—¿Te ha gustado?
Carolina empezó a alborotar y nick la sacó de la silla antes de
que miley llegara por ella.
—No te preocupes —dijo él—. Yo me encargo de bañarla y acostarla.
Ella asintió y los siguió con la mirada mientras él salía de la
habitación.
Por encima de su hombro, Carolina se estiró hacia miley; pero
ella no se acercó, le dijo adiós con la mano y le tiró un beso, con el corazón
henchido de amor por la pequeña.
Se preguntó cómo se las arreglaría cuando se tuviera que marchar de
allí.
Solo pensar que nunca los volvería a ver le provocaba un dolor
agudo en el pecho. Pero el momento se iba acercando. A la agencia no le
supondría demasiado trabajo tirar del hilo y atrapar a Mark.
Acabó de recoger la cocina y fue a comprobar la puerta y conectar
la alarma. Mark Faraday no era ningún *beep*. Todavía estaba en libertad y,
seguramente, estaría buscándola. Tenía que haberse dado cuenta de que ella no
estaba por la agencia. No podía correr ningún riesgo. No con el bebé, no con nick.
Cuando volvió al mirador, su lugar favorito, le temblaban las
manos. Se imaginó que Mark la encontraba y sintió un escalofrío al pensar en la
pequeña. Se dejó caer en el sofá, mirando hacia el jardín. El patio de atrás
estaba iluminado y las luces se reflejaban en el agua. La lancha estaba flotando
suavemente en el agua al final del muelle y le apeteció pedirle a nick que la
llevara a dar una vuelta.
Cualquier cosa con tal de atesorar momentos con él.
En aquel momento, nick entró en la habitación, sabiendo que la
encontraría allí. Lo que no se esperaba era encontrársela tan triste.
—¿Quieres tomar un vino?
Ella se volvió hacia él como un animal asustado.
—¡nick! —exclamó sin aliento—. No te he oído llegar.
El entrecerró los ojos.
—Lo siento.
Le ofreció un vaso de vino tinto y ella lo aceptó. Le dio un buen
trago y, después, dejando escapar un suspiro, se hundió un poco más en el sofá.
—Gracias, lo necesitaba.
—¿Estás nerviosa por algo?
—No, simplemente me has asustado. Pensé que tardarías más.
—Se ha quedado dormida enseguida —dijo, señalando hacia el techo,
donde estaba la habitación de Carolina.
miley sonrió con ternura y él se sentó a su lado.
—Hope me ha dicho que dejaste el Servicio Secreto por tu mujer.
Sintió que se ponía rígido y sus ojos se oscurecían.
—Hope tiene una boca muy grande.
—Creo que estaba preocupada por mí.
Sus labios se curvaron en una media sonrisa.
—Sí, sabe que aquí hay algo cociéndose.
«Algo», pensó miley. Pero algo fuerte y poderoso. Algo de lo que debería alejarse; pero que deseaba con toda su alma.
—¿Es verdad?
Él dudó un instante. No quería tener aquella conversación con ella,
no en aquel momento. Pero no se le ocurrió cómo eludirla.
—Sí.
Ella bajó la voz.
—Debiste amarla mucho.
—No la amé nada.
miley levantó las cejas sorprendida y se giró para mirarlo.
nick se hundió un poco más en los cojines y suspiró.
—Me casé con ella por Carolina.
—Lo sé.
—¿Te ha dicho la bocazas de mi hermana que Jasmine lo tenía todo
planeado?
—No. ¿Por qué lo sabes?
Le contó lo que su hermana le había revelado no hacía mucho tiempo.
—Parece que era una mujer que se sentía muy sola y necesitaba una
familia.
—Era huérfana, así que me imagino que tienes razón. Pero el
matrimonio fue un error. Era una mujer muy posesiva y tenía miedo a estar sola,
por eso dejé el trabajo —hizo una pausa, moviendo la cabeza—. Intenté amarla.
Quería amarla. ¡Llevaba a mi hijo dentro! Pero no pude y, al final, ella acabó
odiándome —se pasó la mano por la cara, escuchando los insultos de Jasmine—.
Nunca la culpé por ello.
—¿Por qué?
—Porque arruiné su vida. La dejé embarazada y ella murió.
Él comenzó a levantarse del sofá, pero ella puso una mano sobre la
de él.
De manera instantánea, sus ojos se posaron sobre las manos unidas,
sobre sus dedos mezclándose con los de ella. ¿Qué pasaría si también arruinaba
la vida de miley? ¿Si ella acababa odiándolo?
Cuando él echó la cabeza hacia atrás, miley vio las emociones
dibujadas en sus facciones. Se dio cuenta de que aquello era lo que lo
atormentaba, lo que le hacía sentirse culpable.
—nick, escúchame —dijo ella apretándole la mano—. Jasmine murió
por las complicaciones del embarazo, independientemente de quién fuera el
padre. La amaras o no. Ahora ya no puedes hacer nada para cambiar el pasado y
tienes lo mejor de él: Carolina.
nick le sostuvo la mirada y se hundió en ella. Una ola de
bienestar lo inundó. No sabía si era por su compresión o por la simplicidad con
que lo exponía.
—Y hay una cosa que puedo asegurarte —añadió ella.
—¿Qué?
—Yo he estado en tu cama y sé que ella quería acostarse contigo.
Los labios de él se curvaron lentamente, dibujando una sonrisa
picara.
Inmediatamente, miley deseó no haber dicho nada. Había abierto
una puerta que debía mantener cerrada.
—Olvida lo que he dicho —dijo ella apartando la mano.
—No puedo —respondió él, recorriéndola con la mirada.
—Inténtalo, por favor.
Antes de que él pudiera detenerla, ella se levantó y se dirigió al
otro extremo de la habitación. nick sintió que volvía a cerrar todas las
puertas. Pero esta vez no iba a permitirlo.
—Y que pasa si no quiero.
1 comentario:
siguela prontoo plis plis plisss
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