sábado, 28 de abril de 2012

Take me along niley -capi -14


Era un modelo de belleza masculina, todo fibra y músculos. Tenía los bíceps flexionados, ya que estaba apoyado sobre los codos, y el deseo de acercarse para acariciarlos era tan fuerte que casi le dolía el cuerpo. No tenía la más mínima duda de que serían duros como una roca y tendrían la textura del satén.
Sus hombros eran increíblemente anchos y los músculos que sobresalían hablaban de su fuerza, rapidez y agilidad. Sus pectorales y sus brazos estaban igual de desarrollados y definidos.
Y su vientre… ¡Oh Señor! Esos abdominales habían sido creados para dejar un reguero de besos húmedos sobre ellos.
De forma inconsciente, su mirada se deslizó por la delgada línea de vello de color oscuro que comenzaba bajo su ombligo y descendía hasta desaparecer bajo los vaqueros. Por el tamaño del bulto que se apreciaba en los pantalones, miley podía afirmar que estaba generosamente dotado y que su interés hacia ella era más que evidente.
Y eso avivó aún más su deseo.
El color dorado de su piel desafiaba las ideas que tenía acerca de los de su especie. ¿Cómo era posible que un vampiro estuviera bronceado y su piel fuera tan incitante?
Pero más tentadora que la visión de los prominentes músculos, que pedían a gritos ser acariciados, era la multitud de cicatrices que lo cubrían. Daba la sensación de haber sido atacado por un tigre enorme, o de haber sido azotado con un látigo en algún momento de su vida.
O ambas cosas.
Jonas se echó hacia atrás cuando Tate se acercó y miley vio un pequeño símbolo que parecía haber sido grabado a fuego en su hombro izquierdo; un arco doble con una flecha. Se encogió mentalmente al imaginar lo mucho que le habría dolido y se preguntó si él lo habría consentido o si alguien lo había marcado en contra de su voluntad.
—Me da la sensación, por tus cicatrices, de que tus amigos vampiros no te cuidan demasiado bien —le dijo.
—¿Tú crees? —replicó él.
—¿Siempre es así de sarcástico? —preguntó miley, dirigiéndose a Tate.
—En realidad creo que contigo estaba siendo bastante agradable. —Tate estaba limpiando la horrible herida con alcohol. Preparaba la zona para inyectarle una dosis de anestesia local.
jonas lo cogió por la muñeca antes de que pudiera clavarle la aguja.
—No te molestes.
—¿Por qué? —le preguntó Tate con el ceño fruncido.
—No me hace efecto.
miley se quedó boquiabierta.
Tate alargó el brazo para coger el material necesario y comenzar a suturar.
—No puedes hacer eso —le dijo miley, interrumpiéndolo—. Lo va a sentir todo.
—Necesita que le cierre la herida —insistió Tate—. ¡Jesús! Si se le ven las costillas por el agujero.
—Sigue —le dijo jonas con una tranquilidad que dejó pasmada a miley.
Petrificada, observó cómo Tate comenzaba a coser y no pudo evitar hacer una mueca de dolor.
jonas mantuvo la mandíbula firmemente apretada y no dijo nada.
Ella siguió observando el proceso. Se le encogía el corazón al pensar en el dolor que debía estar sufriendo.
—¿No te duele? —le preguntó.
—No —le contestó él con los dientes apretados.
Ella sabía que estaba mintiendo; sólo había que fijarse en las venas que se marcaban en su cuello y en el modo en que apretaba los puños.
—Toma —le dijo, ofreciéndole de la mano—. Aprieta fuerte.
nick se quedó perplejo al sentir la suavidad de la mano de miley bajo la suya. No recordaba la última vez que alguien lo había tocado de aquel modo. Llevaba tanto tiempo siendo un Cazador Oscuro que había olvidado lo que era la delicadeza.

