-Nick…
La frase no pudo ser culminada,
por ese particular y largo instante volvió a empezar. Sus labios fueron
capturados por esa otra boca que tanto odiaba y sin darse cuenta Miley lo
correspondía sin titubeos, sin dudas, sin detenimiento, sin trabas; con su odio
enamorado, con su amor endemoniado; un olvido la atravesó con brutalidad, se
apagó la repugnancia por culpa de ese perfume francés la volvía ciega,
despertaba la venganza que el amor le estaba haciendo al odio, porque los
labios de Nick Jonas eran asquerosamente ricos.
-¿¡Se están besando! – dejó
salir Joe parpadeando.- No lo puedo creer…
-No, Joe. ¿Qué cosas dices? –
Demi estaba visiblemente nerviosa- ¡No se están besando! ¡No puede ser!
Nick y Miley se separaron
bruscamente al mismo tiempo que la lluvia torrencial se disipaba de manera
brusca. Se miraron a los ojos… una gota de sangre resbalaba por la frente de
Miley y Nick vio cómo terminó en su boca. Sus papilas gustativas percibieron el
gusto a la sangre y Nick le tocó el labio con el pulgar para escurrírsela.
Cuando Miley notó vio el color rojo sangre en sus dedos, palideció.
-¿Qué ha pasado aquí? ¡Cyrus
estás herida! - La profesora McGonagall había llegado allí para sobresaltarlos
con su grito. - ¡Debes ir urgente a la enfermería! – soltó preocupada.
-No me siento bien- dijo Miley
esquivando el cafes de los ojos de Nick. Su mente se negó a pensar que se
habían besado, eso no podía haber ocurrido.
-¡Claro que no estás bien,
Cyrus!- bramó Minerva con vehemencia- ¡Como se te ocurre tirarte al lago!
-Profesora…- empezó a decir
Nick.
-Nada, Jonas, ¡ambos están
castigados! – dijo enojada Minerva- Ya es hora que corten esas peleas. Quiero
verte el lunes a la noche en mi oficina.
Enseguida apareció Madam
Pomfrey con una camilla y se llevó a Miley, que no paraba de sangrar. Nick se
quedó parado allí y vio como un montón de estudiantes miraban agazapados desde
la galería del castillo y empezaban a cuchichear haciendo hipótesis de lo
ocurrido. Se alegró por la certeza de que ninguno podía haber visto lo ocurrido.
Ni siquiera su mente era capaz de procesarlo. De repente notó que Joe y Demi
estaban muy cerca de él. El pelinegro no sabía cómo reaccionar, si sus ojos no
lo engañaban había visto a su hermana y a Nick besarse, pero era tan absurda la
idea que no se animaba aceptarla del todo. Seguramente
Demi tiene razón y Nick sólo la quiso ayudar a respirar, pensó. Sí, eso sonaba mejor…
-¿Estás bien? – escuchó decir a
Demi con una mano en el hombro. Nick la miró. Claro
que no estoy bien Demi, ¡acabo de cometer una locura!
-Si sólo… Quiero estar sólo.-
contestó y huyó corriendo hasta el castillo.
-Para mi se estaban besando,
Demi.- balbuceó Joe preocupado. Ella parpadeó.
-No, no puede ser. – dijo no
muy convencida.
-Te digo que sí.
-¿Y qué si lo estuvieran
haciendo? – Demi lo miró seria.- ¿Será que planeas golpear a Nick o algo así?
-No golpearía a Nick, sólo
estoy sorprendido.
-Yo no tanto. – Repuso ella con
la mirada perdida en el río- Hace tiempo que pienso que Nick y Miley se gustan.
-¡Qué dices! Si se odian, discuten
y se pelean todo el tiempo, ellos jamás podrían…- pero Joe se interrumpió la
miró fijo. Ella supo en ese momento que estaba pensando en la relación de
ellos. Claro que sus peleas no eran tan violentas como las de Nick y Miley,
pero sí que existían y muy a menudo. El tenso silencio hizo que Demi pusiera
tan nerviosa hasta el punto de huir.
-Necesito un baño.- y se alejó
de él torpemente. Joe la miró ceñudo, con sus mechones pelirrojos y mojados
sobre la frente y sonrió estúpidamente.
-Si, tal vez Nick y Miley sí se
gustan. Tal vez tengas razón, Demi.
Nick corrió fuertemente y subió
las escaleras, jadeando. Llegó al séptimo piso y enseguida la puerta de la Sala
Multipropósito se materializó ante sus cafes ojos, ahora ensombrecidos de
angustia. Era una sala circular, repleta de objetos antiguos y una cama cómoda
a la cual se dejó caer.
-La besé.- susurró al silencio
y se puso de pie de nuevo tomándose la cabeza.- ¡MALDITA SEA, LA BESE! – gritó
desesperado y pateó uno de los pequeños adornos con impotencia.
Sí, la besaste.
Ese hecho no era nada comparado
con lo que el beso le hizo sentir. Fue una de las sensaciones más placenteras
que Nick había experimentado jamás. Los labios de Miley le resultaron
riquísimos, dulces tanto como su exuberante y turbulento perfume, que para sus
adentros ese olor era de color azul… como el cielo. Miley era sueva, era linda.
Sí, linda. Preciosa…
¿Cuántas veces se negó a
aceptar esa belleza por la rabia que ella le provocaba? Si cuando la vio allí,
indefensa, corriendo un grave peligro en las aguas de lago los peores miedos lo
atravesaron sin piedad.
Tuviste miedo a que le pasara
algo. ¿Miedo? Terror…pavor, espanto, desesperación
Nick se sentó otra vez en la
cama y se cubrió la cara con desconsuelo. No sabía si quería llorar, reír,
gritar o seguir rompiendo cosas. No había manera de remediar lo sucedido, no
había forma de volver el tiempo atrás.
No hay manera de hacer que ese
beso no te haya gustado.
-La besé y me encantó…- asumió
con algo de rabia.
Apoyó la cabeza en la almohada
y sintió algo duro debajo de ella. Sacó la almohada y allí estaba… la verdadera
caja de algarrobo de Miley. Ella jamás había podido imaginar que él había hecho
un encantamiento geminio y que la caja arrojada al lago era
falsa. La agitó y varias cosas se movieron adentro… la curiosidad le penetró el
pecho nuevamente. Recordó la desesperación de sus ojos chocolates cuando creyó
haberla perdido. ¡Si hasta se había tirado al lago para recuperarla! ¿Qué era
lo que Miley escondía allí? Ya lo había intentado con todo y nada daba
resultados. Romper o rasgar la caja era peligroso porque podía dañar lo que
estaba adentro. Volvió a agitarla…
-Dame eso, Nick. – dijo una voz
que lo sobresaltó. Nick giró la cabeza, asustada.
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo
entraste?
-Siempre vienes aquí cuando
estás triste.- replicó Demi sentándose a su lado. Nick esquivó su mirada.
-Fui claro cuando dije que
quería estar solo.- aseveró Nick molesto.
-Dame la caja, Nick. – le
ordenó Demi sin amedrentarse.
-¿Cómo sabías que no era la
verdadera? – quiso saber su amigo algo sorprendido por la suspicacia de ella.
-Te conozco, Nick.- Demi largó
un suspiro y tomó la caja. – Tengo que devolvérsela. Ella se alegrará mucho
cuando sepa que su caja está bien.
-¿Qué es lo que tiene?
-No puedo decírtelo.- su interlocutor
bufó y se hizo un silencio incómodo.- La besaste.- afirmó Demi mirándolo
seriamente.
A Nick se le encogieron las
tripas con esas míseras dos palabras. No había imaginado que sus amigos lo
había visto hacer semejante estupidez. ¿Qué pensaría Joe de él? ¿Tendría que
darle explicaciones?
-No la besé. – se apresuró a
negar, algo nervioso.
