—La mimas demasiado —dijo Hope mientras se dirigía hacia la piscina
para ocupar el puesto de miley.
Ella sabía que tenía razón, pero no podía dejarla llorando en su
parque, sobre todo, después de lo que le había pasado con la niñera anterior.
Se sentó en un sillón de mimbre y miró a los niños y a sus madres
jugar en la piscina.
Había conocido a Hope en el parque. Esta había reconocido a
Carolina y pronto se pusieron a charlar amigablemente. Eso la sorprendió
bastante porque no estaba acostumbrada a charlar con otras mujeres que no
fueran agentes o fuentes de información. Nunca creyó que fuera posible entablar
una amistad tan rápida con Hope y sus dos amigas, Portia y Katey. Sobre todo
teniendo en cuenta lo poco que tenían en común.
Aquella mañana, la realidad le había dado de lleno en las narices
cuando se dirigía hacia el parque y se encontró buscando francotiradores, una
ruta de escape u otras amenazas. Le llevó un par de minutos darse cuenta de
dónde estaba y tuvo que recordarse a sí misma que no estaba en peligro, que
todo de lo que tenía que preocuparse era de que Carolina estuviera bien
atendida. No estaba muy acostumbrada a vivir sin ese tipo de inquietudes y se
preguntó si alguna vez podría olvidarse de su pasado y ser una mujer normal.
Porque ser normal era algo que últimamente le parecía bastante
atractivo.
Cuando el calor empezó a apretar, miley sugirió a Hope y a las
otras mujeres que fueran a la piscina. Las mujeres aceptaron encantadas.
Parecía que hacía tiempo que Hope no iba por la casa de su hermano
porque este no la invitaba. Algo que miley desaprobó por completo y que la hizo
sospechar que nick todavía estaba afligido por la muerte de su esposa.
Pero, entonces, recordó que ella misma tenía una familia a la que
hacía años que no veía. ¿Quién era ella para criticar a nadie?
De repente, Hope se sentó a su lado con una sonrisa radiante.
—¿Qué tal se vive con mi hermano mayor? —preguntó alegremente.
miley ya se había preguntado cuándo empezarían las preguntas
personales y parecía que el momento había llegado. Hasta entonces, se habían
tratado con amabilidad y cortesía, pero sabía que las mujeres se estaban
muriendo de ganas por preguntarle cosas sobre nick.
—Bien.
—Últimamente, me he dado cuenta de que trabaja hasta muy tarde.
—Me imagino que se estará poniendo al día —dijo en voz alta. «Y
evitándome a mí», añadió para sí.
—Tonterías —intervino Portia, acercándose a ellas con su hijo
apoyado en la cadera—. Se está ocultando de la vida. Él puede permitirse
trabajar menos.
—Es verdad. Nunca sale y rara vez va a las reuniones familiares.
Creo que ese es el motivo por el que mis padre se marcharon a Florida, se
cansaron de sus negativas —añadió Hope.
—Acaba de perder a su esposa —dijo miley para defenderlo.
—Ya lo sé; pero no era muy diferente antes de que Jasmine entrara
en escena. Se tomó el asunto de agente secreto demasiado en serio.
—Bueno, es que es un trabajo muy serio —respondió miley,
preguntándose qué pensarían de ella si supieran que ella trabajaba en lo mismo.
—Creo que todavía le pesa haberlo dejado.
—¿Por qué lo crees?
—No lo hizo por propia voluntad, sino porque Jasmine quería que
pasara más tiempo con ella.
—Debe haberla amado mucho para dejar su trabajo por ella.
Las otras mujeres intercambiaron una mirada extraña.
—Ah, no —murmuró Katey.
miley acarició el pelo de la niña. Estaba muerta de curiosidad,
pero no quería preguntar nada.
—Jas y nick se conocieron durante muy poco tiempo —siguió
contando Hope—. Creo que solo estuvieron juntos una noche.
«Igual que conmigo; pero con ella se casó», pensó miley. De
repente, no le gustó el giro que habían tomado sus pensamientos y no quería
escuchar nada más sobre nick o su esposa.
—Tengo que darle de comer a Carolina —dijo, poniéndose de pie—.
¿Queréis preparar algo para los niños?
Las otras mujeres intercambiaron una mirada maliciosa que
miley no vio.
—Hemos traído la comida —le dijo Hope, señalando unas bolsas—.
Pensábamos darles de comer en el parque, pero aquí se está mucho mejor.
—Sí. El agua los dejará exhaustos —dijo Katey—. Quizá así me deje
un rato libre para disfrutar del hombre con el que me he casado.
Mientras tanto, Portia, con su hijo en brazos, agarró su bolsa y la
puso sobre la mesa. Sacó un pañal, las toallitas y un biberón. Se las arregló
para preparar la comida de su hijo mayor, dar de comer al bebé y cambiarlo. Y
todo aquello mientras charlaba animadamente con las demás.
Increíble.
miley dejó a Carolina en el parque para ir a prepararle la
comida. Cuando volvió con la silla de Carolina, se encontró con las otras
mirándola fijamente.
—¿Qué pasa?
Entonces se dio cuenta de que no la estaban mirando a ella, sino
que sus miradas estaban fijas en un punto detrás de ella.
De manera instintiva, se volvió con la silla por delante, a modo de
protección. Sin quererlo, golpeó con las patas al hombre que estaba detrás y lo
empujó con tal fuerza que lo envió tambaleante hacia la piscina.
De manera automática, extendió una mano para evitar que nick, con
su perfecto traje de chaqueta, cayera al agua.
Con los ojos muy abiertos por la sorpresa, nick se agarró a la mano que miley le tendía e intentó mantener el equilibrio, pero no lo consiguió. La fuerza de su peso y el empuje de la gravedad los envió a los dos al agua.
La piscina era muy poco profunda y nick la tuvo que agarrar con
fuerza entre sus brazos para que no se diera con el cemento del fondo. Ella
consiguió ponerse de pie a la primera y, después, lo agarró a él por las
solapas para ayudarlo.
Cuando salieron a la superficie, a los dos les faltaba el aire.
1 comentario:
ohh yahhh siguela yaaa
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