Tate actuaba movido por la gratitud y un cierto sentido de la obligación.
Pero ella…
No había ningún motivo para que le diera la mano. Apenas si le había dicho dos palabras civilizadas y, sin embargo, allí estaba, cerca de él cuando nadie más lo habría hecho. La situación empezaba a despertar extraños sentimientos en él. Le daban ganas de protegerla. Y sentía una enorme ternura.
Pero no era sólo eso, había mucho más; una simple caricia de miley lo abrasaba y le llegaba al corazón. Tragó saliva y se puso rígido. No podía dejar que se acercara demasiado. Miley era una criatura de luz y él procedía de las sombras.
Eran incompatibles.
—Dime, ¿cuánto tiempo hace que eres un vampiro? —preguntó ella.
—Ya te lo he dicho —le dijo él con la mandíbula apretada—, no soy un vampiro. Soy un Cazador Oscuro.
—¿Y cuál es la diferencia?
nick la miró con severidad.
—La diferencia está en que no tengo por norma asesinar humanos, pero, si no dejas de interrogarme, es posible que haga una excepción.
—Eres una insoportable Criatura de la Noche.
—Yo también te quiero.
Miley le soltó la mano.
—¡Ah, con que de eso se trata! —exclamó—. Sólo estaba tratando de consolarte. ¡No lo permita Dios! Deberías dejar que la gente fuese amable contigo de vez en cuando.
Irritada, se dio cuenta de que Tate la miraba sorprendido.
—¿No puedes cortarle el brazo, ya que estamos, para que pueda librarme de él?
Tate soltó un bufido.
—Podría hacerlo, pero creo que lo necesitará. Antes te lo cortaría a ti.
—¡Genial! ¿Pero qué eres tú, su Igor?
—Te has equivocado de película —la corrigió Tate—. Igor era el lacayo de Frankenstein. Te refieres a Rendfield. Y no, no soy Rendfield. Me llamo Tate Bennett; juez de primera instancia e instrucción de este distrito.
—Ya había imaginado lo de tu trabajo. Es bastante obvio, ya que estamos en un laboratorio muy frío, lleno de muertos.
Tate alzó una ceja.
—¿Y tú lo llamas sarcástico?
nick dio un respingo al sentir que Tate tiraba demasiado fuerte del hilo.
—Lo siento —se disculpó miley—. No lo distraeré más.
—Te lo agradecería.
Una vez que Tate hubo finalizado, nick volvió a colocarse la camisa y el abrigo. Se bajó de la camilla dejando escapar un imperceptible siseo, el único indicio de que le dolía el costado.
El busca de Tate comenzó a sonar.
—No tardaré. ¿Necesitáis algo, chicos?
—Estoy bien —le contestó nick—. Pero ella necesitará algo para desayunar y un teléfono.
miley arqueó una ceja al escuchar sus palabras. ¿Por qué la dejaba ahora utilizar el teléfono?
Tate limpió todo el desorden con rapidez.
—El teléfono está en la pared del fondo. Marca el nueve para conseguir línea con el exterior. Cogeré algo de la cafetería y regresaré tan rápido como pueda. Quedaos aquí y cerrad la puerta con llave.
Tan pronto como se quedaron solos, nick se movió para que ella pudiese sentarse en el banquillo que había junto al teléfono. Parpadeó varias veces y se frotó los ojos, como si fuesen demasiado sensibles a la luz de los fluorescentes.
—Necesitamos un plan —le dijo en voz baja—. ¿No conocerás a alguien en la ciudad que sepa el modo de romper unos grilletes forjados por un dios griego?
miley sonrió; se estaba acostumbrando a su sarcasmo.
—En realidad, creo que conozco a alguien.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

ah buensisiisma siguela pontoo plisss

butblop dijo...

ahhhhesta buenisisima siguelaa

angela dijo...

ahh me encantoo amix buenisisisima buenisisisimaa aawww mujer hahah canantee

carter dijo...

SIGUELA SIGUELA SIGUELA HERMOSA

amitha dijo...

AHH ESTA BUENISISIMA AMIXXX

amitha dijo...

Y CARTER GRR