-Los vi, Nick. – Nick se
levantó y le dio la espalda. No tenía sentido seguir mintiendo y ahora tenía
que soportar las cargadas de Demi.
-Yo… no se que me pasó.
-Yo sí. – Sin embargo, su amiga
no se burló sino que le puso una mano en el hombro, comprensiva.-Te gusta
Miley.- Nick se giró para mirarla duramente.
-¿Qué dices? – dijo molesto por
esa frase.
-La verdad. –musitó con
tranquilidad- Te gusta. Te he observado y cuando la miras, te desesperas por ir
a atacarla.
-¡Ella también hace lo mismo
conmigo, por sino lo notaste! –saltó Nick indignado.
-Estoy hablando contigo.
-No quiero hablar del tema.
-Joe también los vio.
-¿Va a golpearme? – le preguntó
Nick escéptico.
-No lo creo. Está tan
sorprendido como yo.- Demi se levantó.- Te dejaré sólo para que saques tus
propias conclusiones de lo ocurrido.
-No necesito sacar
conclusiones…
-Como quieras, adiós.
-Demi…-la frenó sin poder
contenerse.- ¿Cómo está ella?
Demi sonrió abiertamente.
-Supongo que bien. Si fuese
algo grave ya le nos habrían informado. –lo miró atravesándolo con sus ojos
verdes y Nick se sintió algo intimidado por la mirada de su casi
hermana-Justamente ahora voy a verla a la enfermería. Y de paso…- levantó la
caja que emitió el mismo ruido metálico de siempre y se fue.
Nick volvió a arrojarse en la
cama. No sabía cómo iba a mirarla a la cara. ¡La había besado! Y ahora él
estaba en desigualdad de condiciones, él era quién ocupaba una posición
vulnerable; Miley se burlaría, se mofaría de esa debilidad que había sentido.
La había besado, sí. Pero la odiaba… ¿en qué rayos estaba pensando? ¿En qué
segundo las cosas cambiaron tanto? Fue un solo instante, un solo instante… en el que se
olvidó del mundo, en el que se disolvió la rabia, el rencor, el rechazo. Ahora
estaba preocupado, muy preocupado por las terribles consecuencias de sus actos.
Por muy nefastas que fueran esas secuelas, no tenía oportunidad de cambiarlo…
la irreversibilidad del acto, la frustración de no poder alterar lo sucedido lo
estaba hundiendo en una irremediable angustia ¿Desde cuándo importaba lo que
ella pensara de él?
Desde siempre, le
contestó una insolente voz en su cabeza. Eso también era cierto. Existía un
interés, aunque fuera negativo. Me
importa agredirla, ultrajarla y continuar la guerra romperme la cabeza pensando
planes para salir airoso mientras Miley pasa vergüenza delante de todo el
colegio. Le fascinaba
llamarla puta, insultarla, hacerla quedar mal parada. Nick hasta había pasado
noches planeando las más llamativas e hirientes venganzas, pensaba la forma de
agredirla un poco más…
No fui indiferente con ella
La había besado… ¡Si la había
besado! Pero, un momento. Ella no se había resistido. Por un solo instante Nick
creyó que iba a ser rechazado, pero cuando el roce se tornó más íntimo, más
dulce, más sexual… A Nick se le vino un flash del contacto con los y se tapó
los ojos para borrar ese riquísimo pero vergonzante recuerdo…
La besaste con violencia y
sentiste que Miley era lo único real en mundo, su dulce perfume, el terciopelo
de su piel, su ropa empapada marcando la curvilínea figura, la frescura de su
nombre, el desconcierto de sus ojos verdes que se cerraron con rapidez, la
profundidad con la que amaba odiarla así… La besaste y sus labios te
encantaron. La besaste con esa urgencia mortal que tienes cuando alguien te
gusta…
Cuando alguien te gusta…
Nick sacudió la cabeza con
ímpetu, quiso quitarse la imagen de sus redondos ojos fijos en él, eran
demasiado para que su propio yo pudiese soportarlo. El beso fue profundo y sus
lenguas se encontraron y se entrelazaron. Ella no se resistió.
Exacto, Miley no me detuvo. Se
dejó llevar…
¡Te pegó una cachetada!
Pero luego no me volvió a
detener…
¡Él la había besado y ella no
lo había detenido! Lo recordaba perfectamente, no estaba desvariando. Miley
introdujo la complaciente lengua en su boca, Miley puso una mano en su cabello
y se atrevió a intensificarlo. Qué frustrante, ella no lo detuvo, maldita sea,
se comportaba como una linda zorra. Linda
zorra que me encanta. ¿Por
qué ella no lo rechazó?
Hubiera sido más fácil que lo
hagas, castaña , ¡se supone que me odias!
Había besado a Miley, ella no
lo había rechazado y también lo odiaba a él, y principalmente… Nick se tocó los
labios y maldijo aquel esplendoroso sabor de ese beso que no se iba ni por un
solo instante de su boca…
-Besé a Miley y me gustó
hacerlo…- concluyó en voz alta.-Besé a Miley y me gustó hacerlo…
Nick se tocó los labios y por
primera vez luego del episodio en el lago, sonrió encantadoramente, disfrutando
de lo sucedido.
Besé a Miley… y fue realmente
fabuloso.
Abrió los ojos cuando los
primeros rayos del amanecer acariciaron su pálida cara. Le costó hilar lo que
había pasado. El punzante dolor de cabeza que la acongojaba no daba señales de
dejarla en paz. Se tocó la cabeza y notó que tenía la frente vendada. Se sentó
en la cama y abrió los ojos enormemente, dando un respingo. Recordó todo hasta
los más detestables detalles de lo sucedido. La caja, la lluvia, el lago, el agua
metida en sus pulmones, los ojos cafes de Nick, sus labios. Instintivamente,
Miley se llevó la mano a los labios.
-Lo besé.
¡Besé a Nick Jonas!
Si, a ese cabrón huerfanito que
vivo agrediendo todo el tiempo.
Al cuatrojos, deforme y
degradable de Nick Jonas.
¡Al que digo tenerle asco y
repugnancia! ¡Soy una estúpida!
Seguramente, él la había besado
por la culpa que sintió por tirarle la caja. Él maldito de Nick Jonas tenía
culpa, la culpa de tener culpa y de besarlo por eso.
Qué complicada soy.
¡Cómo se le ocurre besarla! Si
la odiaba la consideraba una perra, una zorra, una prostituta paga ¿de repente
la sacaba del lago y se creía con derecho a besarla?
¿Con derecho a besarme
impunemente bien? ¿Quién se cree que es?
No había dudas, todo él era
desagradable, desde sus ojos cafes , hasta sus fuertes brazos y esa cicatriz
anti-estética, pero tan varonil. Miley no pudo evitar caer por un solo instante
en el hondo recuerdo del sabor de sus besos.
Sus labios fueron capturados
por esa otra boca que tanto odiaba y sin darse cuenta lo correspondía sin
titubeos, sin dudas, sin detenimiento, sin trabas;
-Correspondí el beso, soy una
maldita cabrona, accedí a besar a Nick Jonas.- murmuró Miley con los ojos
empañados. Había dejado que él la bese, lo había permitido, él tenía toda razón
cuando la insultaba: ¡Era una maldita zorra y nada más que eso!
Un olvido la atravesó con
brutalidad, se apagó la repugnancia se había ido a otro lado, ese perfume
francés la volvía ciega, despertaba la venganza que el amor le estaba haciendo
al odio.
Otra idea arribó a su mente,
una muy torturante para ser exactos. El gusto, la sensación, el disfrute, el
bálsamo, la alucinación de la placentera verdad de sus labios. El terror de la
cercanía de aquel subversivo pero voluptuoso perfume francés que enviaba
mensajes subliminales que no tenían nada que ver con la aversión y el rechazo,
eran más bien perturbadoramente sensuales. Por eso era insoportable esa
fragancia, por ser rica e
irritantemente sensual. ¿Era
insoportable porque era irritante o porque era sensual? ¿Era irritante porque
era sensual?
