domingo, 15 de abril de 2012

Átame a ti - capitulo- 71


Eliza sonrió e hizo un ruido de goo.
Esta chica era una sinvergüenza en lo que se refería a hechizar a su papá.
―¿Sabes? pienso que está sacando los dientes, por eso ha estado tan irritable.
Podría ser.
¿No se supone que deba recibir su otra ronda de vacunas a los cuatro meses?
Sí. No he hecho la cita aún.
Ah. Bueno, no queremos que se retrasen. Va a ser mejor si se concretara la cita de inmediato.
Miley cruzó los brazos sobre su pecho.
¿Por qué no te encargas de ello? Eliza ve a la Dra. Monroe. En Moorcroft. Busca un momento conveniente dentro de su horario de atención, lunes a viernes, de nueve a cinco, espera con los otros niños enfermos durante dos horas para una cita que dura diez minutos. Esta vez puedes sujetarla cuando grite cuando le claven las agujas en sus piernas, dado que sé cuánto te gustan las agujas. Y puedes caminar de un lado a otro con ella durante dos días después porque las vacunas siempre la ponen enferma y molesta.
Ey. No te pongas a la defensiva. Sólo estaba diciendo…
Sé exactamente lo que estabas diciendo, nick. ¿Quieres estar involucrado en cada pequeña cosa? Aquí tienes tu oportunidad. Y mientras estás en ello, por qué no compras pañales y leche maternizada porque estamos casi sin nada. Y estamos escasos de comida y de jabón para la ropa y de artículos de limpieza y de todo lo demás que se requiere para llevar adelante a esta familia giró sobre sus talones y se dirigió al lavadero dando pisotones.
Plaf. Tiró las ropas empapadas en la secadora. El estúpido ciclo de centrifugado no estaba funcionando. Bien podría escurrir las malditas ropas retorciéndolas a mano o estaría una eternidad para que la carga se secase. No podía colgarlas afuera porque todavía estaba lloviendo.
Para cuando había estrujado el excedente de agua del fregadero de la lavandería, colgado las prendas de secado rápido, iniciado otra carga y limpiado lo último del jabón en polvo que había derramado en el piso durante su arranque de furia, Miley se había apaciguado bastante. Y se dio cuenta de que había sido una total idiota con nick. El hombre siempre hacía todo lo que ella le pedía, muchas veces se ocupó de cosas antes de que ella incluso pensara en ellas. Él no era nada más que dulce y alegre, servicial y afectuoso con ella y Eliza, y ella le había lanzado una pulla como una esposa descontrolada.
Esposa.
Maldición, esa no era una palabra que ella usaría para autocalificarse o para describir su relación con nick. Ella no era la esposa de nick Jonas.
¿Y no le molesta ni un poquito? ¿No te ha pedido que te cases con él después de hacerte el amor? No desde la noche en que te amarró.
No. Eso no era así. Disgustada si él se lo pedía; disgustada si no lo hacía. Ella no era ese psicópata controladora.
¿Lo era?
Sí, parecía que sí.
Argh.
Miley lo reconoció y fue a disculparse con él. Encontró la sala de estar vacía. Salió corriendo al piso de arriba. Ni nick. Ni Eliza.
Oh, infierno, no. Él no se había enojado y se había fugado con su bebé, ¿verdad?
¿Puedes culparlo si lo hizo? ¿No has tenido miedo todo el tiempo de que él tomara o pidiera en juicio la custodia compartida?
Abrió con furia la puerta principal. No quedaban dudas, su camioneta no estaba. Miley sacó el teléfono y marcó su número de celular, un número que ella había programado, pero al que nunca había llamado.
¿No hablaba eso acaba de que cuánto quería demostrarle que ella no lo necesitaba?
Argh.
¿Aló?
¿nick? ¿Dónde estás?
En mi camioneta.
¿Eliza está contigo?
Sí, está conmigo. ¿Por qué?
¿Qué estás haciendo?
Yendo a la tienda. Hizo una pausa. ¿No es eso lo que estabas buscando cuando tuviste ese ataque de histeria, no hace más de media hora?
Mierda. La vergüenza calentó sus mejillas.
No fue un ataque de histeria.
Él se rió suavemente.
Sí, cariño, lo fue.
Ella logró una sonrisa.
Bien, lo fue. Pero no esperaba que abandonaras todo y fueras ahora mismo.
Bueno, no estaba haciendo nada más y necesitaba hacerse, o si no tú no hubieras hecho una cosa tan grande de eso, ¿correcto?
El hombre era tan malditamente equilibrado. ¿Por qué no estaba ladrándole por haber sido tan bruja con él? ¿Exigiendo una disculpa?
¿Miley?
Sí, necesitaba hacerse. Lamento haberte lanzado una pulla. Gracias por encargarte de eso.
¿Ves? Eso no fue tan duro. Y no hay de qué.
―Simplemente no estoy acostumbrada a ningún tipo de ayuda, especialmente no ayuda inmediata.
Esa es otra cosa que va a cambiar. Mira, quiero ayudar, pero necesito orientación. Estuve soltero durante mucho tiempo, cariño. Viviría de chile y sopa de fideos y lavaría mi ropa sólo cuando no me quedara nada que ponerme si estuviera a cargo.
Buena cosa que me tienes a mí, ¿eh?
Muy buena cosa, pero estás engañándote si piensas que las únicas razones por las que estoy contigo es porque sabes cocinar y lavar la ropa.

1 comentario:

amorciegoniley dijo...

siguela prontooo porfaaaas