Átame a ti - capitulo- 49

Cuando él empezó a dar golpecitos de mariposas con su lengua por las partes traseras de sus muslos, especialmente por la línea donde sus piernas se encontraban con la curva más baja de su culo, sus rodillas cedieron.

nick la sostuvo de sus caderas para no dejarla caer. ―Tranquila. ―Él se puso de pie. Sus pulgares rozaron de un lado a otro a través de los hoyuelos de la base de su columna vertebral.

―Nunca hubiera imaginado que te harías un tatuaje así.

―No lo hice. Fue obra de India. Ella necesitaba a un conejillo de Indias para sus diseños célticos y yo le ofrecí voluntariamente mi piel.

―Eres más valiente que yo, porque odio las agujas.

―¿De verdad?

―Sí, pero este seguro que es bonito. ―Más caricias tentadoras sobre el diseño con los bordes de sus ásperos pulgares―. Erótico como el infierno. No puedo esperar para pasar mi lengua a través de eso.

El calor que irradiaba desde su piel, la hacía anhelar más contacto. Como la escofina del vello de su pecho en sus omoplatos desnudos. O el golpe de su erección contra la grieta de su culo. O sus grandes palmas cubriéndole los pechos. Excepto el único lugar donde su cuerpo tocaba al de ella era donde sus manos agarraban firmemente sus caderas.

Él no se movió por un largo tiempo. La tensión dentro de ella se bobinaba más apretada, impulsando su deseo más alto. Sus bragas estaban mojadas al punto de que ella olía su propia excitación. Estaba bastante segura de que nick había recibido una vaharada también.

―nick…

―Paciencia, cariño. ―Su aliento sobre la curva de su hombro fue la única advertencia antes de que sus firmes labios aterrizaran en el acto y chupara suavemente.

Los cosquilleos dispararon hacia abajo por su brazo. ―Oh.

―¿Te gusta eso?

―Uh. Sí.

―¿Estás ansiosa por más?

―Ajá.

―Mmm. Ninguna prisa, porque estoy disfrutando tanto de la vista. ―Esos calientes y suaves labios cepillaron exactamente sobre el mismo lugar húmedo. Dos veces a más.

Entonces él retrocedió ligeramente y su húmeda lengua se deslizó hacia arriba del arco de su columna vertebral, desde el tatuaje por encima de su trasero hasta la base de su cráneo. Incluso mientras otra ronda de pequeños temblores rodaba a través de ella, nick ligeramente hundió sus dientes en el sensible punto de su cuello.

miley estaba cerca de desfallecer.

―Mírame.

Ella se dio vuelta tan rápidamente que se sintió mareada.

nick había retrocedido algunos pasos. Sus manos estaban a sus lados apretadas en puños. Sus ojos. Dios. Sus ojos azules estaban ardiendo.

―Obsérvame mirarte. No te muevas.

Y otra vez, nick se tomó su buen tiempo arrastrando la mirada sobre cada pulgada de su cuerpo. Era excitante, presenciar su excitación. Sus altos pómulos estaban ruborizados con un rosado suave. Su pecho desnudo se elevaba y bajaba rápidamente a causa de su errática respiración. Él se relamió los labios. Varias veces.

Luego estaba su polla. Completamente erecta, la cabeza brillando de color rojo, la punta sacudiéndose en contra de su vientre, dejando detrás un resbaladizo beso. Finalmente sus ojos encontraron los de ella otra vez.

―Quítate las bragas.

¿Él quiso decir en un lento y sexy striptease? ¿O con un apasionado tirón? Oh, ¿qué diablos importaba mientras que desaparecieran? miley enganchó un dedo a cada lado y las ondeó hacia abajo de sus piernas, alejándolas a patadas.

Al segundo que ella estuvo desnuda, nick se puso de rodillas. Le agarró las manos, colocándolas sobre su montículo, demandando.

―Sostente tú misma abierta para mí. Quiero saborearte por dentro y por fuera. Quiero enterrar mi cara en tu coño y sentir que te corres contra mi boca.

El deseo guerreó con su vergüenza natural. Pero ella quería su lengua enterrada dentro de ella. Quería que su boca chupara su clítoris. Quería sus labios, dientes y lengua por todas partes, al mismo tiempo, hasta que explotara en un estallido de puro placer. Quería rendirse a este hombre.

miley abrió sus piernas y usó sus dedos para desnudar cada pulgada de su sexo llorón a su hambrienta mirada.

Con algo parecido a un gruñido, nick se zambulló de lleno. Estampó las manos en las mejillas de su trasero, empujándola aún más cerca mientras su boca se prensaba sobre su sexo. Su lengua pulió y lamió, y se enterró profundamente. Chupó sus rosados pliegues henchidos hasta que los gemidos de aprobación de él reverberaron dentro de sus tejidos, silbando a través de su sangre, aumentando su necesidad de liberarse.

―Oh. Está tan cerca…

―Córrete para mí, bebé. Va a ser el primero de muchos.

¿Muchos? Ella no sabía si sobreviviría.

Sus piernas temblaban mientras él la follaba con su lengua. La agarró con más fuerza, empujándola más cerca del borde. Esa sensación de calor líquido hacía remolinos en su vientre y ella gimoteó.

nick presionó su boca en la parte superior de su hueso púbico y chupó el clítoris entre sus labios. Los duros tirones rítmicos en contra de sus dientes y lengua la enviaron casi allí, directamente dentro de un orgasmo en toda regla que la dejó aturdida, temblando, jadeando su nombre incluso mientras olvidaba el suyo propio.

Una vez que ella recobró alguna semblanza de cordura, sintió a nick frotando la cara sobre su vientre.

Él la contempló.

―Eres tan condenadamente sexy, miley. Me vuelves loco deseándote. ―Él retrocedió con las puntas de sus pies y se paró―. Quédate allí mismo. ―Treinta segundos más tarde regresó con una caja de condones. Sin decir una palabra, la condujo hasta el sofá y se repantigó en el medio. Sacó un solo paquete metálico de la caja, lo abrió y se lo puso rápidamente.

―Ven aquí ―nick le agarró las manos.

―Espera. ¿Qué vamos…?

―Sin preguntas, ¿recuerdas? Siéntate a ahorcajadas sobre tus rodillas.

miley cuidadosamente se posicionó, manteniendo la atención sobre su polla. Justo cuando ella estaba por empalarse a ella misma, nick aquietó su movimiento y le inclinó la barbilla hacia arriba con un dedo.

―¿Dije que podías hacer eso?

―No. Pero pensé…

―No es tu trabajo pensar, es el mío. Ahora relájate y siéntate sobre mi regazo, no sobre mi polla.

Su protesta:

―Pero te quebraré las piernas ―se ganó una brusca bofetada en el culo.