Te encanta ese perfume, Miley,
te apasiona y lo detestas por eso. Enseguida
sus sentidos inventaron el olor de Nick y la hizo suspirar… Me besó y me gustó que lo haga.
Volvería a dejar que me bese ese asqueroso y repugnante cerdo.
-Miley, qué bueno que
despertaste.- La castaña dio un respingo. Era Demi.
-Si.- dijo perdida en sus
cavilaciones.
-Tengo algo que te pertenece.-
Miley la miró. Su amiga tenía las manos escondidas atrás de la espalda.
-¿Qué es lo que…? – Demi sacó
su caja de algarrobo y Miley abrió los ojos, sorprendida. La caja ni siquiera
estaba mojada y no tenía signos de daños severos.- ¡No lo puedo creer! – se la
arrebató de las manos- ¿Cómo lograste sacarla del lago?
-No estaba en el lago. – aclaró
Demi.
-¿Ah no? Si el imbécil de
Jonas…
-Nick no tiró la verdadera
caja, le hizo un encantamiento geminio.- le confesó Demi mirándola intensamente
a los ojos.
-No lo puedo creer.- La
castaña agitó su caja.- Jonas teniéndome piedad…
-¿Qué más guardaste allí,
Miley?
-¿Por qué lo preguntas?
-Daba la impresión que te
aterraba que Nick abra la caja…- resaltó Demi perspicaz.
-Lo de siempre.- descartó Miley
con los cachetes colorados.- Recuerdos de Fred.
-Ábrela, quiero ver…
-No, mejor no… - Demi se la
quitó nuevamente con un ágil movimiento- ¡Oye, devuélvemela!
-Se abrirla.- Demi hizo un
complicado hechizo y la caja emitiendo un pequeño chasquido se abrió.-
Perfecto…- Miley bufó.- Mira lo que tenemos aquí…
-Demi, basta. - la castaña
sonrió. Había sacado una camisa de Hogwarts tamaño XL.
-¡La camisa que le quitaste a
Nick hace una semana! –concluyó Demi. Miley se puso bordó.
-No se porqué apareció en mi
caja.- se excusó con sinceridad.- Cuando hice el hechizo pensé que podía
aparecer en otro lado, ya sabes, algo más para avergonzarlo… pero apareció en
mi caja, no lo sé…
-¿Es un proceso inconciente,
quieres decir? – sugirió Demi divertida.
-No.- dijo la castaña tajante.- No hagas hipótesis estúpidas.
-Miley, la camisa apareció acá
porque tú inconciente así lo deseó – le explicó Demi sin tener dudas- Y por
otra parte, ¿te gustó besar a mi amigo?
-Yo no lo besé.
-Vamos, yo los vi con mis
propios ojos.
-El fue quién me besó.- dijo
Miley con las cejas levantadas.
-¿Qué es esto? – Demi había
sacado un cuaderno azul.
-¡Dame eso, Demi! ¡Tengo
recuerdos de Fred allí!
Demi no le hizo caso y lo
hojeó. Cuando lo hizo quedó estupefacta y se sentó bien al lado de Miley.
-Esto es increíble…
Allí había una serie de
dibujos. En la primera hoja un chico con el pelo alborotado, con una ridícula y
poco varonil camisa rosa y una graciosa expresión de espanto en el rostro. En
la segunda, el mismo chico, con el torso desnudo y el uniforme escolar rasgado.
Tenía una herida en el medio del pecho y Miley le había puesto tinta roja para
representarla. Los dibujos eran grises porque estaban hechos con lápiz, pero
era evidente que su autora poseía un gran talento para dibujar; parecían fotos,
eran muy fieles a la realidad. Y absolutamente todos eran de Nick… Demi giró la
cabeza y la miró.
-Dibujas excelente.- la
felicitó.
-Dame eso, Demi.- gruñó Miley
enojada, sacándole el cuaderno.- ¿Se lo dirás?
-¿Qué? ¿Por quién me tomas? -
le contestó ella ofendida.
-Eres su amiga.- le recordó
ella con rencor.
-También soy tu amiga, y ya
sabes cuál es mi postura.- Demi tomó otra vez la camisa de Nick– Esto si que es
más sorprendente aún…no puedo creerlo.
-Demi…- dijo Miley ya cansada.-
deja de pensar…
-¿Cuánto hace que te gusta
Nick? – le soltó ella frunciendo la cejas.
-¿Qué cosas dices? ¡No me gusta
Jonas!
-¡Ah no! – Rió su amiga- ¿Por
qué guardaste su camisa en tu caja tan preciada?
-¿No dijiste que era un proceso
inconciente?
-¡Estaba bromeando! – rió Demi-
Tú sabías muy bien donde aparecía la camisa de tu víctima al hacer ese
encantamiento…- Miley enrojeció.
-¡Si, es verdad! – Admitió
coloradísima- Quería recordar la vergüenza que le hice pasar cuando sustituí su
camisa.-se excusó Miley y Demi la miró escéptica- ¿Qué? ¡Fue de las mejores
cosas que le he hecho y quería quedarme con el souvenir!
-¿Vives para hacerle daño a
Nick Jonas o me parece a mí? – Miley resopló- Si, enójate todo lo que quieras
pero eso suena más a interés que a odio. Nick te gusta…- volvió a decir.
-Estás equivocada. – negó
rotundamente Miley- ¿Quieres dejarme descansar? – le arrebató la camisa y la
hizo un bollo volviendo a meterla en la caja.
-¿Te gusta su perfume? –
intentó Demi riendo.
-No, lo detesto.
-¿Le agradecerás que no haya
tirado la verdadera caja al río? – le preguntó Demi con una media sonrisa.
-¡JAMÁS!- Demi rió nuevamente y
se retiró de la enfermería con un aire divertido.
Para horror de Nick, el lunes
llegó como si hubieran utilizado un gira tiempo. El no quería que comiencen las
clases, de hecho había deseado que el fin de semana dure para siempre. Porque
reanudar las clases luego de esa lluvia torrencial, significaba cruzarse otra
vez con Miley Cyrus. ¿Qué haría ella luego de lo sucedido? ¿Le agradecería por
no haber tirado la caja al río? ¿Lo agrediría como de costumbre? Seguramente, pensó haciendo una
sonrisa especial. ¿Y Joe? ¿Su amigo lo increparía por haber besado a su
hermana? De eso Nick no tenía la misma certeza… Estaba por entrar en el Gran
Salón cuando una mano tomó la suya y lo detuvo. Nick se dio vuelta y se
encontró con Selena Gomez, sonriéndole de forma sugerente.
-Hola, guapo…- le dijo en tono
seductor- ¿Cómo estás? ¿Qué tal el fin de semana?
-Muy bien hermosa, ¿y tú?
-No tan bien, ¿sabes? Me tienes
abandonada…-protestó Selena haciendo un falso gesto de tristeza. Nick hizo un
gesto de disculpa.
-Lo siento he estado…
-¿Discutiendo con esa
castaña ? – sugirió Selena con rencor.
-¿Qué cosas dices? – Nick se
estremeció por la mención de Miley- Nada que ver.
-Todo el colegio está
comentando que le salvaste la vida arriesgando la tuya.-le comentó ella- Que te
tiraste al lago porque le jugaste una broma pesada y ella se tiró… ¿Es verdad?
-Si, es verdad – admitió Nick
incómodo.- Pero ya sabes… hablan de más.
-Creí que la dejarías que se
muera… -sugirió Selena como si lo deseara. Nick se espantó-porque tú la odias
¿verdad? -Si, pero más odio bese tan despóticamente bien.
-Sabes bien que sí la odio…-
Nick quiso hacer una voz dulce, pero le salió indiferente. Selenano lo notó.- Ya
sabes que nos llevamos muy mal.
