amamantando, mordiendo, arrastrando su barba matutina a través de las endurecidas puntas de sus pezones. Haciendo círculos de besos húmedos sobre cada hinchazón y curva hasta ella estuvo malditamente cerca de correrse sólo por el erótico calor de su boca.
Pero él no estaba ni cerca de hacerlo.
Nada era tan adorable como la maravillosa sensación de su lengua penetrando perezosamente en su coño en el pre-amanecer gris nuboso. Su sedoso cabello provocando en la parte interior de sus muslos como él lamía y chupaba la espesa crema que derramaba su sexo. Los dedos clavándose en sus nalgas mientras la condujo a un jadeante orgasmo dos veces, antes de suavemente hacerla girar sobre las sábanas de algodón.
Una brisa fresca flotó por la ventana, pesada con el oscuro perfume del suelo hidratado empapado por la lluvia. El aire húmedo sobrenadó sobre la piel caliente de miley, tan suave y bienvenido como los besos de nick.
Nick le estiró los brazos por encima de su cabeza y le subió las caderas, rastreando su lengua mojada hacia abajo de su columna vertebral, una vértebra a la vez. Esa traviesa y malvada lengua siguió su camino, entre sus mejillas, a través de su coxis, hasta la arrugada roseta. La punta de su lengua bromeó sobre los finos tejidos ricos en nervios, dibujando círculos más apretados, más húmedos, probando a su culo completamente. Él se había reído por su gemido de aprobación.
Luego nick ensanchó su posición y se elevó sobre sus rodillas detrás de ella, ajustándole la pelvis más arriba, a su altura y a su gusto.
Ningún empuje duro y rápido. Su entrada fue lenta y dulce. Una vez que su polla estuvo completamente asentada, él comenzó a empujar, una lenta retirada, un rápido movimiento de sus caderas y empujó esa gruesa polla dura hacia dentro profundamente otra vez.
Ella estaba apoyada sobre su lado izquierdo mirando hacia la ventana. Una suave corriente de aire arrastró los perfumes de la lluvia, las sábanas húmeda y el fuerte sudor masculino que empapaba a nick en un aroma intoxicante que la dejó mareada. Jadeante.
Él movió las manos hasta sus caderas para aferrar su culo. Separó las mejillas, descubriendo ese apretado pequeño agujero y susurró:
Obsérvame.
miley miró por encima de su hombro como él chupaba su dedo medio dentro de su boca, ahuecando sus mejillas. Lentamente lo sacó, mostrándole que estaba bueno y mojado. Entonces lo colocó contra su carne arrugada y lo deslizó dentro de su culo.
Oh. 

1 comentario:

amorciegoniley dijo...

ohh ya aporfas tienes que seguirla yaaaaa