-¿Podemos vernos esta noche,
guapo? – le cambió de tema Selena .
-No puedo. Tengo que ir a
hablar con McGonagall para saber cuál será mi castigo- dijo Nick apenado.- Pero
de todas maneras… podemos arreglar para otro día…
-Eso me parece una muy buena
idea, Nick – le sonrió Selena . Sin previo aviso lo besó. Nick aprovechó la
situación, y degustó el beso con ganas. Después de todo era un hombre y no
podía dejar pasar una oportunidad así. Lo cierto es que la sensación no tenía
nada que ver comparada con su beso anterior. De repente, se maldijo porque esa
comparación, no tenía sentido plantearse semejante cosa. Automáticamente dejó
de mover su boca y Selena Gomez lo notó.- Estás algo raro, Nick…- le soltó
separándolo.
-¿Qué dices? – Saltó el
perseguido- ¡Estoy como siempre! ¿Acaso no me ves? – le dio un fugaz beso en
los labios.
-Debo irme a desayunar – le
dijo Selena , no tan convencida – Te conviene que esta semana arreglemos uno de
nuestros encuentros…- guiñó un ojo- Me lo debes, ¿no?
-Te prometo que sí – dijo Nick
sonriendo- Hasta luego, linda.- le hizo una reverencia exagerada. Ella rió y se
fue.
El desayuno se desarrolló con
total normalidad. Nick no había visto a Miley en el Gran Salón y se preguntó si
ella aún continuaba lesionada en la enfermería. Por supuesto que se mordió la
lengua para preguntarle algo a Demi o a Joe. Su amiga lo miraba con perspicacia
y Joe, seguía engullendo los cereales con su habitual y desagradable
vehemencia. Era extraño porque su amigo no le hizo ningún comentario sobre lo
sucedido el fin de semana. De todas maneras, Nick se lo agradeció en silencio…
no hubiera podido soportar la burla de su amigo y la frase de "Besaste a
mi hermana". En vano sacudió la cabeza para que esa horrible escena
desaparezca de su mente, los recuerdos del beso con Miley lo perseguían hasta
la demencia. El joven apenas había probado la tarta de melaza y eso que era su
favorita. No dejaba de pensar en esa castaña , estaba aterrado y preocupado de
lo que pudiera hacer cuando se vean. Seguramente
se dedicará a burlarse de ti… y más ahora que te atreviste a besarla… ¡eres un
imbécil, Nick Jonas ¡le diste de comer a esa yegua para que te pise la cabeza se dijo acongojado.
-Vamos a Encantamientos, Nick.-
le dijo Joe poniéndose de pie.-Quita esa cara de velorio.- murmuró Joe con
hartazgo – Miley no te hará nada por…- Demi le lanzó una mirada asesina para
que se calle. El horno no estaba para bollos. Nick se dio cuenta.
-¿Vamos o no? – la apuró Joe,
molesto.
-Primero debo ir a hablar con
la profesora McGonagall – anunció Demi.
-¿Para qué?
-No tengo ni idea, me mandó a
llamar.- dijo nerviosa – Espero que no sea nada grave…
-Seguramente quiere felicitarte
por tus notas – predijo Joe, tranquilizador y comenzaron a irse para el aula de
Flitwick.
-Ya los alcanzo - contestó
Nick, distraído. Se levantó y sin querer volcó parte de café en su camisa de
Hogwarts. Soltó un improperio y se arregló ese estropicio con un fregotego. La camisa le quedó
empapada y pegada al cuerpo. Nuevamente, recordó inevitablemente a esa
castaña del demonio… Si, del
demonio pero te encantó el beso.
Se fue del Gran Salón caminando
por un pasillo para ir a la clase y sin darse cuenta tomó el camino más largo.
Es que ese día Nick estaba muy distraído. Antes de llegar al aula en cuestión
el destino le tenía preparado una sorpresa que parecía ser tan sensual como
detestable. La vio y en el momento en que se reflejó su figura en sus pupilas,
la verdad cayó sobre él sin previo aviso: había estado deseando volver a
cruzarse con Miley Cyrus. Necesitaba saludarla, necesitaba odiarla un poco más.
Si, con ella. Miley estaba tirada
en el piso, acostada boca abajo. Al parecer, dibujaba algo en un cuaderno rosa
pero él no llegaba a dilucidar qué era, estaba demasiado lejos para verlo. La
joven llevaba la camisa atada en la cintura y el pelo suelto a un costado. Sus
piernas se zarandeaban hacia arriba, jugueteando juntas infantilmente y a Nick
ese gesto se le antojó encantador. Si,
es odiosamente encantador.
Sé que me odias
Lo ha dicho mil veces tu boca
Que no soportas
Que te encuentre y te salude.
Sé que me odias
Que mi vida es poco para ti
Nick notó una lastimadura en la
frente y lo embargó una sensación de culpa. De repente, se vio asaltado por el
deseo cuando observó su anatomía perfecta, en forma de guitarra. Ella tenía
forma de mujer, sus senos eran grandes, redondos. Su cintura era minúscula…
Miley tenía un trasero torneado, redondo que dejaba ver su corta pollera de
Hogwarts. Y ese deseo fue reafirmado cuando la escuchó tararear cierto tema,
con aire distraído.
-Sé que me odias, que mi
vida es poco para ti, y aunque se que me odias, tu odio me hace feliz.-
canturreó Miley distraída provocando que el se consuma internamente en la
fortaleza de esa frase. ¿Era lo que estaba pensando?
El típico perfume que Nick
asociaba con el color azul de la dulzura, le invadió la piel mareándolo sin
piedad; mezclado con el timbre de su voz fue un cóctel tan estupendo como
torturante, por un solo instante lo transportaba a la suave demencia de ese
beso robado en el lago. Antes de que pudiera hacer algo para huir de esa
abrumante y carcelera conmoción, Miley se dio vuelta y lo vio parado allí. Se
miraron a los ojos, cafes y verdes se fundieron en una inconclusa confusión
y se dijeron tanto sin decir ni una palabra. Ambos detestaron estar solos el
uno con el otro, ninguno sabía bien como actuar. Miley fue la primera en emitir
sonido, la primera en comenzar a odiarlo…
-Jonas, no te aparezcas así sin
avisar, ¿quieres matarme de un infarto al ver tu horrible rostro, cuatrojos? –
Le dijo de mal modo. A Nick le dolió la agresión por primera vez en su vida,
pero prefería tener sexo con Millicent Brulstrode antes de admitirlo.
-Cyrus, ¿crees que te estaba
buscando? – Miley se puso de pie y cerró el cuaderno. Estaba bastante nerviosa
porque si Nick veía eso, estaba literalmente en el horno. Lo guardó en la mochila
enseguida y se la colgó en un hombro, intentado aparentar despreocupación y una
soltura con la cual no contaba en ese momento- Tuve la desgracia de encontrarme
aquí contigo…- se acercó sin contenerse.- y encima tuve que escucharte
cantar...
Un horrible cosquilleo interior
pobló el estómago de Miley. Si había escuchado su frase seguramente podía
concluir que… me encantó el
beso.
-Creí que en este pasillo
estaban prohibidos los simios desagradables como tú – dijo atropelladamente, no
dispuesta a hacer referencia a la canción- pero me equivoqué…
-¿Necesitabas tranquilidad para
el turno de los lunes, putita?
-Ay, Jonas… no hace falta que
disimules más. – dijo ella intentando sonar calmada, pero la cercanía de Nick
la estaba descontrolando. Insultó internamente la capacidad que poseía su aroma
francés de revolucionar sus hormonas y cada poro de su piel.- Ya sé muy bien
que te mueres por ser uno de mis clientes…- siseó con suficiencia y Nick se
puso bordó.
-¿Qué me muero por ser uno de
tus clientes, Cyrus? – Rió sarcásticamente- ¡No te ilusiones, por favor! –
Miley dio un paso sin dejar de lado su gesto de triunfo.- Creí que había
quedado claro que te odio…
-No te creo nada, Jonas. Cuando
salimos del río tuviste ganas de follar conmigo… - ella se rió.- ¡Lo he notado!
-¿No habrá sido al revés,
gatita? – La voz de Nick salió con deseo y seducción y rogó que ella no lo haya
notado o estaría en serios problemas. Comenzaron a rodearse en un radio de
medio metro. Ambos tenían la varita preparada por si las cosas se descontrolaban.-
Porque no te he escuchado quejarte por mi beso…
-Vamos, Jonas, fue el beso más
nefasto y patético que me han dado en mi vida…- gruñó ella enojada.- Hubiera
preferido que me dejes ahogarme en el río y con eso te digo todo, cabrón.
-La próxima me avisas, y lo
hago con todo gusta. Al calamar gigante le gustan las rapiditas como tú…
¿rapiditas dije? – Sonrió irónicamente- ¡Si tú eres instantánea, no rápida!
-¡Muérete huerfanito de cuarta!
– Le gritó ella enojada.- ¡Eres un anormal y me das asco!
-¡Tu también me das asco,
Cyrus! ¡Eres una cualquiera! –Nick empezaba a enfurecerse como de costumbre.
Sin embargo ella se acercó, poniéndolo nervioso.
-A ver, - lo inyectó con sus
redondos ojos color chocolate y Nick sintió un peso en la boca del estómago. La
saliva se agolpaba en su boca nuevamente recordándole el absurdo deseo que solo
por un instante pugnaba por salir- contéstame bicho rastrero, ¿Te gustó
besarme? –dijo Miley con asco. Nick la miró fijo y le iba a replicar que era
una puta barata, pero no pudo moverse, estaba quieto como una piedra. Contó
seis pecas en los cachetes. Tres de cada lado. Dos grandes y oscuras, otras
tres pequeñas y claritas y la última era casi transparente, pero todas eran
diferentes y ¿atractivas? La nariz era pequeña, casi de niña y podía oír el
suave acompasar de su respiración que emanaba su olor y que traspasó a Nick
como un agujero en el pecho. Miley se transpiró toda de los nervios. ¿Por qué
la miraba así? Sintió una gota de sudor recorrerle la espalda. Ninguno de los
dos decía nada, estaban censurados, conectados por el asombroso lazo de su
mirada. - ¿Por qué me miras así?- dejó salir ella abandonando todo matiz
destructor en su voz.
Nick se maldijo por verse
descubierto y decidió atacar.
-Y a ti… ¿te gustó corresponderme
el beso, puta barata?- Miley preparó el brazo para una cachetada pero Nick se
lo atajó con habilidad sin dejar de mirarla.- ¿Qué pensaste? ¿Qué te miraba
porque me gustas? ¡Eres una imbécil, jamás me fijaría en una facilita como tu!
–presionó la muñeca de ella brutalidad. Miley gimió de dolor.- ¡Sólo pensaba
cómo insultarte!
-Te gustaría acostarte con esta
facilita, ¿verdad? Aunque me odies no puedes negarlo, Jonas… – repuso con
entereza, pero en el fondo estaba destrozada por sus insultos.- ¡Suéltame,
imbécil! – Nick la apoyó contra la pared, aprisionándola con su cuerpo. Ella
estaba mareada, el aroma de ese pendejo era jodidamente exquisito.
-¿Vienes a echarme en cara que
te besé, perra, cuando tú lo disfrutaste más que yo? –la acusó, presa de su cólera-
Eres una caradura…- bajó la mirada y a sus pechos. La mano que mantenía en su
cuello le decía que su piel era muy suave. Miley lo miró a los ojos, eran tan
cafes , tan penetrantes…y tan detestables al mismo tiempo. Entonces Nick se
descontroló y bajó la mano hasta abajo su camisa, desabrochó el nudo
acariciando su suave y chato vientre. Pasó la mano por encima del sostén y le
encantó sentir el nacimiento de sus senos. Miley no se lo impidió y soltó un
suspiro parecido al placer. El notó que ella lo disfrutaba- ¿Me decías que te
produzco asco? ¿Esto es asqueroso para ti? – ella no contestó, sólo lo miraba
enmudecida por sentir sus excitantes dedos en los senos.- No te creo, disculpa
sino es muy convincente tu argumento…-mantenía la mano allí y Miley no podía
pensar. Sin embargo no se iba a quedar atrás, agarró el cinturón de su pantalón
y rozó el ombligo de Nick, que automáticamente dejó de sonreír.
-¿Decías algo del asco Jonas? –
le dijo ella con un tono excitado. No dejaban de mirarse a los ojos- Yo tampoco
creo que me tengas asco… por muy puta que me consideres…- subió sus dedos a sus
abdominales.- Tienes piel de gallina cuando te toco, te estremeces… -sonrió con
picardía y acarició con más sensualidad contextura del muchacho. Era muy
sensual tocarlo, era fantástico y lo estaba disfrutando- Veo que esto te gusta
mucho, ¿no Jonas? Quién lo diría… ahora de repente te sientes atraído por la
vulgar Miley Cyrus… - se burló.- y por eso me sacaste del río, cabrón…
-No, perrita…- rozó sus labios
con los de ella haciéndola estremecer y dejándola con ganas de más- si te salvé
la vida fue por tus padres…- metió los dedos debajo del sostén y ella
inevitablemente cerró los ojos.- no fue por ti, ya sabes, si te mueres me da
igual…- mintió con desprecio.
-No te creo nada, Nick.- le
sonrió ella y el se sorprendió porque lo llamaba por su nombre. El susurro de
sus labios lo calentó sobremanera.- ¿Estás caliente conmigo, verdad?
-¿Cómo podría estarlo? Eres una
gorda deforme…- Miley dejó de sonreír, se le empañaron los ojos y no logró
disimularlo. Sacó la mano de donde la tenía y quedó con los brazos bajados,
sintiéndose pequeña e insegura delante de él - ¿Te dolió lo que te dije?- Nick
alzó las cejas, ¿cómo esa muchacha era capaz de sentirse insegura con un
insulto tan alejado de la realidad?
-Suéltame gusano…-graznó con
una debilidad en su voz que hizo que a Nick se le aflojaran las piernas –
Suéltame antes de grite…
-Mueres por gritar pero en una
cama conmigo…-presionó con más fuerza y ella podía sentir su miembro en su pelvis.
Eso no la ayudó a rechazarlo, sino más bien a que se vuelvan nulas sus ganas de
alejarse.
-Seguramente eres impotente.
-¿Quieres comprobarlo?
-¿Es una propuesta? – él se
quedó mirándola tildado nuevamente y esa mirada la amedrentaba, detestaba esos
silencio, hacía que le gusten mucho sus ojos. -Saca la mano de ahí, Nick.- le
rogó ella para nada convencida.
-¿Ahora soy Nick? – el tono
volvió a ser seductor y sin darse cuenta Miley puso una mano en su cuello. Era
tan varonil, tan seductor, esa piel la doblegaba, era esclava de aquel
contacto. Nick Jonas tenía la piel morena y suave al taco, era perfecta su
nariz, y sus labios eran invitantes y Miley no dejaba de mirarlos con deseo.-
¿Sabes qué? Detesto que me mires de esa manera, Cyrus… me produces más asco de
lo normal…
-Tu a mi también, eres un hijo
de puta.- el sonrió y la besó con violencia e introdujo su lengua adentro su
boca. Empezaron a luchar por quién llevaba el control de tan dulce disyuntiva,
quién manejaba los hilos de la lucha por ese placer de olerse, de sentirse, de
saborearse, de tenerse. Nick sacó la mano de sus senos y la tomó de la cintura
para intensificar el beso; Miley tenía una piel suave, blanca y adictiva, unos
labios húmedos, sexuales, y sus anhelos consistían en alargar la durabilidad de
ese instante, en hacer permanente el efecto que surtía en él besarla de esa
manera… y Miley se lo permitía sin dudar, poniendo sus manos en la cintura del
chico, dejándose llevar. Rayos, le encantaba besarlo, le encantaba que el se
arrime así, que la doblegue de esa manera, le hechizaba que la única manera de
terminar con la tentación sea caer en ella.
Pasaron cinco minutos y se
separaron, mirándose a los ojos.
-No volvamos a hacerlo, por
favor.- Miley lo alejó con las manos. El se rió… y ella se mordió el labio
inferior para que no se forme una sonrisa en su rostro. Le gustaba verlo reír.
-Te juro que no vuelvo a
besarte a la fuerza, Cyrus.- dijo con sarcasmo. Ella rodó los ojos.
-Basta ya, ¡eres insoportable!
– Resopló ella exasperada, volviendo a atarse el nudo de su camisa.- Debo irme
a clase-le dijo sin ganas de discutir, ni hablar del beso. Los ojos cafes de
Nick se posaron en su pequeña cintura al descubierto… en su ombligo particular…
-¿Por qué usas tu camisa así? –
le preguntó sin poder contenerse. Odiaba ese ombligo en forma de caracol, o tal
vez odiaba que todos lo miren, quién sabe.
-¿Te calienta huerfanito? – se
burló ella divertida.
-Un poco, putita…-ella se puso
seria pero entonces él alzó las cejas, curvando sus labios, haciendo una mueca
tan sensual como asesina, y se acercó nuevamente a ella, haciéndola temblar.
-No lo hagas…
-¿No? – Ella negó - ¿Cuándo
saliste de la enfermería? – le susurró sin reducir la distancia.
-Hoy… y no te acerques, ni me
beses.
-De acuerdo, no lo haré más, Cyrus.-
tomó su mochila y se puso las manos en los bolsillos. Estaba muy despeinado se
veía sumamente atractivo.- Tampoco es que me esté muriendo por besarte, ¿sabes?
-Por mi perfecto, gusano- le
espetó ella.
-No vuelvas a besarme como lo
hiciste recién, perra, porque la próxima no seré tan blando contigo, ¿de
acuerdo?- le hizo una sonrisa seductora y ella se sorprendió.
-Hasta luego, señor arrogante…
- comenzó a caminar con su sensual andar y Nick la miraba con devoción
contenida
-Cyrus…-la llamó y ella se dio
vuelta y lo miró -De verdad no estás gorda.- Miley le sonrió y el se fue
caminando. ¿Qué estaba pasando?
-¡Cuatrojos!- le dijo ella y
ese fue el turno de Nick de voltearse- Gracias por no tirar mi caja al río.- y
dicho esto, se alejó sin soportar la vergüenza de mirarlo a la cara.
Sé que me odias
Que mis penas a ti no te
importan
Que tengo pocas esperanzas
De que cambies.
Sé que me odias
Tu mirada me lo hace sentir
Y aunque se que me odias
Tu odio me hace feliz.
Miley corría por el pasillo.
¿Estuvo coqueteando con Nick Jonas o era una impresión de ella? Siguió su
camino al aula de estudios muggles y entonces una sensación de circundante y
placentero calor le invadió el pecho. Se sentía afiebrada, acalorada, eufórica… Feliz. Si, era felicidad, se
sentía feliz, por haberlo besado. Lo odiaba, pero ¡ese desgraciado besaba muy
bien! "Eso es absurdo, Miley.", le pronunció una voz dentro su
cabeza. "No lo odias, definitivamente no lo odias" Negó con la
cabeza, ¿Qué importaba si tenía o no sentido? Se llevó instintivamente una mano
a su boca y sonrió perdida en el recuerdo de sus labios apoyados en los suyos,
moviéndose sensualmente, revolucionando sus hormonas.
Horas más tarde salió de la
clase de Estudios Muggles. Miley concluyó que la última pelea con Nick Jonas
había sido espectacular y quería repetirla… ¿Y si lo provocaba un poco
haciéndole daño para que él la arrincone en la pared y…? ¡Qué estaba pensando,
se estaba volviendo loca! Sacudió la cabeza para todos lados y entró al baño de
mujeres. Allí captó una pequeña conversación de dos chicas…
-… me lo encontré en el Gran
Salón y le di un beso esta mañana.- decía una voz que sin dudas era la de
Selena Gomez .
-¿En serio? ¿Y que tal?
-¡Espectacular, como siempre! –
Le decía Selena confidencialmente- Nick correspondió el beso. Ya sabes, que
somos amigos con derecho hace años…
-¿Y te contó algo sobre la
pelea con Miley Cyrus del fin de semana? – le preguntó Marietta interesada.
-Se lo comenté pero no me dijo
nada, no quería hablar del tema.- Selena chascó la lengua- Es evidente, ¿no? La
odia demasiado como para querer hablar de ella…- Miley sintió que la rabia
poblaba cada partícula de su ser.
-Tienes razón, Nick odia a
Miley.- rió Marietta cómplice- ¿Y cuando se van a ver?
-No le pusimos fecha, pero me
prometió que no pasaba de esta semana – las dos empezaron a saltar como dos
idiotas, para festejar la posible cita.- ¡Estoy ansiosa porque llegue el
momento! ¡Tengo que ver que me voy a poner!
-Yo puedo prestarte cualquiera
de mis prendas – dijo Marietta.
-Patético, Gomez – soltó Miley
entrando al baño.
-Cyrus – la saludó Selena con cara de pocos amigos- ¿Estabas
escuchando?
-¡Claro que estaba escuchando!
– La acusó Marietta enojada.
-¡Son tan intuitivas! – se
burló Miley- ¡Dignas de la casa Ravenclaw!- fingió vomitar con descaro.
-¿Dijimos algo que te molestó,
Cyrus? – dijo Selena venenosamente y Marietta sonrió.
-¿A mi? ¿Sabes cuánto te falta
para afectarme, Gomez ?
-Mmmm… -Selema fingió
reflexionar con sarcasmo.- tal vez acostarme con Nick Jonas esta semana?- Miley
dejó de sonreír.
-Por mi puedes acostarte con el
mismísimo demonio, Gomez, en serio, me paso por el culo tus historias de
alcoba.- contestó fingiendo estar tranquila.
-¡Eres una mal hablada
desagradable! – le dijo Marietta.
-Y tu, eres un grano con
patas.- se burló Miley haciendo reventar a la muchacha.- Me alegro que Demi sea
buena en encantamientos… ¡das asco Marietta!
-Veo que pelear con Nick Jonas
te dio una falsa sensación de popularidad, Cyrus- apuntó Selena frunciendo la boca con ira.- ¿Quién te piensas
que eres?
-Estás equivocada querida, ¡no
necesito pelearme con nadie para sentirme segura de mí misma! – Exclamó Miley
enfurecida – No soy como tu que le ruegas un polvo de manera patética…
-Todo el mundo sabe que en el
fondo peleas con Nick porque estás caliente con él…
-No sabes lo caliente que estoy
con Jonas – ironizó Miley riendo.
-El jamás te hará caso – repuso
Selena intentando aparentar tranquilidad- Te detesta, le produces repugnancia,
todo el mundo lo sabe. Así que no intentes acostarte con él…
-¿Estás segura, Gomez? – Le
dijo Miley riendo con placer- ¿Estás segura me odia tanto, que produzco
aversión y rechazo y nada más? ¿Eh?
-¿Qué intentas decir? –
Selena parecía asustada por las palabras
de Miley.
-No lo sé, revisa en tu
cerebrito Gomez , no vas a tardar demasiado…- rió burlonamente Miley.- y piensa
un poco las cosas…
-¿Ha pasado algo entre Nick y
tú?
-Tal vez Jonas esté caliente
conmigo…- Miley dio una vuelta sobre sí misma.- Yo lo entiendo, soy muy
hermosa.- suspiró con suficiencia.- Bueno par de fracasadas, debo irme… esta
charla es muy aburrida…- giró sobre sus talones y se fue dejándolas llenas de
intriga.
Nick estaba en la habitación de
Gryffindor, bañándose. Salió del baño con una toalla puesta en la cintura y el
pelo todo mojado. Se encontró con Dean Thomas que aflojaba su corbata color
escarlata. Recordó cuando lo vio besarse con Miley y de repente, sintió un
arrebato de furia, y reprimió un improperio hacia ese chico. Decidió no
dirigirle la palabra… pensar que ese chico había estado besando a Miley Cyrus
lo enfurecía, le daba bronca y mucha envidia…
-Todo el colegio está hablando
lo que pasó el fin de semana – rompió el silencio su compañero de cuarto.
-Si, ¿y? – le contestó Nick de
mal modo mientras tomaba una camisa de Hogwarts y se colocaba.
-Creo que esta vez te fuiste al
carajo, Nick. – Le soltó Dean sin preámbulos- Miley podría haberse matado en el
río…
-¿Ah si? ¿Y no piensas que está
grandecita para tener defensores? – repuso Nick molesto.
-Mira, Nick, no quiero pelear
contigo – aseveró Dean, pacífico.- pero creo que deberían terminar con sus
estúpidas peleas. Si a Miley le pasaba algo el sábado te las ibas a tener que
ver conmigo…
-Escúchame bien, imbécil, mi
mejor amigo, o sea su hermano no me dijo nada sobre el asunto ¿y me vienes
apurar tú? ¿Quién te crees que eres?
-Casi el novio…
-¡Tú mismo lo dijiste! ¡Casi! –
puntualizó Nick sintiendo un batallón de celos aumentarlel la furia en su
pecho-¡Pero no lo eres! Así que cállate la boca, nadie te pidió una opinión.
-¡No me callo nada! – Debatió
Dean enojado- ¡Tengo todo el derecho de meterme!
-Estás equivocado, esto es
entre Miley y yo.- dijo terminantemente Nick y Dean frunció el entrecejo.
-¿Qué pasa, Jonas? ¿Te gusta mi
chica o me parece a mí?
-¿Qué porquerías pasan por tu
cabeza, Thomas?
-¡No es ninguna porquería! –
dijo Dean sacado – Hace tiempo que vengo pensando que la provocas todo el día
para estar cerca de ella…- lo acusó, harto.
Tal vez tenga razón, pensó Nick.
-Me vale madre tu opinión,
Dean, en serio. – repuso de mal modo.
-No tienes oportunidad con
ella. Ella te odia, siempre me lo dice.
-¿En serio? – se burló Nick.-
Yo no estaría tan seguro…- murmuró por lo bajo
-¿Qué dijiste?
-Que no estaría tan seguro –
dijo Nick más claramente y respiró hondo- Tal vez, es ella la que hace todo por
estar cerca de mí, ¿no te has puesto a pensar la inversa de tu hipótesis?
-No digas estupideces, Miley
jamás se fijaría en ti. Te considera el tipo más arrogante y desagradable de
todo Hogwarts.
-Pregúntale a ella.- dijo Nick
sonriendo y ardiendo de celos al mismo tiempo- Puede que estés equivocado,
¿quién sabe? – se burló irónicamente
-Claro que se lo preguntaré –
dijo Dean enojado –mientras le voy a sacando la ropita en nuestra cita
semanal…- Nick dejó automáticamente de reír.- Miley es una leona en la cama,
lástima que nunca te enterarás… a mi no me engañas, te mueres de ganas de
acostarte con ella- Nick sacó la varita.
-¡Sal de mi vista, estúpido! ¡Y
ve a preguntarle a la putita de tu cuasi novia si realmente le produzco asco!-
Dean lo miró furioso y se salió de la habitación, dejando la puerta entre
abierta. Nick cerró la puerta provocando un ruido estruendoso.
No podía ser, Miley Cyrus no se
podía haber acostado con Dean. Afróntalo,
él mismo te lo dijo, Jonas. Nick
siempre la había llamado puta, pero eran acusaciones infundadas, meros insultos
para herirla y pisotear su dignidad. Nunca se había basado en hechos concretos,
ni escuchó confirmar a los amoríos de esa castaña había haber compartido la
cama con ella. La confesión de Dean Thomas no le gustó una mierda… lo puso
furioso… ¿Con que la perra se besaba con él de manera tan… y luego se acostaba
con ese imbécil? Estás celoso,
galán. Te quieres morir de sólo imaginarlos follando.
-¡NO! – gritó sacado y tiró la
zapatilla que estaba por ponerse al suelo.
-¿Qué te ocurre? – le habló Joe
entrando a la habitación.
-Nada, lo siento.- susurró Nick
apenado por el arrebato.
-Dime la verdad, estás raro –
murmuró su amigo– Recién me crucé con Dean y estaba hecho una furia…
-No quiero hablar de ese estúpido.
-¿Discutieron porque defendía a
Miley? – dijo Joe en un tono ofendido.
-¡No, Joe!
-¿Qué te dijo para ponerte así?
¡Estás alteradísimo!
-Nada, en serio no te
preocupes, es un pelotudo.- Joe lo miró serio y se dispuso a soltar lo que le
había querido decir esa misma mañana.
-Nick, te vi besando a Miley al
borde del lago- Nick se estremeció. No esperaba que Joe saque el tema en ese
momento. Lo miró serio.- Me gustaría que me des una explicación…
-¿Qué mierda quieres que te
diga? – escupió él enojado y Joe alzó las cejas.- Técnicamente, no la estaba
besando, sólo le hice respiración boca a boca…- Si claro Jonas y yo soy
Superman…, pensó Joe riendo
internamente.
-¿Pretendes que me trague la
historieta? – Nick se dio cuenta que no le creía ni una palabra.
-Piensa lo que quieras.- dijo
Nick.- Yo me voy a Transformaciones. – tomó su mochila y bajó con el pelo
mojado.
Miley salió del baño echa una
furia. ¡Nick Jonas se había besado esta mañana con Selena Gomez y ella accedió a besarse con él horas más
tarde! Maldito seas, Nick
Jonas."Arrogante, mujeriego, soberbio, autosuficiente, cabrón y que se
vaya bien a la mierda"
¿Qué le estaba ocurriendo?
¿Acaso estaba celosa de Nick Jonas? La hipótesis fue horrible en su opinión,
pero a Miley no le había gustado imaginárselo follando con Selena Gomez … no
quería que esa estúpida chica lo bese, o le toque su cuello y huela su perfume…
Cerró los ojos al apoyarse en la pared para entrar en la sala común. Tenía que
hacer algo urgente, tenía que impedir que Nick se viera con esa tonta… al menos
hacerle alguna broma pesada que le imposibilite ir a la cita… ¡pero si no había
cita! Claramente Selena había dicho que
no se habían puesto de acuerdo… Ni
te pondrás de acuerdo, Jonas, yo me encargaré de eso. Entró a Sala Común de Gryffindor y
había pocas personas. En eso observó como Dean Thomas bajaba las escaleras del
cuarto de chicos con cara de pocos amigos.
-Hola hermosa- la saludó
intentando agarrarla de la cintura. Miley se lo impidió.- ¿Qué te pasa?
-Puede bajar mi hermano, Dean –
lo alejó nerviosa.
-¿Desde cuando te importa lo
que piense Joe? – No seas
idiota, Dean, no me importa Joe.
-No quiero que me queme la
cabeza, ya sabes- mintió ella y se tiró al sillón.- Estoy cansada fue un día de
mierda…- mentira Miley, fue un
día maravilloso teniendo en cuenta el beso de Jonas.
-¿Qué pasó? - inquirió Dean con
resentimiento- Ah, ya sé, no me digas nada. ¿Se trata de Jonas verdad?
-¿Qué te pasa? –Tranquila
Miley, él no puede saber que flirteaste con Jonas y que encima te encantó.
-Nada…- apaciguó Dean, sin
querer pelear con ella- Ven aquí…-la sentó arriba de él y ella lo miró- Estas
hermosa hoy, ¿te lo dije?
-No.- sonrió y se levantó.
-Gin…
-Qué pasa…
-Quiero que estemos
juntos…-dijo significativamente y Miley se levantó. ¿Qué le estaba insinuando?-
¿Dije algo malo?- Dean también se puso de pie.
-No, sólo que…- él le tomó la
cara.
-Me gustas de verdad, Miley. Y
tú lo sabes.
-Sí, lo sé, pero aquí no…
-¿Puedo besarte al menos?
-Dean, yo prefiero que…- la
besó.- Basta, no me beses aquí…
-Parece que no le gustan tus
besos, Thomas- siseó Nick desde las escaleras, cruzado de brazos. Miley lo
miró. Se veía terriblemente sensual sin lentes y con el pelo mojado, que se
descontroló de pies a cabeza y parpadeó intentado mirarlo menos de lo necesario.
-¿Qué quieres, Jonas? – escuchó
decir a Dean como si el joven estuviera en otra dimensión.
-Que dejen de comportarse como
si esto fuera un hotel transitorio- dijo con bronca Nick.- ¿Estamos en un
colegio o no lo sabían?
-Cálmate, Jonas.- gruñó Miley
perdiendo los estribos.- La sala estaba vacía antes de que llegues a jodernos
la vida…
-Lo siento putita, no quise
estropear el flirteo con tu noviecito.-
-¡No la llames así! – gritó
Dean enojado.
-¡Déjalo Dean! – Lo calmó Miley
interponiéndose entre ambos- No vale la pena este huerfanito fracasado…
-Esta mañana no decías lo mismo
de mí, Cyrus…- Ella lo miró casi suplicante para que no diga que se habían
besado. Y enseguida Miley comprendió que la tenía agarrada de los ovarios. Maldito seas, Nick Jonas, repitió su pensamiento por enésima
vez.
-Me voy a mi habitación.-
anunció haciéndose la despreocupada y se fue corriendo por las escaleras. Si se lo vas a decir, que no sea
delante de mí, pensó Miley.
-¿Qué le hiciste Jonas? – lo
atacó Dean indignado.
-Nada que tu podrida mente esté
imaginando, Thomas. ¿Y déjame en paz, quieres?- Dean lo mandó al infierno y se
fue de la sala común hecho una furia.
Entonces Miley salió de las
escaleras y lo enfrentó. En el rostro de Nick se curvó una tensa sonrisa de
celos, pero ella no podía imaginarlo.
-¿Estabas a punto de decirle
que…? - empezó Miley a increparlo.
-¿Qué? – Murmuró Nick enojado-
¿Acaso algo que se acerca mucho a la verdad?
-Mira infeliz, hoy no estoy
dispuesta aguantarte. – gruño ella haciendo un gesto con la mano.
-Esta mañana estabas bastante
feliz de aguantarme. – señaló Nick con arrogancia.
-¡No te metas entre Dean y yo!
- Nick parpadeó, esa frase fue como una patada en su entrepierna.
-¿Quién quiere meterse? ¡Me
importa un carajo lo que hagas con él!
-¿Por qué no vas a buscar a
Gomez para ultimar detalles de tu cita
semanal? – Nick se sobresaltó, ¿cómo sabía Miley que probablemente se vería con
Selena ?
-Tienes razón Cyrus, me apetece
acostarme con Gomez .- Miley sintió un espasmo de horrible pesar en el pecho. Eran
los celos que la estaba subyugando.
-¿Te acostarás con ella? – la
frase salió de su boca antes de que pudiese evitarlo.
-Claro que si, Cyrus. ¿Acaso
soñabas con que lo haga contigo?- negó con la cabeza.- Me produces asco, eres
tan vulgar…- Miley tragó y estaba estática.- ¿O pensaste que lo de esta mañana
era en serio? – Rió con odio- ¡No me digas que te ilusionaste conmigo por una
tocadita de senos!
-¡Vete al infierno mal nacido!
– Exclamó ella dolida - ¡No necesito que me toques nada, Dean lo hace mejor que
tú!-Confirmar que Dean Thomas follaba con Miley fue un golpe duro para Nick.
-Puta de mierda, me das ganas
de vomitar.- dijo celoso. Entonces Miley le pegó una sonora cachetada y corrió
hacia su habitación.
Nick casi no cenó esa noche.
Estaba realmente alicaído y triste. No vio a Miley bajar a cenar tampoco y eso
aumentó su angustiante desazón. Ella se acostaba con Dean Thomas, no había
dudas, ¿Por qué me molesta
tanto?
Porque te gusta. No la odias,
la a…
Al llegar a la desierta Sala
Común, subió a su cuarto. Se tiró en la cama, y miró el reloj pensativo. En
medio hora tenía que estar allí por el castigo de Minerva McGonagall. Se
levantó, desganado y se llegó a hasta allí con resignación. Esperaba que la
Jefa de Gryffindor no lo castigue con algo engorroso, como limpiar las vitrinas
sin magia u ordenar los ficheros del desagradable Filch.
Tocó la puerta del despacho con
firmeza.
-Adelante- indicó la firme voz
de la profesora.
Nick entró y vio a Miley allí.
Eso lo sorprendió. ¿A ella también la castigaría? Sino había entendido mal, en
el momento del nefasto suceso en el lago, sólo lo había citado a él. Sin
embargo creyó prudente no hacer ningún comentario. Ella ni siquiera lo miró.
-Bueno, ya veo que han venido
puntuales – reconoció la profesora haciéndolos dar un respingo- Los he citado
aquí, como se imaginarán, para que sepan las medidas que se tomarán…
-Claro – carraspeó Miley
incómoda. Nick no dijo nada, solo la miró.- Pero debe saber profesora que en
esta ocasión yo no hice nada, Jonas tiró mi caja al río… y yo sólo quise
salvarla…
-Esa no es razón para cometer
semejante atrocidad, Cyrus – aseveró la profesora molesta.- Usted podría
haberse matado con lo que hizo… sino fuera por…- miró de soslayo a Nick.- En
cuanto a usted, Jonas, déjeme decirle que su comportamiento me ha decepcionado…
-Cyrus me viene agrediendo
desde que entramos a Hogwarts y no ha recibido castigos.- saltó Nick.
-Cállate la boca, imbécil - le
dijo Miley enojada.
-¡Muérete pedazo de…!
-¡Basta! – Gritó Minerva- ¡No
soporto más esta situación entre ustedes dos! – agregó enojadísima- Nada
funcionó hasta ahora… ni quitarles puntos a Gryffindor, ni reprobarlos en
Transformaciones, ni hacerles ordenar los papeles sin magia, ni separarlos -
enumeró abatida.- así comprenderán que tome medidas drásticas…
-¿Nos va a expulsar? - preguntó
Miley con un hilo de voz. Nick también se asustó y miraba serio a la profesora.
-No, no lo voy a expulsar
siempre y cuando cumplan con una tarea.
-¿A qué se refiere?- dijo Nick
temiendo la respuesta.
-Van a convivir una semana
juntos. – Afirmó la profesora McGonagall y ambos quedaron completamente de
piedra, sin saber qué decir– para cumplir una misión que depende de ambos…-la
profesora vio que Nick iba a hablar y lo interrumpió cortante.- y sino lo
hacen, serán expulsados de Hogwarts… a ver si con esta medida, por un solo
instante dejan de insultarse.
Nick y
Miley quedaron estupefactos.
1 comentario:
DIOS!!!
PERIQUITA♥ ME ENCANTO!!
OHHHSSSIIII!!
VAN A ESTAR JUNTOS UNA SEMANA SI!!!!
Publicar un comentario